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EL ABANICO DE LADY WINDENBERE-ÓSCAR WILDE-ADAPTACION MODERNA-4TO AÑO 2018
PARKER.- ¿Está su señoría en casa esta tarde?
LADY WINDERMERE.- ¿Quién ha venido? PARKER.- Lord Darlington, señora. LADY WINDERMERE - Que pase... PARKER.- Lord Darlington. LORD DARLINGTON.- ¿Cómo está usted, lady Windermere? LADY WINDERMERE.- ¿Cómo está usted, lord Darlington? No, no puedo darle la mano. Mis manos están todas mojadas con estas rosas. ¿No son hermosas? LORD DARLINGTON.- Son totalmente perfectas. ¡Qué maravilloso abanico! ¿Puedo examinarlo? LADY WINDERMERE.- Es el regalo de cumpleaños de mi marido. ¿No sabe usted que hoy es mi cumpleaños? LORD DARLINGTON.- No. Si hubiera sabido habría hecho un camino con rosas para usted. LADY WINDERMERE.- Lord Darlington, me estuvo usted molestando la noche pasada LORD DARLINGTON.- ¿Yo, lady Windermere? Me gustaría que me tomase más en serio, Porque creo que podríamos ser grandes amigos. LADY.-No lo eche a perder diciendo cosas tontas. LORD DARLINGTON.- Lady imagínese un matrimonio donde el esposo engaña a su esposa, no cree que ella tendría el derecho de actuar de la misma manera? LADY WINDERMERE.- Porque el marido sea tan vil, ¿la mujer debe serlo también? PARKER.- ¡LADY AGATA ¡ AGATA (Adelantándose por el centro y estrechando las manos.).-¡Querida Margarita, me alegro mucho de verla! ¿Cómo está usted, lord Darlington? LORD DARLINGTON .- Queridas damas me despido, tengo algunos asuntos pendientes. ¡Adiós! (Estrecha la mano a la duquesa.) Y ahora (Adelantándose.), adiós, lady Windermere. ¿Puedo venir esta noche? Déjeme usted venir. LADY WINDERMERE .- Ciertamente que sí. AGATA- Amiga necesito decirle algo importante, todo Londres habla de esa mujer que vuelve locos a los hombre, hasta mi hermano augusto está loco por ella y su esposo he oído que la frecuenta. La famosa mistress Erlynne. LADY WINDERMERE.- ¡Oh! ¡No puedo creerlo! AGATA- Pues es completamente cierto, querida. LADY WINDERMERE (Interrumpiéndola.).- Duquesa, duquesa, ¡eso es imposible! (Levantándose y cruzando la escena hacia el centro.) Hace solo dos años que estamos casados. Nuestro hijo no tiene más que seis meses DUQUESA.- Los hombres son todos iguales envejecen pero no cambian. LADY WINDERMERE.- Ha sido usted muy buena, duquesa, en venir a contarme todo eso Pero no puedo creer que mi marido me engañe. AGATA.- ¡Hija querida! Así era yo en otro tiempo. Ahora sé que todos los hombres son unos monstruos. AGATA.- Bueno nos vemos en la noche querida. Adiós. LADY WINDERMERE.-¡Oh!, ¡no puede ser verdad!... voy a revisar la chequera de mi esposo, que es esto? Pagos, y pagos es verdad… LORD WINDERMERE.- Margarita que haces rebuscando mis cosas? LADY WINDERMERE.- Es verdad que ves a esa mujer llamada, mistrees Erlynne, que le das dinero? LORD WINDERMERE.- Es verdad pero no puedo explicarte… LADY WINDERMERE.- Como no puedes explicarme?¿esa mujer no tiene esposo? LORD WINDERMERE.- No tiene esposo ha caído en desgracia. Margarita debes hacer algo por mi debes invitarla esta noche a ut recepción. LADY WINDERMERE ¡Estás loco! Si esa mujer viene la insultaré la cortare con este abanico. LORD W. Entonces yo la invitaré LORDw.