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Lacan La Instancia de La Letra

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JS;éPrr

LA CAN lA INSTANCIA DE LA LETRA EN EL INCONSCIENTE


. ,,

O LA RAZóN DESDE FREUD

Niños en mantillas

Oh ciudades del· mar, veo en vosotra> a vuestros ciuda­


danos, hombres y mujeres, con los brazos y las. piernas
estrechamente atados con sólidos lazos por gentes que
no comprenderán vuestro lenguaje y sólo entre vosotros
podréis exhalar, con quejas la grimeantes, lamentaciones
y suspiros, vuestros dolores y vuestras añoranzas de la
libertad perdida. Porque a quellos que os atan no com­
prenderán vuestra lengua, como tampoco vosotros los
comprenderéis..

LEONARDO DA V1NCI, Cuadt:rnos'

Si el tema de este volumen 3 de La Psychanalyse� pedía de mí


c.sta colaboración, debo a esta deferencia, por lo que se verá,
d introducirla situándola entre lo escrito y el habla: estará a

medio camino.
Lo escrito se distingue. en -efecto por una .preeminencia del
texto, en el sentido que se verá tomar aquí a ese factor del dis­
curso, lo cual permite ese apretamiento que a mi juicio no debe
dejar al lector otra salida que la de su entrada, la cual .yo pre­
fiero difícil. No será éste pues un escrito a mi juicio.
La propiedad que concedo al h-echo de alimentar mis leccio­
nes de seminario con un aporte inédito cada vez, me ha i mpe ­
dido hasta ahora dar semejante texto, salvo para algu.na ele
ellas, por lo demás cualquiera en su continuidad, y al que aguí
sólo es válido referirse para la escala de su tópica.
Pues la urgencia de que hago ahora pretexto para abandonar
ese punto de vista no hace sino recubrir la dificultad de que,
de sostenerla en la escala en que debo aquí presentar mi ense­
iíanza, se aleje demasiado d·e la palabra, cuyas medidas diferen­
tes son esenciales para el efecto de formación que busco.

'Codice Atlantico 145 r. a., trad. francesa de Gallimard, tomo n. p. 400.


1 Psychanalyse et scit:nccs el�: /'homme.

[4-73 ]
327
·íH
I.Jr. INSTANCIA DI:: LA INSTANCIA DE LA LETR.�
U'!llA.

. o d un � charla q�e me f
L. \
p or esl) he tomad
lítica descubre en el inconsciente. Poniendo al erta desde. el prin
o e!>te ses
en ese instant e po
r
el orupo b e 1 oso Ia � /I ue ped id a .

estudiantes de letras o de la I•ederación de cipio al esp í rituadvertido sobre el hecho d-e que puede verse
' a pa ra uscar en los
. obligado a revis:-tr la idea de que el inconsciente no es s in o b
. . . él e! acom�do proptc .
mt expos1t 1ón: su general id ro a
.
nizarse c.on el carácter ext raor �
ad ec e a
� na encue ntra cómo armo- .sede de los instintos.
d1 n an o de 5u aud'
o h.jeto único encue
ntr . tton·o, pe ro su Pero esa letra, ¿cómo hay que tomárla aquí? Sencill�rneqte-,
a la ronmve cla • �

·u.a J mt t tulo nnde


f � . de su calificación comt.'m
'
al pie de la letra.
e
la literatura a la '
¿Cómo olvidar en e fe
.
J . Designamos como letra ese soporte material que el discurso
' homena 'e
c to q ue Freud ma
ntuvo constanteme concreto toma del lenguaje.
a _ de esa calificación
)' hasta su final la . nte
formación de los ana
exigen c¡;:¡ p n. mer
rsta �_ , y que destgnó. en . para la Esta simple d-efinición supone qÜe el l enguaje no se confun.
1a unzverszt
t
ramm de sie
mpre el lu ar. 1'dea1 p:¡,-

as liUe- de con las di ver sas funciones somáticas
y psíquicas que le' estor­
.

a su msmudó
ban en el sujeto hablante.
.
Asl e 1 z.ecurso al mo
.
?
vimiento re sti t uid0 en
n?4
curso marcab1 por .a- Por la razón primera de que el lengu a j e pre­
.
cal ten te de ese
· s a aquellos a q u i en
dis.
o d'd
con su estructur:1
1 ura , gracta
· ·

destino, a aqu<ellos a

e lo
na
s �xiste a la entrada que h ac e en él cada sujeto en un momento.
_ . ue
.
, UJenes no se d1n ·
. .
Q ute ro dec ir: nin guno de aq .
de su desarrollo me n tal.
que sea en psicoanálisis o ' s ea por
por l es iones puramente
uellos que . .
tole ran que su dis . . . la fmahd ad Notemos que las afasias, causadas
por alguna falsa iden a na tómicas de los aparatos cerebrales que d an a esas funciones.
ti ad
crp lm a se
d hag a valer

en
su centro mental, .muestran en su conjunto repartir sus J{;(icit
.Vicio habitual y tal
5�
��
.
cler;t puede parecer una coarra- entm nt
ef to e al qu
e mduso la verd a ­ según l a s dos vertientes del efecto significante de lo que lla­
re o c:a s, de la que mamos aquí la le tra, en la crea ci ón de la significación.:� lndica­
e su redo b lam;en
to reflnado no escape
por lo menos qu se espera
aclara r á con lo que sigue.
;
más mtiles. a los ción que se
i\sí es como Y tamb ién el suj e to , si pued e parecer siervo del
observa. con curiosida
se
lenguaje. lo
l'rJ
d el v t. r aJ:: que se . . .
es más aún de un disc urso en el movimiento universal del cual
a la simboli.za
ción y el lenguaje
lo que respecta lfliCla
Psychoanal. con ¡rr;m en -el Int. ].
.
su lugar -está ya insc r i to en el momento de su nacimiento. :wn.
sólo fuese baj o la forma de su nombre p ropio .
d spl'legue de dedos
de
Y e Jespersen . Estos CJ
� �
do los folio de S· ¡Jir húmedos removien- que
La referencia a la experiencia de la comu t+ id ad como :1 b
f ·

rcJcJos son toda v a


• · ·

novicios, pero sob


re todo I es fa. 1 ta el tono. �
Cierta seriedad h ace sustancia de ese d iscu rs o no res uelve nada. Pues ·esa expericnci:1.
sonrc(r al entrar
en 1o verfd1co . ·

1 E in cluso ¿cómo roma su dimensión esenc ial en la tradición que instaura ese dis­
'

curso. Esa tradición, mucho ames de que se inscriba en elb el


un psicoanalista de
t o1 a tso
hoy no se
a tocar ¡ a pal o
. . "e senrirfa lle!!'a- "

abra, cuand o su expen. .


• '

el.a su HHtrumento enc1a re ci be de drama histórico, fu n da las estructuras elemen·tales de la cultura.


o, su material y has
ta el ruido de Y esas estructuras mismas reve l an una orde n ació n de los imer­
. su
fondo de sus incen
dum r i � ::� cambios que, aun cuando fuese inconsciente. es inconc;:bible
fuera de las permutaciones que a u toriza el letigua j e.
De clo :J de resulta que la dualidad etnográfica de la u;tturak·
. J. EL SF..N11DO DE LA
LETRA.
'Este aspecto, muy sugestivo para trastornar !a perspecliva de la "función
r"irológica"que lo oscurece todo en e�ta maleria, aparece luminoso en d
Nuestro titulo da
a entender e ue más al la, de esa palab análisis puramcule lingüisLico Je las dos �r:mdes formas de -'la afasia que:
toda la estructura
del lengua
'Je
. 11,o que la experi
ra,. e� de los jefes ele b. lingülslica moderna. Roman Jakobson.
Cf. en t:! mi\s acce;ib!e de sus lr:Jbajos, Fur1damt:ntals oj languag� ¡con
pudo ordt:nar uno
encia psi coana-
m:t YQ de 195 7 e
, Ttll·o 1"1!ar t:l 9 e],. Monis Hall�). Mouton and Co. 's· Cravenhage ( Fundamenlc . .;d (cn{!,ua j e,
ll· el
IAlua, y la di5n"iún ¡;ro • •
an(JLt"a tro Descartes de Ci.-ncia Nueva, Madrid, J9G7j. los rapltulos 1 al IV de la Seg·nnda Parte.
u nas copas
la Sor.
' D.
:l.s( como en la r..:wpibci6n ,¡., ¡ ounccionl'S Jc·hicla a los cui<btlos de Niro·
sig;,¡ó fn:nl e a
1� Frag� dt:r l.aienana!-
283. {¡Pueden los lego
·
ttr:rcu el rltJti/úiJ
s
• ys� G W ., XJv,
las Ruwtt, aparecidl t:n bs r.tiiti .. n< du !\!inuil bajo el l(lulo de EHais ¡¡, .
. . PP· 231-
.;_.; o. .,.J2 . .-IS)
,
gui>liiJilCI [En.1ayos de lin¡.:íii,tic•: .t:<•lotJ I , Scix y Barra!, B: rcclona, bí:>;.
.', .,>. . XX" • pp '<J• ,
.
·

329
476 U, !IISTANCIA Dp; LA LETR.�
-471
za y de la cultura está en vías de ser sustituida por una concep­
LA INSTANCIA DE !.,\ LF.TRÁ

que se le'e así: significante sobre significado, el "sobre" respc n­


ción ternaria: naturaleza, sociedad y cultura, d'e la condición
de a la barra que separa sus dos etapas.
humana, cuyo último término es muy posible que se redujese ·
al lenguaje, o sea a lo que distingue esencialmente a la soci'edad El signo escrito así merece ser atribuido a Ferdinand de Sa�ls­
humana de !as sociedades naturales. sure, aunque no se reduzca estrictam·ente a esa forma en nu�­
Pero no tomaremos aquí partido ní punto de partida, dejando guno de los numerosos esquemas bajo los cuales aparece en la
en sus tinieblas a lás relaciones originales del significante y del impresión de las lecciones di_versas de los tres cursos de los años-
trabajo. Contentándonos, para deshacernos con un rasgo de 1906-1907,4908-1909, 1910-1911, que la piedad de un grupo de sus.
ingenio de la función general de la praxis en la génesis de la . discípulos reunió bajo el título de Curso de lingüística general:
historia, con seiialar que la sociedad misma que pretende haber publicación primordial para transmitir una enseñanza digna de­
·
restaurado en su derecho político con el privilegio de los pro-· ese nombre, es decir que no- püe_de !ier det�nida sino sobre su
ductores la jerarquía causatoria de las relaciones de producción propio movimiento .
respecto de las superestructuras ideológicas, no ha dado a: luz �
Por eso es legítimo que se le rin a homenaje por la formali-
por eso un esperanto cuyas relaciones con lo real socialista hu­
biesen puesto desde su rafz fuera del debate toda posibilidad
zación � en la que se carac.t_eriza en la diversidad de las escue­
s
de formalismo literario.a ·-las la 'etapa moderna- de· la lingiiística.
Por _su parte confiaremos únicament-e en las premisas; ·que La temática de esta ciencia, en-·efecto, esta suspendida desde­
han visto su precio confirmado por el hecho de que el lenguaje ese mom�nto de la posición primordial del significante y def
c onquistó allf efectivamente en .la experiencia su estatuto de significado como órden·es distintos y_ separados inicialmente por
una barrera resistente a la significación.
·

obj:eto científico. _

Pues éste es el hecho por el cual la lingüfstica7 se presenta en Esto es lo que hará posible un estudio exacto de los lazos­
posición de piloto en ese dominio alrededor del cual una nueva propios del significante y de la amplitud de su función en la
c lasificación de las ciencias señala, como es la regla, una revo-_ génesis del significado.
· ·

lución del conocimiento: las necesidades de la comunicación Pues esta distinción primordial va mucho más allá del debate
son las únicas que nos lo hacen inscribir en el capítulo de este sobre lo arbitrario der signo, tal como se ha elaborado desde la
volumen bajo el título de ".ciencias del hombre", a pesar de la reflexión antigua, e incluso del callejón sjn salida experime�­
confusión que puede disimularse en ello.
tado desde la misma época que se opone a la correspondenCia
Para señalar la emergencia de la disciplina lingüística, dire­ biunívócá de la palabra con la· cosa, · aun -'cuando fuese en eT
mos que consiste, éaso que es el mismo para toda ciencia en el acto del nombrar. Y esto en contra de las apariencias tal como
sentido moderno, en el momento constituyente de un algoritmo las presenta eLpapel imputado al índice que señala un objeto
que ];¡ funda. Este algoritmo es el siguiente:
en el aprendizaje por el sujeto infans de su lengua materna o
S en el-empleo de los métodos -escolares llamados concretos para
el estudio de las lenguas extranjeras.
S
. _

Por este camino las cosas no pueden ir más allá de la demo5-


' Recuérdese que la discusión sobre la necesidad del advenimiento de un
tracíóna de que no hay ninguílél, significación que se sostenga
si no es por la referencia a. otra significación:· llegando � tocar
nuevo lenguaje en la sociedad comunista tuvo lugar realmente, y que Stalin,
para alivio de los que �on[iaban en su filosofla, la resolvió en e5tos términos:
el lenguaje no es una superestructura. en caso extremo la observación de que no hay lengua existente
7 La lingüística, decimos, o para la cual se plantee la cuestión de. su insuficiencia para cu­
decir el estudio de las lenguas existentes en
.
su estructura y en las Ic:yes r¡uc en ella se revelan -lo cual deja fuera la brir el campo del significa do, ya que es un efecto de su existen­
cia de lengua el que responda a todas las necesidades. Si nos
teoría cie los códigos abstractos impropiamente colocada bajo la rúbrica de
la teoría de la comunicación. la teoría, de constitución flsica, llamada de la
información. incluso toda semiología más o menos hipotéticamente ge­
ner�iizada. • Cf. el D� ma¡¡;istro de s:m Agustín, cuyo capítulo "De óignificatione lo­
cutionis" coment é en mi seminario el 23 de junio de 1!1?1.

