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transferencia de calor por conveccion

Book · March 2020

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1 author:

Yanan Camaraza
University of Matanzas "Camilo Cienfuegos"
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Transferencia de calor por convección
Primera edición
Transferencia de
calor por convección

Primera edición

Dr.C Yanán Camaraza Medina


Universidad de Matanzas, Cuba
Transferencia de calor por convección. – La Habana: Editorial Universitaria.
e-ISBN 978-959-16-4431-2, 2020.

Autor: Dr.C. Yanán Camaraza Medina


e-mail institucional: yanan.camaraza@umcc.cu
e-mail personal: ycamaraza1980@gmail.com

Editorial Universitaria Calle 23 entre F y G, No. 564. El Vedado,


La Habana, CP 10400, Cuba.

email: eduniv@reduniv.edu.cu

Web: http://eduniv.mes.edu.cu

El autor ha empleado su mayor esfuerzo para asegurar la exactitud de los métodos,


ecuaciones y datos descritos en este libro, pero no los garantiza para cualquier propósito
particular. El autor no ofrece garantías o representaciones, ni acepta cualquier
responsabilidad de terceros con relación al uso inadecuado de esta información. Por
favor reporte cualquier fe de erratas al autor.
Sobre el autor
Yanán Camaraza Medina, nacido en Matanzas, Cuba. En el año
2008 se gradúa con título de oro en la especialidad de ingeniería
mecánica en la Universidad de Matanzas. En el año 2011 obtiene
el grado científico de Máster en termo-energética en la
Universidad de Matanzas, y el de Doctor en Ciencias Técnicas en
la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, en el año
2019. Se especializa en la investigación sobre termotransferencia
convectiva, en medios simples y de dos fases. Posee la categoría
docente de profesor asistente. Ha impartido cursos de
termotransferencia a estudiantes de pregrado y de postgrado
durante los últimos cinco años en la Universidad de Matanzas y en
La Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas.
El Dr.C. Camaraza es miembro del International Information and Engineering Technology
Association, Montreal University, además es miembro del comité editorial de cuatro revistas
científicas indexadas en Scopus y WOS, Mathematical Modelling of Engineering Problems,
American Journal of Science and Technology, Journal Europeen des Systemes Automatises y
Prospects in Mechanical Engineering & Technology. En su labor investigativa ha publicado
más de 30 artículos sobre temas de termotransferencia y dos libros titulados, Introducción a la
termotransferencia y Fundamentos de la conducción del calor: Un enfoque práctico. Posee
además una patente otorgada por la Academia de Ciencias de México y ha recibido varios
premios y reconocimientos por su labor investigativa.
…” Die Heuchelei und der Neid sind Symptome der Schwäche ”…
Goethe

A la memoria del profesor Juan Landa García,

A mis maestros y alumnos


Honorable Editorial Universitaria, Ciudad de la Habana, Cuba

Después de leer en detalles el libro “Transferencia de calor por convección”, escrito


por el Profesor Yanán Camaraza Medina y editado bajo los auspicios de su casa
editora, me permito enviarles mis breves comentarios al respecto.
El libro abarca la totalidad de los materiales requeridos para un curso introductorio de
transferencia de calor por convección, empleando en todos los casos un lenguaje
simple, pero que no adolece del rigor científico requerido. Eso fue lo que capturó el
interés de quien suscribe estas notas sobre este material. Tengo conocimiento que el
autor es miembro del comité editorial de Mathematical Modelling of Engineering
Problems y Journal Europeen des Systemes Automatises, dos Journals muy
bien posicionandos en Scopus y WOS, eso hace mayor mi respeto hacia el
presente material y la labor cientifica en general de su autor.
Se dedica una buena parte del texto al estudios de los métodos numéricos, los cuales en
la actualidad ganan terreno en el desarrollo de la ingeniería moderna. El libro
contiene el calibre requerido, para todo aquel que desee adquirir las bases mínimas
de transferencia de calor por convección, encuentre en el mismo la herramienta que
necesita para tal fin. En lo personal, los manuscritos originales del libro, resultaron
de ayuda en el desarrollo de estudios postdoctorales en ingeniería numérica,
realizados por quien suscribe esta nota, en University of California, Los Angeles
(UCLA),
A modo conclusivo, considero que el libro puede ser valorado como un trabajo
meritorio y de valía. Felicito a su autor por la calidad del material recopilado y
presentado y a la editorial por haber incluido en sus publicaciones un libro científico de
probado rigor. Una recomendación final seria incitar al autor a pensar en una versión de
este trabajo en idioma inglés para darlo a conocer a la comunidad científica
internacional no hispano-parlante.

Con cordialidad:
Los Angeles, USA, Diciembre 13 del 2019
“Let There Be Ligth”

Ph.D. Jose Luis Amoroz Diez


Postdoctoral Research
Henry Samueli School of Engineering and Applied Science
7400 Boelter Hall, Los Angeles, CA 90095
University of California, Los Angeles (UCLA)
United States of America
T: +1-310-825-9580
Email:jladiez.74@gmail.com
Prólogo a la primera edición

La transferencia de calor es una ciencia que trata la forma y la velocidad de transferencia de la


energía térmica. Esta tiene un área amplia de aplicación. Todo lo que rodea al hombre y que
exista la presencia de un gradiente térmico o diferencias de temperaturas, pues ahí tendrá
aplicación y dominio las leyes de la termotransferencia o transmisión de calor.
Una condición indispensable para poder asimilar o comprender un curso introductorio de
transferencia de calor por convección es poseer una base adecuada de cálculo infinitesimal y de
física, al igual resultaría necesario que se tenga una formación sólida ecuaciones diferenciales y
series.
Estas notas se han escrito como material didáctico e introductorio para estudiantes de ingeniería
de perfil mecánico, aunque puede ser utilizada por otras especialidades, sobre todo en los temas
fundamentales. En ella se pretende brindarle al alumno la posibilidad de contrastar con sus notas
de clases y así darle la oportunidad de comprender mejor las ideas transmitidas por su profesor.
De acuerdo con los objetivos de un aprendizaje adecuado de los fundamentos de la transferencia
de calor por convección, se proporciona una panorámica general de los aspectos fundamentales
de la teoría de los procesos de transferencia de calor, necesarios para iniciar al alumno en su
aplicación práctica. En este sentido el documento puede resultar útil para aquellos que lo empleen
adicionalmente para adquirir una formación básica que les permita dominar y conocer las líneas
generales de la transferencia de calor, sus aplicaciones y limitantes.
En esta primera versión, a pesar de que el material fue pensado como un curso introductorio, se
detallan temáticas mediante procedimientos de análisis de avanzada, así como su aplicación en la
solución numérica de problemas de termotransferencia por convección. A pesar de que estos
temas constituyen material de estudio para cursos de posgrado, se facilitan en el presente material
para estimular el instinto investigativo de los lectores novicios o los estudiantes de pregrado que
accedan al presente trabajo.
En la actualidad muchos problemas que antes eran tratados mediante hipótesis simplificadoras
para la obtención aproximada de soluciones de las ecuaciones diferenciales rectoras del proceso
en cuestión, son fácilmente resueltos mediante el uso de ordenadores y la simulación en estos
mediante las técnicas de análisis numérico. Si bien es cierto esto, también es muy cierto que para
tener éxito en esta empresa se necesita un conocimiento previo y amplio de la fenomenología de
la convección del calor, la cual es la filosofía que ha servido como base para la elaboración de las
modernas concepciones. Por tanto en el presente texto a la par de mencionar elementos del
análisis numérico y formulaciones actualizadas, también recopila los clásicos que generaron y
sustentaron la teoría moderna de la transmisión del calor por convección, tal como se conoce
hoy en día.
Si bien es cierto que las técnicas de computador han traído consigo cambios acelerados en
la concepción de la ingeniería en los últimos años, también es real que la teoría fundamental
de la transferencia de calor por convección se ha mantenido constante en sus principios
matemáticos. Esto recuerda a Alicia en el País de las Maravillas. Ella observaba como se
debilitaba el gato Cheshire, hasta no quedar sino su sonrisa. Cayó en cuenta entonces que la
sonrisa es la esencia del gato.
La transferencia de calor es un tema de investigación de amplio espectro, en el cual cada día
se realizan nuevas aportaciones. Muchos principiantes al acercarse por primera vez al área de
acción de la ciencia les impactan el rigor de sus métodos. En la transferencia de calor por
convección muchos de sus problemas se pueden resolver mediante el empleo de ecuaciones
diferenciales en derivadas parciales. La solución de esas ecuaciones suele requerir un
refinamiento matemático más allá del adquirido en el nivel de pregrado, como
ortogonalidad, valores propios, transformadas de Fourier y de Laplace, funciones de
Bessel y de Legendre, y series infinitas múltiples e integrales indefinidas de orden superior.
En esos casos obtener una solución, la cual con frecuencia comprende sumas dobles o triples de
series infinitas en un punto específico, es un reto matemático que de no poseer un sólido
dominio de las bases del análisis funcional sería una tarea imposible de realizar, por lo
tanto, incluso cuando se dispone de soluciones en algunos manuales, son suficientemente
intimidantes como para ahuyentar o desalentar a los usuarios en perspectiva o novicios.
Sin embargo el lector primerizo del tema no se debe dejar impresionar por estas exigencias, las
cuales son salvables con un estudio consagrado de los temas fundamentales. Con voluntad y
tesón paulatinamente el estudiante neófito se irá adentrando en el fascinante mundo de la
termotransferencia, lo cual, una vez comprendidos los principios de la transferencia de calor,
sin dudas le hará apasionarse por esta ciencia.
No se desea terminar este prólogo sin reconocer la valiosa ayuda de varias personas, al Dr.C
Osvaldo F. García Morales, Universidad de Matanzas, al Dr.C Oscar Miguel Cruz Fonticiella,
Universidad Central “Marta Abreu” de las Villas, al Dr. José Julio Guerra Macho, Universidad de
Sevilla, España, al Dr. Juan Carlos Campos Avella, Universidad del Atlántico, Colombia y al Dr.
Abel Hernández Guerrero, Universidad de Guanajuato, México, por sus críticas, exhortaciones,
aportes de alta valía.
El autor desea reconocer además a otros investigadores, que también realizaron aportes y
recomendaciones al presente trabajo, ellos son:

Dr.C Roberto Vizcón Toledo, Universidad de Matanzas, Cuba


Dr.C Ángel M. Rubio González, Universidad Central “Marta Abreu” de las Villas, Cuba
Dr.C Alberto E. Calvo Gonzales, Universidad Tecnológica de la Habana, CUJAE, Cuba
Dr.C. Luis Oliva Ruiz, Universidad de Oriente, Cuba
Dr. José Luis Luviano Ortiz, Universidad de Guanajuato, México
Dr. Moustafa Zeki Yimazouglu, Gazi University, Turquía
Dr. Alan O’Donovan, Stokes Laboratory, Limerick University, Irlanda
Dr. Nislan Houng Khandy, New Mexico State University (NMSU), EUA
Dr. Jose Luis Amoroz Diez, University of California, Los Ángeles, (UCLA), EUA
Dr. Ken Mortensen Carlson, University of California, Santa Bárbara, (UCSB), EUA
Dr. Lucas O’Neill, Purdue University, EUA
Dr. Hanna Shang Lin, University of Toronto, Canadá

Dr.C. Yanán Camaraza Medina,


Matanzas, Enero 6 del 2020
Introducción. Ideas básicas sobre la transferencia de calor convectiva.

La alimentación, la salud y la generación de potencia han sido una preocupación vital de la


humanidad a lo largo de la historia. El progreso en estas áreas ha llevado al desarrollo conjunto
de la transferencia de calor como una ciencia, por lo que su estudio es de capital importancia
para el ingeniero.
Esta disciplina de transporte tiene aplicaciones de suma relevancia en casi cualquier campo de
la ingeniería. Así, se utiliza prácticamente en todos los procesos de la industria del vidrio;
interviene en el diseño de los hornos, los regeneradores de calor, el enfriamiento de los moldes,
el templado de los cristales, el flotado de los vidrios, etc. En el área del acondicionamiento del
aire ambiental es imprescindible para evaluar con precisión las cargas térmicas de enfriamiento
y calefacción que tiene un edificio. También forma parte del diseño de ciertos componentes de
un sistema de refrigeración, como el evaporador, el condensador y las líneas de transmisión de
agua helada, entre otros.
En el ámbito de los combustibles fósiles se requiere un análisis de la transferencia de calor en
presencia de reacciones químicas para mejorar la eficiencia de la combustión en hornos y
calderas.
La investigación de la energía solar en los últimos años ha aportado conocimientos muy
promisorios para el acondicionamiento del aire para edificios mediante sistemas de absorción.
Cabe mencionar que en varios países el aire acondicionado precisa una fracción significativa de
la producción primaria de energía, por lo que el uso de la energía solar en este campo podría
tener repercusiones significativas. El diseño de esos sistemas supone un amplio conocimiento
de la transferencia de calor.
Casi todos los alimentos en el curso de su preservación y preparación requieren tratamientos en
los que la transferencia de calor juega también un papel importante. Debido a las condiciones
adversas en algunas regiones agrícolas del mundo se pierden considerables cantidades de grano
por falta de secado inmediato después de la cosecha; por ello, el uso de la energía solar u otros
mecanismos de secado apropiados podrían ser ventajosos. El congelamiento, la deshidratación
y la cocción de alimentos exigen asimismo un conocimiento cabal de esta materia.
En el diseño actual de edificios se requiere cada vez más un análisis de la transferencia de calor
a fin de promover el ahorro de energía. A medida que surgen ideas novedosas y cada vez más
refinadas en la tecnología moderna, la teoría de la transferencia de calor debe resolver
problemas nuevos y cada vez más complejos. Así, desempeña igualmente un papel de gran

1
relevancia en el enfriamiento de equipo eléctrico y electrónico; por ejemplo, en motores y
generadores eléctricos, transformadores, transistores y conductores, entre otros.
Con la termodinámica se predice el intercambio de calor en un sistema al realizar un proceso,
pero no puede preverse el tipo de mecanismo por el cual se lleva a cabo tal transferencia. Así, al
aplicar la primera y la segunda leyes de la termodinámica en un intercambiador de calor se
obtiene información relacionada con el flujo de calor que debe transferirse del fluido caliente al
frío. No obstante, la termodinámica no suministra datos con respecto al diámetro, longitud,
material o arreglo geométrico de los tubos que deben emplearse. Estas características de diseño
se obtienen mediante un análisis detallado de la transferencia de calor.
De manera análoga, el estudio termodinámico de un motor de combustión interna brinda
información relativa a sus requisitos de enfriamiento. Sin embargo, la transferencia de calor
contempla la posibilidad de enfriarlo con aire o con agua, así como las dimensiones físicas que
deben tener los conductos por donde circula el agua en caso de emplearla como refrigerante, o
bien, las dimensiones de las aletas de enfriamiento para lograr la refrigeración con aire.
De lo anterior se desprende que la termodinámica y la transferencia de calor son dos ciencias
afines que se complementan. La primera predice los requisitos de transferencia de calor de un
sistema; la segunda, cómo se lleva a cabo tal transferencia.
En los capítulos siguientes serán detallados de forma más amplia cada uno de los elementos
vinculados al transporte de calor en medios fluidos.

2
Capítulo 1 Introducción a la transferencia de calor por convección.

1.1 Nociones y definiciones generales.

El proceso de transferencia térmica de una superficie de un sólido a un líquido se llama


intercambio de calor por convección o emisión calorífica. En este caso la transferencia de calor
se realiza debido a la acción simultánea de la conductividad térmica y la convección. Por
convección se entiende el proceso de transporte de calor que tiene lugar en virtud del
movimiento de las macropartículas del líquido o del gas en el espacio desde una región a otra
región de temperatura diferente., por lo tanto, la transferencia de calor por convección solo es
posible en un medio fluido.
El fenómeno de la conductividad térmica en los líquidos y gases, al igual que en los sólidos, lo
determina de modo completo el coeficiente de conductividad térmica y el gradiente de
temperatura. Sin embargo, en el fenómeno de convección, que es la segunda forma básica de
transferencia de calor, el intercambio térmico posee un aspecto diferente. En este caso el
proceso de transferencia de calor está ligado inseparablemente con la transferencia de masa
fluida, razón por la cual la convección es posible solamente en los líquidos y gases cuyas
partículas puedan desplazarse con facilidad.
La convección va siempre acompañada de la conducción, puesto que el contacto entre partículas
a distintas temperaturas durante el movimiento del gas o del líquido es inevitable. Las
aplicaciones de la convección a la ingeniería atañen, en general al intercambio de calor entre el
flujo de un fluido y la superficie de un sólido. Generalmente los cálculos se reducen al
intercambio de calor, puesto que el proceso de convección que tiene lugar en el propio medio
fluido (líquido o gas), solo interesa cuando afecta al transporte de calor entre este y el sólido.
Como regla se puede establecer que en la convección el flujo de calor se dirige siempre hacia el
lado de menos temperatura.
La transferencia de calor a través de un sólido siempre es por conducción, dado que las
moléculas de un sólido de este tipo permanecen en posiciones relativamente fijas. Sin embargo,
la transferencia de calor a través de un líquido o gas puede ser por conducción o convección,
dependiendo de la presencia de algún movimiento masivo del fluido. La transferencia de calor a
través de un fluido es por convección cuando se tiene un movimiento masivo de este último y
por conducción cuando no existe dicho movimiento. Por lo tanto, la conducción en un fluido se
puede concebir como el caso límite de la convección, correspondiente al caso de fluido en
reposo

3
El proceso de transmisión de calor entre un sólido, un medio fluido y viceversa, es muy
complejo, y el coeficiente de transmisión superficial depende de muchos factores. En el caso
más general, este dependerá de la forma y dimensiones del sólido, de las condiciones del flujo,
de la temperatura, velocidad y propiedades físicas del fluido y otros parámetros.
El proceso de transferencia de calor por convección se puede clasificar de acuerdo con la
naturaleza y el origen del movimiento del flujo, ellas son:
1- Convección forzada
2- Convección natural o libre
Se le llama convección libre o natural al movimiento que se opera a consecuencia de las
diferencias entre las densidades de las partículas calientes y frías del líquido o gas en el campo
de gravitación, el surgimiento y la intensidad del movimiento libre se determina por las
condiciones térmicas del proceso y dependen del género del líquido o medio gaseoso, la
diferencia de temperaturas, la tensión del campo de gravitación y el volumen del espacio en que
se desarrolla el proceso.
La convección forzada es originada por el movimiento que surge bajo la acción de un agente
externo, por ejemplo, una bomba, un ventilador, etc. En caso general a la par con el movimiento
forzado puede desarrollarse también el libre, la influencia relativa de este último es tanto mayor
cuanto más grande sea la diferencia de temperaturas en los puntos aislados del líquido y cuanto
menor sea su propia velocidad.
La transferencia de calor por convección es complicada por el hecho de que comprende
movimiento del fluido así como conducción del calor. El movimiento del fluido mejora la
transferencia de calor, ya que pone en contacto porciones más calientes y más frías de ese
fluido, iniciando índices más altos de conducción en un gran número de sitios. Por lo tanto, la
velocidad de la transferencia de calor a través de un fluido es mucho más alta por convección
que por conducción. De hecho, entre más alta es la velocidad del fluido, mayor es la velocidad
de la transferencia de calor.
Para aclarar este punto todavía más, considérese la transferencia de calor en estado estacionario
a través de un fluido contenido entre dos placas paralelas que se mantienen a temperaturas
diferentes. Las temperaturas del fluido y de la placa son las mismas en los puntos de contacto
debido a la continuidad de la temperatura. Si se supone que no hay movimiento del fluido, la
energía de las moléculas más calientes de éste, cercanas a la placa caliente, se transferirá a las
moléculas adyacentes más frías del mismo. Entonces, esta energía pasa a la siguiente capa de las
moléculas más frías del fluido, y así sucesivamente hasta que, al final, se transfiere a la otra
placa, este intercambio térmico sería por convección libre o natural. En caso contrario, si

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existiese la presencia de corrientes fluidas forzadas, ocasionadas por una fuente externa de
energía que proporciona una cantidad de movimiento al fluido, entonces la transferencia de
calor será forzada. En general, la convección forzada se acompaña de la convección libre. El
efecto relativo de esta última es tanto mayor cuanto mayor es la diferencia de temperaturas, y
menor la velocidad del movimiento forzado. Con altas velocidades el efecto de la convección
libre resulta ser despreciable.
Aunque será mostrado en detalles más adelante en el acápite dedicado al análisis dimensional, la
transferencia de calor por convección va a ser dependiente de una serie de propiedades físicas
del fluido, entre ellas, la viscosidad dinámica  , la conductividad térmica  , la densidad  y
el calor específico Cp , así como de la velocidad de la masa fluida V . La transferencia de calor
por convección va a ser dependiente también de la configuración geométrica y aspereza de la
superficie sólida, además del tipo de flujo del fluido (el que sea laminar o turbulento). Por tanto,
se espera que las relaciones de la transferencia de calor por convección sean un tanto complejas
debido a su dependencia de tantas variables. Esto no es sorprendente, ya que la convección es el
mecanismo más complejo de transferencia de calor.
A pesar de la complejidad de la convección, se observa que la razón de la transferencia de calor
por este mecanismo es proporcional a la diferencia de temperatura y se expresa de manera
conveniente por la ley de Newton de enfriamiento como:
q   TP  TF  W m2  (1.1.a)
O bien,
Q   F TP  TF  W  (1.1.a.1)
En las relaciones (1.1.a) y (1.1.a.1):
 es el coeficiente pelicular de transferencia de calor por convección, en W m 2 o C 

F es el área superficial de transferencia de calor, en m 2


TP es la temperatura de la superficie , en oC

TF es la temperatura media del fluido suficientemente lejos de la superficie , en oC


A juzgar por sus unidades, el coeficiente de transferencia de calor por convección  se puede
definir como la razón de la transferencia de calor entre una superficie sólida y un fluido por
unidad de área superficial por unidad de diferencia en la temperatura.
Según la ley dada en las ecuaciones (1.1.a) y (1.1.a.1), la cantidad de calor transferido Q es
proporcional a la superficie de intercambio de calor F y la diferencia de temperaturas existente
entre la pared y el líquido TP  TF  .

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El coeficiente de traspaso de calor o coeficiente pelicular de transferencia de calor se puede
determinar como la cantidad de calor integrada en unidad de superficie por unidad de tiempo,
cuando la diferencia de temperaturas entre la superficie y el medio fluido es igual a un grado, o
sea:

W m 2 o C 
Q
 (1.1.a.2)
F T P  T F 

Generalmente el coeficiente de traspaso del calor puede variar a lo largo de la superficie de


intercambio térmico, por lo cual se diferencian el coeficiente medio de traspaso de calor por la
superficie y el coeficiente local de transferencia de calor, correspondiendo este último a un
elemento unitario de superficie.
Los procesos de emisión calorífica están inseparablemente vinculados a las condiciones de
movimiento del fluido. En los cursos de mecánica de fluidos son definidos dos regímenes
principales de corrientes fluidas:
1- Flujo laminar
2- Flujo turbulento
En el flujo laminar las partículas del fluido se mueven sin mezclarse, paralelamente a las
paredes que delimitan al fluido analizado y a las trayectorias de otras partículas. En el flujo
turbulento las partículas poseen un movimiento aleatorio desordenado, con carácter estocástico
y cuya dirección y velocidad varía continuamente.
El parámetro que permite determinar el tipo de corriente de fluido es el número adimensional de
Reynolds, el cual viene descrito por la siguiente relación:
Vd Vd
Re   (1.1.a.3)
 
En la relación (1.1.a.3)
 es la viscosidad dinámica del fluido, en Pa.s
V es la velocidad del fluido por el interior del conducto, en m/s
 es la densidad del fluido, en kg m 3
 es la viscosidad cinemática del fluido, en m 2 s
d es el diámetro interno del conducto, en m
La transición del régimen de corriente laminar al régimen turbulento ocurre cuando el número
adimensional de Reynolds alcanza un valor conocido en la mecánica de fluidos como primer
' '
número crítico de Reynolds Re Crit . Este valor de Re Crit , depende de la configuración
geométrica del medio que ese analiza, para el caso de flujo por el interior de tubos

6
'
Re Crit  2 ,3  10 3 . Para valores superiores a Re Crit
'
 2 ,3  10 3 comienza un proceso de

mezclado y estabilización continua de las líneas de corrientes, conocida como zona de


transición. Para que un régimen de corriente fluida por el interior de tubos pueda ser
considerado completamente turbulento se hace necesario que el número adimensional de Re
alcance valores mayores que Re  104 .
Como fue explicado con anterioridad, en el caso del flujo turbulento todo el flujo está saturado
de remolinos que se desplazan desordenadamente, surgen o desaparecen ininterrumpidamente.
Una de las causas de su aparición es que la corriente laminar pierde su estabilidad lo que se
acompaña con la formación de remolinos, que al difundirse en el núcleo y al desarrollarse luego,
ocupan todo el flujo. A la par con esto, como resultado de la viscosidad del líquido, estos
torbellinos se atenúan paulatinamente y desaparecen. Debido a la interrumpida formación de
torbellinos y su posterior difusión, tiene lugar un revuelo intenso del líquido que lleva el nombre
de la mezcla turbulenta. Cuanto mayor es el número de torbellinos, tanto más intenso será el
mezclado del líquido y tanto mayor será su turbulencia. Existen dos tipos de turbulencia, estas
son:
1- Turbulencia natural
2- Turbulencia artificial
La turbulencia natural como su nombre lo dice su formación posee un origen natural, para el
movimiento estabilizado por el interior de un tubo liso la turbulencia la determina
completamente el número adimensional de Reynolds. La turbulencia artificial es aquella que es
provocada artificialmente, por la introducción en el seno del fluido de obstáculos u otras fuentes
de perturbación. Sin embargo en cualquier tipo de turbulencia cerca de la pared siempre existirá
una capa fina, la cual, a consecuencia del rozamiento viscoso, hará que la corriente del fluido se
frene y la velocidad alcance valores iguales a cero. Esta capa se le conoce como capa viscosa.
Para los procesos de emisión calorífica el régimen de movimiento que opera el fluido posee una
importancia elevada, puesto que este régimen determina el mecanismo de transferencia de calor.
Cuando el régimen es laminar la transferencia térmica en la dirección de la normal a la pared se
realiza en lo fundamental por medio de la conductividad térmica. Cuando el régimen resulta ser
turbulento dicho método de transferencia se conserva solamente en al subcapa viscosa, mientras
que en el seno del núcleo turbulento, la transferencia se efectúa debido al mesclado intenso de
las partículas del fluido. En estas condiciones la intensidad de la emisión calorífica de los gases
y líquidos corrientes se determina, en lo fundamental por la resistencia al paso del calor
(resistencia térmica) de la subcapa adyacente a la pared.

7
Esta resistencia comparada con la resistencia térmica del núcleo resulta ser determinante. Es
fácil de cerciorarse de esto, si se observa la variación de la temperatura del fluido en la dirección
de la normal a la pared. Por tanto la máxima variación de la temperatura tiene lugar dentro de
los límites de la capa fina situada cerca de la superficie. A través de esta capa el calor se
transmite por medio de la conductividad térmica. Por consiguiente, tanto para el régimen
laminar de la corriente, como para el turbulento situado cerca de la superficie es aplicable la ley
de Fourier

1.2 Ecuaciones diferenciales del proceso de transferencia de calor por convección.

Estudiar cualquier fenómeno significa establecer la dependencia entre las magnitudes que lo
caracterizan. Para los fenómenos complejos en que las magnitudes determinantes varían con el
tiempo y el espacio, es muy difícil establecer la dependencia entre las variables. En tales casos,
aplicando las leyes generales de la física, se limita a establecer una relación entre las variables
(tiempo, coordenadas y propiedades físicas) que abarque un lapso breve y un volumen elemental
del espacio. La dependencia así obtenida es la ecuación diferencial general del proceso
examinado. Después de integrar esta ecuación se obtiene la dependencia analítica entre las
magnitudes para todo el dominio de la integración en el intervalo de tiempo estudiado.
Dichas ecuaciones diferenciales se pueden plantear para cualquier proceso y, en particular, para
el proceso de emisión calorífica. Puesto que la emisión calorífica no se determina solamente por
los fenómenos térmicos, sino también por los hidrodinámicos, el conjunto de estos se describe
por un sistema de ecuaciones diferenciales del cual forman parte la ecuación de la conductividad
térmica, la de movimiento y la de continuidad.

1- Ecuación de la conductividad térmica o ecuación de conservación de la energía.

La ecuación diferencial de conductividad térmica se deduce, partiendo del principio de


conservación de la energía.
Si se separa en el seno del fluido en movimiento un paralelepípedo elemental dx , dy , dz , y
considerando los parámetros físicos  , Cp y  como constantes, se escribe para este volumen
elemental la ecuación de balance térmico. Si se desprecia la variación de presión, entonces
según el primer principio de la termodinámica, la cantidad de calor suministrada es igual al
cambio de entalpía del cuerpo.
Para determinar la afluencia de calor a través de las caras del elemento debidas a la
conductividad térmica. De acuerdo con la ley de Fourier, la cantidad de calor que pasa durante

8
el tiempo d  , en la dirección del eje x, a través de la cara ABCD (véase la figura 1.1.a) es igual
a:
T
QXE   dy dz d (1.1.a.4)
x
t
y a través de la cara EFGH que tiene la temperatura t  dx durante el mismo tiempo, será:
x
  T 
Q XS   T  dx  dy dz d (1.1.a.5)
x  x 
Si se resta de la relación (1.1.a.4) la cantidad dada en la ecuación (1.1.a.5) se obtiene:
 2T
dQ X  Q XE  Q XS   dx dy dz d (1.1.a.6)
x 2
Aplicando un procedimiento análogo se obtiene las ecuaciones diferenciales para los ejes y , z ,
las cuales viene expresadas por:
 2T
dQY  QYE  QYS    dx dy dz d (1.1.a.7)
y 2

 2T
dQ Z  Q ZE  Q ZS    dx dy dz d (1.1.a.8)
z 2

Figura 1.1.a Representación del paralelepípedo elemental para la deducción de la ecuación


diferencial de la conductividad térmica.

La cantidad de calor que contiene el elemento de volumen de lados dx dy dz durante el tiempo


d  va a ser igual a la suma de las expresiones (1.1.a.8), (1.1.a.7) y (1.1.a.6), o sea:

  2T  2 T  2T 
dQ  dQ X  dQY  dQZ    2  2  2  dx dy dz d (1.1.a.8)
 x y z 

9
Como resultado de tal afluencia de calor la temperatura del elemento cambiará en la magnitud
DT
d , y la entalpía, en la magnitud:
d
DT
dQ  Cp dx dy dz d (1.1.a.9)
d
En la ecuación (1.1.a.9) se debe resaltar un detalle importante. La variación total de cualquier
magnitud  (presión, velocidad, densidad o temperatura) de un elemento del fluido en
movimiento va a ser consecuencia de dos fenómenos, los cuales son:
1- La variación con el transcurso del tiempo
2- La variación a consecuencia de desplazamiento del elemento desde un punto del espacio a
otro
Basándose en el concepto de derivada total puede escribirse que:
d    dy  dz
    (1.1.b)
d   x y d  z d 

dx dy dz
En la ecuación (1.1.b) las derivadas , , tienen el sentido de las componentes de la
d d d
velocidad VX , VY , VZ . Esta derivada, si está relacionada con la materia o la sustancia en
movimiento se denomina derivada sustancial y se designa con un símbolo especial, el cual viene
dado por:
D     
  VX  VY  VZ (1.1.b.1)
d  x y z

En (1.1.b.1) el diferencial   es la variación local, y por lo tanto los elementos restantes del
término de la derecha representan entonces la variación convectiva de la magnitud  , o sea:
  
VX  VY  V Z (1.1.b.2)
x y z
Los primeros términos de las ecuaciones (1.1.a.8) y (1.1.a.9) son iguales, y por consiguiente, son
iguales también sus segundos términos. Estableciendo una igualdad entre ambos se tiene:
DT   2T  2T  2 T 
Cp dx dy dz d    2  2  2  dx dy dz d (1.1.b.3)
d  x y z 

Después de reducir en dx , dy , dz , d y trasladar la cantidad  Cp al segundo miembro, la


ecuación (1.1.b.3) quedará:

DT    2T  2T  2T 
dx dy dz d   2  2  2   a 2T (1.1.b.4)
d Cp  x y z 

10
La ecuación (1.1.b.4) es la ecuación diferencial de conductividad térmica de Fourier-Kirchhoff
que establece la relación entre las variaciones temporales y espaciales de la temperatura en
cualquier punto del medio en movimiento; en otras palabras la energía neta transferida por
convección por el fluido hacia afuera del volumen de control es igual a la energía neta

transferida hacia este volumen por la conducción de calor. Aquí a  es una propiedad
 Cp

termofísica del material llamada difusividad térmica, mientras que  2 es el operador de Laplace.
Haciendo   t en la ecuación (1.1.b.5) se tiene que:
Dt T T T T
  VX  VY  VZ (1.1.b.5)
d   x y z
Sustituyendo la expresión (1.1.b.5) en (1.1.b.4) se llega a:
 T T T T    2T  2T  2T 
   V  V  V dx dy dz d   a  2  2  2  (1.1.b.6)
x y z   x y z
X Y Z
 
En esta forma, la ecuación (1.1.b.6) se aplica durante el estudio del proceso de conductividad
térmica, a fluidos en movimiento. Para ser empleada en los sólidos esta toma la forma siguiente:
T   2 T  2T  2 T 
 a  2  2  2  (1.1.b.7)
  x y z 

O sea, la ecuación (1.1.b.7) se obtiene en presencia de flujos estancados o carentes de


movimiento, lo que genera que V X  VY  VZ  0
Cuando los esfuerzos cortantes viscosos no son despreciables, su efecto se toma en cuenta al
expresar la ecuación de la energía como:
 T T T T    2T  2T  2T 
   V  V  V dx dy dz d   a  2  2  2    (1.1.b.7.a)
x y z   x y z
X Y Z
 
En la ecuación (1.1.b.7.a) el coeficiente  es la función de disipación viscosa, la cual se obtiene
después de un largo análisis, el cual no será mostrado acá, pero el interesado al efecto puede
remitirse a los trabajos de avanzada en la temática, entre ellos, la magistral obra Grenzschicht-
Theorie, de Schlichting (existe una versión inglesa titulada Boundary Layer Theory). La función
de disipación viscosa  viene dada por:
 V  2  V  2  V  2   V VY VZ 
2

  2  X
   Y
   Z
    X
   (1.1.b.7.b)
 x   y   z    x y z 

La disipación viscosa puede desempeñar un papel dominante en los flujos a alta velocidad, en
especial cuando la viscosidad del fluido es elevada (como el flujo del aceite en las chumaceras).
Esto se manifiesta como una elevación significativa en la temperatura del fluido debida a la

11
conversión de la energía cinética de este último en energía térmica. La disipación viscosa
también es significativa para los vuelos a alta velocidad de los aviones.

2- Ecuación de movimiento o ecuación de flujo

En la ecuación (1.1.b.5) a la par con la temperatura T están presentes también tres variables:
VX , VY , VZ . Esto demuestra que el campo de temperatura, en un fluido en movimiento, depende

además de la distribución de velocidades. Las formas diferenciales de las ecuaciones del


movimiento en la capa límite de velocidad se obtienen al aplicar la segunda ley de Newton del
movimiento a un elemento diferencial del volumen de control en la capa límite. Esta ley es una
expresión para el balance de la cantidad de movimiento y se puede enunciar como: …”La fuerza
neta que actúa sobre el volumen de control es igual a la masa multiplicada por la aceleración
del elemento de fluido dentro de ese volumen de control, lo cual también es igual a la razón
neta de la transferencia de la cantidad de movimiento de flujo hacia fuera del volumen de
control”…
Sepárese en un fluido en movimiento un paralelepípedo elemental con aristas dx , dy , dz . Sobre
el elemento separado actúan tres fuerzas, fuerza de gravedad, la resultante de las fuerzas de
presión y la resultante de las fuerzas de fricción. Para hallar las proyecciones de estas fuerzas
sobre el eje x (dirección y sentido de los ejes, véase la figura 1.1.b) se sigue la siguiente
metodología:
1- La fuerza de gravedad se aplica en el centro de gravedad del elemento de volumen dv . Su
proyección sobre el eje x es igual al producto de la proyección de aceleración de la caída
libre g , por la masa del elemento dv , o sea:
gdv  g dx dy dz (1.1.b.8)
2- La resultante de las fuerzas de presión se determina haciendo las consideraciones siguientes.
Si en la cara superior del elemento la presión del líquido es igual a p , en este caso sobre la
superficie elemental dy , dz actúa una fuerza p dy dz . En la cara inferior la presión del fluido

p  p 
es igual a p  dx y sobre la misma actúa una fuerza   p   dy dz . El signo negativo
x  x 
indica aquí que la fuerza actúa en el sentido opuesto al sentido del eje x . La resultante de
estas fuerzas es igual a su suma algebraica, o sea:
 p  p
 dy dz   p  dx  dy dz   dx dy dz (1.1.b.9)
 x  x

12
3- Durante el movimiento de un fluido, en realidad, siempre surge una fuerza de fricción. El
método más simple empleado para encontrar la expresión de esta fuerza, consiste en estudiar
un flujo plano laminar en el que la velocidad V X , varía solamente en las caras laterales del
elemento (véase la figura 1.1.c) cerca de la cara izquierda la velocidad de movimiento de las
partículas es menor que el mismo elemento, por lo que aquí, en la sección y la fuerza de
fricción está orientada en sentido opuesto al del movimiento y es igual a  s dx dz , cerca de
la cara derecha del elemento ,al contrario, la velocidad de movimiento de las partículas del
fluido es mayor que el mismo elemento, por eso aquí, en la sección y  dy la fuerza de
fricción está orientada en la misma dirección y sentido del movimiento y es igual a
 ds 
 s  dy  dx dz , La resultante de estas fuerzas es igual a su suma algebraica, o sea:
 dy 

 ds  ds
 s  dy  dx dz  s dx dz  dx dy dz (1.1.c)
 dy  dy
En la relación (1.1.c) la variable s es la fuerza tangencial de fricción por unidad de superficie, la
cual viene dada por:
dV X
s (1.1.c.1)
dy
Sustituyendo la expresión (1.1.c.1) en (1.1.c), y considerando adicionalmente que la viscosidad
 posee un valor constante, se llega a:
ds d 2VX
dv   dv (1.1.c.2)
dy dy 2

Figura 1.1.b Representación del paralelepípedo elemental para la deducción de la ecuación


diferencial del movimiento de un fluido.

La ecuación (1.1.c.2) a pesar de su simplicidad es aplicable solamente para el movimiento


unidimensional. Pero para el caso general en que la componente V X varía en dirección a los tres

13
ejes coordenados, la proyección de las resultantes de las fuerzas de fricción sobre el eje x se
determina mediante la expresión siguiente:

 d 2VX d 2VX d 2VX 


  2
 2
 2  dv   2VX dv (1.1.c.3)
 dx dy dz 

Figura 1.1.c Fuerza de rozamiento que actúa sobre un elemento de un fluido en movimiento.

Sumando ahora las expresiones (1.1.c.3), (1.1.b.9) y (1.1.b.8), se obtiene las proyección de la
resultante de todas las fuerzas aplicadas sobre al volumen dv sobre el eje x . Esta resultante
viene dada por:
 p  d 2V X d 2V X d 2V X 
 g X        dv (1.1.c.4)
 x  dx
2
dy 2 dz 2 
De acuerdo con el segundo principio de la mecánica, esta resultante es igual al producto de la
masa del elemento  gdv por su aceleración, o sea:

DVX  V V V V 
   X  VX X  VY X  VZ X dv (1.1.c.5)
dx   x y z 
Igualando entre si las expresiones (1.1.c.5) y (1.1.c.4), y reduciéndolas en dv , se puede escribir
entonces:

VX  V V V  p   2V  2V  2V 
   VX X  VY X  VZ X   g X     2X  2X  2X  (1.1.c.6)
  x y z  x  x y z 
Todos los términos de la relación (1.1.c.6) poseen las dimensiones de fuerza por unidad de
 
volumen, N m 3 . Por un procedimiento análogo al aplicado para la proyección de las fuerzas
resultantes en el eje x se obtienen las proyecciones de las fuerzas resultantes en los ejes y , z :
Las proyecciones de las fuerzas resultantes para el eje y

14
VY  VY VY VY  p   2VY  2VY  2VY 
   VX  VY  VZ   gY     2  2  2  (1.1.c.7)
  x y z  y  x y z 
Las proyecciones de las fuerzas resultantes para el eje z

VZ  V V V  p   2V  2V  2V 
   VX Z  VY Z  VZ Z   g Z     2Z  2Z  2Z  (1.1.c.8)
  x y z  z  x y z 
Agrupando las tres expresiones deducidas para los tres ejes coordenados, se tiene que en
coordenadas rectangulares  x , y , z  , las ecuaciones diferenciales de movimiento o ecuaciones de
flujo vienen dadas por:
dirección X
V X  V X V X V X  p   2V X  2V X  2V X 
   V X  VY  VZ   g X     2   
  x y z  x  x y 2 z 2 
dirección Y
VY  VY VY VY  p   2VY  2VY  2VY  (1.1.c.9)
   V X  VY  VZ   gY     2   2 
  x y z  y  x y 2 z 
dirección Z
VZ  V V V  p   2V  2VZ  2VZ 
   V X Z  VY Z  VZ Z   g Z     2Z   
  x y z  z  x y 2 z 2 
La ecuación (1.1.c.9) es precisamente la ecuación diferencial de movimiento de un fluido
viscoso incompresible, conocida como ecuación de Navier-Stokes. Esta ecuación es válida tanto
para el régimen de flujo laminar como para el régimen de flujo turbulento.
Las ecuaciones (1.1.c.9) pueden ser trabajadas en coordenadas cilíndricas o polares, si así lo
requiriese algún problema o situación específica, por lo tanto se tiene que las ecuaciones de
Navier-Stokes en coordenadas cilíndricas vienen dadas por:
direccion r

r rr   1  r      zr 
Vr  V V Vr V2 V  p  1 
   Vr r     VZ r   g r  
t  r r  r z  r  r r r  r z 
direccion 


V  V V V VrV
  V r    
V
 VZ 

  g  
p  1 
 2 r r   1     z 
t  r r  r z    r r r  z 
direccion Z

p  1 
r rz   1 Z   zz 
VZ  V V VZ VZ  
   V r Z    VZ   g Z  
  r r  z  z  r r r  z 
(1.1.c.9.a)
Nótese que se obtendría el mismo resultado si usaran relaciones de cantidad de movimiento para
el primer miembro de esta ecuación en lugar de masa multiplicada por la aceleración. Si existe

15
una fuerza del cuerpo que actúe en la dirección x, y, z se puede agregar al segundo miembro de
la ecuación, siempre que se exprese por unidad de volumen del fluido.
En una capa límite, la componente de la velocidad en la dirección del flujo es mucho mayor que
la que se encuentra en la dirección perpendicular y, como consecuencia, V X  VY y V X  VZ ,
VY VZ
por ende y son despreciables. Así mismo V X varía mucho en relación a los ejes
y z
coordenados y, z en la dirección perpendicular, desde cero en la superficie de la pared hasta
casi el valor de la corriente libre de uno a otro lado de la capa límite relativamente delgada, en
tanto que la variación de V X con respecto al eje x , a lo largo del flujo, por lo común es pequeña
VX V VX V
por lo tanto  X y por tanto  X .
y x z x
Del mismo modo, si el fluido y la pared están a temperaturas diferentes y aquél se calienta o se
enfría durante el flujo, se tendrá conducción de calor principalmente en la dirección
T T T T
perpendicular a la superficie y, por tanto,  y  . Es decir, los gradientes de
y x z x
velocidad y de temperatura perpendiculares a la superficie son mucho mayores que aquellos a lo
largo de esta última. Estas simplificaciones se conocen como aproximaciones de la capa límite.
Estas aproximaciones simplifican mucho el análisis, por lo común con poca pérdida en la
precisión y hacen posible la obtención de soluciones analíticas para ciertos tipos de problemas
de flujo.
Cuando los efectos de la gravedad y otras fuerzas del cuerpo son despreciables y las
aproximaciones de la capa límite son válidas, la aplicación de la segunda ley de Newton del
movimiento sobre el elemento de volumen en la dirección y, z arroja que la ecuación de la
cantidad de movimiento en la dirección y, z sea igual a:
p p
 0 (1.1.c.9.b)
y z
Es decir, la variación de la presión en la dirección perpendicular a la superficie es despreciable
p dp
y, como consecuencia, p  p  x  y  . Entonces se concluye que, para una x dada, la
x dx
presión en la capa límite es igual a la presión en la corriente libre, y la presión determinada por
un análisis separado del flujo del fluido en la corriente libre (lo cual por lo común es más fácil
debido a la ausencia de los efectos viscosos) se puede usar con facilidad en el análisis de la capa
límite. Las componentes de la velocidad en la región de la corriente libre de una placa plana son

16
V X  cte y VY  VZ  0 . Al sustituir estos valores en la ecuación de la cantidad del movimiento
p
en la dirección x (1.1.c.9) da  0 . Por lo tanto, para el flujo sobre una placa plana, la presión
x
permanece constante sobre toda ella (tanto dentro como fuera de la capa frontera).

3- Ecuación de continuidad,

Como se pudo apreciar en la deducción de las ecuaciones de movimiento surgió una nueva
incógnita, la presión p , por lo que el número de incógnitas en las expresiones (1.1.b.4) y
(1.1.c.9) es mayor que el número de ecuaciones, es decir el sistema resultante es un sistema no
cerrado. Para obtener un sistema cerrado es necesario agregar a las ecuaciones existentes, una
ecuación más, o sea la ecuación de continuidad. Que se deduce con ayuda del principio de la
conservación de la masa. Si se separa de un flujo en movimiento un paralelepípedo elemental
con lados dx , dy , dz y se calcula la masa de fluido que circula o fluye a través de este en el
tiempo d  (véase la figura 1.1.d)
En la dirección del eje x a través de la cara ABCD entra la masa del fluido, o sea:
M XE  V X dy dz d (1.1.d)

Mientras que a través de la cara opuesta EFGH sale la masa M XS

  V X  
M XS   V X  dx  dy dz d (1.1.d.1)
 x 
Al extrarerle a la ecuación (1.1.d.1) la expresión (1.1.d) se obtiene el exceso de masa de fluido
que sale del volumen en la dirección del eje x es decir:

dM X  M XS  M XE  VX  dx dy dz d (1.1.d.2)
x
De igual forma para las direcciones según los ejes y y z se tiene:

dM Y  M YS  M YE  VY  dx dy dz d (1.1.d.3)
y


dM Z  M ZS  M ZE  VZ  dx dy dz d (1.1.d.4)
z
El exceso total de masa del fluido que sale, va a ser igual a la suma de las expresiones que
describen la variación del exceso de masa en cada eje coordenado, o sea , la suma de las
expresiones (1.1.d.2), (1.1.d.3) y (1.1.d.4), quedando:
   
dM   V X   VY   VZ  dv d (1.1.d.5)
 x x x 

17
Figura 1.1.d Representación del paralelepípedo elemental para la deducción de la ecuación
diferencial de continuidad.

Este exceso esta condicionado por la disminución de la densidad del fluido en el volumen dv , y
es igual a la variación de la masa del volumen dado en función del tiempo. Por consiguiente,
    
dv d   V X   VY   VZ  dv d (1.1.d.6)
  x x x 
Después de reducir y trasladar todos los términos al primer miembro de esta igualdad, se
encuentra finalmente:
  V X   VY   VZ 
   0 (1.1.d.7)
 x y z
La ecuación (1.1.d.7) es precisamente la ecuación diferencial de continuidad en su forma más
general. Los líquidos incompresibles tienen densidad constante, en este caso esta correlación se
simplifica arrojando:
V X VY VZ
  0 (1.1.d.8)
x y z

4- Condiciones de contorno

El sistema de ecuaciones diferenciales para los procesos de transferencia de calor por


convección abarca una cantidad sin número de procesos de emisión calorífica, descritos por
dichas ecuaciones. Pero ocurre que al mismo tiempo cada uno de estos se diferencia de los otros
en ciertos aspectos particulares. Para limitar el problema, se separa el proceso examinado de la
cantidad sin número y para definirlo unívocamente, es decir, dar su descripción matemática
completa, se hace necesario agregar al sistema de ecuaciones diferenciales la descripción
matemática de todas sus características particulares, las que se llaman condiciones de
univocidad o de contorno.

18
Las condiciones de univocidad constan de:
1- Condiciones geométricas que caracterizan la forma y las dimensiones del sistema en que se
desarrolla el proceso
2- Condiciones físicas que caracterizan las propiedades físicas del medio y del cuerpo.
3- Condiciones de frontera que caracterizan las particularidades con que se desarrolla el
proceso en los extremos y contornos del cuerpo.
4- Condiciones de tiempo que caracterizan las particularidades del proceso en el tiempo.
Cuando para cualquier caso concreto, están dadas las condiciones de univocidad, entonces estas,
junto con el sistema de ecuaciones diferenciales, conforman la descripción matemática del
proceso. De este modo después de resolver el sistema de ecuaciones puede obtenerse la
descripción completa del proceso con todos sus detalles, los cuales se resumen
fundamentalmente en tres aspectos:
1- Campo de temperaturas
2- Velocidades
3- Presiones
Por lo común, para los cálculos técnicos el coeficiente de conductividad térmica es fundamental.
Este coeficiente se determina mediante la ley de enfriamiento de Newton dada anteriormente en
la ecuación (1.1.a). Si se conoce el campo de temperaturas, la determinación del coeficiente de
conductividad térmica se basa sobre los postulados que a continuación se trascriben.
El flujo de calor que transmite un fluido a la pared pasa a la superficie a través de la capa del
fluido adyacente a esta, en forma de la conductividad térmica. Esto permite determinar el flujo
de calor con la ayuda de la ley de Fourier, quedando que:
 T 
dQ      dF (1.1.d.9)
 n  n  0
De otra parte, para el mismo elemento de la superficie la ley de Newton - Richman dice:
dQ   TP  TF dF (1.1.e)
Igualando los segundos miembros de las relaciones (1.1.d.9) y (1.1.e) se obtiene:
  T 
    (1.1.e.1)
TP  TF  n  n0

La ecuación (1.1.e.1) se llama ecuación de la emisión calorífica y permite determinar el


coeficiente de traspaso de calor, si se conoce el campo de temperaturas en el fluido.
Las condiciones de univocidad se pueden dar en forma de los valores numéricos, de
dependencias funcionales o en la forma tabular. Si se examina, por ejemplo, la emisión

19
calorífica durante el movimiento de un fluido por el interior de un tubo, en este caso se pueden
dar las siguientes condiciones de univocidad:
1- El tubo es liso, de sección transversal circular, su diámetro interno es d y su longitud l .
2- El agente de transformacion, o sea, el portador de calor para el caso hipotético analizado.
En este caso se toma el agua que es un líquido imcompresible, cuyas propiedades fisicas
son  T  , Cp T  ,  T  y  T  . cuando se puede prescindir de la dependencia existente
entre las propiedades físicas del fluido y la temperatura, las propiedades se dan
simplemente como los valores numéricos de  ,Cp ,  ,  .

3- La temperatura del líquido en la entrada es igual a T F y en la superficie del tubo, a TP . La


velocidad en la entrada es igual a V y cerca de la misma pared V  0 . Si la temperatura y
la velocidad en la entrada no son constantes, entonces es necesario plantear la ley de su
distribución según la sección.
4- Para los procesos estacionarios las condiciones de univocidad en el tiempo se eliminan.
De esta forma, la descripción matemática del proceso de emisión calorífica consta de:
1- La ecuación de conductividad térmica
2- La ecuación de movimiento.
3- La ecuación de continuidad.
4- La ecuación de emisión calorífica.
5- Las condiciones de univocidad.
En la actualidad, solo para un número limitado de problemas de complejidad menor, al
introducir en ellos determinadas suposiciones con el fin de simplificarlos, se han logrado
obtener soluciones analíticas para el sistema de ecuaciones diferenciales del intercambio de
calor por convección. Dicha situación se explica por la gran complejidad de las ecuaciones o, en
fin de cuentas, por el carácter complejo y multilateral del contenido de los mismos procesos.

1.3 Fundamentos de la teoría de la semejanza

El proceso de emisión calorífica es complejo y el coeficiente de traspaso de calor se representa


mediante una función igualmente compleja, integrada por diferentes magnitudes que integran el
proceso en cuestión. En caso general el coeficiente de traspaso de calor es una función de la
forma  , de las dimensiones l1 , l2 ,..., ln , de la temperatura del fluido T F y de la pared del medio

que lo delimita T P , de las propiedades físicas del fluido, tales como el coeficiente de
conductividad térmica  , el calor específico Cp , la densidad  , la viscosidad dinámica  , el
coeficiente térmico de dilatación cúbica  y otros factores más. También dependerá de la

20
rugosidad e de la pared del medio de confinación que le contiene. Por tanto, el coeficiente
pelicular de transferencia de calor será una función dependiente de muchas variables
independientes, tal como se muestra a continuación:
  f ,V , TP , TF , d ,  , , CP , , l, e,   (1.1.e.2)
Actualmente como portadores de calor se emplean las más diferentes sustancias, entre ellas,
aire, gases, agua, aceites, alcoholes, metales fundidos, sales, y otras mezclas especiales.
Dependiendo del género y de las propiedades físicas de estas sustancias la emisión calorífica
ocurre de modo diferente y peculiar. Las propiedades físicas de cada agente portador de calor
tiene sus valores determinados y como regla están en función de la temperatura, y en algunos
casos también de la presión.
El coeficiente de conductividad térmica  , caracteriza la capacidad de las sustancia para
conducir el calor. El calor específico, determina la cantidad de calor necesaria para calentar 1 kg
de la sustancia un grado oC. El calor específico a presión constante se designa como Cp
(capacidad calorífica a presión constante), mientras que la capacidad calorífica a volumen
constante se designa como CV . La densidad  de una sustancia representa la relación de su
masa a su volumen.
Todos los fluidos reales poseen viscosidad, entre las partículas o las capas que se mueven a
diferentes velocidades, por tal motivo, siempre surge una fuerza de rozamiento interno que se
opone al movimiento.
De acuerdo con la ley de rozamiento viscoso de Newton, esta fuerza tangencial por unidad de
superficie, es proporcional a la variación de la velocidad según la normal hacia esta superficie,
matemáticamente esto viene descrito por:
dV
  (1.1.e.3)
dx
La magnitud  es el ya mencionado coeficiente de viscosidad o coeficiente dinámico de
viscosidad.
Cuando se cumple que dV dx  1 , entonces la viscosidad dinámica será igual a la fuerza
tangencial, por consiguiente el coeficiente de viscosidad expresa la fuerza de fricción por unidad
de superficie de contacto entre dos capas fluidas que se deslizan una sobre otra, con la condición
de que una unidad de longitud de la normal a la superficie, la velocidad del movimiento varía en
una unidad.

21
En las ecuaciones de la mecánica de fluidos y de la transferencia de calor, con frecuencia se
presenta la relación entre el coeficiente de viscosidad dinámico y la densidad, cuyo resultante se
conoce como coeficiente cinemático de viscosidad y viene dado por:
   (1.1.e.4)
El coeficiente térmico de dilatación cúbica (volumétrica)  caracteriza la variación relativa del
volumen cuando la temperatura aumenta en un grado (a presión constante). Para el caso de los
líquidos este puede ser expresado aproximadamente por cantidades del diferencial que se
reemplaza por diferencias, quedando de la siguiente forma:
1  v  1  v  1 
       (1.1.e.5)
v  T  P  const   T  P Const  T

En la relación (1.1.e.5) v es el volumen específico del fluido, en m 3 kg .


Aunque es conocido ya de los cursos de termodinámica, se recuerda que el volumen específico
es el inverso de la densidad, o sea v  1  .
Para el caso de los gases, el coeficiente térmico de dilatación cúbica  viene dado por el
inverso de su temperatura absoluta, o sea:
 1 T (1.1.e.6)
En la relación (1.1.e.6) T es la temperatura del gas en grados absolutos, o sea, en grados Kelvin
(K)
Ya visto todos los pormenores relacionados con la dependencia funcional (1.1.e.2), se procede a
efectuar un análisis dimensional.
Se parte primeramente de un punto importante que consiste en lo siguiente. El proceso de
convección queda descrito por sistema de ecuaciones diferenciales y condiciones de unicidad
integrados por un gran número de variables. Su solución analítica presenta muchas dificultades.
Hasta el presente solo se dispone de soluciones exactas en casos especiales. Por este motivo es
de gran importancia la investigación experimental. Los estudios experimentales permiten
obtener los valores numéricos de las incógnitas para ciertos valores de los argumentos y después
desarrollar ecuaciones que expliquen los resultados obtenidos, sin embargo en un proceso tan
complejo como la convección no es siempre tan fácil llevar a cabo estudios experimentales.
Con objeto de investigar el efecto de alguna propiedad sobre el proceso, todas las demás deben
mantenerse constantes, esto no es siempre posible, o si lo es, queda complicado por el amplio
número de variables involucradas. Además el investigador debe asegurarse de que los resultados
obtenidos por medio de los aparatos de ensayo o modelos a escala son aplicables a procesos
semejantes (equipo real). La teoría de la semejanza ayuda a resolver las dificultades de este tipo.

22
La teoría de la semejanza permite reunir las magnitudes físicas dimensionales en grupos o
parámetros adimensionales, cuyo número es menor que el de las magnitudes que lo componen.
Los parámetros adimensionales obtenidos de esta forma se pueden tomar como variables
nuevas. La introducción de parámetros adimensionales en las ecuaciones reduce formalmente el
número de variables de la función y por tanto, simplifica la investigación del fenómeno físico.
Además, las nuevas variables adimensionales tienen en cuenta no solo el efecto de los factores
individuales, sino también el de sus conjuntos, lo que hace más fácil determinar las relaciones
físicas del proceso.
La teoría de la semejanza establece también las condiciones bajo las cuales pueden aplicarse los
resultados de las investigaciones de laboratorio a los fenómenos semejantes al estudiado o el
entorno adecuado a las simulaciones mediante el uso del ordenador. Por lo tanto, le teoría de la
semejanza es, sobre todo, una base teórica para la experimentación, además de una gran ayuda
en la investigación teórica. Aunque la teoría de la semejanza no determina la forma de la
función incógnita, frecuentemente proporciona el análisis del proceso y la interpretación de los
resultados obtenidos.
La teoría de la semejanza es la ciencia que estudia la similitud de los fenómenos. En los cursos
de matemáticas, de donde se tomó este término, por primera ocasión se encuentra el concepto de
semejanza. Como es conocido las figuras semejantes geométricamente, por ejemplo los
triángulos. Un teorema matemático plantea que dos triángulos son semejantes si poseen dos
ángulos iguales, por lo que el tercer ángulo entonces tiene que ser igual entonces. Al ocurrir
esto, los lados homólogos son proporcionales entonces (véase la figura 1.1.e):

Figura 1.1.e Triángulos geométricamente semejantes.


L1E LE2 LE3
   CL (1.1.e.6)
L1S LS2 LS3
En la expresión (1.1.e.6)

23
L1S ; LS2 ; LS3 Son las dimensiones lineales de los lados del triángulo menor.

L1E ; LE2 ; LE3 Son las dimensiones lineales de los lados del triángulo mayor.

C L es el factor de proporcionalidad, o sea, la constante de similitud geométrica


La ecuación (1.1.e.6) es la enunciación matemática de la semejanza geométrica. Esta condición
se verifica para cualesquier segmentos de las figuras geométricas semejantes, por ejemplo,
alturas, medianas, etc. Si además las figuras se orientan en idéntico modo, entonces debido a la
igualdad entre sus ángulos correspondientes sus lados homólogos serán paralelos.
Cuando se conocen las condiciones de semejanza se pueden resolver una serie de problemas
prácticos. Aprovechando las propiedades de semejanza de los triángulos, por ejemplo se puede
determinar la altura de un árbol o el ancho del cauce de un río sin tener que efectuar mediciones
de altura o de anchura.
El concepto de semejanza se puede extender a cualquier fenómeno físico, se puede hablar por
ejemplo, acerca de la semejanza cinemática al analizar el cuadro que representa el movimiento
de dos fluidos determinados. La semejanza dinámica por la similitud o proporcionalidad de las
fuerzas que provocan movimientos similares y de semejanza térmica por la proporcionalidad
entre las distribuciones de temperaturas y flujos caloríficos.
En general el concepto de semejanza entre los fenómenos físicos se reduce a los postulados
siguientes:
1- El concepto de semejanza en cuanto a los fenómenos físicos es aplicable solamente a
fenómenos de un mismo género con igual calidad y que se describen analíticamente con
ecuaciones que tiene tanto iguales la forma, como el contenido.
Si la descripción matemática de dos fenómenos cualesquiera tiene igual forma, pero su
contenido físico es diferente, dichos fenómenos se denominan analógicos. Tal analogía se da,
por ejemplo, entre los procesos de la conductividad térmica.
2- La premisa obligatoria para la semejanza entre los fenómenos físicos ha de ser su
semejanza geométrica. Para que exista esta última es necesario que los fenómenos en
mención siempre se desarrollen en sistemas geométricamente semejantes.
3- Al llevar a cabo el análisis de los fenómenos semejantes pueden compararse únicamente
las magnitudes homogéneas solo en los puntos homólogos del espacio y en los momentos
homólogos del tiempo.
Se llaman homogéneas a las magnitudes que tienen un mismo sentido físico e igual dimensión.
Se denominan homólogos a los puntos de los sistemas geométricamente semejantes cuyas
coordenadas satisfacen la condición (1.1.e.6)

24
x1E  C X x2E ; y1E  CY y2E ; z1E  CZ z2E (1.1.e.7)

Dos intervalos de tiempo  1E y  2E se conocen como homólogos si tienen el origen común del

cálculo y están ligados con una transformación por similitud, es decir  2E  C  1E


Finalmente la semejanza de dos fenómenos físicos significa que todas las magnitudes que
caracterizan los fenómenos examinados son similares. Esto significa que los puntos homólogos
del espacio y en los instantes homólogos cualquier magnitud 1E del primer fenómeno es

proporcional a la magnitud homogénea  2E del segundo fenómeno, es decir  2E  C  1E .