- Parker LORD W.- Parker lleve esta invitación a la calle cuzcon 84 no espere respuesta. Lady.-Sale llorando. TELÓN ACTO SEGUNDO. PARKER.- LORD AUGUSTO Y LADY ÁGATA (Van entrando los personajes anunciados.) AUGUSTO ¿Cómo está usted, lady Windermere? ¿Cómo está usted, Lord Darlintong PARKER.- LORD DARLINGTON LORD AUGUSTO (Yendo hacia LORD WINDERMERE.) Necesito hablarte privadamente, muchacho, pero mira, chico, no sé qué hacer con mistress Erlynne. ¡ Me trata con una maldita indiferencia. LORD WINDERMERE. Ella vendrá esta noche ahora tengo que dejarte.. LORD WINDERMERE (Acercándose a ella.).- Margarita, lo que dijiste antes de comer era, naturalmente, imposible. LADY WINDERMERE.- ¡Esa mujer no vendrá aquí esta noche! PARKER.- ¡Mistress Erlynne! (LORD WINDERMERE se estremece. Entra mistress ERLYNNE, muy elegante y muy digna. LADY WINDERMERE aprieta su abanico y luego lo deja caer al suelo. Se inclina fríamente ante mistress ERLYNNE, quien le devuelve amablemente su saludo, y avanza por el salón.) LORD DARLINGTON.- Ha dejado usted caer su abanico, lady Windermere. MISTRESS ERLYNNE.- ¿Cómo sigue usted, lord Windermere? ¡Qué encantadora está su amable esposa! ¡Un verdadero cuadro! LORD WINDERMERE (En voz baja.).- ¡Es una terrible imprudencia en usted haber venido! MISTRESS ERLYNNE (Sonriendo.).- Lo más sensato que he hecho en mi vida. ¿Cómo está usted, lord Augusto? Me ha tenido completamente abandonada últimamente. LORD AUGUSTO.- Realmente, mistress Erlynne permítame que le explique... MISTRESS ERLYNNE.- No, mi querido lord Augusto; no puede usted explicar nada. LORD DARLINGTON (A LADY WINDERMERE.).- ¡Qué pálida está usted! LORD DARLINGTON.- Parece usted desfallecer. Venga a la terraza. MISTRESS ERLYNNE (Yendo hacia ella.).- Lady Windermere, ¡qué bonitamente iluminada está su terraza! Me recuerda la del príncipe Doria, en Roma. (LADY WINDERMERE se inclina fríamente y sale con LORD DARLINGTON.) LADY WINDERMERE.- Ahora comprendo lo que quería decirme. ¿Por qué no fue sincero conmigo? LORD DARLINGTON.- No quería hacerle daño Lady windenbere, debe dejar a ese hombre no la ama, la humilla trayendo a su amante a sus casa. Yo en cambio la amo Lady windenbere, fúguese conmigo deje a ese hombre. LADY WINDERMERE.- ¡No, no! (Poniéndose en pie.) LORD DARLINGTON.- Mañana abandonaré Inglaterra. Esta es la última vez que la veo a usted. Adiós, Margarita. Entran mistress ERLYNNE y LORD WINDERMERE.) MISTRESS ERLYNNE.- Voy a casarme con Lord Augusto, necesito un último favor que pague la dote del matrimonio y yo desapareceré de sus vidas. LORD WINDERMERE Está bien es lo último que hago y luego desaparezca de nuestras vidas.(salen) LADY WINDERMERE.- Es imposible permanecer por más tiempo en esta casa. Esta noche un hombre que me ama me ofreció su vida entera. Y yo la rechacé. Fue una locura en mí. Le ofreceré ahora la mía. ¡Voy en su busca! (Sale. Entra PARKER por la izquierda y cruza la escena hacia el salón de baile. Entra mistress ERLYNNE.) MISTRESS ERLYNNE.- ¿Está lady Windermere en el salón de baile? PARKER.