330
)-_. �..
479
iLA INS"fANOA 01!: LA L1:'.1.RA
l.A 11'iST A.'lCIA O k: LA U:Tli.A
co de un misterio total. LD
4íB cual
.seguiría siendo el si67110 enig máti
ponemos a circunscribir en el lenguaje la constitución del ob­
por supuesto no es el caso. . ..
é or producir l.� ll ustraCJ un
jeto. no podl:emos sino compro�ar que sólo se encuentra al nivel Para captar su función emp!!zar p
-del éonceptci� muy diferente de cualquier nominativo, y que
. camente su uso. E.s
clast ' ésta..
.errónea con la cualse introduce
la cosa, reduciéndose muy evidentemente al nombre, se quiebra ·->��::- ..

·en el doble radio. divergente de la causa en la que se ha refu.


giado en nuestra lengua y de la nada (rirn) a la que abandonó
.en francés su ropaje latin o (rem, cosa).
Estas consideraciones. por muy existentes que sean. para el
filósofo; nos desvían: del lugar desde dond-e. el. lenguaje nos.
interroga soqre su naturale.La.. Y nadie dejará de fracasar si sos­
.tiene su cuestión, :lllientras. no nos hayamos desprendido. de la
ilusión de que ei significante responde a la función de represen­

favorecc la dire cciÓ n antes


tar al signficado,
J o .digamos mejor: que el significante deba indi.
respon d er . de su existencia a título de una significación cual­ ·donde se ve hasta qué punto
·quiera.
tes por otra, que sol? P
-eada como errónea. �� .
La sustimiré para mis o yen
. ,
od · con-
Pues incluso red uc id a a esta última fórmula, la herejía es la r en la d1 men s10n '?­
poi: ·exagera
misma. Ella es la que conduce al lógico-positivismo en la bús. siderarse como más correcta _
alista no ha renunc1ado tod_
:wJa
psic oan
mcaning of meaning, te a la que el
con uen
f �
queda del sentido del sentido, del
nominan, en la l"engua en la que sus fervientes se revuelcan, a
como de­
<lel� do, con el sentimiento just
ifica
de ella. Esa
do de
e>tra e
que
s la
s c
� _
stgu
on
ient
o
e.
mm no

�ólo tien-e precio a partir


su objetivd:·De donde se comprueba que el texto más cargado de
-�cutido se. resuelve
ante este análisis en· insignificantes bagatelas.
CABALLE:ROS DAMAS
y sólo resisten sus algoritmos mat-emáticos que. por su parte,
·

Ll U
como es justo, no Lieneü ningún séntidó.9

Queda el hecho de., que el algoritmo � si no podemos sacar


S

�e él más que la noción del paralelismo de sus términos supe­


rior e inferior, c�da uno tomado únicamente en su globalidad,
·donde se ve que, sin e x t e
nde r demasiado el al can ce
del .si���-i­

' Así el seJior Richanls, autor precisamente de uua ob ra sobre los prcce­ o �1lan do untca·
riencia, s· e a rc_d�
f i c a n t e interesado en la expe
·dimientu� ·apropiados p:1ra ese ob j e ti vo , nos. m u es tra. en otra su aplicación. por la yux.t apos tcwn de d�s tér.
E�cogc par a .eso una p;\gii1a ele Mong·T:ie, Mbi_ciCI·· para,·:los· jC:suiías: /llro­ ¡acnte la especie nominal sólo
pare e � eb r ollda rse
rius on the · mirtCI, se: llama co;o. t>n vista deÍ objeto de eSa· piaa. Las garan­ minos cuyo sentido com pl e m
enta r io � � cons
_
resa de una recip ltaCJ ón del se_nudo
tía� aponad:ú a la purt:"La de l a experiencia uo tienen nada que envidiarli: · por ella. se produce la sorp p
.al lujo ue · SU:S puntos ue vista. y c:l letrado experto en el Canon lrauicional as gemela � que mnbo­
i ne sperada : en la imagen ue las dos pu-ert
en que se inserta d texto, es c uc on ua• l o en el lugar mis mo de Pekín cido al hombre ocCJdent�l
para
adnnt.k la ceJHrifugador.t en uemostración fue transportada sin mi rar c11
li:l:an, con el l u ga r excus::�do ofre
el t er� ­
rales fuera de st l casa
p
gastos.
, m
satisfacer sus necesidades natu
tivo que - p;1rece companir con la �an
n:ay?na . de las comu n i ­

te su vtda p u bl i ca a las leyes


Pero no seremos meno$ tramportados, r con menos gastos, de ver ope­
d ad e s p ri m i ti va s y. que some
de la
rarse la tn.nsformación dé un broncé que da un .sonido de campana ante el
más pc<¡ucño roce del pensamiento, en una especie de trapo para limpiar
segregación urinaria. .
p
. . .
la pirarra nr.6'1"a del psicologismo inglés m;í., deplorable. No sin identificarlo,
sólo para j ar a u d J(uso medtante un �ol�� baJo
mostrar cómo el s1gnJflcante
;ay! t�ipidamen¡c con la pmpia meninge de-l a utor. unico resro que subshle es
Esto no de
de m objeto y d e él mismo después ele cumplir el agotamiento del semido al debate nominalista, 'iÍno para
• •• J- .1 -l -. _,..

331
U INSTANCIA DE LA LETRA
LA JNSTA:-IC!A DE LA LF·t!IA 481

entra d'C hecho en el significado; a saber, bajo una forma que, mana, como es justo, para ser evocada aquí que la de Inglaterra,
no siendo inmaterial, plantea la cuestión de su lugar en la rea: condenada a zarandearse de la Punta Gruesa a la Punta Fina
lidad. Pues, de tener que acercarse a las pequeñas placas esmal. del huevo del decano Swift.
tadas que lo soportan, la mirada parpadeante de u n miope ten­ Queda por concebir qué estribo y qué corredor debe atravesar
dría tal vez justificación para preguntar si es efectivamente ahí la S del significante, vi�ible aquí ·en los plurales con los que
donde hay que ver el significante, cuyo significado en este caso centra sus acogidas más allá de la ventanilla para llevar su codo
rocibiria de la doble y sol'emne procesión de la nave superior hasta las canalizaciones por donde, como el aire caliente y el
·los honores últimos; aire frío, la indignación y el desprecio vienen a soplar más acá.
Pero ningún ejemplo construido podría igualar el relieve que Una cosa es segura, y es que esa entrada en todo caso no debe
se encuentra en la vivencia de la verdad. Con lo cual no rengo
por qué estar descontento de haber forjado éste: puesto que implicar ninguna significa�ión si el algoritmo � con su barra
S· :
despertó en la persona más digna de mi fe ese recuerdo de su le conviene.
infancia que. llegado así [elizmente· a ·mi· alcance,·· se coloca per­
Pues el algoritmo, en cuanto que él mismo no es smo pura
fectamente aquí.
función del significante,· ·no puede· revelar sino· una estructura·
Un tren llega a la estación. Un ·muchachito y una niña, her- ·
del significante ·a -esa tra11sfqencia: Ahora '·bien, la estructura·
mano y hermana, en un compartimiento· están :sentados,· el :·uno ·
del significante es, como se dice corrientemente del lenguaje ,
frente a la otra del lado en que la ventanilla c¡ue da al exterior
que sea articulado.
deja desarrollarse la vista de los edificios del andén a lo largo
del cual se cletieri'C el tren: "¡Mira, dice el hermano, estamos en Esto quiere decir que sus uniclages, se. parta de donde se parta
Dámasl �¡Imbécil!, contesta la hermana, ¿no ves que estamos. para dibujar sus imbricaciones reciprocas y sus englobamien- ,
en Caballeros?" tos crecientes, están sometidas a la doble condición de reducirse
a elementos difere�ciales últimos y de componerlos según las
Aparte de yue en efecto los rieles en esta historia materializan
la barra del algoritmo saussureano bajo una forma bien adecua­ leyes de un orden cerrado.
da pará sugerir que su resistencia pueda ser de otra clase que Estos elementos, descubrimiento decisivo de la lingüística, son
dialéctica, serfa necesario, y ésta es sin duda la imagen que con­ los fonemas, en los que no hay que buscar ninguna constancia
viene, no tener los ojos enfrerlte de los agujeros10 para embro­ fonética en la variabilidad modulatoria a Ia que se aplica ese
llarse sobre el lugar respectivo del significante y del significado, término, sino el sistema sinuónico ··de los acoplamientos dife­
y . no seguir hasta el centro radiante desde donde el primero renciales, necesarios para el discernimiento de los vocablos en
viene a reflejar su luz en la tiniebla ele las significaciones in­ una lerigua dada. Por lo cual se ve que un elemento esencial
acabadas. e n el habla misma estaba predestinado a moldearse en los carac­
Porque va a traer la Disensión, únicamente a nimal y conde­ teres móviles que, Didots o Garamonds, atascados en las cajas,
nada al olvido de las brumas. naturales, ar poder sin medida, presentifican válidamente lo que llamamos la letra, a saber la
implacable a las f;:¡milias y acosador a los dioses, de la guerra estructur:-t esencialmente localizada del significante.
ideológica. Caballeros y Damas serán desde es-e momento para Con la segunda propiedad del significante de componerse se­
esos dos niños dos patrias hacia las que sus almas tirarán cada gún las leyes de u n orden cerrado, se afirma la necesidad del
una con un ala divergente, y sobre las cuales Ies será tanto m;\s sustrato topológico del que da una aproximación el término
imposible pactar cuanto que, siendo en verdad la misma, nin­ de cadena significante que yo utilizo orclin;:¡riamente: anillos
guno podría ceder en cuanto a la preeminencia de la una sin cuyo collar se sella en el ;millo de otro collar hecho de anillos.
atentar a la gloria de la otra. Tales son las condiciones de estructura que determinan -como
Detengámonos aquí. Parece la historia de Francia. Más hu gramática- el orden de las imbricaciones constituyentes del sig­
nificante hasta la unidad inmediatamente superior a la frase;
•• [Dicho popular [rancés que significa no ver lo r¡ue está visible. n]

332
482 LA INSTANOA DE. L\. U:TliA

como léxico, el orden de los englobamientos constituyentes del


:i.
la dominancia de la letra en la transformación dramática que
significante hasta la locución verbal. el diálogo puede operar en -el suJetó.13
Es fácil, en-'lós límites en que se detienen estas dos empresas Pero la linealidad que F. de ·saussure considera como cons­
de aprehens(6n del uso de una lengua, darse cuenta de que sólo tituyente de}a cadena'.}leJ:ciiscursóo conforme a su emisión por
las correlaciones del sirnificante al significante dan en ellas el ;.' una sola voz y a la: horizontal en qu-e se inscribe en nuestra escri­
patrón de toda. búsqu da de significación, como_lo señala la
� tura, si es en efecto necesaria, no es sufiCiente. No se impone
noción de empleo de un _taxema o de un s-e�antema, l� cual a la cadena del discurso sino en: la dirección en que está ori-en­
remite a contextos del grado exactamente supenor a las umdades tada en el tiempo. estando incluso tomada allí como factor
interesadas. s i gn ifica nte en todas las lenguás en las que [el plato golpea el