El factor de proporcionalidad C se denomina constante de semejanza, el factor C no depende

de las coordenadas, ni del tiempo. Simultáneamente cada magnitud física  tiene su constante
de semejanza C , la cual se diferencia numéricamente de las otras. Para conocer a que

magnitud se refiere la constante en medición, a cada una de estas se le agrega el índice


correspondiente.
Así pues, la esencia de la semejanza entre dos fenómenos significa que existe una similitud entre
los campos de las magnitudes físicas homónimas que definen estos fenómenos. En el proceso de
intercambio de calor por convección la temperatura, la velocidad, la presión y frecuentemente
los parámetros físicos del medio (coeficiente de viscosidad, conductividad térmica, densidad y
otros) pueden tener en diferentes puntos valores distintos. Sin embargo la similitud entre dos
procesos semejantes se da cuando todas estas magnitudes en todo el volumen de los sistemas
examinados son semejantes, es decir, existe similitud de campos entre estas magnitudes. Para
cada una de estas magnitudes: velocidad V , diferencias de temperaturas entre dos medios  T ,
etc., existe su propia constante de semejanza CV , C T etc. La enumeración completa de todas
las magnitudes que caracterizan los fenómenos examinados se puede establecer solamente a
partir de la descripción matemática de los fenómenos.
Las constantes de semejanza en los mismos fenómenos para diferentes magnitudes no se pueden
designar o elegir arbitrariamente. Entre estas constantes siempre existen correlaciones
estrictamente determinadas que se deducen a partir del análisis de la descripción matemática de
los procesos. Estas correlaciones tienen importancia central en la teoría de la semejanza, puesto
que establecen la existencia de magnitudes, especiales denominadas números de semejanza
(invariantes) los que conservan para todos los fenómenos semejantes el mismo valor numérico.
Los números de semejanza son complejos adimensionales integrados por las magnitudes que
caracterizan el fenómeno. Su propiedad característica es dimensión cero. Es normal dar a los
números de semejanza los nombres de científicos que se han destacado o efectuado aportes en la

25
esfera correspondiente, designándolos a tal efecto con dos letras iniciales de su apellido. Así
existen números adimensionales diversos, entre los más conocidos y empleados por ejemplo, los
números de Reynolds (Re), Nusselt (Nu), Prandlt (Pr), etc.
Los números de semejanza pueden obtenerse para cualquier proceso físico. Para esto es preciso
disponer de su descripción matemática, pues esta es la premisa indispensable de la teoría de la
semejanza, sin esta toda la teoría se reduciría a la simple definición de similitud.
Los principales postulados de la teoría de la semejanza se pueden enunciar en forma de tres
teoremas:
1- El primer teorema establece la relación entre las constantes de semejanza y permite hallar
los números de semejanza. En su forma general este teorema se enuncia así: …”los procesos
semejantes poseen iguales números de semejanza”…
2- El segundo teorema de semejanza define que la dependencia existente entre las variables que
caracterizan cualquier proceso, pueden representarse como la dependencia entre los números
de semejanza: K1 , K 2 ,, K N , de forma que exista una función arbitraria que relacione estos

números de semejanza de forma tal que esta relación sea igual a cero, o sea
f K1 , K 2 ,, K N   0 . Esta última dependencia se denomina ecuación de semejanza, puesto
que para todos los procesos semejantes, los números de semejanza conservan un mismo
valor, entonces las ecuaciones de semejanza también son iguales para ellos, por consiguiente
al representar los resultados de cualquier experimento o modelación en forma de números de
semejanza se obtiene entonces la dependencia general, la cual será válida para todos los
procesos semejantes.
3- Hasta el momento se ha considerado las propiedades de los fenómenos semejantes partiendo
de la existencia de estos. Sin embargo es posible plantear el problema inverso, o sea, ¿Qué
condiciones son necesarias y suficientes para que los procesos sean semejantes? La
respuesta a esta pregunta se da en el tercer teorema de semejanza, el cual se enuncia de la
siguiente manera: …”son semejantes aquellos procesos cuyas condiciones de univocidad
son idénticas, y cuyos números de semejanza, compuestos por las magnitudes que forman
parte de las condiciones de univocidad, tienen idéntico valor numérico”… Se le debe
agregar al tercer teorema una nota aclaratoria y este consiste en los siguiente: …”en la
literatura técnica la identidad de los valores numéricos se designa mediante la palabra
ídem”…
Según muestra este teorema resulta necesario separar de modo especial los números de
semejanza compuestos por las magnitudes que forman parte de las condiciones de univocidad.
Dichos números se llaman determinantes o criterios de semejanza. La invariancia (identidad) de
26
dichos números determinantes es la condición que se debe cumplir para obtener la semejanza.
Pero la identidad de los números de semejanza que contienen también otras magnitudes no
presentes en las condiciones de univocidad se obtienen por sí misma como resultado de la
similitud establecida, estos números de semejanza se llaman determinados.
Pues la teoría de la semejanza permite encontrar las ecuaciones de semejanza válidas para todos
los procesos iguales sin integrar las ecuaciones diferenciales, a partir de estas y aplicando los
datos experimentales hallar los números de semejanza. Sin embargo, tales dependencias
generales están limitadas por las condiciones de semejanza, por lo que dichas dependencias no
pueden hacerse deducciones que salgan fuera de los límites de estas restricciones. Es necesario
recordar siempre que la teoría de la semejanza no da una solución general, esta teoría permite
solamente generalizar los datos experimentales en la esfera limitada por las condiciones de
semejanza, por eso es correcto extender los resultados de un experimento separado solo a
fenómenos y procesos semejantes.
Se explicará mejor los postulados generales de la teoría de la semejanza con un ejemplo
particular tomado de la hidromecánica. Para esto se examinara uno de los casos más simples del
movimiento del líquido o del gas forzado isotérmico estacionario, dentro de un canal plano. El
esquema del movimiento se muestra en la figura 1.1.f. En la entrada del canal la velocidad del
movimiento es constante. A medida de que el fluido avanza a lo largo del canal, debido a las
fuerzas de rozamiento viscoso, las partículas de líquido o del gas próximas a la superficie se
retardan. En el flujo surge entonces un campo variable de velocidades.
Analizando la figura (1.1.f) se puede efectuar un análisis de la similitud existente entre las
corrientes fluidas 1 y 2, teniendo en cuenta que los canales 1 y 2 son semejantes, y con
dimensiones z1  L1 , z2  L2 , así como alturas respectivas h1 ; h2 . Acá la similitud geométrica
entre ambos sistemas estará caracterizada por la constante de semejanza geométrica, la cual
viene dada por:
L2 h2
  CL (1.1.e.8)
L1 h1

Los puntos homólogos de estos sistemas los determinan las coordenadas X E ; X S y Y E ; Y S ,


los cuales están relacionados entre sí por la constante de semejanza geométrica, tal como sigue:
XS YS
  CL (1.1.e.9)
XE YE
Para una corriente fluida estacionaria el sistema de ecuaciones diferenciales puede escribirse de
acuerdo a lo planteado en las relaciones (1.1.c.6) y (1.1.d.8), teniendo en cuenta que el flujo

27
analizado es de carácter bifásico por lo que solamente se tendrán en cuenta los componentes de
los ejes x; y , o sea:

 VX VX  p   2VX  2VX 


 VX  VY       2  2  (1.1.c.6.a)
 x y  x  x y 
V X VY
 0 (1.1.d.8.a),
x y

Figura 1.1.f Análisis de la similitud que posee el movimiento isotérmico forzado de un fluido en
un canal plano.

La ecuación (1.1.c.6.a) está deducida de la ecuación general del movimiento de Navier –Stokes.
Para simplificar, aquí no se trata la proyección de la ecuación de movimiento sobre el eje y
pues al realizar el análisis de semejanza esto no limita la generalización del proceso. Se subraya
además algo importante, en la ecuación total de Navier –Stokes, o sea en la expresión (1.1.c.9)
figura la magnitud  g X , que es la fuerza de gravedad del volumen unitario del medio. Sin
embargo, la fuerza de gravedad puede influir en la forma y el carácter del flujo solamente en dos
casos.
En primer lugar, cuando existe irregularidad espacial en la distribución de la densidad del
medio. En este caso en el sistema aparecen las corrientes de convección libre.
En segundo lugar (si la densidad es constante), la fuerza de gravedad puede influir en el cuadro
de circulación del medio fluido cuando existen superficie libres en el sistema, es decir, de hecho
en los sistemas bifásicos.
Ambos casos serán examinados en el presente trabajo.

28
En un flujo forzado, donde la densidad es constante y sin superficies libres, la masa de cada
elemento del medio se equilibra con el incremento hidrostático de presión pest , es decir, con la
parte de presión variable en el espacio que existiría en el sistema, si el fluido permaneciera en
estado de reposo:
p est p
g X  ; g Y  est (1.1.f)
x y
Si bajo la presión p se entiende la diferencia entre la presión total P y el incremento

hidrostático de presión pest , es decir, p  P  pest , entonces en todos los casos análogos la fuerza

de gravedad desaparece por completo de la ecuación de movimiento. Precisamente esta


magnitud figura en la ecuación de Navier-Stokes.
Las relaciones (1.1.c.6) y (1.1.d.8) permiten determinar las magnitudes que tiene importancia
para los procesos. Puesto que la presión p se encuentra en la ecuación solo bajo el signo de la
derivada, esto significa que para que el proceso tiene importancia únicamente la diferencia de
presiones y no su valor absoluto. Como la diferencia es más cómodo emplear en el examen de
los flujos la diferencia que existe entre las presiones en la entrada p 0 y su valor corriente p , o
sea:
p  p 0  p (1.1.f.1)
Este método resulta cómodo también para otros problemas hidromecánicos.
La lista de las magnitudes esenciales incluye:
1- La velocidad V X y VY
2- La diferencia de presiones p
3- El coeficiente de viscosidad dinámica del medio fluido 
La semejanza de dos corrientes significa, según la determinación general, la proporcionalidad
entre sus magnitudes, de forma que:
VXE VYE p E E E
  CV ;  C p ; S  C  ; S  C  (1.1.f.2)
VXS VYS p S  

En todos los puntos homólogos de los canales, las constantes de semejanza CV , Cp , C , C son

números de valor fijo. Entre ellas existen correlaciones determinadas que se establecen a partir
de las ecuaciones del proceso.
Si se escriben las ecuaciones (1.1.c.6.a) y (1.1.d.8.a), para cada uno de estos dos procesos se
tiene que:

29
Para el proceso I

 VXE E V X 
E
p E  2 E
E  VX  2VXE 
 E VXE  V       
x E
Y
y XE  x E  x 2 E y 2 E 
   (1.1.f.3)
VXE VYE
 E 0
 EX Y

Para el proceso II

 S VXS S V X 
S
p S  2 S
S  VX  2VXS 
 VX S  VY
S
 S   
x y XS  x  x 2 S y 2 S 
   (1.1.f.4)
V S
V S

X
0 Y
S
X  S
Y

Sustituyendo ahora en (1.1.f.4) las magnitudes que llevan el índice  S , por sus valores

expresados mediante las constantes de semejanza y las magnitudes con el índice  E . Para esto
se emplean las relaciones (1.1.f.2) y (1.1.e.9), o sea:
X S  C L X E ; VXS  VXE CV ;  p S  C p  p E ;  S  C   E ;  S  C   E (1.1.f.5)

De esta forma el sistema de ecuaciones (1.1.f.5) tomará la forma siguiente:

C CV   E E VXE E E V X 
Cp p E C Cv E   2VXE  2VXE 
2 E
  V X   V       
CL  x E
Y
y XE  C L x E C L 2  x 2 E y 2 E 
  (1.1.f.6)
CV  VXE VYE 
  E 0
C L   EX Y 

Como en (1.1.f.6) se cumple que C  son los números constantes, las reglas para la

transformación de las derivadas son las siguientes:

 S  C  C  E
E

 
x S  CL x E  CL x E
(1.1.f.7)

Y en general:
 N S C  E
 (1.1.f.8)
 x N  CLN  x N E
S

El sistema resultante en (1.1.f.6) contiene solo las magnitudes con el índice  E . Por
consiguiente, se describe ahora mediante esta el primer proceso, para el cual también existe el
sistema de ecuaciones (1.1.f.3). Teniendo en cuenta que para un mismo proceso no pueden
existir dos descripciones matemáticas diferentes, el sistema de ecuaciones deducido (1.1.f.6)
debe ser idéntico al sistema de ecuaciones (1.1.f.3). De esta igualdad emanan entonces las
condiciones para obtener relaciones entre las constantes de semejanza.
30
En (1.1.f.6) la ecuación de continuidad el multiplicador CV C L se reduce, por lo tanto esta
ecuación no imponen ninguna limitación en la elección de las constantes de semejanza.
En (1.1.f.6) el término de la ecuación de movimiento pasará a ser idéntica al mismo término en
C  CV 
2
C p C CV
la expresión (1.1.f.5) si todos los multiplicadores ; ; 2 son iguales por lo que
CL C L CL 

se pueden reducir . Nótese que cada uno de los multiplicadores representa una constante de
semejanza de las fuerzas que actúan en el flujo, dichas fuerzas son: inercia, presión y viscosidad.
Por eso la correlación:
C CV 
2
C p C  Cv
  (1.1.f.9)
CL CL CL 2
Expresa la condición de la semejanza y significa que para corrientes hidromecánicas semejantes
los multiplicadores empleados en la transformación por semejanza de las fuerzas de inercia,
presión y viscosidad son numéricamente idénticas. Al igualar estos multiplicadores uno a otro
por pares se deduce de la expresión (1.1.f.9) dos condiciones:
C  CV C L Cp
1 ; 1 (1.1.g)
C  CV 
2
C

Las correlaciones de semejanza dinámica descritas en (1.1.g) son precisamente las ecuaciones
buscadas que relacionan las constantes de semejanza para los campos de velocidad, presión
densidad y viscosidad.
Las ecuaciones (1.1.g) pueden representarse de una forma más cómoda si las constantes de
semejanza se sustituyen por sus valores obtenidos en las ecuaciones (1.1.f.2) y (1.1.e.9), y se
agrupan luego todas las magnitudes que llevan índices  E y  S en el primer y en el segundo
miembros, respectivamente. En este caso es cómodo expresar la constante CV por medio de las
ecuaciones de las velocidades a la entrada de los canales, o sea:
V0E
CV  S (1.1.g.1)
V0
Entonces en lugar de las condiciones (1.1.g), se obtendrán las equivalentes a estas:
 EV0E LE  SV0S LS
  Re  idem (1.1.g.2)
E S
p0E  plE p0E  plE
  Eu  idem (1.1.g.3)
 E V0S   E V0S 
2 2

En la ecuación (1.1.g.3) se cumple que  p0E  plE   p E y  p0S  plS   p S

31
Los números adimensionales de Reynolds (Re) y de Euler (Eu) obtenidos anteriormente
conservan para todas las corrientes hidromecánicas semejantes un mismo valor numérico.
De este modo se ha demostrado que para el ejemplo examinado el primer teorema de semejanza
que plantea…”los procesos semejantes poseen iguales números de semejanza”…
Si se analizara nuevamente el mismo problema, declarando una nueva velocidad V1E en la

entrada diferente de la velocidad anterior V0E , se podrá apreciar que en el flujo se establece una
distribución de velocidades distinta. También a consecuencia del cambio de condiciones, la
diferencia total de presiones p1E resultará diferente de la antigua p E . Este nuevo movimiento
ya no es semejante al antiguo. A este le corresponderá ahora un nuevo grupo de corrientes
semejantes y para este puede repetirse todo el proceso de los razonamientos anteriores. En
resumen resultará que para el nuevo grupo de corrientes las condiciones de invariancia de los
números de semejanza (1.1.g.2) y (1.1.g.3) tomarán la forma:
 EV1E LE  SV1S LS
  Re  idem (1.1.g.4)
E S

p1E  plE p1E  plE


  Eu  idem (1.1.g.5)
 E V0S   E V0S 
2 2

En la ecuación (1.1.g.5) se cumple que  p1E  plE   p1E y  p1S  plS   p1S
La diferencia consiste en que ahora ambos números de semejanza tiene distintos valores
numéricos, Si se cambia nuevamente la velocidad V2E , se obtendrá una nueva diferencia p2E , y
por ende nuevos valores para los números adimensionales de Re y Eu. Visto esto se deduce que
entre las variables V y p , o sea  V ; p   0 , lo que puede representarse como:
f Re, Eu   0 (1.1.g.6)
La función f Re, Eu   0 es la llamada ecuación de semejanza. La posibilidad de presentar la
dependencia entre las variables como la dependencia entre los números de semejanza se
establece con la ayuda del segundo teorema de semejanza.
En los casos examinados anteriormente fue prefijada la velocidad de la corriente del fluido en la
entrada, mientras que la diferencia de presiones la determinaba el mismo desarrollo del
fenómeno, o, en otras palabras, estaba en función del proceso. Al dar la velocidad, para realizar
el desarrollo univoco del proceso de movimiento, el número adimensional de Reynolds resulta
formado completamente por las magnitudes que entran en las condiciones de univocidad, por lo
tanto, es el número determinante de semejanza (criterio de semejanza). Al contrario, el número
de Euler incluye la diferencia entre las presiones y resulta definido.

32
Según el tercer teorema de semejanza las condiciones necesarias y suficientes para que dos
procesos sean semejantes se dan cuando son iguales los números determinantes de semejanza.
De este modo la condición:
ReE  ReS (1.1.g.7)
Determina la similitud de las corrientes hidromecánicas en los sistemas marcados con los
índices  E y  S . La identidad de los números de semejanza a determinar EuE  EuS se
obtiene como consecuencia de la semejanza ya establecida.
La ecuación de semejanza (1.1.g.6) es conveniente escribirla en forma que el número de
semejanza determinado este en función del determinante:
Eu  f Re  (1.1.g.8)
Nótese que las condiciones de univocidad en diferentes problemas pueden formularse de
distintas formas. Al cambiar la enunciación, como determinantes pueden pasar otros números de
semejanza, por consiguiente el concepto del número de semejanza determinante no es una
propiedad inherente a un cierto número de semejanza. Así por ejemplo, en el proceso examinado
del escurrimiento de un líquido puede asegurarse la univocidad del movimiento también dando
la diferencia total de las presiones en los extremos del canal, mientras que la velocidad de la
corriente y el gasto resultarán estar en función del proceso. En este caso como determinante
intervendrá otro número de semejanza el cual viene dado por:

p l
Eu Re  (1.1.g.9)
 

1.4 Semejanza en los procesos de intercambio térmico por convección

Los procesos del intercambio de calor durante el movimiento forzado de un agente portador de
calor y la convección libre se desarrollan de un modo distinto. Para estos procesos resultan
diferentes los números de semejanza. Por eso, resulta conveniente examinar inicialmente estos
dos casos por separado.

1- Condiciones de semejanza en el intercambio de calor durante el movimiento forzado de un


agente portador de calor.

En la práctica se encontraran un gran número de diferentes problemas, en que el intercambio de


calor se realiza en condiciones en que el agente portador del calor posee un movimiento forzado.
Los problemas se diferencian por su forma geométrica y por la configuración de los sistemas en
que transcurre el proceso del intercambio de calor, por el cuadro cinemático y el régimen de

33
escurrimiento de flujo. También pueden ser distintos los mismos agentes portadores del calor,
líquidos y gases. Sin embargo para todos estos procesos semejantes, las condiciones de similitud
tienen un aspecto uniforme y universal que se determinan con ayuda de la teoría de la
semejanza.
Ante todo, pueden ser semejantes solo los procesos de intercambio de calor que transcurren en
sistemas geométricamente semejantes. Entonces, la premisa indispensable para que se halle
similitud debe ser la semejanza entre los campos de velocidad, de temperaturas y de presiones
en las secciones de entrada o inicial de tales sistemas, Si se cumplen estas condiciones, los
procesos estacionarios del intercambio de calor por convección durante el movimiento forzado
serán semejantes si se cumple que:
Re  idem
 (1.1.h)
Pr  idem 
Es el número adimensional de Reynolds quien determina la similitud hidromecánica entre las
corrientes de los agentes portadores de calor, mientras que es el número adimensional de Prandlt
quien representa la característica termofísica del agente portador de calor. Cuando son iguales
los números de Re, las condiciones de igualdad de los números de Pr aseguran la semejanza
térmica, es decir, la similitud de los campos de las diferencias de temperaturas entre dos medios
y de fluidos térmicos en todo el volumen de los sistemas examinados.
Según la teoría de la semejanza, en los procesos donde exista semejanza, deben ser también
iguales los números de semejanza determinados. En los procesos del intercambio de calor por
convección en calidad de número determinado interviene el número adimensional de Nusselt
(Nu), el cual caracteriza la intensidad del proceso de intercambio de calor por convección.
Así de esta forma las condiciones (1.1.h) son las de invariancia (identidad) de los números de
semejanza determinantes. Con esto se asegura la semejanza de los procesos. La invariancia del
número de semejanza determinado (Nu), es consecuencia de la similitud que se ha establecido.
La ecuación de semejanza para los procesos del intercambio de calor por convección durante el
movimiento forzado del agente portador del calor tiene la forma:
Nu  f Re, Pr  (1.1.g.8)
La función dada en la expresión (1.1.g.8) se dará su demostración más adelante mediante el uso
del método de Rayleigh.
Las condiciones de semejanza expuestas anteriormente se determinan mediante el análisis de la
descripción matemática de los procesos. En el caso del movimiento forzado del agente portador
del calor el cuadro hidromecánico no depende del intercambio de calor. (Para los límites en que
están presentes en el flujo las diferencias de temperaturas debido a que el cambio de las

34
propiedades físicas del agente portador de calor no es grande por su cantidad y este efecto
puede ser despreciado), es por eso que las condiciones de la semejanza hidromecánica son la
premisa indispensable de la similitud térmica. Estas condiciones ya fueron analizadas con
anterioridad, siendo que se reducen a la similitud de los campos de velocidad y de presión en la
sección de entrada de los sistemas y al cumplimiento de la condición Re  idem . La igualdad de
los números de Re se desprende de la ecuación que enlaza las constantes de semejanza (1.1.g),
en al cual se observa que:
C CV CL
1
C
Por esta razón acá queda por examinar aquellas ecuaciones de enlace complementarias entre las
constantes de semejanza determinadas por la ecuación de conductividad térmica:
T T   2T  2T 
C p V X   C p VY    2  2  (1.1.g.9)
x y  x y 
Con la ecuación de la emisión calorífica
  T 
    (1.1.h)
TP  TF  n  N 0

En estas ecuaciones la temperatura entra solamente como la derivada o en forma de la


diferencia. Esto significa que en los procesos de intercambio de calor por convección solo
poseen importancia las diferencias de temperaturas y no los valores absolutos de estas. Por eso,
se tiene que considerar la similitud de las diferencias de temperaturas entre dos medios v ,
leyendo la temperatura partiendo de su valor fijo en condiciones de univocidad. Para dos
procesos de intercambio de calor semejantes partiendo de la determinación general de la
semejanza se tiene:
vS Cp S S 
 C ;  C ;  C 

v Cp

E E E
v Cp
 (1.1.h.1)
 S
 S S
 C  ; E  C ; E  CV 
V
E  V 

La expresión (1.1.h.1) es válida para todos los puntos homólogos de los sistemas definidos por
la condición:
xS yS lS
   Cl (1.1.h.2)
xE yE lE
Ahora se escribirá la ecuación (1.1.g.9) y (1.1.h) para cada proceso, o sea:

35
Para el proceso II

v S S v   2v S  2 v S 
C   V   
S
S S S
  C
S
 S
V   S
 
 x S 2 y S 2 
(1.1.h.3)
x S y S
p X p Y
 
y para la ecuación de la emisión calorífica
S
 T S 
  S
S
  (1.1.h.4)
TP  TFS  n S  N S 0
Para el proceso I

v E E v   2v E  2 v E 
C   
E
E
 E VX E   C
E
 E
V    E
 
 x E 2 y E 2 
(1.1.h.5)
x E y E
p p Y
 
y para la ecuación de la emisión calorífica
E  T E 
E     (1.1.h.6)
TPE  TFE  n E  N E 0

Si se expresan todas las magnitudes con el índice  E con las contantes de semejanza y las

magnitudes de las condiciones (1.1.h.1) y (1.1.h.2) con el índice  S , es decir:


v S  Cv v E ; x S  Cl x E

Etc., y se sustituye estos valores en las ecuaciones (1.1.h.3) y (1.1.h.4), lo cual arrojará en este
caso:

 CCp C  CV Cv  v E v E   C Cv  E   2 v E  2 v E 
  C p E  E V X E  E  C p E  E VY E E      
 Cl  x y  2 
  Cl    x   
E 2
y E 
2

(1.1.h.7)
y para la ecuación de la emisión calorífica
C  E  T E 
C  E     E  E  (1.1.h.8)
 TP  TF  n
E
 Cl  N E 0

Ahora se ve que para las magnitudes con el índice  E existen dos parejas de ecuaciones:
1- El par de ecuaciones (1.1.h.5) y (1.1.h.6)
2- El par de ecuaciones (1.1.h.7) y (1.1.h.8)
Ambos pares de ecuaciones están ligados con las mismas variables, por lo tanto estas ecuaciones
deben ser idénticas unas a otras. La ecuación de conductividad térmica (1.1.h.7) pasará a ser
idéntica a la ecuación (1.1.h.5) si se cumple que los multiplicadores contenidos en la primera
sean iguales, o sea:

 CCp C  CV Cv   C Cv 
     (1.1.h.9)
 2 
 Cl   Cl  
36
Nótese que cada uno de estos multiplicadores es la constante de semejanza para el flujo
calorífico en los puntos homólogos de los agentes portadores de calor. El multiplicador
 CCp C  CV Cv 
  es la constante de semejanza para el flujo calorífico transferido por la
 C l 

C C 
convección. El multiplicador   2v  es la misma constante para el flujo calorífico transmitido
 Cl  
en este caso por la conductividad térmica, por eso, la igualdad planteada en (1.1.h.9) es la
condición de semejanza térmica.
Esta igualdad muestra que para los procesos térmicos semejantes los multiplicadores de la
transformación semejante de los flujos térmicos son numéricamente iguales, pudiendo escribirse
en una forma diferente dada por:
C CCp
1 (1.1.i)
C
La expresión (1.1.i) se obtiene reduciendo las magnitudes iguales y despejando la constante CV

en la ecuación (1.1.g).
En la identidad de las ecuaciones (1.1.h.8) y (1.1.h.6) se cumple la condición:
C Cl
1 (1.1.i.1)
C
También se puede presentar las correlaciones (1.1.i) y (1.1.i.1) en una forma más cómoda si en
lugar de las constantes de semejanza se dan sus valores a partir de las condiciones impuestas en
(1.1.h.1) y (1.1.h.2) y posteriormente se agrupan las magnitudes que poseen los índices  E y
 S , respectivamente, en el primer y segundo miembros de las igualdades. En este caso la

constante C puede representarse mediante la igualdad que relaciona los coeficientes medios del
traspaso de calor, o sea:
S
C  (1.1.i.2)
E
En definitiva se tiene que:

Cp E  E Cp S  S
  Pr  idem (1.1.i.3)
E S
 El E  Sl S
 S  Nu  idem (1.1.i.4)
E 
El número adimensional de Pr está compuesto por los parámetros físicos prefijados en la
condiciones de univocidad, siendo este el número determinante de semejanza. El número
37
adimensional de Nusselt (Nu) incluye el coeficiente de traspaso de calor que es la función del
proceso, este es el número de semejanza determinado.
De este modo, basándose en el tercer teorema de semejanza la igualdad de los números Re y Pr
asegura la similitud de los procesos de intercambio de calor por convección durante el
movimiento forzado. La densidad de los números Nu es la consecuencia de la similitud ya
establecida.

2- Condiciones de semejanza en el intercambio de calor durante el movimiento forzado de un


agente portador de calor.

El proceso de convección libre surge como consecuencia entre las densidades de las partículas
calientes y las frías del agente portador de calor. Para la mayoría de los agentes portadores de
calor, en ese intervalo de temperaturas que suele emplearse en la práctica, la dependencia que
tiene la densidad en función de la temperatura con una aproximación suficientemente buena se
puede considerar como una función lineal. De este modo si en punto alejado del cuerpo caliente
la temperatura del agente portador de calor es igual a T F , y en cierto punto cerca de la

superficie es igual a TP , se puede considerar que los valores correspondientes de densidad  F y

 P están ligados mediante la siguiente expresión:


 P   F 1   TP  TF 
(1.1.i.5)
VP  VF 1   TP  TF 
En la expresión (1.1.i.5)  es el coeficiente térmico de dilatación cúbica del medio.

Como  P   F , sobre las partículas del líquido caliente que tiene una temperatura TP , actúa una
fuerza de sustentación de Arquímedes igual a:
g  F   P   g F 1   TP  TF  (1.1.i.6)
Precisamente esta fuerza de sustentación determinada mediante la expresión (1.1.i.6) es la que
provoca el movimiento de convección del medio.
De la ecuación (1.1.i.6) se deduce que la fuerza de sustentación será tanto mayor, cuanto más
elevados sean los valores de las magnitudes siguientes:
1- La intensidad del campo de gravitación g
2- El coeficiente térmico de dilatación cúbica del medio 
3- La diferencia de temperatura entre los dos medios T
Los procesos de convección libre tienen una amplia propagación en diferentes esferas de la
técnica moderna. Sin embargo a pesar de la diversidad de esquemas prácticos existentes, todos

38
los procesos similares las condiciones de semejanza tienen un aspecto universal definido por la
teoría de la semejanza.
Pueden ser ante todo semejantes los procesos que transcurren en los sistemas geométricamente
semejantes. Luego, como la premisa indispensable de la semejanza de los procesos de
intercambio térmico, en caso de la convección libre, ha de existir la similitud de los campos de
temperatura en la superficie de calefacción o de enfriamiento. Al cumplir estas exigencias los
procesos estacionarios de la convección libre serán semejantes si se cumplen las condiciones
siguientes;
Gr  idem
 (1.1.i.7)
Pr  idem 
El número Gr caracteriza la eficacia relativa de las fuerzas de sustentación que provoca el
movimiento de convección libre del medio. Este número adimensional será visto en detalles más
l3
adelante, aunque acá se adelanta que posee el siguiente aspecto Gr  g T
2
Las condiciones dadas en (1.1.i.7) aseguran la semejanza de los procesos de la convección libre,
es decir la analogía de los campos de las diferencias de temperaturas entre dos medios de los
flujos caloríficos con las velocidades en los sistemas geométricamente semejantes. Al cumplir
estos requisitos el número de semejanza determinado (Nu), también resulta ser el mismo en tales
sistemas.
La ecuación de semejanza para los procesos del intercambio de calor durante la convección libre
posee la forma:
Nu  f Gr , Pr  (1.1.i.8)
Los números de semejanza pueden obtenerse del análisis de la descripción matemática para los
procesos de la convección libre. En estos procesos las partes hidrodinámica y térmica resultan
mutuamente ligadas.
Para los procesos de convección libre el sistema de ecuaciones diferenciales posee la forma:
T T   2T  2 T 
CpV X  CpVY    2  2  (1.1.i.9)
x y  x y 

V X V p   2V  2V X 
V X  VY Y   g TP  TF      2X   (1.1.j)
x y x  x y 2 
VX VY
 0 (1.1.j.1)
x y

39
En (1.1.j) para simplificar no se traza la proyección de la ecuación de movimiento sobre el eje
coordenado y . Esto no conduce a una limitación del carácter general de las deducciones durante
el análisis de las condiciones de semejanza. En la ecuación de movimiento p es aquella parte de

la presión total P que no está ligada con el incremento hidrostático de las presiones pest en

estado de reposo, cuando en todo el sistema la temperatura TF del medio fluido es constante y la
pest
densidad es igual a  F . Pues p  P  pest  gX F .
x
El coeficiente de traspaso de calor en este caso se determina mediante la siguiente relación:
  T 
    (1.1.j.2)
TP  TF  n   N  0

La temperatura T se incluye en estas ecuaciones solo en forma de las derivadas o diferencias, y


la presión p , en forma de la derivada. Esto significa que para el proceso tiene importancia
solamente las diferencias de temperaturas entre dos medios v y las diferencias de presión p ,
cuya similitud de los campos se precisa examinar al formular la analogía de los procesos. Según
la definición general de la semejanza para dos procesos que lo sean las constantes de semejanza
serán:
vS VS p S Cp S S 
 C ;  C ;  C p ;  C ;  C 
v E v
V E V
p E
Cp E Cp
 E

 (1.1.j.3)
 S
g S
 S
 S

 C ; E  Cg ; E  C ; E  C
E g   

En todos los puntos homólogos de los sistemas determinados por la condición (1.1.j.3) se
cumple que:
xS yS lS
   Cl (1.1.j.4)
xE yE lE
Siendo los números dados en (1.1.j.4) de valor constante.
Luego obrando de forma análoga a los casos examinados anteriormente, (es decir, escribiendo el
sistema de ecuaciones desde (1.1.i.9) hasta (1.1.j.1) para estos dos procesos y sustituyendo en un
sistema todas las magnitudes, expresadas mediante las constantes de semejanza por las
magnitudes correspondientes para el segundo sistema), se obtienen las condiciones que
relacionan las constantes de semejanza.
La ecuación de conductividad térmica (1.1.i.9) proporciona a la ya conocida condición de
semejanza térmica dada por la expresión (1.1.h.9), o sea:

40
 CCp C  CV Cv   C Cv 
     (1.1.h.9)
 C 2 
 C l   l 
En la ecuación de movimiento (1.1.j) (si se compara con la ecuación (1.1.c.6.a) examinada
anteriormente) entra en forma complementaria la fuerza de sustentación. Por eso la condición
que se obtuvo antes de la similitud dinámica (ecuación (1.1.f.9)) ahora incluye una magnitud
más:
C  CV2 CP C  CV
 C  C g Cv   (1.1.j.5)
Cl Cl Cl2
La ecuación de continuidad (1.1.j.1) no impone, al igual que antes, limitaciones en la elección
de las constantes de semejanza. De la ecuación (1.1.j.2), lo mismo que en caso del movimiento
forzado, se tiene que:
C
C  (1.1.j.6)
Cl
Si ahora se transforman las correlaciones obtenidas, para ello de la condición (1.1.h.9) se
deduce:
CCpC CV Cl
1 (1.1.j.7)
C
La condición de semejanza dinámica dada por (1.1.j.5), después de examinar las igualdades por
pares se obtienen tres correlaciones, las cuales son:
C  C g C v C l2 C  CV C l C P
1 ; 1 ; 1 (1.1.j.8)
C  CV C Cl C  C g C v

Puesto que el proceso de la convección libre la velocidad está en función del proceso, es
conveniente eliminar la constante de semejanza Cv de las demás correlaciones empleando para

C CV Cl
ello la igualdad  1 . Entonces las cuatro correlaciones precedentes, o sea (1.1.j.7) y
C

(1.1.j.8) se pueden escribir de la forma:


CCp C  C 2
1 ; C g Cv Cl3  1
C C 2
(1.1.j.9)
C  CV Cl C P
1 ; 1
C Cl C  C g C v

Y finalmente la condición (1.1.j.6) se puede escribir de la manera siguiente:


C Cl
1 (1.1.k)
C

41
Al introducir en las ecuaciones dadas en (1.1.j.9) en lugar de las constantes de semejanza sus
valores de la ecuación (1.1.j.3), se obtiene que:
CpE  E CpS  S
  Pr  ídem (1.1.k.1)
E S

g  T
E E E l 
3 E
 g  T
S S S l 
3 S
 Gr  ídem (1.1.k.2)
 
2 E
 
2 S

 EV E l E  S V S l S
  Re  ídem (1.1.k.3)
E S
p E p S
  ídem (1.1.k.4)
 E g E  E T E l E  S g S  S T S l S

 El E  Sl S
 S  Nu  ídem (1.1.k.5)
E 
Los números adimensionales de Prandtl (Pr) y de Grashof (Gr) están compuestos por las
magnitudes dadas en las condiciones de univocidad, estos números de semejanza determinan los
procesos del intercambio de calor durante la convección libre. Los tres números de semejanza
restantes contienen las magnitudes que están en función del proceso, o sea, la velocidad V , la
diferencia de presiones p y el coeficiente del traspaso de calor  , los cuales son números de
semejanza determinados. De acuerdo con el tercer teorema de semejanza, su invariancia es
consecuencia de la semejanza establecida, si está asegurada la identidad (invariancia) de los
números de semejanzas determinantes (criterios de semejanza): Gr y Pr. La intensidad de la
emisión calorífica se determina mediante el número de Nusselt, por eso la ecuación de
semejanza para la emisión calorífica cuando existe presencia de convección libre toma la forma
dada por la ecuación (1.1.i.8) o sea:
Nu  f Gr , Pr  (1.1.i.8)
Los dos números determinados de semejanza restantes que figuran en las ecuaciones (1.1.k.3) y
(1.1.k.4) caracterizan las magnitudes hidromecánicas, o sea, las velocidades y las diferencias de
presiones que surgen en el transcurso de los procesos de convección libre. Estos dos números de
semejanza también están en función de Gr y Pr. Por eso para cada uno de estos se puede escribir
sus propias ecuaciones de semejanza, de la misma forma que tiene la ecuación de semejanza
para el intercambio de calor, o sea la ecuación (1.1.i.8). Resulta conveniente aplicar dichas
ecuaciones para generalizar los datos experimentales, de acuerdo con las características
hidromecánicas de los procesos de convección libre, cuando este aspecto del proceso presente
interés práctico. Sin embargo, por lo común, estos datos son necesarios solo para resolver
algunos problemas especiales.
42
La aplicación práctica de las conclusiones de la teoría de la semejanza exige que se conozca el
modo de reducir a la forma adimensional la descripción matemática del proceso. Con este fin se
conocen varios métodos, aquí en el presente trabajo se empleará el método de Rayleigh.

1.5 Fundamentos de la teoría de la semejanza según el método de Rayleigh.

El coeficiente pelicular de transferencia de calor en un régimen de flujo turbulento está asociado


a una serie de variables independientes que forman parte del proceso a analizar, las cuales son:
1- La densidad
2- La viscosidad dinámica
3- El calor específico a presión constante
4- La conductividad térmica
Además va a depender de las condiciones del entorno en el cual se mueve la corriente fluida,
ellas son:
1- El diámetro del conducto
2- La velocidad de la masa fluida por el interior del conducto
3- La longitud del conducto
4- El tamaño de grano de arena equivalente de la pared del conducto, (si se desea tener en
cuenta la rugosidad de la tubería)
A partir de lo explicado anteriormente y mediante la implementación de las técnicas de la teoría
del análisis dimensional, se puede obtener la relación entre estas variables para buscar de qué
forma deben de agruparse los datos experimentales que se disponen, para su posterior
correlación en una relación empírica para predecir el valor del coeficiente pelicular de
transferencia de calor. Esto fue dado anteriormente en la dependencia (1.1.e.2), o sea:
  f ,V , TP , TF , d ,  , , CP , , l, e,   (1.a.1.1)
Si se aplica el Sistema Internacional de Unidades:
masa kg   M ; longitud m   L ; tiempo s   T ; temperatura oC   
Entonces las unidades implicadas en la relación (5.a.1.1) vendrán dadas por: (véase la tabla
1.1.a).
Sustituyendo las expresiones desde la (1) hasta la (9), en la relación (1.a.1.1) se tiene que:

  1  LT  L  ML  MT


1 A 3 C
L 1  L2 T  2  1  MLT   1  L G L H
3 B 1 D E 3 F
MT

O lo que es lo mismo:

  V A d B  C  D Cp E  F l G e H (1.a.1.2)

43
Igualando los términos de la izquierda a la los términos de la derecha, y agrupando los términos
se obtiene que:
Para las unidades de masa M
1C  D  F (10)
Para las unidades de tiempo T
 3   A  D  2 E  3F (11)
Para las unidades de temperatura 
 1  E  F (12)
Para las unidades de longitud L
0  A  B  3C  D  2 E  F  G  H (13)

Tabla 1.1.a Resúmenes de las unidades implicadas en el análisis dimensional


Propiedad física Unidad de medida Unidad dimensional
W kg
  3o MT 3 1

m C
2 o

s C
(1)

V m s LT 1 (2)
d m L (3)
 kg m 3
ML3 (4)

 kg
PaS  MT 1L1 (5)
sm
J m2
 L2T 2 1
Cp
kg o C  s 2 oC (6)

W kgm
  3o MLT 3 1
m C  s C
o (7)

l m L (8)
e m L (9)

Despejando F en la relación (12)


F  1 E (14)
Sustituyendo la expresión (14) en la (11)
 3   A  D  2 E  3F
 3   A  D  2 E  31  E 
3  A  D  2 E  3  3E  0
 A D  E  0
DEA (15)
Sustituyendo la expresión (15) y (14) en la (10)
1C  D F
44
1  C  E  A  1  E 
C  E  A 1 E 1  0
CA0
C  A (16)
Sustituyendo la expresión (16), (15) y (14) en la (13)
0  A  B  3C  D  2 E  F  G  H
0  A  B  3 A  E  A  2 E  1  E   G  H
0  A  B  3A  E  A  2E  1  E  G  H
 A B  G  H 1 0
B  A  G  H 1 (17)
Sustituyendo la expresión (17), (16), (15) y (14) en la ecuación (1.a.1.2)

  V A d A  G  H 1  A  E  A Cp E  1 E l G e H (18)


Reagrupando convenientemente por términos semejantes
A
 Vd     Cp   l   e    
E G H 1

           (19)
      d  d  d 
 
1

Despejando el cociente   hacia el término de la izquierda:


d 
A
d  Vd    Cp   l   e 
E G H

        (20)
       d  d 

Como se acaba de demostrar el coeficiente pelicular de transferencia de calor puede ser obtenido
mediante una expresión que involucra varios grupos adimensionales, los cuales son descritos a
continuación:
Número de Nusselt.
Este número adimensional caracteriza la relación entre la resistencia a la transformación de calor
por conducción y la resistencia a la transferencia de calor por convección, en el límite pared –
líquido
d
Nu  (1.1.i.9)

En la relación (1.1.i.9)
 es el coeficiente pelicular de transferencia de calor, en W m 2 o C 
 es el coeficiente de conductividad térmica, en W m o C 

45
d es el diámetro interno del conducto, en m

Número de Peclet
Este número adimensional caracteriza la relación entre el flujo de calor por convección y por
conducción
Vd  Cp
Pe   Re Pr (1.1.j)


En la relación (1.1.j) Cp es el calor específico a presión constante, en J kg o C 
Número de Reynolds
Este número adimensional ya fue visto en anteriormente en la relación (1.1.a.3) y caracteriza la
relación entre las fuerzas de inercia y las viscosas
Vd
Re  (1.1.a.3)

Número de Prandtl
Este número adimensional caracteriza la relación entre la difusividad de momento y la térmica
v Cp
Pr   (1.1.j.1)
a 
Número de Grashof
Este número adimensional caracteriza la relación que existe entre las fuerzas de empuje y las de
inercia
gtd 3
Gr  (1.1.j.2)
2
La combinación de los números adimensionales dados acá desde (1.1.i.9) a (1.1.j.2) genera otros
números adimensionales, entre los más empleados están:

Número de Stanton
Este número adimensional caracteriza la relación entre la resistencia a la transformación de calor
por conducción y la resistencia a la transferencia de calor por convección, en el límite pared –
líquido, con la relación entre el flujo de calor por convección y por conducción
 Nu
St   (1.1.j.4)
CpV Re Pr
Número de Rayleigh
Consiste en la multiplicación de los números adimensionales de Prandtl y Grashof. Este criterio
adimensional es muy empleado en el análisis de los regímenes de flujo viscoso gravitacional, lo
cual será visto más adelante.
46
Ra  Gr Pr (1.1.j.5)
Número de Graetz
Consiste en la multiplicación de los números adimensionales de Prandtl y Reynolds, con un
factor correctivo que tiene en cuenta la longitud de estabilización hidrodinámica. Este criterio
adimensional es muy empleado en el análisis de la transferencia de calor por convección en el
interior de tubos, fundamentalmente por autores de procedencia norteamericana o formados en
centros de estudios norteamericanos. Este criterio adimensional viene dado por:
Gz  Re Pr d l  (1.1.j.6)
Para ir centrando la atención en el estudio del intercambio térmico por convección, se dan a
modo ilustrativo los límites aproximados del posible cambio de los coeficientes de transferencia
de calor por convección, en diferentes condiciones en la tabla 1.1.b

Tabla 1.1.b Coeficientes de transferencia de calor por convección para algunos tipos de fluidos.
Tipo de fluido  W m 2 o C 
Gases en convección natural 5 – 100
Agua en convección natural 100 – 1000
Gases dentro del tubo o en el exterior de tubos 10 – 5000
Agua dentro de tubos 500 - 10000
Ebullición del agua (nucleada) 2000 - 40000
Condensación pelicular del vapor de agua 4000 – 15000
Condensación en gotas del vapor de agua 3000 – 14000

47
Capítulo 2 Transferencia de calor por convección. Capa límite térmica e
hidrodinámica.

2.1 Introducción.

Como punto de partida para ir paulatinamente logrando una familiarización con la metodología
que permite determinar el coeficiente de transferencia de calor por convección  , se examinará
con cierto detalle el proceso y fenomenología de la convección, así como su relación con el
movimiento del fluido.
Si a título de ejemplo se supone una placa plana sobre la que fluye una corriente fluida, lo
primero que se observa es que la velocidad del fluido disminuye a medida que se efectúa una
aproximación hacia la superficie de la misma, como consecuencia de las fuerzas de viscosidad.
Como la velocidad de la capa de fluido en contacto con la pared es cero, o sea V F  0 , entonces
la transferencia de calor entre la superficie y esta capa de fluido está originada únicamente por
conducción, cumpliéndose que:

 Y  0   TP  TF 
dT
q F   F (2.1.a)
dy

La expresión (2.1.a) sugiere que el proceso de intercambio térmico pudiera considerarse como
de conducción, sin embargo, lo cierto es que el gradiente de temperaturas en la superficie
dT
 Y  0 , viene determinado por la velocidad a que puede ser transportada la energía por el
dy
fluido más alejado de la pared, hacia el interior de la corriente principal, por lo que el gradiente
de temperaturas en la superficie del sólido depende del campo de flujo, de forma que las
velocidades más elevadas son las que originan mayores gradientes de temperatura y mayores
velocidades de transferencia de calor.
No obstante, hay que tener presente la conductividad térmica  F del fluido que está
interviniendo directamente; para el caso del agua, el valor del coeficiente  F es de un orden de
magnitud mayor que el del aire, lo cual produce que el coeficiente de transferencia térmica por
convección sea también mayor en el caso del agua, que en el caso del aire.
La situación es muy parecida cuando se estudia la convección libre; la diferencia principal
radica en que en el caso de la convección forzada, la velocidad tiende hacia el valor de la
corriente sin perturbar impuesta por una fuerza exterior, mientras que en la convección libre la
velocidad crece al principio, a medida que va aumentando la distancia desde el plano, debido a
que el efecto de la viscosidad disminuye más rápidamente que la variación de densidades, que lo
hace más lentamente; sin embargo, la fuerza ascensional disminuye cuando la densidad del
48
fluido se acerca al valor de la del fluido que lo rodea; ésta es la causa de que la velocidad
alcance un valor máximo y tienda a cero bastante lejos de la superficie caliente.
La distribución de temperaturas en la convección forzada y libre tienen formas análogas y en
ambos casos el mecanismo de transferencia de calor en la interfase (fluido/sólido) es la
conducción. El coeficiente de transferencia de calor por convección  depende, en general, de
algunas propiedades inherentes al flujo del fluido, como son su densidad, viscosidad y
velocidad, y de sus propiedades térmicas (conductividad térmica y calor específico), tal como
fue visto en la relación (1.1.e.2) cuando fue expuesto el tópico relacionado con el análisis
dimensional.
Mientras que en la convección forzada la velocidad del fluido viene impuesta normalmente por
la acción de una bomba o un ventilador, y puede especificarse directamente, en la convección
libre la velocidad depende de una serie de factores como son,
1- La diferencia de temperaturas entre la superficie y el fluido, TP  TF 
2- El coeficiente de dilatación térmica del fluido  (que determina la variación de su densidad
por unidad de diferencia de temperaturas), lo cual ya fue demostrado en la expresión
(1.1.i.5), la cual viene dada por:
 P   F 1   TP  TF 
(1.1.i.5)
VP  VF 1   TP  TF 
3- El campo de fuerzas exteriores que actúan sobre el sistema que, en la mayoría de las
situaciones, se reduce únicamente al campo gravitatorio g .
Para adquirir una cierta comprensión del significado de los parámetros que intervienen en la
convección forzada, se puede examinar con mayor detalle el campo de fuerzas; así, para una
placa plana inmersa en una corriente fluida, el flujo a diversas distancias del borde de ataque de
la placa se desarrolla en una región en la que las fuerzas de viscosidad frenan al fluido,
disminuyendo su velocidad.
Las fuerzas de viscosidad dependen de la tensión de corte, la cual viene dada por:
dV X
  (2.1.a.1)
dy
La región del flujo próxima a la placa, en donde la velocidad del fluido se ve frenada por las
fuerzas de viscosidad, se denomina capa límite, siendo su espesor  igual a la distancia
existente entre la placa y la región del fluido donde éste tiene una velocidad igual al 99% de la
correspondiente a la corriente libre; o sea V X V  0,99 . La región de fluido que se encuentra
más allá de esta región se denomina régimen de flujo potencial o régimen no perturbado.

49
Inicialmente el flujo de un fluido dentro de la capa límite es completamente laminar; el espesor
de la capa límite va creciendo a medida que aumenta la distancia respecto al borde de ataque,
llegándose así a que a una cierta distancia X C , el efecto de la fuerzas de inercia llega a ser lo
suficientemente importante, en comparación con la acción amortiguadora de la viscosidad, que
en el flujo empiezan a aparecer y a crecer pequeñas perturbaciones; a esta distancia se la conoce
como distancia crítica.
Cuando comienzan a amplificarse estas perturbaciones, la regularidad del flujo viscoso se ve
alterada y tiene lugar una transición, de forma que el flujo pasa de laminar a turbulento. En la
región del flujo turbulento, las partículas de fluido se mueven a través de líneas de corriente que
transportan con más o menos intensidad tanto la energía térmica, como la cantidad de
movimiento.
El coeficiente de transferencia de calor por convección  varía con la posición, respecto al
borde de entrada para una placa plana o desde la entrada de un tubo o conducto cerrado.
El parámetro que describe la variación espacial es el coeficiente de transferencia de calor local
C X , siendo x la distancia que hay desde el borde de ataque de la placa o entrada del tubo a la
sección considerada.
Si se desea calcular en el intervalo 0  x  L , el coeficiente medio de transferencia térmica por
convección  , hay que conocer el coeficiente de transferencia de calor local  X , donde la
relación existente entre ellos toma la forma:
X L
1

L 
X 0
X dx  2 X  X  L (2.1.a.2)

En la relación (2.1.a.2) L es la longitud considerada de la placa o del tubo.

2.2 Soluciones de las ecuaciones de convección para una placa plana

Considérese el flujo laminar de un fluido sobre una placa plana. Las superficies que están
ligeramente contorneadas, como los álabes de las turbinas, también se pueden considerar como
placas planas con exactitud razonable. La coordenada x se mide a lo largo de la superficie de la
placa, desde el borde de ataque de ésta, en la dirección del flujo, y la y se mide desde la
superficie en la dirección perpendicular. El fluido se aproxima a la placa en la dirección x con
una velocidad uniforme corriente arriba, la cual es equivalente a la velocidad V de la corriente
libre.
Cuando la disipación viscosa es despreciable, las ecuaciones de continuidad (1.1.d.8), de la
cantidad de movimiento (1.1.c.9) y de la energía (1.1.b.6), se reducen, para el flujo laminar,

50
incompresible y estacionario de un fluido con propiedades constantes sobre una placa plana, a
las ecuaciones mostradas en la tabla 2.1.a.
Las aproximaciones de la capa límite vienen dadas por:
1- Componentes de la velocidad
VY  V X (2.1.a.6)
2- Gradientes de velocidad
VY V
0, Y 0
x y
(2.1.a.7)
V X V X

x y
3- Gradientes de temperatura
T T
 (2.1.a.8)
x y

Tabla 2.1.a Ecuaciones diferenciales para el flujo laminar, incompresible y estacionario de un


fluido con propiedades constantes sobre una placa plana
V X VY
Continuidad  0 (2.1.a.3)
x y

VX V  2VX
Cantidad de movimiento VX  VY X   (2.1.a.4)
x y y 2

T T  2T
Energía VX  VY a 2 (2.1.a.5)
x y y

Las condiciones de frontera se obtienen a partir de las aproximaciones para la capa límite, las
cuales fueron discutidas en el apartado dedicado a las ecuaciones diferenciales de la convección.
Acá solamente se dará un resumen de ellas. (Véase la figura 2.1.a).

Figura 2.1.a Aproximaciones para la capa límite en el flujo sobre una placa plana

51
Las condiciones de frontera vendrán dados entonces por:
En x  0 , V X 0,Y   V X , T0,Y   TF
En y  0 , V X  X ,0   0 , VY  X ,0   0 , T X , 0   TP (2.1.a.9)
Cuando y   , V X  X ,   V X , T X ,   TF

Cuando se supone que las propiedades del fluido son constantes, y por consiguiente,
independientes de la temperatura, las dos primeras ecuaciones, o sea, la ecuación (2.1.a.3) y
(2.1.a.4), se pueden resolver por separado para las componentes VX y VY de la velocidad. Una
vez que se dispone de la distribución de velocidad, se puede determinar el coeficiente de
fricción y el espesor de la capa límite mediante sus definiciones. Asimismo, al conocer VX y VY ,
la temperatura se convierte en la única incógnita en la última ecuación y se puede resolver para
la distribución de temperatura.
Fue el ingeniero alemán H. Blasius, discípulo de Prandtl, quien resolvió, por primera vez, en
1908, las ecuaciones de continuidad y de la cantidad de movimiento. Esto se llevó a cabo por la
transformación de las dos ecuaciones diferenciales parciales en una sola ecuación diferencial
ordinaria al introducir una nueva variable independiente, llamada variable de semejanza. En su
momento se consideró un aporte magistral, aunque en la actualidad se maneja el criterio de que
el hallazgo de una variable de ese tipo, si es que existe, tiene más de arte que de ciencia, sin
embargo, requiere que se cuente con una buena percepción del problema.
Al notar que la forma general del perfil de velocidades permanece igual a lo largo de la placa
Blasius razonó que el perfil no dimensional de velocidades V V X debe permanecer inalterado
cuando se traza su gráfica contra la distancia no dimensional y  , donde la cantidad  es el
espesor de la capa límite local de la velocidad, en una distancia x dada. Es decir, aún cuando 
y VX en una distancia y dada varían con respecto al eje x , la velocidad VX en una y  fija
permanece constante. Blasius también estaba consciente, por el trabajo de Stokes, de que  es

x
proporcional a , así de esta forma definió una variable adimensional de semejanza como:
V

V
y (2.1.b)
x
De este modo, de acuerdo a (2.1.b) el cociente V V X va a ser igual a una función de  . En ese
mismo trabajo se introdujo una función de corriente   x, y  como:
 
VX  , VY   (2.1.b.1)
y x

52
De modo que la función de continuidad se satisface de manera automática y, en consecuencia, se
elimina (esto se puede verificar con facilidad por sustitución directa). A continuación como la
variable dependiente, Blasius definió una función f  

f    (2.1.b.2)
x
V
V
Por lo que las componentes de la velocidad quedan:

   x df V df
VX   V V (2.1.b.3)
y  y V d x d

 x df V  1 V  df 
VY    V  f    f  (2.1.b.4)
x V d 2 xV 2 x  d 
Al derivar estas relaciones para VX y VY , se puede demostrar que las derivadas de las
componentes de la velocidad son:
V X V d2 f
 
x 2 x d 2
V X V d2 f
V (2.1.b.5)
y  x d 2
 2V X V 2 d 3 f

y 2  x d 3
Sustituyendo los términos (2.1.b.5) en la ecuación de la cantidad de movimiento (2.1.a.4) y
simplificando posteriormente se obtiene:
d3 f d2 f
2  f 0 (2.1.b.6)
d 3 d 2
La expresión (2.1.b.6) es una ecuación diferencial no lineal de tercer orden. Por lo tanto, el
sistema de dos ecuaciones diferenciales parciales, o sea las ecuaciones (2.1.a.3) y (2.1.a.4) se
transforma en una sola ecuación diferencial ordinaria por el uso de una variable de semejanza.
Mediante las definiciones de f y  , las condiciones de frontera en términos de esa variable de
semejanza se pueden expresar como:

f 0   0 ,
df df
0  1 (2.1.b.7)
d  0
d  

La ecuación transformada (2.1.b.6) con sus condiciones de frontera asociadas no se puede


resolver analíticamente y, como consecuencia, se necesita un método de solución alternativo.
Blasius resolvió por primera vez el problema, en 1908, mediante un original enfoque de
desarrollo en series de potencias que se conoce como solución de Blasius. Posteriormente el

53
problema se resolvió con mayor precisión mediante diferentes procedimientos numéricos y en la
tabla 2.1.b se dan resultados de una solución de ese tipo. El perfil no dimensional de velocidades
se puede obtener al trazar la gráfica de VX V contra  . Los valores que se obtienen por medio
de este análisis simplificado concuerdan de manera excelente con los resultados experimentales.

Tabla 2.1.b Función de semejanza f y sus derivadas para la capa límite laminar a lo largo de
una placa plana.

 dt V X d2 f  dt VX d2 f
f  f 
d V d 2 d V d 2
0 0 0 0,3321 4 2,3057 0,9555 0,0642
0,5 0,0415 0,1659 0,3309 4,5 2,7901 0,9795 0,034
1 0,1656 0,3298 0,323 5 3,2833 0,9915 0,0159
1,5 0,3701 0,4868 0,3026 5,5 3,7806 0,9969 0,0066
2 0,65 0,6298 0,2668 6 4,2796 0,999 0,0024
2,5 0,9963 0,7513 0,2174 6,5 4,7793 0,9997 0,0008
3 1,3968 0,846 0,1614 7 5,2792 0,9999 0,0002
3,5 1,8377 0,913 0,1078

Se recuerda que se había definido anteriormente el espesor de la capa límite como la distancia
desde la superficie para la cual V X V  0 ,99 . En la tabla 2.1.b se observa que el valor de 
correspondiente a V X V  0 ,99 es   4 ,91 . Sustituyendo   4 ,91 , además de   y en la
definición de la variable de semejanza (ecuación (2.1.b)), se obtiene que:
V
4,91   (2.1.b.8)
x
Por lo tanto de la ecuación (2.1.b.8) se obtiene el espesor de la capa límite de la velocidad, el
cual vienen dado por:
4,91x
 (2.1.b.9)
Re X

En la expresión (2.1.b.9) aparece el número adimensional de Re, ya que Re  Vx  , donde x es


la distancia desde el borde de ataque de la placa. Nótese que el espesor de la capa límite
aumenta al incrementarse la viscosidad cinemática y con la disminución de la distancia al borde
de ataque x , pero disminuye al incrementarse la velocidad V de la corriente libre. Por lo tanto,
una velocidad grande de la corriente libre aplastará la capa límite y causará que sea más delgada.

54
Se puede determinar el esfuerzo cortante sobre la pared a partir de su definición y la relación
V X
que existe de , la cual puede ser obtenida a partir de (2.1.b.5), quedando:
y

V V d2 f
V   X  V (2.1.c)
y Y 0
 x d 2
Al sustituir el valor de la segunda derivada de f en   0 de la tabla 2.1.b, arroja que:

V 0,332V 2
 V  0,332V  (2.1.c.1)
x Re X

Entonces el coeficiente local de fricción superficial queda:


V 0,664
C f .x   (2.1.c.2)
V 2
2
Re X
Nótese que a diferencia del espesor de la capa límite, el esfuerzo cortante en la pared y el
coeficiente de fricción superficial decrecen a lo largo de la placa en términos de x 0 ,5 .

2.3 Ecuación de la energía para una placa plana isotérmica con régimen de flujo laminar

Al conocer el perfil de velocidades, ya están listas las condiciones para resolver la ecuación de
la energía para la distribución de temperatura, para el caso de temperatura constante de la pared
T P . En principio, se introduce la temperatura adimensional  como:
T  TP
  X ,Y   (2.1.c.3)
TF  TP
Dado que tanto T P como TF son constantes, al sustituir (2.1.c.3) en la ecuación de la energía
(2.1.a.5) se obtiene que:
   2
VX  VY  2 (2.1.c.4)
x y y
Los perfiles de temperaturas para el flujo sobre una placa isotérmica son semejantes,
precisamente como los perfiles de velocidades y, por consiguiente, es de esperar que exista una
solución semejante para la temperatura. Además, el espesor de la capa límite térmica es
x
proporcional a precisamente como el espesor de la capa límite de velocidad, de donde la
V
variable de semejanza también es  y      . Al aplicar la regla de la cadena y sustituir las
expresiones para V X y VY de las ecuaciones (2.1.b.3) y (2.1.b.4) en la ecuación de la energía, se
obtiene:

55
2
df d  1 V
Vy  df  d  d 2   
V   f   a 2   (2.1.c..5)
d d x 2 x  d  d y d  y 
Simplificcando en la ecuación (22.1.c.5), y teeniendo en cuenta
c más que Pr   a , se lllega a:
adem

d 2 d
2 2  Pr f 0 (2.1.c..6)
d d
La ecuacción (2.1.c.66) posee lass condicionnes de fronttera  0   0 y     1 . La obteención de
una ecuaación para  como fuunción sólo de  confirma que los
l perfiles de temperratura son
semejanttes y, de esste modo, existe una solución de
d semejanzza. Una vezz más, no se puede
obtener una
u solucióón de formaa cerrada para este pro
oblema conn valores dee frontera y se debe
resolver numéricam
n ente.
Resulta interesante notar
n que paara Pr  1 esta
e ecuació
ón se reducee a la expressión (2.1.b.6
6) cuando
 se reeemplaza porr df d  , la
l cual es equivalente
e a V X V (vvéase la ecuuación (2.1.b.3) y la
d frontera para  y df
figura 2.1.b). Las coondiciones de d d  tamb
bién son idénticas. Porr tanto, se
concluyee que las cappas límite de
d la velociddad y térmicca coincidenn y los perffiles de velo
ocidades y
temperatuura adimennsionales V X V y  son idénticcos para el flujo laminnar, incomp
presible y

estacionaario de un fluido
f con propiedades
p constantes y Pr  1 soobre una plaaca plana issotérmica.
En este caso,
c el vallor del graddiente de teemperatura en la superrficie ( y  0 o   0 ) va a ser

d d 2 f
igual, de acuerdo a los
l valores tabulados
t enn la tabla 2..1.b a   0,332
d d 2

Figuura 2.1.b Caapa límite de


d velocidadd y térmica para el flujoo laminar, incompresib
ble y
estacionario de un fluido
f con propiedades
p constantes y Pr  1 soobre una plaaca plana iso
otérmica.

La ecuacción (2.1.c.66) está resueelta para num meros de Prrandtl. Paraa Pr  0,6
merosos vaalores de núm
se encueentra que ell gradiente de temperaatura adimeensional en la superficcie es propo
orcional a
Pr 1 3  y se
s expresa como:
c

56
d
 0,332 Pr 1 3 (2.1.c.7)
d   0

El gradiente de temperatura en la superficie es:


T d 
 TF  TP  (2.1.c.8)
y Y 0
d  0 y Y 0

Resolviendo convenientemente se tiene que:


T
 0,332 Pr 1 3  TF  TP 
V
(2.1.c.9)
y Y 0
x
Entonces el coeficiente local de traspaso de calor viene dado por:
T

qX y Y  0 V
   0,332 Pr 1 3  (2.1.d)
TP  TF  TP  TF  x
y el número adimensional de Nusselt se determina como:
x
Nu  0,332 Pr 1 3  Re X (2.1.d.1)

La expresión (2.1.d.1) es aplicable si se cumple que Pr  0,6
Los valores de Nu obtenidos a partir del empleo de relación (2.1.d.1) concuerdan bien con los
valores experimentales medidos
Al resolver numéricamente la ecuación (2.1.c.6) para el perfil de temperatura, para diferentes
números de Prandtl, y mediante la definición de la capa límite térmica, se determina que
  T  Pr 1 3 . Entonces el espesor de esta capa límite queda:
 4,91x
T  1 3  1 3 (2.1.d.2)
Pr Pr Re X

Nótese que estas relaciones sólo son válidas para el flujo laminar sobre una placa plana
isotérmica. Asimismo, se puede tomar en cuenta el efecto de las propiedades variables al
evaluarlas en la temperatura de película definida como temperatura media, o sea
T  0,5  TP  TF 
La solución de Blasius proporciona concepciones profundas e importantes, pero su valor es en
gran parte histórico debido a las limitaciones relacionadas con ella. Hoy día tanto los flujos
laminares como turbulentos sobre superficies se analizan en forma rutinaria mediante métodos
numéricos.

