Maltrato Infantil-Infanto Juvenil

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ENFERMERIA INFANTO JUVENIL

“EL QUEHACER DEL PERSONAL DE


ENFERMERÍA FRENTE AL MALTRATO
INFANTIL”.
ENFERMERIA INFANTO JUVENIL

Los profesionales de enfermería están en una posición privilegiada para la


prevención, detección y atención de situaciones de riesgo y maltrato infantil, pues
son, normalmente los profesionales de salud que están más cerca del niño y de los
padres.

Es extraño que un niño sea atendido por maltrato infantil como motivo de consulta,
por ello, el equipo de salud, especialmente enfermería debe estar en condiciones de
indagar los casos de maltrato y conocer las vías para proteger al niño en riesgo.
Detectar o reconocer el maltrato infantil depende de los conocimientos y habilidades
de una gran variedad de profesionales de la salud y su diagnóstico requiere de un
acto médico de sospecha, el problema es que en pocas ocasiones las lesiones por
maltrato son evidentes por lo tanto debe tenerse en cuenta los antecedentes
personales y los signos clínicos que con mayor frecuencia hacen sospechar un caso
de maltrato infantil.

La comprensión del fenómeno implica la naturaleza, los actores involucrados y los


escenarios donde se manifiesta; por tanto, se reconocen diferentes tipos de
violencia que se nombraran más adelante.

Para que cualquier intervención sea eficaz, es necesario mirar el contexto en el que
el niño está inserto, las características y las individualidades de cada grupo familiar.
Así, la comprensión del proceso salud-enfermedad será más clara y amplia. Por eso
no hemos de olvidar de recoger todas nuestras observaciones en los registros de
enfermería evitando juzgar, pues es muy importante que transmitamos nuestras
dudas al resto del equipo para que den especial atención a determinados aspectos
que pueden confirmar o no nuestras sospechas.

La intervención en casos de maltrato infantil requiere actuación multidisciplinar e


interdisciplinar, agregando otras áreas de la salud; social, jurídica, psicológica,
antropológica, religiosa, entre otras.
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Según la OMS el maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que
son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o
psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de
otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del
niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de
responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también
se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil2.Así también UNICEF define
como víctimas de maltrato y abandono a aquellos niños, niñas y adolescentes de
hasta 18 años que “sufren ocasional o habitualmente actos de violencia física, sexual
o emocional, sea en el grupo familiar o en las instituciones sociales”.

Se distinguen los siguientes tipos de maltrato:

Físico: Abuso físico, Abandono físico

Emocional: Maltrato emocional, Abandono emocional

Sexual: Abuso sexual

Fuera de la familia pueden darse otros tipos de maltratos, como los niños que sufren
en conflictos armados, o que viven en la calle. Otras formas de violencia extra
familiar hacia los niños son el uso habitual de disciplinas violentas o humillantes en
instituciones, la explotación sexual y la pornografía infantil.2
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Tipos de Maltrato infantil

Abandono o negligencia física/cognitiva: se define como aquella situación donde


las necesidades físicas (Alimentación, vestido, higiene, protección y vigilancia en las
situaciones potencialmente peligrosas, educación y/o cuidados médicos) y
cognitivas básicas del menor no son atendidas temporal o permanentemente por
ningún miembro del grupo que convive con el niño.

La definición se centra de manera muy evidente en las necesidades del niño que no
son cubiertas y no tanto en los posibles comportamientos de los padres. Los
Indicadores que pueden aparecer en el niño serían los siguientes:

1.Alimentación: no se le proporciona la alimentación adecuada. Está hambriento.

2. Vestido: vestuario inadecuado al tiempo atmosférico. El niño no va bien protegido


del frío.

3. Higiene: constantemente sucio, escasa higiene corporal.

4. Cuidados médicos: problemas físicos o necesidades médicas no atendidas o


ausencia de cuidados médicos rutinarios.