Pero no porque las 'empresas de la gramátic a � �el .léxico. se vaso] invi-erte su tiempo al invertir sus términos. _
.
agoten en. cierto límite hay-que. pensar que la s1gn1flcaCIÓn rema .. Pero basta con escuchar la. pqesia, como era sin duda· el caso
más allá si11: cOmpetencia. Sería un error. - . de F. de Saussure,14 para·que.se·haga escuchar e.1_1 ella una po­
Porque el significante por su naturaleza ant1�1pa stem �re el lifonía y para que todo discurso muestre alinearse sobre los va.
_
sentido dcsplégando el1 cierto modo ante él mismo .su dimen­
_ rios pentagramas de una partitura.
sión. Conio se .ve en d nivel de la frase cuando .
�-e la mterrumpe Ninguna cadena significante, en efecto, que no sos_tenga como
antes del término si gfi
ificativo : Yo nunca .. , � n todo caso..., pendiendo de la puntuación de cada una de sus unidades todo
Aunque tal v�z... No por eso tiene menos senttdo, � tanto más lo que se articula d·e contextos atestiguados, en la vertical, sí así
1
oprimente cu�nto que �-e basta para hacerse es�erar. puede decirse. de ese punto.
Pero no es diferente el fenómeno que, hacténd ola aparecer Así es como. para volver a nuestra palabra: arbre ("árbol"),
con el único retroceso de uu pero, b-ella como la Sulamita , ho­ no ya en su aislamiemo n o minal, sino en el término-�de una de
nesta como 'la rosera,12_ viste y prepará a_ la negra para las nup- -estas puntuaciones, veremos que no es únicamente- a favor del
cias y a la obre para la subasta.
p _
- . _ .
hecho de· que la palabra barre ("barra") es su anagrama, como
ante
De donde- puede decirse que es -e� la cadena del _stgmftc traspone la barra del algoritrrio saussureano.
insiste, ·pero que nmgun o de los elemen tos de
donde el sentiJo Pues descompuesta en el doble espectro de sus vocales y de
la cad·e na consiste en la signific ación de la que· es c a paz en el sus consonantes. llama con 'el roble y con el plátano a las signi.
momento mismo. . · __ ficaciones con que se carga bajo nuestra flora, de fuerza y de
La noción de un desli:zarnienro incesante del
significad� bajo majestad. Drenando todos los contextos simbólicos en los que
el significante se impone pues -.la cual F. �e Sa_uss�re tlust:a es tomado en el hebreo d,e la Biblia. yergue en una colina sin
con una imagen que se parece a las_ � os smuos1 dad-es de las frondas la sombra de la cruz. Luego se reduce a la Y mayüscu­
e
_
s en las m1n1 tur de los ma n usen.
Aguas superiores .e in ferior � �� la del signo de la dicotomía que, en la imagen que historia el
tos del Génesis. Doble flujO donde la ubtcacwn parece
del gada _ escudo d-e arrnas, no debería nada al árbol. por muy genealógico
que i :-�_ ! i
Ja ª� líneas de_·
Lo hicimos el _6 de junio dc-1956 sobre el ejemplo de la prim era escena
por las finas rayas de
· :lluvia d "[)u�ca:l}'�f{l
segmen tos de co., u
puntos verfi!é:ü les que se supone que ltmttan
d e A lalia, al que confesamos que no fue extraña una. alusión lanzada como
·• .
rrespondencia. . de pasada en .el New Stalesman and Natio-n por un critico high brow a la
.
Contra ésto va toc.la la expenene1a que me htzo hablar. "alta putería" de las heroínas de Racine, inci tándonos a
en un renunciar a la

momento dado d·e mi seminario sobre las psicosis, ele


las "bastas referencia a los d rama s salvajes de Shakespeare, que se habla hecho compul­

J<: acolc l l a Jo '' requeridas por ese esquema para


dar cuenta de siva en Jos medios anallticos donde de�mpeña el papd de la reprimenda
para niños malos del filisteísmo.
"La publicación por Jcan Starobinski. en el Mcrcun: de Frana de febre­
revestir esa forma. n�s a re a v�ce� � �
a ahora_ po� habe sido madveruda,
ro de 1964. de las notas dcja<l:J.s por Fcrd i nand de Sa us ure sohrt" los ana­
" E.n e�Lo la alucinación verbal. de
r gn¡ruas y .m uso hipogram;\tico. desde los versos saturninos hasta 1� t�xw'
(Semutano del año 1 955-56).
una puerta de comunicación. errada hast_
cou la estructu ra freudia na tle la psicosis de -Cicerón (cf. F. de Saussurc, Fuentes manuscritas y estudios críLicos, Siglo
(rosidre) ami¡;uamente a la mu::hacha ganador
a de una

rn<:• 1-011 oue se premiaba en la-; al<.lt-:•s a la


m:\s ,-,nuosa. Ts]
· u [Se llamaba as! XXI. México, 1977 ("Los ;¡na¡;nmas de Ferdinand dt: Sa.u�ure"), pp. 229-47].
n0:1 da la segu rid a d que nos fallaba cnLOnr-. (1966).

333
LA INSTANClA DE LA LETRA 485
INSTANCIA DJ:: LA U:TRA .
LA
pero no menos dispuesta por ella a cargarse de significación.)
48-l
a del cerebelo, Lo que descubr'e esta estructura de la cadena significan te es
r J. ArbolDiacirculatorio, árbol de vid
en un árt'l
�u�o�d�. ���:r�� o de esna,t acrifigu
stales precipita dos la posibilidad que tengo, justamente en la medida en que su
,¡r za nu-estro es· e lengua me es común con otros sujetos, es decir en que esa l-en.
ra la que tra
conductor del rayo, ¿es v� : stro relámpago
a d · la tortuga tG o vue
gua existe, de utilizarla para significar muy otra cosa que lo que
tino en la escama quema . che esa lenta muta· ella dice. Función más digna de subrayarse en la palabra qu-e
hace sur gir de un a mnumerable '�o .
vrul6 del lenguaJe:
el qu e
ción del ser en el ''Ev ITá
la de disfrazar el pensamiento (casi siempre indefinible) del
sujeto: a saber, la de indicar el lugar de 'ese sujeto en la bús.
· ·

·· ?o.J o.r en el centelleo ·· queda de lo verdadero.


el Árbol, d zce: il'
. . ·.

'·No'., di ce Me basta en efecto con plantar:_ mi árbol en la locución: trepar


De su cabeza soberbia
al árbol, e incluso con proyectar-sobre él la 'iluminación irónica
en loo harrnó- que un cont'exto de descripción da a la palabra: enarbolar, para
tan legftimos escuchados
versos que con. s1'deramos. . · .
no dejarme enca:rcelar en un comunicado 'cualquiera de los he­
mverso . . .
nicos del árbol como su. chos, por muy oficial que· sea, y, ·si ·conozco la verdad, darla: a
ta twiversalmente entender a pesar de ·todas las censuras e n tre líneas por el úñico·
Que la tempestad tra
hace· con una 1uer
como lo
. ba. lT . significante· que· pueden constituir mis acrobacias a t ravés de

se orden� segú� la mis�a


�e¡ del �;� las ramas del árbol, provocativas hasta lo burlesco o únicamente
sensibles a un ojo eJercitado, según que quiera ser entendido
Pues esta estrofa moderna ng e la pn ml ttva ge por la muchedumbre o por unos_pocos.
, cuyo :onCierto
ralelismo del significante
· La función propiamente signi'ficante que se describe así en
.
es 1 ava y 1 a poesía
china más refmada. .
donde son escogidos
1 el lenguaje tiene un nombre. Este nombre, lo hemos aprendido
del ent e
¡ os SJ· gnos de
m od 0 com ún
Como se ve en e
el ar , bol y la hierba,
par a que en ellos ad vengan en nuestra gramáticá.infantil en la página final donde la som­
.
.. N ° 1" y del:· tra
tar como, y que a bra de QuintiJiano, relegada en un fantasma de capítulo para
contra d icción del: deor 1 soberbia ·

co del �articu ���:o de ]a hacer escuchár últimas consideraciones sobfe el estilo, parecía
través del · contraste categóri en la c ond ensa-
ucCI ón, te
e?� e ¡. unwe rsalmenteded e1asuteremdpesta c ntelle o
precipitar su voz bajo la amenaza del gancho.
Cion CJ:e la cabeza Y
d el indiscer·
nible e
Es entre las figuras de estilo o tropos, de "donde nos viene el
verbo trabar, donde se encuentra -efectivamente- - ese nombre. Ese
del instante eterno. .
á no _ruede 0perar . sino
es-
. o tod o ese significante, se dir , nombfe, es la metonimia.
.
.Per acc 'ó
J n.
tando presente en e1 suJ
me nte sat is f
'eto A -esto doy crerta De la cual retendremos únicamente el ejemplo que allí se
pasado al nivel del signi·r·
·

Icad o. daba: treinta velas. Pues la inquietud que provocaba en nos.
supom. en do que ha
Porque Jo que ¡mporta no es
. que el sujeto oculte poc o o mu-
. s -en una otros· por el hecho de que la palabra "barco" que se esconde
ALL:EROS Y DAMAS estu
. vie sen esc nto
allí pareciese desdoblar su presencia· por haber podido, en el
cho de ello. (S1 CAB h c h'to la niña su discusión
a e resarcimiento mismo d-e este ejemplo, tomar su sentido figura­
lengua desconoci��n� �� �x�l��i�: m�nt! discusió� de palabras,
no ser
¡a por ello s do, velaba menos ��as ilustres velas que la definición que se
suponía que ilustraban,
11! [Alusión a uno de l os mod ;� de adivinación del
Y-King. TS]
ráclito, f ra flmento 50, qu e
Ca d a
La parte tomada por el todo, nos decíamos efectivamente, si
,. [Lit_ _c ral me.nt"e :. Un
do" He
r
.. o (es) (_ - . os). ha-
si no a. C ha de tomarse en sentido real, apenas nos deja una idea de lo
uen y ' .ón ( - Log
se escu
mi. ta Raz "
t odas las cosas
c h a no a
P"c'to en _ razó n, en
nacca traduce:· .SI son una
te
., que hay que entender de la importancia de la flota que esas
l
n\le
hrá r¡ u e ven ir, .co mo er, que c n m e n ó es
"'·! 3) · Heidegg
con
FC!i:• México ' ¡g,s,
. a el num. 1
· . P· "' · • ·

(Los pr,socraticos, . 1 o po r L acan par


treinta velas sin embargo se supone que evalúan: que un barco
ar tf eu ' ad uctc
no ·•oy vo.
"I ogo s" -tr
sino el Senti'd o. o
lo
<:- ' lo cita ast.
l
fragmento. en Sil . .. "Si ' sólo.tenga una vela -es en efecto el caso menos común.
a
no
·

de la revisia
r¡uc habéis oído,
L p syc ltan •
nlys
es sabio ento n ces
.
d cctr en el mis . mo sentid!>: Tod o es un o " )·
En lo cual se Ye que la conexión del barco y de la vela
AS]
TS�
"[Paul \'aléry.
334
-
Df.
LA INSTANCIA OE LA W:T'lV.
486 !..A LNSTANC!A t.A I.ETil.A
487
está ei1 otro sitio que en el significante y que es en esa conexión una metáfora, si la condición de la mayor disparidad de las
� palabra a palabra donde se apoya la metonimia.18 imágenes significadas no se exigiese para la producción de la
.
Designaremos con ella la primera vertiente del campo efect1vo chispa poética, dicho de otra man-era para que la creación me.
.
(¡ue constilu'ye el significante, para que d sentido tome alll tafórica t{!nga Jug-ar, .. :: ,,,.
_._,.,
.· .
"
su lugar. . Ciertamente esta 'posición.
Digamos la otra. Es la, metáfora. Y vamo: a !lustrarla
. radical se funda sobre una expe­
en se-
. rienda llamada de escritura automática, que no habria sido in­
. guida: el diccionario Quillet me ha parecido aprop1ado para tentada sin la seguridad que sus pioneros tomaban del descu­
proporciona.r una muestrá que no fuese sospechosa de ha�r brimi-ento freudiano. Pero sigue estando marcada de confusión
sido selecciónada,. y no busqué. su .relleno más .allá del verso b.ten porque su· doctrina es falsa.
conocido d-e Víctor Hugo:· . La chispa creadora de la metáfora no brota por. poner en pre.
Sa gerbe. n' dtait pas avare haineuse.. .
sencia dos imágenes, es decir .dos significantes· igualmente. ac­
n&
tualizados.· Brota entre dos significantes de los cual-es..uno se ha
(Su gavilla no era avara ni tenía odio... )
sustituido al otro tomando su lugar en la cadena significante,

