Trabajo Práctico Final Psi. Comunitaria

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Facultad de Psicología y Relaciones Humanas

Licenciatura en Psicología

TITULO: Cultivando Comunidad y Salud

ESTUDIANTES: Audisio Francisco Santiago, Merlach Sofia, Morel Martina.

PROFESORA: Maria Flaviana Ponce

FECHA: Octubre 2023

1
PRESENTACIÓN
Como punto de partida de este trabajo, nos adentramos desde la posición de un

equipo de Psicólogos Comunitarios y en relación a esto ¿De qué manera se puede llevar

a cabo una investigación de tipo Acción-Participación? (IAP).

Enfocada en abordar la problemática de una población de alumnos de escuela

secundarias en situación de vulnerabilidad y bajos recursos. Así como también el acceso

limitado a alimentos frescos y nutritivos en la ciudad de Entre Ríos.

Esta problemática ha generado consecuencias, incluyendo problemas de salud y

un bajo rendimiento escolar, particularmente entre los jóvenes en situación de pobreza,

ya que en su mayoría los/as alumnos usan la escuela como merendero o como un lugar

de cuidado para no estar en sus casas, que como escuela académica.

Ante esta problemática, se piensa de qué manera los/las estudiantes pueden tener

herramientas tanto en la escuela como por fuera de ella.

Nuestra investigación se lleva a cabo en una escuela secundaria ubicada en la

ciudad de Entre Ríos, donde se trabaja en estrecha colaboración e integración con los/as

estudiantes. En esta escuela, los profesores desempeñan un papel fundamental al

proporcionar a los jóvenes las herramientas y recursos necesarios para la producción de

alimentos. Este esfuerzo, realizado con dedicación y determinación, busca no solo

fomentar habilidades ocupacionales, sino también a la resolución de conflictos. La

escuela tiene una modalidad agro-técnica, en donde se producen diferentes actividades

que tienen que ver con la producción de alimentos; y al permitir que los productos

elaborados se consuman o se vendan para recaudar fondos para la misma, da lugar a la

contribución para resolver emergentes diarios.

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A pesar de los avances logrados y el sentido de comunidad y empoderamiento

que se ha generado, aún enfrentan desafíos significativos, los cuales buscaremos

abordar. La escuela tiene una estructura vertical, la cual cuenta con un director,

vicedirector, jefes de enseñanzas y producción. Las actividades se distribuyen en

diferentes sectores, en las que hay subjefes de las distintas áreas. Está el sector animal,

es decir de producción animal, se crían animales, algunos de consumo para la escuela y

otros para la venta, luego el sector industrial en el cual se elaboran productos lácteos y

embutidos, y el sector vegetal, que incluye producción de huertas, cultivos de tierra,

jardinería, viveros y plantas aromáticas. Cada área cuenta con un líder de producción

que enseña, acompaña y apoya a los jóvenes a lo largo de todo el proceso. Es por ello

que la escuela secundaria cuenta con materias curriculares tradicionales y materias de

campo, estas se dan en los sectores antes nombrados con el objetivo de preparan y

brindar herramientas y conocimientos a los estudiantes para luego llevarla a cabo en las

actividades. Tiene un horario de corrido de 7:00a.m. a 16:00p.m. Este proyecto no solo

busca abordar la problemática, sino también fomentar el empoderamiento de la

comunidad escolar y la participación activa de los jóvenes en la toma de decisiones para

mejorar su calidad de vida y su rendimiento académico.

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Tema
"Cultivando Comunidad y Salud: Una Investigación-Acción para el Acceso a

herramientas de producción de campo para una construcción colectiva y comunitaria en una

escuela agro-técnica”.

Problemática
En la ciudad de Entre Ríos, la comunidad escolar de una escuela secundaria, compuesta

mayoritariamente por jóvenes en situación económica desfavorable, se enfrenta a una creciente

problemática relacionada con la falta de acceso a alimentos.

Esta situación ha resultado en la aparición de problemas de salud entre los estudiantes,

así como en un bajo rendimiento escolar. La inseguridad alimentaria se ha convertido en un

desafío persistente que afecta no solo el bienestar físico y emocional de los/as jóvenes, sino

también su capacidad para aprovechar al máximo su educación.

A pesar de los esfuerzos de los/as profesores de la escuela por brindar herramientas y

recursos para la producción de alimentos a través de actividades agrícolas y ganaderas, la

comunidad escolar, al ser una comunidad de bajos recursos enfrenta obstáculos en el acceso a

alimentos. Si bien estas actividades han generado un sentido de comunidad y empoderamiento

entre los estudiantes, la problemática persiste y requiere una aproximación más integral que

involucre a la comunidad en su conjunto.

El proyecto de investigación-acción participativa busca abordar esta problemática,

involucrando a los estudiantes, profesores y miembros de la comunidad en la identificación de

soluciones sostenibles que no solo mejoren la disponibilidad de alimentos nutritivos, sino que

también promuevan la salud, el aprendizaje y el empoderamiento de los/as jóvenes en la escuela

de Entre Ríos.

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MARCO TEÓRICO
La importancia del trabajo comunitario

La Psicología Comunitaria en América Latina surge como respuesta a la

insatisfacción con la Psicología Social, que se centraba principalmente en el

individualismo y carecía de eficacia en la resolución de los problemas sociales urgentes.

