Importanciadela Intervencin Cognitivo Conductual
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Resumen
El tratamiento farmacológico ha sido el más utilizado para el trastorno por déficit de atención e
hiperactividad (TDAH), con el que se logra en la mayoría de los casos una disminución en los
síntomas característicos del trastorno. No obstante hay pacientes que presentan efectos
adversos o bien cursan con síntomas residuales de forma significativa. Esto impide que los
pacientes mejoren su calidad de vida; incluso entre el 50 y 80 % de los pacientes que tienen
TDAH continúan presentando síntomas en la adolescencia y en la edad adulta. Por esta razón, al
añadir al tratamiento farmacológico un tratamiento psicoterapéutico los resultados suelen ser
más efectivos que el uso exclusivo de cualquiera de ellos. Así, el presente artículo tiene como
objetivo revisar algunas de las técnicas de la terapia cognitivo conductual (TCC), que pueden
complementar el tratamiento para el TDAH. En el tratamiento cognitivo-conductual se busca
producir un cambio cognitivo para así, lograr una transformación a largo plazo en las emociones
y comportamiento de los pacientes.
Abstract
Drug treatment has been the most used for Attention-Deficit Hyperactivity Disorder (ADHD), in
most cases is achieved a decrease in the core symptoms of the disorder. Nevertheless, patients
have side effects or residual symptoms. Therefore this prevents patients improve the quality of
life; even between 50 and 80% of patients with ADHD continue to show symptoms into
adolescence and adulthood. For this reason, the psychotherapy added to drug treatment results
are often more effective, than the exclusive use of any of them. Thus, the aim of this article is to
review some of cognitive behavioral techniques, which can complement the treatment for ADHD
taking into account aspects that have not been considered in making cognitive
conceptualization. The interest in the treatment is to generate a cognitive change in order to
achieve long-term transformation in emotions and behavior.
Introducción
Los estudios de metanálisis han identificado que la prevalencia mundial del TDAH se
encuentra alrededor del 7.2% (Thomas, Sanders, Doust, Beller, & Glasziou, 2015),
aunque ya se había encontrado que los pacientes con TDAH que continúan
presentando síntomas en la adolescencia y adultez van desde el 50 hasta el 80 %
(Barkley, Fischer, Edelbrock, & Smallish, 1991; Gittelman, Mannuzza, Shenker, &
Bonagura, 1985), teniendo como resultado una prevalencia en la edad adulta de 4.4% a
nivel mundial (Kessler et al., 2005, 2006).
Los síntomas del TDAH comúnmente identificados son déficits relacionados con la
memoria de trabajo, la capacidad de organización, el mantenimiento de atención y el
cumplimiento de tareas (Kessler et al., 2010). A nivel conductual, se observan
dificultades en el control emocional y la motivación (Barkley, 1997, 2001).
Consecuentemente, es común encontrar en adultos que padecen este trastorno,
síntomas de ansiedad, depresión (Susan Young, Toone, & Tyson, 2003), problemas en
relaciones interpersonales, abuso de alcohol y otras sustancias (Pliszka, 1998; Shaw et
al., 2012).
que le permitan mejorar su calidad de vida y cumplir objetivos a corto, mediano y largo
plazo. El objetivo de este artículo es presentar una revisión de las herramientas de TCC
que pueden ser utilizadas en el tratamiento del TDAH.
Desde entonces, Beck y otros profesionales han adaptado la TCC a varios trastornos
psiquiátricos, estas adaptaciones han modificado el objetivo, las técnicas y la duración
del tratamiento. El modelo cognitivo propone que todas las alteraciones psicológicas
tienen en común una distorsión del pensamiento, que influye en el estado de ánimo y
en el comportamiento de los paciente. El tratamiento se basa en la formulación
cognitiva de un trastorno específico y su aplicación a la conceptualización o
comprensión de cada paciente.
De acuerdo a la terapia racional emotiva (TREC), los humanos son más felices cuando
establecen objetivos y propósitos, y activamente procuran la realización de estos. El
objetivo de la TREC es modificar los núcleos cognitivos disfuncionales que subyacen a
los estados de perturbación psicológica (Ellis & Dryden, 1997).
En el caso del TDAH, más que enfocarse en los síntomas característicos del trastorno, el
principal interés de la TCC es tratar las dificultades con las que los pacientes se
enfrentan. En un estudio realizado por Young y colaboradores, la intervención
cognitivo-conductual con pacientes adultos diagnosticados con TDAH, mostró una
mejoría significativa a largo plazo en síntomas comórbidos de ansiedad y depresión
(Young et al., 2015).