bajo el aspe to del cual presenté la �et�fora en el momento mientras el significante oculto sigue presente por su conexión
adecuado de mi seminario sobre las psiCOSIS. (metonímica) con el resto de la cadena.
Digamos qll'e la p�sía moderna y la escuela surrealista nos Una palab-ra por otra, tal -es la fórmula de la metáfora, y si sois
han hecho dar aquí un gran paso, demostrando que toda con­ poeta, produciréis. como por juego, un surtidor continuo, in­
junción de dos significantes sería equivalente para constituir cluso un tejido deslumbrante de metáforas. No teniendo además
el efecto de embriaguez del diálogo que Jean Tardieucompuso
,. Rendimos homcn.1jc ac¡ú! a lo que debemos en esta formul�ción �1 ·señor
Rnman Jakobson, c¡ucremos decir a sus trahajos donde �m -¡mcoanahsta en­
bajo este título, sino gracias a la demostración que se. opera en
él de la superfluidad radical de toda significación para una re­
cuentra en todo in.tan,tc, con qué estructurar .su expenenc1a, y q�e hacen
presentación convincente de la comedia burguesa.
_
superfluas las "comunicaeiones _ persoualcs" de· las que p<Xlrlamos ¡actarnú:i
tanto como cualc¡u:er otro: En el verso de Rugo. es manifiesto que rio brota la menor
. . . .
Se reconoce efectivamente en esa forma obhcua de vasalla¡e el �t1l� de · luz por la aseveración de que una gavilla no sea avara ni tenga
esa pareja inmortal: Rosencrantz y Guildenstcrn; cuyo dcsempar�JaiDiento
odio, por la razón de que no se. trata de que tenga el mérito
es imposible, aunque sólo fuese por la impe:fecd'ón de su cte;uno, pues
t.lura por el mismo procedimiento que d cuchlllo de Jeannot [C est comm« como tampoco el demérito de esos atributos, siendo el uno y el
le coutt:au de: jeanrwt se d.ice· ele algo. que con,serva d nombre que tenía otro junto con ella misma propiedades de Booz que los ejerce
aunque carezca de wdo aquello que antes lo constitu!a]. y por la razón disponiendo de ella, sin darle parte en sus semimiéntos.
·misma con la cual Goethc alababa a Shak�pearc por haber presentado al
Si una gavilla remite a Booz,_lo cual sin ernbargo. es efectiva.
personaje en esa forma doble: son por s_l sólos !a G"sellsch�/1 e:r:tera., la S�­
ciedad � secas (lVilhelm Ntei<ters Le hr¡ahrt:, cd. TrunL, Chnsuan Wegncr
. mente -el caso, es por sustituirse a él en la cadena significante,
Verlag, Hamburgo, v, 5. p. 299).� qu1cro dear la l.P.A•
. ,
en el lugar mismo que lo esperaba, por haber sido realzada en
Agradézcase en este contcxw. al autor d� ·-'i����e:::��ma ��� on �
e role _ _;!f un graJo gracias a la escombra de la avaricia y del odio. Pero
.
spt:ech in psycho-analytic techmque (!.].P.;. nov-dtc. 195�; x,xxvn.' P· �· . � eH), entonces es de Booz de quien la gavilla ha hecho ese· lugar neto,
t:! haberse [oinádo el. cuidado de subrayar. que están basadas. s � h:re ut�"
trabajo de l9S2. Se explica así en efecto que nada se haya. as• nulad�
allt · relegando corno lo está ahora. en las tinieblas del-fuera donde
de los trabajos, apareCidos desde entonces: y qu: el autor sm
cm:
. barco n_
� la avaricia y el odio Jo alojan en el hueco de su negación.
Pero una vez que su gavilla ha _usurpado as! su lugar, Booz no
decn
ignora, puesto· que me cita como su editor (s<c. Sé lo que qutere
ediLM Cll inglés).
a él, ya que el irágil hilo ele la pequeña palabra
. . podría regresar
• lbbria que tksribr todo el pasaje de Gocthe: Dt�ses lcw: Auf rel<:u. �
su.
_
dieses Schmiegen und Bif.gen, d es ! � �
asagen, s trerchdn und_ Sc mc:rcheln que lo une a él es un obstáculo mis para ligar ese retorno
� . und L t!The1t, d1esc: ruht:
diese Behmdigkt:it, dies Schwiinz�m, u:sl! Allh_ell � con un titulo de posesión que lo retendría en el s-eno de la axa·
Jlt!
Iiche Schurkerei di ese Unfáhigk.erl, w1e kann
,-,_m, !ll�nn ,..;¡;
durch emen �f�nscht:n au;­
ricia y del odio. Su generosidad afirmada se ve reducida al

geclruckl wacle�! EJ sollt�n ihrt!T w�t�i¡;;tcnJ dn Dutu:n
. 5¡, ftabéh /ton ..• :«; clu1n si.: bloss in l.c;cll;chnft dwaJ, Sil! SI: Id d1e Gesdl·· ·
menos que nada por la munificencia de la gavilla que, por haber
<ri11tlt ... sido tomada de la natural-eza, no conoce nuestra reserva y nues-

335
LA INSTANCIA DE LA LETRA
LA U'TRA
489
LA !.NSTANC!.A Df.
188
diga . Se l ee �á con provecho 'el l ibro donde Léo S trauss, desde la
acu mu laci ón sigu e sien do pró -
tras rechazos, e i n c l uso en su t � erra clastca rara ofrecer su asilo a los que h a n escogido l a
par a n ues tra me did a. . el l ibertad, med1_ ta sobre l a s relaciones del arre d e escribir c o n la
don ado r ha desa par ecid o con . .
Per o si en esa pro fusi ón e l e n l a q u e se ha persecu �Ión .20 CITcunscri b iendo allí de la manera más estrecha
e rod ea l a figu ra
don , es par a resu rgi r en l o q u n­ l� espeo� de co n � a turalidad que l i ga a este arre con esta condi­
s es la i rrad iaci ón de l a fecu ndi dad -qu e anu cwn, , .
deja percibir ese algo que i mpone aquí su forma, en el
ano nad ado . Pue er, la pro m sa que
ci� l a ' sorp resa , que �ele bra e l
poe ma, a sab � ·
. efecto de la verdad sobre el deseo.
sag rad o de s.u advem mie nto
· el' vi-ej va
o a reci b i r en ¡.m �on tex to Pero ¿ n o sentimos acaso desde hace un momen to que, por
a l a p a terni dad. ·· . _ .
haber segUJ do los camino? de la l e tra para alcanzar l a verdad
bre
s e n tre e l sign if i can te del nombre pro pio de un ho � .
fre�d1ana, ardemos, que s u . �t.I'ego se p rende por doquier?
Es pue � la chis pa
y el que lo can cela met
afó�i cam ent e. don ?e se p r�d u: _ . Sm duda la l e tra m ata, como dicen, cua.nclo el espíri tu vivi.
¡ fica oón de
par a real izar la s ��
poé tica , aqu f tant o más 'ef1c az m1e n t mít _
ico f � c�. No lo negam?s, h abiendo tenido que saludar aquí en algún
rod uce · e l . aco nte c� �
Sitio a una noble ':'íct1Jll.a del t;:rror de bt¡scar .en la letra, pero .r .
_
la pa tern idad cua n to que rep mco nsc1 ente de ·
uyó la and adu ra, en el
en el que Fre ud reco nstr pregun �amos tambtén cóm() viviría sin la letra el espfri tu. Las
tern o..
t od o h om bre, del mis teri o pa l P retens� ones del espíritu ' sin embargo . p�rm anacerfan irreduc- .
ern a no tien e · otra . estr uctu ra. Por lo cua t1. bies SI la letr a no hubiese dado pruebas de que produce todos
La me táfora mod
está jacu l a tori a : sus efectos d-e verdad en el hombre, sin que el espíri tu i n ter-
venga en ello l o más mínimo. ..
L'a mo u.r' est u n cai l lou rian
t dans le sole il,
Es�a �evelaci<Sn, fue a Freud .a quien .se le prese n tó, y su ,des­
que se rfe e n ei sol)
(El am or es u n gui ja·rro cubnmiento lo l lamó el inconscien te.
me par e.
ens ión <] Ue pud e dec i r q ue
recr ea el a m or en una dim n m i n e n te en el
liza mie n to siem pre i
cía sost e n i b l e , con tra su des
·nar cisi sta. 11.
espej ism o de un al trui smo .
don de e l !.A LETRA EN EL l;"'CO�SCI F.NTE
Se ve que la met áfor a se colo ca 'en el pun to pre ciso
del cua l
La ob ra compl � ta d: Fre ud nos presenta· una pagma de cad a
cn tido , es dec ir en ese" paso
sen tido se pro duc e e n e l sins elo, d a lug r a esa
ado a con trap � .
Fre ud desc u brió que , tr<�s pas ; tres ?e ref�renc1as fllológiC_a,� u na página de cada dos de in fe.
cés es "le
•..

t" or exc e enC ia [pa la­


p<!-la bra (mo l) que �n fr.an
mo � renctas l ?g1c�s, y en todas partes una aprehensión dialéctica de
pat ro­
a l a bra q u e n o uen e alh más
bra o . fras e i nge n i osa] , la p de se la exp�nenCia, ya qu � la analíti ca del l-enguaje refuerza en ella
esp írit u o i nge n i o,19 y don
n azgo que e l sign i fica n te del el hom bre más a ;rn sus prop � rc10nes a medida que el i nconscien te queda
su des tino mis mo lo que
toca el h!'!cho de que es más d1rectamente m teresado.
des afía por med i o de la i rris
ión del sign i fi can te. Así es como en !!I:. interpretación de los sueños n o se trata en
.
bre en
. a q u í , ¿qu é encuen tra el hom todas las páginas sino �e l o que l l amam·os la letra del discurso,
J?ero par a regresar des de er de rod ear l os
algo más que el pod
la m e ton i m ia, si ha de ser da su cam po a la en su te� tura, en sus em pleos, en su inmanencia a la ma teria
obs tácu los dé l a cem ura soc
i a l ? Esa form a que
serv idu mb re en � uest1 ?n. Pu �s ese trabajq abre · con la obra su camino real
na
hacia el : nconsoente. Y n os lo advierte Freud, cuya confidenci a
m a n i f i esta aca so algu
\·e rda d e n su opr es i ó n , ¿no
.
i n h eren te a su pres en taci ón? sorpr�nd1da cuan � o lanza ese libro hacia noso tros en los prime­
,. La pala bra [rancc�a espr it
es sin dud a e l � r¡uiv
alen te d e l térm ino alem án ros dias de este s1glo,21 no h ace sino con firmar lo que él pro-
ló el p u n to de m1ra d e su 3 a. obra fund ame nt�l
•·.Léo S tr�uss, Pe-rseculion and lhe art of wriling, Thc
Wilz co n el que Frcu d seña may or para enco ntrar ese eqUl ·
i ficu l tad muc ho · Free Prc3s, Glcn-
sobr e el inco nsci en te. La d wil com o el "ingenio " es­
iiol] es inst ruct iva : el [ .
coe, Ill .mms.
"' Cf. 1� corrcspondencia . concretamen te los m'1 meros 1 07 v 1 1 !1 de las car­
val e n te en ingl és [y en e�pa ? e Dav enan t y de Hob bes a Pope
usió n que va
pali o!] reca cgad o por la. disc ottr que es otra cosa
.
vi rtud es . esen ciale s a l httm tas escogH1 as por sus edi tores. [Se trata .de la c9rresponrlencÍa con W. Flies3,
y -a Acld iso n , aban don a sus
Queda el pun , dérrlasiaclo· estre cho
s1 n emb argo .

336
490_ LA I-NSTANCIA DE LA LETilA
JNsrANCIA
. ... ·- - . - . . . ·- . -·

LA DE
f•.• · ••
LA LETRA 491
clamó hasta el final : en �se jugarse el todo por el todo de .su
mensaje está el t�o de su jgcubrimiento. Hay que decir que esto sólo es aceptado trabajosamente y que
1.:-a primera cláusula articulada desd-e el capítulo liminar., por­ el vicio mental denunciado más arriba goza. de tal favor que es
que su exposición no pvede sufrir retraso, es que el sueño es de esperarse que el psicoanalista de hoy admita que descodifica,
un r.ébw.22 Y Freud estipula acto seguido que hay .que enten­ antes que resolverse · a hacer con Freud las escalas necesarias (con­
derlo, cómo dije antes, al pie de Ia Jetra. Lo cual se refiere a la templen 4e -este l�d.o la estatua de Champollion, dice el guía)
,
insta,ncia en el sueño de esa misma estructura literante (dicho para compre�der qué descifra: lo cual s-e di�tingue por el hecho
de otra manera, fonemática) donde se ::rrticula y se analiza el de que un cnptograma,� s6Io tiene todas sus dimensiones cuando
signjficante en el discurso. Tal. como las figuras no naturales es el de una lengua perdida. .

d-el barco sobre el tejado o del hombre con cabeza de coma ex­ Hacer estas esc�las no es sin embargo más que continuar . en
_
pres�mente evocadas por Fteud, las imágeqe� del sueño no han la Tr..aumdeutung.
de retenerse si no es por su yalor de significai\te, es decir p�r ;_.:: La Entstellung, traducida: �an�posición, en la que Freud
lo que p-ermi�en �eletrear . del "proverbio" prapuesto por el ¡ muestra la precondición general de la función del sueño, es lo ·
rébus del sueño. Esta �stru�tura de _ lenguaje. que hace posible. : que hemos designado más arriba ton Saussure· como el desliza-
la operación de la lectura, está en el principio de la significación , �iento �el signi�cado bajo, -el significante, si,empre en acción
del sueño, de la Traumdeutung. (mconsctente, observémoslo) en el discurso. 1 . · .