5. Supervisión: un niño que pasa largos períodos de tiempo sin la supervisión y


vigilancia de un adulto. Se producen repetidos accidentes domésticos claramente
debidos a negligencia por parte de los padres o cuidadores del niño.

6. Condiciones higiénicas y de seguridad del hogar que son peligrosas para la


salud y seguridad del menor.

7. Área educativa: inasistencia injustificada y repetida a la escuela.

8. Estimulación cognitiva: ausencia de estimulación suficiente para la edad,


demandas y necesidades del niño/a. El criterio para señalar la existencia de
negligencia viene determinado en gran medida por su cronicidad.
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Para poder catalogar un caso de abandono físico debe presentarse alguno de los
Indicadores de manera reiterada y continua. Pero el problema esencial de la
conceptualización de la negligencia no se encuentra precisamente en el tipo de
necesidades no satisfechas. Lo que provoca la no satisfacción detales necesidades
es siempre una omisión de ciertos comportamientos por parte de los responsables
de su bienestar. La duda en la conceptualización de este tipo de maltrato surge
cuando se quiere precisar dicha responsabilidad.

Muchos casos de niños cuyas necesidades básicas no son satisfechas pasarían no


a ser considerados como casos de negligencia en función de la precisión con la que
se establezca la responsabilidad de cuidado de los niños. Si se supone que la
negligencia infantil se produce únicamente cuando los padres no satisfacen las
necesidades básicas, la mayoría de los niños que vienen ambientes sociales
empobrecidos, marginales, etc., y cuyos padres no tienen posibilidad de satisfacer
sus propias necesidades ni las de sus hijos, no serían considerados como niños
maltratados. Las definiciones más concretas y que suelen ser las utilizadas en los
sistemas de protección infantil se focalizan en la omisión y negligencia realizada por
los padres o tutores directos que conviven con los niños en el hogar. En todas estas
definiciones se encuentra implícita una asignación de responsabilidad y, por tanto,
de culpabilización de los padres (y más concretamente de la madre). Son más fáciles
de operacionalizar y poner en práctica, pero restringen el concepto de negligencia y
las posibilidades de comprender el fenómeno. Las definiciones de tipo más amplio
serían las que incluyen todo el conjunto de entidades, instituciones, etc. que serían
responsables de la satisfacción de las necesidades básicas de los niños. Estas
definiciones tienen el peligro de absolver a los padres de la responsabilidad
individual de cuidado de sus hijos, derivándola en la sociedad en su conjunto, y son
bastante más problemáticas para ser operacionalizadas y puestas en práctica.

Pero, desde un punto de vista amplio y ecosistémico, recogen todas aquellas


situaciones en las que determinados individuos de cada grupo social no tienen
posibilidades reales de satisfacer sus propias necesidades mínimas y que, por tanto,
serán incapaces de satisfacer las necesidades básicas de sus hijos. Desde este
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punto de vista, la negligencia «ocurre cuando las necesidades básicas de los niños
no son satisfechas, independientemente de la causa» Se evita basar la definición
en quién o quiénes son responsables del niño y sus necesidades, ya que se supone
que el efecto en el niño es el mismo y no hace falta tener en cuenta la causa.

Maltrato y abandono emocional

El maltrato emocional se define como la «hostilidad verbal crónica en forma de


insulto, desprecio, crítica o amenaza de abandono, y constante bloqueo de las
iniciativas de interacción infantiles (desde la evitación hasta el encierro o
confinamiento) por parte de cualquier miembro adulto del grupo familiar”. El
abandono emocional se define como la «falta "persistente'" de respuesta a las
señales (llanto, sonrisa), expresiones emocionales y conductas procuradoras de
proximidad e interacción iniciadas por el niño y la falta de iniciativa de interacción y
contacto, por parte de una figura adulta estable».

El maltrato y el abandono de tipo emocional son las formas de maltrato infantil que
presentan mayores dificultades para la delimitación de los comportamientos
concretos que los compone de los daños en el niño que se consideran indicadores
de sus potenciales consecuencias.