Intervención Cognitivo conductual 33
Distorsiones cognitivas
Conceptualización cognitiva
Modelo Meta-cognitivo
Este modelo extiende los principios y prácticas de la terapia cognitivo conductual, por
medio de un programa enfocado en el tratamiento del manejo del tiempo, y brinda
habilidades de organización y planeación. En estudios controlados con adultos, se han
encontrado mejoras después del tratamiento en los síntomas de inatención, así como
en las funciones ejecutivas; aun cuando la depresión se presentaba de forma
comórbida, el tratamiento fue efectivo (Solanto, Marks, Mitchell, Wasserstein, &
Kofman, 2008).
Este tipo de intervención se enfoca en aumentar la capacidad general del paciente para
abordar situaciones estresantes. Implica cambiar los factores cognitivos que obstruyen
de forma negativa la orientación del problema, la visión general de los problemas, y la
autoevaluación respecto a la capacidad propia de resolverlos (D´Zurilla y Nezu, 1999).
Consiste en enseñar habilidades para identificar las tareas que son difíciles de manejar
y que debido a que son percibidas como complejas se posponen por días o incluso por
semanas. Las habilidades ayudan a:
Estrategias de Organización. Consiste en que los pacientes usen una libreta en la que
llevan una lista de tareas por hacer y un sistema para llevar el calendario. Sprich et al.
(2010), el objetivo entonces es:
Organizar el calendario
Hacer lista de tareas, que permita tener una estructura
Se considera fundamental que los pacientes aprendan a poner por prioridades las
tareas. Solanto, Marks, Mitchell, Wasserstein y Kofman (2007), proponen la enseñanza
de las siguientes estrategias;
“Cada cosa en su lugar”, definir los sitios a donde pertenece cada objeto
Dividir el espacio físico en zonas organizadas
Desarrollo de habilidades para mantener una organización
Calcular tiempo, estimar de manera realista el tiempo que requiere cada tarea
Uso efectivo de agendas, determinando el tiempo necesaria para la realización
de tareas, sin subestimar ni sobrestimar sus habilidades
Dividir tareas complejas en partes manejables y hacer una a la vez
Establecer prioridades
Auto reforzadores contingentes, cada vez que la persona consigue hacer una
tarea utilizar verbalizaciones positivas
Imaginar escenarios positivos o negativos tomando en cuenta recompensas y
consecuencias a largo plazo
Minimizar distractores
Técnicas para lidiar con la distracción. Cuando los pacientes reportan dificultad para
mantener la atención en una tarea y terminarla, debido a que otras tareas o distractores
Intervención Cognitivo conductual 37
le estorban; se le pide al paciente que registre cada vez que se distrae, en vez de poner
atención a lo que lo distrajo, y después regresar a la tarea previa. Las técnicas buscan
que el paciente esté más alerta de los factores ambientales que contribuyen a distraerse
y poder manejar, controlar, la tendencia de moverse de una tarea a otra sin terminar la
primera o ninguna (Sprich et al., 2010).
Los síntomas que experimentan los pacientes con TDAH tienen repercusiones
negativas significativas en su funcionamiento diario, debido a las fallas para enfocar y
mantener su atención, así como en su capacidad de organización y memoria (Brown,
1996). Su autoestima, también suele verse afectada ya que sus síntomas muchas veces
impiden que estas personas logren cumplir sus objetivos (Solanto et al., 2010). Las
significativas dificultades de organización y las disfunciones para manejar el tiempo,
resistir la distracción y mantener la atención resultan en una actitud general irracional
de posposición e ineficacia, lo cual constituye una fuente de estrés importante.
Con respecto al trabajo grupal, se ha encontrado que algunas técnicas como las
autoafirmaciones no pueden tener el mismo impacto para todos los participantes, ya
que cada uno tiene distintas distorsiones del pensamiento y estas deben trabajarse de
forma individual para que la credibilidad sea alta y sean capaces de modificar el
comportamiento (Solanto et al., 2010). Aunque la terapia en su versión grupal tiene
una buena justificación, ya que los participantes sirven como modelos de conducta y
reforzamiento para los otros, sería necesario que en la terapia grupal los participantes
tuvieran el mismo nivel de conocimientos de TCC para que el espacio funcione y ponga
a prueba sus habilidades como auto terapia.
Conclusiones
Las técnicas de TCC más utilizadas están enfocadas en disminuir los síntomas
conductuales (Safren et al., 2005; Solanto et al., 2010), los cuales son más evidentes
tanto para los pacientes con TDAH como para las personas que los rodean.
capaces de reconocer que han perdido el foco de atención y regresar a éste sin tener que
pasar por un conflicto interno y presentar emociones negativas.
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Biografía
Elisa Esther Ortiz Cruz. Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM). Actualmente es estudiante de doctorado del programa de Psicología en el área
de las Neurociencias de la Conducta en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM.
Regina Ojeda Sánchez Hidalgo. Licenciatura en psicología, Universidad de las Américas, Puebla.
Master Internacional en Psicobiología y Neurociencia Cognitiva, Universidad Autónoma de
Barcelona. Directora y Socia fundadora de NEUROingenia.