57
2.4 Capa límite laminar en flujo sobre placa plana

En el movimiento de fluidos sobre una placa plana, la hidrodinámica clásica se limita a imponer,
como condición de contorno, la tangencia del vector velocidad, mientras que la mecánica de
fluidos viscosos resulta ser un poco más exigente, ya que requiere que sea tenido en cuenta en el
análisis la condición adicional de adherencia al contorno de la placa, que es mucho más
restrictiva que la de tangencia. En los fluidos poco viscosos, los esfuerzos tangenciales son, con
frecuencia, muy inferiores a los de inercia o a los de gravedad, pero esto no es razón de peso
para despreciar o prescindir en los cálculos del efecto de los esfuerzos viscosos, que pueden
llegar a ejercer una influencia considerable sobre la configuración del movimiento.
Prandtl, en 1904, propone que el estudio del movimiento de un fluido de viscosidad pequeña, se
podía asimilar al de un fluido perfecto, salvo en una capa próxima al contorno, de espesor  , en
la que concentraba los fenómenos de fricción, y que llamó capa límite; en el exterior de dicha
capa, las tensiones tangenciales son despreciables, predominando las fuerzas de inercia sobre las
de viscosidad, mientras que en el interior de la capa límite la proximidad del contorno hace que
el gradiente de velocidades sea muy grande y, por lo tanto, que la tensión tangencial , (la cual es
determinada acá mediante el empleo de la ecuación (2.1.a.1)) , sea también muy grande; en esta
situación las fuerzas de fricción son del mismo orden de magnitud que las fuerzas de inercia.
El espesor  de la capa límite puede estar comprendido entre unas pocas moléculas y algunos
milímetros, según los casos; fuera de la capa límite se pueden utilizar las ecuaciones de Euler o
métodos experimentales basados en las líneas y redes de corriente, que una vez configuradas
alrededor del contorno o perfil deseado, permiten obtener el campo de velocidades y la
distribución de presiones correspondientes.
En el estudio de la capa límite posee una elevada importancia el hecho de tener en cuenta las
siguientes consideraciones, (véase la figura 2.1.c)
1- Aunque la perturbación producida por la fricción se propaga a todo el fluido, se admite que
la propagación queda limitada a una zona del mismo de espesor finito  , en sentido normal
al contorno.
2- La forma de la curva de distribución de velocidades en las distintas secciones a lo largo de la
capa límite, se puede expresar, en general, mediante las siguientes ecuaciones
2 3
V  y  y  y
Régimen laminar  C  C1    C 2    C3    (2.1.d.3)
VX      

V M y
Régimen turbulento  (2.1.d.4)
VX 

58
En las exxpresiones (2.1.d.3) y (2.1.d.4), la variable VX es la veelocidad uniforme del fluido no
perturbaddo; la capa límite en su desarrolllo longitud
dinal, muesttra una tenddencia prog
gresiva al
ensanchaamiento. (Véase la figuura 2.1.d)
De acuerrdo a la exprresión (2.1.d.3), la disttribución dee velocidadees en la placca plana pueede tomar
2
V  y  y
la formaa  C  C1    C2   , o sea,
s una ap
proximaciónn de un poolinomio dee segundo
VX    
grado, baajo las siguiientes condiiciones:
Para y  0 , V 0 ; C0
Para y   , V  VX  1  C1  C2 (2.1.d..5)
V
Para y   ,  Y   0
y
Aplicanddo la primerra y la tercerra condiciónn de (2.1.d.5) en (2.1.dd.3) se tiene que:
1 V  C 2C y  C 2C
 Y    1  22   1  2  0 ; C1  2C 2  0 (2.1.d..6)
V X y    Y   

Figura 2.1.c
2 Distribbución de velocidades
v ntas seccionnes a lo larggo de la capa límite.
en las distin

Tomandoo la igualdaad 1  C1  C2 de (2.1.dd.5) y la igu


ualdad C1  2C2  0 oobtenida en (2.1.d.6),
se llega a un sistem
ma de ecuacciones de dos
d variablees y dos inccógnitas, ell cual vienee descrito
mediantee el sistema siguiente:
C1  C2  1
(2.1.d..7)
C1  2  C2  0
Resolvienndo el sistema de ecuaaciones lineaal dado en (2.1.d.7),
( se obtiene:
C1  2 ; C 2  1 (2.1.d..8)
Si se tom
man los valoores obteniddos en el annálisis, dado
os en la ecuación (2.1.dd.8), se asum
me que la
forma deel perfil de la distribucción de vellocidades dee la capa líímite en réggimen lamiinar viene
dada porr un polinomio de seggundo ordenn, descrito por la exprresión (2.1..d.3), y es tenida en

59
cuenta laa primera coondición daada en (2.1..d.5), enton
nces esto geenera que laa forma dell perfil de
velocidaddes quedaráá dada por laa expresiónn siguiente:
2
V 2y  y 
   (2.1.d..9)
VX   
q la exprresión (2.1.dd.3), la disttribución dee velocidaddes en la placa plana
Tambiénn fue visto que
2 3
V  y  y  y
puede toomar la form
ma  C  C1    C 2    C 3   , o sea, una aproximaciión de un
VX      
polinomiio de tercer grado, bajoo las siguienntes condicio
ones:
Para y  0 , V 0 ; C0
Para y   , V  VX  1  C1  C2  C3 (2.1.e))
V
Para y   ,  Y   0
y

Figura 2.1.d Tendeencia progresiva al enssanchamientto de la cappa límite

Aplicanddo la primerra y la tercerra condiciónn de (2.1.e) en (2.1.d.3) se tiene quue:

1 V  C1 2C 2 y  y  3C 3 y  y  2 
 Y     2    2     0 ; C1  2C 2  3C 3  0 (2.1.e..1)
V X y           Y 

De las coondiciones (2.1.e)
( se deeduce que cuando y  0 :

 2V  2V  2C 6C  y 
y0 ;  Y 0  0 ;   0  22  23    0 ; C2  0
2 Y 0
(2.1.e..2)
y 2 y       Y 0

60
Tomando la igualdad 1  C1  C2  C3 de (2.1.e), la igualdad C1  2C2  3C3  0 obtenida en

(2.1.e.1), y la igualdad C2  0 obtenida en (2.1.e.2), se llega a un sistema de ecuaciones de tres


variables y tres incógnitas, el cual viene descrito mediante el sistema siguiente:
C1  C2  C3  1
C1  2C2  3C3  0 (2.1.e.3)
C2  0

Resolviendo el sistema de ecuaciones lineal dado en (2.1.e.3), se obtiene:


3 1
C1  ; C 2  0 ; C3   (2.1.e.4)
2 2
Si se toman los valores obtenidos en el análisis, dados en la ecuación (2.1.e.4), se asume que la
forma del perfil de la distribución de velocidades de la capa límite en régimen laminar viene
dada por un polinomio de tercer orden, descrito por la expresión (2.1.d.3), y es tenida en cuenta
la primera condición dada en (2.1.e), entonces esto genera que la forma del perfil de velocidades
quedará dada por la expresión siguiente:
3
V  y  y
 1,5     0,5    (2.1.e.5)
VX    
La experiencia acumulada a lo largo de muchos años por muchos especialistas dedicados a la
actividad analizada ha permitido comprobar y establecer, para el caso de una placa plana, que el
movimiento laminar en la capa límite llega a hacerse inestable cuando se sobrepasa un valor
crítico del número adimensional de Re. Estos valores críticos del número adimensional de Re
que definen la transición de un régimen de flujo a otro para una placa plana son:
Re laminar  5  10 5
(2.1.e.6)
Re turbulento  3  10 6
En la relación (2.1.e.6) el número adimensional de Re se determina como:
Vx C
Re  (2.1.e.7)

Siendo en la ecuación (2.1.e.7) xC la distancia a partir del borde de ataque de la placa.

La capa límite continuó su desarrollo, tal como se muestra en la figura 2.1.e, a partir de xC ,
punto del cual se origina la capa límite turbulenta, que se divide en dos subcapas, una de las
cuales, en las proximidades de la placa, permite definir una delgada subcapa marcadamente
laminar. Para fluidos que circulan entre dos paredes próximas, el ensanchamiento progresivo de
la capa límite de cada contorno determina que éstas se unan, a una cierta distancia de la entrada,
desapareciendo la zona en que el movimiento podía ser asimilable a un fluido perfecto, para

61
realizarsee todo él bien en régiimen laminar, o bien en régimenn turbulentoo, según el valor del
número de
d Reynoldss.
Para el caso
c de tubberías sólo se puede considerar el movimiiento comoo irrotacion
nal en las
proximiddades de la embocadurra. Si existiiera flujo to
otalmente desarrollado
d no es posiible hacer
esta supoosición.

Figuraa 2.1.e Reprresentación del desarro


ollo de la caapa límite laaminar.

2.5 Espessores y cau


udales de la capa límitee.

u espesor  los fenóm


Mediantee el concepto de capa límite es posible conccentrar en un menos de
fricción; ello implicaa que se tenngan que cuumplir las siguientes condiciones:
 
1- El vaalor de la velocidad
v V corresponndiente a y   , tienee que estar muy próxim
mo a VX ,
pues entonces el gradiente de velociddades seria despreciabl
d e, generalm
mente en la literatura
 
especcializada se recomiendaa y suele em
mplearse el valor
v V  0,99VX
d espesor  , (a lo llargo del contorno),
2- El essfuerzo de fricción evvaluado en la zona de c
mediante la ecuuación de laa cantidad de movimiiento, tiene que coincidir con el obtenido
analítticamente para
p minar, o con el deducidoo experimenntalmente en
la capaa límite lam e la capa
límitee turbulentaa.
En ambaas situacionnes la distribbución de velocidades
v s viene dadaa, para el rrégimen lam
minar, por
polinomiios de graddo m (parábbolas de segundo o teercer grado en generall) y para ell régimen
turbulentto por polinomios de grrado 1/m.

62
1- Espesor de desplazamiento de la capa límite

El espesor de desplazamiento de la capa límite  1 está basado en la conservación del caudal a lo


largo de la normal al contorno, mediante la equivalencia de las áreas rayadas, como se indica en

la figura 2.1.f, y si la ley de distribución de velocidades alcanza entonces el valor VX para el
espesor  se tendría que:
  
 
 V X  V  dy    1 
1 V V w
1   dy     dy    (2.1.e.9)
0  
VX 0
VX 0
VX VX

La expresión (2.1.e.9) se puede interpretar como la diferencia entre el espesor  y el espesor



 1 de una corriente fluida que tuviese la misma velocidad VX que la corriente exterior y
transportase a la vez la misma masa de fluido, con un caudal w , que la capa límite real.
Si se considera la capa límite como turbulenta, entonces de acuerdo a la ecuacion (2.1.d.4) se
cumple que:

V y
M
VX 
Por lo tanto sustituyendo (2.1.d.4) en (2.1.e.9) se tiene que:
 1 m  
 y 1 1 m  
1       dy    1 m  y dy  (2.1.f)
0
  0
m 1

Figura 2.1.f Espesor de desplazamiento de la capa límite.

2- Espesor de la cantidad de movimiento de la capa límite

El espesor de la cantidad de movimiento de la capa límite  2 se define en la forma:


 
V  
 2  2  V V X  V  dy  
1 V
 1   dy (2.1.f.1)
VX 0 0
VX  VX 
63
El espesor de la cantidad de movimiento de la capa límite obtenido en (2.1.f.1) se corresponde
con el espesor de una corriente fluida que tenga la misma velocidad VX que la corriente exterior,
y la misma variación de la cantidad de movimiento que la debida a la fuerza de arrastre de la
capa límite real.
Si se considera la capa límite como turbulenta, entonces de acuerdo a (2.1.d.4) se cumple que:

V M y

VX 
Por lo tanto sustituyendo (2.1.d.4) en (2.1.f.1) se tiene que:
1 m 

  y  1 m   
 y
2    

1   
  
 dy  12 m 
  y
1 m 
 
1 m
 y 1 m  dy  
m
m  1m  2 
(2.1.f.2)
0   0

La relación entre el espesor de desplazamiento  1 y el espesor de la cantidad de movimiento de


la capa límite  2 , se denomina factor de forma del perfil F. Para una placa plana, en función de
m se tiene:
1


F 1 
m  1  m  2 (2.1.f.3)
2  m m
m  1m  2 
Un valor elevado del factor de forma del perfil indica que está próximo a producirse el
desprendimiento de la capa límite.

3- Espesor de energía de la capa límite.


El espesor de energía de la capa límite  3 se define en la forma:

V  V2 
 
X
1
 3  3  V V X  V dy  
2 2
 1  2  dy (2.1.f.4)
VX 0 0
V X  VX 
Si se considera la capa límite como turbulenta, entonces de acuerdo a (2.1.d.4) se cumple que:

V M y

VX 
Por lo tanto sustituyendo (2.1.d.4) en (2.1.f.4) se tiene que:

y  M  y  
 2
2m
3   M
1    dy   (2.1.f.5)
0
 
     m  1m  2 
4- Caudal de la capa límite

El caudal w a través de la capa límite fue definido anteriormente como:

64

w   Vdy (2.1.f.6)
0

Si se tiene en cuenta la ecuación (2.1.f), la cual describe el espesor de desplazamiento  1 ,


resulta:
   
Vdy Vdy Vdy w
1   dy     ;   1    (2.1.f.7)
0 0
VX 0
VX 0
VX VX

Por lo tanto:

w  VX   1   VX 
m
(2.1.f.8)
m 1

5- Caudal de la cantidad de movimiento de la capa límite

El caudal de la cantidad de movimiento de la capa límite wm se define en la forma:



wm  wV  wV   V 2 dy (2.1.f.9)
0

Si se tiene en cuenta la expresión (2.1.f.2) que describe el espesor de la cantidad de movimiento


 2 se obtiene:
   
V  V  V V2 V2
2   1   dy   dy   2 dy     1   2 dy (2.1.g)
0
VX  VX  0
VX 0
VX 0
VX

Despejando en (2.1.g) se tiene que:


V
2
dy    1   2 V X2 (2.1.g.1)
0

Combinando las expresiones (2.1.f.9) y (2.1.g.1) es posible obtener la ecuación del caudal de la
cantidad de movimiento, la cual quedará de la forma siguiente:

wm   V 2 dy      1   2 V X2   V X2
m
(2.1.g.2)
0
m2

La ecuación (2.1.g.2) va a ser una función del espesor  de la capa límite, del espesor del
desplazamiento  1 y del espesor de la cantidad de movimiento  2

2.5.1 Análisis de la ecuación integral del impulso de la capa límite

Como consecuencia de la viscosidad del fluido y de su deformación, aparece un esfuerzo


tangencial sobre el contorno de la placa que determina lo que se conoce como resistencia de
superficie o de forma. Para calcular este esfuerzo se aplica el teorema de la cantidad de
movimiento al volumen de fluido comprendido en el interior de la capa límite entre las
65
secciones (AB) y (DC) de la figura 2.1.g. Como el movimiento irrotacional exterior a la capa
límite es uniforme, no existe gradiente de presiones y , al expresar el equilibrio, la única fuerza

actuante es la de arrastre sobre la placa, de la forma  0dx .

Figura 2.1.g Volumen de fluido en la capa límite

Para una anchura de placa unidad, el caudal de la cantidad de movimiento se evalúa como sigue:
1- Sobre la cara (AB), el caudal de la cantidad de movimiento entrante es:

wm  AB   mV  wV   V 2 dy  wm (2.1.g.3)
0

2- Sobre la cara (CD), el caudal de la cantidad de movimiento saliente es:



wm  2 
wmCD   wm  dx  wm     V dy  dx
 (2.1.g.4)
x x  0 
Por lo que en el volumen de control (ABCD), de acuerdo a lo visto en la expresión (2.1.g.4)
,existe una variación del caudal de la cantidad de movimiento, wm AB   wmCD  , en la forma:

wm   2 
dx     V dy dx
 (2.1.g.5)
x x  0 
Sobre el contorno (BC) no existe ningún tipo de esfuerzo cortante porque está fuera de la capa
límite dV dy  0 , teniendo en cuenta que sobre este contorno la velocidad es V X , entonces el
caudal de la cantidad de movimiento entrante por (BC) se obtiene en la forma:


wm  B   mV X  wV0  V0  Vdy 
0 
  (2.1.g.6)
wm  B     
x  0
wm C   wm  B   dx  wm  B   V X  Vdy dx
x  
 

66
Combinando los dos caudales dados en (2.1.g.6) se llega a la expresión que permite determinar
el caudal de la cantidad de movimiento entrante por (BC), el cual viene dado por:

  
wm  BC   V0  V0   Vdy  dx (2.1.g.7)
x  0 
Sobre el contorno (AD), el cual es la zona de contacto del fluido con la placa, no hay caudal
saliente de la cantidad de movimiento.
Si se iguala el caudal de la cantidad de movimiento con la fuerza de arrastre FA , sobre la placa
analizada en dx , y posteriormente se aplica el teorema del impulso se obtiene que:
  
    
 0 dx     V dy dx  V X   Vdy dx    V V X  V  dy dx
2
(2.1.g.8)
x 0 x 0 x  0 
La fuerza de arrastre va a ser igual a la integral del esfuerzo de cortante en sentido dx , o sea:

CW xV X2
FA    0 dx    V V X  V  dy  V  2 
2
X (2.1.g.9)
0
2

Agrupando convenientemente:
 
V    V   
0   Y 0     V V X  V dy  ;   Y 0    V V X  V dy  (2.1.h)
y x  0  y x  0 
Por tanto:
CW VX2
0  (2.1.h.1)
2
En (2.1.g.9) se cumple que  2  0,5  CW x , lo cual se deduce comparándola con la obtenida por

análisis dimensional. Los valores de CW se obtienen mediante formulación, ábacos y tablas.

2.5.2 Determinación de la fuerza de arrastre y el perfil de distribución de velocidades de la


capa límite laminar mediante el empleo de polinomios de segundo y tercer grado.

1- Perfil de distribución de velocidades de la capa límite laminar dado por una aproximación
con un polinomio de segundo grado

Para una distribución de velocidades de la capa límite laminar dada por una aproximación con
un polinomio de segundo grado, esta tomará la forma mostrada en la ecuación (2.1.d.9), que
viene dada por:
2
V 2y  y 
   (2.1.d.9)
VX   
Con el esfuerzo cortante dado en la relación (2.1.h):
67

V    2 
 V   
 0    Y 0     V V X  V dy   V X   1 
V
  dy  (2.1.h.2)
y x  0  x  0 V X  V X  
Sustituyendo la ecuación (2.1.d.9) en (2.1.h.2) se tiene:

V 2 
 V  V  
x  0 V X
  Y 0  V X  1  dy  (2.1.h.3)
y  VX  
Tomando el término de la izquierda de (2.1.h.3), y teniendo en cuenta que la derivada parcial de
la velocidad con respecto al eje ordenado y posee como condición de frontera y  0 , evaluando
con esta condición de frontera en (2.1.d.9) se tiene que:
1 V 2
 Y 0  (2.1.h.4)
V X y 
Despejando VX
V 2V
 Y 0   X (2.1.h.5)
y 
Sustituyendo la expresión (2.1.h.5) en (2.1.h.3) se obtiene:

  V  

2V X  V
x  0 V X
 V 2
1   dy  (2.1.h.6)
 X 
 VX  
Sustituyendo valores de (2.1.d.9) en (2.1.h.6) y resolviendo convenientemente, se arriba a:

   2 y  y    2 y  y   
 2 2
2VX
x  0       
  VX2       1      dy (2.1.h.7)
      

Resolviendo convenientemente en (2.1.h.7) se tiene que:


2V X   5 1 2 2 
  V X2  2     V X (2.1.h.7.a)
 x  3 5 15 x
O sea:
2V X 2 2 
  VX (2.1.h.8)
 15 x
La expresión (2.1.h.8) es una ecuación diferencial de variables separables, por lo tanto,
aplicando la separación de variables en la ecuación diferencial (2.1.h.8) se arriba a:
15
dx   d (2.1.h.9)
VX
Integrando a ambos lados de (2.1.h.9) se obtiene la solución con términos no repetidos de la
ecuación diferencial (2.1.h.8), cuya solución viene dada por:
15 2
x (2.1.i)
VX 2
68
Despejando convenientemente en (2.1.i), se tiene que:

 30 5,477
  (2.1.i.1)
x Re X Re X
En las deducciones de las expresiones desde la (2.1.h.3) hasta (2.1.i.1) se ha tenido en cuenta las
condiciones de contorno, en las cuales para   0 ; x  0  C  0 .
El esfuerzo cortante se determina mediante la igualdad que se forma entre las expresiones
(2.1.h.5) y (2.1.h.1)
V C V 2 2V
0   Y 0  X X   X (2.1.i.2)
y 2 
Para la determinación del coeficiente de arrastre C X local  se toma la igualdad dada en (2.1.i.2)

V X2 2V
CX   X (2.1.i.2.a)
2 
Y se despeja en ella el coeficiente de arrastre C X local  , quedando:
 4
CX  (2.1.i.3)
  VX
Transformando convenientemente paso a paso, se llega a:
4 4x 4
CX    (2.1.i.4)
V X  Re X 
Re X
x
 5,477
En la ecuación (2.1.i.1) fue definido que  , por lo tanto sustituyendo este valor en
x ReX
(2.1.i.4), se llega definitivamente a:
4 4 4 0,7303
CX     (2.1.i.5)
 5,477
Re X Re X 5,477 Re X Re X
x Re X
El coeficiente de arrastre CW medio es una dependencia de la suma de la totalidad de todos los
coeficientes locales en una longitud determinada L, por lo que su valor se obtiene como:
L
1 1,4606
CW 
L0 C X dx  2C X  X  L 
Re L
(2.1.i.6)

2- Perfil de distribución de velocidades de la capa límite laminar dado por una aproximación
con un polinomio de tercer grado

Para una distribución de velocidades de la capa límite laminar dada por una aproximación con
un polinomio de tercer grado, esta tomará la forma mostrada en la ecuación (2.1.e.5) que viene
dada por:
69
3
V y  y
 1,5  0,5  (2.1.e.5)
VX   
Con el esfuerzo cortante dado en (2.1.h):

V    2 
 V   
 0    Y 0     V V X  V  dy   V X   1 
V
 dy  (2.1.i.7)
y x  0  x  0 V X  V X  
Sustituyendo (2.1.e.5) en (2.1.i.7) se tiene:

V 2 
 V  V  
  Y 0  V X  1   dy  (2.1.i.8)
y 
x  0 VX  VX 
 
Tomando el término de la izquierda de (2.1.i.8) y teniendo en cuenta que la derivada parcial de
la velocidad con respecto al eje ordenado y posee como condición de frontera y  0 , evaluando
con esta condición de frontera en (2.1.e.5) se tiene que:
1 V 3
 Y 0  (2.1.i.9)
V X y 2

Despejando VX
V 3V X
 Y 0  (2.1.j)
y 2
Sustituyendo la expresión (2.1.e.5) en (2.1.i.7) se obtiene:

   3 y 1  y    3 y 1  y   
 
  V   
3 3
V
x  0 V X 
 0  V X2  1  dy   V X2      1     dy  (2.1.j.1)
       8   
 VX   x  0  2 2 8   2 2

Resolviendo convenientemente en (2.1.j.1) se llega a:


V  3V X
0   Y 0  0,139V X2  (2.1.j.2)
y x 2
En (2.1.j.2) se acaba de demostrar por otra vía lo obtenido en (2.1.j)
La expresión (2.1.j.2) es una ecuación diferencial de variables separables, dada por:
 3V X
0,139 V X2  (2.1.j.2.a)
x 2
Por lo tanto, aplicando la separación de variables en ella, se llega a:
3V X x
    (2.1.j.3)
0,139V X2
Resolviendo convenientemente queda:
10,791 dx
    (2.1.j.4)
VX

70
Integrando a ambos lados de (2.1.j.4) se obtiene la solución con términos no repetidos de la
ecuación diferencial (2.1.j.4), la cual viene dada por:
2 
 10,791 x  C1 (2.1.j.5)
2 VX

El valor de la constante C1 se obtiene de las condiciones de frontera, donde para


  0 ; x  0  C  0 , por lo tanto:

2 
 10,791 x (2.1.j.6)
2 VX
x2 
Transformando a (2.1.j.6), teniendo en cuenta que  x se tiene que:
Re X V X

2 10,791
2
 (2.1.j.7)
2x Re X
Elevando a la potencia ½ en ambos miembros de (2.1.j.7) se llega a:
 10,791
 (2.1.j.8)
x 2 Re X

Agrupando convenientemente en (2.1.j.8) se obtiene:


 4,645
 (2.1.j.8)
x Re X

El espesor de la capa límite obtenido mediante el método de variables de semejanza, (conocido


 4,91
también como método de Blasius) fue visto en (2.1.b.9) que es igual a  , valor
x Re X

próximo al obtenido en (2.1.j.8), por lo que se considera la aproximación dada con un polinomio
de tercer orden como buena, con un error de aproximadamente  5%
Los valores de los coeficientes de arrastre C X local  y CW medio se determinan como:

 El esfuerzo cortante se toma a partir de lo obtenido en la relación (2.1.j.2), o sea:


V 3V X
0   Y 0  (2.1.j.2)
y 2
4,645 x
Despejando el espesor de la capa límite obtenido en la ecuación (2.1.j.8)   y
Re X

sustituyendo en la relación (2.1.j.2) se tiene que:


V 3V X
0   Y 0  (2.1.j.9)
y  4,645 x 
2 
 Re 
 X 

71
Agrupando convenientemente en (2.1.j.9) se llega a:

3V X Re X 0,323V X Re X V X2 C X V X2


0    0,323  (2.1.k)
24,645x  x x 2

Para la determinación del coeficiente de arrastre C X local  se toma la igualdad dada en (2.1.k)

V X2 C X V X2
0,323  (2.1.k.2)
x 2
Y se despeja en ella el coeficiente de arrastre C X local  , quedando:

 V X2 

2 0,323 
 x  0,646 Re 0,646
CX     (2.1.k.3)
V X2 xV X Re
Anteriormente fue visto que el análisis efectuado mediante el método de variables de semejanza,
(conocido también como método de Blasius), arrojó en (2.1.c.2) que el coeficiente de arrastre
0,664
C X local  , es igual a C X  , valor muy próximo a (2.1.k.3), por lo que se considera
Re X

como adecuada la aproximación obtenida mediante el empleo de un polinomio de tercer orden.


El error obtenido en este caso es de aproximadamente  3% .
El coeficiente de arrastre CW medio es una dependencia de la suma de la totalidad de todos los
coeficientes locales en una longitud determinada L, por lo que su valor se obtiene como:
L
1 1,294
CW   C X dx  2C X  X  L  (2.1.k.4)
L0 Re L

Por lo tanto la fuerza de arrastre sobre cada cara de la placa de longitud L y anchura unitaria, se
determina aplicando la relación (2.1.g.9), obteniéndose que:
L
VX2
FA    0 dx 0,323 dx  0,646 V X2 L (2.1.g.9)
0
x

2.5.3 Ecuaciones de Prandlt de la capa límite

Para deducir las ecuaciones de Prandlt de la capa límite se comienza por suponer que se tiene un
fluido incompresible, en régimen laminar permanente, con carácter de flujo bidimensional, el
cual circula sobre una pared cualquiera en la que el radio de curvatura es muy superior al
espesor de la capa límite. Al suceder esto las ecuaciones de Navier-Stokes (1.1.c.9) se
simplifican, quedando en la siguiente forma:

72
1 p  V X V X    2V X  2V X 
 X  V X  VY       (2.1.h)
 x  x y   x
2
y 2 
En la ecuación (2.1.h) se cumple que X  0 en la dirección del movimiento.
Acá como el flujo es bidimensional en la ecuación de continuidad (1.1.d.8) no se tendrá en
cuenta el término correspondiente al eje coordenado z , entonces esta vendrá dada por:
V X VY
 0 (2.1.h.1)
x y
Como la velocidad en el sentido del eje coordenado y es muy pequeña comparada con la
velocidad en el eje coordenado x, entonces se puede suponer que VY  0 , entonces:

VY V  2V X
0  X 0 ; 0
y y y 2
Por lo tanto, la ecuación de Navier-Stokes (2.1.h) quedará:
1 p VX VX  2VX
 VX VY  (2.1.h.2)
 x x y y 2

En el borde de la capa límite se tiene la velocidad VX del movimiento irrotacional exterior, por
lo que aplicando la ecuación de Bernoulli se puede determinar la variación longitudinal de
presión, resultando:
1 dVX2 1 p 1 dVX2  2VX V V
   2  VX X  VY X (2.1.h.3)
2 dx  x 2 dx y x y
Si en la ecuación (2.1.h.3) se introduce la función línea de corriente  en la forma:
 
VX   ; VY   (2.1.h.4)
y x
Con los valores de la función línea de corriente  , la ecuación de continuidad se satisface
automáticamente, por lo que sustituyendo los valores de esta función dados en (2.1.h.4), en la
ecuación (2.1.h.3) se tiene:
 2   2  1 p  3
   (2.1.h.5)
xy y  2 y x  x y 3
La ecuación (2.1.h.5) fue deducida por Prandlt y es la relación que se aplica en la obtención de
la capa límite laminar sobre un contorno plano.

2.5.4 Deducción de la ecuación clásica de Von-Karman para la capa límite.

Para la deducción de la ecuación clásica de Karman para la capa límite se toma como punto de
partida la figura 2.1.g cuyo análisis genera que los caudales de la cantidad de movimiento, en

73
proyección paralela a la pared, manteniendo además la anchura de la capa límite igual a la
unidad, vienen dados por:
Sobre (AB), wm  AB   wm entrante (2.1.h.6)

w m
Sobre (CD), wm CD   wm  dx saliente  (2.1.h.7)
x
w
Sobre (BC), dx V X entrante  (2.1.h.8)
x
La variación de la cantidad de movimiento viene dada por la diferencia del caudal saliente (CD)
con la suma de los caudales entrantes (AB) y (BC) en el término izquierdo y en el término
derecho la suma de los elementos (CD) y (BC), lo cual arroja:
 w  w w w
 wm   wm  m dx   dx V X  m dx  dxVX (2.1.h.9)
 x  x x x
El impulso mecánico entonces vendrá dado por:
 p      p 
p   p  dx      dx    0 dx   0    dx (2.1.i)
 x   x   x 
Igualando las expresiones (2.1.h.9) y (2.1.i) se obtiene:
wm w p
 VX   0   (2.1.i.1)
x x x
Desarrollando en detalles el término derecho de (2.1.i.1), se tiene que:

wm     1   2 V X2  ; w  V X    1  ;    1  cte
wm
 VX
w wm
 

  1   2 V X2     2 V X2     1   2  2V X V0 
  (2.1.i.2)
x x x x x x
w V
     1  X
x x
 wm  w
Sumando los términos de la derecha y de la ecuación (2.1.i.2) se tiene que:
x x
wm w  V X V
 VX   2 V X2      1   2 2V X       1  X (2.1.i.3)
x x x x x
Sustituyendo la expresión (2.1.i.3) en (2.1.i.1)
p  V V
 0     2 V X2      1   2 2V X X       1  X (2.1.i.4)
x x x x
Agrupando convenientemente quedará:
V X V2 p V X
  0  V X  P   X  cte ;   V X (2.1.i.5)
x 2 x x

Simplificando en (2.1.i.5) se tiene definitivamente que:

74
 2 2 V X
0  VX   VX   1   2  (2.1.i.6)
x x
La relación (2.1.i.6) se conoce como ecuación de Karman, en la que las variables V X ,  1 ,  2
dependen solamente de la dimensión x.

2.5.5 Ecuación integral de la energía de la capa límite

El primer principio de la termodinámica aplicado a un sistema abierto en régimen estacionario,


permite determinar la cantidad de calor Q que surge como resultado de una transformación. Esto
puede ser logrado mediante el empleo de la siguiente relación:

Q  h  T  ECinetica  EPotencial (2.1.i.7)


La expresión indica que la energía se puede considerar en forma de entalpía, calor o energía
cinética, con las mismas unidades que el trabajo de cizalladura o de corte. A pequeñas
velocidades, los términos asociados a la energía cinética y potencial y al trabajo de cortadura
son pequeños en comparación con las demás magnitudes, y se pueden despreciar.
La velocidad a la que la entalpía entra a través de la cara (AB) de la capa límite representada en
la figura 2.1.h viene dada por:

h AB   mCpT  Cp  VTdy (2.1.i.8)
0

Mientras que la velocidad del flujo de entalpía a través de la cara (CD) vendrá dada por:

    
T
h AB 
hCD   h AB   dx  h AB   Cp  VTdy dx  (2.1.i.9)
x 
x 0   
  
Restando a la entalpía de entrada el flujo de entalpía de salida, o sea, las entalpías obtenidas
mediante las ecuaciones (2.1.i.8) y (2.1.i.9) respectivamente, se llega a la entalpía que queda
dentro de la capa límite, la cual viene dada por:

    
T
dx 
x   0
h AB   hCD   Cp VTdy (2.1.j)
 
  
La entalpía transportada al interior del volumen de control a través de la superficie (BC),
entonces será:

    
T
dx 
x   0
h BC   CpTF VTdy (2.1.j.1)
 
  

75
A su vez, el calor transferido por conducción a través de la capa límite viene dado por la ley de
Fourier, o sea:
 T 
q  dx   (2.1.j.2)
 x Y 0

Figura 2.1.h Representación de la capa límite térmica.

Si se suman todas las contribuciones energéticas en el seno de la capa límite, se obtienen


entonces la ecuación integral para la conservación de la energía, la cual viene dada por:
T T
       T 
CpTF   Vdy dx  Cp   VTdydx  dx   0 (2.1.j.3)
x  0  x  0   x Y 0
 
Como fuera de la capa límite térmica la temperatura es igual a TF , entonces solo se integrará
hasta el límite y   T de la misma por lo tanto la ecuación integral (2.1.j.3) se transformará a:
T T
   T 
CpTF 
x 0
Vdy  Cp 
x 0
VTdy     0
 x  Y  0
(2.1.j.4)

Dividiendo la ecuación (2.1.j.4) por el factor Cp  , y aplicando propiedades de integrales, se


llega a:
T T
  T
CpTF V  dy Cp VT  dy   
x 0 x x
 0
  Y  0  0 (2.1.j.5)
Cp Cp Cp
Resolviendo y despejando el término correspondiente a la ley de Fourier, se obtiene una
expresión equivalentemente igual a la relación (2.1.j.5), la cual viene dada por:
T
  T 
x  T
0
F  T Vdy  a  
 x  Y  0
(2.1.j.6)

La ecuación (2.1.j.6) es la ecuación integral de la energía de la capa límite laminar para el caso
de un fluido de baja velocidad, en la que la dx se comporta como un intervalo y es
independiente de dy .
76
Si fuese empleado el ya conocido perfil de velocidades de tercer grado, expresado mediante la
relacion (2.1.e.5):
3
V y  y
 1,5  0,5  (2.1.e.5)
VX   
y la distribucion de temperaturas fuese dada por:
T  TPF
 (2.1.j.7)
TF  TPF
Agregado en el denominador de (2.1.j.7) una diferencia de la temperatura del fluido en la zona
separada de la pared, o sea, para y  0 , en el cual este será una cantidad nula expresada por
TF  TF  , y resolviendo convenientemente, paso a paso se llega a:

T  TPF T  TF  TF  TPF T  TF
   1 (2.1.j.7.1)
TF  TPF TF  TPF TF  TPF
Igualando la distribución de temperaturas dada por (2.1.j.7.1) y el perfil de velocidades
representado por (2.1.e.5), se arriba a:
3
T  TPF T  TF  TF  TPF T  TF y  y 
    1  1,5  0,5 
 (2.1.j.8)
TF  TPF TF  TPF TF  TPF T X  
 T X  
Para llegar a la expresión (2.1.j.8) se han tenido en cuenta las condiciones de frontera siguientes:
  2T
 y  0 ; T  TPF ; y 2  0

Para  (2.1.j.9)
 y   ; T  T ; T  0
 T F
y

Retomando a (2.1.j.8), y agrupando convenientemente se llega a:


  y  
3

TF  T  1  1,5
y
 0,5    TPF  TF   0 (2.1.j.9.a)
 T X   
  T  X   

Retomando la ecuación del perfil de velocidades de tercer grado, dado por la ecuación (2.1.e.5)
y despejando en ella el término VX , se tiene que:

 y  y  
3

V  1,5  0,5   VX (2.1.k)
     

Sustituyendo las expresiones (2.1.j.9.a) y (2.1.k) en (2.1.j.6), se obtiene:
   
 T   y    y   
3
 T 
3
  y
  1  1,5
y
 0,5



 T  T  
F   1,5  0,5  V X dy  a   (2.1.k.1)
x 0  T X    T  X   
PF
         y Y 0

Aplicando propiedades de la integral definida en (2.1.k.1), esta se puede simplificar a:
77
 T  
T   y    y
3

   1,5  0,5  y   dy  a  T 
3

  TPF  TF V X
y 
a  0 
1  1,5
T X 
 0,5
      
 y Y 0 x   T  X       x Y 0
(2.1.k.2)
Resolviendo la integral presente en (2.1.k.2) y evaluando los límites de integración en la
primitiva obtenida se arriba a:
 T  d  3 T2 3 T4 
a    TPF  TF V X    (2.1.k.3)
 y  Y 0 dx  20  280  3 

 T  3
Teniendo en cuenta que    TPF  TF  , entonces resulta que:
 x  Y 0 2 T

3a d  3 T2 3 T4 
 VX    (2.1.k.4)
2 T dx  20 280 3 

T
Denominando la variable   , y sustituyéndola en (2.1.k.4) se tiene que:

3a d  3 T2 2 3 T4 4 
 VX      (2.1.k.5)
2 T dx  20 280 

T
 Pr 
 1 3 
Pohlhausen demostró en sus trabajos que  

El valor de Pr es del orden de la unidad para la mayor parte de los gases, 0,6 < Pr < 1, mientras
que para la mayor parte de los líquidos varía en un campo muy grande, con valores elevados
para los aceites muy viscosos y bajas temperaturas, y valores muy bajos para los metales
líquidos; en consecuencia,
  1 ;  1   4   2 (2.1.k.6)
Teniendo en cuenta la condición dada en (2.1.k.6) resulta:
3a d  3 2  3V0  2 d d 
 VX       2  (2.1.k.7)
2 dx  20  20  dx dx 
Agrupando convenientemente:
10a
dx   3 d  2 2 2 d (2.1.k.8)
VX
Derivando la solución hidrodinámica (2.1.j.4) se llega a:
VX  dx
 2  21,58  2 d  21,58 (2.1.k.9)
V VX
Sustituyendo la expresión (2.1.k.9) en (2.1.k.8) se tiene que:

78
10a 10,79  dx  x 
dx   3  2   21,58 d  (2.1.l)
VX  VX  VX 
Sustituyendo y simplificando convenientemente se llega a:
d 13a 13
 3  4 2   (2.1.l.1)
dx 14 14 Pr
Por lo tanto, la solución general considerando la ecuación del perfil de velocidades como una
función de tercer grado vendrá dada por:
10 0,92678
 3  Cx 3 4    Cx 3 4   (2.1.l.2)
10,79 Pr Pr
La solución exacta para el problema analizado posee la forma siguiente:
13 0,92857
 3  Cx  3 4    Cx  3 4   (2.1.l.3)
14 Pr Pr
Si fuesen aplicadas las condiciones siguientes:

 
3
13 3 xi
x  xi ;   T  0 ; C  
2
(2.1.l.4)
  14 Pr
Resultaría entonces que:
3 4 
x 
1  i 
  0,976
3
x (2.1.l.5)
Pr
Por lo que:
3
3 2 4,64 x
X    (2.1.l.6)
2 T x 
3 4  Re
1  i 
0,976 x
3

Pr
Agrupando convenientemente en la ecuación (2.1.l.6) se tiene:
3
3
1 Pr Re
X  2
3 4 
 0,332
3 4 
(2.1.l.7)
x  x  x
1  i  3 1  i 
 4,64 x  x
3
x
0,976 
 Re  Pr
Finalmente se obtiene que:
X x 3
Pr Re
 Nu X  0,332 (2.1.l.8)
 x 
3 4 
3 1  i 
x

79
Si en el procedimiento aplicado para la obtención de la ecuación (2.1.l.8), se hubiese
considerado desde un inicio la ecuación del perfil de velocidades como una función de tercer
grado se hubiese obtenido entonces:
X x 3
Pr Re
 Nu X  0,323 (2.1.l.9)
 x 
3 4 
3 1  i 
x

x 
Si en (2.1.l.8) se hace la fracción  i   0 , entonces esta expresión se transforma dando lugar a
x
la ecuación de Pohlhausen, la cual viene dada por:
X x
 Nu X  0,323 3 Pr Re (2.1.m)

Teniendo en cuenta que:
0,976  T 0,976 x
  ; T   4,534 (2.1.m.1)
3
Pr  3
Pr Re 3 Pr
Se puede determinar el coeficiente medio de transferencia de calor por convección  X en el
intervalo 0  x  L , a lo largo de la superficie plana, de la siguiente forma:
X L
1 0,664 Re 3 Pr
    X dx  2 X  X  L  (exacto)
L X 0 L
X L
(2.1.m.2)
1 0,646 Re 3 Pr
    X dx  2 X  X  L  (ecuación de tercer grado)
L X 0 L

El calor transferido desde la placa de ancho unitario al fluido será:


Q  L  TPF  TF  (2.1.m.3)
Sobre la placa existen dos zonas perfectamente diferenciadas, la primera sin aporte de calor, en
la cual se cumple que:
 x  x1 ; Q  0

 x  x ; Q  0,323 F
3
Pr Re
 1 3 4 
TPF  TF  (2.1.m.4)
 x  xi 
3 1
  
 x
O sea:
 x  x1 ; Q  0

 x  x ; Q  0,323 F TPF  TF  Pr Re
3

 1
x 3 4 
(2.1.m.5)
 x 
3 1  1 
 x

80
Para una zona de la placa comprendida entre, x1  x  x 2 , a la que se le aplica un flujo de calor
Q se tiene que:

 
 
F  TPF  TF  TF  TPF  
Q  0,323 3
Pr Re   (2.1.m.6)
x 3 4  3 4  
 3 1   x1   x 
3 1  2 

   
 x  x 
Del análisis de (2.1.m.6) se observa que el flujo de calor en la región x1  x 2 es negativo, lo que
significa que en la citada sección la pared reabsorbe parte del calor comunicado a la capa límite
en la región x1  x  x 2 .

2.5.6 Relación entre el coeficiente de arrastre local y el coeficiente pelicular de transferencia


de calor α en un flujo laminar sobre una placa plana.

Con el uso de la expresión (2.1.c.2), se puede determinar el coeficiente local de arrastre C X a lo


largo de una placa plana. En esta expresión se asume que para el espesor  de la capa límite el
gradiente de presiones es cero y las propiedades del fluido son constantes. Estas suposiciones
generan un número adimensional local de Nusselt para flujo laminar, conocido como expresión
de Pohlhausen, la cual también fue vista ya en la ecuación (2.1.m).
Es conocido que el número adimensional de Stanton viene dado por la expresión (1.1.j.4), la
cual viene descrita por:
 Nu
St   (1.1.j.4)
CpV Re Pr
Sustituyendo la ecuación (1.1.j.4) en la ecuación (2.1.m) se tiene que:
 Nu 0,332 0,332 C CX
St    23  23 X  (2.1.m.7)
 CpV Re Pr Pr Re Pr Re 2 Pr
23

Despejando convenientemente en (1.1.j.6) se llega a:


CX
 St X Pr 2 3 ; Pr  0,5 (2.1.m.8)
2
La expresión (2.1.m.8) es conocida en la transferencia de calor como analogía de Reynolds-
Colburn. Esta establece una relación entre el coeficiente de arrastre local C X y el número de
Stanton St X para flujo laminar a lo largo de una placa plana.
Resulta más sencillo efectuar medidas de la fuerza de arrastre, que de la transferencia de calor,
por lo tanto para el caso de los valores medios del coeficiente de arrastre se puede escribir:

81
CW 
 St X Pr 2 3  Pr 2 3 (2.1.m.9)
2  CpV X

En la expresión (2.1.n) CW es el coeficiente de arrastre medio y St es el número de Stanton


medio.
Si se tiene en cuenta lo anterior, la fuerza de arrastre FA quedará en la forma:

 La CW V X2  La V X2 


FA    La  V X2 (2.1.n.1)
2 CpV X Cp

2.5.7 Capa límite turbulenta para placa plana

No existe una teoría exacta que permita estudiar la capa límite turbulenta; sin embargo sí existen
modelos empíricos que han permitido la obtención de soluciones numéricas de las ecuaciones de
la capa límite.
El reparto de velocidades para la placa plana es aproximadamente logarítmico, habiéndose
obtenido al efecto los siguientes resultados experimentales:

V m y 9
Para 105  Re  107 ;  ;  m7 ; F  (2.1.n.2)
V0  7

Donde el valor de  0 viene dado por:



 
0     V V0  V dy  (2.1.n.3)
x  0 

Acá la expresión (2.1.n.4) se puede aplicar también al régimen turbulento, por cuanto en su
demostración no se ha fijado la forma de la distribución de velocidades en la capa límite, por lo
que la distribución de velocidades V V0 puede ser, para una placa plana, de la forma

V V0   y  
1m
, por lo tanto para el flujo turbulento por el interior de tuberías esta distribución
de velocidades quedaría como:

V y
m (2.1.n.5)
VMax d
Bajo estas circunstancias Blasius dedujo por vía experimental que:

 0  0,0288 V X2 4 (2.1.n.6)
V0

La expresión (2.1.n.6) es válida para 5  10 5  Re  10 7


Si se sigue un procedimiento análogo al aplicado para el cálculo de la capa límite laminar se
llega a:

82
  V  V  
 
2   7 y
 y   7 d
 0  V          dy  V X2
2
  1  dy  V  1 7
 (2.1.n.7)
x  0 V0  V0  
X X

x  0   
   72 dx

Igualando las expresiones (2.1.n.6) y (2.1.n.7) se tiene que:


 7 d
0,0288  V X2 4 0  V X2 (2.1.n.8)
 V0 72 dx

Despejando en (2.1.n.8) el espesor de la capa límite 

 
4
 d  0,234 4 dx ;  5 4  0,292 4 x (2.1.n.9)
V0 V0

Agrupando convenientemente en (2.1.n.9) se llega a:


 0,292
 (2.1.o)
x 5 Re
X

En la ecuación (2.1.o) se ha supuesto que la capa límite es turbulenta en el total de la longitud de


la placa L de forma que para x  0 ;   0 .

El esfuerzo cortante  0 vendrá dado por:

  
 0  0,0228V02 4  0,0228 V02  0,029V02 5 (2.1.o.1)
 V0 4
V0
0,376x xV0
5 Re X

Por lo tanto, la fuerza de arrastre FA por unidad de anchura de la placa vendrá dada por:
L
V02 L 0,0592 0,072 p
FA    0 dx  0,036 ; CX  ; CW   (2.1.o.2)
0
5 Re L 5 Re
X
5 Re
L
0,5  V02 L

Las ecuaciones (2.1.o.2) son válidas para 5  10 5  Re  10 7


Evaluando en (2.1.o.2) para el número crítico Re  5  10 5 , se tiene que:
0,072 X 0,072 1700
CW   0,0034 C   (2.1.o.3)
5 Re
L
L 5 Re
L
ReL

Igualmente se puede determinar que para números de Re comprendidos entre 10 6  Re  10 9


resulta:
0,026
CX 
7 Re X

En caso de que sea requerida más precisión se puede recurrir a la formula única de White, la
cual es válida en el intervalo 10 5  Re  10 9 y viene dada por una relación logarítmica:
0,455
CW  (2.1.o.4)
Ln 0,06 ReL 
2

83
El coeficiente de arrastre, que es exacto para toda la placa, y que incluye las zonas laminar y
turbulenta, se determina mediante las expresiones:

1,328 ReC   Re 
45

CW   0,074 Re L1 5 1   C   (2.1.o.5)
ReC Re L   Re L  

1,328 Re C 0,523  Re  0,523


CW   2   C  2 (2.1.o.6)
Re C Re L Ln 0,06 Re L   Re L  Ln 0,06 Re L 

La expresión (2.1.o.5) es válida para ReL  107 , mientras que la expresión (2.1.o.6) es válida

para Re L  107
Cuando el gradiente de presiones se mantiene nulo a lo largo de la placa plana, la capa límite se
desarrolla a lo largo de la misma, independientemente de su longitud. Pero si el gradiente de
presiones es adverso, la presión aumenta en el sentido de la corriente, y el espesor de la capa
límite crece rápidamente. Por otro lado, el gradiente de presión adverso junto con el esfuerzo
cortante en la pared, hacen que disminuya la cantidad de movimiento dentro de la capa límite y,
si ambos actúan a lo largo de una distancia suficiente, el fluido de la capa límite se irá frenando
hasta alcanzar el reposo; en este instante, la línea de corriente que coincide con la pared se aleja
de la superficie a partir del punto de separación, conociéndose este fenómeno como
desprendimiento de la capa límite.
Este fenómeno se acentúa cuando el perfil es un conducto divergente; el flujo en las
proximidades del contorno se va frenando continuamente hasta alcanzar un punto en el que la
velocidad se hace cero. La forma del contorno puede exigir una disminución mayor de la
velocidad, cosa imposible, por lo que el fluido se separará de él, produciéndose al mismo tiempo
un contraflujo originado por el gradiente de presiones adverso, es decir, aguas abajo del punto
de desprendimiento se origina una zona de bajas presiones, que provocan la aparición de una
fuerza depresiva dirigida en el sentido de la corriente, denominada resistencia de forma, por
depender hasta cierto punto de la geometría del perfil.
En la tabla 2.1.c se ofrece un breve resumen de coeficientes medios de arrastre CW de algunos

perfiles inmersos en una corriente fluida que posee una velocidad V0 .


La fuerza de arrastre se determina mediante el empleo de la relación siguiente:
FA  0,5  CW V02 AFrontal  (2.1.o.7)
En la relación (2.1.o.7) se cumple que:
CW Es el coeficiente de arrastre medio, obtenido de la tabla 2.1.c

AFrontal Es el área o superficie frontal que se opone al movimiento de la corriente fluida, en m2


84
Tabla 2.1.c Coeficientes medios de arrastre CW de algunos perfiles inmersos en una corriente

fluida que posee una velocidad V0

Placa plana paralela al flujo o 1,328


Régimen laminar CW 
corriente fluida A  dL Re
0,455
Re  10 7  CW 
Log Re L 
2 , 58

0,074
Re  107  CW  5
Re
Placa plana perpendicular a la
corriente A  dL Para Re  10 3
 L  L
   50  CW  0,016   1,146
d  d 
 L
   50  CW  1,95
d 

8
Re  1  CW 
Cilindro normal a la corriente   7,4 
Re Log  
A  dL   Re 

10  Re  103  CW  4,9108 Re0,226


0,15
 L
10  Re  10  CW  0,616  
3 5

d 
L
Re  105  CW  0,0013    0,3437
d 
Cilindro corto horizontal d 2
A
4
2
 L  L
Re  10  CW  0,6385 Log   0,5007Log   0,9291
3

d  d 

Cono A  dL Para Re  10 3 ;   60  CW  0,079 


0,565

Para Re  10 3 ; 60    90  CW  0,02  
0,9

Para Re  10 3 ; 90    180  CW  0,0028   0,9

85
Tabla 2.1.c Breve resumen de coeficientes medios de arrastre CW de algunos perfiles inmersos
en una corriente fluida que posee una velocidad V0 (Cont.)
viga cuadrada paralela la flujo d  d 
0     2  CW  0,264    1,39
Para Re  10 3
; Ad 2
L L
2
d  d  d 
2     5  CW  0,0149   0,1306   0,6685
 L  L  L
d 
5     CW  0,95
 L

Viga rectangular perpendicular al d  L


0     0,7  CW  1,36    1,772
flujo L d 

Para Re  10 3 d  d 
0,7     2,5  CW  0,992 Ln   2,284
L  L

d  d 
2,5     6  CW  0,1395   1,7349
 L  L
Disco circular perpendicular al Para Re  10 ; CW  25,631Re
0,861

flujo
Para 10  Re  10 2 ; CW  0,0233Re 3,8333
d
A
4 Para 10 2  Re  10 3 ; CW  0,0004Re 1,5444

Para Re  10 3 ; CW  0,0043LnRe  1,07

Cilindro corto vertical

A  dL
0,131
 L
Re  10  CW  0,6228 
3

d 

Para más detalles acerca de otras configuraciones se puede consultar la literatura especializada.
(Véase por ejemplo Convective heat transfer, de Kays y Crawford).

86
Capítulo 3 Principios de hidrodinámica aplicada en conductos y accesorios.

3.1 Regímenes de corriente de líquidos y gases en conductos.

Tal como fue comentado anteriormente, los experimentos demuestran que son posibles dos
regímenes o dos tipos de corriente de líquido y gases en conductos:
1- Laminar 2- Turbulento.
La corriente laminar es la formada por capas de fluido en movimiento sin mezclarse las
partículas del fluido, ni variar su velocidad a lo largo del tiempo. En este caso todas las líneas de
corriente se determinan por la forma del cauce por el cual fluye el líquido. Cuando la corriente
del líquido en un tubo recto de sección constante es laminar, todas las líneas de corriente son
paralelas al eje del tubo, es decir, rectas, no surgen desplazamientos transversales de las
partículas del líquido, por lo cual este no se mezcla durante su movimiento. Un piezómetro
unido al tubo con corriente laminar estacionaria indica que la presión y la velocidad, son
invariables en el tiempo y que no hay oscilaciones (pulsaciones). De este modo la corriente
laminar es bastante ordenada y siendo la altura de carga constante, estrictamente estacionaria
(aunque en el caso general puede ser irregular).
Sin embargo, la corriente laminar no se puede considerar carente de torbellinos, porque aún sin
presentar torbellinos bien manifiestos, con el movimiento de traslación surge un movimiento de
rotación ordenado de partículas aisladas del líquido alrededor de su centro instantáneo con
velocidades angulares determinadas. La corriente turbulenta es la que va acompañada por una
mezcla intensa del líquido y oscilaciones de velocidades y presiones. Cuando la corriente es
turbulenta, las líneas de corrientes se determinan sólo aproximadamente por la forma del cauce.
El movimiento de las partículas resulta desordenado y las trayectorias tienen a veces la forma de
una curva complicada. Esto se debe a que en la corriente turbulenta, junto con el desplazamiento
principal del líquido a lo largo del tubo, surgen desplazamientos transversales y movimiento de
rotación de diferentes volúmenes del líquido.
El cambio de régimen de corriente del líquido dado en el tubo se realiza a determinada
velocidad de la corriente que se denomina crítica ( VCR ). Experimentalmente se ha demostrado,
que la magnitud de esta velocidad es directamente proporcional al coeficiente de viscosidad
cinemática , e inversamente proporcional al diámetro del tubo (d), o sea:
v
VCR  k (3.1.a)
d
El coeficiente adimensional de proporcionalidad k tiene significación universal, es decir, es el
mismo para todos los líquidos y gases y para cualquier diámetro de tubo. Esto significa que el
87
cambio de régimen de la corriente tiene lugar cuando la relación entre la velocidad, el diámetro
y la viscosidad tiene un valor determinado e igual a:
VCR
k d (3.1.a.1)

Este número adimensional se denomina número crítico de Reynolds (en honor al sabio inglés
que estableció este criterio)
Como muestran los experimentos, el número crítico de Reynolds es aproximadamente 2300. Sin
embargo, se puede hablar no solamente del número crítico Re CR , el cual corresponde al cambio
del régimen, sino también del número real de Reynolds para diferentes flujos y expresarlo por la
velocidad real, es decir, que de este modo, se obtiene el criterio que permite juzgar el régimen
de corriente de un líquido o un gas por el interior de un tubo. Puesto que la corriente laminar
tiene lugar a velocidades reducidas, si Re < Re CR la corriente siempre debe ser laminar mientras

que si Re  Re CR , la corriente siempre debe ser turbulenta.

3.1.1 Ecuaciones fundamentales para flujo incomprensible.

Los problemas de flujos de fluidos en tuberías, la predicción del régimen de flujo a través de
tubos de determinadas características, el cálculo de la conversión de energía en este, etc., se
encuentran con gran frecuencia en la práctica de la ingeniería y proporcionan la oportunidad de
aplicar muchos de los principios anteriores a flujos de fluidos esencialmente unidimensionales.
La solución de los problemas prácticos del flujo en tuberías, resulta de la aplicación del
principio de la energía, la ecuación de continuidad y los principios y ecuaciones de la resistencia
de fluidos. La resistencia al flujo en los tubos es ofrecida no solo por los tramos largos del tubo,
sino también por los accesorios de tubería tales como codos y válvulas que disipan energía al
producir turbulencias a escala relativamente grande.
La ecuación de Bernoulli modificada o ecuación de balance de energía mecánica, para un fluido
real durante su movimiento por un conducto de sección constante, se expresa de la siguiente
forma:
i n 2
P1 V2 P V2 V2 l V
 1 1  Z1  2   2 2  f  Z 2   i (3.1.a.2)
1 g 2g 2 g 2g 2g d i 1 2g

Los términos de la ecuación (3.1.a.2) son términos de energía específica, ya sea por unidad de
masa o de peso, siendo cada uno de ellos:
P1 es la presión a la entrada del conducto, en Pa.

P2 es la presión a la salida del conducto, en Pa.

88
V1 es la velocidad a la entrada del conducto, en m s .

V 2 es la velocidad a la salida del conducto, en m s .

 1 es la densidad a la entrada del conducto, en kg m 3 .

 2 es la densidad a la salida del conducto, en kg m 3 .


 1 y  2 son los factores que tienen en cuenta la no uniformidad del perfil de velocidades a la
entrada y salida del conducto respectivamente, adim
f es el factor de fricción de Darcy, adim.

g es el valor de la aceleración de la gravedad, siendo este una constante universal e igual a

9,809 m s 2 .
d es el diámetro interno del conducto, en m

 es la sumatoria de los coeficientes de pérdidas locales en los accesorios, adim.

Z 1 y Z 2 son los términos que contienen la diferencia de energía potencial , en m


Sin embargo en la mayor parte de los problemas de flujo en tuberías, se pueden omitir los
términos de  1 y  2 por varias razones:
1. La mayor parte de los problemas de ingeniería acerca de flujo en tubos implica un flujo
turbulento en el cual  es apenas ligeramente mayor que la unidad.
2. En el flujo laminar, en el que  tiene un valor elevado, las cargas de velocidad son de
ordinario despreciables cuando se comparan con los otros términos de la ecuación de
Bernoulli. Las cargas de velocidad en la mayor parte de los flujos en tubos son en general
tan pequeñas en comparación con otros términos que la inclusión de  tiene poco efecto en
el resultado final. El efecto de  tiende a cancelarse puesto que aparece en ambos lados de
la ecuación
A pesar de lo expuesto anteriormente, si se desea determinar el valor de  , se puede recurrir a
los valores recomendados en la literatura relacionada con el tema.
Una ecuación empírica para la obtención de este coeficiente para régimen turbulento fue descrita
por Camaraza1, la cual queda de la siguiente forma:
  1,284 Re 0, 015 (3.1.a.3)

La ecuación (3.1.a.3) es válida para 4  10 3  Re  5  10 7 . Para valores de Re  5  10 7 , el valor


del coeficiente  va a ser igual a la unidad.

1
Yanán Camaraza-Medina et al. Desing and modelation of piping systems by means of use friction factor in the
transition turbulence zone, Mathematical Modelling of Engineering Problems, Vol.4, No.4, 2017, pp.162-167.
89
Los experimentos iniciales, cerca de 1850, sobre el flujo de agua en tuberías largas, rectas y
cilíndricas indicaron que la pérdida de carga variaba aproximadamente en forma directamente
proporcional con la carga de velocidad y la longitud del tubo y en forma inversamente
proporcional con el diámetro del mismo. Empleando un coeficiente de proporcionalidad f
llamado factor de fricción, Darcy y Weisbach propusieron una ecuación que se expresa de la
siguiente forma:
l V2
p  f  (Pa) (3.1.a.4)
d 2
En la ecuación (3.1.a.4) se cumple que:
p es la caída de presión en el tramo del conducto analizado, en Pa

Las observaciones indicaron que el factor de fricción dependía en mayor parte de la rugosidad
del tubo, pero también de la velocidad y del diámetro de este. Más recientemente, se observó
que el factor de fricción dependía también de la viscosidad del fluido en circulación. Esta
ecuación denominada ecuación de Darcy es aún la ecuación básica para el cálculo de la pérdida
causada por la fricción establecida en tubos largos rectos y uniformes, no siendo así en
conexiones de tuberías.

3.1.2 Análisis dimensional del problema de fricción para flujo incompresible.

Se puede obtener una introducción al problema de la fricción en los tubos por medio de la
aplicación de los métodos de similitud y análisis dimensional. Esto permite que el problema se
trate de una manera general e indica las variables de las cuales depende el factor de fricción.
Aunque un análisis semejante no puede por sí solo producir relaciones matemáticas definidas, sí
indica las combinaciones existentes de las variables y justifica los métodos generalmente
aceptados en la actualidad de presentar los resultados experimentales de las pruebas acerca de la
fricción en tubos.
Se puede demostrar fácilmente por medio de los métodos del análisis dimensional que el
esfuerzo cortante  0 puede ser expresado como:

 vd e  2
0  f   V (3.1.a.5)
  d
Se ha demostrado así, sin conocimiento previo de resultados experimentales, que el factor de
fricción depende solo del número adimensional de Reynolds del flujo y de la relación

adimensional e , denominada rugosidad relativa del tubo, donde e es la rugosidad absoluta,


d

90
por lo tanto, el análisis dimensional ha producido un resultado general único, que es válido para
todos los fluidos en movimiento en tubos de sección circular.
Se puede afirmar con brevedad que el significado físico de los factores de fricción de los tubos
serán los mismos si sus números de Reynolds, sus patrones de rugosidad y sus rugosidades
relativas, son iguales. Cuando se interpreta por el principio de similitud su significado básico se
infiere que los factores de fricción de los tubos son los mismos si sus imágenes de flujo son
geométrica y dinámicamente similares en todos los detalles.
Un medio conveniente de presentar la información experimental sobre el factor de fricción, fue
formulado por Stanton 1914  , y consiste en una gráfica logarítmica del factor de fricción en
función del número adimensional Re con la rugosidad superficial relativa como parámetro. A
partir de dicha gráfica se puede obtener información completa sobre el factor de fricción para
flujo laminar y turbulento de cualquier fluido en tubos lisos y rugosos, siendo la única dificultad
la definición de un índice confiable de rugosidad del tubo.
Los resultados de las pruebas sistemáticas hechas por Nikuradse sobre el flujo turbulento en
tubos lisos y rugosos, demostraron perfectamente la relación entre f, Re y la rugosidad relativa.
En estas pruebas se obtuvo la similitud geométrica del patrón de rugosidad fijando un
recubrimiento de granos uniformes de arena sobre la pared del tubo, proporcionando así un
índice fácilmente medible de la rugosidad, siendo e, el diámetro de los granos de arena. Aunque
la rugosidad de los granos de arena de Nikuradse es bastante diferente de la de los tubos
comerciales, es una cantidad definida fácilmente medible que provee una base confiable para la
medición cuantitativa de los efectos de la rugosidad.

3.1.3 Determinación del factor de fricción para el cálculo de pérdidas de presión por el
interior de tubos rectos

Los resultados de Nikuradse se aceptan por lo general en la actualidad como la norma básica
para esta medición, siendo estos graficados, y reportados.
De estos se desprenden los siguientes conceptos básicos importantes:
1- La diferencia física entre los regímenes de flujo laminar y turbulento está indicada por el
cambio en la relación entre f y Re, cerca del número crítico de Reynolds, el que es de
aproximadamente 2300.
2- El régimen laminar se caracteriza por una curva única dada por la ecuación f  64 Re para
el caso de que el conducto sea circular para todas las rugosidades superficiales, y demuestra
así que la pérdida de carga en el flujo laminar es independiente de la rugosidad superficial.

