Interculturalidad Trabajo Con Canciones.
Interculturalidad Trabajo Con Canciones.
Interculturalidad Trabajo Con Canciones.
Surphuy (Canción)
Isariway, chutariway, surphuy, wakanki, pallchay
Isariway, chutariway, surphuy, wakanki, pallchay
Si no te acuerdas de mi
Pues tampoco voy a llorar por ti.
(Poema)
Tres Amantes Tengo…
.
Tres amantes tengo
Tres amores son míos
Porque si muriese uno y me deja el otro
Quedarme pueda con el más mozo.
.
Oh, viajero, que te alejas
Ve, ataja ese río precipitado,
Anda tú, cierra su corriente
Con el barro o con el tepe.
.
Oh, tú que muy lejos te vas
Corre, ataja a esa mestiza
Yendo tú, detenla allí
Con el maíz o con el mote.
.
Y si mi mote y mi maíz
Detenerla no pudieran
Mi chicha y mi mote verás
Como tienen un gran poder.
Mapuche.
EL CAMPESINO (cuento).
En una casa dormían dos campesinos, y se levantaban de madrugada. Un día
de invierno uno de los hermanos se enfermó y llegaron tres machis, le
prepararon remedios medicinales como el natri, el canelo, coscoipo y el
romero y después se mejoró. Tiempo después volvieron a cultivar sus campos,
sembraron trigos. Y un día llegaron unos visitantes del pueblo; estaba
lloviendo muy fuerte y los dos campesinos seguían sembrando. Los visitantes
decían que los mapuches no eran trabajadores, pero en ese momento
comentaron que el campesino con viento, sol, frío, y lluvia siempre trabaja
para vivir un mañana mejor.
Niñitos PICHIKECHE
confíen en NGUENECHEN
que nadie los va a cuidar
mejor, mejor que él.
Rapa Nui
Historia de Rapul Ti (Cuento):
Hace mucho tiempo, los hombres de Isla de Pascua debían batirse en una gran
prueba. Debían esperar que Manutara, el pájaro de la suerte, pusiera sus
huevos en el motu; debían nadar luego hasta la roca, tomar el huevo, y volver
a la isla. El que lograba hacerlo sin romper el huevo, era declarado príncipe de
la isla. La mayoría de los isleños no habían tenido suerte en esta difícil prueba,
pero la novia de Rapu Iti, Moko Pingüe, estaba segura de que él podría vencer
y convertirse así en el príncipe de la isla. Cuando llegó el momento, Rapu Iti y
los demás participantes se lanzaron al mar, braceando contra las violentas
olas. La competencia era muy pareja, todos los participantes eran grandes
nadadores. Pero Rapa Uti llegó primero hasta la roca, colocó el huevo en el
cesto que llevaba, lo ató a su cabeza y sin demora nadó de regreso a la isla
venciendo a todos sus contrincantes. ¡Su novia no cabía en sí de felicidad!
Colocó una guirnalda hecha con plumas del Manutara alrededor de su cuello,
y fue levantado por los aires y reconocido como príncipe por todo el pueblo
Rapa Nui. El príncipe se casó con su novia, protegió a su pueblo, y gobernó
con justicia durante muchos años. Hasta hoy se recuerda su nombre y se lo
venera como el más sabio, afortunado, fuerte y bondadoso gobernante de Rapa
Nui.
Hiria Ha
Hiria Ha
Yo te quiero conocer
He sentido tu llamado
Quiero ver tu amanecer
Tus misterios atrapados
Rapa nui es como te llamas
Pascua te lo han apodado
Nombre nacido de nombres
De tus isleños dorados
Dicen los que a ti han llegado
Que entre tus arenas blancas
Algo en ellos se ha apozado
Tú la bordeada de azul
Tan sola entre cielo y mar
Tu suelo tiene el bailar
Con un collar de tus flores
Aymara
La poza embrujada (cuento):
Había, cerca del río que parte en dos el camino que va desde Guañacagua
hasta Chitita, una vertiente que entregaba, desde lo más profundo de la
montaña, transparentes aguas, que con mucha gracia se fueron estancando
hasta formar una poza de agua dulce, a la cual acudía toda la gente del sector
para calmar su sed. Bajo ese chorro de agua dulce se formó una gruta
misteriosa. Y de ella, varias mujeres, habían visto salir a una misteriosa mujer
muy joven y hermosa que se refrescaba con los agradables y fríos salpicones
de agua que burbujeaban en las adormiladas aguas del pequeño estanque.
Junto a la aparición de la bella mujer los jóvenes del sector iban
desapareciendo uno a uno. Todo indicaba que las desapariciones sucedían
cuando estos jóvenes se acercaban a la refrescante poza. Un anciano quiso
desentrañar el misterio y sacrificó a su joven hijo. Nada le dijo de sus
intenciones, y le mandó a buscar agua de la poza de la vertiente. Luego, le
siguió y escondido tras unos arbustos vio como su hijo sacaba agua. Cuando
ya daba vuelta para marcharse escuchó una voz de mujer llamando a su
vástago. En efecto, la mujer, que era una princesa inka hechizada, comenzó a
aparecer en la poza y el joven maravillado por su belleza desnuda no pudo
resistir al llamado. Excitado hasta la locura comenzó a desnudarse, y con
señas comunicaba a la hermosa mujer que ya iba a su encuentro. Se empinó en
los pies y se zambulló en las aguas. Luego de un rato, en la palma de la fresca
y hermosa mano de la mujer había un sapo, que con sus grandes ojos afligidos
miraba la belleza del rostro hechicero. Después de un rato, la joven besó al
sapo en su hocico y lo lanzó a la orilla de la poza. El anciano, triste, contó a la
gente lo ocurrido con su hijo. Pero, a pesar de todo, los jóvenes no resistían la
idea de ir a ver una belleza tal; y así de ese modo, la hermosa y fresca
vertiente, con sus apacibles aguas es habitada por cientos y cientos de sapos,
que, desde un tiempo ido, y hasta hoy lloran y lamentan el encuentro con la
hermosa y dulce mujer, y que de un momento a otro puede aparecerse a
cualquiera, tal como ayer, hoy y siempre.