- Su señoría acaba de salir. MISTRESS ERLYNNE.- ¿De salir? ¿No está en la terraza? PARKER.- No, señora. Su señoría acaba de salir de casa. Me ha dicho que había dejado una carta para lord Windermere sobre la mesa. MISTRESS ERLYNNE.- Gracias. (Sale PARKER. Cesa la música en el salón de baile.) ¡Que ha salido de su casa! ¡Una carta dirigida a su marido! (Entra LORD AUGUSTO LORD AUGUSTO.- Mi querida amiga, ¡me tiene usted en vilo! ¿No podría usted dar una contestación a mi pregunta? MISTRESS ERLYNNE.- Lord Augusto, escúcheme. Va usted a llevarse a lord Windermere al Club inmediatamente, y le retendrá allí todo cuanto le sea posible. ¿Ha comprendido? LORD AUGUSTO.- ¿Y cuál será mi recompensa? MISTRESS ERLYNNE.- ¿Su recompensa? ¿Su recompensa? ¡Oh! Pídamela mañana. Pero no pierda usted de vista a Windermere esta noche. (Sale por la izquierda.) LORD AUGUSTO.- Bueno; realmente es como si fuese ya su marido. Como si lo fuera, evidentemente. TELÓN ACTO TERCERO LADY WINDERMERE (En pie, junto a la chimenea.).- ¿Por qué no vendrá? Esta espera es horrible. Debería estar aquí. ¿ (Esconde el rostro en sus manos. Entra mistress ERLYNNE por la izquierda.) MISTRESS ERLYNNE,. ¡Lady Windermere! Gracias a Dios que llego a tiempo. Debe usted volver inmediatamente a casa de su marido. LADY WINDERMERE.- ¿Que debo...? MISTRESS ERLYNNE (Autoritariamente.).- ¡Sí; debe usted volver! No hay un segundo que perder. Lord Darlington puede aparecer en cualquier momento. LADY WINDERMERE.- ¡No se acerque usted a mí! MISTRESS ERLYNNE.- ¡Oh! Está usted al borde de la ruina, al borde de un precipicio espantoso. MISTRESS ERLYNNE (Con un gesto de desesperación.).- ¡Lady Windermere! ¡Lady Windermere, no diga usted esas cosas terribles! No sabe usted lo terribles que son, lo terribles y lo injustas. Escúcheme, ¡debe usted escucharme! Vuélvase con su marido y nada más; y le prometo que no volveré nunca a tener relación con él bajo ningún pretexto... Que no volveré nunca a verle MISTRESS ERLYNNE.- ¡Lady Windermere, ante el Cielo le juro que su marido es inocente de toda culpa con usted! LADY WINDERMERE (Tendiéndole las manos de un modo irrefrenable, como una niña.).- Lléveme a casa. Lléveme a casa... MISTRESS ERLYNNE (Está a punto de abrazarla, pero se contiene. Hay una expresión de alegría maravillosa en su rostro.).- ¡Vamos! ¿Dónde está su capa? (Recogiéndola del sofá.) Aquí. Póngasela. ¡Vámonos inmediatamente! LADY WINDERMERE.- ¡Quieta! ¿No oye usted voces? MISTRESS ERLYNNE.- ¡Oh! No se preocupe de mí. Yo lo soluciono todo. (LADY WINDERMERE Y MISTRESS ERLYNNE se escondeN detrás de la cortina.) LORD AUGUSTO (Dentro.).- Es una tontería, querido Windermere; ¡no Dejaremos que nos abandone. DARLINGTON.Ya nada me retiene aquí. LORD AUGUSTO ¿Que este abanico tienes a una mujer en tu casa? LORD WINDERMERE Dios es el abanico de mi esposa! Explíqueme lord Darlintong DARLINGTON No sé cómo llego hasta aquí LORD WINDERMERE ¡Voy a revisar sus habitaciones¡ DARLINGTON No se lo permito MISTRESS ERLYNNE Perdón, disculpen soy yo que accidentalmente me lleve el abanico de su esposa y quería conversar con lord Darlington permiso… TELÓN ACTO CUARTO LORD WINDERMERE (Besándola.).