91
3- En el flujo turbulento existe una curva de f vs. Re para cada rugosidad relativa e/d y del
aspecto horizontal de las curvas se puede deducir que para los tubos rugosos, la rugosidad es
más importante que el número de Reynolds para determinar el valor del factor de fricción.
4- Para altos números de Re, los factores de fricción de los tubos rugosos llegan a ser
constantes, dependientes por completo de la rugosidad del tubo y por lo tanto,
independientes del número de Re.
5- En el caso de las pruebas sobre tubos hidráulicamente lisos, los resultados de las pruebas de
Nikuradse confirman el criterio elaborado anteriormente por Blasius, el cual supuso
inicialmente que la rugosidad queda sumergida en la capa viscosa y no puede tener efecto
sobre el factor de fricción ni sobre la pérdida de carga, los que dependen solamente de los
efectos de la viscosidad. Blasius ha demostrado que esta curva para 3  103  Re  105  se
puede representar muy aproximadamente por una línea cuya ecuación es:
f  0,3165 Re 0.25 (3.1.a.6)
Cuando esta se sustituye en la Ecuación de Darcy puede notarse que la pérdida de carga es
directamente proporcional a la velocidad del fluido elevado a la potencia de 7/4 para flujo
turbulento en tubos lisos con Re  10 5 .
6- La serie de curvas para los tubos rugosos diverge de la curva para tubos lisos al aumentar el
número de Re. En otras palabras, los tubos que son lisos a valores bajos de Re, se tornan
rugosos a valores altos de Re. Esto se puede explicar por el espesor de la subcapa viscosa
que disminuye al aumentar el número adimensional de Reynolds, exponiendo así
protuberancias de rugosidad más pequeñas a la región turbulenta, y haciendo que el tubo
exhiba así las propiedades de un tubo rugoso.
Infortunadamente, los excelentes resultados de Nikuradse no se pueden aplicar en forma directa
a los problemas de ingeniería, porque los patrones de rugosidad de los tubos comerciales son por
completo diferentes, mucho más variables, y mucho menos definibles que el de la rugosidad
usada por Nikuradse.
Colebrook encontró que cuando se probaba cualquier tubo de rugosidad comercial a un número
de Re suficientemente alto, se obtenía un valor del factor de fricción que ya no variaba con el
número de Re. Esto permitía la comparación con la ecuación reportada por Nikuradse y por
medición del factor de fricción, permitía que se calculara un tamaño de grano de arena
equivalente e . Graficando los resultados de las pruebas en muchos tubos, Colebrook encontró
que los resultados de todas estas pruebas se conglomeraban cercanamente alrededor de una línea
única que es expresada por la ecuación:

92
e 
 Log  d  
1 2,51
(3.1.a.7)
f  3,7 Re f 
 
Esta ecuación es válida para el siguiente rango de valores:

4000  Re  10 8 ; 5  102  e  107


d
En la ecuación (3.1.a.7):
f es el factor de fricción de Darcy.

e es el tamaño del grano de arena equivalente, en m.


d es el diámetro interno del tubo, en m.
Re es el número adimensional de Reynolds, adim.
Los valores de e recomendados en la literatura moderna y clásica, varían entre sí, debido a
diversas causas como pueden ser: errores de medición, características diferentes de los
conductos, diferencias de los procesos de fabricación de las tuberías, etc.
En este trabajo se utilizarán los valores recomendados en el Perry’s Chemical Engineers
Handbook, los cuales, al criterio de este autor, son los de mayor confiabilidad. Estos valores son
resumidos en la tabla 3.1.a.
La ecuación de Colebrook, aunque resume en forma conveniente la información sobre tubos de
rugosidad comercial, es difícil de ser usada en ingeniería por métodos tradicionales, debido a
que esta es implícita y depende de un aparato matemático más complejo para su solución
(método de aproximaciones sucesivas).
Los tubos que se emplean en las instalaciones industriales son diferentes a los usados en los
experimentos en el sentido de que la aspereza de los primeros no es uniforme y resulta difícil dar
una descripción precisa de ella. En la tabla 3.1.a se dan valores de la aspereza equivalente para
algunos tubos comerciales, pero debe tenerse presente que estos valores son para tubos nuevos y
la aspereza relativa de éstos puede incrementarse con el uso como consecuencia de la corrosión,
la acumulación de incrustación y la precipitación. Como resultado, el factor de fricción puede
elevarse en un factor de 2 a 10. En el diseño de sistemas de tuberías, deben considerarse las
condiciones reales de operación. Asimismo, el diagrama de Moody y su equivalente ecuación de
Colebrook comprenden varias incertidumbres (el tamaño de la aspereza, el error experimental,
el ajuste de la curva para los datos, etc.) y, por consiguiente, los resultados obtenidos no deben
tratarse como exactos. Suele considerarse que son exactos hasta 15% sobre el intervalo
completo de la figura.
Esta ecuación fue graficada por Moody en forma de un diagrama de Stanton, conocido
actualmente como diagrama de Moody, el cual se puede encontrar en la totalidad de los textos
93
de mecánica de fluidos, acá viene dado en la figura 3.1 su equivalente graficado a partir de la
ecuación obtenida por [Camaraza, 2008] para la determinación del factor de fricción de Darcy,
el cual se recomienda para dar solución a los problemas prácticos de flujos de fluidos.
A lo largo de décadas varios autores han desarrollado fórmulas de cálculo para la determinación
del factor de fricción de Darcy, que, aunque son menos precisas, (ya que su error promedio es
cercano a un  30 % ), requieren de un aparato matemático de menor complejidad para su
resolución e implementación. En la Tabla 3.1.b se muestra un resumen de las más conocidas y
empleadas en la totalidad de las fuentes bibliográficas consultadas o conocidas.

Tabla 3.1.a Valores de e para distintos tipos de tubos

Tipo de tubo e mm


Tubos de acero sin costura 0,2
Tubos de acero galvanizado 0,125
Tubos de aceros viejos y herrumbroso 0,67- 2,0
Tubos de hierro fundido nuevos 0,26
Tubos de hierro fundido usados 1,2 - 1,8
Tubos de aluminio lisos 0,015 – 0,06
Tubo de latón, cobre, plomo, (sin costura ) 0,0015 – 0,01
Tubos de hormigón sin pulir 3-9
Tubos de hormigón pulido 0,3 -0,8

Vale aclarar que la precisión de los cálculos sobre fricción en los tubos, puede variar con el
cambio algo impredecible en la rugosidad y el factor de fricción, debido a la acumulación de
sedimentos y corrosión sobre las paredes del tubo con el tiempo de uso del conducto. Esta
acumulación no solamente aumenta la rugosidad superficial, sino que también reduce el
diámetro efectivo del tubo y puede conducir a un aumento potencialmente elevado del factor de
fricción después de que el tubo ha estado en servicio por un período largo, aunque en el presente
trabajo esta problemática queda fuera de su análisis, ya que es un tema del interés especial del
campo de estudio de la ingeniería hidráulica. Un texto que brinda una información detallada y
exhaustiva en cinco tomos de este tipo de problemas, y de todos los relacionados en general con
la disciplina de la mecánica de fluidos, el cual se recomienda como obra de consulta, es el libro
de de N. I. Kolev, titulado Multiphase Flow Dinamycs.

94
Figura 3.1 Diagrama de Moody, trazado mediante el uso de la ecuación (3.1.a.3.1)
95
Camaraza obtuvo una expresión para la determinación del factor de fricción de Darcy para
régimen de flujo turbulento, la cual es válida para flujos ubicados en la zona de transición y en
la zona completamente rugosa. Esta expresión fue demostrado2 que posee un error medio del
orden del 1,2 106 % con respecto al modelo más exacto conocido, la ecuación de Colebrook
(3.1.a.7), y posee además la ventaja de ser una formulación del tipo transcendente, por lo que los
resultados se obtienen automáticamente sin tener que recurrir a las aproximaciones sucesivas, lo
cual es el principal inconveniente del empleo de la expresión (3.1.a.7). La expresión obtenida
por [Camaraza et al, 2010] queda dada por la siguiente expresión:
2
  e   
f   2  Log     0,568 
  d   
 47,6 3,256 e d 1,15 e d 2, 2 
  8,49 Log  2    (3.1.a.3.1)
 Re Re 16 ,598 

 
  Re Log Re 2,5 e d 1,1 
0 , 01

Cuando se cumpla que e d   0 , la expresión (3.1.a.3.1) se simplifica quedando:


2
  A   Re0,56 
f   2 Log  2  ; A2  8,23 Log   (3.1.a.7.2)
  Re   3,196 
7
La expresión (3.1.a.3.1) es justa para 4000  Re  108 y 0,05  e d  10
La ecuación (3.1.a.3.1) fue verificada para un total de 13 468 datos experimentales reportados
por diversos autores y fue comprobado que esta correlaciona con  20% en el 88,66 % de los
datos experimentales para tubos nuevos y limpios. Para el caso de tubos usados y sucios fue
verificado con 2 243 valores experimentales que esta correlaciona con  48,3% en el 62,24 %
de los datos, por lo que se alerta que su empleo debe ser efectuado con cierta reserva para estos
últimos tipos de problemas. [Guerra, 2015] en sus tesis doctoral realiza un análisis exhaustivo
sobre la ecuación (3.1.a.3.1), coincidiendo los resultados obtenidos en pruebas de laboratorio
con los reportados por Camaraza et al, 2010.
En el diseño y análisis de sistemas de tubería que implican el cálculo del factor de fricción,
usualmente surgen tres tipos de problemas (se supone que, en todos los casos, se especifican el
fluido y la rugosidad de la tubería), estos tres tipos de problemas básicos son:

2
Yanan Camaraza-Medina et al., Ecuación explícita para el cálculo de factores de fricción en la zona de transición
del régimen turbulento, Tecnología Química, XXX (1), 76-83, 2010.

96
1- Determinación de la caída de presión (o pérdida de carga): Cuando la longitud y el diámetro
de la tubería se proporcionan para una razón de flujo (o velocidad) específica.
2- Determinación de la razón de flujo: Cuando la longitud y el diámetro de la tubería se
proporcionan para una caída de presión (o pérdida de carga) específica.
3- Determinación del diámetro de la tubería: Cuando la longitud de la tubería y la razón de
flujo se proporcionan para una caída de presión (o pérdida de carga) específica.
Los problemas del primer tipo son directos y se pueden resolver por medio del diagrama de
Moody o cualquier expresión de las proporcionadas en la tabla 3.1.b.
Los problemas del segundo tipo y del tercer tipo usualmente se presentan en el diseño de
ingeniería (en la selección del diámetro de la tubería, por ejemplo, que minimice la suma de los
costos de construcción y bombeo), pero el uso del diagrama de Moody o cualquier expresión de
las proporcionadas en la tabla 3.1.b con estos problemas implica un método iterativo a menos
que se use un paquete de solución de las ecuaciones.

Tabla 3.1.b Ecuaciones empíricas para la determinación del factor f de Darcy


Autor Ecuación Rango de validez
1,325
f 
 e
2 5000  Re  108
Streteer 
ln d  5.74 
(1976)
  3,7 Re 0.9  0,01  e d  106
  
2
Alshul   Re  4000  Re  108
f  1,8 Log   
(1962)   0,135 Re e d   6,5   0,05  e d  10 6

e 0,9 
5000  Re  108
Pavlov 1  d  6,81  
 2 Log 
 3,7  Re  
(1975) f
  0,01  e d  106

Swamee- e 5,74  5000  Re  108


 2 Log  d  0,9 
1
Jain f  3,7 Re 
  0,01  e d  106
(1976)
  e 1,11 
1  d  6,9  5000  Re  108
 1,8Log   
Halaand  
f   3,7  Re  0,01  e d  106
(1982)  

97
Tabla3.1.b Ecuaciones empíricas para la determinación del factor f de Darcy (cont.)
Autor Ecuación Rango de validez
e e 
 13   4000  Re  10 8
Log  d 
Zigrang 1 5,02
 2 Log  d 
(1982) f  3,7 Re 3,7 Re   0,05  e d  10 7
  

e 0,9  5000  Re  10 8
Churchill 1  d  7  
 2 Log 
 3,7  Re  
(1973) f
  0,01  e d  106
1
 8 12 1  12

f  8    3 
 Re   A  B  2 
Churchill 16 4000  Re  108
  
(1973)    16 0,05  e d  10 7
  1   37530 
A  2,457 Ln  ; B 
 0,9
 Re 
   7   0,27 e 
 Re d 
   
2

f   4,781 
 A  4,7812 
 B  2 A  4,781 
Shergides 4000  Re  108
(1984) e 12  e 2,51A  0,05  e d  10 7
A  2 Log  d  ; B  2 Log  d 
 3,7 Re   3,7 Re 
   

  Re  
e 4,518 Log    4000  Re  108
Barr  7 
 2 Log  d  
1
(1981) f  3,7


Re  1 

1
Re 0,52 e
d
 0,7  


0,05  e d  10 7
 29

Chen 1
 e

 2 Log  d 
5,0452
 e 1,1098
 d
Log 
  
5,5806  
 0,8981  
4000  Re  108
(1979) f  3,7065 Re  2,8257 Re  0,05  e d  10 7
  

e e e 
Sylvester 1  d 5,02  d 5,02  d 13    4000  Re  108
 2 Log   Log   Log 
 3,7 Re  3,7 Re  3,7 Re   
(1982) f
   0,05  e d  10 7

Wood f 
 d
0,08 e
0 , 225
 0,265 e d  66,69 e d  0, 4

5000  Re  108
N
Re
(1961)
N  1,778 e  d 0 ,134 0,01  e d  106

98
Tabla3.1.b Ecuaciones empíricas para la determinación del factor f de Darcy (cont.)
 e  e 
1  d  5,0272 Log  d  4,567 A  
 2 Log   3,827  
Romeo et f  3,7065 Re Re
4000  Re  108
  
al
 e 
0 , 9924
0 , 9345 
0,05  e d  10 7
 d   5,3326  
(2002) A  Log       
  7.7918   208,815  Re  
 
2


f   A
 B  A 
2

 e d  12 
; A  2 Log   
C  2B  A   3,7 Re  4000  Re  10 8
Gregory 
(1985)  e d  2,51 A   e d  2,51B  0,05  e d  10 7
B  2 Log    ; C  2 Log   
 3,7 Re   3,7 Re 

 e d 
2
Madanilli  95 96,82   5235  Re  10 8
f    2 Log    
(1981)   3,7 Re 0 , 983
Re   0,01  e d  106

1   D  2  Ln 10 
 A Ln      ; A  ; D  Re 
f  Q  Ln 10  5,02 
 z   s 
   
  g    Q  s  s 1 

    
 z  1  2 ;
      
Goudar  g 1 
 g  1   2 g  1 
2 z 4000  Re  108
  3 
(2007) 0,05  e d  10 7
e
Q
b d ; s  bD  Ln D  ; z  Ln   ;
3,7 g
D
g  bD  Ln 
Q

En los problemas del segundo tipo el diámetro está dado, pero se desconoce la razón de flujo.
Una buena suposición para el factor de fricción en tal caso se obtiene a partir de la región de
flujo totalmente turbulento para la rugosidad dada. Esto es cierto para números de Reynolds
grandes, que con frecuencia es el caso en la práctica. Después que se obtiene la razón de flujo, el
factor de fricción se puede corregir con el diagrama de Moody, la ecuación de Colebrook o
similares de la tabla 3.1.b, y el proceso se repite hasta que la solución converge (por lo general,
sólo se necesitan pocas iteraciones para convergencia a tres o cuatro dígitos de precisión). En los
problemas del tercer tipo, el diámetro no se conoce y por lo tanto no se pueden calcular el
número de Reynolds y la rugosidad relativa. En consecuencia, los cálculos se comienzan con la
suposición de un diámetro de tubería. Entonces se compara la caída de presión calculada para el

99
diámetro supuesto con la caída de presión especificada, y los cálculos se repiten con otro
diámetro de tubería en forma iterativa hasta la convergencia.
Para evitar tediosas iteraciones en la pérdida de carga, razón de flujo y cálculos de diámetro,
Swamee y Jain propusieron en el año 1976 las siguientes relaciones explícitas, cuyo empleo
arroja  2,8% de error medio con respecto a los valores que se obtienen mediante el proceso
iterativo descrito en los párrafos anteriores.
Estas expresiones viene dadas por:

Para los problemas tipo 1 (Determinación de la caída de presión)


2
w 2 L   e d  d   
0,9

p  1,07  Ln   4,62     (3.1.a.7.a)


gd 5   3,7  w   

La expresión (3.1.a.7.a) es válida para 3000  Re  3  10 8 y 0,01  e d  10 6

Para los problemas tipo 2 (Determinación de la razón de flujo)


 
 
gdp  e d 1,784 
w  0,965 d 2 Ln  (3.1.a.7.b)
L  3,7 gd 3 p 
 
 L 
La expresión (3.1.a.7.b) es válida para 4  103  Re  108 y 0,05  e d  10 7

Para los problemas tipo 3 (Determinación del diámetro de la tubería)


0 , 04
 1, 25  Lw 2  4 ,75 9,4  L 
5, 2

d  0,66 e     w    (3.1.a.7.c)
  g p   gp  

La expresión (3.1.a.7.c) es válida para 3  103  Re  3  108 y 0,01  e d  10 6


El autor y sus colaboradores [Camaraza et al., 2016]3, desarrollaron tres expresiones para la
determinación de la pérdida de carga, la razón de flujo y el cálculo del diámetro, cuyo empleo
arroja  2,5% de error medio con respecto a los valores que se obtienen mediante el proceso
iterativo descrito en los párrafos anteriores, además de poseer un campo de aplicación más
amplio. Estas expresiones viene dadas por:

3
Yanán Camaraza-Medina et al. Desing and modelation of piping systems by means of use friction factor in the
transition turbulence zone, Mathematical Modelling of Engineering Problems, Vol.4, No.4, 2017, pp.162-167.
100
Para los problemas tipo 1 (Determinación de la caída de presión)
0,25 w 2 L
p  2 (3.1.a.7.d)
    d  
gd Log e d   23,155   0,632
5 1,11

   w  
La expresión (3.1.a.7.d) es válida para 3  103  Re  3  108 y 0,05  e d  10 7

Para los problemas tipo 2 (Determinación de la razón de flujo)

4,94 gd 5 p  e 43,12 2 L  

w Log     0,568 (3.1.a.7.e)
 gd 3 p 
L
  d  
La expresión (3.1.a.7.e) es válida para 4  103  Re  108 y 0,05  e d  10 7

Para los problemas tipo 3 (Determinación del diámetro de la tubería)


2 , 08 0 ,1
 ew 7,6  0,11L 
1, 9
 0, 4 w 3,76  0,13L  
d       (3.1.a.7.f)
 p   p 
3,8
 g g 2, 08 

La expresión (3.1.a.7.f) es válida para 3  103  Re  3,2  108 y 0,05  e d  10 7

3.2 Pérdidas producidas por accesorios.

Las pérdidas locales tienen lugar en los cambios de sección y dirección de la corriente, en las
contracciones, ensanchamientos bruscos, curvas, codos, bifurcaciones, o por accesorios
instalados en ellas, como diafragmas, llaves, válvulas, etc. Todos ellos originan una perturbación
de la corriente que provoca la aparición de remolinos, intensificándose de esta forma las
pérdidas de carga, que en algunos casos pueden ser más importantes que las pérdidas continuas,
sobre todo en conducciones relativamente cortas.
Se admite en la ingeniería práctica, sin que se cometa un error considerable, que si la
conducción tiene una longitud superior a mil veces el diámetro, el error que se comete
despreciando las pérdidas accidentales es menor que el que se cometería en el cálculo del factor
de pérdidas por rozamiento para las pérdidas continuas.
Los valores de pérdidas menores se determinan, como se demostró anteriormente a partir del
último término de la derecha en la ecuación (3.1.a.2) para el caso en que el conducto tenga el
mismo diámetro. En el caso de que el conducto tenga varios diámetros se calcularán las pérdidas
locales para cada una de los tramos de tuberías teniendo en consideración sus velocidades
características, calculadas usando la ecuación de balance de energía mecánica (3.1.a.2) y se
sumarán para establecer el valor de las pérdidas totales en el conducto de la forma siguiente:

101
i n 2
Vi
pm    i (3.1.a.8)
i 1 2g
En la ecuación (3.1.a.8) se cumple que:
 pm es la caída de presión debido los accesorios integrantes de la red, en m

Los valores de los coeficientes de pérdidas por accesorios dados en la literatura fueron
determinados en la zona de turbulencia total, o sea, para números de Re mayores que el segundo
número de Recrit2.
Actualmente existen un amplio grupo de expresiones para la determinación del valor del
segundo número adimensional de Reynolds crítico, el cual posee un importancia vital en el
análisis del flujo de fluidos por el interior de conductos cerrados, ya que para valores de Re
superiores a él, en las mismas condiciones de trabajo, el valor numérico del factor de fricción
dejará de depender del valor de este número adimensional. Aquí se hará uso de una sencilla
expresión, obtenida por el autor [Camaraza, 2008] la cual viene dada por:

ReCRIT 2  542,38 e d 
1,13
(3.1.a.9)
En la literatura se recomienda un método muy aplicado en la ingeniería práctica, el cual vale la
pena citar acá por su sencillez y aplicabilidad, que consiste en establecer un producto entre el
número adimensional de Reynolds, la rugosidad relativa del tubo y el factor de fricción
mediante la relación siguiente:
 f
  Re (3.1.a.9.1)
d 8
La rugosidad de los tubos es clasificada en función del valor numérico de variable  obtenida a
partir del empleo de la ecuación (3.1.a.9.1). Esta clasificación es dada en la tabla 3.1.b.1.

Tabla 3.1.b.1 Clasificación de los tubos a partir del criterio de la rugosidad


 5 tubos lisos
5    70 tubos en transición
70   tubos rugosos

Caso 1 (tubos lisos): El factor de fricción no va a depender de la rugosidad relativa del tubo, y
el efecto viscoso del fluido será el dominante en el proceso de termotransferencia.
Caso 2 (tubos en transición): El factor de fricción será una función de la rugosidad relativa del
tubo y del efecto viscoso del fluido (número adimensional de Reynolds),
Caso 3 (tubos rugosos): El factor de fricción será una función de la rugosidad relativa del tubo
y dejará de depender del efecto viscoso, coincidiendo con el criterio empleado en la ecuación
(3.1.a.9)
102
Un ejemplo sencillo de la aplicación de este método es el que viene dado a continuación:

Por un tubo de cobre de 10 mm de diámetro interior circula agua. El número adimensional de


Reynolds es igual a 1410000. El valor de la rugosidad equivalente para tubos de cobre se
obtiene de la tabla 3.1.a, en la cual se lee que e  0,01 . La rugosidad relativa del tubo será:
e 0,01
  0,001
d 10
El valor del factor de fricción de Darcy f se calcula mediante el empleo de la ecuación de
Camaraza, dada en la tabla 3.1.b, obteniéndose que f  0,01985 . Aplicando la ecuación
(3.1.a.9.1) se llega a:
  Re e d  f 8  1410000  0,01 10  0,01985 8  70,235
Con el valor   70 ,235 , se va a la tabla 3.1.b.1, en la cual se aprecia que se está en presencia
de un tubo rugoso, eso quiere decir que los efectos viscosos no ejercen influencia en el factor de
fricción, lo cual sucede cuando se cumple que Re CRIT 2  Re , esto es verificable con el empleo
de la relación (3.1.a.9).
542,38 542,38
Re CRIT 2    1331385,02
e d 1,13
0,0011,13
Se cumple que Re CRIT 2  Re , lo que confirma lo planteado anteriormente.

En el caso dado, en que el número adimensional de Reynolds del sistema sea inferior al ReCRIT2 ,

entonces se deben corregir los valores de   , a partir de la siguiente relación:


f
 DEF
 
f TUR
(3.1.b)

En la expresión (3.1.b) los términos no conocidos son:

 DEF
es el valor de la sumatoria de los coeficientes de pérdidas por accesorios equivalente en

la zona de transición, adim.


f TUR es el valor del factor de fricción determinado según el valor del segundo número crítico de
Re, adim.
f es el valor del factor de fricción determinado según el valor del Re determinado a la
velocidad característica, la de la tubería de menor diámetro, adim.
Existe un criterio muy generalizado para la determinación de las pérdidas ocasionadas por
accesorios, conocido en la práctica como longitud equivalente. Este consiste en determinar que
longitud de tuberías, con iguales características constructivas que el accesorio, aportaría el
mismo valor de caídas de presión que este último.
103
Existe una expresión matemática que permite relacionar los coeficientes de pérdidas menores
con la longitud equivalente, la cual se expresa de la siguiente forma para un accesorio i
cualquiera:
i d
LE i  (3.1.b.1)
f
Para un tramo de diámetro constante del conducto las pérdidas locales se determinarían como:
i n

 d
LE  i 1
(3.1.b.2)
f
En la ecuación (3.1.b.2) LE es la longitud equivalente de tuberías, que ocasionaría la misma
pérdida de presión que el conjunto de accesorios integrados al tramo analizado del conducto, en
m
La ventaja de este método consiste en que una vez obtenidas las longitudes equivalentes, estas
se suman al término longitud, presente en la ecuación de Darcy (3.1.a.4) determinándose de esta
manera, de una forma muy sencilla, las pérdidas de carga en las líneas de tuberías. Sin embargo,
a pesar de las facilidades proporcionadas, se sacrifica la precisión de los resultados con la
aplicación de este método, por lo que en ocasiones se suele acudir a nomogramas, los cuales
relacionan la longitud equivalente con distintos tipos de accesorios, sin tener en cuenta factores
como el material del cual están elaborados o el tiempo de explotación, cosa que no ocurre con
los coeficientes  , los cuales son determinados por el fabricante mediante cuidadosa
experimentación.

3.3 Coeficiente de pérdidas locales para situaciones diversas.

Se reporta a continuación un pequeño resumen de los principales coeficientes promedios de


pérdidas menores de los accesorios que más abundan en la práctica. Una información mucho
más completa y extensa, se puede encontrar en las referencias recomendadas en la bibliografía.
En la figura 3.1.a se muestra una representación de todos los elementos que serán vistos acá en
este epígrafe con las notaciones empleadas en cada caso.

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por la entrada de una tubería introducida en un


depósito.
Para la determinación del coeficiente de pérdidas local  ocasionado por la entrada de un fluido
a una tubería desde un depósito, se puede recurrir a la tabla 3.1.c, la cual fue obtenida por el
autor a partir de los valores promedios reportados por las referencias consultadas

104
Tabla3.1.c Coeficientes de pérdidas ocasionados por la entrada de una tubería introducida en un
depósito.
l
d
 0 0,005 0,01 0,015 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07
 0,5 1 0,95 0,88 0,79 0,72 0,62 0,55 0,5 0,41 0,36
0,4 0,95 0,87 0,81 0,76 0,68 0,57 0,53 0,5 ------ ------
0,2 0,92 0,85 0,8 0,73 0,67 0,55 0,5 ------ ------ ------
0,1 0,85 0,79 0,75 0,69 0,63 0,53 0,5 ------ ------- ------
0,02 0,73 0,67 0,6 0,57 0,52 0,5 ------ ------ ------- ------
0,005 0,63 0,59 0,56 0,53 0,5 ------ ------ ------ ------ ------

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por la entrada con un ángulo  .


Los valores del coeficiente de pérdidas ocasionados por un tubo que se alimente de un
recipiente, sin estar introducido dentro de este último, se puede determinar a partir de la
siguiente expresión aproximada:
  0.5  0,3sen  0,2sen2 (3.1.b.2)
Donde  es el ángulo que se forma desde la línea central de flujo hasta el final de vértice del
cono (ver 1.2 figura 3.1.a).
Para el caso de la entrada o la salida con bordes rectos de un fluido a un depósito de este al
exterior, ese tendrá un valor de   1 . Para uniones roscadas se cumple que   0,9 .

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por la entrada de un depósito a una tubería con
borde cónico.
En la práctica se encuentran casos que coinciden con lo explicado anteriormente para la entrada
con un ángulo  , lo que presentan la diferencia de que los bordes del tubo que contactan con el
recipiente, no son agudos, sino que presentan una entrada cónica a modo de difusor, por tanto
sus valores de los coeficientes de pérdidas van a diferir
A partir de lo consultado en la bibliografía disponible, los valores promedios de  para este tipo
de accesorios son reflejados en la tabla 3.1.d (ver 1.3 figura 3.1.a)
Se debe resaltar que en tabla 3.1.d, el caso 1 corresponde a una entrada a ras con la pared y el
caso 2 a una entrada desde el exterior, o sea que el cono se encuentra introducido dentro del
depósito. Esta tabla es válida solamente para un valor de   60 0 . Si ocurriera que   60 0 ,
entonces se multiplica el valor obtenido en la tabla por el correspondiente coseno del ángulo  .

105
Tabla 3.1.d Coeficientes de pérdidas ocasionados por la entrada de un depósito a una tubería con
borde cónico.
l 0,05 0,075 0,1 0,25 0,5 0,6 0,75 1,0 1,25 1,5 2
d
Caso 1 0,3 0,23 0,18 0,13 0,125 0,12 0,11 0,1 0,9 0,8 0,6
Caso 2 0,67 0,5 0,41 0,16 0,14 0,13 0,115 0,1 0,9 0,85 0,7

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por la salida, unión o descarga de un depósito a


una tubería con bordes curvados.
Si la salida, unión o descarga del depósito al tubo presentara bordes curvados, cosa que suele
suceder con frecuencia, se pueden estimar los valores promedios de  en la tabla 3.1.e
La explicación para los casos 1 y 2 es idéntica a la dada para la tabla 3.1.d. (véase caso 1.4 de la
figura 3.1.a para las notaciones empleadas)

Tabla 3.1.e Coeficientes de pérdidas ocasionados por la entrada de un depósito a una tubería con
borde curvado.
r 0 0,04 0,06 0,08 0,1 0,12 0,16 0,20
d
Caso 1 0,5 0,26 0,19 0,15 0,12 0,09 0,06 0,03
Caso 2 1,0 0,5 0,32 0,20 0,15 0,10 --------- ---------

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por el paso de un fluido por un codo poligonal.
Se conoce como codo poligonal (ver caso 1.5 figura 3.1.a) a los accesorios que permiten
cambiar la dirección del fluido, estando integrados por dos o más elementos, en los cuales sus
líneas de corriente o ejes centrales se intersecan en un punto común, denominado vértice. Los
coeficientes medios de pérdidas locales para codos poligonales pueden ser determinados a partir
de los valores reportados en la tabla 3.1.e.

Tabla 3.1.f Coeficientes de pérdidas locales en un codo poligonal.


 30º 45º 60º 70º 80º 90º 100º 110º 120º 130º 135º 140º 150º 160º 170º
 15 10 3,5 2,15 1,5 1,17 0,92 0,57 0,52 0,4 0,32 0,3 0,19 0,11 0,05

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por el paso de un fluido a través de un codo de 900.

Los codos de 90o (ver caso 1.6 figura 3.1.a), cumplen la misma función que los de tipo
poligonal, lo que con la diferencia que están constituidos por una línea de eje único, la cual
sigue una trayectoria suave (radio o curvatura), lo que contribuye notablemente a la disminución
106
de los valores del coeficiente de pérdidas, además no poseen vértice de corriente, aunque
presentan como principal desventaja que solo permiten desviar la línea de corriente fluida en un
único valor numérico de ángulo, en este caso igual a 90o.
En la literatura consultada existen multitud de criterios en cuanto a los valores numéricos de los
coeficientes de pérdidas para este tipo de accesorio, pero en este trabajo se tomarán los
reportados en el trabajo de Kolev, los cuales a opinión de este autor, son los de mayor
confiabilidad, siendo reflejados estos en la tabla 3.1.g

Tabla 3.1.g Coeficientes de pérdidas locales para un codo de 90º


R 0,25 0,5 0,75 1 1,25 1,5 2 3 4 5 6 7 8
d
 1,5 1,2 1 0,25 0,2 0,17 0,15 0,12 0,1 0,09 0,08 0,08 0,07

En la tabla 3.1.g el término R es la relación que existe entre el radio de curvatura y el


d
diámetro interno del codo.
En otras referencias consultadas, se plantea que los coeficientes de pérdidas locales para codos
de 90o pueden ser determinados con bastante precisión a partir de las siguientes fórmulas
experimentales atribuidas a la firma Crane.
d 
  0,051  0,19  , para el caso que R d  1 (3.1.b.3)
R

d 
  0,953   , para el caso que R d  1 (3.1.b.4)
R
Aquí:
d 
  es la relación que existe entre el diámetro interno del codo y el radio de curvatura del
R
mismo, (adim).
Para más detalles en las notaciones empleadas para un codo de 90º, véase el caso 1.3 en la figura
3.1.a.

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por el paso de un fluido por un codo en cualquier
ángulo.

La aplicación de codos en cualquier ángulo (ver caso 1.6 figura 3.1.a) permite direccionar la
corriente de fluido en cualquier ángulo mayor que cero y menor que 180o.

107
En la mayoría de los trabajos encontrados en la literatura moderna se muestra uniformidad en
cuanto a los valores de los coeficientes de pérdidas. Aquí el autor presentará un resumen de
estos valores en la tabla 3.1.h, en esta tabla se cumple que:
     codo 90 o (3.1.b.5)
En la ecuación (3.1.b.5) los términos no conocidos son:
 es un coeficiente que tiene en cuenta el aumento o disminución de capacidad portante de los
codos en función de la disposición de la línea de corriente y del ángulo que forma esta última
con respecto a la entrada del fluido , (adim).
 codo 90 o es el valor numérico del coeficiente de pérdidas que tendría un codo de 90o que tenga

la misma relación R que el codo analizado, (adim).


d
El valor del coeficiente  se obtiene de la tabla 3.1.h.
El valor del coeficiente  puede ser determinado con suficiente precisión a partir de las
siguientes expresiones.
Para   80 o , se cumple que   ( 0,9 sen  ) (3.1.b.6)

 0,35sen 
Para   100o , se cumple que   0,7    (3.1.b.7)
 90 
Tabla 3.1.h Coeficientes de pérdidas locales en codos dispuestos en cualquier ángulo.
 15o 30o 45o 60o 90o 100o 110o 120o 130o 140o 150o 160o 170o 175o
 0,25 0,45 0,63 0,78 1,0 1,08 1,12 1,15 1,2 1,23 1,27 1,3 1,35 1,4

En las expresiones (3.1.b.6) y (3.1.b.7) el término sen , es el valor numérico del seno del
ángulo del codo.
Una expresión que aporta buenos resultados es la dada por [Camaraza, 2009], que viene descrita
por:
  32,659 X 2  12,891X  0,0944 (3.1.b.8)
En la ecuación (3.1.b.8) se cumple que X   1000

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por el paso de un fluido a través de un conducto


convergente.
Se entiende por conducto convergente (ver caso 1.7 figura 3.1.a) al accesorio que surge a partir
de la reducción de la sección transversal del conducto, donde esa disminución es de forma
gradual, formando un cono hasta alcanzar el diámetro final del tubo o sistema al cual se pretende
suministrar un fluido.

108
A partir de la búsqueda de información acerca de los coeficientes de pérdidas locales para este
tipo de accesorio, el autor de este trabajo elaboró un resumen de sus valores promedios, los
cuales son reflejados en la tabla 3.1.i. en esta tabla se cumple que:
d , es la relación existente entre el diámetro menor y mayor del conducto, (adim).
D
 es el ángulo de la generatriz del cono, en grados.

Tabla 3.1.i Coeficientes de pérdidas locales en conductos convergentes.

d D 2  0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8


10 0,09 0,07 0,06 0,05 0,04 0,03 0,02 0,01
40 0,18 0,16 0,15 0,13 0,11 0,1 0,09 0,07
60 0,25 0,22 0,19 0,17 0,15 0,13 0,11 0,1
90 0,35 0,3 0,28 0,25 0,22 0,2 0,18 0,15
120 0,42 0,38 0,35 0,31 0,28 0,25 0,22 0,18
180 0,47 0,45 0,38 0,35 0,31 0,28 0,25 0,22

Un caso especial de este tipo de accesorios lo constituye las contracciones en la que el ángulo
  90 o , siendo conocidas en la literatura como contracciones bruscas y rectas, para las cuales
se cumple la siguiente relación:
2
  d 2 
  0,451     (3.1.b.9)
  D  
En la expresión (3.1.b.9) el término d D es el mismo que se empleó en la tabla 3.1.i.

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por el paso de un fluido a través de un conducto


divergente.
Un conducto divergente (ver caso 1.9 figura 3.1.a) es todo lo contrario de un conducto
convergente, pues en él, al moverse el fluido en dirección longitudinal aumenta la sección
transversal del conducto, El diámetro interno del mismo aumenta hasta alcanzar su valor final,
lo contrario que ocurre en los conductos convergentes, en forma de cono y gradualmente.
Los valores de los coeficientes de pérdidas locales para este tipo de accesorios se pueden
determinar a partir de la siguiente relación:
2
  d 2 
   1     (3.1.c)
  D  
Donde:

109
 es un término correctivo que va a depender del ángulo de divergencia del conducto, el cual
será determinado a partir de la tabla 3.1.j

Tabla 3.1.j Coeficientes de pérdidas locales en conductos divergentes.


 2,5º 5º 10º 15º 20º 30º 45º 60º 90º 120º 150º 180º
 0,18 0,13 0,16 0,27 0,43 0,81 1,41 1,21 1,12 1,08 1,03 1,0

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por el paso de un fluido a través de una válvula.

Las válvulas son accesorios ampliamente empleados en las redes de tuberías, ya que permiten de
una forma sencilla y barata regular el caudal a entregar en cualquier rama de la misma. Existe
una amplia gama de válvulas, pero las más empleadas son las de compuerta y de globo.
En la literatura existente se da un tratamiento muy amplio a los coeficientes de pérdidas locales
en válvulas, los cuales han sido resumidos y representados sus valores medios en las tablas 3.1.k
y 3.1.l, para el caso de las válvulas de compuerta y las válvulas de globo respectivamente.
En la tabla 3.1.k,  es el ángulo de apertura de la válvula con respecto a la línea de simetría de
la tubería en la cual se encuentra instalada la válvula.
Para efectuar el uso de la tabla 3.1.l, se debe restarle a la unidad, la magnitud x d para obtener
a que capacidad está abierta la válvula, siendo x la porción del tubo que se encuentra
descubierto del cierre valvular. En la tabla 3.1.l se cumple además que Ax  0,25 d 2 , donde
Ax es el área de la sección del flujo, en m2.
El caso 1.12 de la figura 3.1.a muestra un esquema de una válvula de compuerta, para facilitar la
comprensión de las dimensiones utilizadas en la tabla 3.1.l. Un esquema para la correcta
utilización de la tabla 3.1.k se muestra en el caso 1.13 de la figura 3.1.a
En las válvulas de no retorno (cheques) ya sean oscilante o de asiento, existen multitud de
recomendaciones, pero a criterio de este autor, los valores más confiables son los determinados
por la firma Crane los cuales no son dados aquí.

Coeficiente de pérdidas locales ocasionadas por el paso de un fluido a través de una


ramificación.
En las redes hidráulicas resulta muy común el uso de las ramificaciones de flujo para direccionar
el sentido de este en función de suministrar un fluido determinado a un consumidor.
Las ramificaciones son de dos tipos fundamentales:

110
Tabla 3.1.k Coeficientes de pérdidas locales en válvulas de globo.
 0 10 20 30 40 50 60 65 82,5
 0 0,29 1,56 5,47 17,3 52,6 206 486 -------

Tabla 3.1.l Coeficientes de pérdidas locales en válvulas de compuerta.

x 0 1 2 3 4 5 6 7 1
d 8 8 8 8 8 8 8

Ax x 1,0 0,948 0,856 0,74 0,609 0.466 0,315 0,159 0


 0 0,07 0,26 0,81 2,06 5,52 17,0 97,8 

1- Separación de ramas
2- Unión de ramas
La separación de ramas consiste en una ramificación en el que el fluido viene por una
conductora principal, y al llegar a este accesorio se separa en dos o más líneas de fluido. Todo lo
contrario sucede con las uniones de ramas, pues en estas lo que sucede es que dos o más líneas
de corriente convergen en un punto común o nodo, para posteriormente continuar su
movimiento por una conductora común.
En la actualidad existen disímiles criterios acerca de la determinación de los coeficientes de
pérdidas locales para el caso de una ramificación. A partir de lo recomendado por autores de
reconocido prestigio, con los cuales coinciden plenamente el criterio de este autor, los valores de
dichas pérdidas han sido reflejados en las tablas 3.1.m hasta la 3.1.p.
Un esquema para la correcta utilización de las tablas 3.1.m y 3.1.n se muestra en el caso 1.14 de
la figura 3.1.a. igualmente un esquema para la correcta utilización de las tablas 3.1.o y 3.1.p se
muestra en el caso 1.15 de la figura 3.1.a

Tabla 3.1.m Coeficientes de pérdidas locales por ramificaciones para el ramal principal
(separación de ramas). m1 m

m1 m 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,8 0,9 0
90º 0,9 0,85 0,83 0,8 0,83 0,9 1,0 1,1 1,17 1,25 1,0
60º 0,85 0,8 0,75 0,7 0,65 0,5 0,55 0,6 0,7 0,75 1,0
45º 0,75 0,7 0,6 0,45 0,45 0,4 0,35 0,3 0,4 0,45 1,0
30º 0,7 0,65 0,5 0,35 0,35 0,3 0,25 0,2 0,35 0,4 1,0

111
Tabla 3.1.n Coeficientes de pérdidas locales por ramificaciones para el ramal secundario
(separación de ramas).

m1 m 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0 0

90º 45-90 -0,05 -0,1 -0,05 0 0,08 0,1 0,15 0,2 0,3 0,38
60º 30 -0,08 -0,15 -0,1 -0,05 0,05 0,08 0,1 0,15 0,2 0,3

Tabla 3.1.o Coeficientes de pérdidas locales por ramificaciones para el ramal derivado (Unión
del flujo).

m1 m 0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0

90º -0,9 -0,7 -0,4 0 0,4 0,5 0,6 0,8 0,9 1,0 1,1

60º -0,9 -0,7 -0,3 0 0,15 0,3 0,47 0,5 0,53 0,6 0,7

45º -0,9 -0,7 -0,4 -0,3 0 0,2 0,35 0,4 0,45 0,43 0,4

30º -0,9 -0,7 -0,5 -0,4 -0,2 0 0,2 0,25 0,3 0,35 0,4

Tabla 3.1.p Coeficientes de pérdidas locales por ramificaciones para el ramal principal (Unión
del flujo).

m1 m 0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
90º 0 0,2 0,35 0,4 0,45 0,5 0,6 0,65 0,6 0,55 0,5

60º 0 0,18 0,3 0,35 0,38 0,38 0,35 0,3 0,2 0 -0,3

45º 0 0,15 0,18 0,2 0,25 0,15 0,1 0 -0,15 -0,3 -0,6

30º 0 0,1 0,15 0,18 0,1 0 -0,1 -0,2 -0,3 -0,4 -0,7

112
Figura 3.1.a Representaciones correspondientes a los distintos tipos de accesorios mencionados
en el capítulo 3

113
Figura 3.1.a Representaciones correspondientes a los distintos tipos de accesorios mencionados
en el capítulo 3 (Cont.)

114
Capítulo 4  Convección forzada en flujos internos.  

4.1 Introducción.

Los términos tubo, ducto y conducto suelen usarse en forma intercambiable para los tramos de
flujo. En general, los tramos de flujo de sección transversal circular son nombrados tubos (en
especial cuando el fluido es un líquido), y los tramos de flujo de sección transversal no circular,
ductos (en especial cuando el fluido es un gas).
Es importante resaltar que en la ingeniería práctica la mayor parte de los fluidos, en especial los
líquidos, se transportan en tubos circulares. Esto se debe a que los tubos con una sección
transversal circular pueden soportar grandes diferencias de presión de adentro y de afuera del
tubo, sin sufrir una distorsión significativa. Los tubos no circulares suelen ser usados en
aplicaciones como los sistemas de climatización de edificaciones, en donde la diferencia de
presión es relativamente pequeña, los costos de fabricación e instalación son más bajos y el
espacio del que se dispone para la revisión y reparación del ducto es limitado. Es importante
resaltar además, que para un área superficial fija, el tubo circular da la mayor transferencia de
calor para la caída de presión más baja, lo cual explica la abrumadora popularidad de los tubos
circulares en los equipos de transferencia de calor.
Aunque la teoría del flujo de fluidos está comprendida razonablemente bien, las soluciones
teóricas sólo son obtenidas para unos cuantos casos sencillos, como el de un flujo laminar
completamente desarrollado en un tubo circular. Por lo tanto, para la mayor parte de los fluidos
se debe buscar apoyo en resultados experimentales y relaciones empíricas, y no en soluciones
analíticas que permitan conocer todas las variables desconocidas a base de las variables dadas.
Al advertir que los resultados experimentales son obtenidos en condiciones de laboratorio
controladas de manera cuidadosa y que no hay dos sistemas que sean exactamente semejantes,
no se debe cometer el error de considerar los resultados obtenidos como exactos. Un error de
 10 % (o mayor) en los factores de fricción calculados con la aplicación de las relaciones dadas
en la tabla 3.1.b, es un valor que se acepta como adecuado. La velocidad del fluido en un tubo
cambia de cero en la superficie, debido a la condición de no deslizamiento, hasta un máximo en
el centro del mismo. En el flujo de fluidos, resulta conveniente trabajar con una velocidad
promedio o velocidad media VM , la cual se define como la magnitud promedio de la velocidad
a través de una sección transversal.
Para el caso del flujo laminar completamente desarrollado en tubos, la VM va a ser igual a la

mitad de la velocidad máxima. La velocidad promedio o velocidad media VM se mantiene

115
constante en el flujo incompresible, cuando el área de la sección transversal del tubo es
constante. La velocidad promedio en las aplicaciones de calefacción y enfriamiento puede
cambiar un tanto en virtud de las modificaciones en la densidad debidos a la temperatura. Pero,
en la práctica, se evalúan las propiedades del fluido a alguna temperatura promedio y se les trata
como constantes. La conveniencia de trabajar con propiedades constantes por lo general justifica
suficientemente la ligera pérdida en exactitud. Asimismo, la fricción entre las partículas del
fluido en un tubo en realidad causa un ligero aumento en la temperatura del propio fluido, como
resultado de la energía mecánica que se está convirtiendo en energía térmica sensible.
Pero esta elevación de la temperatura debido al calentamiento por fricción suele ser demasiado
pequeña para garantizar alguna consideración en los cálculos y, como consecuencia, se
desprecia. Ejemplo de esto lo constituye el flujo de agua por un conducto sin que intervengan
valores sensibles de gradientes térmicos, y por ende la no presencia de cualquier forma de
transferencia de calor, no se puede detectar una diferencia notable entre las temperaturas de
entrada y de salida de agua que fluya en un tubo. La consecuencia principal de la fricción en el
flujo de fluidos es la caída de presión, por lo que cualquier cambio significativo de temperatura
en el fluido se debe a transferencia de calor. Sin embargo, se debe considerar el calentamiento
por fricción para los flujos en los que intervienen fluidos intensamente viscosos con gradientes
grandes de velocidad.
Para determinar el valor de la velocidad media VM en un tubo, se parte del requisito de
satisfacer el principio de conservación de la masa, de forma que:

w  VM F   V r dF (4.1.a)


F

En la ecuación (4.1.a):
w es el gasto másico, en kg s

 es la densidad del fluido, en kg m


3

F es el área de la sección transversal del conducto, en m

V r  es el perfil de velocidad
Aplicando la ecuación (4.1.a) la velocidad promedio para el flujo incompresible en un tubo
circular de radio R se puede expresar como:
R

 V r dF  V r 2rdr R
V r rdr
2
R 2 0
VM  F
 0
 (4.1.a.1)
F R 2

116
Como es conocido el gasto y el perfil de velocidad, se puede determinar con facilidad la
velocidad promedio.
Cuando un fluido se calienta o se enfría, conforme fluye por un tubo, su temperatura en
cualquier sección transversal cambia de TS en la superficie de la pared hasta algún máximo (o

mínimo, en el caso del calentamiento) en el centro del tubo. En el desplazamiento de fluidos,


resulta conveniente trabajar con una temperatura promedio o media TM , la cual permanece
constante en una sección transversal. A diferencia de la velocidad media, la temperatura media
TM cambia en la dirección del flujo, siempre que el fluido se caliente o se enfríe. El valor de la
temperatura media TM se determina con base en el requisito de que se debe satisfacer el
principio de conservación de la energía. Es decir, la energía transportada por el fluido a través
de una sección transversal en el flujo real debe ser igual a la energía que se transportaría a través
de la misma sección transversal si el fluido estuviera a una temperatura constante TM . Esto se
puede expresar matemáticamente como:
Q  wCpT M   CpT r w    CpT r V r VdF (4.1.a.2)
W W

En la ecuación (4.1.a.2) es importante advertir que el producto wCpTM en cualquier sección


transversal a lo largo del tubo, representa el flujo de energía térmica intercambiado entre este y
el fluido. Entonces, la temperatura media de un fluido, con densidad y calor específico
constantes, que fluye en un tubo circular de radio R, se puede expresar como:
R

 CpT r w  CpT r V r 2rdr R


T r V r rdr
2
VM R 2 0
TM   
VM R 2 Cp
W 0
(4.1.a.3)
wCp

Nótese que la temperatura media TM de un fluido cambia durante el calentamiento o el


enfriamiento. Asimismo, las propiedades del fluido en el flujo interno suelen evaluarse en la
temperatura media del fluido con respecto a la masa, la cual es el promedio aritmético de las
temperaturas medias en la admisión y la salida; o sea:
TM  0,5  TE  TS  (4.1.a.4)

4.2 Temperatura media del fluido en una sección transversal

Cuando se establece el proceso de transmisión del calor, la temperatura del fluido varía en
puntos distintos de éste. La temperatura de las partículas del fluido en contacto con la pared que
le confina será igual a la de ésta, mientras que la temperatura de las partículas en el eje de la
tubería será mayor o menor, según que el proceso que se estudie sea de refrigeración o
117
calefacción. La temperatura del fluido en los puntos intermedios de la sección transversal tendrá
valores intermedios.
Considérese un área elemental df en la sección transversal. El flujo de masa a través de df va a
ser igual a dG  Vdf .
En general, el calor que se transporta por conducción a lo largo del tubo es pequeño frente al
transporte por convección y puede despreciarse, (El caso de metales líquidos puede ser una
excepción), el flujo de calor por unidad de tiempo a través del área df será:
dQ  CpVTdf (4.1.a.4.1)
Si se integra sobre toda la sección transversal, se obtiene el flujo de calor a través del área dada
en la unidad de tiempo:

Q   CpVTdf (4.1.a.4.2)
f

Es necesario hallar la temperatura media en la sección, la cual debe ser tal, que se cumpla que:

Q  TM  CpVdf (4.1.a.4.3)
f

Dividiendo la expresión (4.1.a.4.2) por la (4.1.a.4.3), y despejando la temperatura media TM en


el primer miembro, se llega a una expresión que permite obtener la temperatura media del fluido
en la sección transversal. Esta temperatura es conocida como temperatura media entálpica. Esta
temperatura vendrá dada por la siguiente correlación:

 CpVTdf
TM  f
(4.1.a.4.4)
 CpVdf
f

Si en la relación (4.1.a.4.4) se pudiesen despreciar las variaciones del calor específico Cp y de la


densidad  sobre la sección, entonces esta relación se transformaría a la siguiente expresión:

 VTdf 1
w f
TM  f
 VTdf (4.1.a.4.5)
 Vdf
f

En la expresión (4.1.a.4.5) la variable w es el caudal en m 3 s


Si sucediese además que la velocidad del fluido fuese constante en todos los puntos de la
sección transversal, la expresión de la temperatura media será entonces la siguiente:

118
1
f f
TM  Tdf (4.1.a.4.6)

En la práctica es bastante complejo el cálculo de la temperatura media entálpica del fluido; para
ello es necesario conocer la distribución de la temperatura y de la velocidad, y además hay que
tener en cuenta la dependencia de Cp y  con la temperatura. La temperatura media entálpica
puede determinarse de forma más simple mediante un experimento, colocando un mezclador en
la tubería. La temperatura de la corriente que sale del mezclador resulta ser igual a la
temperatura media entálpica y puede determinarse realizando la medida en un punto de la
misma.

4.2.1 Temperatura media del fluido y caída de temperatura en un conducto

En el proceso de transmisión de calor (calentamiento o enfriamiento), la temperatura del fluido


en movimiento cambia no sólo en su sección transversal sino también a lo largo del flujo.
Cuando se desea calcular la densidad de flujo de calor media en una superficie, se toman los
valores medios de los parámetros que aparecen en la ley de enfriamiento de Newton. Por lo
tanto, también hay que promediar la temperatura del fluido a lo largo de la conducción.
Sea T1E la temperatura media en la sección transversal del fluido a la entrada T1S la de la salida.
El conducto puede poseer una sección transversal cualquiera. Al realizar el balance de calor en
un elemento del conducto de sección transversal constante, cuya superficie de transmisión sea
dF . El flujo de calor a través de dF es igual a la diferencia entre la cantidad Q1 , que entra en el

elemento de volumen y la cantidad Q2 , que sale de él, en la dirección del movimiento del fluido
Según la ley de Newton, la cantidad dQ de calor que pasa por la pared del tubo será igual a:

dQ   T  TF dF (4.1.a.4.7)
En la expresión (4.1.a.4.7) T es la temperatura media de la sección transversal del fluido. Puesto
que el fluido pierde la cantidad de calor dQ , su temperatura varía en dT . La cantidad de calor
que se transmite por conducción a lo largo del tubo es generalmente pequeña, comparada con la
que se transmite por convección (aunque en el caso de metales líquidos pueden ser una
excepción), y puede por lo tanto despreciarse; entonces:
dQ  CpGdT (4.1.a.4.8)

En (4.1.a.4.8) G   VdF es el flujo másico que pasa por la sección transversal en kg s


f

Igualando los segundos miembros de las expresiones (4.1.a.4.7) y (4.1.a.4.8), se obtiene:

119
 T  TF dF  CpGdT (4.1.a.4.9)
Acá serán tratadas soluciones de la ecuación (4.1.a.4.9) en algunos casos especiales,
considerando para ello que Cp y G son constantes.

1- La cantidad de calor es constante q=cte


Si q  cte , se deduce de la ecuación (4.1.a.4.8) que:

dT q
  cte (4.1.a.4.10)
dF CpG
En este caso la temperatura media del fluido en la sección transversal varía linealmente a lo
largo del conducto. De la ecuación (4.1.a.4.10) se deduce que:
q
T  T1E  F (4.1.a.4.11)
CpG
En la expresión (4.1.a.4.11), el convenio de signos es el siguiente:
1- Si el fluido se calienta el signo es +
2- Si el fluido se enfría el signo es -
La temperatura media del fluido en el conducto será:
T1E  T1S qF0
TM   T1E  (4.1.a.4.12)
2 2CpG
La diferencia media de temperaturas se calcula mediante la integral siguiente:
 qF0 
F0 F
___
1 0
 TF  T dF  
1
T  
F0 0

F0 0
TF dF   T1E 


2CpG 
(4.1.a.4.13)

De esta forma, cuando q  cte , el cálculo de la diferencia media de temperaturas se reduce


prácticamente al de la temperatura media de la pared.
Como fue visto anteriormente, la temperatura de la pared depende del conjunto de resistencias
térmicas existentes en ambas caras y de su propia resistencia térmica a la conducción. Cuando se
conoce la densidad de flujo de calor q, y ésta es constante a lo largo del canal, el cálculo de la
temperatura de la pared es relativamente sencillo.
Si el coeficiente de transmisión superficial de calor  varía potencialmente a lo largo de la
superficie, se tendrá:
___
q q q
T    (4.1.a.4.14)
 n  1 n  1cx0  n
Por lo tanto, calculando T con ayuda de la ecuación (4.1.a.4.12), resulta sencillo determinar la
temperatura media de la pared,

120
__ ___ __
q
TM  T  T  T  (4.1.a.4.15)
n  1cx0  n
De la ecuación (4.1.a.4.14) se deduce que cuando q  cte , mientras que  experimenta una
variación apreciable, también la variación de temperaturas experimentarán la misma variación
apreciable.
Es importante resaltar que las relaciones desde la (4.1.a.4.11) hasta la (4.1.a.4.15) son ciertas
siempre que se cumpla que q  cte

2- La temperatura en la superficie de la pared es constante (superficie isotérmica)


Se comienza por definir que se empleará acá la notación  para definir la diferencia de
temperaturas local, o sea,   T  TP  , por lo tanto la ecuación (4.1.a.4.9) puede ser escrita
entonces como:
dF  CpGd  (4.1.a.4.16)
Separando variables en (4.1.a.4.16)
d
dF  CpG (4.1.a.4.16.1)

Integrando la ecuación (4.1.a.4.16.1) entre los límites 0 a F , y  " a  , suponiendo el calor
específico Cp como constante, se llega a:

d
F

 dF  CpG  
(4.1.a.4.17)
0 "

El coeficiente de transmisión superficial medio se determina a partir de la media integral, o sea:


F
1 0
F0 0
  dF (4.1.a.4.18)

El coeficiente de transmisión superficial medio se calcula ahora sustituyendo la expresión


(4.1.a.4.18) en la (4.1.a.4.17), obteniéndose que:

d
 F  CpG  (4.1.a.4.19)
 " 
Resolviendo y agrupando convenientemente en (4.1.a.4.19) se llega a:
F  
  Ln "  (4.1.a.4.19.1)
CpG  
La expresión (4.1.a.4.19.1) puede expresarse también como:
F

  e " CpG
  "e  AF (4.1.a.4.20)

121
F
En (4.1.a.4.20) se cumple que A  
CpG
Por lo tanto, la diferencia de temperatura varía exponencialmente a lo largo del conducto cuando
la temperatura de la pared es constante. Debe tenerse en cuenta que  puede depender de la
coordenada longitudinal F. Si     cte , entonces, A también lo es.
Si F aumenta indefinidamente, la diferencia de temperatura tiende a cero asintóticamente, o sea,
que las temperaturas del fluido y de la pared se hacen prácticamente iguales.
F  
  Ln "  (4.1.a.4.20.1)
CpG  
Si se multiplica ambos miembros de la ecuación (4.1.a.4.20.1) por CpG '" y se divide por

Ln  ' " , se obtiene la ecuación del balance térmico:


 ' "
F  CpG  ' " (4.1.a.4.20.2)
 
Ln  " 
 
Como la temperatura TP es constante en todo el conducto, entonces haciendo en la ecuación

(4.1.a.4.20.2) las transformaciones TF1  T ' y TF 2  T " , esta puede ser expresada como:
T ' T "
F   CpG T ' T "  (4.1.a.4.21)
 T '  TF 
Ln  
 T "  TF 
Si se introduce la notación:
T 'T " TF 1  TF 2
TLog   (4.1.a.4.22)
 T 'TP   T T 
Ln   Ln F 1 P 
 T "TP   TF 2  TP 
La diferencia de temperaturas calculada mediante el empleo de la relación (4.1.a.4.22) es
conocida como diferencia logarítmica media de temperaturas, o también por sus siglas en inglés
como LMTD
La ecuación de balance de calor se escribe de este modo:
___
Q   T Log F  CpGT 'T " (W) (4.1.a.4.23)
Los cálculos que se realizan con la diferencia logarítmica media de temperaturas se basan en la
suposición de que los coeficientes de transmisión superficial se han promediado según la
ecuación (4.1.a.4.18). Si es conocido el valor de TLog y de TP se puede determinar la

temperatura media del fluido mediante la siguiente expresión:


T  TF  TLog (4.1.a.4.24)

122
El signo menos (-) se aplica en el caso de enfriamiento, y el signo positivo (+) cuando el fluido
se calienta.
El método de cálculo de la temperatura media del fluido puede simplificarse cuando:
TF 2 T "  "
   0,5 (4.1.a.4.25)
TF 1 T '  '
La temperatura media se calcula entonces tomando la media aritmética entre los valores
extremos de la temperatura T ' y T " . Por consiguiente, la media logarítmica es siempre menor
que la aritmética y cuando se cumpla que "  '  0,5 , la diferencia entre ellas es siempre
menor del 4 %.

4.2.2 Análisis de la región de entrada

Considérese un fluido que entra a un tubo circular a una velocidad uniforme. Debido a la
condición de no deslizamiento, las partículas del fluido en la capa en contacto con la superficie
del tubo llegan a detenerse por completo. Esta capa también causa que las partículas del fluido
en las capas adyacentes se desaceleren en forma gradual como resultado de la fricción. Para
compensar esta reducción en la velocidad, la velocidad del fluido en el centro del tubo tiene que
incrementarse a fin de mantener constante el flujo de masa por el tubo. Como resultado, se
desarrolla un gradiente de velocidad a lo largo del tubo. La región del flujo en la cual se sienten
los efectos de las fuerzas cortantes viscosas causadas por la viscosidad del fluido se llama capa
límite de velocidad o sólo capa límite. Una superficie fronteriza hipotética divide en dos
regiones el flujo en un tubo:
1- La región de la capa límite, en la cual los efectos viscosos y los cambios en la velocidad son
significativos,
2- La región del flujo irrotacional (central), en la cual los efectos de la fricción son
despreciables y la velocidad permanece esencialmente constante en la dirección radial.
El espesor de esta capa límite se incrementa en la dirección del flujo hasta que esa capa llega al
centro del tubo y, como consecuencia, llena éste por completo, como se muestra en la figura
4.1.a. La región que existe desde la entrada del tubo hasta el punto en donde la capa límite se
une en la línea central se llama región de entrada hidrodinámica, y la longitud de esta región se
conoce como longitud de entrada hidrodinámica. El flujo en la región de entrada se menciona
como flujo hidrodinámicamente en desarrollo, ya que en esta región se desarrolla el perfil de
velocidad. La región que se encuentra más allá de la región de entrada, en la cual el perfil de
velocidad está completamente desarrollado y permanece inalterado, se conoce como región
completamente desarrollada hidrodinámicamente. El perfil de velocidad en la región

123
completamente desarrollada es parabólico, en el flujo laminar, y un tanto más plano o más lleno
en el flujo turbulento, debido al movimiento arremolinado y al mezclado más vigoroso en la
dirección radial.
Considere ahora un fluido a una temperatura uniforme que entra en un tubo circular cuya
superficie se mantiene a una temperatura diferente. En esta ocasión, las partículas de fluido que
están en la capa en contacto con la superficie del tubo toman la temperatura de esta superficie.
Esto iniciará la transferencia de calor por convección en el tubo y el desarrollo de una capa
límite térmica a lo largo de este último. El espesor de la capa límite también aumenta en la
dirección del flujo hasta que alcanza el centro del tubo y, de este modo, lo llena por completo,
como se muestra en la figura 4.1.b
La región del flujo sobre la cual se desarrolla la capa límite térmica y alcanza el centro del tubo
se llama región térmica de entrada y la longitud de esta región se llama longitud térmica de la
entrada LT . El flujo en la región de entrada térmica se llama flujo en desarrollo térmico, ya que
es ahí donde se desarrolla el perfil de temperaturas. La zona que se encuentra más allá de la
región de entrada térmica, en la que el perfil de temperaturas adimensionales, expresado como
TP  T  TP  TM  , permanece inalterado se llama región térmica completamente desarrollada.

Figura 4.1.a Desarrollo de la capa límite de velocidad en un tubo.

La región en la cual el flujo está tanto hidrodinámica como térmicamente desarrollado y, como
consecuencia, tanto el perfil de velocidades como el de temperaturas adimensionales
permanecen inalterados se llama flujo completamente desarrollado; es decir que:
Para un flujo completamente desarrollado hidrodinámicamente:
V r , x 
 0  V  V r  (4.1.a.5)
x

124
Figura 4.1.b Desarrrollo de la capa
c límite térmica en un tubo. (E
El fluido denntro del tubo
o se está
enfriando.))

Para un flujo
f compleetamente deesarrollado termodinám
micamente:
 TS  x   T r , x 
0 (4.1.a..6)
x TS  x   TM  x 

El esfuerrzo cortantee en la parred del tuboo,  W está relacionado


r con la penndiente del perfil de

velocidadd en la supperficie. Al advertir quue el perfil de velociddad permannece inalteraado en la


región completame
c ente desarroollada hidrrodinámicam
mente, el esfuerzo
e coortante en la pared
también permanece constante en esa reggión. Se pu
uede dar unn argumentto semejantte para el
coeficiennte de transfferencia de calor
c en la región
r comp
pletamente desarrolladda térmicam
mente.
mente térmiccamente la derivada TS  T  TS  TM  con respecto a x es cero
En la reggión plenam

por definnición y porr tanto TS  T  TS  TM  es indeependiente de x . Entoonces, la deerivada de

TS  T  TS  TM  con respectoo a r tambiéén debe ser independien


i nte de x ; ess decir:

  
 
  TS  T   r  r  R
    f x  (4.1.a..7)
r  TS  TM  r R TS  TM

El flujo de
d calor en la
l superficiee se puede expresar
e com
mo:

 T 
 
T  r  r  R
q   TS  TM       f x  (4.1.a..8)
r r R TS  TM
Lo cual permite
p aprreciar en laa ecuación (4.1.a.7)
( ue es indepeendiente dee x . Por lo
qu o tanto, se
concluyee que en la región de un
u tubo com
mpletamentee desarrollaada térmicam
mente, el co
oeficiente
local de convección
c es constantte (no varía con x ). Po
or ende, la fricción
f (la cual está reelacionada
con el esfuerzo cortaante en la pared)
p y los coeficientees de conveccción permaanecen consstantes en
la regiónn completam
mente desarrrollada de un
u tubo.

125
Nótese que el perfil de temperaturas en la región completamente desarrollada térmicamente
varía con x en la dirección del flujo. Es decir, a diferencia del perfil de velocidades, el perfil de
temperaturas puede ser diferente en secciones transversales diferentes del tubo en la región
desarrollada y, por lo común, lo es. Sin embargo, el perfil de temperaturas adimensionales
definido con anterioridad permanece inalterado en la región térmicamente desarrollada cuando
la temperatura o el flujo de calor en la superficie del tubo permanecen constantes. Durante el
flujo laminar en un tubo la magnitud del número adimensional de Prandtl (Pr) es una medida del
crecimiento relativo de las capas límite térmica y de la velocidad. Para los fluidos con Pr  1 ,
como los gases, las dos capas límite coinciden entre sí. Para los fluidos con Pr  1 , como los
aceites, la capa límite de la velocidad crece más que la térmica. Como resultado, la longitud de
la entrada hidrodinámica es más pequeña que la térmica. Se cumple lo opuesto para los fluidos
con Pr  1, como los metales líquidos.
Considérese un fluido que se está calentando (o enfriando) en un tubo, conforme se desplaza por
él. El esfuerzo cortante en la pared y el coeficiente de transferencia de calor son los más altos en
la entrada del tubo, en donde el espesor de las capas límite es el más pequeño, y decrecen en
forma gradual hasta los valores del flujo completamente desarrollado, como se muestra en la
figura 4.1.b. Por lo tanto, la caída de presión y el flujo de calor son más altos en las regiones de
entrada de un tubo, y el efecto de la región de entrada siempre es el incremento del factor de
fricción promedio y del coeficiente promedio de transferencia de calor evaluado para el tubo
completo. Este incremento puede ser significativo para los tubos cortos, pero despreciable para
los largos.