Freud ejemplifica de todas las maneras posibles que ese valor Pero las dos vertientes de la incidencia del significante sobre
de significante de la imagen no tie.lile nada que ver con su sig- · el significado vuelven a encontrarse allí.
' �­
l
nificación, ppni-en�o en juego los jeroglíficos de Egipto en los / La. Verdichtu11,g, condensación, es .la es�ctura de sob.reimp�- .
que· sería .ridículo deducir de la frecuencia del buitre que es . un �ición de los significantes donde toma su campo la metáfora, · y
aleph, o del pollito que es u\1 vau, · para señalar una forma del cuyo .nombre, por condensa,r en . sí Jll_ismo la Dic!,tung;u. indica
verbo ser y los plurales, que -el texto interese en cualquier medi­ la connaturalidad del mecanismo a · ¡a poesía, hasta el p.unto. de
da a esos espedm�nes ornitológicos. Freud encuentra ·cómo refé:; \ q_ue envuelve la función propiamente tradicional de ésta.
rirse a ciertos empleos del significante en esa escritura, que están\ 4 Versc_hiebu:rig o desp1_ª��!!!i�p.tQ .e.s, más cerca del término
.

borrados en la nuestra, _ tales conio el empleQ del determ�nativo,¡ alemán, �se_ vj_:z:-!j�de J;t - �ignifit;ación que_ l� metoni�ia demues­
añadiendo et exponente. d-e una figura categórica a la figura-) tra: y que, desde su apariciem- en Freud, se presenta como el me­
ción literal .de un término verbal, pero ,es ·para conducirn9s me4 . dio . <:Ie_l _ inconscient-e más- a_eropit1do p�rª burbil:- a:-ra:--_�-._.ra.
· jor al hecho de que estamos en la escritura donde _incluso e] ¿Qué es Jo que distingue a 'eSOS dos mecanismos que desem­
prere�dido "ideogram�" es una ·- l�tra.
·
p�ñan en el trabajo c;lel sueño, Traumarbeit, un papel privile­
. . _ . .
-
Pero no _ se necesita la confusión corriente sobre ese término . gtado, de su homóloga función en el discurso? Nada, sino una
para que �P. el espír� tu dei psicoanalista que no tiene ninguna con�icióii impuesta al material significante, lla�ada Rücksicht
formació� lingüística .prevalezca -el · preju1cio de un s�bolismo ·
auf Darstellbarkeit, que habría que traducir por: deferencia a
que se deriva de la analogía natural, incluso de la imagen coap­ los medi�� de la puesta e� escena (la traducción por: papel de
_
· la postbthdad _
tativa del instinto. Hasta tal puiJ.tO que,· fuera � la escuela de ftguraaón, es aquí excesivámente aproxima­
francesa que lo remedia, és . sobre . . la lín-ea: ver., �n: ·el .pql¡o del da) . Pero esa condicign constituye una limitación qu-e se .ejerce
cáfé no es leer en los jeroglíf�cos, sobre la que tengo · que_ recor­ en �1 interíor del sistema de la escritura, lejos de dísolverlo en
darle sus principios a una. técnica cilyas vías nada podría justifi- una semiología fig:uratiya· en la que se confundiría con los
�eaó�enos de la expresión .naturaL: Se podría proJ:>.ablemente
·

car sino el punto de mira del inconscient-e.


. .
,
dummar �on esto los probl��a� de c1ertos modos de pictografía,
.
parcialm�nte reproducida en Los orígenes 'del" psicoanálisis; las c;1rtas cita­ que el '!-meo hecho de qúe , hayan sido abandonados como im­
das apareé:en en las ediciones de Santiago Rueda y de Biblioteca Nueva, no . . ',

perfectos err la escritur<t no aut<?riza suficientemente a q� se


así en 1� de Amorrortu. As] j
·
. .
B [Cf. en este tomo, p. 257, n. 26. As] 211 [En este c�so la conde�ación es obra del propió Lacan: no hay paren­
.
tesco etimol?.gico entre D1chtung y J'erdfc!atung. AS]
337
·1· .
. �

¡
. . LA INSTANCIA DE LA LETRA

s. Digamo& que el sueño es


r LA 'NSTANCIA DE LA LETilA

nificante.� en el estatuto 9ue Freud fijaba para eli nconsciente de­


493:

los considere como estadios evolutivo


�mejante 'a ese juego de salón en el que
hay que hacer adivinar
conocido o su variante por
1.
'1
r
.
buenas a pnmeras y bajo los modos formales más precisos.
a los espectadores un enunciado
Esto por una doble razón, donde la menos .Percibida natural­
a muda. � de
! medio únicamente de una puesta en escen
·-que el su'eño disponga de la palabr� . no cambia
nada a este res­ .r mente es que �a f�rmalización . :rio bastaba por sí misma ·para
hacer reconocer la l�St�cia del significante; . puesto que en . el'; .
pecto, dado que para el inconsciente no es
sino . un ·. elem
ento de �omen�o de la pubhcaaón de la Traumdeutung� se adelantaba·
do él juego mu�o · a las formalizaciones de la lingüística a . las que sin duda·
1 puesta en escena como los otros� Es justamente c;u,an�'ial taxiemá­ podna demostrars� que, por su solo· ·.peso de verdad, les abrió.
falt� de mate
¡ e. igualm�nte el sueño' tropiecen con la .
de alidad, el cammo. . · . .
.
as la caus
! tico para representar las articulaciones lógic cuan do dará n prue ba
_ �a segunda r. azón n ? es
· de �pués de todo sino e l reverso de ·la"'
¡ <le la contradicción, de la hipótesis, �te.,
tira y nó de a. pnmera, pues st los �s1c�anal1stas se vi-eron exclusivamente fasci..
<le que 'uno y otro son asunto· de escrit
omim
\ que �l sueño muestra emp
pant
lear para
_ .
nados por las st�lllftcaao�es detectadas en el fuconsciente, es.
\ Los procedimientos sutiles
j representar no obstante esas · articulaciones lógicas d� manera .1
porq�e sacab �n su atracuvo más ·secreto de la dialéctica que·
..

1
· · -
parecta ser1es Inmanente.
utiliza ordinariall1en-
¡ .mucho .menos artificial que la q�e ·el juego He mostrado para mi seminario que es en la necesi ad de en­ �
\ te,.' son objeto �n Freud de un estud io espec
sueñ
ial en él que se con-
o· sigue· las ·leyes del"
� erezar los efectos cada vez m�s acelerados d-e esa parcialidad·
.
! .firma una vez más que el trabajo del
· ·
· ·

., onde se c?mprenden los virajes aparentes; 0 mejor dicho los.


significante. g?lpes de tlmón, que Freud, a través .de su prim'era preocu a­ .
d como secun­ 1
El resto d� la elaboración .es desipa�o por Freu ct�n de asegurar la so�revivencia de su . descubrimiento con os. . 1
.dario, lo cual toma su valor de 'aquello. d� lo
. �sías o sueños diurnos, Tagtraum para emplear
.Freud prefiere utilizar • para si�uarlos en su funci
que � trata : · fan-
el término que
ón de cumpli­
-¡ pr.1meros reto'!ues que Imponía a los ·conocimientos, creyó deber·
dar a .su doctrina duranre la marcha.
_ Pues en el caso n .
: que se encontraba, lo repito, de no tener­
distintivo, dado
miento del deseo (Wunscher{iillimg) . Su rasgo nada que, res�ndi�ndo, a su objeto; estuviese en el mismo niwl'
.que .esas fantasías pu-eden permanecer incon
sci�ntes, es efectiva­
mente su significac�ón. Ahora
bien , de
en
éstos
ser toma
Freud nos dice que
dos en él a titulo
de madurez cte�tíftca, por lo m�_n9�- no dejó de mantener ese­
.
obJeto a la m�dtda de su dignidad_ ontológica. , ., .
su lugar en el sueño consiste o bien El :esto fue asunto ·de los dioses y corrió tal suerte que e!
.
del pensamiento in­
de elem�tos significantes para el enunciado aná!-ISis toma hoy �us- puntos de referencia en esas formas imagi­
r para la elabora­
consciente (Traumg�danke) - o bi�n en servi narias �ue acab�· de mostrar como dibujadas en reserva sobre
para una función, el te�to q �e. mut�lan, • y que sobre ellas 'es sobre las que el punto­
ción secundaria de que .�e trata aquí, es decir
dice 'él, que no hay por qué distinguir del
pensami�nto dé, la d� mtr� d_�l :nahsta se -�onfoz:na: ��zclándolas en la inrerpreta.
.:vigilia (von unserem wachen Denkt;n nicht
%U unterscheiden) � c1?� del sueno <;on la ltberactón vtswnaria de la · pajarera jero­
de �sta función que
No se puede dar mejor idea de los efectos ghftca, y b:Xscando más gen:ralmente el . control ·del agotamien­
que · aqu,í y allá co­
.
·la de compararlos con placas de jalbegue, to del anáhs1s en una �spec1e de scanning24: de esas formas allf
tende rían a hacer· .entrar �n la donde �parezcan, con la idea de que . éstas son testimonio del
piadas � la· plancha de estarcir, ·
más bien latosos
apaiiencia de . un cuadro de tema los
en si mismos del rébus o �e los jeroglífico
clich
s.
és

o el texto de Freud;
.
ag��amte�t� de las rer.-esiones tanto como. del remodelado de
1� relaciOn de obJeto �
en que se supone que el sujeto se ti­
Pj�o éxcusas ¡)or parecer deletrear yo mism
plflca.25
se gana sencillamente con
no es solamente para mostrar lp que ,.. Es sabido que tal es el l?;ocedim.iento Po
r el Cl.lal un� investí clón
e ,puntos de réferencia
no amputarlo, es para poder situar sobr
cadgs, 'lo que sucedió �en

aSt:gura sus .resultados por medio de la exploración mecánica de la ext sión
primeros, fundamentales y nunea revo entera del campo de su objeto.
,
95 La ,tiP<>!<igía, si no sé refiere más -que al desarrollo del organismo des.
el .psico�nálisis.
·
. . ·

l cortstituyente del sig- conoce la _es tructura en la que el objeto está tomado respectivamente. :m· Ia
Desde el origen se desconoció el pape 338
495
conscien te �n-este senÚdo� y �� califi� así
. de psíquico un efec to
del . mconsoente sobre �o somático_-por ·

La témica que se autoriza en tales posiciones puede ser fértil _ S'e trata I?ues de def1mr
. ejem p�o.
en efectos diversos, muy difíciles de criticar detrás de la égida te­ la tópica de ese inconsciente. Digo
que es la misma que define el algoritmo
rapéutica. Pero · una crítica inrema puede desprenderse de una
discorda.ncia flagrante /entre el modo operatorio con que se
autoriza esta témica ;:.:...a saber;' la regla analítica cuyos instru­
mentos .todos, a ··paitir. de.Ia "lÍbre asociación", se justifican por S
la concepción del inconsciente de su inventor-, y el desconoci­
miento completo que .allí reina de esa concepción del inconscien­ Lo que éste nos permitió desarról
. .c �.a del . significante sobre d .· �ignificado
Íar en cuanto a la · inciden­
te. Lo cual- sus defensores más expeditivos creen resolver con una permite su . transforma-
pirueta: la regla ana.lítica debe · ser observada tanto más religio­ CIÓn en: ·

samente cuanto qúe no es sino el'fruto de un feliz aa:ar. Dicho


d-e otra manera, F,reud; nunca supo bien lo que hada.
El r�torno al texto de Freud nmestra por el contrario la cohe­ f (S) -.!_.·
S
rencia absoluta de su técnica con su desc�brimiento, al mismo
tiempo que permite situar sus procedimientos en el rango que · F'!� d-e la co�resencia no sólo 'dé los elem
. entos de la cadena
l-es corresponde.'
__ . · .
· ·· . st�1f1�a�Ite honzontal, sino de sus contigüid
a��� yez:ticales, en
Por eso toda rectificación del psicoanálisis impone que se re­ el stgntflcado, de la que mostrámos los efectos,
repartidos . según
torn.e a la verdad de_.Lese descubrimiento, imposible de oscurecer dos estructura� fun�amentales en la metonimia._
y en la · metáfo-
en su momento origjPal. ra. Pod.emos simbolizarlas por:
) Pu-es en el análisis"' del sueño, Freud no pretende damos otra
.. _ . ·
_:.;.-..__
.

1cosa que las leyes dél ·inconsciente en su extensión más general. f (S . . ·. S') S Ei=l S (-) s, - -· '

\, Uná de las razones p_or las cuales el sueño era lo más propicio
! para ello es justan:1ente, nos Jp dice Freud, que :no rev.ela menos ¡o se� . la �� tructura �et_?nín�ica, indicando · q�e
..
_ es la conexió�
: esas leyes en el sujeto norma.l qu� en el neurótico. , del stgm_ ftc�nt: con el stgntflcante la qu� perm
_ _ ite la 'elisión por
1 la
Pero en un caso como en ,el otro, la eficiencia del inconsci-ente �ual el �I ?Iuftcante mstala la carencia de ser en la relación de
i no se detiene al despertar." La experienc�a psicoanalítí'ca no con- , objeto, utilizando el v:alor de remisión de la signi
•.
ficación ·para
1 siste en otra cosa que en ·establecer que el inconsciente no deja llen�r.lo con :1 deseo �1vo q�e apunta ha_cia�esa
célren cia a la que
! ninguna de nuestras acciones\ fuera de s.1:1 campo. Su presencia 1; s�stt:ne. El stgno - Situado entre
(- ) manifiesta aquí el mant�­
. en el orden psicológico, dicho. de otra manera en las funciones ! �umu�nt? ?� la barra
-, que en el primer algodtmo marca la
' de rei?ción d-el individuo, merece sin ·embargo ser precisada: no J�reducttb lltdad en �ue se const tuye en las �lad
. _ .
�Qnes del signi.
es de ·ningún modo coextensiva· a este orden, pues· sabemos qtie, ftcante con · el stgm ftcado la resistencia : de la significación.26
si la motivación inconsciente' se manifiesta tanto por efectos psí­ He aquí ahora : · - ·

quicos conscientes como por -efectos · psíqui�st�•in9BH�S��rit�s. in­


versamente . es una i!J.dicacióiú elemental hacer observar que un
' "gran riúmero de efet-tos psíquicos q�e el térm�no "inconsciente", - f �·
.
e S
)
1 _
S ::::::: S ( +) s,
.