Esta tradición fragmentada no abordaba de manera efectiva las necesidades de las

sociedades en las que se aplicaba. Fue el sufrimiento y las dificultades de amplios

sectores de la población lo que generó presión para un enfoque diferente. Los

psicólogos comenzaron a internalizar estas preocupaciones y a buscar soluciones más

adecuadas.

Este nuevo enfoque buscaba alejarse del modelo médico, que a menudo

etiquetaba a las comunidades como enfermas o anormales. En cambio, se centraba en

los aspectos positivos y los recursos de las comunidades, promoviendo su desarrollo y

fortalecimiento. Los miembros de estas comunidades dejaron de ser vistos como sujetos

pasivos y se reconocieron como actores sociales y constructores de su propia realidad.

Así mismo, dentro del mismo territorio, es decir América Latina, y durante la

misma época histórica, surge la Nueva Canción la cual nace en un momento de

conflictos y de necesidades políticas y sociales como canal de reacción y expresión

frente a las problemáticas del momento. Las personas se volvían portadoras y voceras

de las opresiones ejercidas, a favor de los derechos ciudadanos, sobre la base de la

sabiduría del pueblo como inspiración y baluarte de la identidad que urge ser rescatada.

Sobre la base de este paradigma operante en América Latina, la Nueva Canción

como así también el surgimiento de una Psicología comunitaria, se convierte en

vehículos para dar respuestas a las necesidades de las mayorías excluidas y vulnerables.

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Una de las aportaciones a este nuevo paradigma fue la psicología de la

liberación, unida a la influencia freiriana tempranamente incorporada y compartida

tanto por esa tendencia como por la psicología comunitaria, proviene el interés por la

facilitación de procesos de desideologización y por el desarrollo de las capacidades de

las personas para reaccionar críticamente a circunstancias de opresión, generando

formas de conocimiento y de acción que transformen sus condiciones de vida.

La liberación es entendida como la emancipación de aquellos grupos sociales que sufren

opresión y carencia, de aquellas mayorías populares (populares en el sentido poblacional,

demográfico) marginadas de los medios y los modos de satisfacer dignamente las necesidades

tanto básicas como complementarias, y de desarrollar sus potencialidades para auto

determinarse. Se trata, entonces, de un proceso complejo que involucra conjuntamente a agentes

externos e internos de los grupos oprimidos. Este aspecto dual dentro de la unidad del proceso

corresponde a lo que en la psicología comunitaria se definió desde sus inicios en

Latinoamericana, en los años setenta, como la relación dialógica , horizontal, de unión de

conocimiento científico y conocimiento popular y de devolución sistemática del conocimiento

científico producido a las comunidades, a la vez que de entrega del conocimiento popular

construido a los agentes externos, ya que unos y otros han participado en su construcción e

hicieron aportes provenientes de su experiencia, de su saber cotidiano, de su sentido común y de

su disciplina. Por tal razón, el rol de los psicólogos comunitarios no es el de interventores

expertos, sino más bien el de catalizadores de transformaciones sociales.

Por eso, se considera que la liberación, en la psicología comunitaria, se inicia "en ese

acto de reconocimiento de la libertad del otro, que deja de ser un sujeto 'sujetado' para ocupar un

sitio de igualdad, como actor social fundamental, propietario de habilidades y conocimientos

específicos, de una índole diferente".

Así mismo, continuando con estos lineamientos, Freire en su influyente obra "La

Educación como práctica de la Libertad" (1969), nos brinda valiosas aportaciones sobre la

educación como motor del cambio y la promoción de la libertad. Freire argumenta que la

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educación genuina es una praxis que implica la reflexión y la acción del ser humano en el

mundo para transformarlo. Además, cuando habla de conceptos como libertad, justicia e

igualdad, los vincula con su encarnación en la realidad de quienes los pronuncian. Esta

perspectiva sugiere que las palabras, en lugar de ser simples vehículos de ideologías alienantes,

pueden convertirse en instrumentos generadores de una transformación auténtica y global tanto

del individuo como de la sociedad.

En el contexto de nuestra problemática, observamos cómo se educa a los jóvenes para la

libertad. Se les proporciona espacios, recursos y conocimientos, como la formación en materias

agrícolas, para que desarrollen habilidades y conocimientos, no solo para crear productos para

su propio consumo, sino también para la producción y comercialización de los mismos. Sin

embargo, para movilizar a las masas, es necesario, como señala Freire, fomentar lo que él llama

"la concienciación", que conduce a la autorreflexión y, por lo tanto, a una mayor toma de

conciencia. Esto resulta en la participación activa de los jóvenes en la historia, no como simples

espectadores, sino como actores y autores, un rasgo distintivo de la juventud en nuestra

situación específica.

Tomando a Fals Borda, destacamos su estudio sobre el desarrollo comunal, en donde

lo definió como el producto de la acción comunal, acción que se produce cuando la comunidad

se hace cargo de sus problemas y se organiza para resolverlos, desarrollando sus propios

recursos y potencialidades y utilizando también los ajenos. Esta noción excluye el paternalismo,

puesto que se basa en la autogestión y la autodeterminación. Sin embargo, no siempre ellas son

suficientes para alcanzar las metas de la comunidad. Factores económicos y políticos ponen a

menudo barreras difícilmente franqueables por la acción comunitaria de manera inmediata. El

desarrollo comunal deberá, por lo tanto, involucrar también estrategias para la superación de

tales obstáculos, a largo plazo, manteniendo siempre la comunidad el control de la situación,

con pena de fracasar. El desarrollo comunal debe partir de los siguientes principios: catálisis

social, consistente en la presencia de un agente propulsor del desarrollo, perteneciente o no al

grupo (cuyo rol no es directivo), provisto de los recursos técnicos necesarios, así como de la

motivación y las actitudes claras respecto de su rol y el de la comunidad; autonomía, que

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significa la centralización en el grupo inicial, quien tiene a su cargo el control, la dirección y la

realización del desarrollo; prioridad, que consiste en el señalamiento por el grupo de las

necesidades a atender, estableciendo su jerarquización; realización, es decir, la obtención de

logros concretos inmediatos que permitan alcanzar la meta última: el cambio social. Y

finalmente, el principio de los estímulos, consistente en reforzar de manera específica cada

logro alcanzado, por pequeño que sea.