Longitud de entrada o región de entrada

La longitud de entrada hidrodinámica suele tomarse como la distancia desde la entrada al tubo
hasta aquella sección transversal donde el esfuerzo cortante en la pared (y, por consiguiente, el
factor de fricción) se aproxima al valor del flujo completamente desarrollado dentro de 2% de
diferencia. En el flujo laminar, las longitudes de entrada hidrodinámica y térmica se dan de
manera aproximada como:
Longitud hidrodinámica LH  0,05Re d (4.1.a.9)

Longitud térmica LT  0,05Re Pr d  Pr LH (4.1.b)


Para Re  20 , la longitud de la entrada hidrodinámica tiene un tamaño cercano al del diámetro,
pero crece de manera lineal con la velocidad. En el caso límite de Re  2300 esa longitud es de
115 d .

126
En el flujo turbulento, el intenso mezclado que se efectúa en el curso de las fluctuaciones
aleatorias suele dominar los efectos de la difusión molecular y, por lo tanto, las longitudes de
entrada hidrodinámica y térmica tienen más o menos el mismo tamaño y son independientes del
número de Prandtl. La longitud de entrada hidrodinámica para el flujo turbulento se puede
determinar mediante el uso de la siguiente relación aproximada:
Longitud hidrodinámica LH  1,359 d  Re
4
(4.1.b.1)

La longitud de entrada es mucho más corta en el flujo turbulento, como era de esperarse, y su
dependencia del número de Reynolds es más débil. En muchos flujos en tubos de interés
práctico, los efectos de la entrada se vuelven insignificantes más allá de la longitud de tubo igual
a 10 diámetros, y las longitudes de entrada hidrodinámica y térmica se toman en forma
aproximada como:
LH  LT  10 d (4.1.b.2)
Para el caso de flujo turbulento se pueden hacer las siguientes observaciones:
1- Los números de Nusselt y, por consiguiente, los coeficientes de transferencia de calor por
convección son mucho más altos en la región de entrada.
2- El número de Nusselt alcanza un valor constante a una distancia de menos de 10 diámetros
y, por tanto, se puede suponer que el flujo está completamente desarrollado para x  10 d .
3- Los números de Nusselt para las condiciones de temperatura superficial uniforme y flujo de
calor uniforme son idénticos en las regiones completamente desarrolladas y casi idénticos en
las regiones de entrada. Por lo tanto, el número de Nusselt no es sensible al tipo de condición
de frontera térmica y se pueden usar las correlaciones del flujo turbulento para cualquiera de
los dos tipos de esa condición.
En la literatura, se encuentran correlaciones precisas para los coeficientes de fricción y de
transferencia de calor, para las regiones de entrada. Sin embargo, la longitud de los tubos que se
usan en la práctica, en la convección forzada, suele ser varias veces la longitud de cualquiera de
las dos regiones de entrada y, por consiguiente, a menudo se supone que el flujo por los tubos
está completamente desarrollado en toda la longitud del tubo. Este enfoque simplista
proporciona resultados razonables para la transferencia de calor en los tubos largos, y resultados
conservadores, en caso de los tubos cortos.

4.2.3 Región de flujo desarrollado hidrodinámicamente.

Si se considera una parte del tubo, (véase la figura 4.1.a) de diámetro 2 R , y se tiene en cuenta
además un cilindro de fluido coaxial de diámetro 2 r y longitud l , las condiciones de contorno
127
implican que en su cara frontal la presión es igual a p , mientras que en la cara posterior la
presión es p   p . Sobre este cilindro actuará una fuerza de empuje de la forma:
FEmp   r 2  p (4.1.b.3)

y la fuerza de rozamiento vendrá dada entonces por:


dV dV
FRoz  S  S  2rl  2rl (4.1.b.4)
dr dr
Acá la fuerza de rozamiento será igual a la fuerza de empuje, por lo tanto, igualando las
expresiones (4.1.b.3) y (4.1.b.4),
dV
2rl  r 2 p (4.1.b.5)
dr
Despejando la derivada de la velocidad con respecto al radio dV dr , y agrupando
convenientemente se llega a:
dV rp
 (4.1.b.6)
dr 2l
La ecuación (4.1.b.6) es una ecuación diferencial de variables separables, separando variables se
tiene que:
rp
dV  dr (4.1.b.7)
2l
Integrando ambos términos de (4.1.b.7), se llega a:
r p
R

 dV   2l dr
r
(4.1.b.8)

Resolviendo ambas integrales y agrupando términos semejantes se obtiene:


p p
R2  r2 
R
V  
2  l r
rdr 
4 l
(4.1.b.9)

La expresión (4.1.b.9) es la distribución del campo de velocidades, de tipo parabólico, en un


plano longitudinal.
El caudal viene dado por el producto de la velocidad con la diferencia del área, desde el centro
del conducto hasta el radio, o sea:
R R
w   Vd    V 2rdr (4.1.c)
0 0

Sustituyendo en (4.1.c) la velocidad determinada en (4.1.b.9) se llega a:


p
 R  r 2 2rdr
R R
w   V 2rdr  2
(4.1.c.1)
0
4 l 0

128
Resolviendo la integral presente en (4.1.c.1) se llega:
p R 4  p
 R  r 2 2rdr 
R
w 2
(4.1.c.2)
4  l 0
8L

El caudal obtenido en (4.1.c.2) es directamente proporcional a la variación de presión entre las


secciones A y B, (del tramo analizado que el cual posee una longitud tramo de longitud l  L ),
además es proporcional a la cuarta potencia del radio de la conducción, e inversamente
proporcional al tramo de tubería considerada de longitud L y a la viscosidad dinámica  .

El caudal en función de la velocidad media VM viene dado por el producto igualmente de la

velocidad media por el área de la sección de flujo, o sea w  VM  , por lo que la velocidad
media se puede representar entonces en la forma:
R 4 p
w 8L R 2 p
VM    (4.1.c.3)
 R 2 8 L
Mientras que la velocidad máxima VMax se obtiene cuando se cumple que r  0 , por lo tanto
sustituyendo esta cantidad en la ecuación (4.1.c.2) y resolviendo convenientemente se obtiene
que la velocidad máxima viene dada por:
R 2 p
VMax  (4.1.c.4)
4 L
Comparando las relaciones (4.1.c.4) y (4.1.c.3) se llega a la conclusión que la velocidad máxima
va ser igual al doble de la velocidad media, o sea VMax  2VM , matemáticamente esto queda
descrito por:
V r2  r2   r2 
 1 2 ; V  VMax 1  2   2VM 1  2  (4.1.c.4.1)
VMax R  R   R 
Si en la ecuación (4.1.c.3) se despeja el término p se llega a la conocida ecuación de Poiseuille,
la cual viene dada por:
8LVM
p  (4.1.c.5)
R2
Como R  d 2 al sustituir esta cantidad en (4.1.c.3) se llega a:
32 V M L
p  (4.1.c.6)
d2
La relación (4.1.c.6) es conocida como ecuación de Poiseuille, nótese que para un gasto
especificado, la caída de presión y, por ende, la potencia requerida de bombeo, son
proporcionales a la longitud del tubo y a la viscosidad del fluido, pero inversamente

129
proporcionales a la cuarta potencia del radio (o del diámetro) del tubo. Por lo tanto, la necesidad
de potencia de bombeo para un sistema de tuberías se puede reducir en un factor de 16 al
duplicar el diámetro del tubo. Por supuesto, deben sopesarse los beneficios de la reducción en
los costos de la energía en contraste con el costo mayor de construcción, debido al uso de tubo
con diámetro más grande.
La pérdida de carga total  p correspondiente a la longitud de tubería L se puede poner en
función de la pérdida de carga por unidad de longitud de tubería J , en la forma:
p  h  JL (4.1.c.7)
La expresión (4.1.c.7) se puede transformar teniendo en cuenta el número adimensional de
Reynolds y el coeficiente de fricción de Darcy f , en la forma:

1 p 1 32 VM 64VM2 fVM2


J    (4.1.c.8)
 L g d 2 2 gd Re 2dg
Se acaba de demostrar en la ecuación (4.1.c.8) que para el régimen laminar coeficiente de
fricción de Darcy f , para tuberías circulares de determina como f  64 Re . La ecuación
(4.1.c.6) demuestra además que la pérdida de carga en régimen laminar, para tuberías lisas o
rugosas, va a ser directamente proporcional a la primera potencia de la velocidad.
Si el fluido entra en el tubo desde un depósito grande y los bordes del tubo están redondeados, la
distribución de velocidad en la entrada es uniforme (véase la figura 4.1.b). A medida que el
fluido avanza, se forma en la pared del tubo una capa hidrodinámica límite de espesor creciente.
Al aumentar el espesor de estas capas se produce su reunión, y se establece una distribución de
velocidad constante a lo largo del tubo, cuyo perfil es el característico de la clase de flujo que se
tenga. La distancia a lo largo del tubo a la que se establece la distribución de velocidad
constante medida desde la entrada del tubo, se llama longitud de la sección hidrodinámica inicial
LH o sección de estabilización hidrodinámica. Esta sección hidrodinámica inicial se observa
tanto en el flujo laminar como en el turbulento. Sin embargo, cuando el número de Reynolds es
mayor que 104 , el flujo fluido en la sección inicial se desarrolla de una forma peculiar. Si el
fluido viene de un depósito grande y la entrada del tubo es gradual, el flujo en la primera sección
puede ser laminar, pero la capa límite laminar que se forma se convierte en turbulenta cuando
alcanza el espesor crítico. La capa turbulenta aumenta su espesor hasta que llena toda la sección
transversal del tubo. El punto de la sección inicial en el que la capa laminar se convierte en
turbulenta se caracteriza por su flujo inestable. Con Re  5  10 4 la capa límite turbulenta se
desarrolla prácticamente al principio del tubo. Si el tubo tiene los bordes afilados, se forman
torbellinos a !a entrada que rompen rápidamente la capa límite laminar.

130
Cuando el flujo está hidrodinámicamente estabilizado l  LH , la distribución de la velocidad en
flujo laminar isotérmico es parabólica, y como fue demostrado anteriormente se cumple que
VMax  2VM
Es imposible describir la distribución de velocidad en la sección transversal con flujo turbulento,
debido a la compleja estructura de tal flujo. El fluido turbulento llena casi toda la sección del
tubo, mientras que en la pared se forma una subcapa laminar. Para números de Reynolds
grandes, el espesor de la subcapa es una fracción pequeña del diámetro del tubo y puede
despreciarse. A pesar de ello, esta subcapa constituye la resistencia principal a la transmisión del
calor, puesto que éste se transfiere solamente por conducción a través de ella.
La distribución de velocidad en la sección transversal de un flujo turbulento estabilizado es una
parábola truncada y al igual que en el régimen laminar alcanza su máximo en el eje del tubo,
pero varía más rápidamente en la proximidad de la pared. En el flujo turbulento se cumple que:
VM r 
 f  , Re  (4.1.c.9)
VMax  r0 
Del análisis de la relación (4.1.c.9) se aprecia que cuanto mayor es el número de Reynolds, más
rápida es la variación de velocidad en la proximidad de la pared, y más lenta en la sección
central del tubo, puesto que la relación entre la velocidad media del flujo y la velocidad máxima
de este, es una función del número de Reynolds. Los estudios experimentales han demostrado
que:
VM Vmax  f Re  0,8  0,9 (4.1.d)
El tipo de flujo en tubos descrito hasta aquí es válido solamente en el caso de flujo isotérmico.
En el flujo fluido en el interior de un tubo la transmisión del calor varía a lo largo de éste, al
igual que en el caso de una placa con flujo longitudinal. A medida que avanza el fluido en el
interior del tubo, se observa el calentamiento o enfriamiento de las capas de fluido adyacentes a
la pared. Al principio del tubo, la zona central de fluido permanece a la misma temperatura que
el fluido de la entrada. Esta zona no participa en el proceso de transmisión del calor y toda la
variación de temperatura se concentra en las capas adyacentes a la pared. Por lo tanto, se forma
una capa térmica límite en la superficie de la zona inicial del tubo, cuyo espesor aumenta con la
distancia desde la entrada.
A cierta distancia de la entrada, las capas térmicas se confunden, y a partir de entonces todo el
fluido participa en el proceso de transmisión del calor. Este tramo de tubo de longitud lEH se
llama sección de estabilización térmica o sección térmica inicial. Aparece tanto en el flujo
turbulento como en el laminar.

131
Corriente abajo de esta sección, no sólo cambia la temperatura media de la sección transversal,
sino también la temperatura en el eje del tubo. A diferencia de los perfiles de velocidad, los de
temperatura no son constantes (véase la figura 4.1.a)
El flujo estabilizado térmicamente posee una característica importante:
 T 
El gradiente de temperatura del fluido en la pared   y la diferencia de temperatura
 r  r r0

T  T  TM  , (donde T es la temperatura media del fluido en la sección transversal)


disminuyen en la misma proporción a lo largo del tubo, o permanecen constantes cuando la
cantidad de calor q es constante.
En la sección de estabilización térmica, el gradiente de temperatura disminuye mucho más
rápidamente que la diferencia de temperatura. La mayor velocidad de variación del gradiente de
temperatura se presenta en la entrada (teóricamente el gradiente de temperatura vale infinito
para x  0 ).
Cuando cambian la temperatura (al calentar o enfriar) y, por lo tanto, la viscosidad y los otros
parámetros físicos del fluido, el modelo de flujo resulta más complejo. Existen dos modelos de
flujo laminar no isotérmico:
1- Flujo viscoso
2- Flujo viscoso gravitacional.
Cada uno de ellos tiene sus propias leyes de transmisión del calor. El flujo viscoso no isotérmico
aparece cuando las fuerzas de viscosidad predominan sobre las fuerzas de empuje, por lo que es
característico de los fluidos viscosos a los que no afecta la convección libre. El flujo viscoso
gravitacional aparece cuando las fuerzas de empuje son muy grandes y la convección natural se
suma a la forzada. El modelo de flujo viscoso es tanto más probable que el gravitacional cuanto
menor sea el diámetro del tubo, mayor la viscosidad del fluido y menor la diferencia de
temperatura.
La distribución de velocidad en la sección transversal del tubo con flujo viscoso no es
parabólica, debido al cambio de la viscosidad con la temperatura en la sección recta. La
distribución de velocidad depende también de que el fluido sea calentado o enfriado. Para una
misma temperatura media en la sección transversal, la temperatura del fluido próximo a la pared
es mayor cuando se calienta que cuando se enfría. Cuanto mayor es la temperatura de un líquido
menor es su viscosidad; por lo tanto, la velocidad del fluido cerca de la pared del tubo, en el
caso de calentamiento, es mayor que en el de enfriamiento, y con ello aumenta la velocidad de la
transmisión del calor. Este fenómeno es similar al ya conocido de la placa expuesta a un flujo de
líquido. Cuando el líquido se calienta, el coeficiente de transmisión superficial del calor es
132
mayor que cuando se enfría; la diferencia entre los coeficientes es mayor cuanto mayor es la
diferencia de temperatura.
En un flujo viscoso gravitacional, además del efecto de la variación de viscosidad, la
distribución de velocidad está muy influenciada por la intensidad y la dirección de la convección
libre, que se origina a consecuencia de la diferencia de densidades entre las zonas calientes y
frías del fluido. Pueden distinguirse tres casos según la dirección relativa de la convección
forzada y de la libre:
1- La convección natural y la forzada tienen la misma dirección.
2- Sus direcciones son perpendiculares
3- Sus direcciones son opuestas.
El primer caso se presenta en tubos verticales cuando se calienta un fluido que circula hacia
arriba, o se enfría uno que circula hacia abajo. La convección libre produce un aumento de la
velocidad del fluido cercano a la pared y pueden existir dos máximos en el diagrama de
distribución de velocidades.
El segundo caso se presenta en tubos horizontales. Por efecto de la convección libre se origina
una circulación transversal de fluido en la sección normal del tubo. En un fluido calentado
aparecen corrientes de convección libre ascendentes por el lado de la pared y descendentes por
el centro del tubo; sucede lo contrario en caso de un fluido enfriado. En consecuencia, el fluido
se mueve a través del tubo siguiendo una espiral. La velocidad de transmisión del calor aumenta
debido a la mejoría en el mezclado del fluido. En otras palabras, la intensidad de la transmisión
es mayor que cuando coinciden las direcciones de la convección libre y de la forzada.
El tercer caso se presenta en tubos verticales cuando se calienta un fluido que fluye hacia abajo
o se enfría uno que fluye hacia arriba. La velocidad del fluido próximo a la pared disminuye
debido a que las corrientes de convección tienen direcciones opuestas. Pueden formarse
torbellinos en el fluido próximo a la pared. En otras palabras: en este caso la intensidad de la
transmisión del calor es mayor que en los dos anteriores debido a la aparición del movimiento
turbulento.
Un método aproximado, adecuado para el cálculo de los coeficientes de transmisión del calor en
un tubo circular recto con flujo estabilizado hidrodinámica y térmicamente. Supongamos que el
fluido es incompresible, que sus propiedades físicas son constantes y que el calor de fricción es
despreciable. La ecuación de la energía (5.1.b.6) en el caso de un flujo en régimen permanente,
con simetría axial toma la siguiente forma:

 T T    2T 1 T  2 T 
Cp Vr  VX     2    (4.1.d.1)
 r x   r r  r x 2 

133
La ecuación (4.1.d.1) fue escrita en coordenadas cilíndricas, siendo r el radio y x la
coordenada a lo largo del eje del tubo en la dirección del flujo.
Supóngase también que la cantidad de calor que se transporta en dirección radial es mucho
mayor que en dirección axial. Entonces puede despreciarse en la ecuación (4.1.d.1) el término
 2T x 2 . Además se puede considerar que Vr  0 . Estas suposiciones permiten entonces
simplificar la relación (4.1.d.1), la cual quedará entonces de la manera siguiente:

 T    2 T 1 T 
Cp V X     2   (4.1.d.2)
 x   r r r 
Multiplicando ambos términos en la ecuación (4.1.d.2) por r, y extrayendo como factor común

en el término de la derecha la cantidad diferencial T r se llega a:

T T  T 
CpVX r   r  (4.1.d.3)
x r  r 
Con flujo turbulento, el calor se transporta no sólo por conducción sino también por
fluctuaciones o difusión turbulenta. De acuerdo con la analogía de Reynolds (será vista en el
próximo capítulo), la ecuación (4.1.d.3) puede ser escrita entonces:
T T  T 
CpVX r     r (4.1.d.4)
x r  r 
T

En la expresión (4.1.d.4) la variable T   Cp  es la difusividad turbulenta, análoga a la

conductividad térmica, mientras que T y VX son la temperatura y la velocidad local (puntual)


promedio respecto al tiempo con el flujo turbulento.
Si se supone que qV es constante, entonces se cumple que

dTF q
 V  cte (4.1.d.5)
F GCp
Aplicando la ecuación (4.1.d.5) para el caso de un tubo circular se tiene que:
dTF 2 qV 2 a TP  TF 
   cte (4.1.d.6)
x Cp V X r0 Cp V X r0
En la ecuación (4.1.d.6) se cumple que:
TF es la temperatura media calorimétrica (entálpica) del fluido en la sección, en oC

VX es la velocidad media en la misma, en m s


r0 es el radio del tubo, en m

134
En estas condiciones la temperatura media del fluido será una función línea de la variable x. para
a  cte , caso que sucede en presencia de un flujo estabilizado, tanto la variación de la
temperatura del fluido TF , como la temperatura de la pared TP son lineales, o sea:

 TP  TF   cte
qV
(4.1.d.7)
a
Cuando las propiedades físicas son constantes, la variación de la temperatura local del fluido a
lo largo del tubo es también lineal. Por lo tanto:
T 2qV
 (4.1.d.8)
x CpVX r0
Sustituyendo la ecuación (4.1.d.8) en (4.1.d.4) se obtiene:
V X r T 
2qV     T r T  (4.1.d.9)
V X r0 r  r 
En la relación (4.1.d.9) se pueden hacer las siguientes sustituciones:
VX
velocidad adimensional V 
VX
(4.1.e)
r
radio adimensional R
r0
Reemplazando en la ecuación (4.1.d.9) los términos definidos en (4.1.e) se llega a:
T  T 
2qV r0VR     r (4.1.e.1)
r  r 
T

Separando variables en la ecuación (4.1.e.1) e integrando entre 0 y R y entre 0 y   T R


dT
dR
se llega a:
R
  T R dT  2 qV r0  VRdR (4.1.e.2)
dR 0

De la ecuación (4.1.e.2) se deduce que:


R
dT 2 qV r0
dR   T R 0
 VRdR (4.1.e.3)

Despejando el diferencial de temperaturas en (4.1.e.3) se llega a:

 2qV r0 R 
dT   
   T R 0
VRdR dR

(4.1.e.3)

Según la relación (4.1.a.4.4) la temperatura calorimétrica media de un fluido para un valor


constante del calor específico Cp y de la densidad  , se determinará mediante la expresión:

135
f
1 0
f 0V X 0
TM  V X Tdf (4.1.e.4)

Para el caso de un tubo de sección circular se cumple que f  r 2 y por lo tanto,

df  d r 2   2rdr . Si se sustituyen estos valores en (4.1.e.4):


r 1
1 0
TM  2  V X Trdr  2  TVRdR (4.1.e.5)
r0 V X 0 0

Integrando por partes aplicando para ello la conocida relación de integración por partes:
b b

 udv  uv   vdu
b
a
(4.1.e.6)
a a

Haciendo para ello:


u T
(4.1.e.7)
dv  VRdR
Es conocido de los cursos de cálculo integral que en la relación (4.1.e.7) se cumple que:
R
v   dv   VRdR (4.1.e.8)
0

Por lo tanto sustituyendo las relaciones (4.1.e.7) y (4.1.e.8) en la ecuación (4.1.e.6) se arriba a:
 R 1 1 R
  
TM  2  T  VRdR     VRdR dT  (4.1.e.9)
 0 0 00  

Evaluando el primer término de la relación (4.1.e.9) se obtiene:


 1 1 R
  
TM  2 TF  VRdR     VRdR dT  (4.1.f)
 0 00  
1
La integral  VRdR puede transformarse en la siguiente forma:
0

r0

1
2
r0 0 V X 2rdr V X r02 1
0 VRdR  2V X r02 0 V X rdr  2V X r02  2V X r02  2 (4.1.f.1)

Entonces sustituyendo el valor obtenido en la ecuación (4.1.f) se tiene:


1 R
 
TM  TF  2   VRdRdT (4.1.f.2)
00 
El valor de dT fue determinado anteriormente en la expresión (4.1.e.3), sustituyéndolo en
(4.1.f.2) se llega a:

136
4qV r0 
1 R R

  T R 0 0 0
TM  TF   VRdR VRdR dR (4.1.f.3)

Resolviendo convenientemente en (4.1.f.3) se llega a:
2
R 
1 
 VRdR 

TM  TF  V 0   0  dR
4q r
(4.1.f.4)
 0  T 
1   R
  
De la ecuación (4.1.f.4) se deduce que:
2
R 
1 
 VRdR 
TF  TM   2  0 
 dR
2qV r0  
0 1  T  R
(4.1.f.5)
 
  
Por definición es conocido que:
TF TM  
 
1
(4.1.f.6)
2qV r0 d Nu
Mediante la notacion dada en (4.1.f.6) se puede transformar la expresión (4.1.f.5), lo que
permite escribir en definitiva que:
2
R 
1 
 VRdR 

1
 2   0  dR (4.1.f.7)
Nu 
0 1  T  R
 
  
En flujo laminar se cumple que T  0 por lo que la relación (4.1.f.7) se simplifica,
obteniéndose que:
2
dR  
1 R
1
 2  
 VRdR  dR
 (4.1.f.7.1)
Nu 0
R 0 
La ecuación (4.1.f.7) fue obtenida por Lyon, y se discute en todo detalle en el tratado Convective
Heat Transfer de Derek B. Ingham. Esta ecuación es una ecuación general, puesto que vale
tanto para el modelo de flujo laminar como para el turbulento. Si se conoce la distribución de
velocidades V r  , se puede calcular el coeficiente de transmisión del calor mediante el uso de
(4.1.f.7).

137
4.2.4 Flujo en conductos no circulares

Téngase un flujo laminar, incompresible y permanente entre dos placas paralelas. En primer
lugar se puede suponer que las placas son inclinadas formando un ángulo  respecto a la
horizontal, teniendo la placa superior una velocidad constante V0 ; el flujo entre las dos placas

fijas es un caso particular, al hacer la velocidad de la placa móvil V0  0 . La placa superior se


mueve paralelamente en la dirección del flujo, existiendo a lo largo del mismo, en la dirección
del eje x, una variación de presión.
Si se toma un elemento de fluido en forma de lámina de dimensiones dx, dy  , y anchura
unitaria, para un flujo permanente, la lámina se moverá con velocidad constante V , y la
ecuación de movimiento vendrá dada por:

 p    
pdy   p  dx dy  dx    dy dx   dx dy sen  0 (4.1.f.8)
 x   y 
Si se simplifica la relación (4.1.f.8) se llega a:
p  p  h  
   sen ;     0 ;   p  h (4.1.f.9)
x y x y x y x
En la relación (4.1.f.9) se ha tenido en cuenta que sen   h x . Como no existe aceleración
en la dirección del eje coordenado y , entonces el segundo miembro de la ecuación (4.1.f.9) no
será función de y , por lo tanto, integrándola se obtiene:


y  p  h (4.1.h)
x
Fue mostrado con anterioridad en la expresión (6.1.c) que el esfuerzo cortante es igual a
    dV dy , si se sustituye esta identidad en (4.1.h) se llega a:
 dV 1 
 y  p  h  C1 ;  y  p  h  1
dV C
 (4.1.h.1)
dy x dy  x 
Integrando la ecuación (4.1.h.1) se obtiene que:
1  2
V  p  h  y  C1 y  C2 (4.1.h.2)
 x 2 

Para el cálculo de las constantes de integración C1 y C2 en la ecuación (4.1.h.2), se emplean las


condiciones en los límites, de la forma:
y  0 ,V  0
Para ,   C2  0 (4.1.h.3)
 y  a , V  V0
En (4.1.h.3), a es la distancia entre las placas planas paralelas
138
Por tanto:
1 
V0   p  h a 2  C1 a ; C1  V0  a   p  h 
2 x   a 2  x
(4.1.h.4)
1 
V  p  h  y 2  V0 y  a   p  h  y  V0 y  1   p  h  ay  y 2
 
2 x a 2 x a 2  x
El gasto a través de una sección transversal cualquiera viene dado por:
1 
a
Q   Vdy 
V0 a
  p  h  a 3 (4.1.h.5)
0
2 12  x

La velocidad media V0 entre las placas será entonces:

1 
V0 
w V0
   p  h a2 (4.1.h.6)
a 2 12 x
Mientras que el esfuerzo cortante  en la pared viene dado por:
ya
   a
    yy0a   y  p  h   0   p  h 
dV V
(4.1.h.7)
dy  x a x 2  y0
Resolviendo en (4.1.h.7) se obtiene finalmente el valor buscado del esfuerzo cortante en la
pared, el cual se puede expresar mediante la siguiente expresión:
y a
 
   p  h y  a    V0     p  h  a   V0 (4.1.h.8)
x   2   y 0 a x 2 a

La expresión (4.1.h.8) demuestra que el esfuerzo cortante en la pared es constante.

4.3 Análisis térmico general

En ausencia de cualesquiera interacciones de trabajo (como el calentamiento mediante


resistencia eléctrica u otros), la ecuación de conservación de la energía para el flujo estacionario
de un fluido en un tubo se puede expresar como:
Q  wCpTE  TI  W  (4.1.h.9)

En la ecuación (4.1.h.9) w es el gasto másico, en kg s


Como puede notarse en la expresión (4.1.h.9), la temperatura de un fluido que fluye en un tubo
permanece constante en ausencia de cualquier interacción de energía a través de la pared.
Las condiciones térmicas en la superficie por lo común se pueden aproximar con razonable
precisión en dos grupos fundamentales, los cuales son:
1- Temperatura superficial constante TP  Cte

2- Flujo de calor constante en la superficie q  Cte ·

139
La condición de temperatura superficial constante cuando ocurre por ejemplo, en un proceso de
cambio de fase, como ebullición o condensación, en la superficie exterior de un tubo, mientras
que la condición de flujo de calor constante en la superficie cuando el tubo se somete a
calentamiento por radiación o resistencia eléctrica de manera uniforme desde todas las
direcciones. Como se acaba de ver son dos ejemplos elementales reales, en los cuales se
representan los casos 1 y 2.
El flujo de calor en la superficie se expresa como:
Q   TP  TM  W  (4.1.i)
En la expresión (4.1.i) se cumple que:
TP es la temperatura de la pared, en oC
TM es la temperatura media del fluido, en oC
Nótese que la temperatura media del fluido TM de un fluido que fluye en un tubo debe cambiar

durante el calentamiento o el enfriamiento. Por lo tanto, cuando  X    cte , la temperatura

superficial TP debe cambiar cuando q  Cte y el flujo de calor en la superficie debe cambiar

cuando TP  Cte . Por tanto, se puede tener TP  Cte o q  Cte en la superficie de un tubo,
pero no ambas. A continuación se considerará la transferencia de calor por convección para
estos dos casos comunes.

1- Flujo de calor constante en la superficie (q=Cte)

En el caso de q  Cte , la velocidad de la transferencia de calor también se puede expresar


como
Q  qF  wCpTI  TE  W  (4.1.i.1)
Entonces, la temperatura media del fluido en la salida del tubo queda
qF
TE  TI  (4.1.i.2)
wCp
Nótese que la temperatura media del fluido se incrementa linealmente en la dirección del flujo
en el caso de flujo de calor constante en la superficie, puesto que el área superficial aumenta en
forma lineal en esa dirección ( F es igual al perímetro, el cual es constante, multiplicado por la
longitud del tubo). En el caso de flujo de calor q constante en la superficie, entonces la
temperatura superficial se puede determinar a partir de:

q   TP  TM   TP  TM 
q
(4.1.i.3)

140
En la región completamente desarrollada, la temperatura superficial TP también se incrementará

linealmente en la dirección del flujo, dado que  es constante y, por tanto TP  TM   cte . Por
supuesto, esto se cumple cando las propiedades del fluido permanecen constantes en el flujo. Se
puede determinar la pendiente de la temperatura media del fluido TM en un diagrama T  x
mediante la aplicación de un balance de energía de flujo estacionario a una sección del tubo de
espesor dx , el cual arroja:

wCpdTM  q pdx 
dTM qp
  cte (4.1.i.4)
dx wCp
En la ecuación (4.1.i.4) p es el perímetro del tubo. Como q y  son constantes, la derivación
de la ecuación (4.1.i.3) respecto a la variable x arroja que:
dTM dTP
 (4.1.i.5)
dx dx
Asimismo, el requisito de que el perfil de temperaturas adimensional permanezca inalterado en
la región completamente desarrollada da:
  TP  T  1  TM T  T dTP
   0    0  (4.1.i.6)
x  TP  TM  TP  TM  x x  x dx

Puesto que TP  TM   cte . Al combinar las ecuaciones (4.1.i.4), (4.1.i.5) y (4.1.i.6) se obtiene:

T dTP dTM qp
    cte (4.1.i.7)
x dx dx wCp
Entonces, se concluye que en el flujo completamente desarrollado en un tubo sujeto a flujo de
calor constante en la superficie, el gradiente de temperatura es independiente de x , por tanto, la
forma del perfil de temperaturas no cambia a lo largo del tubo.
Para un tubo circular se cumple que p  2R mientras que w  VM F  VM R 2 , al sustituir
ambos valores en la ecuación (4.1.i.7) esta se transforma de la forma siguiente:
T dTP dTM 2q
    cte (4.1.i.8)
x dx dx 2VM CpR

Donde la variable VM es la velocidad media del fluido.

2- Temperatura superficial constante (TP=Cte)

Con base en la ley de Newton del enfriamiento, la razón de la transferencia de calor desde o
hacia un fluido, que fluye en un tubo se puede expresar como:
Q   F TP  TM    F TP  TM  prom W  (4.1.i.9)

En la ecuación (4.1.i.9) se cumple que:


141
 es el coeficiente pelicular de transferencia de calor por convección promedio, en W m 2 o C 
F es el área de intercambio de calor, en m2 (en el caso de un tubo será igual a dL )
TP  TM   TM es alguna diferencia promedio apropiada de temperatura entre el fluido y la

superficie. Más adelante se discuten dos maneras adecuadas para expresar TM

En el caso de temperatura superficial constante TP  Cte , la variable TM se puede expresar

aproximadamente por la diferencia media aritmética de temperatura TMA , lo que se puede


representar como:
TI  TI Ts  TI   Ts  TE  T T
TM  TMA   Ts  I E  TS  Tb (4.1.j)
2 2 2
En la ecuación (4.1.j) se cumple que:
Tb  TI  TE  2 es la temperatura media de la masa de fluido, la cual es el promedio aritmético
de las temperaturas medias del fluido en la entrada y salida del conducto, en oC
Nótese que la diferencia media aritmética de temperatura TMA es simplemente el promedio de
las diferencias de temperatura entre la superficie y el fluido en la admisión y la salida del
conducto. Inherente a esta definición, se supone que la temperatura media del fluido varía
linealmente a lo largo del tubo, lo cual es poco posible es el caso cuando TP  Cte . Esta simple
aproximación a menudo proporciona resultados aceptables, pero no siempre. Por lo tanto, se
necesita una mejor manera de evaluar TM .
Considere el calentamiento de un fluido en un tubo de sección transversal constante cuya
superficie interior se mantiene a una temperatura constante igual a TP . Se sabe que la

temperatura media del fluido TM aumenta en la dirección del flujo como resultado de la
transferencia de calor. El balance de energía sobre un volumen diferencial de control arrojaría
entonces:
wCpdTM   TP  TM dF (4.1.j.2)
Es decir, el aumento de la energía del fluido (representado por un aumento en su temperatura
media por dTM ) va ser igual al calor transferido por convección hacia este último desde la
superficie del tubo. Dado que el área superficial diferencial es dF  pdx , en el cual p es el

perímetro del tubo, y que dTM  d TP  TM  , puesto que la temperatura TP  Cte , la relación
(4.1.j.2) se puede reacomodar como:
d TP  TM  p
 dx (4.1.j.3)
TP  TM  wCp

142
Empleando las notaciones de (4.1.j), al integrar la expresión (4.1.j.3) desde x  0 (admisión del
tubo donde TM  TI ) hasta x  L (salida del tubo donde TM  TE ) se obtiene:
TS  TE F
Ln  (4.1.j.4)
TS  TI wCp
En la ecuación (4.1.i.5) se cumple que F  pL es el área superficial del tubo y  es el
coeficiente promedio y constante, de transferencia de calor por convección. Al tomar en (4.1.j.4)
la exponencial de ambos miembros y despejar TE se obtiene la siguiente relación, la cual resulta
muy útil para la determinación de la temperatura media del fluido en la salida del tubo:
 F 
  
TE  TS  TS  T   e  wCp 
(4.1.j.5)
También se puede emplear la relación (4.1.j.5) para determinar la temperatura media del fluido
TM x  para cualquier valor de x , al reemplazar F  pL por px . Nótese que la diferencia de
temperatura entre el fluido y la superficie decae exponencialmente en la dirección del flujo y la
velocidad del decaimiento depende de la magnitud del exponente  F wCp  . Este parámetro
adimensional recibe el nombre de número de unidades de transferencia, denotado por NTU
(Number of Transfer Units), y es una medida de la efectividad de los sistemas de transferencia
de calor. Para NTU  5 , la temperatura de salida del fluido se vuelve casi igual a la temperatura
superficial, TE  TS . Dado que la temperatura del fluido puede aproximarse a la superficial pero
no puede cruzarla, un NTU de alrededor de 5 indica que se alcanza el límite para la transferencia
de calor y ésta no aumenta, sin importar cuánto se extienda la longitud del tubo. Por otra parte,
un valor pequeño del NTU indica más oportunidades para la transferencia de calor y ésta
continuará incrementándose conforme se aumenta la longitud del tubo. Un NTU grande y, por
consiguiente, un área superficial grande para la transferencia de calor (lo cual significa un tubo
grande) puede ser deseable desde un punto de vista relativo a la transferencia de calor, pero
inaceptable desde un punto de vista económico. Por lo común, la selección del equipo de
transferencia de calor refleja un compromiso entre el rendimiento en la transferencia de calor y
el costo.
Si se despeja wCp en la ecuación (4.1.j.4) se obtiene:

 T  TE 
wCp   F Ln  S  (4.1.j.6)
 TS  T I 
Al sustituir el valor obtenido en (4.1.j.6) en la ecuación (4.1.h.9) se obtiene:
 T  TE  
Q   F TE  TI  Ln  S  (4.1.j.7)
 TS  TI  

143
En la ecuación (4.1.j.7) la cantidad TE  TI  Ln  TS  TE   fue obtenida en (4.1.a.4.22) siendo
 
 TS  TI  
denominada como temperatura media logarítmica. Agrupando convenientemente se llega a:

TLn 
TE  TI  
TE  TI  (4.1.j.8)
 T  TE   T 
Ln S  Ln E 
 TS  TI   TI 
La ecuación dada en (4.1.j.8), es idéntica a (4.1.a.4.22). Nótese que TE  TS  TE  y que

TE  TS  TI  son las diferencias de temperatura entre la superficie y el fluido en la admisión y

la salida del tubo, respectivamente. Esta relación de  TLn parece ser propensa a usarse de

manera indebida, pero es prácticamente a prueba de fallas, ya que si se usa TI en lugar de TE y


viceversa en el numerador y en el denominador, o en cualquiera de los dos, cuando mucho se
afectará el signo, no la magnitud. Asimismo, se puede usar tanto para el calentamiento
TS  TI y TE  como para el enfriamiento TS  TI y TE  de un fluido en un tubo. La diferencia

media logarítmica de temperatura,  TLn , se obtiene al seguir el rastro del perfil real de
temperaturas del fluido a lo largo del tubo y es una representación exacta de la diferencia de
temperatura promedio entre el fluido y la superficie. En verdad refleja el decaimiento
exponencial de la diferencia de temperatura local. Cuando TE difiere de TI en no más de 40%,
el error al usar la diferencia media aritmética de temperatura es menor a 1%. Pero el error se
incrementa hasta niveles indeseables cuando TE difiere de TI en cantidades mayores. Por lo
tanto, siempre se debe usar la diferencia media logarítmica de temperatura cuando se determine
la transferencia de calor por convección en un tubo cuya superficie se mantenga a una
temperatura constante TS .

4.4 Perfil de temperatura y el número de Nusselt

En el análisis anterior, se ha obtenido el perfil de velocidad para el flujo completamente


desarrollado en un tubo circular a partir de un balance de fuerzas aplicado sobre un elemento de
volumen, y se ha determinado el factor de fricción y la caída de presión. Ahora se obtendrá la
ecuación de la energía mediante la aplicación del balance energético sobre un elemento
diferencial de volumen y se resolverá con el fin de obtener el perfil de temperatura para los
casos de temperatura superficial constante y flujo de calor constante en la superficie.
Reconsidérese el flujo laminar estacionario de un fluido en un tubo circular de radio R. Las
propiedades del fluido  ,  y Cp son constantes y el trabajo realizado por las fuerzas viscosas

144
es despreciable. El fluido fluye a lo largo del eje x con velocidad V . El flujo está
completamente desarrollado, de modo que V es independiente de x, de donde V  V r  . Al
advertir que la energía se transfiere por la masa en la dirección x, y por conducción en la
dirección r (se supone que la conducción en la dirección x es despreciable), el balance de
energía de flujo estacionario para un elemento con forma de una capa cilíndrica, de espesor dr y
longitud dx , se puede expresar como:
GCpTx  GCpTx dx  Qr  Qr  dr  0 (4.1.j.9)
En la ecuación (4.1.j.9) se cumple que:
G  VF  V 2rdr (4.1.k)
Al sustituir la ecuación (4.1.k) en (4.1.j.9) dividiendo posteriormente por 2rdrdx , y
reordenando de forma conveniente se llega a:
Txdx  Tx 1 Qr dr  Qr
CpV  (4.1.k.1)
dx 2rdx dx
o lo que resulta equivalentemente igual:
T 1 Q
V  (4.1.k.2)
x 2Cprdx r
Teniendo en cuenta que:
Q   T    T 
    2rdx   2dx  r  (4.1.k.3)
r r  x  r  r 

Sustituyendo la expresión (4.1.k.3) en (4.1.k.2) y teniendo en cuenta que a  se obtiene:
Cp
T a   T 
V  r  (4.1.k.4)
x r r  r 
La expresión (4.1.k.4) expresa que la razón de transferencia neta de energía al volumen de
control por el flujo de masa es igual a la razón neta de conducción de calor en la dirección
radial.

4.4.1 Fluidos que circulan por el interior de tuberías en convección forzada en régimen
laminar, con flujo de calor constante.

Si se toma nuevamente un volumen de control anular de longitud dx y espesor dr en la región


donde los perfiles de velocidad y temperatura están completamente desarrollados, un balance de
energía permite determinar la distribución de temperaturas en la forma:

145
1- Variación del flujo térmico en la dirección radial
T
Entrada . . . . . . . . . . . . q1  2r  r dx (4.1.k.5)
r
q1   T 
Salida . . . . . . . . . . . . . q2  q1  dr  q1  2  r  dx dr (4.1.k.6)
r r  r  r
2- Variación del flujo térmico en la dirección axial
Entrada . . . . . . . . . . . . . q1*  2rdrCpVT (4.1.k.7)

q1* T
Salida . . . . . . . . . . . . . . q2  q1 
* *
dx  q1*  2rdrCpV dx (4.1.k.8)
x x
3- Ecuación de energía
  T  T
 2 r  dx dr  2rdrCpV dx  0 (4.1.k.9)
r  r  r x
En la expresión (4.1.k.9) se cumple que:
  T  rCpV T rV T
r    (4.1.l)
r  r   x a x
Anteriormente fue demostrado en la ecuación (4.1.c.4.1) que para la distribución de velocidades
de tipo parabólico (régimen laminar), se cumple que:
V r2  r2   r2 
1 2 ; V  VMax 1  2   2VM 1  2  (4.1.c.4.1)
VMax R  R   R 

Sustituyendo la distribución de velocidades de tipo parabólico dada por la ecuación (4.1.c.4.1)


en la relación (4.1.l) se llega a:

  T  1 T   r 2 
r    M 1  2 
2rV (4.1.l.1)
r  r  a x   R 
Es conocido y fue demostrado con anterioridad que para el caso de un fluido térmicamente
T
desarrollado se cumple que  cte , sustituyendo esta condición, conjuntamente con la
x
expresión (4.1.l.1) en la ecuación (4.1.k.9), e integrando finalmente se obtiene la distribución de
temperaturas, la cual viene dada por:
T 2 T  r2 r4 
r  VM     C1 (4.1.l.2)
r a x  2 4R
2

Separando variables en la relación (4.1.l.2):
 2 T  r 2 r 4  C1 
dT  VM   2    dr (4.1.l.3)
 a x  2 4R  r 

146
Integrando en (4.1.l.2) se llega a:
2 T  r2 r4 
T VM     C1 Ln r   C 2 (4.1.l.4)
a x  2 16 R
2

Las constantes de integración se calculan teniendo en cuenta las siguientes condiciones:
1- Para r  0 ; T  TC , donde TC es la temperatura en el eje de la tubería

Como fue visto en (4.1.c.4.1) V  2VX , esta condición genera que C1  0 y C 2  TC , por lo
tanto aplicando en (4.1.l.4) las condiciones de fronteras deducidas se tiene que:
V X T  r 2 r4 
T  TC     (4.1.l.5)
a x  2 16 R 2 

 r2 
En la ecuación (4.1.l.5) se cumple que 2VM 1  2 
 R 

2- Para r  R ,se determina el coeficiente pelicular de transferencia de calor 


La temperatura de la pared TP viene dada por:

VX T 3r 2
TP  TC  (4.1.l.6)
a x 16
Como el flujo de calor es q  Cte , por lo tanto, aplicando la ley de Fourier combinada con la
ley de enfriamiento de Newton se tiene que:
 T 
     TP  TF  (4.1.l.7)
 x  r R
Despejando el coeficiente pelicular de transferencia de calor  en la relación (4.1.l.7) se llega a:
 T 
  
x
   r  R (4.1.l.8)
TP  TF 
La temperatura media del fluido TF se puede obtener a partir de la expresión:
R R
TF   CpV 2rdr   TCpV 2rdr (4.1.l.9)
0 0

O lo que es igual:

 r 2  2V X T  r 2 
R
R
r4
 TVrdr 0 M  R 2   C a x  2 16 R 2
2V  1   T     rdr
 7 V X R 2 T
TF  R
0
   TC  (4.1.m)
R
 r2  48  x
0 Vrdr 0 M  R 2 rdr
2V  1 

Por lo que la distribución de temperaturas y el coeficiente de convección se pueden poner en la


forma:
147
T  TP 24  3 1  r   r  
4 2

        (4.1.m.1)
TF  TP 11  4 4  4   R  

Por lo que el coeficiente pelicular de transferencia de calor viene dado por:


 VX R T
 T 2 a x 24  48 
  r R    (4.1.m.2)
TP  TF r  3 VX R T  
2
7 VX R T  11 R 11 d
2
 TC     TC  
 8 a x   48 a x 

Por tanto de acuerdo a lo planteado en la relación (4.1.m.2), para un flujo de calor uniforme
q  Cte se cumple que:
48  
  4,3636 (4.1.m.3)
11 d d
Si se tiene en cuenta que Nu  d  , despejando en (4.1.m.3) se obtiene:

Nu  d   4,3636 (4.1.m.4)

4.4.2 Fluidos que circulan por el interior de tuberías en convección forzada en régimen
laminar, con temperatura de pared constante

Para un fluido que circula por el interior de una tubería en presencia de convección forzada y
régimen de flujo laminar completamente desarrollado, con la característica adicional que la
temperatura de la pared es constante TP  Cte , se puede realizar un análisis semejante al

efectuado para el caso de que la cantidad de calor es constante q  Cte . Como ya es conocido,
en el flujo laminar en un tubo con temperatura superficial constante tanto el factor de fricción
como el coeficiente de transferencia de calor permanecen constantes en la región completamente
desarrollada. En este caso el procedimiento de solución es más complejo, ya que se requieren
iteraciones, pero la relación del número de Nusselt que se obtiene es igualmente simple,
siguiendo la forma en que fue dada la expresión (4.1.m.4). Para un fluido que circula por el
interior de una tubería en convección forzada en régimen laminar, con temperatura de pared
constante se tiene que:
Nu  d   3,6569  3,66 (4.1.m.5)
El valor de la conductividad térmica  utilizado en las relaciones (4.1.m.4) y (4.1.m.5), es
determinado para la temperatura media de la masa del fluido, o sea, el promedio aritmético de
las temperaturas medias del fluido en la admisión y la salida del tubo. Para el flujo laminar el
efecto de la aspereza superficial sobre el factor de fricción y el coeficiente de transferencia de
calor es despreciable.

148
Para el caso de temperatura de la pared constante la longitud de entrada hidrodinámica para el
caso de flujo laminar viene dada por:
LH  0,056Re d (4.1.m.6)
Mientras que la longitud de entrada térmica para el caso de flujo laminar vendrá dada por:
LT  0,043Re Pr d (4.1.m.7)

Una formulación analítica muy empleada para TP  Cte y q  Cte fue desarrollada por
Hausen, la cual viene dada por:
d
Re Pr
K1
Para q  Cte  Nu  Nu  x (4.1.m.8)
N
d 
1  K2  Re Pr 
x 
d
Re Pr
K1
Para TP  Cte  Nu  Nu  L
N (4.1.m.9)
d 
1  K2  Re Pr 
L 
En las expresiones (4.1.m.8) y (4.1.m.9) se cumple que:
1- Nu es el número adimensional de Nusselt que se identifica con el coeficiente de
transferencia de calor local, mientras que Nu el número adimensional de Nusselt que se
identifica con el coeficiente de transferencia de calor medio en el intervalo 0  x  L
2- Para aceites u otros fluidos en los que la viscosidad varía notablemente con la temperatura el

término K1 presente en las ecuaciones (4.1.m.8) y (4.1.m.9) se multiplica por F P 


0,14

3- Para Q F uniforme y la distribución de velocidades parabólica se cumple que :

Nu  4,3636 ; K1  0,023 ; K2  0,0012 ; n  1

4- Para Q F uniforme y flujo desarrollado se cumple que :

Nu  4,3636 ; K1  0,036 ; K2  0,0011 ; n  1 ; Pr  0,7


5- Para TP  Cte y la distribución de velocidades parabólica se cumple que :

Nu  3,66 ; K1  0,0668 ; K2  0,04 ; n  0,66


6- Para TP  Cte uniforme y flujo desarrollado se cumple que :

Nu  3,66 ; K1  0,104 ; K2  0,016 ; n  0,8 ; Pr  0,7


7- Las propiedades del fluido se evaluarán a la temperatura media que surge como resultado de
promediar las temperaturas a la entrada y la salida.

149
Flujo laminar en tubos no circulares

En la tabla 4.1.a se brindan las relaciones del factor de fricción f y del número de Nusselt para
el flujo laminar completamente desarrollado en tubos de diversas secciones transversales. Los
números de Reynolds y de Nusselt para el flujo en estos tubos están basados en el diámetro
hidráulico d H  4 FC p , donde FC es el área de la sección transversal del tubo y p es su
perímetro. Una vez que se cuenta con el número de Nusselt, el coeficiente de transferencia de
calor por convección se determina a partir de    Nu d H . Acá el número adimensional de Re

se calcula a partir del diámetro equivalente, o sea, Re  VM d H  .

4.5 Analogía entre la transmisión de calor y la cantidad de movimiento en flujo turbulento

1- Capa límite térmica sobre placa plana

En una corriente fluida que circula sobre una placa plana en régimen turbulento, se pueden
distinguir dentro de la capa límite, según una misma sección transversal, tres subcapas de fluido
contenidas en la capa límite térmica, con unos límites de separación no muy bien diferenciados.
(Véase la figura 4.1.c). Estas tres subcapas son:
1. La primera, subcapa viscosa, se encuentra en las proximidades de la pared; en ella
prácticamente no existen remolinos y, por lo tanto, la variación de la cantidad de
movimiento se debe exclusivamente a la viscosidad.
2. La segunda zona, subcapa de transición, se corresponde con un régimen intermedio, y en
ella se produce una variación de la cantidad de movimiento debido a la viscosidad y a la
turbulencia.
3. La tercera zona, subcapa turbulenta, se corresponde con la parte principal de la corriente
que ocupa casi toda la sección transversal del tubo; es la zona en la que existen turbulencias
de intensidad relativamente pequeña, aunque los remolinos sean grandes; los gradientes de la
velocidad respecto a la distancia a la pared son relativamente pequeños, por lo que las
variaciones de la cantidad de movimiento predominantes, son debidas a los esfuerzos de
Reynolds  turb en régimen turbulento.
En lo que siguiente se supondrá que tanto los gradientes de temperatura dentro de la capa límite
térmica, como los gradientes de velocidades dentro de la capa límite hidrodinámica, están
perfectamente desarrollados y superpuestos, por lo tanto con esta suposición se cumple que:
 3
 Pr (4.1.n)
T

150
Tabla 4..1 Número de Nusseelt y factorr de fricció
ón para el flujo lam
minar completamente
desarrollado en tuboos de diversas secciones transversaales
Conffiguración geométrica
g d
del Número de Nusselt Facto
or
a o 0
conduucto b T P  Cte q  Cte de fricció
ón f

Circular

___ 3,66 4,36 f  64 Re

Rectanguular a ___ ___ ___


b
1 2,98 3,61 f  56 ,92
2 Re

2 3,39 4,12 f  62 , 2 Re

3 3,96 4,79 f  68 ,366 Re

4 4,44 5,33 f  72 ,922 Re

6 5,14 6,05 f  78 ,8 Re

8 5,6 6,49 f  82 ,32


2 Re

 7,54 8,24 f  96 Re
R

Elipse a ___ ___ ___


b
1 3,66 4,36 f  64 Re
R

2 3,74 4,56 f  67 , 28
8 Re

4 3,79 4,88 f  72 ,96


6 Re

8 3,72 5,09 f  76 ,60


0 Re

16 3,65 5,18 f  78 ,166 Re

Triangullar 0 ___ ___ ___

100 1,61 2,45 f  50 ,8 Re

300 2,26 2,91 f  52 , 28


8 Re

600 2,47 3,11 f  53,322 Re

900 2,34 2,98 f  52 ,6 Re

1200 2,00 2,68 f  50 ,96


6 Re

De la ecuuación (4.1.n) se deducce que:


1- Si Prr  1 la capaa límite térm
mica es máss gruesa quee la capa lím
mite hidrodinnámica
151
2- Si Pr  1 la capa límite hidrodinámica es más gruesa que la capa límite térmica
3- Si Pr  1 la capa límite hidrodinámica y la capa límite térmica coinciden.

Figura 4.1.c Representación de las subcapas de la capa límite térmica en régimen turbulento

Dos aspectos que debe ser tenido en cuenta su influencia en la capa límite son:
a) La conductividad térmica
b) La cantidad de movimiento
Influencia de la conductividad térmica: Dentro de la subcapa viscosa el calor fluye
principalmente por conducción, aunque también interviene algo la convección, debido a que en
esa zona existe algún remolino; a medida que se avanza transversalmente dentro de la capa
límite, los efectos de la turbulencia se hacen más notorios, predominando la transmisión de calor
por convección. En los fluidos ordinarios con números de Prandtl superiores a 0,6 la conducción
térmica es totalmente despreciable en la subcapa turbulenta, y puede llegar a ser considerable en
la zona de transición cuando el número de Prandtl se aproxime a la unidad; para números de
Prandtl elevados, la conducción térmica es despreciable en esa zona.
Influencia de la cantidad de movimiento: El esfuerzo cortante en régimen turbulento sigue una
regla similar a lo anterior respecto a la viscosidad. Bajo ciertas condiciones ideales, existe una
correspondencia exacta entre el flujo de calor y la variación de la cantidad de movimiento; sin
embargo, en un caso general, esta correspondencia será sólo aproximada y el considerarla como
exacta podría conducir a grandes errores.

4.5.1 Relación básica de la analogía entre el calor y la cantidad de movimiento.

Cuando se conoce el coeficiente de fricción f entre el fluido y la pared del conducto por el que
circula, se puede determinar el coeficiente de transferencia de calor  , mediante la analogía
entre la transferencia de calor y la cantidad de movimiento.
El esfuerzo cortante  en la capa límite turbulenta se compone de dos términos:

152
dV
   Visc   Turb    V X*VY* (4.1.n.1)
dx
En la expresión (4.1.n.1) se cumple que:
 Turb es el esfuerzo de Reynolds

VX* es la velocidad de agitación longitudinal, o lo que es igual, es la fluctuación de la velocidad

instantánea alrededor del valor medio de la velocidad VXM en el eje coordenado x

VY* es la velocidad de agitación transversal, o lo que es lo mismo, es la fluctuación de la

velocidad instantánea alrededor del valor medio de la velocidad VYM en el eje coordenado y .

Las velocidades medias VXM y VYM se determinan mediante las siguientes expresiones:

V XM  VMX  V X*  VMX  Vagit


X
(4.1.n.2)

VYM  VMY  VY*  VMY  Vagit


Y
(4.1.n.3)

Para el flujo turbulento de calor, se puede considerar que el flujo total de calor q* está

compuesto por una sumatoria que incluye una componente conductiva qcond y una componente

turbulenta qturb , de forma que se cumple que:

dT
q *  qcond  qturb    CpVY*TF* (4.1.n.4)
dx
En la ecuación (4.1.n.3) existen tres referencias de temperaturas las cuales son:
TI  TF  TF* ,  Es la temperatura instantánea

TF  T ,  Es la temperatura media del fluido (4.1.n.5)
T * ,  Es la temperatura debida a la fluctuación
 F
Los términos VX* y VY* se obtienen a partir de su significado físico del número de Prandtl, que

sugiere que la fluctuación VX* de la velocidad se relaciona con dV dx a través de la ecuación


siguiente:
dV
V X*  LM (4.1.n.6)
dx
En la expresión (4.1.n.6), LM es la longitud de mezcla del espesor y  2 la longitud de la
cantidad de movimiento de la capa límite hidrodinámica.
De igual forma, la fluctuación transversal VY* se admite que es del mismo orden de magnitud que

VX* pero de signo opuesto:


dV
VY*   LM (4.1.n.6)
dx

153
Combinando las expresiones (4.1.n.6) y (4.1.n.5) se llega a:
2
 dV 
V V   LM
* *
X Y  (4.1.n.7)
 dx 
La expresión (4.1.n.7) también puede ser representada como:
VX*VY*   M dV dx (4.1.n.8)

En (4.1.n.8)  M es la difusividad turbulenta de la cantidad de movimiento, de forma que:

 M  L2M dV dx (4.1.n.9)

Para hallar la relación del término VY*TF* , con el gradiente de temperaturas local medio, se aplica
un método similar, en la forma
dT
TF*   LC (4.1.o)
dx
VY*  LC dV dx (4.1.o.1)

En la expresión (4.1.o.1) LC es la longitud de mezcla del espesor de energía 3 de la capa límite,


por lo que se puede poner:
dV dT dT
VY*TF*   L2C   C (4.1.o.2)
dx dx dx
En la ecuación (4.1.o.2)  C   L2C dV dx es la difusividad turbulenta del calor.
Sustituyendo la ecuación (4.1.n.8) en la (4.1.n.1) se obtiene que:
   Visc   Turb   dV dx   M dV dx (4.1.o.3)

Si se divide por la densidad  a ambos miembros de la ecuación (4.1.o.3) y se toma la derivada

dV dx como factor común se llega a:

   dV
    M 
dV
  Visc   Turb     M  (4.1.o.4)
   dx dx
Igualmente se sustituye la expresión (4.1.o.2) en la ecuación (4.1.n.4) se llega a:
dT dT
q *  qcond  qturb    Cp C (4.1.o.5)
dx dx
Tomando la derivada dT dx como factor común en (4.1.o.5) se llega a:

q *  q cond  q turb    Cp  C  dT dx (4.1.o.6)


Si se divide ambos miembros de la ecuación (4.1.o.6) por el producto de la densidad y el calor
específico  Cp se obtiene:

q*    dT
 a   C 
dT
    C  (4.1.o.7)
Cp  Cp  dx dx

154
Si se divide la ecuación (4.1.o.4) por la relación (4.1.o.7), el resultado de este cociente
proporciona las relaciones básicas para la circulación de fluidos por tuberías, o sea:
    M dV
 (4.1.o.8)
q *
Cpa   C  dT
En la ecuación (4.1.o.8) tanto la viscosidad cinemática  , como la difusividad térmica a son
propiedades del fluido, mientras que  C y  M lo son del flujo. A partir de ellas se deducen las
analogías entre la transferencia de calor y la cantidad de movimiento.