Siguiendo la propuesta de Garbarino (1996) y De Paúl y Arruabarrena(1995), el


maltrato emocional comprendería las siguientes conductas:

1. Rechazo. Implica actos verbales o no verbales de los padres que rechaza no


degradan al niño. Incluye:

Despreciar, degradar y otras formas no físicas de tratamiento hostil o rechazante.

Avergonzar y/o ridiculizar al niño por mostrar emociones normales, tales como
afecto, dolor o tristeza.

Escoger siempre a un niño para criticarle y castigarle, para hacer la mayoría de las
tareas domésticas o para recibir menos premios.
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2. Aterrorizar

Se refiere a situaciones en las que se amenaza al niño, con un castigo extremo o


uno vago pero siniestro, con abandonarle o matarle, con el propósito de crear en él
un miedo intenso. O colocar al niño o a personas/ objetos a los que el niño quiere,
en situaciones evidentemente peligrosas. Incluye:

• Colocar al niño en circunstancias impredecibles o caóticas.

• Colocar al niño en situaciones claramente peligrosas. Establecer hacia él


unas expectativas rígidas o no realistas, con la amenaza de pérdida, daño o
peligro si esas expectativas no se alcanzan.

• Amenazar o cometer violencia contra el niño.

• Amenazar o cometer violencia contra personas objetos queridos por el niño.

3. Aislamiento. Se refiere a negar permanentemente al niño las oportunidades para


satisfacer sus necesidades de interactuar y comunicarse con otros niños o
adultos, dentro o fuera del hogar.

Incluye:

Confinar al niño o poner limitaciones no razonables sobre su libertad de movimiento


en su entorno.

Poner limitaciones o restricciones no razonables al niño respecto a las interacciones


sociales con otros niños o con adultos en la comunidad.

Violencia doméstica extrema y/o crónica

Se producen de manera permanente situaciones de violencia física y/o verbal


intensa entre los padres en presencia del niño. Por su parte el abandono emocional
comprendería las siguientes conductas:

Ignorar: Se refiere a los actos de los padres que ignoran los intentos y necesidades
del niño de interactuar (ausencia de expresión de afecto, cuidado y amor hacia el
niño) y no reflejan ninguna emoción en las interacciones con él. Incluye:
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• Tener desapego y falta total de implicación respecto al niño, bien por


incapacidad o por falta de motivación Interactuar sólo cuando es absolutamente
necesario.

• Ausencia total de expresiones de afecto, cuidado y amor hacia el niño.

Rechazo de atención psicológica: Rechazo de los padres a iniciar un tratamiento


de algún problema emocional o conductual severo del niño, existiendo acceso a un
recurso de tratamiento que ha sido señalado como necesario por profesionales
competentes.

Retraso en la atención psicológica: Los padres no proporcionan o buscan ayuda


psicológica para resolver una alteración emocional o conductual del niño ante una
circunstancia extrema en la que es evidente la necesidad de ayuda profesional (p.
ej., depresión severa, intento de suicidio). En cualquiera de los tipos de conducta
expuestos, la presenciade maltrato o abandono emocional sólo se señalará si se
dan los siguientes dos requisitos de manera simultánea:

Su presencia es claramente perceptible. Las conductas de daño emocional se sitúan


en el extremo de mayor gravedad, es decir, las conductas son constantes y su
intensidad elevada, han provocado o pueden provocar un daño severo en la
situación emocional del niño, su desarrollo se encuentra seriamente comprometido,
y el niño requiere tratamiento especializado inmediato.

Abuso sexual

Se define como “cualquier clase de contacto sexual con una persona menor de 18
años por parte de un adulto desde una posición de poder o autoridad sobre el niño.”
El niño puede ser utilizado para la realización de actos sexuales o como objeto de
estimulación sexual. Se pueden expresar en cuatro categorías:
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1. Incesto. Si el contacto físico sexual se realiza por parte de una persona de


consanguinidad lineal o por un hermano, tío o sobrino. También se incluye el caso
en que el adulto esté cubriendo de manera estable el papel de los padres.