Es esencial destacar la naturaleza dinámica de las comunidades, que están en constante

evolución. Una comunidad no es un ente estático, sino un fenómeno en movimiento, al igual

que las personas que la conforman. Su definición se basa en la identidad social y el sentido de

comunidad construidos por sus miembros a lo largo del tiempo. Esta construcción de identidad

y de historia social trasciende las fronteras de la comunidad, a veces otorgándole un nombre y

un lugar en los sistemas de nomenclatura oficial e informal de la sociedad.

En cuanto a la concepción de sujeto humano, se lo entiende como un ser activo,

dinámico, protagonista y constructor de su realidad. Montero sostiene que:

“La intervención comunitaria es el conjunto de acciones destinadas a promover el

desarrollo de una comunidad a través de la participación activa de esta en la transformación

de su propia realidad. Por tanto, pretende el fortalecimiento de la comunidad, mediante la

capacidad de decisión y de acción, favoreciendo su autogestión para su propia transformación

y la de su ambiente”.

La importancia de la psicología comunitaria radica en la comprensión de los problemas

desde una perspectiva colectiva y la búsqueda de soluciones que involucren activamente a la

comunidad afectada. En el contexto de nuestra investigación en la escuela secundaria de Entre

Ríos, este enfoque cobra relevancia al abordar la problemática de la falta de acceso a alimentos

frescos y nutritivos que afecta a un grupo de estudiantes en situación económica desfavorable.

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Los psicólogos que trabajan con comunidades desde hace más de tres décadas han

venido labrando arduamente un modelo de producción de conocimientos cuyos productos se

presentó en cinco dimensiones de la Psicología Comunitaria, los cuales son:

- Ontológica: La psicología comunitaria reconoce el carácter productor

de conocimiento de los miembros de las comunidades, entonces la naturaleza de la

relación entre investigadores externos (psicólogas y psicólogos) y las personas que

forman las comunidades (aquellas que en la investigación tradicional son llamadas

"sujetos") es un aspecto fundamental en este paradigma. El objeto de conocimiento son

otros sujetos que forman comunidad. Sujeto/Sujeto. Es ontológico porque integra, tiene

una mirada compleja. Se corre de la relación Sujeto/ Objeto. Es horizontal.

- Epistemológica: Se refiere a la relación entre sujetos cognoscentes y

objeto de conocimiento, y en este paradigma está marcada por la complejidad y por el

carácter relacional, es decir, por el hecho de que el conocimiento se produce siempre en

y por relaciones y no como un hecho aislado de un individuo solitario. Esto supone una

característica primordial, la esencial de la psicología comunitaria: lo comunitario

incluye el rol activo de la comunidad, su participación. Y no sólo como invitada, o

como espectadora aceptada o receptora de beneficios, sino como agente activo con voz,

voto y veto.

- Metodológica: Trata sobre los modos empleados para producir el

conocimiento, que en la psicología comunitaria tienden a ser predominantemente

participativos, si bien no se excluyen otras vías. En la metodología todos los/as agentes

están implicados con la comunidad, se construye con el grupo comunitario. Se corre del

lugar de ayudar y se posiciona en el lugar de brindar herramientas, es facilitador. Es

decir, va a facilitar procesos. El conocimiento se construye desde la escucha activa y la

observación participante de parte de los agentes. Aquí se habla de fortalecimiento

horizontal.

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- Ética: Remite a la definición del Otro y a su inclusión en la relación de

producción de conocimiento, al respeto a ese Otro y a su participación en la autoría y la

propiedad del Conocimiento producido.

Es una mirada ética que abre, es posibilitadora y potenciadora.

- Política: Se refiere al carácter y la finalidad del conocimiento

producido, así como a su ámbito de aplicación y a sus efectos sociales. Esto es, el

carácter político de la acción comunitaria, y a la posibilidad que todo ente tiene de

expresarse y hacer oír su voz en el espacio público. La psicología comunitaria propone

una participación cuyo carácter político se muestra en la función desalienante,

movilizadora de la conciencia y socializadora, que puede tener la praxis llevada a cabo.

Desalienar y concientizar se plantean como procesos que forman parte de la reflexión

que busca contrarrestar los efectos ideológicos de estructuras de poder y de

dependencia. Y esa participación no busca sólo remediar algún mal, cumplir algún

deseo, sino además generar conductas que respondan a una proyección activa del

individuo en su medio ambiente social, así como una concepción equilibrada de ese

medio y de su lugar en él.