4.5.2 Analogía de Reynolds

Esta analogía es de aplicación al flujo de fluidos por tubos rectos de sección circular, la analogía
de Reynolds se puede estudiar en su forma más general, teniendo en cuenta que la relación entre
las difusividades moleculares a y  , es igual a la relación entre las difusividades  C y  M .
Como el número adimensional de Pr es una relación entre difusividades es lógico suponer que:
 M
  Pr (4.1.o.9)
a C
Despejando  y  M en la expresión se llega a:
  a Pr (4.1.p)
 M   C Pr (4.1.p.1)
Sustituyendo las ecuaciones (4.1.p) y (4.1.p.1) en la expresión (4.1.o.8) se llega a:
 a Pr   C Pr dV
 (4.1.p.2)
q *
Cpa   C  dT
Si en la ecuación (4.1.p.2) se toma como factor común el número de Pr, esta se reduce a:


0

a   C  Pr dV 
Pr dV
(4.1.p.3)
q *
q*
0 a   C Cp dT Cp dT
Separando variables en (4.1.p.3) e integrando se llega a:

Cp 0 F
VM T

0 dV  
Pr q0* TP
dT (4.1.p.4)

Resolviendo las integrales presentes en (4.1.p.4) y agrupando convenientemente se llega a:


Cp 0
VM  TP  TF  (4.1.p.5)
Pr q0*

En la expresión (4.1.p.5) los términos  0 y q0* se toman en la superficie:


Es conocido de los cursos de mecánica de fluidos que:

155
d 2
dL 0  p (4.1.p.6)
4
Despejando  p en (4.1.p.6) se obtiene:
4 L 0
p  (4.1.p.7)
d
En el capitulo anterior fue visto que la ecuación de Darcy viene dada por la expresión (3.1.a.4),
l V2
p  f  (3.1.a.4)
d 2
Igualando la ecuación (3.1.a.4) con la expresión (4.1.p.7) se arriba a:
4L 0 LVM2
f (4.1.p.8)
d 2d
El esfuerzo cortante en la superficie  0 viene dado en el término izquierdo de (4.1.p.8), por lo

tanto despejándolo, se arriba a la expresión que permite determinar el esfuerzo cortante  0 en la


superficie, la cual viene dada por:

fVM2
0  (4.1.p.9)
8
Si se hace el coeficiente de arrastre medio como la cuarta parte del coeficiente de fricción de
Darcy, o sea:
CW  f 4 (4.1.q)
Entonces sustituyendo la expresión (4.1.q) en (4.1.p.9), esta última se transforma a:
CW VM2
0  (4.1.q.2)
2
Además la cantidad de calor transferido viene dado por la ley de enfriamiento de Newton, o sea
por la ecuación (4.1.a.4.7), la cual se puede modificar teniendo en cuenta que el calor que se
pretende buscar es por unidad de longitud, por lo que el área no se tiene en cuenta, obteniéndose
que:
q0*   TP  TF  (4.1.q.3)
Sustituyendo las ecuaciones (4.1.q.3) y (4.1.q.2) en la ecuación de la velocidad media (4.1.p.5),
se arriba a:
CpfVM2
VM  TP  TF  (4.1.q.4)
8 Pr  TP  TF 

Simplificando las diferencias de temperaturas TP  TF  en (4.1.q.4) se llega a:

156
CpfVM2
VM  (4.1.q.5)
8 Pr 
Despejando el coeficiente pelicular medio de transferencia de calor  en (4.1.q.5) se arriba a:
CpfVM
 (4.1.q.6)
8 Pr
La ecuación (4.1.q.6) contiene todas las propiedades físicas necesarias para formar un grupo
adimensional visto en la ecuación (1.1.j.4), el cual es conocido como número adimensional de
Stanton, viniendo representado por:
 Nu
St   (1.1.j.4)
CpV Re Pr
Agrupando convenientemente en (4.1.q.6) se arriba a:
 Nu f
 St   (4.1.q.7)
CpVM Re Pr 8 Pr
Teniendo en cuenta lo planteado en (4.1.q), la ecuación (4.1.q.7) se transforma a:
 Nu C
 St   W (4.1.q.8)
CpVM Re Pr 2 Pr

Despejando el coeficiente de arrastre medio CW en la ecuación (4.1.q.8) se llega a:

CW  2St Pr (4.1.q.9)
La expresión (4.1.q.9) concuerda muy bien con la analogía de Reynolds-Colburn, dada con
anterioridad en la relación (2.1.m.8), la cual es justa para los números de Pr próximos a la
unidad.
CW  2St Pr 2 3  (2.1.m.8)
El factor de fricción se obtiene mediante la expresión aproximada de Schlichting, la cual viene
dada por:
f  0,184 Re0,2 (4.1.r)
Siendo válida la ecuación (4.1.r) en el intervalo:
L
10 4  Re  105 ;  0,623 4 Re (4.1.r.1)
d
En (4.1.r.1) L es la distancia necesaria para que en flujo turbulento el factor de fricción de
Darcy f llegue a ser constante. Sustituyendo las ecuaciones (4.1.r) en la relación (2.1.m.8) se
llega a:
f 0,184 0,8 1 3
Nu  St Re Pr  3
Re Pr  Re Pr  0,023Re0,8 Pr1 3 (4.1.r.2)
8 Pr 8

157
Siendo válida la ecuación (4.1.r.2) en el intervalo:
L
10 4  Re  10 5 ;  60 ; 0,5  Pr  100 (4.1.r.2)
d
Reynolds en las publicaciones surgidas a raíz de sus investigaciones propuso que todo el flujo
está formado por una región altamente turbulenta, es decir, no considera la presencia de la
subcapa viscosa, ni la subcapa de transición, por lo que las difusividades moleculares del
momento  y del calor a son despreciables en comparación con las difusividades turbulentas
   M ; a   C por lo que no intervienen en el proceso.
Si se considera que Pr  1 , resulta entonces que  M   C , por lo aplicando entonces esta
condición en (4.1.p.3) se llega a:
 0  M dV dV
   (4.1.r.3)
q *
q*
0  C CpdT CpdT
Separando variables en la ecuación (4.1.r.3), esta se puede integrar entre temperatura a las
condiciones de la pared TP y la temperatura a las condiciones medias del flujo principal TF para

el miembro izquierdo y entre cero y la velocidad media del fluido VM para el miembro derecho,
obteniéndose que:
TF V
q* M
 dT 
TP
Cp 0
dV (4.1.r.4)

Resolviendo las integrales presentes en (4.1.r.4) se arriba a:


*
q0*VM
TP  TF   q VM  (4.1.r.5)
Cp  0Cp
En la expresión (4.1.q.3) fue visto que:
q0*   TP  TF  (4.1.q.3)
Por lo tanto sustituyendo la expresión (4.1.r.5) en la (4.1.q.3) se llega a:
q0*VM
q0*   (4.1.r.6)
 0Cp
Despejando en la ecuación (4.1.r.6) el esfuerzo cortante  0 en la superficie se tiene que:

VM
0   (4.1.r.7)
Cp
Anteriormente en (4.1.p.9) se obtuvo que el esfuerzo cortante  0 en la superficie es igual a:

fVM2
0  (4.1.p.9)
8

158
Igualando las expresiones (4.1.p.9) y (4.1.r.7) se obtiene:
VM fVM2
  (4.1.r.8)
Cp 8
Despejando el coeficiente pelicular de transferencia de calor en la ecuación (4.1.r.8) se llega a:
fVM Cp
 (4.1.r.9)
8
Como Pr  1 , entonces retomando la relación (4.1.q.8) se arriba a:
 Nu C f
 St   W  (4.1.s)
CpVM Re Pr 2 Pr 8

4.5.3 Analogía de Prandtl

A diferencia de Reynolds, Prandtl en su análisis considera que el flujo está dividido en dos
zonas, una zona viscosa y una zona turbulenta. En su análisis Prandtl hace la suposición
adicional que en la zona turbulenta predominan las difusividades turbulentas.
Para la subcapa viscosa se cumple que    M ; a   C , por lo tanto haciendo uso de la
relación (4.1.r.3) se llega a:
 0  dV Pr dV
*
 *
  (4.1.s.1)
q q0 a CpdT Cp dT
Separando variables en (4.1.s.1) se obtiene:
q0*
dT   Pr dV (4.1.s.2)
Cp  0

Si se integra en la ecuación (4.1.s.2) el miembro de la izquierda entre las temperaturas de la


pared TP y la temperatura del borde de la capa viscosa T1 y se integra el miembro de la derecha

en el intervalo desde cero hasta la velocidad en el borde de la capa viscosa V1 se obtiene que:
T1 V1
q0*
 dT    Pr
TP 0
Cp 0
dV (4.1.s.3)

Resolviendo las integrales presentes en (4.1.s.3) se llega a:


q0*
TP  T1   Pr V1 (4.1.s.4)
Cp 0

Ahora para el caso de la subcapa turbulenta Prandtl supuso, (criterio coincidente con las
suposiciones de Reynolds en el desarrollo de su analogía) que    M ; a   C , por lo tanto
haciendo uso de la relación (4.1.r.3) se llega a:
 0  M dV dV
   (4.1.s.5)
q *
q*
0  C CpdT CpdT
159
Separando variables en (4.1.s.5) se obtiene:
q0*
dT   dV (4.1.s.6)
Cp 0

Si se integra en la ecuación (4.1.s.6) el miembro de la izquierda entre la temperatura del borde


de la capa viscosa T1 y la temperatura media del fluido TF y se integra el miembro de la derecha

en el intervalo desde la velocidad en el borde de la capa viscosa V1 hasta la velocidad media del

fluido VF , se obtiene que:


TF VM
q0*
 dT    P
T1 V1
Cp 0
dV (4.1.s.7)

Resolviendo las integrales presentes en (4.1.s.7) se llega a:


q0*
T1  TF  VM  V1  (4.1.s.8)
Cp  0

Si se suman las expresiones (4.1.s.8) y (4.1.s.4) se obtiene:


q0* q*
TP  T1  T1  TF   Pr V1  0 VM  V1  (4.1.s.9)
Cp 0 Cp 0

Agrupando términos en (4.1.s.9) se arriba a:


q0*VM  
1  V Pr  1
V1
TP  TF  (4.1.t)
Cp  0  M 
El coeficiente pelicular de transferencia de calor viene dado por la ecuación (4.1.q.3), de forma
que:
q0*   TP  TF  (4.1.q.3)

En la relación (4.1.p.9) se obtuvo que el esfuerzo cortante  0 en la superficie es igual a:

fVM2
0  (4.1.p.9)
8
Sustituyendo las ecuaciones (4.1.p.9) y (4.1.q.3) en la expresión (4.1.t) se obtiene:

8 TP  TF VM  V1 
TP  TF  1  Pr  1 (4.1.t.1)
Cp f  VM2  VM 
Despejando en la ecuación (4.1.t.1) el coeficiente pelicular de transferencia de calor  y
agrupando convenientemente se obtiene finalmente:
f  CpV M
 (4.1.t.2)
8  
1  V Pr  1
V1
 M 

160
La ecuación (4.1.t.2) contiene todas las propiedades físicas necesarias para formar un grupo
adimensional visto en la ecuación (1.1.j.4), el cual es conocido como número adimensional de
Stanton, viniendo representado por:
 Nu
St   (1.1.j.4)
 CpV Re Pr

Agrupando convenientemente en (4.1.t.2) se arriba a:


 Nu f
 St   (4.1.t.3)
Cp VM Re Pr  
81  1 Pr  1
V
 VM 
La velocidad V1 del borde de la subcapa viscosa, se determina con ayuda de la ley de
distribución de velocidades para flujos turbulentos, aplicando para ello la ecuación empírica de
Schlichting (para más detalles véase el texto Boundary Layer Theory del propio autor), la cual
viene dada por la siguiente expresión:

 0  V1 
2
fV 2
   M (4.1.t.4)
 5 8
Despejando las velocidades al mimbro izquierdo en la ecuación (4.1.t.4) se obtiene que:

V1 f
5 (4.1.t.5)
VM 8
Sustituyendo la ecuación (4.1.t.5) en la expresión (4.1.t.3) se obtiene el número de Stanton
definitivo según la analogía de Prandtl, el cual vendrá dado por la siguiente ecuación:
 Nu f 1
 St   (4.1.t.6)
Cp VM Re Pr 8
1 5
f
Pr  1
8
Si se hace Pr  1 la ecuación (4.1.t.6) se reduce a la expresión (4.1.s), o sea, para Pr  1 la
analogía de Prandtl se reduce a la analogía de Reynolds.

4.5.4 Analogía de Von Karman.

Von Karman amplió aún más el trabajo de sus predecesores, ampliando la analogía de Prandlt,
dividiendo ahora el campo de flujo en tres subcapas diferentes, la cuales son:
1- La subcapa viscosa
2- La subcapa de transición
3- La subcapa turbulenta
Von Karman hizo suposiciones similares a las de su mentor Prandtl sobre las magnitudes
relativas de las difusividades moleculares y turbulentas del calor, y de las variaciones de la
cantidad de movimiento en la subcapa viscosa y en la zona turbulenta, incorporando además los
161
efectos de la subcapa de transición, considerando que las difusividades molecular  y turbulenta
 M de esta subcapa, eran del mismo orden de magnitud.
Si recurrir a demostraciones de rigor como fueron efectuadas en las analogías anteriores
(analogías de Reynolds y Prandtl), La analogía de Kàrmàn entre la transferencia de calor y la
cantidad de movimiento en un flujo turbulento, dentro de un tubo circular, se expresa por la
siguiente ecuación:
 Nu f 1
 St   (4.1.t.7)
Cp VM f 
Pr  1  Ln 5 Pr  1 
Re Pr 8
1 5 
8  6 
Para más detalles acerca de la relación (4.1.t.7) se puede recurrir al artículo The Analogy
Between Fluid Friction and Heat Transfer, del propio Von Karman.
En la expresión (4.1.q) se define la relación existente entre el coeficiente de arrastre medio en el
interior de una tubería y el factor de fricción, la cual es como sigue:
CW  f 4 (4.1.q)
Von Karman en su trabajo declara que el factor de fricción viene dado por la siguiente
correlación empírica:
f  0,2304 Re0,2 (4.1.t.8)
Obsérvese que la ecuación de von Karman es muy similar a la de Schlichting, dada
anteriormente en la expresión (4.1.r)
Sustituyendo la expresión (4.1.t.8) la ecuación (4.1.q) se arriba a:
0,0576
CW  (4.1.t.9)
Re 0, 2
Sustituyendo la ecuación (4.1.q) en (4.1.t.7) se obtiene:
 Nu CW 2
 St   (4.1.u)
Cp  VM Re Pr C   5 Pr  1  
1  5 W Pr  1  Ln  
2   6 
Despejando en la ecuación (4.1.u) el número adimensional de Nu se obtiene:
CW
Re Pr
Nu  2 (4.1.u.1)
C   5 Pr  1 
1  5 W Pr  1  Ln  
2   6 
La ecuación (4.1.u.1) arroja muy buenos resultados para Pr  30
Sustituyendo finalmente la expresión (4.1.t.9) en la ecuación (4.1.u.1) se arriba a:

162
 0,0576 
 
 Re 
0, 2
Re Pr
Nu  2 (4.1.u.2)
 0,0576 
 
 Re  
Pr  1  Ln 5 Pr  1 
0, 2
1 5 
2   6 
Resolviendo convenientemente en (4.1.u.2) se obtiene:
0,0288 Re0,8 Pr
Nu  (4.1.u.3)
 0,0576 
 
1 5  Re0, 2  
 Pr  1  Ln 5 Pr  1 
2   6 
En otras fuentes consultadas se emplea para el cálculo del factor de fricción de Darcy, (para el
caso de tuberías lisas) la fórmula de Blasius en lugar de la ecuación (4.1.t.8). La ecuación de
Blasius viene dada por la siguiente ecuación:
f  0,3164 Re 0,25 (4.1.u.4)

La relación (4.1.u.4) es válida para 2000  Re  1  10 5


Para valores de Re  1  10 5 en tuberías lisas se puede emplear la primera ecuación de Karman, la
cual viene dada por la siguiente expresión:

1  Re f 
 2Log   (4.1.u.5)
f  2,51 
Si en el conducto analizado fuese perceptible la rugosidad de este e d  0 , y se hiciese
necesario tenerla en cuenta en el cálculo del factor de fricción, la totalidad de las fuentes
disponibles y consultadas concuerdan en el empleo de la ecuación de Karman, la cual viene
dada por:
1 e
 2 Log    1,74 (4.1.u.5)
f d 
Muchos autores de prestigio admiten que el empleo de la ecuación de Colebrook-White (7.1.a.7)
arroja resultados aceptables, a lo cual une su criterio el presente autor.

163
Capítulo 5  Convección forzada en flujos externos y convección libre.    

5.1 Introducción a la convección libre o natural. Mecanismo físico de la convección natural

Muchas aplicaciones conocidas de la transferencia de calor comprenden la convección natural


como el mecanismo principal. Se tienen algunos ejemplos en el enfriamiento de equipo
electrónico como los transistores de potencia, las televisiones y las reproductoras de DVD; la
transferencia de calor desde los calentadores eléctricos con tablero base o los radiadores de
vapor de agua; la transferencia de calor desde los serpentines de refrigeración y de las líneas de
transmisión de energía eléctrica, y la transferencia de calor desde los cuerpos de los animales y
los seres humanos. La convección natural en los gases suele estar acompañada por radiación de
magnitud similar, excepto para las superficies de baja emisividad.
De la vida cotidiana se puede tomar un ejemplo de convección libre muy elemental, Se sabe que
llega un momento en el que un huevo hervido caliente (o una papa frita caliente) sobre un plato
se enfría hasta la temperatura del aire circundante. El huevo se enfría al transferir calor por
convección al aire y por radiación hacia las superficies circundantes. Descartando la
transferencia de calor por radiación, el mecanismo físico del enfriamiento de un huevo caliente
(o de cualquier objeto caliente) en un medio ambiente más frío se puede explicar cómo sigue.
Tan pronto como el huevo caliente se expone al aire más frío, la temperatura de la superficie
exterior del cascarón cae un tanto y la del aire adyacente al cascarón se eleva como resultado de
la conducción de calor desde el cascarón hacia el aire. Como consecuencia, el huevo pronto está
rodeado por una capa delgada de aire más caliente y el calor es transferido de esta capa hacia las
capas exteriores del aire. En este caso, el proceso de enfriamiento es más bien lento, ya que el
huevo siempre está cubierto por aire caliente y no tiene contacto directo con el aire frío que está
más alejado. La sensibilidad humana no puede advertir ir que exista algún movimiento del aire
en la vecindad del huevo, pero mediciones cuidadosas indican lo contrario.
La temperatura del aire adyacente al huevo es más elevada y, por consiguiente, su densidad es
más baja, puesto que a presión constante la densidad de un gas es inversamente proporcional a
su temperatura. Por tanto, tenemos una situación en la que algo de gas de baja densidad o ligero
está rodeado por un gas de alta densidad o pesado y las leyes naturales dictan que el gas ligero
suba.
Este fenómeno se caracteriza de manera incorrecta en ocasiones mediante la frase “el calor
sube”, la cual debe entenderse como: el aire calentado sube.
El espacio que deja el aire más caliente en la vecindad del huevo es vuelto a llenar por el aire
más frío cercano y la presencia de éste en el espacio inmediato al huevo acelera el proceso de

164
enfriamiento. La subida del aire más caliente y el flujo del más frío para ocupar su lugar
continúan hasta que el huevo se enfría hasta la temperatura del aire circundante. El movimiento
que resulta del reemplazo continuo del aire calentado que está en la vecindad del huevo por el
aire más frío cercano se llama corriente de convección natural y la transferencia de calor que se
mejora como resultado de esta corriente se llama transferencia de calor por convección libre o
natural. Nótese que de no existir las corrientes de convección natural, la transferencia de calor
del huevo al aire circundante sería sólo por conducción y la velocidad de esa transferencia desde
el huevo sería mucho más baja.
La convección natural es tan eficaz en el calentamiento de las superficies frías en un medio
ambiente más caliente como lo es en el enfriamiento de superficies calientes en un medio
ambiente más frío.
En un campo gravitacional existe una fuerza neta que empuja hacia arriba un fluido ligero en
uno más pesado. La fuerza hacia arriba ejercida por un fluido sobre un cuerpo sumergido
completa o parcialmente en él se llama fuerza de empuje. La magnitud de esta fuerza es igual al
peso del fluido desplazado por dicho cuerpo; es decir,
Femp  gvcuerp (5.1.a)

En la ecuación (5.1.a) se cumple que:


 es la densidad promedio del fluido (no la del cuerpo), en kg m 3
g es la aceleración de la gravedad

vcuerp es el volumen de la parte del cuerpo sumergida en el fluido, (para el caso de cuerpos

sumergidos por completo en el fluido , es entonces el volumen del propio cuerpo)


A falta de otras fuerzas ., la fuerza vertical neta que actúa sobre un cuerpo es la diferencia entre
su peso y la fuerza de empuje, es decir:
Femp   cuerpo   fluido gv cuerp (5.1.a.1)

Nótese en la ecuación (5.1.a.1) que esta fuerza de empuje es proporcional a la diferencia entre
las densidades del fluido y del cuerpo sumergido en él. Por tanto, un cuerpo sumergido en un
fluido experimentará una pérdida de peso de magnitud igual al peso del fluido que desplaza.
Esto se conoce como principio de Arquímedes.
Para comprender mejor el efecto de flotación, considere un huevo que se ha dejado caer en agua.
Si la densidad promedio del huevo es mayor que la del agua (un signo de frescura), dicho huevo
se hunde hasta el fondo del recipiente. De lo contrario, se elevará hasta arriba. Cuando la
densidad del huevo es igual a la del agua, aquél se hundirá un tanto en ésta, quedando sumergido

165
por completo, actuando como un objeto sin peso en el espacio. Esto ocurre cuando la fuerza de
empuje hacia arriba que actúa sobre el huevo es igual a su peso, el cual actúa hacia abajo.
El efecto de flotación tiene implicaciones de largo alcance en la vida. Por una parte, sin la
flotación, la transferencia de calor entre una superficie caliente (o fría) y el fluido circundante
sería por conducción, en lugar de por convección natural. Las corrientes de convección natural
que se encuentran en los océanos, los lagos y la atmósfera deben su existencia a la flotación.
Asimismo,
Los botes ligeros así como los pesados barcos de guerra hechos de acero se mantienen en la
superficie del agua debido a la flotación. Los barcos se diseñan sobre la base del principio de
que todo el peso de un barco y su contenido sea igual al peso del agua que el volumen
sumergido de ese barco pueda contener. El efecto de chimenea que induce el flujo hacia arriba
de los gases calientes de la combustión también se debe al efecto de flotación, y la fuerza hacia
arriba que actúa sobre los gases en la chimenea es proporcional a la diferencia entre las
densidades de los gases calientes que están en ella y el aire más frío del exterior. Nótese que en
el espacio no hay gravedad notable y, por consiguiente, no puede existir transferencia de calor
por convección natural en una nave espacial, incluso si ésta se encuentra llena con aire
atmosférico.
En los estudios de transferencia de calor la variable principal es la temperatura y resulta
conveniente expresar la fuerza neta de empuje mediante la relación (5.1.a.1) en términos de las
diferencias de temperatura. Pero esto requiere que se exprese la diferencia de densidades en
términos de diferencias de temperatura, lo cual requiere el conocimiento de una propiedad que
represente la variación de la densidad de un fluido con la temperatura a presión constante. La
propiedad que proporciona esa información es el coeficiente lineal de expansión volumétrica  .
El coeficiente de expansión volumétrica se puede definir como una medida del cambio en el
volumen de una sustancia con la temperatura, a presión constante. (Véase la figura 5.1.a)
El coeficiente lineal de expansión volumétrica, viene dado por la siguiente relación
1  v  1   
      1 K  (5.1.a.2)
v  T  P   T  P
En los estudios de la convección natural la condición del fluido suficientemente lejos de la
superficie caliente o fría se indica por el subíndice infinito, para servir como un recordatorio de
que es el valor a una distancia en donde no se siente la presencia de esa superficie. En esos casos
el coeficiente de expansión volumétrica (a presión constante) se puede expresar de manera
aproximada reemplazando las cantidades diferenciales por diferencias tal como se muestra a
continuación:

166
1  1   
  (5.1.a..3)
 T  T  T
En la ecuuación (5.1.a.3) se cum
mple que:
  es la densidad del
d fluido enn reposo lejjos de la superficie,
s (
(normalmen
nte es la tem
mperatura

ambientee), en kg m 3
 es la densidad
d del fluido a laa temperatuura de la sup
perficie quee origina la convección
n libre, en

kg m 3
T es la temperaturra del fluidoo en reposo lejos de la superficie, (normalmennte es la tem
mperatura

ambientee), en oC
T es la temperatura
t nvección libbre, en oC
a de la superrficie que orrigina la con

Figura 5.11.a Represeentación del coeficientee lineal de dilatación


d voolumétrica

Despejanndo en (5.1.a.3) la diferrencia de deensidades     se tiene que:


      T  T  (5.1.a..4)
Una exprresión equivvalente a la (5.1.a.4) ess la siguiente:
v  v F 1   T  T  (5.1.a..5)
Se puedee demostrarr con faciliddad que el coeficiente lineal de expansión
e vvolumétrica  de un

gas ideal P  RT  a una tempperatura T , es equivalente a la invversa de la ttemperaturaa, o sea:


1
  (5.1.a..6)
T
En la exppresión (5.1.a.6) T es la temperatuura termodin
námica, o seea, en K

167
Nótese que un valor grande de  para un fluido significa un cambio grande en la densidad con
la temperatura y que el producto   T representa la fracción del cambio de volumen de un
fluido que corresponde a un cambio de temperatura T a presión constante. También nótese que
la fuerza de empuje es proporcional a la diferencia de densidad, la cual es proporcional a la
diferencia de temperatura a presión constante. Por lo tanto, entre mayor sea la diferencia de
temperatura entre el fluido adyacente a una superficie caliente (o fría) y aquel que está lejos de
ella, mayor será la fuerza de empuje y más fuertes las corrientes de convección natural, y como
consecuencia, más alta será la velocidad de la transferencia de calor. La magnitud de la
transferencia de calor por convección natural entre una superficie y un fluido está relacionada de
manera directa con el gasto de este último. Entre mayor sea el gasto, más alta será la razón de la
transferencia de calor. De hecho, son los gastos muy altos los que incrementan el coeficiente de
transferencia de calor en órdenes de magnitud cuando se usa convección forzada. En la
convección natural no se usan sopladores y, por lo tanto, el gasto no se puede controlar en forma
externa. En este caso, el gasto se establece por el equilibrio dinámico de la flotación y la
fricción. Como ya fue visto, la fuerza de empuje es causada por la diferencia en densidad entre
el fluido calentado (o enfriado) adyacente a la superficie y el fluido que lo circunda y es
proporcional a esta diferencia y al volumen ocupado por el fluido más caliente. Asimismo es
bien sabido que siempre que dos cuerpos en contacto (sólido-sólido, sólido-fluido o fluido-
fluido) se mueven uno en relación con el otro, se desarrolla una fuerza de fricción en la
superficie de contacto, con dirección opuesta a la del movimiento. Esta fuerza en oposición
desacelera el fluido y, como consecuencia, reduce el gasto del mismo. En condiciones
estacionarias el gasto de aire impulsado por la flotación se establece en el punto donde estos
efectos se equilibran entre sí. La fuerza de fricción se incrementa conforme se introducen más y
más superficies sólidas, perturbando gravemente el flujo del fluido y la transferencia de calor.
Por esa razón, los sumideros de calor con aletas muy poco espaciadas entre sí no son apropiados
para el enfriamiento por convección natural.
Sin demostración matemática, la ecuación de la cantidad de movimiento en la dirección del eje
ordenado x , viene dada por:
V X V  2VY
VX  VY Y  VY  g T  T  (5.1.a.7)
x y y 2
La ecuación (5.1.a.7) rige el movimiento del fluido en la capa límite debido al efecto de
flotación. Nótese que la ecuación de la cantidad de movimiento involucra la temperatura y, por
tanto, las ecuaciones de la cantidad de movimiento y de la energía deben resolverse
simultáneamente. El conjunto de tres ecuaciones diferenciales parciales (las ecuaciones de la

168
continuidad, de la cantidad de movimiento y de la energía) que rigen el flujo por convección
natural sobre placas isotérmicas verticales se puede reducir a un conjunto de dos ecuaciones
diferenciales ordinarias no lineales mediante la introducción de una variable de semejanza, lo
cual fue visto al deducir la ecuación (2.1.b.6), Pero las ecuaciones resultantes todavía tienen que
resolverse en forma numérica. Se recomienda al lector interesado que consulte libros avanzados
sobre el tema para obtener discusiones detalladas (por ejemplo véase el excelente texto
“Convective heat and mass transfer” de Kays y Crawford).
En los capítulos precedentes fue comentado que el número de Reynolds (1.1.a.3), el cual es
adimensional y representa la razón entre las fuerzas de inercia y las fuerzas viscosas que actúan
sobre el fluido, rige el régimen de flujo en la convección forzada. Ahora, para el caso de la
convección libre, mediante el análisis dimensional se demuestra que es el número de Grashof
(1.1.j.2), el cual también es adimensional y representa la razón entre la fuerza de empuje y la
fuerza viscosa que actúan sobre el fluido, rige el régimen de flujo en la convección natural. El
papel que desempeña el número de Reynolds en la convección forzada es realizado por el
número de Grashof en la convección natural. Como tal, este último número proporciona el
criterio principal en la determinación de si el flujo del fluido es laminar o turbulento en la
convección natural. Por ejemplo, para las placas verticales se observa que el número crítico de
Grashof es alrededor de 109 . Por lo tanto, el régimen del flujo sobre una placa vertical se vuelve
turbulento a números de Grashof mayores que 109 . Cuando una superficie se sujeta a flujo
externo, el problema involucra tanto convección natural como forzada. La importancia relativa
de cada modo de transferencia de calor se determina por el valor del coeficiente Gr Re 2 , de
forma que:
1- Si se cumple que Gr Re2  1 la convección natural domina y los efectos de la convección
forzada son despreciables
2- Si se cumple que Gr Re2  1 la convección forzada domina y los efectos de la convección
libre son despreciables
3- Si se cumple que Gr Re2  1 deben ser tenidos en cuenta los efectos de la convección
forzada y de la convección libre, pues ambas poseen una influencia notable en el proceso de
intercambio térmico por convección.

5.1.1 Convección libre sobre superficies

La transferencia de calor por convección natural sobre una superficie depende de la


configuración geométrica de ésta así como de su orientación. También depende de la variación

169
de la temperatura sobre la superficie y de las propiedades termofísicas del fluido que interviene.
Aún cuando comprendemos bien el mecanismo de la convección natural, las complejidades del
movimiento del fluido hacen que sea muy difícil obtener relaciones analíticas sencillas para la
transferencia de calor mediante la resolución de las ecuaciones que rigen el movimiento y la
energía. Existen algunas soluciones analíticas para la convección natural, pero carecen de
generalidad, ya que se obtienen para configuraciones geométricas simples con algunas hipótesis
simplificadoras. Por lo tanto, con la excepción de algunos casos simples, las relaciones de
transferencia de calor en la convección natural se basan en estudios experimentales.
Con la ayuda de las técnicas del análisis dimensional es fácil de verificar que las correlaciones
empíricas más sencillas para el número promedio de Nu en la convección libre toman la forma
siguiente:
L
Nu   C1 Gr Pr   C1 Ra 
N N
(5.1.a.8)

En la ecuación (5.1.a.8) se cumple que:
Ra  Gr Pr  Es el número adimensional de Rayleigh, el cual fue visto con anterioridad en la
ecuación (5.1.j.5)
C1 es un coeficiente constante, el cual se determina mediante métodos matemáticos a partir de
los datos experimentales disponibles.
N es un exponente constante, el cual se determina mediante métodos matemáticos a partir de los
datos experimentales disponibles.
A modo de guía se puede aclarar sobre que entorno oscilan los valores de las constantes C1 y
N , los cuales dependen de la configuración geométrica y del régimen de flujo, caracterizándose
este último por el rango del número adimensional de Rayleigh. El valor de N suele ser con
frecuencia igual a 1 3 para el régimen turbulento y 1 4 para el laminar, el valor de la constante
C1 en la mayoría de los casos es menor que 1.
Cuando se conoce el número promedio de Nusselt y, por consiguiente, el coeficiente promedio
de convección, la velocidad de la transferencia de calor por convección natural de una superficie
sólida que está a una temperatura uniforme TP hacia el fluido circundante se expresa por la
ecuación (4.1.a.4.7), o sea, por la ley de enfriamiento de Newton.

5.2 Resistencia al movimiento debida a la fricción y la presión en flujos externos

Es una experiencia común que un cuerpo encuentre alguna resistencia cuando se le fuerza a
moverse a través de un fluido, en especial si se trata de un líquido. Puede ser que el lector haya

170
visto vientos fuertes derribando árboles y líneas de alta tensión, o haya sentido el fuerte empuje
que ejerce el viento sobre su cuerpo; también se experimenta la misma sensación cuando se
extiende el brazo hacia fuera de la ventana de un automóvil en movimiento.
La fuerza en la dirección del flujo que ejerce un fluido cuando se desplaza sobre un cuerpo se
llama arrastre. Un fluido en reposo sólo ejerce fuerzas perpendiculares de presión sobre la
superficie de un cuerpo sumergido en él. Sin embargo, un fluido en movimiento también ejerce
fuerzas cortantes tangenciales sobre la superficie debido a la condición de no deslizamiento
causada por los efectos viscosos. En general, estas dos fuerzas tienen componentes en la
dirección del flujo y, de este modo, la fuerza de resistencia al movimiento se debe a los efectos
combinados de la presión y de las fuerzas cortantes sobre la pared en la dirección del flujo. Las
componentes de la presión y de las fuerzas cortantes en la pared en la dirección perpendicular al
flujo tienden a mover al cuerpo en esa dirección y su suma se llama sustentación.
En general, tanto la fricción superficial (fuerza cortante en la pared) como la presión,
contribuyen a la fuerza de resistencia y a la sustentación. En el caso especial de una placa plana
delgada, alineada paralela a la dirección del flujo, la fuerza de resistencia al movimiento
depende sólo de la fuerza cortante en la pared y es independiente de la presión. Sin embargo,
cuando la placa plana se coloca perpendicular a la dirección del flujo, la fuerza de resistencia
depende sólo de la presión y es independiente de la fuerza cortante en la pared, ya que el
esfuerzo cortante en este caso actúa en la dirección normal al flujo (véase la figura 5.1.b). Para
los cuerpos esbeltos, como las alas, la fuerza cortante actúa casi paralela a la dirección del flujo.
La fuerza de resistencia para esos cuerpos esbeltos se debe principalmente a fuerzas cortantes (la
fricción superficial). La fuerza de resistencia al movimiento FD   0 AFrontal fue vista

anteriormente al deducir la expresión (2.1.m.7) y va a depender de la densidad  del fluido, la

velocidad corriente arriba, VX , y del tamaño, forma y orientación del cuerpo, entre otras cosas.
Las características de resistencia al movimiento de un cuerpo se representan por el coeficiente
de resistencia al movimiento, o de arrastre medio, adimensional CW el cual puede ser obtenido
mediante el despeje en la ecuación (2.1.m.7) quedando de la siguiente manera:
FD 
CW   02 (5.1.a.9)
2V0 AFrontal 2VX
2

En la ecuación (5.1.a.9) se cumple que:


AFrontal es el área frontal, (el área proyectada sobre un plano perpendicular a la dirección del
flujo) para los cuerpos obtusos (cuerpos que tienden a bloquear al fluido), por ejemplo, el área
frontal de un cilindro de diámetro d y de longitud L , va a ser igual a AFrontal  Ld . Para el caso

171
a cas delgadaas, AFrontal es
de flujo paralelo soobre placas planas o suuperficies aerodinámic e el área
superficial.
El coeficciente de reesistencia es principalm
mente función de la forma
f del cuerpo, pero
o también
puede deepender del número de Reynolds y de la asperreza de la suuperficie.
La fuerzaa de resisteencia es la ejercida por un fluido sobre un cuerpo
c en la dirección
n del flujo
debida a los efectoss combinadoos de la fueerza cortantte en la parred y las fuuerzas de prresión. La
parte de la fuerza dee resistencia que se deebe directam
mente a la fuerza
f cortaante en la paared  0 se
llama ressistencia all movimiennto, o arrastre, por la fricción suuperficial (oo sólo resisstencia al
movimieento por la fricción), ya
y que es caausada por efectos de fricción, y aquella que se debe
directamente a la presión
p p se llama resistencia
r al
a movimieento, o arraastre, por la presión
(tambiénn llamada reesistencia all movimiennto por la fo
orma, debiddo a su fuertte dependen
ncia de la
forma o conformaciión del cuerrpo). Cuanddo se dispon
ne de los cooeficientes de resistencia por la
fricción y la presiónn se determiina el coeficiente total de resistenncia al moviimiento sim
mplemente
al sumarllos.
CW  CW Pr esion  CWFr
Friccion (5.1.b)

Figura 5.1.b
5 Fuerzaa de resistenncia al moviimiento quee actúa sobree una placa plana perpeendicular
al flujo

La resisteencia por laa fricción ess la componnente de la fuerza corttante en la ppared en la dirección
del flujo y, por conssiguiente, depende
d de la
l orientació
ón del cuerrpo así comoo de la mag
gnitud del
esfuerzo cortante enn la pared  W . La resisstencia al movimiento
m por la friccción es cero
o para una
superficie perpendiccular al flujoo y es máxiima para un
na superficie paralela a éste, ya qu
ue en este
caso es igual
i a la fuerza
fu cortaante total soobre la supeerficie. Por lo tanto, ppara el flujo
o paralelo
sobre unna placa plaana, el coeeficiente de resistenciaa es igual al coeficiennte de resisstencia al

172
movimiento por la fricción o, simplemente, al coeficiente de fricción, matemáticamente esto
viene descrito por:
CW  CWFriccion  C f (5.1.b.1)

Una vez que se cuente con el coeficiente de fricción promedio C f se puede determinar la fuerza

de resistencia al movimiento (o fricción) sobre la superficie a partir de la aplicación de la


ecuación (5.1.a.9)
En este caso, F es el área superficial de la placa expuesta al flujo del fluido. Cuando los dos
lados de una placa delgada están sujetos al flujo, F se convierte en el área total de las
superficies superior e inferior. Note que, en general, el coeficiente de fricción variará con la
ubicación a lo largo de la superficie.
La resistencia por la fricción depende fuertemente de la viscosidad, y un fluido idealizado con
viscosidad cero produciría resistencia cero por la fricción, dado que el esfuerzo cortante en la
pared sería nulo. En este caso, la resistencia al movimiento por la presión también sería cero
durante el flujo estacionario, sin importar la forma del cuerpo, ya que no habría pérdidas de
presión. Para el flujo en la dirección horizontal, por ejemplo, la presión a lo largo de una recta
horizontal será constante (precisamente como en los fluidos estacionarios) puesto que la
velocidad corriente arriba es constante y, de este modo, no se tendrá fuerza neta de presión al
actuar sobre el cuerpo en la dirección horizontal. Por lo tanto, la resistencia total es cero para el
caso del flujo de un fluido ideal no viscoso. A bajos números de Reynolds, la mayor parte de la
resistencia al movimiento se debe a la resistencia por la fricción. Éste es el caso para los cuerpos
intensamente aerodinámicos. La resistencia por la fricción también es proporcional al área
superficial. Por lo tanto, los cuerpos con un área superficial más grande experimentarán mayor
resistencia por la fricción. Por ejemplo, los aviones comerciales grandes reducen su área
superficial total y, de este modo, la resistencia al movimiento, al replegar las extensiones de sus
alas cuando llegan a las altitudes de crucero, con el fin de ahorrar combustible. En el flujo
laminar el coeficiente de resistencia por la fricción es independiente de la aspereza superficial,
pero en el flujo turbulento es fuerte función de esa aspereza, debido a los elementos de ésta que
sobresalen hacia la subcapa laminar fuertemente viscosa.
El arrastre por presión es proporcional al área frontal y a la diferencia entre las presiones que
actúan sobre el frente y la parte posterior del cuerpo sumergido. Por lo tanto, el arrastre por
presión suele ser dominante para los cuerpos romos, despreciable para los alargados, como los
perfiles aerodinámicos, y de valor cero para las placas planas paralelas al flujo. Cuando un
fluido se separa de un cuerpo, forma una región separada entre ese cuerpo y la corriente de
fluido. Esta región de baja presión que está detrás del cuerpo en donde ocurren la recirculación y
173
los contraflujos se conoce como región separada. Entre mayor sea la región separada, mayor es
el arrastre por presión. Los efectos de la separación del flujo se sienten lejos corriente abajo, en
forma de velocidad reducida (en relación con la velocidad corriente arriba). La región del flujo
que va detrás del cuerpo, en donde se sienten los efectos del cuerpo sobre la velocidad, se llama
estela. La región separada llega a un fin cuando vuelven a unirse las corrientes del flujo. Por lo
tanto, la región separada es un volumen encerrado, en tanto que la estela se prolonga detrás del
cuerpo hasta que el fluido en la región de la estela vuelve a adquirir su velocidad que tuvo antes
de encontrarse con el cuerpo, y el perfil de velocidad se hace casi plano una vez más. Los
efectos viscosos y de rotación son los más significativos en la capa límite, la región separada y
la estela.

5.2.1 Flujo a través de cilindros y esferas

En la práctica con frecuencia se encuentra el flujo que pasa a través de cilindros y esferas. Por
ejemplo, los tubos en un intercambiador de calor de coraza y tubos involucran flujo interno, por
los tubos, y flujo externo, sobre éstos, y los dos flujos deben considerarse en el análisis del
intercambiador. Asimismo, muchos deportes como el futbol, el tenis y el golf están relacionados
con el flujo sobre pelotas esféricas.
La longitud característica para un cilindro circular o una esfera se toma igual al diámetro externo
d . El número de Reynolds crítico para el flujo que pasa a través de un cilindro circular o una
esfera es alrededor de Re  2  105 . Es decir, la capa límite se conserva laminar para más o
menos Re  2  105 y se vuelve turbulenta para Re  2  105 .
El flujo cruzado sobre un cilindro exhibe patrones complejos, ejemplo de esto lo constituye la
figura 5.1.c, la figura es una fotografía realizada por especialistas del laboratorio de dinámica de
fluidos, perteneciente a la Universidad de Berlín en la cual se muestra claramente la separación
de la capa límite laminar con la formación de una estela turbulenta, al hacer circular un flujo
sobre un cilindro circular con un Re  2100 . De la figura 5.1.c se deduce que el fluido que se
aproxima al cilindro se ramifica y rodea al cilindro, formando una capa límite que lo envuelve.
Las partículas de fluido sobre el plano medio chocan contra el cilindro en el punto de
estancamiento, haciendo que el fluido se detenga por completo y, como consecuencia, elevando
la presión en ese punto. La presión disminuye en la dirección del flujo, al mismo tiempo que
aumenta la velocidad de este último. A velocidades muy bajas corriente arriba Re  5 , el fluido
envuelve por completo al cilindro y los dos brazos del fluido se reúnen al otro lado de éste de
manera ordenada. Como consecuencia, el fluido sigue la curvatura del cilindro.

174
Figura 5.1.c Separación de cappa límite lam
minar con un
na estela turrbulenta; fluujo sobre un
n cilindro
circulaar a un Re  2100 .

A velociidades máss altas, el fluido todaavía abrazaa al cilindrro en el laado frontal,, pero va
demasiaddo rápido como
c para permanecer
p r adherido a la superfiicie conform
me se aprox
xima a la
parte supperior del mismo.
m Com
mo resultadoo, la capa límite se seppara de la ssuperficie, formando
una regióón de separaación detráss del cilindrro. El flujo en la regióón de la esteela se caracteriza por
la formaación aleattoria de vóórtices y presiones
p mucho
m máss bajas quue la del punto
p de
estancam
miento.
La naturaaleza del fllujo a travéés de un cilindro o unaa esfera afeecta intensaamente el co
oeficiente
total de resistencia
r al movimieento CW . Tanto
T la resiistencia porr la fricciónn como la resistencia
por la presión
p pueden ser siggnificativass. La presió
ón elevada en la veccindad del punto de
estancam
miento y la baja
b en el laado opuesto,, en la estelaa, producenn una fuerzaa neta sobre el cuerpo
en la dirrección del flujo. La fuerza
fu de reesistencia all movimiennto se debe principalm
mente a la
resistencia por la frricción, a bajos
b ynolds Re  10 , y a la resistenccia por la
númerros de Rey

presión, cuando los números soon altos Ree  5000 . Con


C númeroos de Reynoolds interm
medios, los
dos efecttos son signnificativos.
Prandlt y sus disccípulos reaalizaron innnumerables trabajos e investigaaciones al respecto.
Schlichtiing obtuvo los coeficieentes de arrrastre localees resistenciia al movim medio CW
miento prom
para el fllujo cruzadoo sobre un solo
s cilindroo circular lisso y sobre una
u esfera. L
Los resultad
dos de los
experimeentos de Scchlichting fueron
f grafficados y publicados, los mismoss se muesttran en la
figura 5.1.d. Estas curvas
c exhibben comporrtamientos diferentes
d e rangos diiferentes dee números
en
de Reynoolds. Las prrincipales caaracterísticaas para cadaa intervalo se
s detallan a continuaciión:

175
Figura 5.1.d Diagraama de Schhlichting parra la determ
minación deel coeficiennte medio de
d arrastre
para flujoo cruzado soobre un cilindro circulaar liso y unaa esfera lisaa.

1- En un cilindroo para Re  1 , se tieene flujo deslizante


d y el coeficciente de resistencia
dismiinuye al auumentar el número
n R  1 se cuumple que
de Reynolds. En una esffera para Re
CW  24 Re . Enn este régim
men, no se tieene separacción del flujoo.

2- Alreddedor de Ree  10 , se em
mpieza a prresentar la separación
s e la parte posterior deel cuerpo,
en
iniciáándose la difusión
d mente a Re  90 . La rregión de separación
de vórtices approximadam
crecee al aumenttar el númeero de Reynnolds hastaa alrededor de Re  10
03 . En estee punto la
resisttencia al moovimiento se
s debe prinncipalmentee (alrededorr de 95%) a la resisten
ncia por la
presióón. En este rango de 10  Re  1003 . El coeficciente de reesistencia siggue disminu
uyendo al
aumeentar el núm
mero de Reynolds.
R (U
Una dismin
nución en el
e coeficiennte de resistencia no
indica necesariaamente unaa disminuciión en la resistencia al movimiiento. La fuerza
f de
resisttencia es prooporcional al cuadradoo de la veloccidad y el auumento de éésta con loss números
de Reeynolds máás altos por lo común compensa
c con
c creces la
l disminucción en el co
oeficiente
de resistencia.)
3- En ell rango 103  Re  105 , el coeficieente de resisstencia perm
manece máss o menos constante.
c
Este comportam
miento es caaracterístico de los cueerpos obtusoos. El flujo en la capaa límite es
laminnar en este rango, peroo aquel en la región separada
s deespués de ppasar el cilindro o la
esferaa es intensaamente turbbulento conn una estelaa turbulentaa ancha. (vvéase por ejjemplo la
figuraa 5.1.c o la figura 5.1.ee)
4- Existte una caída repentinna en el coeficientee de resistencia en eel en el rango
r de
105  Re  106 (aaproximadaamente alreddedor de Re
R  2  105 ). Esta grann reducción del valor
176
del coeficiente de arrastre CW se debe en lo fundamental a que el flujo en la capa límite se
vuelve turbulento, lo cual mueve el punto de separación más hacia la parte posterior del
cuerpo, reduciendo el tamaño de la estela y, de este modo, la magnitud de la resistencia por
la presión. Esto contrasta con los cuerpos aerodinámicos, los cuales experimentan un
incremento en el coeficiente de resistencia (debido principalmente a la resistencia por la
fricción) cuando la capa límite se vuelve turbulenta.
Los experimentos han demostrado que ocurre separación del flujo a alrededor de   80o
(medido a partir del punto de estancamiento del frente de un cilindro), cuando la capa límite es
laminar, y aproximadamente a   140 o , cuando es turbulento. El retraso de la separación en el
flujo turbulento la causan las fluctuaciones rápidas del fluido en la dirección transversal, lo cual
hace que la capa límite turbulenta viaje más a lo largo de la superficie, antes de que ocurra la
separación, lo que da como resultado una estela más angosta y un arrastre menor por presión.
Debe tenerse presente que el flujo turbulento tiene un perfil de velocidad más lleno, en
comparación con el caso laminar y, por lo tanto, requiere un gradiente de presión adverso más
fuerte para vencer la cantidad de movimiento adicional en cercanía de la superficie. En el rango
de los números de Reynolds en donde el flujo cambia de laminar a turbulento, incluso la fuerza
de arrastre FA , decrece conforme crece la velocidad (y, por consiguiente, el número de
Reynolds). Esto conduce a una disminución súbita en el arrastre de un cuerpo en vuelo
(conocida en la ingeniería aeronáutica como crisis del arrastre) y a inestabilidades en el vuelo.
Es conocido de los cursos de mecánica de fluidos que el grado de aspereza superficial
incrementa el coeficiente de resistencia en el flujo turbulento. Éste es especialmente el caso para
los cuerpos aerodinámicos. Sin embargo, para los cuerpos obtusos, como un cilindro circular o
una esfera, un aumento en la aspereza superficial en realidad puede decrecer el coeficiente de
resistencia, como se muestra en la figura 5.1.f para una esfera. Esto se lleva a cabo al disparar el
flujo hacia la turbulencia a un número de Reynolds más bajo y causando de este modo que el
fluido se cierre detrás del cuerpo, al angostar la estela y reducir de manera considerable la
resistencia por la presión. Esto da por resultado un coeficiente de resistencia y, como
consecuencia, una fuerza de resistencia mucho menor para un cilindro o una esfera con
superficie áspera en un cierto rango del número de Reynolds, que para una esfera lisa de tamaño
idéntico a la misma velocidad. Por ejemplo, a Re  2  105 , se tiene que CW  0,1 para esfera

áspera con e d  0,0015 , mientras que CW  0,5 para una lisa. Por lo tanto, en este caso, el
coeficiente de resistencia se reduce en un factor de 5 simplemente al hacer que la superficie sea
áspera. Sin embargo, nótese que a Re  106 , CW  0,4 para una esfera muy áspera, sin embargo

177
CW  0,1 para la suuave. Es obbvio que en este caso, hacer ásperra la superfficie increm
mentará la
resistencia al avancee en un factoor de 4. (Vééase la figurra 5.1.f)

Figura 5.1.e
5 Distribbución de veelocidades en
e la superfficie de un cilindro
c y foormación dee flujo de
retroceso.

Figura 5.1.f Efecto de la aspeereza superfficial sobre el coeficiennte de resisttencia de un


na esfera

ficientes de transferenccia de calorr


5.3 Coefi

En generral, los flujoos a través de


d cilindross y esferas comprenden
c n separaciónn del flujo, el cual es
difícil dee manejar en
e forma annalítica. Porr lo tanto, los flujos de
d ese tipo deben estu
udiarse de
manera experimenta
e al o numérrica. De heccho, el flujjo a través de cilindroos y esferas ha sido
estudiadoo de manera experimeental por nuumerosos in
nvestigadorres y se hann desarrollaado varias
correlaciones empíriicas para el coeficientee de transferrencia de caalor.
El compllicado patróón del flujoo a través de un cilindrro influye mucho
m sobrre la transfeerencia de
calor. Muuchas invesstigaciones han sido ejeecutadas peersiguiendo esclarecer este problem
ma. En la
figura 5.1.g se muesstran los ressultados obttenidos por Crawford. En
E esta figuura se da la variación

178
del número local de Nusselt Nu en función del ángulo  , en la periferia de un cilindro sujeto a
flujo cruzado de aire.
Nótese en la figura 5.1.g que, para todos los casos, el valor de Nu se inicia relativamente alto en
 
el punto de estancamiento   0o , pero decrece al aumentar  , siendo esto causado por el
engrosamiento de la capa límite laminar. Sobre las dos curvas de abajo, correspondientes a
Re  70800 y Re  101300 , el valor de Nu alcanza un mínimo en   80 o , el cual es el punto
de separación en el flujo laminar. A continuación, Nu aumenta al crecer  , como resultado del
mezclado intenso en la región del flujo separado (la estela). Las curvas de arriba,
correspondientes a Re  140000 hasta Re  219000 , difieren de las dos primeras en el sentido
de que presentan dos mínimos para Nu . El aumento brusco en Nu a alrededor de   90 o se
debe a la transición de flujo laminar a turbulento. La disminución posterior en Nu se debe una
vez más al engrosamiento de la capa límite. El número de Nu alcanza su segundo mínimo a
alrededor de   140o , el cual es el punto de separación del flujo en el flujo turbulento, y
aumenta con  como resultado del intenso mezclado en la región turbulenta de la estela.
Las discusiones anteriores acerca de los coeficientes de transferencia de calor locales
proporcionan una visión muy profunda; sin embargo, tienen poco valor en los cálculos de
transferencia de calor, ya que en éstos se requiere el coeficiente de transferencia de calor
promedio sobre toda la superficie.

5.4 Flujo a través de un banco de tubos.

En la práctica es común encontrar flujo cruzado sobre bancos de tubos en equipos de


transferencia de calor, como los condensadores y evaporadores de las plantas generadoras de
energía eléctrica, los refrigeradores y los acondicionadores de aire. En ese equipo, un fluido se
mueve por dentro de los tubos, mientras que el otro se mueve sobre éstos en una dirección
perpendicular.
En un intercambiador de calor que contiene un banco de tubos, éstos suelen colocarse en una
coraza (y de ahí el nombre de intercambiador de calor de tubos y coraza), en especial cuando el
fluido es un líquido, y éste fluye a través del espacio entre los tubos y el casco. Existen
numerosos tipos de intercambiadores de calor de coraza y tubos, aunque estos serán vistos
detalles más adelante en la sección dedicada a equipos intercambiadores de calor.
El flujo por el interior de los tubos se puede analizar al considerar el flujo por uno solo de ellos,
y al multiplicar los resultados por el número de tubos. Sin embargo, éste no es el caso para el
flujo sobre los tubos, ya que influyen sobre el patrón de flujo y el nivel de turbulencia corriente
abajo y, por consiguiente, sobre la transferencia de calor hacia ellos o desde ellos. Por lo tanto,
179
cuando se
s analiza laa transferenncia de calor desde un banco de tuubos en flujjo cruzado, se deben
consideraar a la vez todos los tubbos en el haaz.

Figura 5.1.g
5 Variaación del coeficiente
c de transfeerencia de calor locaal a lo larg
go de la
circunferrencia de unn cilindro circular en fluujo cruzado
o de aire parra distintos vvalores de Re
R

Los tubos en un bannco suelen disponerse


d a
alineados o escalonadoss en la direccción del flu
ujo, como
se muesttra en la figura
fi 5.1.h. El diámeetro exteriorr del tubo d se tom
ma como laa longitud
caracterísstica. La diisposición de
d los tuboos en el ban
nco se caraacteriza porr el paso trransversal
ST  S1 , el paso lonngitudinal S L  S 2 y el paso diagoonal S D entrre los centroos de los tubbos.
Acá se dan
d dos nootaciones para las disttancias entrre los tuboos para disttintos arreg
glos, para
respetar la
l formulación originall dada por Zukauskas,
Z uno de los especialista
e as que más aportes
a ha
efectuadoo en el caampo de esstudio de flujos
f de fluidos
f y procesos
p dee termotran
nsferencia
asociados a este tipoo de problem
mas de flujoo vinculadoss a bancos de
d tubos.
El paso diagonal
d se determina a partir de laa siguiente ecuación:
e
2
S 
SD  S   T 
2
L (5.1.b..2)
 2 

Figura 5.1.h Disposiición de los tubos en un


n banco alinneados o esccalonados

180
Conforme el fluido entra en el banco, el área de flujo disminuye de AT  ST L hasta
AT  ST  d L entre los tubos y, como consecuencia, la velocidad del flujo aumenta. En la
disposición escalonada la velocidad puede aumentar todavía más en la región diagonal si las
filas de tubos están muy próximas entre sí. En los bancos de tubos las características del flujo
son dominadas por la velocidad máxima VMax que se tiene dentro del banco más que por la
velocidad aproximada V. Por lo tanto, el número de Reynolds se define sobre la base de la
velocidad máxima como:
V Max d eq V Max d eq
Re d   (5.1.b.3)
 
En la ecuación (5.1.b.3) el diámetro utilizado en la determinación del número adimensional de
Reynolds es el diámetro hidráulico equivalente. Por definición, el radio hidráulico corresponde
al área de un círculo equivalente al área de un canal no circular y consecuentemente en un plano
a ángulos rectos a la dirección del flujo. El radio hidráulico empleado para correlacionar los
coeficientes de la coraza para un haz que tiene deflectores, no es el verdadero radio hidráulico.
La dirección del flujo en la coraza es en parte a lo largo y en parte a ángulo recto al eje mayor de
los tubos del haz. El área de flujo a ángulos rectos respecto al eje mayor es variable de hilera a
hilera. Un radio hidráulico basado en el área de flujo a través de cualquier hilera, no podría
distinguir entre un arreglo en cuadro o un arreglo triangular. Para poder obtener correlaciones
simples combinando tanto el tamaño como la cercanía de los tubos y su tipo de arreglo, se logra
una excelente correlación si el radio hidráulico se calcula a lo largo en lugar de a través del eje
mayor de los tubos. El diámetro equivalente para la coraza se toma entonces, como cuatro veces
el radio hidráulico obtenido por el arreglo dispuesto en el cabezal de tubos, por lo tanto (véase la
figura 5.1.i) el radio hidráulico para los arreglos básicos de tubos será:
4 PT2    d 02
Arreglo cuadrado (alineado) d eq  (5.1.b.31)
  d0

12  PT2    d 02
Arreglo triangular (escalonado) d eq  (5.1.b.32)
  d0

Figura 5.1.i Diámetro equivalente


181
La velocidad máxima se determina con base en el requisito de conservación de la masa para el
flujo incompresible estacionario. Para la disposición de alineados, la velocidad máxima se tiene
en el área mínima de flujo entre los tubos y la conservación de la masa se puede expresar como
(véase la figura 5.1.h):
VA1  VMax AT  VMax ST  d  (5.1.b.4)
Entonces de la ecuación (5.1.b.4) se deduce que la velocidad máxima quedará como:
ST
VMax  V (5.1.b.5)
ST  d
En la disposición escalonada el fluido que se aproxima a través del área A1 (Véase la figura
5.1.h) pasa por el área AT y, después, por el área 2 AD , conforme se enrolla alrededor del tubo de
la fila siguiente. Si se cumple que 2 AD  AT , todavía la velocidad máxima ocurre en AT entre

los tubos y, por consiguiente, la relación VMax de la ecuación (5.1.b.5) se puede usar para bancos
de tubos escalonados.
Si sucediera que 2 AD  AT [o sea, si 2S D  d   S T  d  ], se tendrá la velocidad máxima en las
secciones transversales diagonales y, en este caso, esa velocidad máxima queda dada por:
ST
V Max  V (5.1.b.5)
2 S D  d 

La conservación de la masa se puede expresar como (véase la figura 5.1.h):


VA1  VMax 2 AD  , o lo que es igual VST  2VMax S D  d 

182
Capítulo  6  Correlaciones  para  la  convección  forzada  y  libre  en  flujos 
internos y externos.  

6.1 Convección en el interior de tubos con fluido laminar y régimen viscoso.

El régimen viscoso o laminar de la corriente de un líquido en tubos se observa para valores de


Re  ReCRIT y para ausencia en el flujo de convección libre. El cálculo de la transferencia de
calor para el régimen viscoso de un líquido o un gas, en tubos rectos se determina a partir de las
relaciones siguientes:

Para temperatura de la pared constante o variable a lo largo de su longitud.

La ecuación de Petukhov para flujo laminar viene dada por:

Nu  1,55  Re Pr d l    F  P   1


13 0,14
(6.1.a)
Esta ecuación va a ser válida para los rangos siguientes:
Re Pr  d l   20 ; Re  2300 ; 0,07   F  P   1500 ; Gr Pr  8  105

Aquí 1 es la corrección para el tramo de estabilización hidrodinámica. Esta corrección se


introduce cuando delante del tramo que se calienta del tubo no existe un tramo de estabilización
hidrodinámica, o sea que se cumpla que:

l  Re d   0,1
1
(6.1.a.1)
Entonces el valor de esta corrección se determina por la siguiente relación:
1 7

 1  0,6
l   2,5l 
 1   (6.1.a.2)
 Re d   Re d 
Cuando no se cumpla la condición (6.1.a.1), entonces existe una sección inicial de
compensación, por tanto 1  1 .
También se puede emplear la ecuación de Hausen:
0,0668  d l   Re Pr
Nu  3,66  (6.1.a.3)
1  0,04  d l   Re Pr 
0 , 66

La ecuación (6.1.a.3) va a ser válida para los rangos siguientes:


l
 0,1 ; Re  2300 ; Pr  5 ; Gr Re 2  1
Re d

Densidad del flujo de calor constante sobre la pared.

En este tipo de problemas resulta aplicable la ecuación de Hausen:


0,023  d l   Re Pr
Nu  4,36  (6.1.a.4)
1  0,0012  d l   Re Pr
183
La ecuación (6.1.a.4) va a ser válida para los rangos siguientes:
l Re d   0,1 ; Re  2300 ; Pr  5 ; Gr Re 2  1
Mijeev establece para flujo de calor constante sobre la pared y régimen laminar viscoso que:

Nu  1,31  Re Pr d l   1  2l Re Pr d    F  P 


1 3
 2
0,166
(6.1.a.5)
La ecuación (6.1.a.5) va a ser válida para los rangos siguientes:
Re Pr  d l   20 ; Re  2300 ; 0,04   F  P   10 ; Gr Pr  8  105
Aquí  2 es la corrección para el tramo de estabilización hidrodinámica. Esta corrección se
aplica cuando se cumpla que:
10 4  l Re d   0,064 (6.1.a.6)
Entonces el valor de esta corrección se determina por la siguiente relación:

 l 
1 6
 0 , 42

 2  0,35   1  2,85  l   (6.1.a.7)
 Re d    Re d  

Cuando no se cumpla la condición (6.1.a.6), entonces existe una sección inicial de
compensación y por tanto  2  1 .
Desde la ecuación (6.1.a) a la (6.1.a.5) es empleado el término correctivo  F  P  , el cual
considera la influencia de los cambios de las propiedades de los fluidos por la distribución
desigual de la temperatura dentro del medio. Para los gases este término correctivo es
aproximadamente igual a 1.
Aquí:
 P es la viscosidad dinámica del fluido a la temperatura media de la pared
 F es la viscosidad dinámica del fluido a la temperatura media del fluido
Cuando la diferencia entre las temperaturas de la superficie y del fluido es grande, puede que sea
necesario tomar en cuenta la variación de la viscosidad con la temperatura. En ese caso, se
puede determinar el número de Nusselt promedio para el flujo laminar en desarrollo en un tubo
circular. Para tal problemática se dispone de otro grupo de expresiones para la determinación del
coeficiente pelicular de transferencia de calor en régimen de flujo laminar. Estas expresiones
arrojan un valor numérico de los coeficientes de película del orden en muchos casos del orden
 20% , valores superiores a los deseables o permisibles para la ingeniería práctica, aunque, el
grado de precisión de estas expresiones aumenta al aplicarlas en el cálculo del coeficiente
pelicular de transferencia de calor en procesos en los cuales intervienen fluidos más viscosos
como aceites por ejemplo o en donde existan marcadas diferencias entre la temperaturas de la
pared y la temperatura media del fluido. De ellas las más importantes son las siguientes:

184
1- Ecuación de Sieder-Tate
1 0,14
 d 3  P 
Nu  1,86  Re Pr    (6.1.a.8)
 l  C 
Esta ecuación va a ser válida para:
0,0044   F  P   9,75 ; 0,6  Pr  5 ; Gr Re 2  1
2- Ecuación de Mijeev.
0, 4 0, 25
 d  PrC 
Nu  1,4  Re  Pr 0, 33
  (6.1.a.9)
 l  PrP 
Esta ecuación va a ser válida para:
l
0,06  PrC PrP   10 ; Re Pr d
5
 10 ; 10  Re  2300 ; 8
 15 ; Gr Re 2  1
d l

6.2 Convección en el interior de tubos con fluido laminar y con régimen viscoso –
gravitacional

El régimen viscoso- gravitacional se observa para valores de Re  ReCRIT . Su influencia

comienza a ser importante a partir de valores de Gr Pr  8 105 . Existen otros dos criterios que
plantean que la convección libre ejerce una influencia notable cuando se cumple que
Gr Re 2  1 , o en caso del segundo para Gr  4 Re Nu . En este último, el número adimensional
de Nu se determina por la expresión (6.1.a.9)
Estos dos últimos criterios coinciden que a partir de estos valores el efecto de la convección
natural es el predominante en el régimen de transferencia de calor.
Cuando en tubos verticales el movimiento del líquido coincide con el de la fuerza de empuje, o
sea, la corriente fluye de abajo hacia arriba durante el calentamiento del líquido y de arriba hacia
abajo durante el enfriamiento, (ver figura 6.1.a para más detalles) se empleará la siguiente
relación:
0,3 0 ,18
 d  d
Nu  0,35   Pe  Gr Pr   (6.1.b)
 l  l
Esta ecuación es válida para el siguiente rango de valores:
l d d
20   130 ; Re  ReCRIT ; 7  105  Gr Pr  4  108 ; 1,5  4 Gr Pr  Pe  110
d l l

El valor de ReCRIT esta relacionado con los valores del producto Gr Pr  mediante la expresión

Re CRIT  7,26  Gr Pr  , siendo proporcionado un resumen de estos en la tabla 6.1.a. En la


0, 4

ecuación (6.1.b) en el parámetro Gr la diferencias de temperaturas es la media aritmética.


185
Tabla 6.1.a Valores de ReCrit para la ecuación (6.1.b)

Gr Pr  0 8105 2,5 106 5106 107 1,5 107  1,5 107
ReCRIT 2300 3000 3800 5000 6300 7000 7200

Cuando en tubos verticales el movimiento del líquido no coincide con el de la fuerza de empuje,
o sea, la corriente fluye de abajo hacia arriba durante el enfriamiento del líquido y de arriba
hacia abajo durante el calentamiento (ver figura 6.1.b para más detalles) se empleará la siguiente
relación:

Nu  0,037 Re 0 , 75 Pr 0 , 4  P  C 
N
(6.1.b.1)

Donde:
N = -0,11 durante el calentamiento
N = -0,25 durante el enfriamiento.
Esta ecuación es válida para el siguiente rango de valores:
250  Re  104 ; 0,2  Pr  100 ; 1,5 10 6  Gr Pr  12 10 6
Para el cálculo de los tubos horizontales se puede aplicar la siguiente ecuación aproximada:
0, 4 0,14
 d  P 
Nu  0,8   Pe  Gr Pr  0,1
  (6.1.b.2)
 l  C 
Esta ecuación es válida para el siguiente rango de valores
d
Re  3000 ; 0,2  Pr  10 ; 10 6  Gr Pr  13 10 6 ; Pe  120
l
La correlación (6.1.b.3) puede ser empleada para cualquier configuración a sabiendas que el
resultado obtenido puede contener errores cercanos al 50 %.

2,25  1  0,01  Gr 3 


1
0, 4 0 , 25
 d  Pr   
Nu  1,4  Re  PrC0,33  C  (6.1.b.3)
 l  PrP  logRe

La expresión (6.1.b.3) es válida en el siguiente intervalo:


d Gr
500  Re  2300 ; 0,01  Pr 1 ; 1
L Re 2
Una expresión aproximada que también se emplea con frecuencia para el cálculo de los tubos
horizontales es la siguiente:
Nu  4,69 Re 0, 27 Pr 0, 21 Gr 0, 07 d L 
0 , 36
(6.1.b.4)
La cual es válida para:
d
500  Re  2300 ; 0,01  Pr 1 ; Gr Re2  1
L
186
Figura 6.1.a
6 Repressentación dee los sentidoos de las fueerzas de em
mpuje y de laa corriente de
d fluido
p el emplleo de la rellación (6.1.bb)
para

Figura 6.1.b
6 Repressentación dee los sentidoos de las fueerzas de em
mpuje y de laa corriente de
d fluido
paara el empleeo de la relaación (6.1.b.1)

La ecuacción (6.1.b.55) arroja muuy buenos reesultados paara el cálcuulo de tubos horizontalees, con un
error infeerior al 8%, sin embarrgo posee el inconveniiente que ess aplicable solamente a tuberías
por las cuuales fluya agua, (o seea que no ess válida parra otra clasee de fluidoss),esta queda descrita
tal como sigue:

Nu  0,45
4 
Gz  0,012  Gz  Gr
3

G 0,33 0.75
 
  P 
0,14

 Gz  Re Pr
P
d
(6.1.b
b.5)
1,75  C  C  L
d
Re  23300 ; 0,01  Pr 1 ; G Re2  1
Gr
L
Kern dessarrolló unaa correcciónn a la expressión (6.1.a.8
8), permitieendo que seea aplicada al
a cálculo
del régim
men viscosso gravitacional en tuubos horizo
ontales, auunque los rresultados obtenidos
mediantee el uso dee la misma para fluidoos con gran
ndes variacciones de teemperaturass y como
consecueencia de estto también variacioness de densid
dades, no soon satisfacttorios encon
ntrándose
d orden  40
errores del 4 % . Esta ecuación
e quueda de la siguiente forrma:

2,25  1  0,01Gr 3 


1
1 0,144
 d 3  P   
Nu  1,866 Re Pr    (6.1.b..6)
 l  C  logRe

s válida paara Re  2300


Esta ecuaación va a ser 2 y Gr Re2  1

187
En la literatura especializada procedente de la antigua Unión Soviética, se recomienda para el
cálculo aproximado del coeficiente pelicular de transferencia de calor para un fluido bajo las
condiciones de régimen viscoso gravitacional en tuberías horizontales la siguiente correlación:
Nu  0,15 Re Pr  Gr Pr 0,1 PrC PrP 
0 , 33 0 , 25
(6.1.b.7)
Esta ecuación va a ser válida para:
l d
0,06  PrC PrP   10
5
 10 ; 10  Re  2300 ; ; Re Pr 8
 15 ; Gr Re2  1
d l
La expresión (6.1.b.7) posee un error medio de un 25 %.
En el caso de que se estudie el proceso de termo trasferencia en conductos inclinados, el único
proceder existente en la literatura especializada es el método de Klimezhtkov, el cual sostiene
que los coeficientes peliculares de transferencia de calor se calculan para ambos casos,
horizontales y verticales, y después mediante el teorema de los cosenos se obtiene un valor
medio del coeficiente pelicular de transferencia de calor, el error medio obtenido con la
aplicación de este método es en ocasiones no tolerable, pues puede alcanzar valores de errores
medios de  60% . (Para más detalles véase la figura 6.1.c).
Para flujos verticales se puede aplicar la solución aproximada de Churchill, para esto debe ser
determinado un coeficiente de transferencia de calor  1 mediante la ecuación (6.1.a.3) y otro
coeficiente  2 mediante la ecuación (6.1.k.1), entonces si sucede que:
Coinciden las fuerzas de empuje y el sentido del fluido -----------------  real  1  0,1   2

No coinciden las fuerzas de empuje y el sentido del fluido -------------  real  1  0,2   2

Figura 6.1.c Método de Klimezhtkov para tubos inclinados con presencia de régimen viscoso
gravitacional.

