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La Intimidad en La Adoraci6n: Adora Al Señor Tu Dios y Sírvele Solamente A El

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La intimidad en la adoraci6n

Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a el.

-Mateo 4:10

Aquello a lo que adoramos es lo que, finalmente, terminaremos sirviendo.


Nuestra naturaleza necesita tener algo que adorar. La elección depende
de nosotros.

23
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren-Juan 4:23

Para poder experimentar una verdadera adoración debes, en primer


lugar, profundizar tu relación con el Padre. Toda relación depende de
una buena comunicaci6n. Para nosotros los creyentes, la oración es el
medio de comunicaci6n con Dios. Esta relaci6n puede compararse con
la que tienen el hombre y su esposa. Existe la intimidad, la cercanía, la
unidad. La intimidad es algo que nunca debes tener con nadie mas.
Cuando un hombre y una mujer están recién casados, todo es
novedad; se los puede ver mirándose profundamente a los ojos. Es la
etapa de la luna de miel. En esta etapa cada uno adora el suelo que el
otro pisa. Su atenci6n esta puesta en el ser amado. Pero a medida que el
tiempo transcurre, la miel comienza a secarse y la luna pierde su brillo.
La novedad comienza a disiparse, y empieza una dimensión diferente
en la relación.

Comienzan a conocerse de manera mas intima. Pueden sentir el


dolor y el deseo del otro. Evitan aquello que pueda herir o poner en
peligro su intimidad. Nada ocultan; en lugar de ello, expresan sus
sentimientos con confianza. Se muestran al otro con la confianza de
que sus debilidades y defectos no serán usadas en su
contra. Esto es lo que el Señor desea para nosotros, que disfrutemos
una relaci6n cercana que lleva a la adoraci6n intima.
Existen diferentes clases de dioses a los que, tal vez, rindamos
culto. Algunos de nosotros adoramos a nuestros hijos. Otros, al
dinero. Otros, al pecado. Algunos nos adoramos a nosotros mismos,
mientras que otros adoran toda clase de cosas: el salario, la reputaci6n,
entre otras. Alguna vez has observado un cristiano que
se ha convertido recientemente? Adora a Dios profundamente, con
gratitud por su salvaci6n. La primera etapa en el romance entre un
hombre y una mujer suele llamarse "idealizaci6n", la cual también es
típica de la primera fase en nuestra relaci6n con Cristo. La definici6n
que da el diccionario de la palabra idealizaci6n es la siguiente: "elevar
las cosas sobre la realidad sensible por medio de la inteligencia o la
fantasía". Sin embargo, a medida que maduramos en el Señor, este
tipo de relaci6n toma una dimensión mas elevada. La idealizaci6n,
como el romance, opera en los sentimientos antes que, en la realidad,
en la parte externa mas que en la interna. Se caracteriza por ser fugaz
en lugar de estable;
es inconsistente antes que consistente. Pero el amor maduro si lo es, ya
se funda en el compro miso. El compromiso -el pacto- es lo que
sustenta cualquier relación estable y duradera.

EL COMPROMISO SUSTENTA LA REALCION

Cuando un hombre se enamora de una mujer, su figura y belleza


deben de haber sido los elementos que primero lo atrajeron. Pero
luego de casarse, cuando despierta por la mañana y percibe el mal
aliento, la ve con los ruleros, o ve su cuerpo después de haber dado a
luz a dos o tres hijos, la idealizaci6n se escapa por la ventana. Ni el
enamoramiento ni el romance lo hace regresar a casa, lo que sustenta
la relaci6n es el compromiso frente al voto que hizo en el altar.
El mismo compromiso debe definir nuestra relaci6n con el Señor.
Debemos superar la etapa en la cual alabamos y adoramos a Dios, solo
por lo que ha hecho por nosotros. Debemos hacerlo por lo que El es.
Nuestra adoraci6n debe trascender la expresión superficial, la cual
depende solo de nuestros sentimientos. Debemos desarrollar una
relaci6n que sea consistente aun en media
de las pruebas, las cuales deberían profundizar nuestra relaci6n con el
Señor, no debilitarla.
Las experiencias en el desierto harán madurar nuestra relaci6n con
Dios, al grado tal que nuestra adoración no solo exprese el fruto de
nuestros labios en adoraci6n sino también nuestro amor. Esta adoraci6n se
manifiesta en la obediencia continua. Es la obediencia que fluye libremente
del coraz6n, sin coacción.

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