Como psicólogos comunitarios tenemos las herramientas y el marco teórico,

anteriormente desarrollado sobre el cual nos posicionamos, para trabajar en colaboración con la

comunidad y promover el bienestar colectivo. Enfocándonos no solo en el individuo, sino que

también reconociendo la importancia de comprender y mejorar la calidad de vida de las

personas dentro de su contexto social y cultural. Promoviendo el trabajo en conjunto, la escucha

activa de las voces de la comunidad y la búsqueda de soluciones colaborativas a los desafíos

que enfrentamos.

Rasgos Comunitarios

Para comprender mejor la comunidad a la que nos estamos acercando como psicólogos

comunitarios en este proyecto, es importante identificar las características que comparten los

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miembros de la comunidad. Algunas de las características de esta comunidad escolar en Entre

Ríos son:

1. Pertenencia a una Escuela Secundaria: Todos los miembros de la

comunidad son estudiantes, profesores y personal de una escuela secundaria en la

ciudad de Entre Ríos. Esto crea una conexión compartida a través de la institución

educativa.

2. Situación Económica Desfavorable: La mayoría de los estudiantes de la

escuela se encuentran en una situación económica desfavorable, lo que significa que

pueden enfrentar desafíos financieros y limitaciones en el acceso a recursos.

3. Participación Activa en Actividades de Producción de Alimentos: La

comunidad participa activamente en actividades relacionadas con la producción de

alimentos. Esta participación en la producción de alimentos es sinónimo de compromiso

e involucramiento en la problemática planteada.

4. Desafíos Compartidos: Los miembros de la comunidad comparten

desafíos comunes relacionados con la inseguridad alimentaria, la salud y el rendimiento

escolar.

Rol del psicólogo comunitario

“El rol del psicólogo comunitario se definió no como el de un experto, dueño del saber,

que se relaciona con alguien que no sabe, sino como el de alguien que posee un saber que le

permite actuar, pero que a la vez necesita del saber poseído por ese interlocutor, agente de su

propia transformación, con el cual necesitará trabajar interactivamente a fin de producir las

transformaciones acordadas entre ambos. Por esta razón, se habla de agentes externos –los

psicólogos- y de agentes internos -las personas interesadas de las comunidades” (Montero,

1982; Rappaport, 1977; Serrano-García e Irizarry, 1979).

En el contexto de la investigación y acción comunitaria que estamos llevando a cabo en

la escuela secundaria de Entre Ríos, es esencial destacar cómo el rol del psicólogo se integra

con los principios y prácticas de la psicología comunitaria y la metodología de Investigación

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Acción-Participación (IAP). A continuación, presentaremos ejemplos concretos de cómo un

psicólogo comunitario puede desempeñar su rol en este caso particular:

1. Sensibilidad social y sentido de justicia social.

2. Respeto por el Otro y aceptación de la diversidad. Por ejemplo, el

psicólogo comunitario debe mostrar respeto y empatía hacia los estudiantes y sus

familias, reconociendo que cada uno tiene sus propias experiencias y desafíos. Puede

llevar a cabo sesiones de consejería que promuevan un espacio seguro para que los

estudiantes expresen sus preocupaciones y necesidades individuales.

3. No ocultar ni omitir información que pueda ser de utilidad para las

personas con las cuales se trabaja.

4. Modestia y disposición a aprender. Por ejemplo, El psicólogo

comunitario debe estar dispuesto a aprender de la comunidad y reconocer que no tiene

todas las respuestas. Puede participar en talleres y capacitaciones dirigidas por expertos

locales o miembros de la comunidad para comprender mejor las dinámicas específicas

de la escuela y la situación económica de los estudiantes.

5. Por lo tanto, estar abiertos a la sorpresa, a la disidencia, a la

contradicción, a la corrección y a la duda. Y cuando cualquiera de éstas se presente,

verificar, revisar las fuentes documentadas y la experiencia vivida; consultar, comparar,

contrastar diferentes opiniones. Y una vez que se tenga una posición u opinión personal,

discutirla, plantearla y defenderla y también estar dispuestos a abandonarla y

modificarla ante argumentos y fundamentos mejor sustentados y convincentes. Por

ejemplo, el psicólogo comunitario debe estar dispuesto a cuestionar las suposiciones y

prejuicios que puedan surgir en el proceso de investigación. Si los estudiantes o la

comunidad proponen soluciones que difieren de las expectativas iniciales, el psicólogo

debe estar abierto a considerar estas perspectivas alternativas.

6. Saber escuchar y estar dispuestos a hacerlo. Por ejemplo, El

psicólogo comunitario podría organizar grupos de discusión con estudiantes, profesores

y padres para escuchar sus preocupaciones y sugerencias sobre cómo abordar la

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inseguridad alimentaria y mejorar la calidad de vida en la escuela. Estas conversaciones

pueden ayudar a identificar soluciones colaborativas.

7. Poner su conocimiento al servicio de las transformaciones

necesitadas y deseadas por las personas con las cuales se va a trabajar. Por

ejemplo, el psicólogo comunitario podría compartir información y recursos relevantes

sobre la nutrición, la salud mental y la resolución de conflictos con la comunidad

escolar. También podría colaborar en la creación de programas educativos que

promuevan un estilo de vida saludable y habilidades para la resolución de problemas.

8. No intentar ejercer la psicología comunitaria si no se está dispuesto

a actuar de acuerdo con los valores de respeto por el otro. Montero (2004).