2. Violación. Cuando la persona adulta es otra cualquiera no señalada en el


apartado anterior.

3. Vejación sexual. Cuando el contacto sexual se realiza por el tocamiento


intencionado de zonas erógenas del niño o por forzar, alentar o permitir que éste lo
haga en las mismas zonas del adulto.

4. Abuso sexual sin contacto físico. Se incluirían los casos de seducción verbal
explícita de un niño, la exposición de los órganos sexuales con el objeto de obtener
gratificación o excitación sexual con ello, y la masturbación o realización
intencionada del acto sexual en presencia del niño con el objeto de buscar
gratificación sexual.

Además de la existencia de contactos de carácter sexual, el abuso sexual se define


en función de otros criterios, como son:

a) La asimetría de edad entre el abusador y la víctima, requiriéndose que el


adulto abusador tenga unos determinados años más que el menor (entre cinco y
diez años más).

b) La coerción, es decir, la utilización de la fuerza física, la presión o el engaño


por parte del adulto para conseguir abusar de la víctima.

c) La asimetría de poder entre el abusador y la víctima. Esta asimetría puede


derivar de la asimetría de roles, la diferencia de edad, de fuerza física, de capacidad
psicológica, etc.
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Según la OMS

Factores de riesgo

Se han identificado varios factores de riesgo de maltrato infantil. Aunque no están


presentes en todos los contextos sociales y culturales, dan una visión general que
permite comprender las causas del maltrato infantil.

Factores de riesgo del niño

No hay que olvidar que los niños son las víctimas y que nunca se les podrá culpar
del maltrato. No obstante, hay una serie de características del niño que pueden
aumentar la probabilidad de que sea maltratado:

• la edad inferior a 4 años y la adolescencia;


• el hecho de no ser deseados o de no cumplir las expectativas de los padres;
• el hecho de tener necesidades especiales, llorar mucho o tener rasgos físicos
anormales.

Factores de los padres o cuidadores

Hay varias características de los padres o cuidadores que pueden incrementar el


riesgo de maltrato infantil, entre ellas:

• las dificultades para establecer vínculos afectivos con el recién nacido;


• el hecho de no cuidar al niño;
• los antecedentes personales de maltrato infantil;
• la falta de conocimientos o las expectativas no realistas sobre el desarrollo
infantil;
• el consumo indebido de alcohol o drogas, en especial durante la gestación;
• la participación en actividades delictivas;
• las dificultades económicas.
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Factores relacionales

Hay diversas características de las relaciones familiares o de las relaciones con la


pareja, los amigos y los colegas que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil,
entre ellas:

• los problemas físicos, mentales o de desarrollo de algún miembro de la


familia;
• la ruptura de la familia o la violencia entre otros miembros de la familia;
• el aislamiento en la comunidad o la falta de una red de apoyos;
• la pérdida del apoyo de la familia extensa para criar al niño.

Factores sociales y comunitarios

Hay diversas características de las comunidades y las sociedades que pueden


aumentar el riesgo de maltrato infantil, entre ellas:

• las desigualdades sociales y de género;


• la falta de vivienda adecuada o de servicios de apoyo a las familias y las
instituciones;
• los niveles elevados de desempleo o pobreza;
• la disponibilidad fácil del alcohol y las drogas;
• las políticas y programas insuficientes de prevención del maltrato, la
pornografía, la prostitución y el trabajo infantiles;
• las normas sociales y culturales que debilitan el estatus del niño en las
relaciones con sus padres o fomentan la violencia hacia los demás, los
castigos físicos o la rigidez de los papeles asignados a cada sexo;
• las políticas sociales, económicas, sanitarias y educativas que generan malas
condiciones de vida o inestabilidad o desigualdades socioeconómicas.
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Prevención.