6.3 Convección en el interior de tubos con fluido turbulento.

El régimen turbulento se caracteriza por el movimiento caótico de las líneas de flujo, por tanto

existe el mezclado desordenado, lo que trae como principal dificultad la imposibilidad de

188
desarrollar métodos teóricos de cálculo y tener que recurrir a la experimentación para lograr una
metodología de cálculo, que casi en su totalidad se basa en resultados experimentales.
En el año 1920, Colburn propuso una analogía, modificada posteriormente por Dittus-Boelter,
obteniéndose así la siguiente ecuación para el cálculo de los coeficientes medios de transferencia
de calor:
Nu  0,023Re0,8 Pr N (6.1.b.8)
En la que se considerara N  0,4 para el caso de que el fluido se caliente y N  0,3 para el caso
de enfriamiento del fluido. Su intervalo de aplicabilidad es el siguiente:
L
0,7  Pr  160 ; Re  104 ;  60
d
La ecuación (6.1.b.8) fue modificada posteriormente por Sieder- Tate, los cuales le agregaron un
término que tenía en cuenta la influencia de los cambios de las propiedades de los líquidos por la
distribución desigual de la temperatura dentro del medio  P C 0,14 . En las prácticas

ingenieriles de la antigua Unión Soviética y los países de Europa del Este se prefería expresar
este coeficiente de corrección en la forma PrP PrC 
0, 25
. Para los gases este término correctivo

es aproximadamente igual a 1.
La modificación de Sieder- Tate se recomienda por muchos autores para aquellos casos de
transferencia de calor, en los cuales la viscosidad de los fluidos cambie marcadamente con la
temperatura. Esta presenta un error del orden del 25-40% y viene dada por la siguiente
expresión:

Nu  0,027 Re0,8 Pr 0,33  F  P 


0,14
(6.1.b.9)
Esta ecuación es válida para el siguiente rango:
0,7  Pr  16700 ; Re  104 ; l  10
d
En (6.1.b.9) se cumple que:
 P es la viscosidad dinámica del fluido a la temperatura media de la pared, en Pa.s
 F es la viscosidad dinámica del fluido a la temperatura media del fluido, en Pa.s
Hausen propuso una ecuación para convección y flujo turbulento no desarrollado que se expresa
por la siguiente relación:

1   d  3    P 
2 0,14
 2
 3
Nu  0,116  Re  125 Pr 1      
3
(6.1.c)
    L    C 
 
La misma va a ser válida para el siguiente intervalo de valores:

189
L
0,6  Pr  500 ; 2100  Re  106 ;  60
d
Una expresión que permite una precisión mayor que la lograda con el uso de la ecuación
(6.1.b.8), es la de Polley, la cual viene dada por:
Nu  Re Pr e A (6.1.c.1)
Donde:
A  3,796  0,205 ln Re  0,505 lnPr   0,0255lnPr 
2

En esta expresión:
e Es el valor de la constante Euler, e  2,718
Esta fórmula es válida para los siguientes rangos de datos:
10 4  Re  106 ; 0,6  Pr  3000
Una relación que concuerda muy bien con los mejores datos experimentales para el aire y agua,
y aproximadamente con un 10 % de error con los mejores datos para números de Prandtl del
orden de 103, es la proporcionada por Sleicher y Rouse, la cual viene dada por:
Nu  5  0,016 Re A Pr B
0,24 (6.1.c.2)
A  0,88  ; B  1 3  0,5e 0,6 Pr
4  Pr
La misma es válida para:
104  Re  106 ; 0,5  Pr  105 ; l d  25
Una ecuación que da buenos resultados es la recomendada por Mijeev, la cual posee un margen
de error cercano al 25%.
Nu  0,021Re0,8 Pr 0, 43 PrF PrP  L
0, 25
(6.1.c.3.1)
Donde esta fórmula es válida para los siguientes rangos de datos:
104  Re  5 106 ; 0,6  Pr  2500
El coeficiente  L va a ser la corrección del tramo inicial y va a depender de los valores l d .
Estos valores se exponen en la tabla 6.1.b.
Petukhov y Kirilov desarrollaron una ecuación que da resultados más precisos que todas las
expresiones formuladas anteriormente, la cual se expresa de la forma siguiente:
 f 
   Re Pr 
 
Nu  
8
   P  F   ; C  1,07  900  0,63
N
(6.1.c.3)
 C  12,7 f  Pr 3  1
2
 Re 1  10 Pr 

 8  



N  0,11 para calentamiento y N  0,25 para enfriamiento
190
f es el factor de fricción.
La expresión (6.1.c.3) va a ser válida para:
10 4  Re  5 10 6 ; 0,5  Pr  2000 ; 0,025  P  F   12,5
El factor de fricción en la expresión (6.1.c.3) se va a calcular por la ecuación de Filonenko, la
cual queda así:

f  1,821 Log Re  1,64


2
(6.1.c.4)

Tabla 6.1.b Coeficiente de efecto de entrada en la ecuación de Mijeev (6.1.c.3)


L/d
Re
1 2 5 10 15 20 30 40  50
1 104 1,65 1,5 1,34 1,23 1,17 1,13 1,07 1,03 1
2  104 1,51 1,4 1,27 1,18 1,13 1,1 1,05 1,02 1
5  10 4 1.34 1,27 1,18 1,13 1,1 1,08 1,04 1,02 1
1 105 1.28 1,22 1,15 1,1 1,08 1,06 1,03 1,02 1
5  105 1,22 1,18 1,14 1,08 1,06 1,05 1,03 1,02 1
1106 1,15 1,14 1,08 1,06 1,05 1,04 1,03 1,02 1

Posteriormente Petukhov y Popov modificaron la ecuación (6.1.c.3) haciendo constante el valor


del coeficiente C  1,07 . Esta última versión de la ecuación es la más difundida en la literatura.
La ecuación de Petukhov permite calcular la emisión calorífica con un elevado grado de
precisión y aportando solamente un error del 6% para los valores de Pr < 200 y un error del
orden del 10% para los valores de 2 102  Pr  2 103 . Esta ecuación a pesar de su complejidad
a la hora de resolverse por los métodos tradicionales de aproximaciones sucesivas, es
recomendada por autores de prestigio y en la aplastante mayoría de la literatura disponible.
La ecuación de Petukhov fue modificada por Gnielinsky obteniendo una ecuación que permite
también tratar la zona de transición, la cual puede resumirse de la siguiente forma:
 f 
  Re 1000 Pr N

 8  P  
Nu      (6.1.c.5)
 1  12,7 f  2
    
 Pr 3  1 F
 8  
  
N  0,11 para calentamiento y N  0,25 para enfriamiento
La expresión (6.1.c.5) va a ser válida para:
3000  Re  5 106 ; 0,5  Pr  2000 ; 0,025   P  F   12,5
f es el factor de fricción y se determina mediante el empleo de la ecuación (6.1.c.4)

191
Otra expresión que facilita una buena aproximación es la ecuación de Sandall et al., la cual
arroja muy buenos resultados para líquidos de mediana viscosidad (por ejemplo el agua) con un
error medio del 8%. Esta viene dada por la siguiente correlación:
 f 
 Re Pr N 
 8   
Nu    P  (6.1.c.6)
 12,48 Pr  7,853 Pr  3,613LnPr   5,8  C 
2 3 1 3 
  F  
 
Donde :
 f 
C  2,78Ln  Re 45  (6.1.c.6.1)
 8 
La expresión (6.1.c.6) va a ser válida para:
10 4  Re  5 10 6 ; 0,5  Pr  2000 ; 0,025   P  F   12,5
En recientes investigaciones, el autor desarrolló un nuevo modelo1 que permite obtener los
valores peliculares de transferencia de calor, válido para el régimen de flujo turbulento y de
transición, siendo el mismo aplicable a sistemas de corrientes desarrollados y no desarrollados.
El procedimiento propuesto queda descrito por la siguiente correlación.

Nu 
Re 10 D Pr
d    d 2 / 3 
 1       P  F N (6.1.c.7)

A  B 2  C  B 1  Pr 2 / 3   l 
 
Los valores numéricos de las constantes antes empleadas se muestran en la tabla 6.1.c
Mediante su implementación se obtienen resultados de un alto grado de confiabilidad. Esto pudo
ser corroborado por parte del autor al disponer de una base de datos experimentales para la
obtención y validación del modelo con una cantidad igual a 17 628 muestras. Los errores
obtenidos mediante su uso e implementación se describen a continuación en la tabla 6.1.d
Los valores de N dependen del tipo de proceso a que se encuentre sometida la corriente fluida.
N  0,11 (calentamiento) ; N  0,25 (enfriamiento)
Esta relación es justa para los siguientes intervalos de valores:
l
2,4  103  Red  8,2  106 ; 0,65  Pr  4,71104 ; 2     420 ; 0,006   F  P   177
d 
Como se aprecia en la tabla 6.1.d, el empleo de la expresión (6.1.c.7) proporcionará siempre un
pequeño margen de errores medios, Por lo que se recomienda su uso a pesar su complejidad
matemática.

1
Camaraza-Medina, Y., et al. (2017). Abstract of heat transfer coefficient modelation in single-phase systems inside
pipes, Mathematical Modelling of Engineering Problems, 4(3), 126-131.

192
Tabla 6.1.c Valores de las constantes empleadas en la ecuación (6.1.c.7)
Re A B C D
2,4  103  Red  104 75,44 104  0,0272 Y   0,2006 Y   2,6322
2

 Re 0,56 
Log   d  Y   Log Re
 3,196 
104  Red  8,2  106 90,415 116,74 0

Para el caso de conductos con un grado de curvatura pronunciado las ecuaciones dadas
anteriormente para la determinación del número de Nu , o sea, desde la (6.1.b.8) hasta la
(6.1.c.7), no son aplicables. La presión que se ejerce sobre la sección transversal de paso de un
conducto serpentín tubular no es constante debido a la acción de las fuerzas de inercia, que en
las zonas periféricas son, relativamente, poco importantes pues el medio que desliza se adhiere
más o menos a la pared del tubo.

Tabla 6.1.d Margen de error en que se incurre mediante el uso de la ecuación2 (6.1.c.7)
Re Pr  P  M  Error (%)
2,4 ∙ 10 10 0,65 Pr 10 0,006 ⁄ 12,42 6,18%
2,4 ∙ 10 10 0,65 Pr 2 ∙ 10 0,006 ⁄ 18,35 6,96%
2,4 ∙ 10 10 0.65 Pr 2 ∙ 10 0,006 ⁄ 22,2 8,74%
2,4 ∙ 10 10 0,65 Pr 8,1 ∙ 10 0,006 ⁄ 34,16 9,96%
2,4 ∙ 10 10 0,65 Pr 1,2 ∙ 10 0,006 ⁄ 62,2 10,74%
2,4 ∙ 10 10 0,65 Pr 2,24 ∙ 10 0,006 ⁄ 105 12,18%
2,4 ∙ 10 10 0,65 Pr 4,71 ∙ 10 0,006 ⁄ 177 13,91%
10 8,2 ∙ 10 0,65 Pr 10 0,006 ⁄ 12,42 6,24%
10 8,2 ∙ 10 0,65 Pr 2 ∙ 10 0,006 ⁄ 18,35 7,12%
10 8,2 ∙ 10 0.65 Pr 2 ∙ 10 0,006 ⁄ 22,2 8,31%
10 8,2 ∙ 10 0,65 Pr 8,1 ∙ 10 0,006 ⁄ 34,16 10,17%
10 8,2 ∙ 10 0,65 Pr 1,2 ∙ 10 0,006 ⁄ 62,2 11,23%
10 8,2 ∙ 10 0,65 Pr 2,24 ∙ 10 0,006 ⁄ 105 13,37%
10 8,2 ∙ 10 0,65 Pr 4,71 ∙ 10 0,006 ⁄ 177 13,96%

Las partículas en movimiento en esta zona están sometidas a las fuerzas del campo de presión en
la sección perpendicular a la dirección del flujo principal, que origina la formación de un
desplazamiento secundario, en el serpentín. Como consecuencia de este movimiento secundario,

2
Camaraza-Medina, Y., et al. (2019). New model for heat transfer calculation during fluid flow in single phase
inside pipes, Thermal Science and Engineering Progress, 11, 162-166.
3
Camaraza-Medina, Y., et al. (2019). Suggested model for heat transfer calculation during fluid flow in single
phase inside pipes (II), International Journal of Heat and Technology, 37(1), 257-266.
193
la transmisión de calor en un serpentín tubular mejora el coeficiente de transmisión de calor por
convección vendrá dado ahora por la siguiente ecuación correctiva:
 R  1  1,8 d R  (6.1.c.8)
El valor de este coeficiente de corrección se multiplica por el coeficiente pelicular de
transferencia de calor obtenido para la tubería como si esta fuera recta y proporciona entonces el
coeficiente definitivo para la tubería curva.
Como fue explicado anteriormente, el período de uso incrementa notablemente la rugosidad de
la superficie de los conductos y por lo tanto, hace aún más difícil de predecir el factor de
fricción y por ende, reduce el grado de precisión en los resultados obtenidos a la hora de calcular
el coeficiente pelicular de transferencia de calor. Tras una revisión exhaustiva de la literatura
disponible3, se logró compilar un grupo de expresiones empíricas para el cálculo del número de
Nu , las cuales viene resumidas en la tabla 6.1.e.
Una ecuación válida para cualquier tamaño de grano de arena e es la expresión de Whitaker, la
cual viene dada por:
f
Re Pr
Nu  8 (6.1.d.4.a)
0,9 
8
f
  
0,55 e Pr 2 3  1  1,85 
El número de Stanton medio en (6.1.d.4.a) viene dado por:

1
L

St   St X dx  (6.1.d.4.b)
L0 CpV
La ecuación (6.1.d.4.a) al poseer un amplio espectro de aplicabilidad, goza de popularidad en la
literatura disponible. Sin embargo, posee una limitante de peso, al correlacionar con un error
medio del orden de  35% con los datos experimentales disponibles para tubos nuevos. Para el
caso de tubos usados, este valor de error puede alcanzar hasta  80% .
Los valores obtenidos con el empleo de las ecuaciones dadas en la tabla 6.1.e pueden contener
errores del orden  40% en muchos casos, sobre todo en sistemas de conducción con alto grado
de envejecimiento o de acumulación de sedimentos. De todas las expresiones tratadas acá, la
más aconsejable para su empleo es la ecuación (6.1.d.4), la cual usada de forma racional y
adecuada puede arrojar resultados aceptables con  15 % de error máximo. En todas las
ecuaciones de la tabla 6.1.e el factor de fricción se determina mediante el empleo de la ecuación
(8.1.u.5). En la literatura especializada se trata exhaustivamente este tipo de problemáticas y
existen muchas correlaciones empíricas de utilidad a tal efecto.

194
A la ecuación (6.1.d.4) se le puede aplicar una corrección, la cual permite ampliar su campo de
utilidad a conductos con años de explotación, o con presencia de sedimentos e incrustaciones, la
única dificultad en este caso sería la identificación del grano de arena equivalente a emplear,
para lo cual sería necesario efectuar pruebas de campo para determinar cantidades de caídas de
presión en intervalos y obtener una media de la aspereza relativa de la pared de la conducción.
Este método puede introducir errores del orden de hasta un  55% , sin embargo es
recomendado por la literatura especializada como una solución rápida y medianamente confiable
a utilizar ante problemas que no estén incluidos en el rango de aplicabilidad de la ecuación
(6.1.d.4).
Esta corrección viene dada por la siguiente expresión:

 e d 0,1 
0 , 25
3000 
Nu  Nu0 1  16 
0,68  0,81  (6.1.d.5)
 Pr  Re 

En la expresión (6.1.d.5) se cumple que:


Nu  es el número de Nusselt calculado para conductos rugosos con alta deposición de

sedimentos, y con tiempo elevado de uso.


Nu0 es el número de Nusselt calculado mediante el empleo de la relación (6.1.d.4)

6.4 Correlaciones para la convección forzada en placas

1- Flujo laminar
Para flujo laminar sobre una placa horizontal el número de Nu local se verifica para Re  5  105
, siendo calculado el mismo mediante la expresión de Pohlhausen, la cual viene dada por:
x
Nu   0,332 Re Pr 1 3 (6.1.d.6)

La expresión (6.1.d.6) es justa para los siguientes intervalos de valores:
Re  5  105 ; 0,1  Pr  103
El número de Nu medio para la longitud L y flujo laminar es:
L
Nu   0,664 Re Pr1 3 (6.1.d.7)

La expresión (6.1.d.7) es justa para los siguientes intervalos de valores:
103  Re  5  105 ; Pr  0,5
La expresión (6.1.d.7) fue comprobada experimentalmente, siendo determinado que los valores
obtenidos con su aplicación correlacionan con  2% de error medio en el 94,1% de los datos

195
experimentales disponibles. Por tal motivo, en la literatura especializada se considera a esta
expresión como exacta, debido a su alto índice de correlación mostrado.
Una expresión apropiada para flujo laminar de metales líquidos sobre una placa horizontal,
(posee índices de correlación muy similares a los mostrados por la ecuación (6.1.d.7)), es la
siguiente:
L
Nu   1,128 Re Pr 1 3 (6.1.d.8)

La expresión (6.1.d.8) es justa para 103  Re  5  105
Para un flujo laminar totalmente desarrollado entre placas planas paralelas, El número de Nu
medio para el flujo entre dos placas isotérmicas paralelas de longitud L viene dado por:
d equiv
0,03 Reequiv Pr
Nuequiv  7,54  L (6.1.d.9)
23
 d equiv 
1  0,016  Reequiv Pr 
 L 
En la ecuación (6.1.d.9) se cumple que:
d equiv  4d H  2 Z

Siendo Z la separación entre las placas


El coeficiente de fricción de Darcy será f  96 Re equiv

La expresión (6.1.d.9) es justa para Reequiv  2800

1- Flujo turbulento
En el flujo turbulento sobre la placa plana horizontal con valores del número de Re  5  105
existen una porción de la placa cercana al borde de ataque en la que el flujo es laminar, pasando
a flujo turbulento a continuación.
Las correlaciones para el cálculo del número de Stanton local se pueden obtener a partir de la
siguiente expresión:

CX 5 105  Re  107 ; St Pr 2 3  0,0296 Re 0, 2


St Pr 23
 para 7 (6.1.e)
10  Re  10 ; St Pr  0,185Log Re
 2 , 584
2 9 23

En la ecuación (6.1.e) las propiedades del fluido se evalúan a la temperatura media de la


película.

5 10  Re  10 ; St Pr  0,0296 Re


5 7 23 0 , 2
CX
St Pr 23
 para 7 (6.1.e.1)
2 10  Re  109 ; St Pr 2 3  0,185Log Re2,584

196
Tabla 6.1.e Correlaciones para el cálculo del número de Nusselt en tubos rugosos
Autor Correlación Indicaciones y rango de validez
Re Pr f 8
Nu   P M 0,14
Martinelli 
5 Pr  Ln 1  5 Pr   0,5 Ln Re f 8 60  10 4  Re  5 10 6 ; 0,5  Pr  2000 ; e d  10 5

(6.1.c.9)
0,025   P  M   12,5 (error medio  40% )

f
Re Pr 10 4  Re  5 10 6 (aplicable solamente a aire)
Nu  8 (6.1.d)
Nunner  f  f se determina mediante la ecuación de Filonenko (6.1.c.4)
1  1,5 Re 0,125 Pr 1 6 Pr  1
 fT  f T se determina mediante la ecuación de Colebrook (2.1.a.7)

f 10 4  Re  5 10 4 ; 1,2  Pr  5,94 ; 0,0024  e  0,049


Re Pr d
Nu  8  P  M  0,14 (6.1.d.1)
1  f 8A  B   5    Re
e f
d 8
Dipprey- B  5,5  Ln    Para 0    3 A  17,278  0,478  0,0131 2  0,000105 3  Para 5    70
Sabersky B  7,3  0,318    Para 3    7
A  16,342  0,002  Para 70  
B  9,52  Para 7    14
B  9,78  0,0186    Para 14    70
B  8,48  Para 70  

 0,44 0,7 
   P  M 
0,14
Nu  0,0471 Re f Pr 1,11  3  16
Kawase  Pr Pr  5000  Re  5 105 ; 5,1  Pr  390 ; 0,0024  e  0,016
d
(6.1.d.2)

197
Tabla 6.1.e Correlaciones para el cálculo del número de Nusselt en tubos rugosos. (Cont)

Re  10 4 ; 0,6  Pr  10 ; 0,002  e  0,05


d
f
Bhatti and Re Pr e f
8   5    Re
Nu  (6.1.d.3) d 8
Shah 
1  f 8  4,5 0, 2 Pr  8,48  Con el uso de esta ecuación el error medio obtenido en el cálculo del
coeficiente pelicular de transferencia de calor es del orden  10%
f
Re 1000 Pr Re  2300 ; 0,6  Pr  5000 ; 0,0001  e  0,05
Nu  8 (6.1.d.4) d

Bhatti and
1 
f 8 17,42  13,77 PrT
0 ,8
 0, 2
Pr  8,48    5    Re
e f
d 8
Shah PrT  1,01  0,09 Pr 0,36  Para 0,6  Pr  145
Con el uso de esta ecuación el error medio obtenido en el cálculo del
PrT  1,01  0,11Ln Pr   Para 145  Pr  1800
coeficiente pelicular de transferencia de calor es del orden  15%
PrT  0,99  0,29 Ln Pr   Para 1800  Pr  5000
f  Re 10 D Pr
Nu  P M  N (6.1.d.4.a)
8  1,265  E B  576 f
0 ,8
Re  2300 ; 0,6  Pr  45000 ; 0,00005  e  0,05
d
B  31,635  Re e d   f 0,6  Pr
0, 2
e f
  5    Re
Camaraza1 D   0,76 ln  f   2,43  f 0 ,15 d 8

 
E  0,84  0,11 log Pr  Pr 0,021  Para 0,6  Pr  140
2
Con el uso de esta ecuación, el error medio obtenido en el cálculo
del coeficiente medio de transferencia de calor es del orden  18%
E  2,7  0,36 logPr  Pr 0, 27  Para 140  Pr  1700
El factor de fricción f se determina mediante la ecuación (3.1.a.3.1)

E  3,32  1,5  log Pr 
0, 22
 Pr 0, 26
 Para 1700  Pr  45000

1
Camaraza-Medina, Y., et al. (2019). Method for heat transfer calculation on fluid flow in single-phase inside rough pipes, Thermal Science and Engineering Progress, 15, 124-
136.
198
Cuando se cumpla que Re  ReCrit , o sea para los valores de Re  5  105 es aplicable la ecuación

de Whitaker, la cual viene dada por:


Nu  0,029 Re0X,8 Pr0,43 (6.1.e.2)
La expresión (6.1.e.2) es aplicable para los siguientes intervalos de valores:
5 105  ReX  3 107 ; 0,7  Pr  400
El número de Nu medio viene dado igualmente por la siguiente correlación:

Nu  0,036Re 0L,8  9200Pr 0, 43  F  P 


0 , 25
(6.1.e.3)
La expresión (6.1.e.3) es aplicable para los siguientes intervalos de valores:
2  105  Re  5,5  106 ; 0,7  Pr  380 ; 0,26   F  P  3,5
La ecuación (6.1.e.3) se puede emplear siempre que la turbulencia sea pequeña. Las propiedades
del fluido se evalúan a la temperatura media del fluido TF , excepto  P la cual se evalúa la
temperatura de la pared. Para el caso de gases las propiedades del fluido se evalúan a la
temperatura de película. En el caso de que la turbulencia fuese elevada se puede eliminar el
sumando 9200 obteniéndose resultados bastantes razonables para las aplicaciones en ingeniería.
Otra expresión del número de Nu medio para la longitud L viene dada por:
  Re 
0 ,8
 5  105  Re  3  107
Nu L  0,664 ReC Pr  0,036 Re
13 0 ,8
L Pr 0, 43
1   C   para 
  Re L   0,7  Pr  400
(6.1.e.4)
El coeficiente de arrastre viene dado por la expresión:
1,328 Recrit 0,523 Re 0,523
CX    Crit (6.1.e.5)
Recrit Re L Ln0,06 Re L  Re L Ln0,06 Re L 2
2

En la expresión (6.1.e.5) se cumple que ReCrit  ReL  109

La ecuación (6.1.e.4) se puede reducir a dos relaciones para tener en cuenta de forma
independiente el coeficiente local de traspaso de calor para la porción de la longitud de la placa
bajo el efecto de flujo laminar y la otra porción bajo los efectos de flujo turbulento, estas
relaciones vienen dadas por:
Re  5  105
Laminar NuL  0,664 ReC Pr1 3 para  (6.1.e.4.a)
0,7  Pr  60
5  105  Re  107
Turbulento NuL  0,037 Re Re 0 ,8
L
13
para  (6.1.e.4.b)
0,7  Pr  60

199
En algunos casos una placa plana es suficientemente larga como para que el flujo se vuelva
turbulento, pero no lo suficiente como para descartar la región del flujo laminar. En esos casos,
el coeficiente de transferencia de calor promedio sobre la placa completa se determina al realizar
la integración dada más adelante en la expresión (6.1.f.2.a), reduciéndose de esta forma las
ecuaciones (6.1.e.4.a) y (6.1.e.4.b) como una suma integral a la ecuación (6.1.e.4)
En el caso de una placa plana totalmente rugosa, en el análisis de formación de la capa límite
turbulenta sobre la misma se hace necesario definir un tamaño adimensional e* del grano de
arena en función de la rugosidad absoluta e en la forma:
G
e
 CX
e 
*
(6.1.e.6)
 2
Para la aplicación de la ecuación (6.1.e.6) es necesario definir la formulación del coeficiente de
arrastre local C X , así como aclarar que la variable G es el gasto másico de fluido.

Si se pretende determinar el coeficiente local de arrastre C X que se aplica en la ecuación


(6.1.e.6) se aplica la siguiente relación:
2, 46
  x 
C X   3,476  0,707Ln    (6.1.e.7)
  e 
La ecuación (6.1.e.7) es válida para las siguientes condiciones:
150  x e  1,5  107 ; e *  60
Si se pretende determinar el coeficiente longitudinal de arrastre C L que se puede aplicar en la
ecuación (6.1.e.6) se aplica la siguiente relación:
2 ,57
  L 
CL   2,635  0,618Ln    (6.1.e.8)
  e 
La ecuación (6.1.e.8) es válida para las siguientes condiciones:
L
150   1,5  107 ; e *  60
e
Al igual que en el interior de conductos, en flujo externo sobre placas planas existe el criterio
que permite definir el tipo de régimen de flujo sobre la conducción, en este caso queda definido
por el siguiente criterio
0  e*  5 . . . . . . . . . . . . . . . . . . Liso
5  e *  60 . . . . . . . . . . . . . . . . Transición
60  e* . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rugoso
El número de Stanton local viene dado por:

200
1 CX
St X  (6.1.e.9)
2
0,9 
CX
2

f e* , Pr   7,65 
*
 
En la ecuación (6.1.e.9) la función f e , Pr depende de la rugosidad presentando diversas
formas, tal como se indica a continuación:
 f e* , Pr   4,8e*  0,2 Pr 0,44 para 1  Pr  6
 * (6.1.f)
 f e , Pr   4,8e*  Pr 0,57 para 0,7  Pr  40
0, 28

Si se desea una expresión más general pero con un margen de error mayor, se puede emplear la
siguiente ecuación:

f e * , Pr   0,55 e * Pr 2 3  1  9,5 para Pr  0,6 (6.1.f.1)


Finalmente el número de Stanton medio viene dado por la siguiente expresión:


L
1
St X   St X dx  (6.1.f.2)
L0 CpV
O lo que es idénticamente igual

1 
X Crit L
    Lam dx   Turbdx  (6.1.f.2.a)
L  0 X Crit


En la expresión (6.1.f.2.a) Lam y Turb , son los coeficientes peliculares para la zona de flujo

laminar y turbulento respectivamente.


Finalmente resultaría conveniente tener una sola correlación que se aplique a todos los fluidos,
incluidos los metales líquidos. Esto es posible mediante el empleo de la ecuación de Churchill-
Ozoe, la cual viene descrita por la siguiente expresión:

x 0,387 Pr 1 3 Re X
Nu X   (6.1.f.2.b)
   0,0468  2 3  0, 25
1    
  Pr  

La ecuación (6.1.f.2.b) posee un error medio de un 1% y es válida en los siguientes intervalos de


valores.
3,6 103  Re  3 109 ; 0,004  Pr

6.5 Correlaciones para la convección libre (natural).

La complejidad de la mayoría de los casos en los que interviene la transferencia de calor por
convección, hace imposible un análisis exacto, teniéndose que recurrir a correlaciones de datos
experimentales; para una situación particular pueden existir diversas correlaciones procedentes
201
de distintos grupos de investigación; además, con el paso del tiempo, determinadas
correlaciones antiguas se pueden sustituir por otras más modernas y exactas, de forma que al
final, los coeficientes de transferencia de calor calculados a partir de correlaciones distintas no
son iguales, y pueden diferir, en general, en más de un  20 % , aunque en circunstancias
complicadas las discrepancias pueden ser mayores. En la convección natural, el fluido próximo
a la pared se mueve bajo la influencia de fuerzas de empuje originadas por la acción conjunta de
los cambios en su densidad y el campo gravitatorio terrestre lo que complejiza aún más el
análisis. Acá se mostrarán las ecuaciones de mayor difusión en el campo de acción.

Correlaciones analíticas para la convección natural en placa plana vertical

Uno de los problemas más simples y comunes de convección natural acontece cuando una
superficie vertical se somete a un enfriamiento o a un calentamiento mediante un fluido. Por
comodidad supondremos que las capas límite térmica e hidrodinámica coinciden Pr  1 ; en
principio, la capa límite es laminar, pero a una cierta distancia del borde, y dependiendo de las
propiedades del fluido y del gradiente térmico, puede suceder la transición a régimen turbulento,

lo cual ocurre cuando Gr Pr  10 , el número de Grashoff fue visto anteriormente y quedó
9

representado mediante la ecuación (5.1.j.2).


Dado que la convección natural es consecuencia de una variación de la densidad, el flujo
correspondiente es un flujo compresible; pero, como la diferencia de temperaturas entre la pared
y el fluido es pequeña, se puede hacer un análisis, tanto de las componentes de la velocidad
VX  x, y  , VY  x, y  , así como la temperatura en ambos ejes coordenados, o sea T  x , y  ,
considerando la densidad como constante, excepto en el término g en el cual la densidad debe
considerarse como una función de la temperatura, ya que la variación de la densidad en este
término es el causante de la fuerza ascensional correspondiente.
La tercera ecuación de Navier Stokes viene dada por la relación (5.1.c.9), la cual proporciona
que:

VX  V V V  p   2V  2VX  2VX 


   VX X  VY X  VZ X   g X     2X   2 
  x y z  x  x y 2 z 
Dividiendo el término derecho e izquierdo por la densidad se arriba a:

VX  VX V V  1 p   2V  2VX  2VX 


 VX  VY X  VZ X   g X     2X   2 
  x y z   x  x y 2 z 
O lo que es equivalentemente igual tras agrupar términos semejantes y aplicar propiedades
matemáticas:

202
1 dp  V X V X V X  dV
 V X  VY  VZ    g X  X  V
 dx  x y z  d
(6.1.f.3)
  2V  2V X  2V X 
V   2X   
 x y 2 z 2 
Multiplicando ambos miembros de la ecuación (6.1.f.3) por la densidad se arriba a:
dp  V X V X V  dV
 V X  VY  VZ X    g X   X  V (6.1.f.4)
dx  x y z  d
Como el flujo posee un carácter bifásico los términos correspondientes al eje Z se hacen cero,
así como el movimiento en el eje coordenado x, o sea en las proximidades de la pared (fue visto
anteriormente en la sección dedicada al análisis de la teoría de capa límite que  2V X x 2  0 ).
Despejando en (6.1.f.4) los términos de las velocidades en el miembro izquierdo y aplicando las
restricciones mencionadas anteriormente se arriba a:
 V X V X  p  2V X
 VX  VY     g X   (6.1.f.5)
 x y  x y 2
Del análisis de la ecuación (6.1.f.5) se desprende que el gradiente de presiones a lo largo de la
placa vertical vendrá dado por:
p
  F g X
x
(6.1.f.6)
1
  F g X    g  dV X  V
 d

En la ecuación (6.1.f.6) el término  F es la densidad del fluido fuera de la capa límite


Como el fluido al calentarse o enfriarse modifica su densidad, en el intervalo de temperaturas
TF y TP , se tiene que:
g  F     g  F   1 (6.1.f.7)
En la ecuación (6.1.f.7) se cumple que:
 F es la densidad del fluido a la temperatura TF , o sea a la temperatura media del fluido
 es la densidad del fluido a la temperatura TP , o sea, la temperatura en el interior de la capa
límite en la zona de contacto con la pared.
De acuerdo a la ecuación (5.1.a.5) la variación del volumen específico de un fluido bajo el
efecto de la convección libre viene dado por:
v  vF 1   T  T 
Teniendo en cuenta que el volumen específico y la densidad se relacionan como v  1  ,
sustituyendo en (9.1.a.5) y agrupando convenientemente se llega a:

203
F
 1   T  T 

O lo que es igual
F
 1   T  T  (6.1.f.8)

Multiplicando ambos términos de (6.1.f.8) por g , se arriba a:

 F 
g   1  g  T  T  (6.1.f.9)
  
La expresión (6.1.f.9) es muy útil en la reducción de las ecuaciones diferenciales de la
convección, (ecuaciones de momento, energía y continuidad,) para ser aplicadas a casos
concretos de convección libre. Más detalles al respecto de su aplicación y las técnicas de
reducción empleadas puede ser consultado en tres obras de alto valor científico y metodológico,
la primera es Natural Convection Heat Transfer From Isothermal Horizontal Plates of Different
Shapes de M. Al-Arabi et al, el segundo trabajo es Pereshenie estestennogo tepla iz
gorizontallnij znachkob s razlichnoiin configuratsienni (en ruso) de N. V. Kunetskov y el
tercero, la magistral obra Natürliche konvecktion hitze übertragung für hobel teller, de I. V.
Shenkuvk

6.5.1 Solución integral en pared isoterma

La solución integral en una pared isoterma viene explicada en lujo de detalles en la obra
Handbook of heat transfer (p.456-460), de A. Bejan. La ecuación integral del momento de la
cantidad de movimiento de la capa límite viene dada por:
 
  2VX
 
x 0 0 
V 2
X dy  g T  T dy    Y 0 (6.1.g)
y 2

En la ecuación (6.1.g) se ha supuesto que los espesores de las capas límite e hidrodinámica son
iguales.
La ecuación integral de la energía en la capa límite viene dada por:


 T  T V X dy   T  Y 0 (6.1.g.1)
x 0 y

Y los perfiles de velocidades y de temperaturas, vendrán descritos entonces por:


2 2
VX Y  Y  T  TF  Y 
 1   ;   1   (6.1.g.2)
VY     TP  TF   
En la ecuación (6.1.g.2) Y es una velocidad ficticia función de x .

204
Las variables Y y  , empleadas en la ecuación (6.1.g.2), se pueden representar como una
función potencial dada por la siguiente correlación:
Y  C1 x a ;   C2 xb (6.1.g.3)
Haciendo a  0,5 y b  0,25 en (6.1.g.3)
Las ecuaciones de momento y de energía pueden ser integradas de acuerdo al procedimiento
siguiente:
La ecuación de momento fue deducido en (6.1.f.5) que toma la forma siguiente:
 V X V X  p  2V X
 VX  VY     g X  
 x y  x y 2
Si se divide por la densidad en ambos términos de la ecuación (6.1.f.5) y posteriormente se
sustituye la ecuación (6.1.f.9) en ella, se arriba a:
V X V X  2V X
VX  VY  g T  TF    (6.1.g.3.1)
x y y 2
Teniendo en cuenta los perfiles de velocidades y de temperaturas dados en (6.1.g.2), se puede
integrar las ecuaciones de momento y de energía, obteniéndose entonces:
1  2
105 x
Y    g TP  TF   
1
3
Y
g
(Ecuación de momento) (6.1.g.4)

2
TP  TF   1
TP  TF   Y  (Ecuación de energía) (6.1.g.5)
 30 x
Teniendo en cuenta lo declarado en (6.1.g.3), sustituyéndolo en las ecuaciones (6.1.g.4) y
(6.1.g.5), estas últimas se reducen a:
 0,952  Pr
 3,934 (6.1.g.6)
x Gr Pr 2

 Gr
Y  5,17 (6.1.g.7)
x 0,952  Pr
Combinando la ley de Fourier y la ley de enfriamiento de Newton se tiene que:
2
Q
 
T
 y 0   TP  TF   TP  TF  ;   2 (6.1.g.8)
F y  
Por lo tanto, combinando las expresiones desde la (6.1.g.6) hasta la (6.1.g.8), se llega a:

Gr Pr 2 4 NuX
NuX  0,5084 ; Nu  ; Gr Pr  109 (6.1.g.9)
0,952  Pr 3

Para valores de Gr Pr  109 el régimen comienza a ser turbulento, por lo que la relación (6.1.g.9)
no es válida y se hace necesario entonces suponer un perfil de velocidades. Siguiendo el criterio

205
empírico de la raíz séptima, muy conocido en los cursos de mecánica de fluidos, se toma m  7 ,
por lo tanto el número de Nusselt local NuX vendrá dado por:
25
 Gr Pr 
76

NuX  0,0295  ; Gr Pr  109 (6.1.h)


 1  0,494 Pr 2 3 
 
Más detalles de la solución integral en la pared isoterma pueden ser consultados en la literatura
especializada.

6.6 Placas isotérmicas

El reconocido autor Pohlhausen3, considera que los perfiles de velocidades y temperaturas en la


convección natural presentan propiedades similares, en forma análoga las observadas por
Blasius para la convección forzada, de forma que:
2
Y Gr T  TF  Y 
 4 X ;   1   (6.1.h.1)
x 4 TP  TF   
La distribución de temperaturas permite determinar el flujo de calor local de la forma:

Q T  Gr d
   Y 0   TP  TF 4 X  0   TP  TF  (6.1.h.2)
F y x 4 d
Obteniéndose el número de Nusselt local NuX a partir del empleo de la expresión (6.1.h.2), el
cual viene dado por:
GrX
Nu X  f Pr  4 (6.1.h.3)
4
Los valores del término f Pr  presentes en la ecuación (6.1.h.3) se muestran resumidos en la
tabla 6.1.e

Tabla 6.1.e Término f Pr  presente en la ecuación (6.1.h.3) en función del número de Pr
Pr 0,01 0,72 0,733 1 2 10 100 1000
f Pr  0,0812 0,5046 0,508 0,5671 0,7165 1,1694 2,191 3,966

El número medio de Nusselt vendrá dado entonces por:


4 GrX
Nu  f Pr 4 (6.1.h.4)
3 4

3
Zur näherungsweisen Integration der Differentialgleichung der laminaren Grenzschicht. ZAMM. Zangew. Math.
Mech., Bd. 1, 252–268. [173, 200], 1921
206
El número medio de Nusselt calculado mediante la expresión (6.1.h.4) es válido para

convección forzada en régimen laminar, en el intervalo 10  Gr Pr  10 con propiedades del
4 9

fluido constantes, excepto la densidad; las propiedades se evalúan a la temperatura de referencia,


de la forma:
Tref  TP  0,38TF  TP  (6.1.h.5)

6.6.1 Placas con flujo de calor constante

Las ecuaciones de continuidad, energía y cantidad de movimiento vistas anteriormente, o sea,


las ecuaciones (6.1.g.6) hasta la (6.1.g.8), son válidas para un flujo de calor uniforme Q F  cte
a lo largo de una placa.
Con esta condición, retomando la expresión (6.1.h.4) se tiene entonces:

GrX 4
Nu  F Pr 4 ; 0,95F Pr   f Pr  (6.1.h.6)
4 3
Los valores del término F Pr  presentes en la ecuación (6.1.h.6) se muestran resumidos en la
tabla 6.1.f

Tabla 6.1.f Término f Pr  presente en la ecuación (6.1.h.6) en función del número de Pr
Pr 0,01 1 10 100
f Pr  0,335 0,811 1,656 3,083

6.7 Correlaciones para convección libre en superficies cilíndricas y en placas.

Para la determinación de los coeficientes de transmisión de calor por convección natural, con
superficie isoterma a TP , en los casos de:
1- Pared vertical de altura L (sin definir el ancho)
35
2- Tubo vertical que cumpla con la condición d L 
4 GrL

3- Tubo horizontal de diámetro d


Se emplea una ecuación general de la forma dada en (5.1.a.8), o sea:
L
 C1 Gr Pr   C1 Ra 
N N
Nu  (5.1.a.8)

Los números adimensionales de Grashof y de Rayleigh vienen dados por las ecuaciones (1.1.j.2)
y (1.1.j.5) respectivamente, o sea:

207
gtL3
Gr  (1.1.j.2)
2
Ra  Gr Pr (1.1.j.5)
Las propiedades térmicas del fluido se toman a la temperatura media de la película a excepción
del coeficiente lineal de dilatación térmica  , el cual se toma a la temperatura del fluido TF
Como fue visto con anterioridad en la ecuación (5.1.a.6) el coeficiente  para el caso de un gas
ideal su valor se puede aproximar como el inverso de la temperatura termodinámica. Para el
caso del agua, el coeficiente  se puede determinar aproximadamente mediante la regla de

Pavlov, la cual establece que   17,4T 


0,83
106 , siendo T en oC.

6.7.1 Convección natural en cilindros horizontales

Uno de los primeros estudios (de la literatura conocida y disponible) sobre temas relacionados
con convección libre en cilindros horizontales, fue el efectuado por Ayrton and Kilgour en 1892,
publicada por su alumno Petavel en 1901, donde se emplea como base la ecuación (5.1.a.8) para
la formulación matemática del modelo a partir de las cantidades experimentales disponibles y
acumuladas por estos autores. Los valores de las constantes C1 y N para las ecuaciones de
Petavel et al se muestra en la tabla 6.1.g

Tabla 6.1.g Valores de las constantes C1 y N para la ecuación de Petavel et al (6.1.h.7)


Condición de transferencia C1 N

3  102  Gr Pr  3  102 1,05 0,14

3  102  Gr Pr  2  105 0,562 0,25

En la literatura conocida y disponible afloran más de un centenar de artículos y similares, desde


el trabajo de Petavel et al hasta la actualidad, en los cuales se proporcionan formulaciones para
la determinación del número de Nu , todas siguiendo como patrón la ecuación base arrojada por
el análisis dimensional y que fue discutida en (5.1.a.8). Acá se darán dos, debido a su mayor
difusión y aceptación, estas son las ecuaciones de McAdams y las ecuaciones de Zukauskas.
Ambas vienen resumidas en las tablas 6.1.h y 6.1.i
La ecuación de McAdams puede ser empleada en el cálculo del coeficiente medio de
transferencia de calor por convección libre en placas planas horizontales, obteniéndose
resultados satisfactorios con su empleo.

208
Tabla 6.1.h Valores de las constantes C1 y N presentes en la ecuación de McAdams (6.1.h.8)
Condición de transferencia C1 N

104  Gr Pr  109 0,53 0,25

109  Gr Pr  1012 0,13 0,33

Tabla 6.1.i Valores de las constantes C1 y N presentes en la ecuación de Zukauskas (6.1.h.9)


Condición de transferencia C1 N

103  Gr Pr  103 1,18 0,125

103  Gr Pr  108 0,5 0,25

McAdams recomienda un criterio de cálculo para la determinación del coeficiente medio de


película en placas planas expuestas a dos condiciones de temperaturas distintas, las cuales se
pueden agrupar en dos sistemas básicos, los cuales son:

1- Superficie superior de placas calientes o superficie inferior de una placa fría

Acá la transferencia de calor se determina igualmente por la ecuación (5.1.a.8), donde sus
coeficientes vienen dados en la tabla 6.1.i.1

Tabla 6.1.i.1 Constantes C1 y N presentes en la ecuación de McAdams-Levedev (6.1.h.9.a)


Condición de transferencia C1 N

2 104  Gr Pr  8 106 0,54 0,25

8 106  Gr Pr  1011 0,15 0,33

2- Superficie inferior de placas calientes o superficie superior de una placa fría

Acá la transferencia de calor se determina igualmente por la ecuación (5.1.a.8), donde sus
coeficientes vienen dados en la tabla 6.1.i.2

Tabla 6.1.i.2 Constantes C1 y N presentes en la ecuación de McAdams – Levedev (6.1.h.9.b)


Condición de transferencia C1 N

105  Gr Pr  1011 (McAdams) 0,27 0,25

105  Gr Pr  1011 (Levedev) 0,58 0,2

209
La ecuación de Churchill es una formulación más actual que las ecuaciones desde la (6.1.h.7) a
la (6.1.h.9). Su empleo, pesar de ser más compleja, resulta preferible por brindar valores más
precisos. Esta viene dada por la siguiente expresión:
2
 0,387  Gr Pr  
16
Nu   0,6   (6.1.i)

 
1  0,559 Pr  
9 16 8 27 

La ecuación (6.1.i) es válida para 1011  Gr Pr  1012 . Esta ecuación no es aplicable a placas
planas horizontales.

6.7.2 Convección natural en cilindros verticales.

La primera investigación sobre el tema, de la cual se tiene conocimiento, data del año 1922, en
la cual sus autores Griffiths y Davis, experimentaron con un cilindro vertical de 17,43 cm y una
longitud que variaron en los intervalos comprendidos entre 4,65 y 263,5 cm, lo cual proporciona
d
un rango de validez igual a 0,266   15,118 . Estos investigadores efectuaron un total de 167
L
mediciones, las cuales fueron correlacionadas a la curva exponencial dada por la expresión
(9.1.a.8). Los valores de las constantes C1 y N para las ecuaciones de Griffiths- Davis se
muestran en la tabla 6.1.j.

Tabla 6.1.i Valores de las constantes C1 y N presentes en la ecuación de Griffiths-Davis.


Condición de transferencia C1 N

107  Gr Pr  109 0,67 0,25

109  Gr Pr  1011 0,0782 0,357

Un criterio de amplia utilización y difusión, propuesto por R. Weise en el año 1936 y


posteriormente ampliado y respaldado experimentalmente por Sparrow et al en el año 1956, es
el que plantea que un cilindro vertical puede ser tratado como una placa vertical si cumple la
condición siguiente:
d 35
4 (6.1.i.1)
L GrL

En la expresión (6.1.i.1):
d es el diámetro del cilindro, en cm
L es la longitud del cilindro, en cm

210
Con el empleo del criterio (6.1.i.1) el error cometido al tratar un cilindro vertical como si fuese
una placa vertical nunca sobrepasa el 5%, razón aceptable en la precisión de los cálculos en
ingeniería.
Una expresión de amplia difusión para cilindros verticales en el ámbito de ingeniería es la
ecuación de Jakob, el cual generalizó los datos experimentales proporcionados por Weise,
Saunders, Sparrow y Morgan. Los valores de las constantes C1 y N para las ecuaciones de
Jakob se muestran en la tabla 6.1.k

Tabla 6.1.k Valores de las constantes C1 y N presentes en la ecuación de Jakob (6.1.i.2)


Condición de transferencia C1 N

104  Gr Pr  108 0,55 0,25

108  Gr Pr  1010 0,13 0,33

1010  Gr Pr  1013 0,021 0,4

La ecuación (6.1.i.2) puede ser extendida al cálculo de los coeficientes medios de transferencia
de calor por convección libre en placas planas verticales y que los resultados obtenidos serán
medianamente buenos, (  25% error medio)
Una expresión no tan conocida como la ecuación de Jakob, pero que arroja resultados numéricos
similares es la ecuación de Mijeev. Los valores de las constantes C1 y N para las ecuaciones de
Mijeev se muestran en la tabla 6.1.k.1

Tabla 6.1.k .1 Valores de las constantes C1 y N presentes en la ecuación de Mijeev (6.1.i.3)


Condición de transferencia C1 N

103  Gr Pr  109 (régimen laminar) 0,75 0,25

109  Gr Pr  1013 (régimen turbulento) 0,15 0,33

Cebeci amplió los trabajos de Sparrow, resolviendo numéricamente las ecuaciones de la capa
límite, empleando para ello un análisis bidimensional, mediante el método de las diferencias
finitas, sus resultados tabulados, fueron posteriormente correlacionados por Ostrach et al, tal
como sigue

0,75 Pr
Nu  Gr 0,25 (6.1.i.4)
0,609  1,221 Pr  1,238 Pr 
0, 25

211
d 35
La ecuación (6.1.i.4) es válida para cilindros verticales que cumplan la condición 
L 4 GrL

para 0,01  Pr  100 y Ra  109


Churchill retomó los trabajos de Cebeci y modificó la expresión (6.1.i.4), obteniendo una nueva
d 35
ecuación la cual es válida para cilindros verticales que cumplen la condición  ,
L 4 GrL

0,01  Pr  100 y Ra  10 . Esta ecuación viene dada por la siguiente expresión:


9

0,67 Ra L0, 25
Nu  0,68  49
(6.1.i.5)
  0,492  9 16 
1   
  Pr  
 
Varios autores, incluido su creador, afirman que el empleo de la ecuación (6.1.i.5) arroja buenos
resultados en el cálculo de los coeficientes locales de transferencia de calor por convección libre
en una placa plana vertical
Propiel, en el año 2008 retomo nuevamente los trabajos de Cebeci y propuso una ecuación la
cual es válida para placas planas verticales y cilindros verticales, cuyo error de cálculo no rebasa
 15% , esta expresión viene dada para un cilindro vertical por la siguiente expresión:
Nu  C1 Ra LN
2 3
L  L  L
C1  0,549  0,03454  0,0008772    8,855  10 6   (6.1.i.6)
d d  d 
2
L  L
N  0,25  0,00253  1,152  10 5  
d d 

La expresión (6.1.i.6) es válida para 0,7  Pr  100 y 1,5 10  RaL  1,110
4 9

y para el caso de la placa plana es representada por:


NuCV
Nu PV  C
 1024 
1  B   0, 25 
 Gr  d L 
0,20305
B  0,0571322  (6.1.i.7)
Pr 0,43
0,0004809
C  0,9165  0,0043 Pr  0,01333LnPr  
Pr
En la ecuación (6.1.i.7) NuCV es el número medio de Nusselt para el cilindro vertical

determinado en la ecuación (6.1.i.6) y NuPV es el número medio de Nusselt para la placa

vertical.

212
Propiel plantea adicionalmente que con el empleo de las ecuaciones (6.1.i.6) y (6.1.i.7), surge
una nueva condicionante dada por:
d b c
Gr 0,25 a  2
L Pr Pr (6.1.i.8)
a  11,474 b  48,92 c  0,006085

Cuando se cumpla la condicionante (6.1.i.8) el cilindro vertical puede ser tratado como una
placa vertical y el error cometido en la determinación del coeficiente medio de transferencia de
calor por convección libre no sobrepasará nunca el 3%
Day et al, correlacionaron en el año 2015 una expresión para cilindros verticales aplicable
solamente a flujo de aire, y cuyo empleo aportará valores inferiores al 5% de error. Esta
ecuación viene dada por:
para 0,1  L d  1
d
NuL  0,2165  0,5204Ra L0, 25  0,8473
L
(6.1.i.9)
para 2  L d  10
d
NuL  0,06211  0,5441Ra L0, 25  0,6123
L
La expresión (6.1.i.9) es válida para 10  RaL  10
2 9

Una última ecuación que da resultados aproximados es la relación de LeFevre-Ede, la cual viene
dada por:
0, 25
4  7Gr Pr 2  1088  1260 Pr L
NuL    (6.1.i.9.a)
3 100  105 Pr  2240  2205 Pr d

La expresión (6.1.i.9) es válida para 2 10  RaL  10


2 9

6.7.3 Convección natural en cilindros inclinados.

En la literatura consultada y conocida no existen muchos trabajos que aborden la transferencia


de calor por convección natural en cilindros inclinados, a pesar de que si existen cientos de
trabajos sobre el mismo proceder en cilindros horizontales o verticales. Una de las razones de
peso mayor en esta marcada diferencia lo constituye el hecho de que la transferencia de calor en
cilindros horizontales y verticales posee un carácter bidimensional, sin embargo, en un cilindro
inclinado, es necesario tener en cuenta la tercera dimensión, por lo que se convierte el estudio en
un problema tridimensional, con sus complejidades adicionales.
En la medida que aumenta el ángulo  , el coeficiente pelicular de transferencia de calor va
disminuyendo con respecto a un cilindro horizontal en igualdad de condiciones y dimensiones
213
Mediciones experimentales confirman que cuando 0o    45o el coeficiente de película
decrece aproximadamente en un 8%. A partir de 45o , en la medida que el cilindro se va
acercando a la posición de un cilindro vertical, el coeficiente pelicular de transferencia de calor
va disminuyendo rápidamente.
Un método de precisión media empleado durante muchas décadas, el cual es aplicable a
números de Rayleigh elevados Ra  109  , consiste en el hecho de que el número medio de Nu
para un cilindro inclinado puede ser determinado de forma aproximada empleando el valor de
Nu calculado para un cilindro horizontal, reemplazando en la ecuación el diámetro d por la
d
relación . A pesar de la simplicidad los resultados obtenidos a partir de esta simplificación
cos
serán medianamente aceptables y en muchos casos no se pueden tratar como regulares (  35 %
error medio)
La primera formulación sobre el tema de la cual se tiene conocimiento haya salido a la luz, fue
la ecuación de Oosthuizen, en el año 1974, la cual fue validada solamente para el aire como
agente de intercambio de calor. Esta viene dada por la siguiente expresión:
0,125
   
8

0, 25    
 Grd    1,31  
Nud  0,42   1   0, 25   (6.1.j)
 cos 
  
L  
  
   d tan    

La ecuación (6.1.j) es válida para:


L
8  16 ; 4  104  Grd  9  104 ; 0o    90o ; Pr  0,7
d
Una ecuación para cilindros inclinados que arroja resultados aceptables  25% es la atribuida a
Stewart, el cual determinó experimentalmente el número medio de Nu para cilindros inclinados
que cumplieran que 6  L d  12 . Esta ecuación viene dada por:

0 , 25 
 d 
0 , 25
d 
0 , 25

 0,53Ra d cos    0,55Ra d cos   
0 , 25
Nu d     (6.1.j.1)
 L cos   L 
Los resultados obtenidos con el uso de la ecuación (6.1.j.1) se sitúan entre los límites de la
correlación para un cilindro horizontal (6.1.h.8) dada por McAdams y la ecuación para cilindros
verticales (6.1.i.2) dada por Jakob. El rango de validez de de la expresión (6.1.j.1) es idéntico al
de la ecuación (6.1.h.8).
Una ecuación que da resultados medianamente buenos es la de Liu et al, la cual viene dada por
la ecuación (5.1.a.8), en la cual los coeficientes para esta se representan en la tabla 6.1.L
214
Tabla 6.1.L Valores de las constantes C1 y N presentes en la ecuación de Liu et al (6.1.j.2)

C1  0,5925  0,2278 10 2    0,1436 10 3    0,1877 10 5    0,986 10 8  


2 3 4

N  0,2295  0,1553 10 2    0,7396 10 4    0,1157 10 5    0,5783 10 8  


2 3 4

En los coeficientes dados en la tabla 6.1.L, la variable  es el ángulo de inclinación del cilindro
con respecto a la línea horizontal. La ecuación (6.1.j.2) posee el mismo rango de validez que la
ecuación (6.1.h.8)
Una última ecuación, y la cual es la preferible de todas las dadas acá, pues aporta valores
confiables del coeficiente medio de película, cuyo error no sobrepasa nunca el 20%, es la
ecuación de Kalendar, la cual viene dada por la siguiente expresión:
0,63
NuL  0,2 Ra L0, 2840,005sen 

d L Ra 0,25  0 , 59 (6.1.j.3)

En la ecuación (6.1.j.3) la variable  es el ángulo de inclinación del cilindro con respecto a la

línea vertical. La expresión (6.1.j.3) es válida para 0,7  Pr  100 y 1,5 10  RaL  1,110
4 11

Para una discusión ampliada de otras formulaciones experimentales no expuestas acá, y otros
aspectos de interés en la transferencia de calor por convección libre en cilindros horizontales,
verticales e inclinados se puede acudir al texto especializado de K. S. Boetcher, titulado
Natürliche konvecktion von kreisförmigen zylindern

Convección natural sobre una placa plana vertical.

Anteriormente fue vista la deducción de la solución integral para una pared isoterma. Las
formulaciones allá deducidas son aplicables al caso de convección libre sobre una placa plana
vertical.
La relación existente entre espesor y longitud de la capa límite viene dada por la ecuación
(6.1.g.6), o sea:
 0,952  Pr
 3,93 4 (6.1.g.6)
x Gr Pr 2
Mientras que el número local de NuX se determinaba con el auxilio de la ecuación (6.1.g.9)

Gr Pr 2 4 Nu X
Nu X  0,508 4 ; Nu  ; Gr Pr  109 (6.1.g.9)
0,952  Pr 3

Para valores de Gr Pr  109 el régimen comienza a ser turbulento, por lo que la relación
(6.1.g.9) no es válida y se hace necesario entonces suponer un perfil de velocidades. Siguiendo

215
el criterio empírico de la raíz séptima, muy conocido en los cursos de mecánica de fluidos, se
toma m  7 , por lo tanto el número de Nusselt local NuX vendrá dado por:
25
 Gr Pr 
76

Nu X  0,0295   ; Gr Pr  109 (6.1.h)


 1  0,494 Pr 
2 3
 

Convección natural sobre una placa vertical a temperatura constante.

Para la determinación del coeficiente natural en flujo laminar, con temperatura de pared vertical
uniforme, con el empleo de los valores dados en la tabla 6.1.e y de la relación (6.1.h.3), los
cuales fueron deducidos para una pared vertical isotérmica se pueden obtener resultados
medianamente aceptables  28% de error medio.

GrX
Nu X  f Pr  4 (6.1.h.3)
4
Tabla 6.1.e Término f Pr  presente en la ecuación (6.1.h.3) en función del número de Pr
Pr 0,01 0,72 0,733 1 2 10 100 1000
f Pr  0,0812 0,5046 0,508 0,5671 0,7165 1,1694 2,191 3,966

Una segunda expresión para flujo laminar que puede ser empleada, fue vista con anterioridad en
su aplicación a cilindros verticales, y es la ecuación de Churchill, representada por la expresión
(6.1.i.5)
0,67 Ra L0, 25
Nu  0,68  49
(6.1.i.5)
  0,492  9 16 
1   
  Pr  
 

Para la transición de flujo laminar a turbulento 10  RaL  10 en placas planas verticales la


8 10

expresión que se recomienda en la mayoría de las fuentes consultadas y existentes es la


siguiente:
NuL  0,13 3 Re L (6.1.j.4)

La ecuación (6.1.j.4) es válida para 1  Pr  100 y las propiedades físicas de los fluidos a la
temperatura media entre la pared TP y el fluido T F .
Si a la expresión (6.1.i.5) se le aplica un factor de corrección puede ser extendido su uso a flujo

a flujos con turbulencia muy desarrollada 10  RaL , esta corrección viene dada por:
11

216
Nu  0,68 
0,67 Ra L0, 25
49
1  1,6  10 8
Ra L 
1 12

  0,492  9 16 
1   
  Pr  
  (6.1.j.5)
16 9
  0,492  9 16 
  1    
  Pr  

La expresión (6.1.j.5) es válida para 10  RaL  10 y 1  Pr  100


9 12

También se puede emplear para el cálculo de flujo turbulento la ecuación de Irvine, esta
ecuación es la única conocida que permite determinar el NuY en el sentido radial, y viene dada
por:
Pr1 3 RaY2 5
NuY  0,059 (6.1.j.6)
1  0,494 Pr  23 25

La expresión (6.1.j.6) es válida para 10  RaL  10 y 1  Pr  100


9 12

Una expresión que es la que arroja resultados de mayor precisión  15%  y puede ser empleada
en cualquier régimen de corriente, ya sea laminar o turbulento, es la ecuación de Churchill-Chu,
la cual viene expresada por:

0,387 Ra 1L 6
Nu  0,825  8 27
(6.1.j.7)
  0,492  9 16 
1   
  Pr  
 
La expresión (6.1.j.7) es válida para 101  RaL  1012
En la ecuación (6.1.j.7), si una de las caras de la pared está aislada térmicamente, los valores del
número de Nusselt serían la mitad de lo indicado en la fórmula.
Para el caso particular del aire, a temperaturas normales, el coeficiente de transferencia de calor
local para una placa vertical isotérmica se puede aproximar por las siguientes ecuaciones,
teniendo en cuenta que para el aire la transición de régimen laminar a turbulento es GrX  10 9 :

T
Para el régimen laminar  X  1,074
x

Para régimen turbulento  X  1,33 T


Se puede observar que para el régimen turbulento el coeficiente de convección local es
independiente de la variable x . El coeficiente de convección medio para toda la placa vertical
vendrá dado entonces por:

217
1  crit 
L X L
1 T 
    X dx 
L  0 X
1,07 4 dx  1 ,33
T dx (6.1.j.8)
L0 x 
crit 

6.7.4 Convección libre sobre placa vertical con flujo de calor uniforme.

Para este tipo de problemáticas en placas verticales se hace necesario efectuarle una corrección
al número adimensional de Grashoff, el cual será llamado número adimensional de Grashoff
modificado, y queda representado por:

g q P x 4 x X
Grr*  GrX Nu X  ; Nu X  (6.1.j.9)
 2

En la ecuación (6.1.j.9) se cumple que q P es el flujo de calor en la pared
En el caso de flujo constante de calor en la superficie, se sabe que la razón de la transferencia de
calor es sencillamente Q  qF , pero la temperatura superficial TP es desconocida, de hecho TP
aumenta con la altura a lo largo de la placa. En la evaluación de la temperatura de película, del
número de Rayleigh y del número de Nusselt se emplea la temperatura en el centro de la placa, o
sea TL 2 , en lugar de la temperatura de la pared TP , esto hace que sea necesario aplicar

iteraciones en la determinación de TL 2 .