Investigación Acción-Participación

Esbozando un poco a qué hacemos referencia cuando hablamos de Intervención Acción

Participativa, vamos a introducir esta metodología de trabajo que elegimos para intervenir en la

comunidad frente a la problemática desarrollada. Si bien ahora es simplemente una

introducción, ya que más adelante desarrollaremos de manera más amplia y precisa las técnicas

participativas que pondremos en marcha para generar una movilización en la comunidad,

buscaremos de algún modo explicar de manera más abstracta nuestro plan de acción.

La Investigación Acción Participativa (IAP), es planteada por M. Montero en "Hacer

para transformar" (2006), se caracteriza por su enfoque en la acción y la participación activa de

la comunidad. En nuestro contexto, esta metodología cobra gran relevancia al abordar la

problemática de la falta de recursos y de acceso a alimentos en la escuela secundaria de Entre

Ríos.

En primer lugar, la IAP reconoce que la acción y la reflexión van de la mano, y este

enfoque participativo implica que todos los miembros de la comunidad escolar, incluyendo

estudiantes, profesores y otros involucrados, estarán plenamente comprometidos en el proceso

de transformación. Este compromiso activo es esencial para abordar los problemas de salud

crónicos y el bajo rendimiento escolar que resultan de los alumnos/as en situación de

vulnerabilidad y pobreza.

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La IAP también enfatiza la importancia de valorar el conocimiento y la sabiduría que la

comunidad aporta a la investigación. En este caso, reconocemos que el saber popular y las

experiencias de los miembros de la comunidad son valiosos recursos para encontrar soluciones

efectivas.

La comunicación abierta y la escucha activa son pilares de la IAP, los cuales

corresponden a su carácter dialógico. Como psicólogos comunitarios, nos esforzaremos por

establecer relaciones de confianza con los estudiantes y otros miembros de la comunidad,

asegurando que sus voces sean escuchadas y sus preocupaciones tomadas en cuenta.

La IAP es inherentemente educativa, ya que fomenta el aprendizaje y la enseñanza de

nuevas formas de acción y el cuestionamiento de las condiciones de vida establecidas. En este

proceso, se busca desarrollar la conciencia crítica de todos los involucrados.

La autonomía del grupo será un principio fundamental. Esto significa que los miembros

de la comunidad tendrán el control y la dirección de sus acciones en la búsqueda de soluciones a

la problemática alimentaria. Como facilitadores externos, respetaremos y apoyaremos sus

decisiones.

Su naturaleza colectiva y política se refleja en su capacidad para dar voz y decisión a los

nuevos actores sociales, fortaleciendo así la sociedad civil. La IAP se convierte en un

instrumento democratizador al empoderar a la comunidad y permitir que influya en las

decisiones que afectan su propia realidad.

Por último, la IAP se caracteriza por su enfoque crítico, lo que significa que

cuestionamos las normas sociales establecidas y reconocemos las causas profundas de los

desafíos que se enfrentan en relación a la escuela secundaria de Entre Ríos.

En resumen, la IAP no solo busca transformar situaciones percibidas como injustas y

opresoras, sino que también fomenta la reflexión, el diálogo y la participación activa de la

comunidad en todo el proceso. Esto garantiza que las soluciones sean relevantes, efectivas,

enriquecedoras y empoderadoras en la escuela secundaria de Entre Ríos.

Empoderamiento

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En el contexto de nuestra investigación sobre la problemática. Es fundamental

comprender el concepto de empoderamiento. El empoderamiento se relaciona directamente con

la capacidad de las personas, en este caso, los/as estudiantes y otros miembros de la comunidad

escolar, para ganar control sobre los recursos y participar activamente en la toma de decisiones

que afectan su vida diaria.

Muchas comunidades, incluyendo la nuestra, han experimentado situaciones en las que

el poder ha sido ejercido de manera desequilibrada, a menudo causando sufrimiento y

restricciones en la vida cotidiana. El poder, en sus diversas formas, está presente en todas las

relaciones humanas, incluyendo las relaciones familiares, laborales y comunitarias.

El empoderamiento se convierte en una estrategia esencial para abordar nuestra

problemática. Implica permitir que los estudiantes y otros miembros de la comunidad accedan al

control de los recursos, tanto materiales como simbólicos, y fortalezcan sus habilidades y

protagonismo en todos los aspectos de su vida. Esto incluye tomar conciencia de sus derechos,

capacidades e intereses, así como comprender cómo estos se relacionan con los intereses de los

demás.

El empoderamiento no se limita al cambio individual, sino que también implica la

acción colectiva. En este proceso, buscamos una transformación profunda de los procesos y

estructuras que perpetúan la desigualdad y la falta de acceso a alimentos saludables en nuestra

comunidad.

En resumen, el empoderamiento se convierte en una herramienta esencial en nuestra

investigación, ya que busca capacitar a los miembros de la comunidad escolar, incluyendo a los

estudiantes, para tomar decisiones informadas y participar activamente en la búsqueda de

soluciones a la problemática alimentaria. Esto les permitirá acceder al control de los recursos y

mejorar su calidad de vida en todos los aspectos.

Salud, Calidad de vida, Bienestar y Educación

La escuela, además de ser una institución educativa, cumple un papel de

resguardo, ya que, en muchas ocasiones, la realidad en los hogares implica violencia,

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abuso y hambre. En situaciones de crisis, se evidencia el desamparo, afectando a los

diferentes miembros de la comunidad como sujetos reales, cada uno con sus

complejidades.

Los individuos transitan por diversas dimensiones, como la familia, el contexto

socio-cultural, las creencias y tradiciones, las políticas locales, entre otras, ampliando su

campo de experiencia. Aunque comparten pautas, como la comunidad y la realidad

compartida, es esencial destacar las singularidades y potencias individuales que también

pueden fortalecer a la comunidad.