La prevención del maltrato infantil requiere un enfoque multisectorial. Los programas


eficaces son los que prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y
técnicas positivas para criar a sus hijos. Entre ellos se encuentran:

• Las visitas domiciliarias de enfermeras para ofrecer apoyo, formación e


información;

• La formación de los padres, generalmente en grupos, para mejorar sus


aptitudes para criar a los hijos, mejorar sus conocimientos sobre el desarrollo
infantil y alentarlos a adoptar estrategias positivas en sus relaciones con los
hijos, y
• Las intervenciones con múltiples componentes, que generalmente incluyen el
apoyo a los padres y su formación, la educación preescolar y la atención al
niño.

Otros programas preventivos prometedores son:

• Los destinados a prevenir los traumatismos craneoencefálicos por maltrato.


Generalmente se trata de programas hospitalarios mediante los cuales se
informa a los nuevos padres de los peligros de zarandear a los niños
pequeños y de cómo afrontar el problema de los niños con llanto inconsolable.
• Los destinados a prevenir los abusos sexuales en la infancia.
Generalmente se realizan en las escuelas y les enseñan a los niños: o La
propiedad de su cuerpo; Las diferencias entre los contactos normales y
los tocamientos impúdicos; Cómo reconocer las situaciones de abuso;
Cómo decir "no"; Cómo revelar los abusos a un adulto en el que confíen.

Cuanto antes se producen estas intervenciones en la vida del niño mayores son los
beneficios que le pueden aportar a él (por ejemplo, desarrollo cognitivo,
competencias conductuales y sociales, logros educacionales) y a la sociedad (por
ejemplo, reducción de la delincuencia).
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Además, el reconocimiento precoz de los casos y la asistencia continua a las


víctimas y sus familias pueden ayudar a reducir la recurrencia del maltrato y a paliar
sus consecuencias.

Para maximizar los efectos de la prevención y la atención, la OMS recomienda que


las intervenciones se realicen en un marco de salud pública y en cuatro fases:

• definición del problema;


• identificación de las causas y los factores de riesgo;
• creación y puesta a prueba de intervenciones destinadas a minimizar los
factores de riesgo, y
• difusión de información sobre la eficacia de las intervenciones y expansión de
la aplicación de las intervenciones de eficacia demostrada.

La respuesta de la OMS

En colaboración con distintos asociados, la OMS:

• Ofrece orientación técnica y normativa basada en datos científicos para


prevenir el maltrato infantil;
• Promueve el aumento del apoyo a la prevención del maltrato infantil basada
en datos científicos y las inversiones internacionales en esta esfera;
• Presta apoyo técnico a los programas de prevención del maltrato infantil
basados en datos científicos de varios países de bajos y medianos ingresos.

Los autores concordamos con la UNICEF y la OMS que para proteger a los
niños, niñas y adolescentes el Estado debería adoptar programas sociales
que incluyan acciones de prevención, identificación de las agresiones,
rehabilitación de las víctimas, investigación de los hechos, y la intervención
judicial en caso que corresponda.
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Enfermería según la CIE: abarca los cuidados, autónomos y en colaboración, que


se prestan a las personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades,
enfermos o sanos, en todos los contextos, e incluye la promoción de la salud, la
prevención de la enfermedad, y los cuidados de los enfermos, discapacitados, y
personas moribundas. Funciones esenciales de la enfermería son la defensa, el
fomento de un entorno seguro, la investigación, la participación en la política de
salud y en la gestión de los pacientes y los sistemas de salud, y la formación.