' en virtud de excluir el carácter de la conciencia, designa legíti­


mamente, no por 'ello dejan de encontrarse sin ninguna relación !. la estructura metafórica, indicandO que es -en
la sustitución del
por su. naturaleza OC<:ín el inconsciente en el senti9,o freudiano. )
' significante por el significante d�:mde se produce un efecto
. de
'Sólo por un . abuso del término se confunde pues psíquico 'e · in·
_ BIS El signo ;:,¡.
!_� designa la. conwuen_cia."
fantasía, . en la pulsión, en la sublimación -estructura ��uya . teoiia elabÓro ,
(1966). 339
,�. ' ..
496 LA. INSTANCIA D.E LA LETRA

significación que es de poesía o de creación, dicho de otra �a-. estrategia en el sentido moderno, cuyos cálculos excluyen · todo
nera de advenimiento d� "la significación en cuestión.27 El stg-· t�ubjetivismo".
. 1
no. + colocado entre ( ) manifiesta aquí el franqueamiento de· � Es tam'Qién prohibirse la en�ada a lo que puede llamarse el
la barra - y el valor constituyente de ese franqueamiento para universo de Freud, como se dice el universo de Copérnico. En
· _¡ .

la emergencia de la significación. ·..


. · ·

�fecto, es a la revolución llamada copemicana a · la que ;Freud


· Este franqueamiento expresa la condición de paso del signi­ mismo comparaba su descubrimiento, subrayando que estaba en
fican�e al significado cuyo momento señalé más arriba confun­ juego una vez más el -lugar que el hombre se asigr,.a en el centro
: diéndolo provisionalmente con el lugai del sujeto. de un ·· universo.

. Es en ·la función del sujeto, así introducida, en la que debe­ ¿Es el lugar que ocupó como ·sujeto del significante, en rela­
)nos deren�rnos ahorá, porque está en �1 punto crucial de nues­ ción con . el que ocupo como �ujeto ·del significado, concéntrico
·
tro próblema. , o excéntrico? Ésta es la cuesti(»n. . .

Pienso, luego existo (cogito ergo sum) , no es sólo la fórmula No se trata de saber si hablo de mi mismo ·de manera confor­
en que se constituye, con el apogeo J;listórico de w.ia reflexi�n me c�n lo q1,1e soy, sino si cuando hablo de mí, soy el mismo que
sobre las condiciones de la ciencia, el nexQ c::on la transparencta aquel del que ha�lo. �o hay aquí . ningún inconveniente en ha­
del sujeto trascendental de su afirm�ción existencial. cer intervenir el· término "pensamiento", pues Freud designa
Acaso no soy sino objeto y mecanismo {y pQr lo tanto nada con ese término los elementos que están en juego en el incóns.
más que fenómeno) , pero indudablemente e11 cuanto que lo dente; 'eS decir en los mecanismqs significantes que acabo de
pienso, existo -absolutamente. Sin duda los filósofós habían · reconocer eli é.l. ..
aportado · aquí importantes correcciones, y concretamente la de No por ello es menos .cierto que el co-gito filosófico está en el
.
que en aqu'ello que piensa (cogitans) nunca hago otra cosa smo núcleo de ese espejismo que hace al hombre moderno tan segu­
constituirme en objeto (cogitatum) . Queda el hecho de que a ro de ser él mismo en sus incertidumbres sobre si mísmo, incluso
través de esta depuración- extrema del sujeto trascendental, mi a �avés de la desconfianza ' que pudo aprender desde hace mu­
nexo existencial con su proyecto parece irrefutable, por lo me­ cho tiempo a practicar en cuanto a las trampas del amor propio.
nos bajo la forma de su actualidad, y de que : . Así pues, si . volviendo ·contr� la nostalgia a la que sirve el..
arma de la metonimia, me niego a hl1scar ningún sentido más
(lcogito ergo sum'' ttbi cogito, ibi sum, allá de la _tautología, y si, eri nonibre"de "la guerra es. la guerra"
y "un centavo es . un centavo" me decido a no ser más que lo
supera la objeción. . q1,1e soy, ¿cómo c:lesp_z:enderme aquí de la evidencia de que soy
Por supuesto, esto me limita a no ser allí en mi ser sino en la en ese acto mismo? . ·

medida en que pienso que soy en �i pensamiento; en qué me­ Tampoto yendo k1 otro polo, metafórico, de la búsqueda sig­
dida lo pienso verdaderamente es cosa · que sólo me concierne nificante y consagrándome a convertirme en lo que soy, a venir
·

a .mí, y, si lo digo,. .no interesa a nadie. 28 al ser, pu�do dudar: de :que incluso perdiéndome . en ello, soy.
Sin embargo, eludirlo bajo el pretexto de su aspecto filosófic� Ahora ))ien, es eri es()s puntos mism� donde la evidencia · va
es simplemente dar pruebas de inhibición . .:f.u.es. la noción de[ a ser subyertida por lo empírico, donde reside el giro de la con-
·

sujeto es indispensable para el manejo de una ciencia como la 1 versión freudiana.


Ese juego si�ificapte de la metonimia y de la metáfora, in­
�s· designa en el contexto e� término productivo del efecto si�i cante !i cluyendo y · comprendiend() su punta activa qu� dava mi deseo
(o significancia); se ve que ese término está latente en la metomnna, pa­ sobre · un : r�chazo del sigp..!ficante o sobre una carencia de ser, y
tente en la metáfora. anuda mi. suerte a Ja· euesqón de . mi destino, ese juego se juega,
m La co.sa es muy diferente si, planteando por ejemplo una pregunta como:

" · Por qué hay filósofos?", me bago más cándido de lo que es natural, puesto
hasta que termine 1� partid�. en su inexorable finura, allí donde.

q e · planteo· no solamente la cuestión que los filósofos se plantean .desde no soy porque no puedo situárme� · ·

sie.mpre, sino aquella en la que tal vez más -se mteresan.


.
Es decir que son �pocas la$ palabras �on que pude a.P.�l?.�Iar
340
.d
"l
un
LA IMSTANCL\. DE LA LE11l.\

instante a mis auditores: pi�nso donde no soy, · brego soy � LA -INSTANCIA DE LA LETllA
el mismo punto de suspensión de la cadena signifiCante donde
499

donde ·no pienso. Palabras que hacen sen!ible para toda oreja el recuerdo encubridor se inmoviliza, donde la imagen fascinan-
··
suspendida en qué ambigüedad de hurón huye bajo nuestras
te del fetiCh:e 5e hace estatua.
manos el anillo del sentido sobre la cuerda verbal.29 f No hay ningún otro medio de concebir la indestructibilidad
Ló que hay qp.e decir es: no soy, allí .donde soy �1 juguete de del deseo inconsciente -cuando no hay n:ecesi.dad que, al ver
mi pensamiento; piens9 en lo· que soy, allí donde no pienso que se le prohíbe su sociedad, · no se resquebrajé,, en caso extre�
pensar. - . . �··' ·
. mo por 13:. �?1!��11'il�,�¡fg$korganismo mismo. Es eI?: .l:"'n�;�emoria,
Este misterio con dos caras se • une al hecho de que la verdad comparablé'''á' lo que ·se· llama con este nombre �� . -�ues as mo.
�:
no se evoca sino en esa dimensión de coartada por la que to�o _
dernas máquinas de pensar (fundadas sobre una reahzacton elec­
"realismo" en la creación toma su virtud de la metonimia, así trónica de la composición· significante), .donde reside esa cadena
como a ese otro de que el sentido sólo entrega su acceso al doble que insiste en reproducirse en .la: ·transferencia, y que es la de
codo de la · metáfora,' cuando se tiene su clave única: la S · y la s un deseo muerto. · . .

del algoritmo saussu!eano no es�án en el mismo plano; y el hom­ Es la verdad de lo que ese deseo fue en su hi��oria lo .q�e cJ
bre se engañaba creyéndose coloc�do · en su eje común que no
· sujeto grita por medio dé su síntomfi, c6in() Cri�to ,diJo que ha­
está én ninguna parte. . brüm hecho las piedras si los . hijos de -Israel ��. l�s' ttuhiesen dado
Esto por lo menos hasta que Freud hizo s11 descubrimiento. . �- : .: . . . .:
.
. ·.. .. .

su voz. ' ..
..

Pues si lo que Freud ·,9escubrió no. es �sto .exactamente, no es


· Ésta es también la razón de qúe sói6 " ei 'p�icoariálisis permita
nada.
diferenciar, en la memoriá, la función de_ la,, rememoración.
Arráigado en el significante, resuelve," por el asc,endi:n �e de }a
_
historia en el hombre, las aporías platómcas , de la· remmtscencta.
Los contenidos d·el inconsciente no nos entregan en su decep­ . Basta coh leer los tres ensayos l!Obre Una teoría sexual, recu­
cionante ambigüedad �inguna realidad más .consistente en el biertos para las multitudes por tantas glosas ::seudobiológicas,
sujeto que lo inmediato; es de la verdad . de la q�e tomán su para comprobar que Freud hace derivar toda entrada en el ob.
virtud, y en la dimensión del ser: Kem unseres Wesen, los tér. jeto de una dialéctica del retomo.
·

minos están en Freud.


.. · .

. Habiendo partido asi del _ vócno�30 holderliniá�o, es a la r�pe�


- . El mecanismo. de · doble gatillo de la metáfora es el mismo · tición kierkegaardiana · adonde Freud llegará menos de vemte
donde se determina el síntoma en el sentido analítico. Entre el años más tarde, es decir qüe su pensamiento, por haberse some­
' significante enigmático del trauma sexual y el térririno al que tido en su origen a las únicas consecuencias humildes pero in­
viene . a sustituirse en una cadena $ignific�mte actual, pasa Ja
flexibles "de la . talking cure, no pudo desprenderse nunca de las
1 chispa, que fija en un síntoma -ínet�fora don4e la carne o bien
servidumbres vivas que, desde el principio regio· del Logos, lo
: la función están tomadas come:> elementos significantes- la sig­ condujeron a pensar de nuevo las antinomias mortales de Empé.
. nificacióri inaccesible .para el,.sujeto' consciente en la que puede docles.
·
resolverse. T •
¿Y cómo concebir, sino sobre ese "otro . escenario'� del 9-':le �1
Y los enigmas que propone el. deseo a todá :fo�!i \����!�. �!:t��l.;'. habla como del lugar ·del sueño, su recurso de hombre cten�ft­
.
su frenesí que imita el abismo 4�1 infinito, la'. éóhísión '·fn�m� co a un Deus ex machina menos irrisorio por el · hecho de que .
en que envuelve el placer de · sabe:f. y el de dominar con el gozo, aquí se revela al es�ctador que la máqu!na ri� � regidor mis­
no . consisten en ningún otro desarreglo del instinto sino en su mo? Figura obscena y feroz del padre pnmordial, magotable en
entrada en los rieles ...-eternamente tendidos hacia el deseo de redimirse en el eterno enceguecimiento de Edipo, ¿cónio pensar,
otra cosa- de la metonimia. De donde su f�Jación "perversa" en sino .porque tuvo que agachar la ca��za ante la. fuerza de . un
téstimoni? que rebasaba sus prejuicios; que � hombre de cten-
.
s [Cf. la. nota 22. p. 249 ele este tomo: . el juego aludido se Dama en francés
du furet �·d�� hurón". n] . ·
·1.
•.
. .
,i
341
··=r· ..
1
!