En nuestra perspectiva clínica, nos apoyamos en lo que el sujeto muestra como

potencia, evitando estigmatizar o limitar mediante diagnósticos restrictivos. Esta lógica

implica pensar en la libertad y respetar el derecho fundamental de ser escuchados, lo

cual incide no sólo en el proceso de salud, sino también en la calidad de vida y el

bienestar.

Consideramos la salud desde la libertad, no limitándola a la mera ausencia de

enfermedad, sino abarcando un estado integral que engloba aspectos físicos, mentales y

sociales. Al observar cómo los estudiantes eligen transitar un espacio dinámico que

atraviesa diversas dimensiones, comprendemos que este trayecto impacta directamente

en su calidad de vida y bienestar. Nuestra perspectiva sobre la salud se solidifica al

adoptar el enfoque de sujetos de derechos, reflejando así nuestra posición ética en este

proceso. A medida que el concepto de infancia y adolescencia evoluciona, la ley de

prevención y protección integral de niños, niñas y adolescentes (ley n° 26.061) los

ampara, reconociéndolos como sujetos de derecho con opiniones a ser consideradas.

Debiéndose respetar: a) Su condición de sujeto de derecho; b) El derecho a ser oídos y

que su opinión sea tenida en cuenta; c) El respeto al pleno desarrollo personal de sus

derechos en su medio familiar, social y cultural. E) El derecho a la vida, a la dignidad, a

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la privacidad. A la integridad, a no ser sometidos a tratos violento, discriminatorios,

humillante, intimidatorio; a no ser sometidos a ninguna forma de explotación

económica, torturas o abusos. Las políticas públicas deben garantizar sus derechos,

priorizando la protección y el auxilio en cualquier circunstancia, fortaleciendo el papel

de la familia y promoviendo redes intersectoriales locales.

Muchas veces los derechos no se respetan, esto puede llevar al silencio, a la

censura, a la duda y al miedo. Y muchas veces callar situaciones de violencia.

Como futuros profesionales de la salud, es nuestra responsabilidad respetar los

derechos, promoviendo el diálogo y la escucha para que las personas se sientan

validadas y respetadas. En este proceso, reconocemos que la verdad emerge de los

demás, siendo una fuente de saber y conocimiento que guía nuestra labor.

Promoción

La definición de la promoción de la salud en Ottawa en 1986 se concibe como

un proceso que proporciona a individuos y comunidades los medios necesarios para

ejercer un mayor control sobre su propia salud, con el objetivo de mejorarla. Este marco

conceptual esencial establece un vínculo directo con la problemática específica en la

ciudad de Entre Ríos, donde la comunidad escolar, mayoritariamente compuesta por

jóvenes en situación económica desfavorable, se enfrenta a la creciente dificultad de

acceso a alimentos

En este contexto, la promoción de la salud se presenta como una herramienta

fundamental para abordar la situación. La falta de acceso a alimentos no solo impacta

directamente en la salud física y emocional de los/as jóvenes, sino que también influye

en su rendimiento escolar y, en última instancia, en su capacidad para aprovechar al

máximo la educación.

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La promoción de la salud, en este caso, se traduce en la creación de ambientes y

entornos saludables a través de la implementación de soluciones sostenibles. Facilitar la

participación social y construir ciudadanía se convierten en elementos clave para

superar los obstáculos relacionados con la inseguridad alimentaria. Además, establecer

estilos de vida saludables implica no solo mejorar la disponibilidad de alimentos

nutritivos, sino también promover prácticas alimenticias adecuadas que beneficien la

salud general de la comunidad escolar.

El compromiso de involucrar a la comunidad en la implementación de políticas

que respalden estas metas se vuelve esencial. En el caso de la escuela en Entre Ríos, el

proyecto de investigación-acción participativa representa un paso significativo en esta

dirección. Al abordar la problemática de manera integral y participativa, no solo se

busca mejorar el acceso a alimentos, sino también fortalecer el sentido de comunidad,

empoderar a los/as jóvenes y promover un entorno que favorezca la salud y el

aprendizaje

Prevención

La conceptualización de la prevención, que se centra en el control de las

enfermedades con énfasis en los factores de riesgo y poblaciones de riesgo, también

desempeña un papel crucial en la realidad de la ciudad de Entre Ríos.

Contrariamente a la promoción de la salud, que busca crear ambientes saludables

y establecer estilos de vida saludables, la prevención aborda específicamente los riesgos

de enfermedad y se enfoca en anticipar y abordar proactivamente estos riesgos. En la

ciudad de Entre Ríos, la inseguridad alimentaria se ha convertido en un desafío

persistente que afecta tanto el bienestar físico como emocional de los/as jóvenes.

Aunque los esfuerzos de los/as profesores por brindar herramientas y recursos

para la producción de alimentos han generado un sentido de comunidad y

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empoderamiento entre los estudiantes, la problemática persiste y requiere un enfoque

más integral. La investigación-acción participativa propuesta busca no solo prevenir

enfermedades vinculadas a la carencia de alimentos, sino también abordar las raíces del

problema y colaborar en la identificación de soluciones sostenibles. Este enfoque no

solo protege la salud física de los/as jóvenes, sino que también contribuye a un entorno

escolar más propicio para el aprendizaje y el bienestar general.