El enfermero es un profesional que ha adquirido competencia científica y


técnica para dar cuidado y ayuda al individuo, familia y comunidad, mediante
una firme actitud humanística, ética y de responsabilidad legal; adecuados
conocimientos en las áreas profesionales, biológica, psicosocial y
humanística y entrenado en las técnicas específicas en el curso del
desarrollo científico y tecnológico de las ciencias del país. Aplica cuidados
de promoción, prevención, recuperación y rehabilitación en los tres niveles
de atención en individuos sanos y enfermos de complejidad intermedia,
promoviendo el autocuidado e independencia precoz a través de la
satisfacción de las necesidades fundamentales del ser humano, y mediante
el análisis de las situaciones y aplicación del juicio crítico, en una relación
interpersonal de participación mutua, que asegure el respeto por la
individualidad y dignidad personal, de aquellos bajo su cuidado. Imparte
enseñanza de salud de manera formal y/o incidental, administran servicios
de enfermería hospitalarios y comunitarios de menor complejidad y colabora
en investigaciones en enfermería y otras relacionadas con el área salud.
Reconoce oportunamente sus limitaciones, preocupándose por su continuo
crecimiento y desarrollo personal y profesional, adhiere a sus deberes y
derechos participando activamente en acciones profesionales.

Incumbencias de enfermero.

• Diagnostica las necesidades de ayuda y de cuidados de enfermería que tiene


el individuo, familia y comunidad en situación de salud y enfermedad.
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• Planifica, ejecuta y evalúa cuidados de enfermería tendientes a la satisfacción


de las necesidades del individuo sano y enfermo en situaciones de
autocuidado y de complejidad intermedia en los distintos niveles de
prevención.

• Cuida la salud del individuo en forma personalizada, integral y continúa


respetando sus valores, costumbres y creencias.

• Integra el equipo interdisciplinario e intersectorial participando en la tomade


decisiones relacionadas con el cuidado integral de las personas y comunidad.
• Educa a las personas y/o grupos en relación al cuidado de la salud.
• Orienta a personas y grupos sobre recursos sanitarios y facilidades
disponibles para el cuidado de la salud.
• Promueve la participación de la comunidad en la búsqueda del mejoramiento
de la calidad de vida.
• Detecta grupos vulnerables y factores de riesgo, establece prioridades e
implementa acciones tendientes a su disminución y/o eliminación.
• Coordina el equipo de enfermería en unidades de atención hospitalaria y/o
comunitaria.
• Toma decisiones sobre la atención de enfermería, delega y controla las
actividades del auxiliar de enfermería. Participa en programas de educación
continua para el personal de enfermería de servicio hospitalario y comunitario.
• Participa en acciones de investigación en enfermería y otras áreas de la
población.

Calidad en el cuidado de enfermería.

EL cuidado de enfermería abarca desde el nacimiento hasta la muerte,


incluyendo los periodos de la enfermedad y la salud, esta actividad se basa
en un compromiso moral entre la persona cuidada y quienes profesan el
cuidado para ello la enfermera debe ser competente en el dominio del
conocimiento científico, la aplicación de técnicas y/o conflictos biomédicos,
caracterizándose por una actitud con alto valor moral para lograr el bienestar
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integral de las personas que cuida. La función de enfermería es conservar,


promover, recuperar y rehabilitar el estado de salud del paciente, así como
apoyarlos a integrarse a una vida útil este cuidado se da en una acción
psicodinámica que se desarrolla en estadios de dependencia y que finaliza
cuando el usuario goza de total independencia. La enfermera participa en el
cuidado de las necesidades, como definía F. Nightingale en el siglo XlX “Esta
ayuda incluye el cuidado del entorno creando las condiciones para que el
organismo reaccione positivamente ante el daño”. Estos cuidados son de
carácter integral porque las necesidades humanas representan lo físico,
psicológico y lo cultural, donde cada necesidad insatisfecha afectara al ser
humano como un todo, así por ejemplo la falta de conocimiento, ignorancia
sobre acontecimientos de su estado de salud, crea una incertidumbre,
inseguridad y ansiedad; por lo tanto la enfermera debe poseer habilidades y
destrezas que permiten al adulto mayor verbalizar sus inquietudes y fortalecer
su personalidad, a través de una relación humana que genere confianza y
empatía permitiendo a la enfermera a conocer al paciente adulto mayor a
quien brindará su cuidado y esta persona acepta, participar del cuidarlo que
recibe y se apodere del saber de cuidarse así mismo, siendo el cuidado de
enfermería un proceso mental que se expresa a través de sus acciones,
palabras, actitudes y aplicación de técnicas propias. Podemos concluir
entonces que los cuidados de enfermería basados en la calidad y calidez es
la herramienta vital que nos permitirá el desarrollo profesional en la sociedad.