DE
!)(){
. LA �STANCIA LA u::mA
LA iNSTANCIA DE LA LETRA
cia del siglo XIX haya" dado en SU obra más importa�cia que
�od� a ese Tótem y tabú,� ante · el cual los etnólogos hombre a la relación narcisista, de la que yo proseguí �a elabo- \
a
de hoy '
5e
ración en el estadio del espejo. Él se reu:qió all:{ la síntesis de \
mchnan como ante el cream . .
1ento de un mito auténtico?
· Es en ef�cto a las mis�as necesidades del mito a las que .res. las funciones perceptivas en que se integran las sel-ecciones sen� \
.
�nde 'eSa 1mpen_osa probferaaón de creaciones simbólicas pai­ ·soriomotrices que ciernen para el hombre · lo qué él llama la
t�culares, en la q�e se motivan hasta en sus detalles realidad.
las compul­
$Iones del neurótico, del mismo tnodo que lo Pero esta resistencia, · esencial para cimentar las inercias ima-
·
que llaman las
teorías ·sexuales . del niño. · ·
·

ginarias que ponen obstáculos �1 mensaje del �ncon�ciente, �o


Así es como, para col
�los � e� PU?to . precis en . q�e se
desarrolla actualmente en nn sem1qano rm comentario
� es sino secundaria en _comparación con las . reststenoas propxas
de Freud del encaminamiento significante de la verdad. . .-
el pequeño H�s, a �os cinco años abandonado , por · ÉSta es la razÓn de que un agotamiento de los .;mecanismos de
_ s1mbó �as" carencia�
de su �edio bco ante �1 eni�a actualizado de. repente ·
defensa, tan sensible como nos la muestra un 'Fenichel en sus
P:'-_ra él de s� �xo· y de su eXIstenaa! desarrolla, bajo
la dfrec­ problemas él'e t�cnica, �orque es un prac�ica.Ílte · (mient�s �ue ·
.a
<;m de . Fr��d y de su padre, discípulo 4e . éste, alrededor del toda su reducaón teónca de las neurosis o de - las .psicoSis a
cr1stal SI�Iftcante de .su fob�a, bajq una forma mítica anomalías· genéticas del desarrollo libidinal es la chatura misma) ,
_ les de , todas las·
permuta ones posib
� un número limitado de significantes. se manifieste, sin que él dé cuenta · de ellÓ, y sin que ni siquiera
.
<?peraaón en 1� que se �'emue�tra que ind11so . en el nivel in­ se dé cuenta; como el reverso del cual los mecanismos del in­
diVIdual, I_a solucw, n de_ lo Imposible es aportada al consciente serían el · derecho. . La perífrasis, . el hipérbaton, la ·
hombre por . ·

el agotarmento de todas las formas posibles � elipsis, · la suspensiqn,. la anticipación, la retractación, la _ nega­
imposibilidades
encontrad�s al poner en una ecuación significante
. la solución.-. .ción · la · digresión, la ironía, son las figuras · de estilo (f.zgurae
Demostr�CIÓn IQJ.pre .
swna nte para iluminar . el laberinto: de una sent�n tiarum de Quintiliano) , como li! catacresis, la litot�. �1a
observaaón q_ue hasta ahora sólo se ha utilizado antonomasia, la hipotiposis son los tropos, cuyos términos se
para extraer
de ella matenales de demolición. Y tambi -imponen a la pluma como los más propios para �tiquetar a. estos
én para hacer captar
qu� en la co�xtensividad del desarrollo del síntoma y d'e su re�o- mecanismos. ¿Podemos acaso no ver en · ellos smo- una s1mple
1�cw� . cutatiya se mues .manera de decir, cuando son las figuras mismas que ·se encuen­
tra la naturaleza de la neurosis: fóbica,
h1sténca u ob�_esiv , la neur�is es un.a cuestión tran en acto en la retórica del discursó efectivamente pronun'-
'que el ser plan­
tea J;>a�a el SUJeto :d sde �lh dond es.taba ant�s ciado por el analizado?
: de que el suje� .
to . ':tmese al mund��. (esa subordmad .
a es la prop1a frase que Obstiná�dóse· en - .reducir a una permanencia emocional la
. utihz a Freud al explicar al pequeño Hans el complejo de Edipo realidad de la resistencia,· de la · que ese discurso-no· seria sino la
).
durante el ·· ins­
Se trata aquí de ese ser que no aparece sino cubierta, los psicoanalistas de hoy muestran únicamente que
tante de un relámpago en el v do del verbo ser, caen en el campo de una de . las verdades fundamentales que
y ya c:Jije que
Freud volvió a · epcontrar por medio del psiéoanálisis. Es que a
a_
plantea su pregunta ara el SUJeto. ¿Qué qui'e�
p e d�cir e$ei? No
la plantea ante el SUJeto, Uesto que el sujet .
J? o m�'_ puede_.· venir una verdadnueva, no es posible conteptarse con darle su lugar,·
� 1 lugar do ?de la plantea, smo que la p'lantea �!3 _(!l ·¡r,�.g!l'r .Q.el su­ pues de lo que se trata es de tomar nuestro lugar en ella. Ella
J�to, es decir que en ese lugar plantea la
cuestión ·con d. stijeto, . exige que uno se tome la: molestia. No se podría lograr simple­
co�o se plantea un problema con una pluma y como
el hombre mente habituándose a ella. Se habitúa uno a lo real. A la ve:r..
. antiguo pensaba con su alma.'
dad; se la reprime. ·
�sí es como Freud hizo entrar al · yo en . su doctrina.
. Freud Ahora bien,. es necesario muy especialmente para el · hombre
! defin;tó · el yo por resistenci s que le son propi
. � as. Son de . natura­ de ciencia,· para el níago e incluso para el meigo, 81 ser el único
/. l�za xmagmarta, en el sentido de los señuelos coapt
) eJemplo nos ofrece la etología de los comportam
atiyos, cuyo que sabe� La idea de que en el fondo Ae las almas - .�ás simples,
ientos animales . ·.. ...

[M�g;,
del pavoneo y del combate . . Freua �ostró su reduc ·>·\:
· ción en el 11. :�n francés: procedente de mégier, ·cuidar-cu-rar, derivado. del la- .
AS]
·
tfn _medicare, qúiere decir "sanador". :.
342
- 'J
._:;.r

508
502 LA INSTANCIA DE LA . LETRA LA INsTANCIA DE LA LETRA .
habían despl azad en una mirada
y, peor aú?, enfermas, h�ya · algo listo a florecer, pase; pe¡o que prim�os añ os angló fonos _?
y no shene on the nose en
haya alguien que pa;rezca sab,er tánto como ellos s.obre lo que sobra la nariz (a glance. at the nose,
cia del sujeto} la curiosidad
debe pensarse de esto. . . socorrednos, oh categorías del pensa. la lengua "olvidada" de la infan
su madre, .o sea a esa caren­
mie� to primiti�o, pr�lógico, arcaico, incluso del pensamiento ardiente que lo encadenaba al falo de
. privilegiado reveló Freud.
mág¡co, tan fácil de Imputar a los demás. Es que no convien'e cia-de-ser eminente cuyo significante
un pensamien­
Fue ese abismo abierto al · pensamiento de que
provoc desde �1 prin­
que esos ?rdinarios �os tengan éon la lengua afuera proponién­
to se dé, a ei,tt��4�rr,eri.I��l abismo, el que
ó
donos emgmas que- muestran ser. demasiado maliciosos.
cipio la resistenCia' ál análisis. y no como
se di<:e la promoción
Para interpret:u- e.I . i��ons!=iente como Freud, habría que ser
o el objeto que
de la sexualidad en el hombre. Ésta es con mu�
predomina e� .la literatura a tra�és de los siglos. Y
como él :un� enciclopedia de 'las... _artes y de .las musas, además de .la �oluci�
un lector asiduo de las Flteg�nde Bllitter. Y la tarea no nos S'ería cónuco
de mag¡a
más fá�il poni�ndo��s a mercecl de un hilo . tejido de alusio;nes del psicoanálisis ha logrado mediante un golpe
hacer de ella una instancia móral, la cuna y el lugar
de espera
y de Citas, d� JUegos de palaiJr¡:ts y de equívocos. ¿Tendríamos
de la oblatividad y de la "amand!i�'. La montura
platón ica . del
que hacer oficio de 'fanfreluc/]es antidotées? 32
alma, ahora be'ndita e iluminada, 5e va derechita al paraís o. .
Hay que resignarse a ello, shi:.embargo. El inconsciente no es sexual idad
lo primordial, ni ' lo . instintual, y 10. úniéo elemental que conoce . El escándalo intolerable ' en la : época en que . la
ctual".
freudiana no era todavía santa, era que fuese tan "intele
· ·

son los elementos· del significante. . .


rsa de todos ,
Los libros qú.e ·pueden llamarse· canónicos en materia de in­ En eso es en lo que S'e mostraba como digna compa
d.
?-
c?�sciente ....:.}a Trauiif: eutu'ng, 'la Psicopatología de la vida' co­ aquellos terroristas cuyos complots iban a arruinar a la socieda
En el momento en que los psicoanalistas se «:smsagran a remo­
ttdzana y el Ch t.ste ('W:ttz) en sus relaciones con el inconsciente­
no son sino un tejid9 de ejemplos cuyo desarrollo se inscrib'e delar un psicoanálisis bien visto, �uyo coronamiento. es el poe.
·en las fórmulas de conexión y sustitución (sólo que nevadas al n,.a sociológico d'el yo autónomo� quiero decir-·a quienes me es­
es
décuplo por su comp�ejidad particular, y cuyo cuadro es dado cuchan en qué podrán reconocer a los malos::psicoanalistas:
que utilizan cierto término para depreciar toda investigación
técnica y teórica que prosiga la experienci�· freudiana �n su
a vec:s por Freud fu':�a de texto) , que son las que damos del
. . cante en su función de transferencia. Porque en la Traum­
stgmf �
deutung, es en el sentido de S'emejante función como se intro­ linea auténtica. Este término es la palabr a:· intelectualización
duce el término tJbertragung o transferencia, que dará más t-ar­ -execrable para todos aquellos que, viviendo ellos mismos en
de su nombre al resorte operant� del víncu!o int�rsubjetivo entre el temor de ponerse a prueba bebiendo . 'el vino de la verdad,
· el analizado y el analista. . escupen sobre 'el pan de los hombres, sin que su baba por lo
�ales diagramas no son únfca. m ente constituyentes en la neu­ demás pueda tener ya nunca más ·sobre él otro oficio que el
rosis para cada uno d: sus sínto�as, sino ' que son los únicos de una levadura.
.
que perrmten envolver 1� temátic� de su curso y de su resolu.
.
c1�n. <::omo la� grandes óbsc:rvaciones de análisis que Frcud
deJ�, son · admirables para demostrai"l0. . . . . . .· . .


. y para atenemos a un 'dato más teduQdÓ;\:: :t&(:cí;D.�s..·::marte­
. .. . .
III. LA LETRA, EL SER Y EL OTRO

Jable, para que nos gfrezca el, l,Íltimo sello con el cual s�llar
nuestra iqea, citaré·ei':artfculo de 1927 sobre el fetichismo, y el ¿Lo que piensa así en mi lugar es pues otro yo? ¿El descubri­
caso que Freud ·relata allí de un pacienteas para quien la satis­ miento de Freud representa la confirmación en el nivel de la ·

.
facción sexual exigía cierto .brilJó en_ la nariz (Glanz a.u.f der experiencia psicológica del maniqueísmo?B4
. Nase) , y cuyo análisis mostró que Ió debía al hecho de que s:us Ninguna confusión es posible, de hecho: a lo que introduj o

':: [Enigmas versificados de Rabelais pará a:.uditos consumados: Gargantúa, .. Uno de mis colegas llegaba hasta semejante pensamiento preguntándose
1, u•. TS] . si el EUo (Es) de la doctrina ulterior no era el "yo malo". (Ya se ve con
quién he tenido que · trabajar. 1966.)
:'i
a Fetichismus, G. W., XIV, p. 3l l [A., XXI, p. 147]. 343 ·

.j
DE
50{. . LA INSTANCIA LA LE'l'IV. LA INSTANCIA DE LA .LETRA 505

la investigación de Freud· no fue a casos más o m'enos curiosos · · . una A mayúscula, es pata indicar el más allá_ donde se anuda el ·
de personalidad segunda. Incluso en Iá época heroica a la que reconocimiento
. del deseo con el deseo del recónociiniento.
acabamos de referirnos, . en la que, como ' los animales en el Dicho de otta manera, ese otro es el Otro que invoca incluso
tiempo de los cu'entos, la sexualidad hablaba, nunc;.t se precisó ' mi mentira como fiador de la verdad en la cual él subsiste. ·

En lo cual se observa que es con la apariCión del lenguaje


la atmósfera de diabolismo que semejánte orientación hubiese
· ·
:
engendrado.s11
· :<:omo emerge la dimensión de la verdad.
.

· � finalidad que propone al hombre el de5cubrimient� dé . Antes de este punto, en la relación psicológica, p'erfectamente
· aislable en la observación de 'Un comportamiento animal, debe­
FI"eud. fue · definida por éf en · el apogeo de su . pensamiento en
términQs q:mmovedores: Wo es war, s()ll lch werden. Donde es- mos admitir la .existencia .�e sujetos, no por algún espejismo
·

· · proyectivo, fantasma qu'e el psicólogo se da el gustazo . de andar


tuvo (fue) ello, tengo que· advenir yo. ·

· de�baratando . ;� )a vuelta de cada · esquina, sino en razón de la


Esa finalidad es de reintegración y de concordancia, diré in-
cluso de reconciliación (Versohnung) .
· . · presencia manifestada de la intersubjetividad. En �1 acecho en
.que se esconde, _'en la -trampa construida, en la simul�ción re­
hro si se desconoce la excentricidad. radical de sí a sí mismo
con la que se enfrenta el hombre, dicho de otra manera la ver­ zagada en que un escapado desprendido de un tropel desorienta ;
dad descubierta por Freud, se fallará en cu�nto al orden y las ·al rapaz, emerge algo más que en la erección fascinant-e del
vías de la m�diaci.ón psicoanalíQca, se hará de ella la op·eración pavoneo o del combate. Nada allí sin embargo que trascienda
de comprormso que ha llegado efectiv�ente a ser, o sea aquello a la fund9n del engaño al servicio de una necesidad, ni que
·

afirm'e una preSencia en ese más-allá-del-velo donde la Natura-


que más repudian tanto el espíritu de Freud como la letra de
leza entera puede ser interrogada sobre su . designio. .
su obra : pues la noción de compromiso es invocada por él sin .

cesar como situada en el · soporte de todas las miserias a las .que Para que la �estión misma. sálga a la luz del día. (y, � .sáp!dÓ� .,
socorre su análisis, de tal modo que puede d'ecirse · que_ el recur­ -que �reud llegó a ella en Más allá del principio·,.de pla}�h e& · :.: ..