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Participación Comunitaria

La palabra participar hace alusión a trabajar unidos. Y en ese trabajo colectivo se

transforma y se es transformado en una relación que implica individuos, grupos y

circunstancias en las cuales se está participando, lo cual, a su vez, implica decisiones,

acciones, derechos, deberes y logros. Como se ha demostrado en el campo psicosocial

comunitario, esa participación es una condición para el fortalecimiento y para la

libertad.

Entonces, desde la perspectiva comunitaria, por participación se entiende:

 La acción conjunta y libre de un grupo que comparte intereses y

objetivos.

 Contextualización y relación con la historia de la comunidad y el

momento o la coyuntura en que se realiza.

 Un proceso que implica la producción y el intercambio de conocimiento.

Se intercambian consejos, recursos y servicios.

 Acción socializadora y concientizadora que transmite, comparte y

modifica patrones de conducta.

 Colaboración. Es decir, labor compartida por el grupo en diferentes

grados de intensidad e involucración.

 Correlación (léase correlación). Relaciones compartidas, ideas

compartidas, recursos materiales y espirituales compartidos.

 Organizar, dirigir, tomar decisiones, efectuar acciones a fin de alcanzar

las metas establecidas conjuntamente.

 Existencia de patrones democráticos de comunicación entre los

participantes.

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 Reflexividad. Es decir, la capacidad de evaluar críticamente el trabajo

hecho.

 Solidaridad.

 Diversos grados de compromiso con los proyectos comunitarios y sus

objetivos. No todas las personas de una comunidad tienen el mismo

grado de compromiso.

 Generación y aceptación de una normatividad a fin de funcionar como

grupo.

 Dar y recibir. Se aporta y a la vez se es beneficiario de los aportes hechos

por otros y, además, de la suma de todas las participaciones.

A estos aspectos, se pueden agregar otras características de la participación

comunitaria citadas por Sánchez, tales como el carácter inclusivo de la participación; el

estar dirigida hacia la consecución de una meta; el estar integrada por una multiplicidad

de tareas o acciones orientadas hacia ese propósito común; la necesidad de unión y

organización para que sea efectiva; el ser "un espacio dinámico que evoluciona"

(Sánchez, 2000. pp. 37-38) y el ser "una construcción social múltiple, sujeta a valores y

circunstancias contextúales que surgen en un determinado momento" (Sánchez, 2000. p.

41).

En resumidas cuentas, La participación comunitaria puede ser definida de la

siguiente manera: un proceso organizado, colectivo, libre, incluyente, en el cual hay una

variedad de actores, de actividades y de grados de compromiso, que está orientado por

valores y objetivos compartidos, en cuya consecución se producen transformaciones

comunitarias e individuales.

Para el trabajo en nuestra comunidad hemos ideado un plan de participación e

implementación. El mismo tiene por objetivo movilizaremos a la comunidad en su

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problemática, logrando en una primera instancia la concientización de la problemática,

la interiorización sobre lo que sucede en la comunidad, buscando sacarlos de esa

normalidad aparente, a fin de lograr un involucramiento por parte de sus agentes

internos y que se genere un deseo de cambio, empoderando y fortaleciendo a la

comunidad.

Proyecto de intervención comunitaria.

Técnicas o estrategias de sensibilización:

1) Grupos Focales con los agentes internos de la comunidad: Reunir en

grupos a estudiantes, profesores y padres interesados en discutir la falta de acceso a

alimentos en la comunidad. Durante estas reuniones, pueden compartir sus experiencias,

preocupaciones y sugerencias. De este modo se buscará concientizar sobre la

problemática existente.

2) Análisis FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas):

Realizar un análisis FODA para identificar los recursos disponibles y los desafíos en la

comunidad. Por ejemplo, esto permitiría descubrir que la comunidad tiene una tierra

fértil para la agricultura (fortaleza) y una organización local dispuesta a apoyar

(oportunidad), pero también carece de experiencia en agricultura (debilidad) y se

enfrenta a la escasez de recursos alimentarios (amenaza). Este análisis ayudará a diseñar

estrategias específicas para trabajar y potenciar sobre las debilidades y amenazas, así

como también aprovechar al máximo las fortalezas y oportunidades.

Técnicas para trabajar sobre la problemática:

1) Talleres de Educación Alimentaria y Seguridad Alimentaria: Invitar a un

nutricionista o experto en alimentos u otros profesionales a realizar talleres en la

comunidad. Estos talleres pueden incluir demostraciones de cocina saludable, consejos

sobre la selección de alimentos nutritivos y discusiones sobre la relación entre una

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alimentación equilibrada y la salud. Por ejemplo, podrían enseñar a los participantes a

preparar recetas saludables con los alimentos disponibles.

2) Talleres que fomenten al Participación Comunitaria: Organizar talleres

para transmitir a los miembros de la comunidad la importancia de su participación en el

proyecto.

A su vez, resulta importante designar facilitadores o mediadores que puedan

asegurar que todas las voces sean escuchadas y respetadas durante las reuniones y

discusiones. Estos facilitadores pueden ayudar a gestionar posibles conflictos y

garantizar un ambiente de participación inclusivo.

3) Entretejer Alianzas Comunitarias: Establecer alianzas con organizaciones

locales, agricultores, comercios y otras partes interesadas. Por ejemplo, conseguir que

un agricultor local colabore y esté dispuesto a proporcionar recursos, por ejemplo,

semillas y asesoramiento en agricultura. Esto les permitirá hacer frente a la

problemática.

