llamar

(redireccionado de llamaban)
También se encuentra en: Diccionario.
Graphic Thesaurus  🔍
Display ON
Animation ON
Legend
Synonym
Antonym
Related
  • all
  • verbo

Sinónimos para llamar

dar voces

Sinónimos

Antónimos

nombrar

invocar

convocar

Sinónimos

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

Sinónimos para llamar

Ejemplos ?
Y entre ellos había muchas rivalidades, sobre todo entre los TEPANECAS que habían fundado en la orilla poniente del gran lago su señorío llamado AZCAPUTZALCO y que había crecido tanto y tanta era su población que parecía un hormiguero; y los chichimecas ACOLHUAS, cuya ciudad, a la orilla oriente del lago, parecía un espejo de sabiduría, y la llamaban TEXCOCO.
Pero entre ellas siguieron llamándose pisonas, alabando los viejos tiempos en que cada cosa era llamada por su nombre, y cuando una era pisona la llamaban pisona; y en eso quedaron las dos, pues el martinete, aquella maquinaza, rompió su compromiso con la joven, negándose a casarse con una apisonadora.
Me besaban en el hocico y me secaban las patas con un pañuelo bordado. Me llamaban «guapísimo», «perrillo mono» y otras cosas. Pero luego pensaron que crecía demasiado, y me entregaron al ama de llaves.
-preguntó el niño. «Verás: los romanos y griegos -respondió el viejo- la llamaban Dríada, pero esta palabra no la entendemos nosotros.
Se llama Venusberg, la montaña de Venus, una diosa de los tiempos paganos a quien llamaban Dama Holle; todos los niños de Eisenach lo sabían y lo saben aún.
Ya sabes que algunos hablan en sentido cambiado, y dicen lo contrario de lo que quieren decir. Antes le llamaban feliz. ¿Pero qué?
Artigas, a pesar de su indeclinable vocación unionista, se trabó en lucha sin término contra los porteños porque desconocían la naciente soberanía oriental y se llamaban nacionales en lugar de auxiliadores de nuestra independencia.
He oído decir a un hombre digno de fe, que había sido uno de los embajadores cerca de este príncipe, que había hecho una gran jornada por un país bellísimo y fertilísimo, que los naturales llamaban la cintura de la Reina; que en otra jornada pasó por otro país que se llamaba el velo de la Reina, y que había otras grandes y fértiles provincias destinadas únicamente a suministrar los trajes de la reina, cada una de las cuales llevaba el nombre de la prenda de ropaje que tenía que suministrar.
Y el pintor (así me llamaban), como era entonces un joven alegre y había de marchar en el mismo día, encontró muy oportuno aturdir a aquella impertinente con una absurda leyenda.
La artillería que fue servida igualmente en los cinco reductos, conservó su buen nombre, y los individuos de ella, así del Cuzco como de Charcas son valientes y beneméritos, en cuyo caso se halla la compañía de granaderos de Potosí, y parte de las tropas de Puno que sostuvieron la izquierda, no siendo por éste menor el mérito que han contraído las demás destinadas a la trinchera, pues sus deseos eran tan vivos que llamaban á los Enemigos para tener parte activa en la acción; y cuando estos retrocedieron pasaron el foso y los persiguieron largo trecho a pie trayendome sucesivamente hasta el número de 20 soldados que de distintos cuerpos se han pasado a nuestro ejército.
Dichas estas verdades de a folio, recomendó muchísimo y hasta con pesadez (sin duda por conocer bien a las hijas de Eva), que cuando el herido recobrase el conocimiento, no le permitieran hablar, ni le hablaran ellas de cosa alguna, por urgente que les pareciese entrar en conversación con él; dejó instrucciones verbales y recetas escritas para todos los casos y accidentes que pudieran sobrevenir; quedó en volver al otro día, aunque también hubiese tiros, a fuer de hombre tan cabal como buen médico y como inocente orador, y se marchó a su casa, por si le llamaban para otro apuro semejante...
«Esta gente se equivoca -pensé- o tal vez no hablan de mí». Pero sí, a mí se referían: me llamaban falso e inútil. «Habrá que pasarlo a oscuras», dijo el hombre que me había encontrado; y me pasaron en la oscuridad, y a la luz del día volví a oír pestes: «¡Falso, no vale!