Protocolo de cuidados de enfermería para el maltrato infantil

Para afrontar de manera adecuada el problema de los malos tratos infantiles


desde enfermería, es necesaria la sistematización científica de nuestro
trabajo, en el que la prevención tiene un papel fundamental y la detección y
atención debe comenzar desde el momento en que observamos el problema,
desde el ámbito donde estemos desarrollando nuestra labor: hospitalario,
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comunitario, docente o investigador. La aplicación del método científico en la


práctica asistencial enfermera nos permite prestar cuidados de una forma
racional, lógica y sistemática.

Como método para administrar la atención de enfermería al maltrato infantil


no difiere en lo referente a la atención a las lesiones, problemas clínicos y
necesidades del niño, pero requiere una actuación específica referente a la
problemática relacionada con el maltrato infantil. Como sabemos "el proceso
de enfermería configura un número de pasos sucesivos que se relacionan
entre sí. Y aunque el estudio de cada uno de ellos se hace por separado, sólo
tiene un carácter metodológico, ya que en la puesta en práctica las etapas se
superponen". En el caso del maltrato infantil, es muy importante que lo
tengamos en cuenta, pues en muchas ocasiones no es este el motivo de
consulta o de hospitalización yes mediante la observación, no solo de
aspectos físicos, sino también de los aspectos de interrelación del niño-
familia-entorno cuando descubrimos o sospechamos que existe algún tipo de
maltrato.

Valoración. Es la primera fase del proceso de enfermería y consiste en la


recogida y organización de los datos que conciernen al niño, la familia y el
entorno social, es la base para las actuaciones y decisiones posteriores.
Debemos obtener y registrar los datos propios de maltrato infantil, mediante
la exploración, observación y la entrevista, prestando especial atención en el
maltrato físico.

Incompatibilidad entre la historia y las lesiones. Lo que nos cuentan no


coincide con lo que estamos viendo, pues es frecuente que quien acompaña
al niño nos quiera ocultar el origen de las lesiones (se ha caído, lo ha mordido
otro niño) por ello es importante que conozcamos que las lesiones físicas
provocadas tienen características específicas de localización, forma y color,
que las diferencia de las producidas de manera fortuita.
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Retraso en la búsqueda de asistencia sanitaria. Nos debe alertar que el


retraso en acudir al centro sanitario sea significativo, así como la actitud a la
defensiva del acompañante.

Lesiones en distintas fases evolutivas. Sobre todo, si se localizan en zonas


tradicionales de castigo, pues nos indicaría que la agresión no ha sido un
hecho puntual, sino que se viene repitiendo.

Atención en distintos centros sanitarios. En muchas ocasiones el agresor


acude a los distintos centros sanitarios con la intención de que no se le
identifique.

En situaciones de negligencia y/o abandono:

• Consultas frecuentes a los servicios de urgencia por falta seguimiento


médico.
• Accidentes frecuentes por falta de supervisión en situaciones peligrosas.
• Consultas frecuentes a los servicios de urgencia por falta seguimiento
médico.
• Ropa inadecuada para las condiciones climáticas

En el maltrato emocional a la relación con el acompañante y con el personal


sanitario: disminución de la capacidad de atención, inmadurez socio-
emocional, hiperactividad, agresividad, escasa discriminación y pasividad en
las relaciones sociales.

Y en el abuso sexual infantil, además de a los indicadores físicos


fundamentalmente a indicadores comporta mentales, con especial atención
a los cambios de conducta. No debemos olvidarnos de recoger todas
nuestras observaciones, evitando los juicios de valor, en los registros de
enfermería, pues es muy importante que transmitamos nuestras sospechas
al resto del equipo paraque presten especial atención a determinados
aspectos que puedan confirmar o no nuestras sospechas.
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