4) Eventos Comunitarios: Organizar ferias de alimentos o mercados donde

los productos cultivados y producidos por los estudiantes de la escuela se vendan a la

comunidad. Por ejemplo, se podría organizar un mercado mensual donde se ofrezcan

productos frescos y alimentos preparados por los estudiantes. Esto no solo promoverá

un sentido de comunidad, sino que también ayudará a recaudar fondos para el resto del

proyecto.

Es importante que se mantenga una comunicación abierta y constante con la

comunidad durante todo el proceso. Para ello, utilizaremos métodos de participación

activa, como reuniones regulares y grupos de trabajo, para involucrar a los agentes

internos en la toma de decisiones y la implementación de las soluciones. A su vez, esto

permitirá la evaluación y autoevaluación.

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Reuniones Regulares:

- Reuniones de Planificación Estratégica: Iniciaremos con una reunión

inicial para definir los objetivos del proyecto y el alcance de la participación

comunitaria, asegurándonos de que todas las voces estén representadas, incluyendo

representantes de estudiantes, profesores, padres y miembros clave de la comunidad.

- Reuniones de Seguimiento: Programaremos reuniones regulares (por

ejemplo, mensuales) para dar seguimiento al progreso del proyecto. En estas reuniones,

revisaremos los logros, desafíos y las próximas etapas, documentando las discusiones y

decisiones tomadas en cada una.

- Reuniones Temáticas Específicas: Organizaremos reuniones enfocadas

en áreas específicas del proyecto, como la planificación de actividades agrícolas, la

gestión del huerto escolar, la promoción de la salud o la evaluación de impacto. Esto

permitirá una discusión más detallada y la participación de expertos en cada área.

Nuestro Rol como Psicólogos

Nuestra función como psicólogo en este contexto, es esencialmente el de un

acompañante y sostén emocional. Alguien que está presente para respaldar y proteger en

momentos cruciales, evitando que las situaciones desfavorables se conviertan en

traumas duraderos o pongan en riesgo la vida. Nuestra intervención como psicólogo se

basa en la mirada y en la escucha activa, brindando un espacio seguro donde se pueda

expresar el sufrimiento sin necesidad de proporcionar soluciones inmediatas a la

problemática existente.

El aporte de la psicología comunitaria en este contexto implica reconocer y

potenciar tanto las fortalezas individuales como las dinámicas grupales. Nosotros como

psicólogos comunitarios colaboraremos en la creación de espacios donde se promueva

la expresión libre, la interacción y la reflexión colectiva. Al hacerlo, buscaremos

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habilitar nuevas formas de relaciones discursivas, rompiendo con patrones negativos y

promoviendo la construcción de significados positivos en la comunidad.

La escucha activa, desde la perspectiva de la psicología comunitaria, se

convierte en una herramienta esencial para apostar a la pluralidad de sentidos. Al

reconocer la diversidad de experiencias y perspectivas dentro de la comunidad, se

promueve un proceso participativo en el cual los sujetos, tanto a nivel individual como

colectivo, se convierten en protagonistas y creadores de su propia narrativa.

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Conclusión

Para concluir, este trabajo práctico ha explorado diversas dimensiones de la

psicología comunitaria y su aplicabilidad en el abordaje de problemáticas sociales.

Hemos reflexionado sobre el rol esencial del psicólogo comunitario como facilitador del

bienestar, destacando su capacidad para tejer lazos, promover la escucha activa y

empoderar a individuos y comunidades.

A lo largo de nuestras reflexiones, hemos profundizado en la idea de que la salud

no es solo un fenómeno individual, sino también social y colectivo. La psicología

comunitaria, al reconocer esta interconexión, emerge como un agente de cambio

significativo al trabajar no solo en aspectos individuales de la salud, sino también en los

factores sociales y contextuales que la moldean.

La mirada integral de la psicología comunitaria se ha abordado desde la

perspectiva de la promoción de la salud, el bienestar y la calidad de vida. Su enfoque

colaborativo y participativo ha sido destacado como clave para impulsar

transformaciones significativas en la realidad de las personas. Además, se ha subrayado

la importancia de la participación activa de la comunidad en la protección y promoción

de sus propios derechos.

En resumen, este trabajo práctico nos ha permitido adentrarnos en la riqueza de

la psicología comunitaria como disciplina, entrelazando la teoría con la praxis. Hemos

explorado cómo esta disciplina puede contribuir de manera sustancial a la construcción

de comunidades más saludables, resilientes y participativas, destacando la importancia

de la intervención psicológica en la mejora del bienestar colectivo.

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Referencia Bibliográfica

Montero, M. (2004). Introducción a la Psicología Comunitaria. Desarrollo conceptos y

procesos. (1º ed.). Buenos Aires: Paidós Tramas Sociales. Cap. 1, 2, 3, 6, 7, 8.

Freire, P. (1969). La Educación como práctica de la Libertad. (1º ed.). Uruguay: Tierra

Nueva.

Montero, M. (2006). Teoría y Práctica de la Psicología Comunitaria. La tensión entre

comunidad y sociedad. Capítulo 1, 2.

Beaglehole, R., Bonita, R. y Kjellstrom, T. (2003). Epidemiología Básica. OPS.

Capítulos 1, 2 y 6.

Bentolila S. (2020). Charla TED: Claves para ayudar emocionalmente en una crisis.

https://www.youtube.com/watch?v=y379TF6XOJc&ab_channel=TEDxTalks

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