Metafisica CAUSALIDAD

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Después del estudio de los entes y transcendentales, es preciso hablar de la

causalidad, y esta nos aporta una visión de las cosas, es decir, en cuanto influyen
en el ser de otras. Se abre así una nueva faceta de la metafísica, que considera la
dinámica en el ámbito del ser, es decir, como los entes sobre otros ejercen
influencia mutuamente por medio de la causalidad.

LA EXPERIENCIA DE LA CAUSALIDAD

En la vida nos encontramos con diversas modalidades de actividad y pasividad: la


piedra cae sobre el lago y origina en él un conjunto de ondas concéntricas, el sol
calienta los cuerpos que ilumina, etc., y a su vez, en la vida practica y en la
actividad científica, hay convencimientos de que existen relaciones de
dependencia entre las cosas. Pero, algunos filósofos han tratado de reducir este
influjo causal en una sucesión cronológica de los hechos, y han terminado por
declarar la imposibilidad del conocimiento científico cayendo en una especie de
escepticismo. Por otro lado, la causalidad se descubre inductivamente a medida
que nuestra experiencia advierte la limitación y finitud de cualquier
efecto.--------------

Y sin caer en experimentos científicos que nos expliquen este influjo causal,
podemos observarlo en las experiencias de la vida:

Experiencia externa: observamos la influencia mutua en los objetos exteriores a


nosotros, en este influjo distinguimos la contigüidad temporal; nadie sostiene que
el tres sea causa del cuatro, o que la noche cause el día, pero el origen causal de
estas secuencias es el movimiento periódico de los astros.

Experiencia interna: decimos que cada uno es causa de sus propios actos, por
ejemplo, mover una mano, correr, etc. Experimentamos las acciones pretéritas y
encadenamos un conjunto de razonamientos.

Experiencia interno-externa: somos conscientes de nuestra actividad causal sobre


el exterior y del influjo que ejercen sobre nosotros las cosas que nos rodean; por
ejemplo, somos capaces de moldear un cuerpo o instruir a otras personas, de
moverlas con nuestro ejemplo; el fuego quema la mano que se acerca a la llama.
Estos ejemplos refieren a la causalidad eficiente, pero también en nuestros actos
libres, poseemos una experiencia privilegiada de la causa final, obramos siempre
por un motivo. Por último, la causalidad de la materia y la forma son resultado de
la conjunción de ambos principios.

NATURALEZA DE NUESTRA EXPERIENCIA DE LA CAUSALIDAD.

La existencia de la causalidad es una verdad evidente, que no hay que demostrar,


sino estudiarla y tratar de examinar su fundamento, ya que es una realidad que se
nos presenta. Este fundamente trata del ente, que es y por eso puede causar.

Para entender la causalidad en general, antes es preciso saber que la causalidad


es un proceso que parte de ciertas cosas (causas) y afecta a otras (efecto). En
algunos casos advertimos antes ciertos efectos que se producen en determinadas
substancias (por ejemplo, una enfermedad) y entonces procedemos al
conocimiento de sus causas propias (ej un virus). Por tanto, la cuestión de la
metafísica es el ente, y el problema de la causalidad se reconoce como el
problema del ente.

EL PRINCIPIO DE CAUSALIDAD

Al entender la causalidad, entendemos que la causa y el efecto están vinculadas


inseparablemente, ya que ambas se requieren recíprocamente, hasta el punto de
que ni siquiera pueden entenderse una sin la otra: lo que es causa, es causa de
algo y ese efecto entraña con necesidad un origen causal. La dependencia de
causa-efecto entre las cosas se expresan de múltiples maneras bajo el apelativo
de principio de causalidad (solo nos referimos aquí a la causalidad eficiente)

- Todo efecto requiere un fundamento causal.


- Todo lo que empieza tiene una causa: puede aplicarse este principio a
cualquier perfección de los entes que tenga un inicio temporal, ya que es
notorio que lo que no posee un determinado acto no es capaz de dárselo a
sí mismo, sino que requiere el influjo de otro ente que goce de dicho acto: lo
que no es rojo, por ejemplo, empezara a serlo cuando alguna potencia
activa apta para enrojecer le comunique esa perfección. (esa potencia
activa puede ser algo exterior al sujeto, como la brocha del pintor)
- Todo lo que es movido, es movido por otro. “movimiento de potencia-acto”
de un cierto no ser al ser. Movimiento agente externo, causa eficiente
- Todo lo que conviene a algo y es de su esencia, le pertenece a alguna
causa. En todos los entes se advierten una serie de perfecciones que
dependen de su naturaleza: es hombre es naturalmente inteligente,
determinadas proporciones corporales, etc. No podemos buscar una causa
de estas perfecciones más allá de su propia esencia. Estas perfecciones
pueden darse gradualmente, los hombres son más o menos inteligentes.
Sin embargo las perfecciones que no convienen a algo solo por su esencia,
tienen que ser causadas por un agente distinto de él.
 Nada puede ser causa de sí mismo, pues se produciría en el ser para
llegar a ser, lo que implica que seria y no sería a la vez, atentando
contra el principio de contradicción.
 Ninguna causa puede producir un efecto superior a sí misma. La causa
se exige precisamente para explicar el origen de una perfección que un
ente tiene y que no puede haberse otorgado a sí mismo. Si por el
contrario, la supuesta causa no tuviera la perfección que observamos en
el efecto, ya no sería verdadera causa: el resultado nuevo vendría
simplemente de la nada, y de la nada, nada procede.

LA NOCION DE CAUSA

La causa podría definirse como aquello que real y positivamente influye en una
cosa, haciéndola depender de algún modo de sí.

Entre las notas que caracterizan la noción de causa y efecto se encuentran las
siguientes:

- Dependencia efectiva en el ser: una causa es causa en la medida en que


sin ella no puede comenzar a ser, o subsistir el efecto. Una casa por
ejemplo, no podría mantenerse de pie sin los materiales que la integran,
pero tampoco existiría actualmente la casa sin el trabajo de las personas
que la han construido, aunque ese trabajo haya influido, más que en el ser
actual, en el hacerse del edificio. Esta doble manera de influir en el efecto
permite definir la causa como todo aquello de lo que la cosa depende según
su ser o su hacerse.
- Distinción real de la causa y el efecto; esto es evidente, pues la
dependencia real entre dos cosas entraña necesariamente su efectiva
distinción
- Prioridad de la causa sobre el efecto toda causa es anterior a su efecto
según un orden de la naturaleza. En muchos casos esta prioridad de
naturaleza, supone también una anterioridad temporal: los padres son antes
que los hijos, y el escultor antes que la estatua.

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