rudo

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  • adjetivo

Sinónimos para rudo

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Ejemplos ?
Stromberg, Gómez, Livatti y Herrera, gente toda acostumbrada a rudos trabajos, se habían vuelto tremendos con el arado; y las amelgas se ensanchaban a ojos vistas con su poderoso esfuerzo, mucho más, a la verdad, que las que estaban a cargo de Robledo, Núñez, Candiotti y Raviña.
¿Cómo espera ser en la administración de los sacramentos «guía de ciegos, luz de los que viven en tinieblas, preceptor de rudos, maestro de niños y hombre que tiene en la ley la norma de la ciencia y de la verdad»(90), si se niega a escudriñar esta ciencia de la ley y cierra la puerta a la luz de lo alto?
"La mayor eficiencia que la educación da a toda clase de trabajos, excepto a los más rudos, se construye en un corto período para el tiempo perdido en adquirirlo." "También habríamos temido," dije, "que una educación superior, aunque adapta a las personas a las profesiones, las dispone contra el trabajo manual de todo tipo." "Ese era el efecto de la educación superior en su época, he leído," replicó el doctor; "y no hay que asombrarse, porque el trabajo manual significa asociación con una clase de gente ruda, tosca, e ignorante.
Habrá mañanas de sol en que nos verán pasar cabalgando en una pareja de caballos árabes, por los caminos que se extienden en la sabana, y los rudos campesinos se arrodillarán al verte, creyendo que eres un ángel, cuando claves en sus cuerpos deformados por las rústicas faenas, la resplandeciente mirada de tus pupilas azules; habrá noches en que en el aire perfumado del cuarto, donde humea el té rubio en las tazas de China y alumbra el suntuoso mobiliario la luz de las lámparas, atenuada por pantallas de encaje, vibren las frases sublimes de una sonata de Beethoven, arrancada por tus pálidas manos al teclado sonoro y en que, desfalleciente de emoción contenida, te levantes del piano para contemplar desde el balcón de piedra la catarata iluminada por la Luna.
Como yo dudaba de ello, Tsunetomo me contestó: "Se puede comprender que su vitalidad poderosa haya hecho de ellos seres rudos y exuberantes.
En efecto, así me le presentaron: míster Peggotty, señor de la casa. -Muy contento de verte -dijo míster Peggotty-; nos encontrará usted muy rudos, señorito, pero siempre dispuestos a servirle.
Habló el doctor en términos tan claros y rudos, no sólo por falta de arte para disfrazar sus ideas, sino porque ya había formado juicio del carácter voluntarioso y turbulento de aquella especie de niño consentido.
Vengan con nosotros y esparcien sus miradas por la radiante perspectiva que embellecen los viñedos en los declives de la montaña, el verdinegro olivar entre cuyas ramas deja oír la tórtola solitaria su ronco arrullo; el áureo rastrojo, en que el ganado sestea; los blancos caseríos y las eras limpísimas, donde llegado que sea el crepúsculo vespertino, rendirán las resecas mieses su grano de oro a los rudos requerimientos de la cobra regida por el trillador, que turbará la solemne quietud del atardecer con sus canciones.
¡Qué inmenso talento el del primer bienhechor de la Humanidad que discurrió limpiar el suelo de plantas inútiles y nocivas; que desmenuzó la tierra y la peinó con sus rudos instrumentos, dejándola fina y jugosa, con las entrañas abiertas a la fecundación atmosférica; que abrió en ella surcos y depositó las semillas para la reproducción de la vida, sirviéndole tal vez de inspiración en esta obra el recuerdo del choque sexual, del encontronazo grosero, del arar en carne viva, que perpetúa la existencia de las especies animales!...
Y allá por entre las peñas (29) Del valle opaco en la hondura Se oye el ronco son del agua Del Tajo que se derrumba, Entre los rudos peñascos Alzando hervorosa espuma.
Y allá por entre las peñas Del valle opaco en la hondura, Se oye el ronco son del agua Del Tajo, que se derrumba Entre los rudos peñascos Alzando hervorosa espuma.
También saben las mujeres hovas comprender su situación, que designan respectivamente a sus vecinas las mujeres de los negros del Senegal, civilizados militarmente por los franceses, con el nombre de mulas, porque estas infelices viven sujetas a los trabajos más rudos y humillantes.