- Margarita, ¡qué pálida estás! LADY WINDERMERE.- He dormido muy mal. Querido debo decirte algo importante: estaba equivocada Mistrees Erlyne no es una mala persona, la juzgue equivocadamente. ARTURO.- Bueno margarita mejor es irnos de viaje y olvidarnos de esa mujer. (ENTRA PARKER, LLEVANDO EN UNA BANDEJA EL ABANICO DE LADY WINDERMERE Y UNA TARJETA.) PARKER.- Mistress Erlynne ha venido a devolver el abanico de la señora, que se llevó anoche equivocadamente. Mistress Erlynne ha escrito unas líneas en la tarjeta. LADY WINDERMERE.- ¡Oh! Diga usted a mistress Erlynne que tenga la bondad de subir. (Lee la tarjeta.) Dígale también que me alegraría mucho verla. (Vase PARKER.) Quiere verme, Arturo. MISTRESS ERLYNNE.- ¿Cómo está usted, lady Windermere? (A LORD WINDERMERE.) ¿Cómo está usted? Sabrá usted, lady Windermere, que sentí tanto lo de su abanico... Solo vine a decirles adiós. LADY WINDERMERE.- ¿Adiós?.- ¿Se va usted entonces, mistress Erlynne? MISTRESS ERLYNNE.- Sí; me vuelvo a vivir al extranjero. Esta tarde parte el buque. LADY WINDERMERE.- ¿Esta tarde? ¡Y yo que deseaba tanto verla a usted! MISTRESS ERLYNNE.- ¡Qué amable es usted! Pero tengo que marcharme. Podría pedirle un retrato suyo para recordarla. LADY WINDERMERE.- Claro déjeme buscarla… ARTURO.- Márchese mi esposa no debe enterarse nunca de que usted es su madre, una madre que la abandonó que ha llevado una vida licenciosa… MISTRESS ERLYNNE .- Decir adiós a mi querida hija, naturalmente pero he cambiado, ayer hice algo que intento redimir mi conducta, por primera vez sentí el amor y cariño a una hija que no veía hace años, es mejor que me vaya y nunca se entere quien fui. LADY WINDERMERE.- Siento mucho, mistress Erlynne, haberla tenido esperando. No encontraba la fotografía por ninguna parte. Al final la descubrí en el cuarto de vestir de mi marido... Me la había robado. (Se estrechan la mano. Entra PARKER.) PARKER.- LORD AUGUSTO LORTON. EL COCHE DE MISTRESS ERLYNNE HA LLEGADO. (ENTRA LORD AUGUSTO.) LORD AUGUSTO.- Buenos días, querido. Buenos días, lady Windermere. (Al ver a MISTRESS ERLYNNE.) ¡Mistress Erlynne! MISTRESS ERLYNNE.- ¿Cómo está usted, lord Augusto? ¿Está usted del todo bien esta mañana? LORD AUGUSTO .- Completamente bien. Gracias, mistress Erlynne. MISTRESS ERLYNNE.- No tiene usted buena cara del todo, lord Augusto. Se acuesta usted demasiado tarde..., y eso es malo para usted. Realmente, debería usted cuidarse más. Adiós, lord Windermere. (Se dirige hacia la puerta, haciendo una inclinación a LORD AUGUSTO. De repente sonríe y vuelve la cabeza hacia él.) ¡Lord Augusto!, ¿quiere usted acompañarme hasta el coche? Podría usted llevarme el abanico. LORD WINDERMERE.- ¡Permítame! LADY WINDERMERE.- No volverás ya nunca a hablar mal de mistress Erlynne, ¿verdad, Arturo? LORD WINDERMERE (Gravemente.).- Es mejor de lo que podía creerse. LADY WINDERMERE.- Es mejor que yo. LORD WINDERMERE (Sonriendo y acariciándole los cabellos.).- ¡Niña! Tú y ella pertenecéis a mundos diferentes. En el tuyo no ha entrado nunca la maldad. FIN