· · · · : �: ,\
·

preciso que el lenguaje sea. ·


so al compromiso. ya sea explícito o implícito, desorienta toda ·
·

la acción psicoanalíticá y la sumerge en . la noche. · Porque puedo e�gañar a mi adversario por un movimiento · -
Pero tampoco basta con restregarse cqntra · las tartuferías mo� .que es contrario.·a � .plan d'e batalla, ese movimiento sólo ejerce
ralizantes de nu'estro tiempo y llenarse la boca h�blando de ·su efeCto engaños.o p�ec��aJ;Iiente en la medida en. que. lo pro-:
duzco en realidad, y par� .:tpi adversario. .
u personalidad total", para h�ber dicho �iquiera alguna cosa
articulada sobre la posibilidad de la mediación. · · Pero en las proposiciones'J>or las cuales abro con él una ne.
La heteronomía radical cuya hiancia en el hombre mostró el gociación. d-e paZ, es �n un. tercer . lugar, que no es ni mi palabra .
descubrimiento de Freud no puede ya recubrirse sin hacer de · ni mi iilterlocu.tor, ·donde lo que ésta le propone se sitúa.
todo lo que se utilice. para ese fin una deshonestidad radical. Este. lugar_ no es otra cosa que el lugar de la convención sig­ ·

¿Cuál es pues ese otro con el cual . estoy más ligado que con­ nificante, tal como se revela en la comicidad de esa queja dolo-
rosa d�l judío a �u -��-�padre: ...�Por qué me dices ·que v� · a
·:migo mismo, pu'esto que en el seno más asentido de mi identidad
CracoV1a para �qu� <y.o· '�e��. que:·ya.s, � Lemberg, cuando vas de
conmigo mismo es él quien me agita? · .
. · .· .. . .
Su presencia no puede ser comprendida sino ·en uii grado se­ veras a Cracovta?" · ' _:,.-·. .
· · ·-
.
.. .. · -

. . Por supuesto, mi movimientQ de �opeles de hace un momento


: gundo de la otredad, que lo sitúa ya a él mismo en . posición de
.mediación con relación a mi propio desdoblamiento con :I"eS­ puede comprenderse 'en ese registro convencional de la estrate­
;pecto a mí mismo así como con respecto . a un semejante. · gia· de un juego, en ei erial es en fuil'Pón· de una regla como en­
_ gaño a mi adyersario, pero entonces ini éxito es apreciadQ en la
: Si dije que el inconsciente es el discurso: del Otro [A utre] con
connotación de la traición, 'es decir en la relación con el Otro ·
. . . ... . . . . . · '( · :
! : '

111
Nótese sin embargo el tono con que p:\lede hablarse en esta época de las que gat::antiza la .J�uena Fe.
malas pasadas de los duendes del inconsciente: Der Zufall und die Kobold- · Aquí . los . probleÍilas·· _son . · de . un orden cuya heteronomia es
streiche des Unbewussten, es un título de Silberer, que sería absolutamente simplemente descónocid� si �e-la reduce a algún "sentimiento del
anacrónico· en ·el ambiente presente de . los · managers del alma. 344
'"1 .. � - ·· . · :·· ·

LA INSTANCIA DE .LA I..ETRA


' :r
�·
.
1 .
. LA INSTANCIA DE LA LE1 RA

l
otro", llám-ese como se le llame. Pues "la existencia del otro", l �odo, no está tan mal alojada alli, es porque el agente supremo
�abiendo logrado antaño llegar a las orejas de Midas psicoana­ 1 que cava desde siempre sus galerías y su dédalo es a la razón
Logosa quien sirve.

1
lista a través del tabique que lo separa del conciliábulo fenome- misma, es al mismo
. nologista, es sabido que . esta noticia corre a través de las cañas: . Si no, ¿cómo concebir que un erudito,· tan poco dotado para
"Midas, el .rey Midas, es el otro d-e su paciente. :ti mismo .lo ha los "compromisos" que lo solicitaban en su tiempo como en cual­
.· dicho." � quier ()��?! ;.�9IHP�Jo estaba Erasmo, haya OC1Jpado un lugar tan_
. .En efecto, ¿q1,1é puerta ha forzado con ello? ¿El otro, cuál eminerité · eil� la 'molución de una Reforma donde el hombre .
estaba tan interesado .en cada hombre como � todos?
·
·
· otto?/· - ��· . . �

Él Jov�n Aridré Gide desafiando a su casera, · a.q �i�


-� . su -ma .
lo ha confiado, a tratarlo como -� tin ser responsable, abrien­
l
!
Es que al tocar, por poco que sea; la relación del hombre
con el significante, aquí conversión de los prOC'edimientos de la
exégesis, se cambia el curso de la historia modificando las- ama­
ostensible�'ente ante su vista, cQn mía llave que sólQ es falsa í
1 rras de su ser.
ser la llave q�e abre todos los candados semejantes, el can-
Por esto es por lo que el freudismo, por muy incomprendido
1.11!·4¡J3c;;lo que ella misma considera como el digno significante de sus
.':lnterla·4on4es educativas -¿a qué otro apunta? A la que va _a in­
.¡ que haya sido, por muy confusas que sean sus conS'ecuendas,
, y a quien el muchacho dirá riendo: "¿Qué necesidad
.........,----- usted de un candado ridículo para mantenerme en la obe­
1
'
aparece a toda mirada capaz de entrever los cambios que hemo�·
vivido en nuestra propia vida como COJlStituyendo una revo-­
lución inasible pero radical. Acumular ,Jos testimonios sería ·
Pero tan sólo por háber permanecido escondida y por i
"t­
'
i
vano:36 todo lo que interesa no sólo a . Jas ciencias humanas�
esperado a la noche . para, después d-e la acogida tiesa que
1 sino. al destino del hombre, a la política� a la metafísica, a la
.,.;;.,....;:......... echar un sermón al mocoso, no es sólo otra, de la
l literatura, a las artes, a la publicidad; a ; la propaganda, y por
ésta le muestra el rostro al mismo tiempo que la ira, es
André Gide, que . ya no �tá muy seguro, desde ese 1p.omento
1
'
ahí, no lo dudo, a la economía, ha sido afectado por él.
· 3
1 Sin embrgo, ¿es esto acaso otra cosa que los efectos desacor­
incluso volviendo so�re ello eh la actualidad; de lo ·que quiso
. que ha · sido cambiado hasta en su verdad por la duda dados de una verdad inmensa en la •. que Freud trazó una vía
lanzada contra su buena fe. ;- pura? Hay que decir aquí que esa vía no es seguida en toda
técnica que se juzga .válida sólo "por . Ja categorización psico�
· Tal vez este imperio de la confusión que es simplemente
lógiéa de su objeto, como es el caso del psicoanálisis . de hoy
aquel donde se representa toda la ópera bufa humana merece
fu�ra de un retomo · al descubrimiento freudiano.
que nos detengamos en él, para comprender las vías por las
. cuales procede el análisis no sólo para restaurar allí un orden,
· Y en efecto la vulgaridad de los conceptos cori que su prác­

· sino para inst�lar las condiciones de la posibilidad de restau- tica se recomienda, los hilvanes de falso freudismo que ya no­
rarlo. · están allí sino de adorno,. no menos que lo que no hay más.
Kem unseTes Wesen, el núcleo de nuestro ser, lo que Freud
remedio qu� llamar la retrac�ción en que prospera, dan testi­
mon io conjunto de su renegación fundamental. .
· no11 ordena proponemos, como tantos otros lo hicieron antes
�.po • es
Freud por su descubrimiento hizo entrar dentro del círculo-
. que él con el vano refrán del "Conócete a : �¡J;l�.i�m�:( •.

tanto eso como las vías que llevan a ello y qúe él 'fios da a revisar. ·

• 80.Descubro el más rec_iente en 1� que se presenta llanamente bajo la:


O más bien ese "eso" que nos propone alcanzar no es algo que pluma de Fran�is Mauriac para excusarse, en el Figa.ro Littéra.ire del 25
pueda ser objeto de un conocimiento, sino aquello, ¿acaso no lo de mayo, de su negativa . a :"contar su vida". Si nadie puede ya emprender
. dice él mismo?, que hace mi ser y de Jo cual, nos enseña él, eso con el mismo buen ániJDO, es, nos dice, que "desde hace medio siglo,

Freud, pensemos de él lo que pensemos", ha pasado por allí. Y después


doy_ testimonio tanto y aún más en mis caprichos, en mis abe.
de haber flaqueado un instante bajo el lugar· comón de que es par.! some­
rraciones, en mis fobias y en mis fetiches que .en mi personaje
''r ternos a la "historia de nuestro cuérpo'', regresa rápidamente a lo -que su
vagamente vigilado. sensibilidad de escritor no pudo 'dejar esrapar: es la confesión más profun.
Locura, no_eres ya objeto del elogio ambiguo en que el sabio da del alma de todos nuestros prójimos lo �ue nuestro . discurso publicaría-
·
345 si quisiera �erminarse;- · · .
dispuso la guarida inexpugnable de su temor. Si, después de
,,

. . f'A c. D F i) : . -. •

B ¡'a.e 1. . . ; ' · . ') i!O!J,. .


LA INSTANQA DE LA LETRA
---

Observemos aquí q11e a. este articulo se une la· inteiveD­


.508. . �- LA INSTANCIA DE LA Ll':l'ltA ' . e T . . .. .,
-----
-- --- .
de la �gencia�esa fron a entre el objeto y el ser que parecía ción que fue ·la nuestra · el 28 de abril de 1960 en la Soo
.señalar su límite. dedad de Fllosoffá., a propósito de la comunieació� �que
Que esto sea el sínto a y e• preludio de una nueva puesta en �� -señor Perelman produjo, sobre la teoría · que da de
.

tela de juicio de- la situación del hombre en el ente, tal como la la metáfora como función retórica, precisamente en la
Théorie ·de fargumentation.
·
'han supuesto hasta ·ahÓra todos los postulados del �onocimien­
to, les ruego a ustedes q no se contenten con catalogar el hecho
de que yo lo. diga como caso de heideggerisfDO -aunque se
le añadiese el prefijo de un o. q�e no añade �
ada_ a ese estilo
de bote de• la basura con el es usual exi . irse de . toda re-
·

flexión con un recurso al "quite e-ahí" de nuestros


5:
.escombros mentales.
Cuando hablo de Heidegger, o más bien cuando lo traduzco,
me: esfuerzo en dejar a la palabra que profiera su significancia
.soberana.
Si h�blo de la -letra y del ser, si distingo al otro y· al Otro, es
· porque Freud me los indica como los términos a los que · se re­

f.
fieren esos efectos de resisréncia y de transferencia con los que .
. he tenido que medirme d�sigualmente desde h�ce veinte años
.que ejerzo esta práctica -imposible, todo el mundo se complace
·.

.en repetirlo desp�és de él- del psicoanálisis. Es también porque


. .necesito ayl.:tdar a otros a n() perderse pQr alH.
Es para impedir que caiga en barbecho el campo del que
:Son herederos, y . para esto hacerles entender que si el síntoma\
es una metáfora, IJ.O es una metáfora· decirlo.: del nÍismo modo .
que decir que el .deseo del hombre es una metonimia. Porque
.el síntoma es una metáfora, queramos o no decírnoslo, como el •

.deseo es una· metonimia, incluso si el hombre se pitorrea de é!;


Y así, para que los invite a. indignarse de que después de tantos
:Siglos de hipocresía religiosa y de fanfarronería filosófica, toda­
-vía no se haya articulado válidamente nada de lo que liga a la
metáfora con la cuestión del .ser y a la metonimia con su falta
.-¿sería acaso necesario que, del objeto de esa indignación en
.cuanto agente y en cuanto víctima, quedase todavía algo allí ·
·para r�sponder a ella: · a saber, el hombre del hUmanismo y el
.crédito, irremediablemente protestado, · que ha obtenido sobre
:Sus intenciones? .

l

�j Se trata de las iniciales �e la. frase que podria decinne a mf


T.t.y.e.m�u.p.t.B'l . 14-26
n�ca a nadie.
de mayo de 1957 mumo en esa fecha desde hada mucho tiempo y con lo que asf' oculto mi .
_
amargúra: 'Tu t'y . es mis un peu tard' <=. "Te has puesto a la obra un
111' [En carta del 15 de octubre de 1970, J. Lac:an dice dirigiéndore a Tomás poc:o tarde.') I.a . e falta en loe. Sc:riu� pero espero. no en d. teXto origin:al''.


'5egovia: "Nadie puede pescar ahí la menor idea� Pero a usted, que pone un A�
. • •,
. .
.
.a1idado tan maravilloso a. mi . rervicio, le confesaré lo que no he confiado
346
. ____.. .

.· � :
·
...··.: .o .. . .
.
·· · .· .:.
· .·

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