Bergholz generalizó los datos experimentales de varios investigadores y obtuvo la siguiente


expresión para la determinación del número local y el número medio de Nusselt en una placa
vertical con flujo de calor uniforme:

Para flujo laminar:

Nu  1,25  Nu X  X  L 
; Nu X  0,6 GrX* Pr 
0, 2
(6.1.k)

La ecuación (6.1.k) es válida para 10  GrX Pr  10


5 * 11

Para flujo turbulento:

Nu  1,136 Nu X X  L ; 
Nu X  0,568 GrX* Pr 
0 , 22
(6.1.k.a)

La ecuación (6.1.k.a) es válida para 10  GrX Pr  10


13 * 16

También resulta aplicable para el régimen laminar, o sea para 10  GrX Pr  10 , la ecuación
5 * 11

(6.1.i.5), la cual sufre una modificación, necesaria para mediante el proceso iterativo a aplicar
para determinar la temperatura TL 2

218
0,67 Ra L0, 25
Nu Nu  0,68  49
(6.1.k.1)
  0,492  9 16 
1   
  Pr  
 
Por último, se puede aplicar también la correlación (6.1.j.7) la ecuación de Churchill y Chu, en
la cual el número de Nu se expresa en función de la ley de enfriamiento de Newton, o sea:
L qL
Nu   (6.1.k.2)
  TL 2  TF 

6.7.5 Convección libre sobre placa inclinada un ángulo 

Considérese una placa inclinada caliente en un medio ambiente más frío, la cual forma un
ángulo  con respecto a la vertical, tal como se muestra en la figura 6.1.d. En el análisis de la
convección libre sobre una placa inclinada un ángulo 
La fuerza neta F  g      , o sea, la diferencia entre la fuerza de empuje y la fuerza de
gravedad que actúa sobre un volumen unitario del fluido en la capa frontera, siempre lo hace en
la dirección normal, (vertical). En el caso de la placa inclinada, esta fuerza se puede resolver en
dos componentes FX  F cos paralela a la placa y que por ende, impulsa el flujo a lo largo de

esta y una componente perpendicular a la placa FY  Fsen . Dado que la fuerza que impulsa el
movimiento se reduce, por supuesto que se espera que las fuerzas de convección sean más
débiles y que la velocidad de la transferencia de calor sea más baja en relación con el caso de la
placa vertical. Los experimentos confirman que esto es cierto para la superficie inferior de una
placa caliente, pero se observa lo opuesto sobre la superficie superior.
La razón para este curioso comportamiento en la superficie superior es que la componente FY
de la fuerza inicia el movimiento hacia arriba en adición al movimiento paralelo a lo largo de la
placa y, como consecuencia, la capa límite se rompe y forma columnas, como se muestra en la
figura 6.1.d. Como resultado, el espesor de la capa límite y, por ende, la resistencia a la
transferencia de calor decrecen y aumenta la razón de la transferencia de calor en relación con la
orientación vertical.
En el caso de una placa fría en un medio ambiente más caliente, ocurre lo opuesto, como era de
esperarse. La capa límite sobre la superficie superior permanece intacta con un flujo más débil
en ella y, por consiguiente, una razón menor de transferencia de calor, y la capa límite sobre la
superficie inferior se divide (el fluido más frío cae) y, de este modo, se mejora la transferencia
de calor.

219
Figura 6.1.d Flujos por conveección libre sobre las su
uperficies suuperior e innferior de un
na placa
incclinada calieente

Cuando la capa lím


mite permannece intactta (la superrficie inferiior de una placa caliente o la
superior de una fría)), el númeroo de Nussellt se puede determinar
d aproximadaamente basáándose en
las relaciiones de la placa vertiical siemprre que se reeemplace g en la relaación del nú
úmero de

Rayleighh por g cos  . Este méttodo es váliido para   60o .

c  , sienddo GrPV el
mura planteaan un métoddo parecidoo al anterior,, en el cual Gr  GrPV cos
Fujii - Im

número de Grashoff para unna placa pllana verticaal. En estee método sse componee de dos
subvarianntes, que coonsideran loo explicadoo anteriormeente con resspecto a la ubicación de
d la cara
de la placca con tempperatura más elevada, quedando:
q

1- Si la superficie caliente
c mirra hacia arrriba

5 GrL Pr coos 
0, 25
Nu  0,56 (6.1.k..3)
La ecuacción (6.1.k.33) es válida para:

00    880 105  Ra
R L  1011

2- Si la superficie caliente
c mirra hacia abaajo

Nu  0,145GrL Pr   GrC Pr   0,566 GrC Pr coss  


0, 33 0, 33 0, 23
(6.1.k..4)
La ecuacción (6.1.k.33) es válida para:

0o    88o ; R L  1011 ;
Ra GrL  Gr
GC

Los valorres de GrC en función del ángulo  vienen daados a contiinuación:

Para   15o G C  5  109


; Gr

220
Para   30o ; GrC  109

Para   60o ; GrC  108

Para   75o ; GrC  106

Para   88o ; GrC  105


Para los valores de  que no están dados acá, se puede aplicar la interpolación lineal de Newton
para obtener el valor numérico de GrC .

En la expresión (6.1.k.4), las propiedades físicas del fluido se evalúan a la temperatura


T  TP  0,25TP  TF 

6.7.6 Convección libre sobre una placa horizontal.

La razón de la transferencia de calor hacia una superficie horizontal o desde ésta depende de si
la superficie está hacia arriba o hacia abajo. Para una superficie caliente en un medio ambiente
más frío, la fuerza neta actúa hacia arriba, forzando al fluido calentado a subir. Si la superficie
caliente está hacia arriba, el fluido calentado sube con libertad, induciendo fuertes corrientes de
convección natural y, como consecuencia, una transferencia de calor eficaz. Pero si la superficie
caliente está hacia abajo, la placa bloquea al fluido calentado que tiende a subir (excepto el
cercano a los bordes), impidiendo la transferencia de calor. Se cumple lo opuesto para una placa
fría en un medio ambiente más caliente, ya que, en este caso, la fuerza neta (peso menos fuerza
de empuje) actúa hacia abajo y el fluido enfriado cercano a la placa tiende a descender.
Acá la transferencia de calor se determina igualmente por la ecuación (5.1.a.8), teniendo en
cuenta dos posibles variantes para la convección libre sobre una placa plana horizontal, estas
variantes son:
1- Placa horizontal con temperatura uniforme
2- Placa horizontal con flujo de calor uniforme.
Para el primer caso, o sea, para una placa horizontal con temperatura uniforme, este se subdivide
a su vez en dos casos particulares, atendiendo a la posición de la cara de la placa de mayor y
menor temperatura. Acá las formulación empleada es muy similar al método propuesto por
McAdams-Levedev, o sea, las ecuaciones (6.1.h.9.a) y (6.1.h.9.b), con la diferencia que el
proceso se evaluará a temperaturas constantes y a flujo de calor constantes, lo que genera que se
tengan que modificar los intervalos de aplicación, así como los coeficientes de la ecuación
(5.1.a.8)

221
1- Superficie superior de placas calientes o superficie inferior de una placa fría

Acá la transferencia de calor se determina igualmente por la ecuación (5.1.a.8), donde sus
coeficientes vienen dados en la tabla 6.1.m

Tabla 6.1.m Constantes C1 y N presentes en la ecuación de McAdams-Levedev (6.1.k.5)


Condición de transferencia C1 N
105  Gr Pr  107 0,54 0,25

107  Gr Pr  1010 0,13 0,33

2- Superficie inferior de placas calientes o superficie superior de una placa fría

Acá la transferencia de calor se determina igualmente por la ecuación (5.1.a.8), donde sus
coeficientes vienen dados en la tabla 6.1.n
Para el segundo caso, o sea, para una placa horizontal con flujo de calor uniforme, se subdivide
igualmente en dos casos particulares, atendiendo a la posición de la cara de la placa de mayor y
menor temperatura.

Tabla 6.1.n Constantes C1 y N presentes en la ecuación de McAdams – Levedev (6.1.k.6)


Condición de transferencia C1 N

105  Gr Pr  107 (McAdams) 0,27 0,25

107  Gr Pr  1010 (Levedev) 0,59 0,33

1- Superficie caliente mirando hacia arriba.

Acá la transferencia de calor se determina igualmente por la ecuación (5.1.a.8), donde sus
coeficientes vienen dados en la tabla 6.1.o

Tabla 6.1.o Constantes C1 y N presentes en la ecuación de McAdams-Levedev (6.1.k.7)


Condición de transferencia C1 N

GrL Pr  2  10 8 0,13 0,33

2  10 8  GrL Pr  1011 0,16 0,33

En la ecuación (6.1.k.7) la longitud empleada es la de los lados en el caso de placa cuadrada, o


la longitud del lado más corto en el caso de la placa rectangular.

222
2- Superficie caliente mirando hacia abajo.

Acá la transferencia de calor se determina igualmente por la siguiente correlación:


Nu  0,56 Ra L0, 25 (6.1.k.8)

La expresión (6.1.k.8) es válida para 10 6  GrL Pr  1011 , en ella las propiedades físicas del

fluido se toman a la temperatura T  TP  0,25TP  TF  , mientras que las propiedades térmicas


del coeficiente  se toman a la temperatura media aritmética, o sea T  0,5  TP  TF  . El
L qL
número de Nusselt medio viene dado por Nu  
  TP  TF 
Un caso particular de esta subdivisión lo constituye la placa con extensiones adiabáticas de
Hatfield y Edwards (véase la figura 6.1.e en donde las extensiones adiabáticas vienen
sombreadas en gris).
Para la placa de Hatfield-Edwards el número de Nusselt medio se determina mediante la
siguiente expresión (véase la figura 6.1.e para las notaciones empleadas acá):
 A
 
Nu  6,5  0,38   1  x   x 0,39 Ra L0,13
L
0 , 39


0,7
(6.1.k.9)
a
x  13,5Ra L0,16  2,2 
 A
La ecuación (6.1.k.9) es válida para:
a
106  Ra  1010 ; 0,7  Pr  1010 ; 0  0,2
A

6.7.7 Convección libre entre placas horizontales, (recintos horizontales)

No se necesitan relaciones del número de Nusselt para el caso en donde la placa más caliente se
encuentra en la parte de arriba, ya que en este caso no se tendrán corrientes de convección y la
transferencia de calor será hacia abajo por conducción Nu  1. Sin embargo, cuando la placa
más caliente está en la parte de abajo, se establecen corrientes significativas de convección para
RaL  1708 y se incrementa la razón de la transferencia de calor.
Este caso se presenta cuando un fluido circula entre dos placas, como paredes con cámara de
aire, o ventanas de doble vidrio, o paneles solares, etc. La longitud característica que se utiliza
normalmente para determinar el número de Nu es la distancia d entre las dos placas.
Si el flujo actúa entre planos de superficie F , separados entre sí por una distancia d , con
temperaturas de placa Th y TC se tiene:

223
Q F Th  TC 
 (6.1.l)
F d
En la exppresión (6.1.l) F es la conductividdad térmicaa efectiva deel fluido connfinado entrre las dos
placas.

Figuura 6.1.e Plaaca horizonttal que se caalienta haciaa abajo con la presenciia de extensiones
adiaabáticas (plaaca de Hatffield- Edwarrds),

Si en (6.1.l) se cumpple que la diferencia


d uras Th  TC  es muchho menor qu
dee temperatu ue el calor

requeridoo para que el


e fluido se vuelva inesstable, el callor se transm
mite a travéés de la capaa solo por
conducciión, por lo que:
q

 ; Nu  1 (6.1.l.1)
d
ud  1 ,
Por lo quue las correllaciones dell número dee Nusselt tieenen siempre un límite inferior Nu

que correesponde a laa conduccióón pura.


Una capaa horizontall calentada por
p la parte inferior se vuelve inesstable para uun determin
nado valor
de, Th  TC  aparecciendo celdaas de conveccción para un
u valor de Rad de la fforma:

g Th  TC d 3
Ra d   1708 (6.1.l.2
2)
a
Y si la temperaturaa sigue aum
mentando, se van creeando situaaciones de flujo cada vez más
complejaas hasta quee, finalmentee, el flujo enn el centro se
s vuelve tuurbulento.
Para los recintos ceerrados horiizontales quue contienen
n aire, Jakoob recomiennda las corrrelaciones
sencillas siguientes, consideranndo la placa inferior com
mo la más caliente,
c se ttiene:
Nu  0,195Gr 0, 25 ; para 104  Gr  4  105
(6.1.l.3
3)
Nu  0,068
0 Gr 0,33 ; para
p 4  105  Gr  107

224
Si se toma como fluido un líquido de número de Pr moderado, (agua), y considerando la placa
inferior como la más caliente, es aplicable la ecuación de Globe y Dropkin, la cual viene dada
por:
Nu  0,069Gr0,33 Pr0,407 ; para 3  105  Gr  7  109 (6.1.l.4)
La ecuación (6.1.l.6) puede ser empleada para el cálculo de la convección libre en recintos
horizontales, siempre que el fluido sea aire o un líquido con números de Pr moderados (por
ejemplo, el agua).

6.7.8 Convección libre entre placas verticales (recintos verticales).

Para espacios confinados, en los que el fluido sometido a convección circula entre placas
verticales de altura h , el efecto térmico se puede expresar como un simple cambio en la
conductividad térmica del fluido. La circulación se da para cualquier valor de Rad  0 , y la

transferencia de calor por conducción pura se efectúa para Rad  103 . Al aumentar Rad el flujo

se desarrolla y se forman celdas de convección.


Cuando Rad  10 4 el flujo pasa a ser tipo capa límite, con capas que fluyen hacia arriba sobre la

pared caliente y hacia abajo sobre la pared fría, mientras que en la región central el flujo
permanece prácticamente estacionario.
Cuando Rad  105 se desarrollan hileras verticales de vórtices horizontales en el centro del flujo

Cuando Rad  106 el flujo en el centro se vuelve turbulento.

McAdams recomienda el empleo de la siguientes expresiones para el caso de que el fluido


operante sea aire y que se cumpla que h L  3 .

Gr  2000 ; Nu  1

Nu  0,18 Gr 0, 25 d L 
0 ,11
Para 2  10 3  Gr  2  10 4 ; (6.1.l.5)

Nu  0,065 Gr 0,33 d L 
0 ,11
2  10  Gr  2  10 ;
4 7

Otra expresión que se puede emplear son las ecuaciones de Berkovsky-Poleikov, las cuales
vienen descritas mediante las correlaciones (6.1.l.5.a) y (6.1.l.5.b).
0, 29
 Pr 
Nu  0,18   RaL  (6.1.l.5.a)
 0,2  Pr 
La ecuación (6.1.l.5.a) es válida para los siguientes intervalos de valores:
h Ra L Pr
1  2 ; 0,7  Pr ;  10 3
L 0,2  Pr

225
0, 28 0, 25
 Pr  h
Nu  0,22  RaL    (6.1.l.5.b)
 0,2  Pr   L
La ecuación (6.1.l.5.b) es válida para los siguientes intervalos de valores:
h
2  10 ; 0,7  Pr ; Ra L  1010
L
En recintos verticales grandes se pueden emplear la relación de MacGregor-Emery, descrita por:
0 , 3
h
Nu  0,42 Ra 0 , 25
L Pr 0 , 012
  (6.1.l.5.c)
L
La ecuación (6.1.l.5.c) es válida para los siguientes intervalos de valores:
h
10   40 ; 1  Pr  2  10 4 ; 10 4  RaL  1010
L
Otra relación dada por MacGregor -Emery para recintos verticales grandes es la siguiente:
Nu  0, 46 Ra L0 , 33 (6.1.l.5.d)
La ecuación (6.1.l.5.d) es válida para los siguientes intervalos de valores:
h
1  40 ; 1  Pr  20 ; 10 6  Ra L  10 9
L
Todas las propiedades del fluido en las ecuaciones dadas para el cálculo de la convección libre
entre placas verticales (recintos verticales) se avalúan a la temperatura media aritmética del
fluido, o sea 0,5  T1  T2 

6.7.9 Convección natural entre placas inclinadas (recintos inclinados.

Para la transferencia de calor a través de capas delgadas de aire, se pueden presentar un total de
4 casos básicos, según sea el ángulo de inclinación  de la capa respecto a la horizontal, los
cuales se detallan a continuación:
Condición 1 0o    60 o ; 0  Ra L  105 (ecuación de Hollands)

1708   1708 sen 1,8    Ra L cos   


1 3
 1, 6
Nu L  1  1,441   1       1 (6.1.l.6)
 Ra L cos    Ra L cos    5830  
En la expresión (6.1.l.6) los términos dados entre corchetes deben hacerse cero si resultan ser
negativos.

Condición 2   60o ; 0  Ra L  10 7

En la condición 2 se disponen de dos ecuaciones, después de aplicadas, se tomará el máximo


valor de NuL
226
7
 0,0936 Ra L0 , 314 
1   
 0,5 
Nu L  1  (6.1.l.7)
20 , 6 0 ,1
  Ra L  
1    
  3160  

 0,175d  0, 283
NuL   0,104   Ra L (6.1.l.8)
 L 
En la ecuación (6.1.l.8) L es la longitud de la capa delgada de fluido

Condición 3 60o    90o

90     60
NuL  NuL 600   NuL 900  (6.1.l.9)
30 30
En la ecuación (6.1.l.9) se cumple que:
Nu d 90 0  es el número de NuL determinado por la ecuación (6.1.m) a la (6.1.m.2) condición 4

NuL 600  es el número de NuL determinado por las ecuaciones (6.1.l.8) y (6.1.l.7) condición 2

Condición 4   90o ; 0  Rad  107

En la condición 4 se disponen de tres ecuaciones, después de aplicadas, se tomará el máximo


valor de NuL

Nu L  0,06053 Ra L (6.1.m)

NuL  3 1 
0,104Ra  0, 293 3
L
(6.1.m.1)
1  6310 Ra L 
1, 36

 Ra d 
NuL  0,242 L  (6.1.m.2)
 L 

Si se cumpliera que 10  RaL , entonces Nu L  1


3

Existen un grupo de relaciones que permiten determinar la transferencia de calor por convección
libre en recintos cerrados inclinados con relaciones altura/longitud más pequeñas h L   12
Ejemplo de este tipo de ecuaciones, lo constituye la ecuación de Catton, la cual viene dada por:
 CR
 Nu 0 
Nu  Nu 00   90
 Nu 0


sen CR  4 CR
(6.1.m.2.a)
  0 
La ecuación (6.1.m.2.a) es utilizable siempre que se cumpla que el ángulo de inclinación  sea
menor que el valor crítico CR , cuyos valores son dados a continuación en función de h L  :

227
h L   1   CR  25o
h L   3   CR  53o
h L   6   CR  60o (6.1.m.2.b)
h L   12   CR  67o
h L   12   CR  70o
Se puede obtener el número de Nusselt para ángulos de inclinación mayores que el valor crítico
 CR    90o  al multiplicar el número correspondiente a un recinto vertical cerrado por el

coeficiente sen 
0 , 25
, coincidiendo entonces con la expresión de Ayyaswamy, la cual viene
dada por:
Nu  Nu 900 sen 
0 , 25

6.8 Correlaciones para la convección natural en tubos horizontales

Las ecuaciones de McAdams (6.1.h.8) y de Zukauskas (6.1.h.9) son aplicables también a la


convección libre en tubos horizontales.
La ecuación de Churchill es una formulación más actualizada, pero también más compleja que
las ecuaciones (6.1.h.8) y (6.1.h.9), sin embargo, resulta preferible su empleo por arrojar valores
más precisos. La ecuación de Churchill está compuesta por dos expresiones, válidas para flujo
turbulento y laminar, siendo descritas mediante las expresiones (6.1.i) y (6.1.m.3)
respectivamente, o sea:

Régimen de flujo turbulento en la transferencia de calor por convección libre en tubos


horizontales.

 
0,387  Gr Pr 
16
 
Nu   0,6   (6.1.i)

 
1  0,559 Pr 
9 16 8 27
 

La ecuación (6.1.i) va a ser válida para Pr  0,5 y 10 11  Gr Pr  1012

Régimen de flujo laminar en la transferencia de calor por convección libre en tubos


horizontales.

0,518 Ra d0, 25
Nu  0,36  4 9
(6.1.m.3)
  0,56  9 16

1    
  Pr  

La ecuación (6.1.m.3) va a ser válida para 10 6  Gr Pr  109 y Pr  0,5

228
Para la transferencia de calor por convección libre en tubos horizontales hacia metales líquidos,
se puede utilizar la siguiente expresión:
Nu  0,53Gr0,25 Pr (6.1.m.4)
O también se puede emplear la ecuación de Baher, la cual viene dada por la siguiente
correlación:
Nu  0,445 Ra 0, 25  0,1183 Ra 0,125  0,41 ; 10 5
 Ra  10 4  (6.1.m.5)
Para la convección libre para el caso del aire y gases, en tubos horizontales y verticales
calientes, es aplicable la formulación de Dayton, que a pesar de su simplicidad proporciona
resultados aceptables para el trabajo en ingeniería. Su representación viene dada por las
siguientes correlaciones:
T
Flujo laminar   1,18 4 (6.1.m.6)
d

Flujo turbulento   1,65 3 T (6.1.m.7)

6.8.1 Convección natural entre cilindros concéntricos.

Para la convección libre entre cilindros concéntricos se considera que el cilindro interno es el
caliente y el externo es el frío. Las correlaciones conocidas que se recomiendan para el cálculo
de la transferencia de calor por convección libre entre cilindros concéntricos, son expresadas en
función de una conductividad térmica especial, conocida como conductividad térmica efectiva,
la cual viene denotada por la variable Efect , la cual es sustituida en la ecuación de conducción

correspondiente, que viene representada por:

2Efect d T1  T2 
Q (6.1.m.8)
d 
Ln  2 
 d1 
En la ecuación (6.1.m.8) se cumple que:
Efect Pr RaCil
 0,386 4 (6.1.m.9)
 0,861  Pr
Un nuevo término surge en la ecuación (6.1.m.9), este término es conocido como número
adimensional de Rayleigh medio del cilindro, y viene representado por:
4
  d 2 
 Ln  
Ra Cil    d 1  Ra d ; D
d 2  d1
(6.1.n
D 3 d 10,6  d 
0, 6 5
2
2

229
La ecuación (6.1.n) es válida para 10 2  Ra Cil  10 7 ;  Efect   1 y 0,7  Pr  6000

6.9 Convección libre en esferas.

La transferencia de calor libre en esferas isotermas se puede estudiar en 4 formas diferentes o


básicas, como le prefieren llamar algunos textos especializados. Estas formas básicas son:

1- La transferencia de calor hacia y desde una esfera isoterma de diámetro d , en gases, viene
dada por :
Nu d  2  0,43 4 Rad (6.1.n.1)

La ecuación (6.1.n.1) es válida para el siguiente intervalo de valores:


1  Rad  1011 ; Pr  1
2- La transferencia de calor de una esfera isoterma en agua, viene representada por:
Nu d  2  0,5 4 Rad (6.1.n.2)

La ecuación (6.1.n.2) es válida para el siguiente intervalo de valores:


3  105  Rad  8  108 ; 10  Nud  90
Una expresión que describe cualquier condición de contorno para una esfera isotérmica es la
ecuación de Churchill, la cual viene representada por:
0,589 4 Ra d
Nud  2  49
(6.1.n.3)
  0,469  9 16 
1    
  Pr  
La ecuación (6.1.n.3) es válida para el siguiente intervalo de valores:
Rad  1011 ; Pr  0,5
Al igual que en el caso de dos cilindros concéntricos, puede suceder que existan dos esferas
concéntricas en las cuales ocurra un proceso de transferencia de calor por convección libre. Acá
igualmente, es la esfera caliente la que ocupa la posición interior, encontrándose la misma a una
temperatura T1 , mientras que la esfera exterior será entonces la esfera fría y su temperatura

superficial será igual a T2 . Las correlaciones recomendadas para esferas concéntricas en


convección libre se expresan también en función de la conductividad térmica efectiva, en este
caso será función de una superficie esférica, las formulaciones recomendadas son las siguientes:
4 Efect T1  T2 r1 r2
Q (6.1.n.4)
d
En la ecuación (6.1.n.4) se cumple que d  r2  r1 , donde:

230
r2 es el radio de la esfera exterior, en m
r1 es el radio de la esfera interior, en m
En la ecuación (6.1.n.4) se cumple que:
Efect Pr RaEsf
 0,74 4 (6.1.n.5)
 0,861  Pr
Un nuevo término surge en la ecuación (6.1.n.5), este término es conocido como número
adimensional de Rayleigh medio de la esfera, y viene representado por:
d
Ra Esf  4
Rad (6.1.n.6)
 D2 
 
 D11, 4  D21, 4 
5

 D1 
La ecuación (6.1.n.4) es válida para:
Efect
10 2  Ra Esf  10 4 ;  1 ; 0,7  Pr  6000

Las propiedades físicas se evalúan a la temperatura media, o sea 0,5  T1  T2 

6.10 Transferencia de calor para un flujo turbulento de metales líquidos por el interior de
una tubería.

El flujo de metales líquidos se trata de forma independiente al resto de los fluidos por una razón
básica. Estos fluidos tienen por característica básica que poseen un elevado coeficiente de
conductividad térmica, y por ende un muy bajo número adimensional de Pr, por lo que resultaría
complejo tener que correlacionar datos de fluidos en los cuales intervienen líquidos de valores
moderados o altos de Pr con los metales líquidos. Para su estudio el flujo de metales líquidos por
el interior de tuberías se puede resumir este en dos líneas básicas para el flujo completamente
desarrollado, las cuales se detallan a continuación:

1- Flujo completamente desarrollado con flujo de calor uniforme de calor desde la pared

Para este tipo de condiciones para el flujo de metales líquidos se conocen varias expresiones de
cálculo. Las más difundidas en la literatura y el ámbito de la ingeniería aplicativa son las
siguientes:
a- Ecuación de Skupinski
Nud  4,82  0,0185Ped0,827 (6.1.n.7)

La ecuación (6.1.n.7) es válida para:


3,6  103  Red  9,05  105 ; 102  Ped  104 ; q  cte

231
b- Ecuación de Sleicher - Rouse
Nud  6,3  0,0167 Re0d,85 Pr 0,93 (6.1.n.8)

La ecuación (6.1.n.8) es válida para:


104  Re d  106 ; q  cte
c- Ecuación de Seban
Nud  0,625Ped0,4 (6.1.n.9)

La ecuación (6.1.n.9) es válida para:


L
102  Re d  104 ;  60 ; q  cte
d
2- Flujo completamente desarrollado con temperatura de la pared uniforme.

Para este tipo de condiciones para el flujo de metales líquidos se conocen varias expresiones de
cálculo. Las más difundidas en la literatura y el ámbito de la ingeniería aplicativa son las
siguientes:
a- Ecuación de Seban - Shimazaki
Nud  5  0,025Ped0,8 (6.1.o)

La ecuación (6.1.o) es válida para:


Ped  100 ; TP  cte
b- Ecuación de Sleicher
Nud  4,8  0,015Ped0,91 Pr 0,3 (6.1.o.1)

La ecuación (6.1.o.1) es válida para:


L
Pr  0,05 ;  60 ; TP  cte
d
c- Ecuación de Sleicher - Rouse
Nud  4,8  0,0156Ped0,85 Pr 0,08 (6.1.o.2)

La ecuación (6.1.o.2) es válida para:


L
0,004  Pr  0,1 ;  60 ; q  cte ; 3,6  103  Re  5  105
d
d- Ecuación de Shimazaki
Nud  5  0,05Ped0,77 Pr 0, 25 (6.1.o.3)

La ecuación (6.1.o.3) es válida para:


L
0,004  Pr  0,1 ;  60 ; q  cte ; Pe  1,5  104
d

232
Para el caso de flujo no desarrollado de metales líquidos por el interior de una tubería, con flujo
de calor uniforme, la transferencia de calor se determina por la ecuación (6.1.o.3). Para el caso
de flujo no desarrollado de metales líquidos por el interior de una tubería, con temperatura de la
pared uniforme, la transferencia de calor se determina por la ecuación (6.1.o.2)

6.11 Convección en el exterior de tubos solitarios bañados transversalmente.

El número de Nusselt promedio para los flujos a través de cilindros según lo obtenido mediante
el empleo de las técnicas del análisis dimensional se puede expresar en forma compacta como:

d
Nu   C Re M Pr N (6.1.o.4)

En la ecuación (6.1.o.4) las constantes C y M se determinan experimentalmente mientras que la
constante N se prefija su valor igual a 1/3.
La relación de Kruzhilin-Mijeev es una ecuación de amplia difusión en los países que
conformaron la antigua Unión Soviética y el bloque socialista de Europa del Este. La misma
viene dada en la forma de la ecuación (6.1.o.4), mediante las siguientes relaciones:

Para Re  103 ; Nu  0,56 Re0,5 Pr 0,36 PrF PrP  


0, 25
(6.1.o.5)

Para Re  103 ; Nu  0,28 Re0,6 Pr 0,36 PrF PrP  


0, 25
(6.1.o.6)
En las ecuaciones (6.1.o.5) y (6.1.o.6) se cumple que:
PrF es el número de Pr evaluado a la temperatura media del fluido
PrP es el número de Pr evaluado a la temperatura media del fluido

Las ecuaciones (6.1.o.5) y (6.1.o.6) son ciertas para un ángulo de ataque del fluido   90o al
paquete de tubos, si este ángulo varía, entonces se debe tener en cuenta un coeficiente de
corrección  , el cual se puede determinar aproximadamente por la siguiente expresión:

  0,2096 0,354 (6.1.o.7)


En (6.1.o.7)  es el valor del ángulo de ataque del fluido al tubo, en grados
Otro juego de ecuaciones muy empleadas en la década de los 70-80 del pasado siglo son las
ecuaciones de Krasnoshiekov - Sukomiel, las cuales vienen dadas por:

Para 5  Re  103 ; Nu  0,5 Re0,5 Pr 0,38 PrF PrP 


0, 25
(6.1.o.8)

Para 103  Re  2  105 ; Nu  0,25 Re0,6 Pr 0,38 PrF PrP 


0, 25
(6.1.o.9)
En las ecuaciones desde la (6.1.o.5) hasta la (6.1.q.2) todas las propiedades del fluido se evalúan
a la temperatura media aritmética que surge entre la temperatura del fluido y la pared, excepto el
término PrP , el cual se evalúa a la temperatura media de la pared.
233
McAdams recomienda para líquidos y gases, siempre que se cumpla que 0,7  Pr  16000 , el
siguiente juego de ecuaciones:

Nu  0,26 Re0,6 Pr 0,3  F  P 


0,14
Para 103  Re  105 (6.1.q.3)

Nu  0,86 Re0,43 Pr 0,3  F  P 


0,14
Para 103  Re  2  105 (6.1.q.4)
En las ecuaciones (6.1.q.3) y (6.1.q.4) se cumple que:
 F es la viscosidad dinámica del fluido evaluado a su temperatura media, en Pa  s
 P es la viscosidad dinámica del fluido evaluado a su temperatura media de la pared, en Pa  s
La segunda y mejorada versión de las relaciones de Zukauskas dadas en el año 1987 para
determinar el número de Nu medio para la convección forzada sobre cilindros circulares en
flujo cruzado es brindada a continuación:
Nu  0,75 Re 0, 4 Pr 1 3 PrF PrP 
0 , 25
Para 1  Re  40 
Nu  0,51 Re 0,5 Pr 1 3 PrF PrP 
0 , 25
Para 40  Re  10 3 
(6.1.q.4.a)
Nu  0,26 Re 0, 6 Pr 1 3 PrF PrP 
0 , 25
Para 10 3  Re  2  10 5 
Nu  0,076 Re 0,76 Pr 1 3 PrF PrP 
0 , 25
Para 2  10 5  Re  10 6 
La segunda versión de las ecuaciones de Zukauskas es preferida, al computar un error medio del
orden del 15 %, mientras que con el empleo del primer grupo de ecuaciones (año 1972) el error
puede alcanzar hasta el 25 %.
En la tabla 6.1.p se dan los valores de C y M para varias secciones transversales, incluidas las
circulares. En esta tabla se dan indicaciones sobre la longitud característica d que debe usarse
en el cálculo de los números de Reynolds y de Nusselt para las diferentes configuraciones
geométricas mostradas. Todas las propiedades del fluido se calculan a la temperatura de
película. Las ecuaciones para los cilindros fueron obtenidas por Knudsen, el resto de las
expresiones son de la autoría de McAdams.
Una relación para el flujo cruzado sobre un cilindro bastante completa, (ya que correlaciona
muy bien los datos de los que se dispone para Re Pr  0,2 ) es la ecuación Churchill- Bernstein,
la cual viene dada por:
0 ,8
0,62 Re Pr 1 3   Re  
58
d
NuCil   0,3  0 , 25 
1    (6.1.q.5)
   0,4  2 3    280000  
1    
  Pr  
Las propiedades físicas en la ecuación (6.1.q.5) se evalúan a la temperatura de la película, la
cual es a su vez el promedio de las temperaturas medias del fluido y de la pared.

234
Tabla 6.1.p Expresiones para la convección forzada sobre cilindros circulares y no circulares en
flujo cruzado.
Sección transversal Fluido Rango de Re Número de Nusselt Ecuación

0,4  Re  4 Nu  0,989 Re0,33 Pr 1 3 PrF PrP  (6.1.p)


0, 25

Circulo
4  Re  40 Nu  0,911Re0,385 Pr 1 3 PrF PrP  (6.1.p.1)
0, 25

Líquidos
Nu  0,683 Re0,466 Pr 1 3 PrF PrP  (6.1.p.2)
0, 25
O 40  Re  4  103
Gases
Nu  0,193 Re0,618 Pr 1 3 PrF PrP  (6.1.p.3)
0, 25
4  103  Re  4  104

Nu  0,027 Re0,805 Pr 1 3 PrF PrP  (6.1.p.4)


0, 25
4  104  Re  4  105

Cuadrado

Gases 5  103  Re  105 Nu  0,102 Re0,675 Pr1 3 (6.1.p.5)

Cuadrado inclinado
450

Gases 5  103  Re  105 Nu  0,246 Re0,588 Pr1 3 (6.1.p.6)

Hexágono

Gases 5  103  Re  105 Nu  0,153 Re0,638 Pr1 3 (6.1.p.7)

Placa vertical

Gases 4  103  Re  1,5  104 Nu  0,288 Re0,731 Pr1 3 (6.1.p.8)

235
Tabla 6.1.p Expresiones para la convección forzada sobre cilindros circulares y no circulares en
flujo cruzado. (Cont.)
Sección transversal Fluido Rango de Re Número de Nusselt Ecuación
Hexágono 5
5  103  Re  1,95  104 Nu  0,16 Re0,638 Pr1 3 (6.1.p.9)
0
inclinado 45

Gases
1,95  104  Re  105 Nu  0,0385 Re0,731 Pr1 3 (6.1.q)

Elipse

Gases 2,5  103  Re  1,5  104 Nu  0,248 Re0,612 Pr1 3 (6.1.q.1)

Elipse

Gases 3  103  Re  1,5  104 Nu  0,085 Re0,804 Pr1 3 (6.1.q.2)

Para determinar el NuEsf cuando el flujo es sobre una esfera, Whitaker recomienda la siguiente

expresión:

NuEsf 
D

 
 2  0,4 Re  0,06 Re 2 3 Pr 0, 4  F  P 
0 , 25
(6.1.q.6)

La ecuación (6.1.q.6) es válida para el siguiente intervalo de valores:


3,5  Re  8  104 ; 0,7  Pr  380 ; 1   F  P   3,2
Las propiedades físicas en la ecuación (6.1.q.6) se evalúan a la temperatura media del fluido,
exceptuando  P , la cual se evalúa a la temperatura media de la pared.
La ecuación de Bhaer proporciona resultados medianamente buenos en la determinación del
NuEsf pues correlaciona bien con los datos experimentales disponibles, (aunque se han

encontrado resultados obtenidos a partir de su uso desviados hasta en  35 % ). Esta viene


descrita por la siguiente ecuación:
D
 1,2  0,53 Re0,54 Pr 0,3  F  P 
0, 25
NuEsf  (6.1.q.7)

236
La ecuación (6.1.q.7) es válida para el siguiente intervalo de valores:
1  Re  2  105 ; 0,7  Pr  2500 ; 0,6   F  P   5
Para el caso de flujo cruzado sobre un cilindro se han dado muchas expresiones, pero se
recomienda siempre que sea posible la expresión (6.1.q.5), (a pesar de ser más compleja), pues
es la que mejor correlaciona con los datos experimentales disponibles, aunque se han encontrado
resultados obtenidos a partir de su uso desviados hasta en  30 % . Lo mismo sucede con la
ecuación (6.1.q.6).
Las relaciones para los cilindros antes dadas son para un solo cilindro o para cilindros
orientados de tal forma que el flujo sobre ellos no resulte afectado por la presencia de otros.
Asimismo, son aplicables a superficies lisas. La aspereza superficial y la turbulencia de la
corriente libre pueden afectar de manera significativa los coeficientes de resistencia y de
transferencia de calor. Más detalles al respecto se pueden consultar en la literatura especializada
del tema.

6.12 Convección en el exterior de un paquete de tubos bañados transversalmente.

La naturaleza del flujo alrededor de un tubo en la primera fila se asemeja al flujo sobre un solo
tubo discutido anteriormente, en especial cuando los tubos no están demasiado próximos entre
sí. Por lo tanto, cada uno de los tubos en un banco que conste de una sola fila transversal se
puede tratar como un solo tubo en flujo cruzado. Sin embargo, la naturaleza del flujo alrededor
de un tubo de la segunda fila y de las subsiguientes es muy diferente, debido a las estelas
formadas y a la turbulencia causada por los tubos corriente arriba. El nivel de turbulencia y, por
consiguiente, el coeficiente de transferencia de calor se incrementan con el número de filas en
virtud de los efectos combinados de las filas corriente arriba. Pero no se tiene un cambio
significativo en el nivel de turbulencia después de unas cuantas de las primeras filas y, de este
modo, el coeficiente de transferencia de calor permanece constante.
El flujo a través de bancos de tubos se estudia de manera experimental, ya que es demasiado
complejo como para tratarse en forma analítica. Principalmente, se tiene interés en el coeficiente
de transferencia de calor promedio para todo el banco de tubos, el cual depende del número de
filas a lo largo del flujo así como de la disposición y del tamaño de los tubos. Se han propuesto
varias correlaciones, todas basadas en datos experimentales para el número de Nusselt promedio
para el flujo cruzado sobre bancos de tubos. Más recientemente, Zukauskas ha propuesto
correlaciones cuya forma general responde a la siguiente expresión:
0, 25
D  Pr 
Nud   C RedM Pr N  F  (6.1.q.8)
  PrP 
237
Un método de cálculo para la determinación de la transferencia de calor en el flujo transversal
de una batería de tubos muy aplicado en la antigua Unión Soviética es el método de flujo mixto
(se le llama así por el criterio establecido por autores de la época, que planteaban que el régimen
de corriente para 103  Re  105 era mixto, por el carácter laminar de las corrientes y la
formación de la estela turbulenta). Este criterio tuvo muchos padres, entre ellos Antufyev y
Kozachienko, pero se reconoce que fue Kunetzov su máximo exponente, siendo así expresado
por el propio Zukauskas en la publicación de su método. El método de los flujos mixtos a pesar
de su elaborada y compleja aplicabilidad se han encontrado errores del orden de  35 % .
Para identificar los haces se puede decir que estos se arreglan fundamentalmente en dos tipos a
saber (ver figura 9.1.h):
1- Alineados
2- Escalonados
La disposición de los tubos en el banco se caracteriza por el paso transversal ST  S! , el paso

longitudinal S L  S 2 y el paso diagonal S D entre los centros de los tubos. La ecuación del
método de los flujos mixtos para la determinación de los coeficientes peliculares medios de
transferencia de calor a través de un banco de tubos, viene descrita a continuación:
D
 C Re dM Pr 0,33 PrF PrP   1 X
0 , 25
Nud  (6.1.q.9)

La ecuación (6.1.q.9) es válida para los siguientes rangos de datos:
10 3  Re  10 5 ; 0,7  Pr  500 ; 0,25  PrF PrP  4
En la ecuación (6.1.q.9) se cumple que:
1- Los coeficientes C y M se pueden obtener en la tabla 6.1.q.
2- El coeficiente de convección  1 considera la influencia de los pasos transversales S L  S 2 y

longitudinales ST  S1 y sus valores se resumen en la tabla 6.1.r.


3- El cálculo definitivo del coeficiente pelicular de transferencia de calor va a depender del
ángulo de incidencia del fluido sobre el paquete, ya que el calor transferido va a depender de
este ángulo de incidencia, para tener en cuenta este efecto en la tabla 6.1.s se expone el
coeficiente  , en función del ángulo de incidencia del fluido sobre el paquete de tubos.
El valor del coeficiente pelicular de transferencia de calor obtenido con la relación (6.1.q.9), va
a variar en función del número de filas, o sea que el valor del coeficiente de película obtenido se
debe corregir por un coeficiente X .Este coeficiente tiene en cuenta los efectos adicionales de
turbulencia que se crearán por el paso del fluido por el interior de la batería. Sus valores
numéricos se muestran en la tabla 6.1.t, en función de la disposición del paquete.

238
Tabla 6.1.q Coeficientes C y M en la ecuación (6.1.q.9)
Tipo de haces C M
Escalonados 0,41 0,6
Alineados 0,26 0,65

Tabla 6.1.r Valores del coeficiente  1 en la ecuación (6.1.q.9)


Tipo de haces Condición 1
1
S1  S1  6
2  
S2  S2 
Escalonados
S1
2 1,12
S2
0,15
 S2 
Alineados  
d 

Tabla 6.1.s Coeficiente  en la ecuación (6.1.q.9)


Ángulo 90o 80o 70o 60o 50o 40o 30o 20o 10o
 1 1 0,98 0,94 0,88 0,78 0,67 0,52 0,42

Tabla 6.1.t Coeficiente X en la ecuación (6.1.q.9)


Número de filas (N ) 1 2 N 3
Escalonados 0,6 0,7 1
Alineados 0,6 0,9 1

Además, la ecuación (6.1.q.9) en su rango de validez va a contemplar las relaciones entre los
diámetros externos y las distancias entre ejes de los paquetes de tubos, esto viene detallado en la
tabla 6.1.u.

Tabla 6.1.u Rango de validez para las relaciones de diámetros y espacios intertubulares para la
relación (6.1.q.9).
S1 S2
 1,3  2,6 ;  0,6  1,4 Para los haces escalonados
d d
S1 S 2
  1,24  4  Para los haces alineados
d d

239
El número de Reynolds en la ecuación (6.1.q.9) para este tipo de configuraciones, se
corresponde con la velocidad máxima, y esta a su vez, con la sección mínima de paso. En la
tabla 6.1.w se dan las relaciones de cálculo para la determinación de la sección mínima de paso.

Tabla 6.1.w Relaciones para el cálculo del paso mínimo y velocidad máxima para los diversos
arreglos de paquetes de tubos para la expresión (6.1.q.9).
Tipos de haces Paso mínimo (Pm) Velocidad máxima (Vm )

ST
Alineados Pm  ST  d Vm  V0
ST  d

ST
Si 2S D  d   S T  d  ; Vm  V0
ST  d
2
Escalonados S 
S D  S L2   T  Si 2S D  d   S T  d  ;
 2 
ST
Vm  V0
2 S D  d 

En la tabla 6.1.w el término V0 es la velocidad inicial del fluido en el momento de efectuar su

entrada al paquete de tubos, en m/s.


Un segundo método de análisis fue desarrollado por Griminson, el cual se queda descrito por la
siguiente relación:
D
Nu d   C Re dM Pr 0,33 Z (6.1.r)

La ecuación (6.1.r) es válida para 2  103  Re  4  10 4
Los coeficientes C y M de la ecuación (6.1.r) se resumen en la tabla 6.1.x para el caso de
fluidos con 0,7  Pr  2500 . En la tabla 6.1.z, se dan los mismos coeficientes pero en este caso
son aplicables solamente al flujo de aire, o sea para Pr  0,7 .
El valor del coeficiente pelicular de transferencia de calor obtenido con la relación (6.1.r), va a
variar en función del número de filas, o sea, que el valor del coeficiente de película obtenido se
debe corregir por un coeficiente Z . Este coeficiente tiene en cuenta los efectos adicionales de
turbulencia que se crearán por el paso del fluido por el interior de la batería, y se aplicará en el
caso del que el paquete sea menor de 10 filas, sus valores numéricos se muestran en la tabla
6.2.a, en función de la disposición del paquete.

240
Tabla 6.1.x Coeficientes C y M en la ecuación (6.1.r) para 0,7  Pr  2500
Alineados
S1 d  1,25 S1 d  1,5 S1 d  2 S1 d  3
S2 d C M C M C M C M
1,25 0,386 0,592 0,303 0,608 0,111 0,704 0,0703 0,752
1,5 0,407 0,586 0,278 0,62 0,112 0,702 0,0753 0,744
2 0,464 0,57 0,332 0,602 0,254 0,632 0,22 0,648
3 0,322 0,60 0,396 0,584 0,415 0,581 0,317 0,608
Escalonados
S1 d  1,25 S1 d  1,5 S1 d  2 S1 d  3
S2 d C M C M C M C M
0,6 --- --- --- --- --- --- 0,236 0,636
0,9 --- --- --- --- 0,495 0,571 0,445 0,581
1 --- --- 0,552 0,558 --- --- --- ---
1,125 --- --- --- --- 0,531 0,565 0,575 0,56
1,25 0,575 0,556 0,561 0,554 0,576 0,556 0,579 0,562
1,5 0,501 0,568 0,511 0,562 0,502 0,568 0,542 0,568
2 0,448 0,572 0,462 0,568 0,535 0,556 0,498 0,57
3 0,344 0,592 0,395 0,58 0,488 0,562 0,467 0,574

Tabla 6.1.z Coeficientes C y M en la ecuación (6.1.r) para el flujo de aire


Alineados
S1 d  1,25 S1 d  1,5 S1 d  2 S1 d  3
S2 d C M C M C M C M
1,25 0,348 0,592 0,275 0,608 0,1 0,704 0,0633 0,752
1,5 0,367 0,586 0,250 0,62 0,101 0,702 0,0678 0,744
2 0,418 0,57 0,299 0,602 0,229 0,632 0,198 0,648
3 0,29 0,601 0,357 0,584 0,374 0,581 0,286 0,608
Escalonados
S1 d  1,25 S1 d  1,5 S1 d  2 S1 d  3
S2 d C M C M C M C M
0,6 --- --- --- --- --- --- 0,213 0,636
0,9 --- --- --- --- 0,446 0,571 0,401 0,581
1 --- --- 0,497 0,558 --- --- --- ---
1,125 --- --- --- --- 0,478 0,565 0,518 0,56
1,25 0,518 0,556 0,505 0,554 0,519 0,556 0,522 0,562
1,5 0,451 0,568 0,46 0,562 0,452 0,568 0,488 0,568
2 0,404 0,572 0,416 0,568 0,482 0,556 0,449 0,57
3 0,310 0,592 0,356 0,58 0,44 0,562 0,428 0,574

241
Un método de análisis rápido fue el propuesto por Mijeev, aunque puede contener errores de
hasta un 45 % para fluidos de alta viscosidad, pero para el caso de fluidos de mediana
viscosidad (agua, aire, etc,) aporta buenos resultados, además de resultar muy simple su
aplicación, por lo que resulta ideal para ser tomada como punto de partida para una estimación
rápida de los coeficientes peliculares de transferencia de calor, lo cual lo convierte unido a su
sencillez en una vía alternativa de solución. Este método se basa en lo siguiente:
Para haces alineados de tubos:

Cuando Re  1000 Nu  0,56 Re Pr 0,36 PrF PrP  


0, 25
(6.1.r.1)

Cuando Re  1000 Nu  0,22 Re0,65 Pr 0,36 PrF PrP  


0, 25
(6.1.r.2)
Para haces escalonados de tubos:

Cuando Re  1000 Nu  0,56 Re Pr 0,36 PrF PrP  


0, 25
(6.1.r.3)

Cuando Re  1000 Nu  0,4 Re0,6 Pr 0,36 PrF PrP  


0, 25
(6.1.r.4)

El valor del coeficiente pelicular de transferencia de calor obtenido con las relaciones desde
la (6.1.r.1) hasta la (6.1.n.4), va a variar en función del número de filas, o sea, que el valor
del coeficiente de película obtenido se debe corregir por un coeficiente χ. Este coeficiente
tiene en cuenta los efectos adicionales de turbulencia que se crearán por el paso del fluido por
el interior de la batería, y se aplicará en el caso del que el paquete sea menor de 10 filas,
sus valores numéricos se muestran en la tabla 6.2.a.1, en función de la disposición del paquete.

Tabla 6.2.a Coeficiente Z en la ecuación (6.1.r)


Número de filas (N ) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 N  10
Escalonados 0,68 0,75 0,83 0,89 0,92 0,95 0,97 0,98 0,99 1
Alineados 0,64 0,8 0,87 0,9 0,92 0,94 0,96 0,98 0,99 1

Tabla 6.2.a.1 Coeficiente  en las ecuaciones (6.1.r.1) a la (6.1.r.4)


Número de filas (N ) 1 2 N 3
Escalonados 0,6 0,7 1
Alineados 0,6 0,9 1

Un método muy difundido en la actualidad, por la confiabilidad en los resultados obtenidos con
su empleo  15%  de error medio, es el método elaborado por Zukauskas, el cual viene descrito
por la ecuación modelo (6.1.q.8), de la forma siguiente

242
0, 25
D  Pr 
Nud   C RedM Pr 0,36  F   (6.1.r.5)
  PrP 
La expresión cual será válida para 10  Re  10 6 y 0,7  Pr  500
Los valores de los coeficientes C y M en la ecuación (6.1.r.5) vienen dados en la tabla 6.2.b

Tabla 6.2.b Valores de los coeficientes C y M en la ecuación (6.1.r.5)


Tipo de haces Parámetros
Re C M
10  Re  102 0,8 0,4

Alineados 102  Re  103 (4) 0,52 0,5

103  Re  2  105 0,27 0,63

2  105  Re  106 0,021 0,84

Re C M
10  Re  102 0,9 0,4

102  Re  5 102 (5) 1,04 0,4

5 102  Re  103 (6) 0,71 0,5

Escalonados  ST  S 
0, 2 0,6
103  Re  2  105  S  2 0,35 T 
 L   SL 

 ST 
10 3  Re  2  10 5   2 0,4 0,6
 SL 

2  105  Re  106 0,022 0,84

El valor del coeficiente pelicular de transferencia de calor obtenido con la relación (6.1.r.5),
varía en función del número de filas, por tal razón, el valor del coeficiente de película obtenido
debe ser corregido por un coeficiente  , que considere los efectos adicionales de turbulencia
que se crearán por el paso del fluido por el interior de la batería, y se aplicará en el caso del que
el paquete sea menor de 20 filas y adicionalmente se cumpla que Re  103 . Los valores
numéricos del coeficiente de corrección  se muestran en la tabla 6.2.c, en función de la
disposición del paquete. El factor de corrección será siempre independiente del número de Re .

4
Puede ser considerado como un tubo simple en los cálculos
5
Puede ser considerado como un tubo simple en los cálculos
6
Puede ser considerado como un tubo simple en los cálculos
243
Tabla 6.2.c Coeficiente  en la ecuación (6.1.r.5)
Número de filas (N ) 1 2 3 4 5 7 10 13 16 >16
Escalonados 0,7 0,8 0,86 0,9 0,92 0,95 0,97 0,98 0,99 1
Alineados 0,64 0,76 0,84 0,89 0,92 0,95 0,97 0,98 0,99 1

Otro elemento de análisis de sumo interés y estrechamente asociado con los bancos de tubos, es
la caída de presión P , la cual es la diferencia entre las presiones en la admisión y a la salida del
banco. Es una medida de la resistencia que los tubos ofrecen al flujo sobre ellos y se expresa
como:
VMax
2
P  N L f (6.1.r.6)
2
En la ecuación (6.1.r.6) se cumple que f es el factor de fricción y  es el factor de corrección.
Los valores de f y  se determinan mediante el empleo de gráficas, contra el número de
Reynolds, con base en la velocidad máxima Vmáx. El factor de fricción de la figura 6.1.f es para
un banco cuadrado de tubos alineados ST  S L  y el factor de corrección dado en el inserto se
usa para tomar en cuenta los efectos de la desviación de las disposiciones rectangulares
alineadas con respecto a la disposición cuadrada.
De manera análoga, el factor de fricción de la figura 6.1.g es para un banco equilátero de tubos
escalonados ST  S D  y el factor de corrección es para tomar en cuenta los efectos de la
desviación con respecto a la disposición equilátera. Nótese que   1 tanto para la disposición
cuadrada como para la de triángulo equilátero. Asimismo, la caída de presión se presenta en la
dirección del flujo y, como consecuencia, en la relación de P se usa N L (número de filas).
La potencia requerida para mover un fluido a través de un banco de tubos es proporcional a la
caída de presión y, cuando se cuenta con esta caída, la potencia requerida de bombeo se puede
determinar a partir de:
m p
WBomba  p  (6.1.r.7)

En la ecuación (6.1.r.7) se cumple que:
p  V N T S T L  es el gasto volumétrico de fluido a través del banco de tubos
m    V N T S T L  es el gasto de masa del fluido a través del banco de tubos
Nótese de acuerdo a la ecuación (6.1.r.7) que la potencia requerida para mantener el fluido en
movimiento a través del banco (y, por tanto, el costo de operación) es proporcional a la caída de
presión. Por lo tanto, deben evaluarse los beneficios de mejorar la transferencia de calor en un
244
banco dee tubos a través
t de unn cambio en
e la dispo
osición conttra el costoo de las neecesidades
adicionalles de potenncia.

Figuraa 6.1.f Factoor de ficciónn f y factor de correccción  paraa un banco dde tubos aliineados

Figura 6.1.g
6 Factor de ficción f y factor de corrección  para un
u banco dee tubos escaalonados.

En la prráctica tambbién son de


d uso com
mún los ban
ncos de tubbos con suuperficies extendidas
(aleteadoos), en espeecial, cuanddo el fluido externo ess un gas. Un
U método m
muy difund
dido en la
literaturaa es el desaarrollado poor O’Donovvan en el año
a 2002, el
e cual planntea que la caída de
presión a través de un
u banco dee tubos aletaados se deteermina comoo:
245
i n
V2 V2
p   K  K I  K C  K 0  (m) (6.1.r.7.a)
i 1 2g 2g
En la ecuación (6.1.r.7.a) se cumple que:
K I es el coeficiente de pérdidas locales a la entrada del paquete de tubos
K C es el coeficiente de pérdidas locales al paso del aire por el paquete de tubos

K 0 es el coeficiente de pérdidas locales a la salida del paquete de tubos


La totalidad de las fuentes consultadas concuerdan en que estos tres coeficientes se determinan
mediante las siguientes expresiones:
K I  1 sen   1
2
(6.1.r.7.b)
En (6.1.r.7.b)  es el ángulo de incidencia del flujo de aire sobre el paquete de tubos

KC 
1 rT  12 (6.1.r.7.c)
rA
En la relación (6.1.r.7.c) se cumple que:
rA es el radio medio equivalente de las aletas, en m

rT es el radio medio equivalente de la sección estrecha en el paquete de tubos, en m


Una relación que permite determinar con un error inferior al 3% el valor de rT en cualquier
instalación es la parametrizada por Yilmazouglu. Esta ecuación viene dada por:
rT  3,5589rA6  5,9631rA5  2,672rA4  0,4082rA3  0,3366 rA2  0,0456 rA  0,6144 (6.1.r.7.d)
Finalmente
 
K 0  2 K C  1 sen  1 1 sen  1 (6.1.r.7.e)

La velocidad V en la ecuación (6.1.r.7.a) se determina en la sección más estrecha del paquete de


tubos, de forma que:
V0 ST
V  (m/s) (6.1.r.7.f)
PM
2
S D  ST 
   S L 
2
PM   T  (m) (6.1.r.7.g)
 2   2 

En (6.1.r.7.f) V0 es la velocidad del flujo incidente sobre el paquete de tubos aletados.

Las notaciones empleadas en (6.1.r.7.g) son las mismas que fueron mostradas con anterioridad
en la figura 5.1.h

246
6.13 Transferencia de calor durante el bañado transversal de un paquete de tubos aleteados.

Las peculiaridades de transferencia térmica en el flujo transversal en un banco de tubos


aleteados son muy similares a las encontradas un tubo solitario. La variación de transferencia
térmica alrededor de un tubo en un banco es determinada por el patrón de flujo, que depende en
gran medida de la disposición de los tubos. Así en bancos de disposición de línea, se tienen dos
puntos de colisión, lo que genera como consecuencia dos máximos de transferencia térmica. Sin
embargo en bancos con arreglo escalonado, el proceso de transferencia de calor es hasta cierto
punto similar al de un tubo solitario. En la figura 6.1.h se proporciona una comparación del
cociente que surge entre coeficiente de transferencia de calor local y el coeficiente de
transferencia de calor promedio, para un tubo solitario y para la tercera fila de arreglos en línea
y escalonados.
Los coeficientes locales de transferencia de calor graficados en la figura 6.1.h se corresponden
al valor promedio de un grupo apreciable de mediciones reportadas para Re  7 10 4 y arreglos
1,5x2D , o sea, el paso transversal S T  1,5  D y el paso longitudinal S L  2  D .
En la figura 6.1.h se comprueba que en los arreglos alineados el máximo local de transferencia
de calor se ubica en el punto   50 o , mientras que el arreglo escalonado presenta dos

máximos, uno en el punto de estancamiento del fluido   0 y otro en la separación del flujo en
o

  140o . Es de esperar que la presencia de dos máximos genere que el área bajo la curva sea
mayor en los arreglos escalonados y por lo tanto, teniendo en cuenta además las bajas
propiedades de corrosión y deposición del aire, haga preferible el arreglo escalonado para
sistemas ACC, pues con este se logra un mayor coeficiente medio de transferencia de calor. Esto
explica el por qué la mayoría de los equipos ACC el arreglo escalonado es el más usado.
En cualquier tipo de arreglo el coeficiente de transferencia de calor va en incremento desde la
primera fila de tubos a la tercera, y toma un valor constante a partir de esta última. En las figuras
6.1.i y 6.1.j son graficados para arreglos escalonados y en línea respectivamente, los valores
experimentales promedios reportados por varios autores consultados para las tres primeras filas
de un paquete de tubos de un ACC, para Re  1,4  104 y un una dimensión 2 x2 D .
La variación de los pasos en los arreglos escalonados no produce cambios significativos en el
valor del coeficiente local de transferencia de calor. Este criterio es confirmado en la literatura.
O’Donovan examinó experimentalmente arreglos escalonados con diversas dimensiones y para
un valor fijo de Re  7 10 4 . Los resultados obtenidos confirman que el coeficiente local de
transferencia de calor sigue aproximadamente un patrón común para la totalidad de los arreglos

247
examinados. En la figura 6.1.j son graficados los promedios de los valores reportados
disponibles.
La variación de los pasos en los arreglos alineados tampoco produce cambios significativos en
el valor del coeficiente local de transferencia de calor. Este criterio es confirmado en los trabajos
de Kröger y Kumar, los cuales examinaron experimentalmente arreglos alineados con diversas
dimensiones para un valor fijo de Re  3  104 . Los resultados obtenidos confirman que el
coeficiente local de transferencia de calor sigue aproximadamente un patrón común para la
totalidad de los arreglos examinados. En la figura 6.1.l son graficados los promedios de los
valores reportados disponibles.

Figura 6.1.h Variación del α local en función del ángulo  , para diferentes arreglos.

En los ACC es empleado aire como agente refrigerante. Cuando la temperatura ambiente es
elevada la capacidad térmica del aire es menor y por lo tanto es requerido un volumen mayor de
aire de enfriamiento. Este inconveniente genera incrementos en la velocidad de suministro del
aire a través de los tubos aleteados del ACC. Sería por lo tanto extremadamente ventajoso si se
pudiese disponer de una expresión que además de las dimensiones del arreglo empleado, incluya
el efecto de la temperatura de bulbo seco TTBS y la velocidad de aire refrigerante a través del
paquete de tubos aleteados.
En la práctica es común encontrar arreglos en los cuales las dimensiones de los pasos pueden
variar (véanse las figuras 6.1.j y 6.1.k), por lo tanto a la hora de construir una expresión para la
determinación del coeficiente de transferencia de calor para el flujo externo en ACC esta debe
ser válida para todos estos intervalos. El autor, en un análisis reciente7 obtuvo una expresión que

7
Camaraza-Medina, Y., et al. (2018). Simplified analysis of heat transfer through a finned tube bundle in air cooled
condenser-second assessment, Mathematical Modelling of Engineering Problems, 5(4), 365-372.

248
describe con un error medio del orden  6,5% el 84,8% de las muestras experimentales
disponibles. Esta ecuación viene dada por la siguiente expresión:

C 
1  Log T VV 
0, 015

 Vm   y 'h 
0, 06 0, 01
W m 2 o C 
0,15S 
TBS
(6.1.r.7.h)
 d E   0,17 LnF 
0, 4
T

En la relación (6.1.r.7.h) se cumple que:


TTBS es la temperatura de bulbo seco, en oC
V m es la velocidad en la sección más estrecha del paquete de tubos, en m/s

e es el espesor de las aletas, en mm


h es la altura de las aletas, en mm
F es el número de aletas por metro lineal de longitud del tubo aleteado.
El valor de V m se obtiene a partir de:

ST
Si 2 S D  d   S T  d  ; Vm  V0
ST  d
(6.1.r.7.i)
ST
Si 2 S D  d   S T  d  ; Vm  V0
2 S D  d 

Mientras que el paso diagonal viene dado por la ecuación (5.1.b.2)


V0 es la velocidad de entrada del agente refrigerante al paquete de tubos, en m/s
S T es el paso transversal en el paquete de tubos, en m

S L es el paso longitudinal en el paquete de tubos, en m

S D es el paso diagonal en el paquete de tubos, en m


D es el diámetro externo de los tubos + aletas, que componen el paquete de tubos, en m
d es el diámetro externo de los tubos desnudos (sin aletas), en m

Figura 6.1.i α local para las tres primeras Figura 6.1.j α local para las tres primeras
filas de tubos en un ACC con arreglo filas de tubos en un ACC con arreglo
escalonado. alineado.

249
Figura 6.1.k α local para diferentes Figura 6.1.l α local para diferentes
dimensiones en un ACC con arreglo dimensiones en un ACC con arreglo
escalonado de los tubos aleteados. alineado de los tubos aleteados.

La expresión (6.1.r.7.h) es válida para 15  TTBS  80o C , para una velocidad del agente

refrigerante comprendida entre los 0,1 a los 100 m/s, así como relaciones 0,4  S T S L  2 ,
diámetros externos de los tubos lisos 0,012  d  0,05 m , una velocidad del viento incidente
sobre instalación entre 0 y 45 km/h, una altura de las aletas entre 2,4 y 16,5 mm, espesores de
las aletas que oscilan entre 0,33 y 3,5 mm y un número de aletas por unidad de longitud del tubo
entre 105 y 724.

6.13.1 Coeficientes j y f para diversas configuraciones de tubos y bancos de tubos aleteados.

El coeficiente de Colburn j y el factor de Fanning 4f son definidos en la literatura a partir de las


siguientes expresiones:
  Pr 
23
Nu
23
    Cp  (6.1.r.7.j)
j    
Re Pr  G  Cp G  Cp   
13

L Vm2
p  4 f (6.1.r.7.k)
Dh 2 g

En la ecuación (6.1.r.7.k) Dh es el diámetro equivalente en la diagonal de la sección transversal y


se determina mediante las ecuaciones 9.1.b.31 y 9.1.b.32, mientras que el valor de Vm es
obtenido con el uso de la expresión (6.1.r.7.i).
El modelo dado por Giedt (1957) establece que el desempeño térmico de un banco de tubos
desnudos es una función del tipo de arreglo y viene dado por:
escalonado  A  0,376 
j  A Re 0, 4   (6.1.r.7.l)
alineados  A  0,333 
La expresión (6.1.r.7.l) es válida para 6  d E  50 mm y 100  Re  8  10 4

250
Figura 6.1.m Detalles de un tubo aleteado.

Para disposiciones circulares de la aletas, la geometría básica es dada en la figura 6.1.m. Los
datos experimentales sobre fricción, transferencia de calor y flujo de fluidos sobre superficies
extendidas son tratados de forma exhaustiva en el trabajo Compact Heat Exchanger de Kays-
London y en texto Externally finned tubes, principles of enhanced heat transfer, de R.L.Webb.
Las ecuaciones más difundidas en la literatura son:

Briggs y Young (1963)

Esta expresión fue desarrollada para aletas circulares de baja altura l F  0,3  d F  , siendo
reportada una desviación media del modelo igual al 3,1%. Para las notaciones empleadas véase
la figura 6.1.m
0,164 0 , 075
S  S 
Nu  0,1507 Re 0, 667
Pr 
13
   (6.1.r.7.m)
 lF   tF 
En la ecuación (6.1.r.7.m) se cumple que S  l  N T t F  t F  , siendo N T el número de tubos que
posee el banco en su línea diagonal. Esta expresión es válida para aletas circulares y bancos de
tubos con arreglo escalonado, siempre que se cumpla que 1,1  10 3  Re  1,8  10 4 y N T  4 .
La expresión (6.1.r.7.m) fue posteriormente modificada por sus autores, extendiendo ahora el
rango de validez 0,2  d F  l F  0,6  d F  , a expensas de un incremento de la desviación estándar
media hasta el 5,1%. La nueva expresión viene dada por:
0 , 296
S 
Nu  0,1378 Re 0, 718
Pr 
13
 (6.1.r.7.n)
 lF 

251
Robinson y Briggs (1966)

En el año 1966 Robinson y Briggs desarrollan su conocida expresión, válida para


0,18  d F  l F  0,62  d F  cualquier altura de aletas circulares y arreglos escalonados de los
tubos aleteados en el banco.
0, 2 0,1134
S  S 
Nu  0,134 Re 0 , 681
Pr  13
   (6.1.r.7.o)
 lF   tF 

La expresión (6.1.r.7.o) es válida para 10 3  Re  5  10 4 y N T  6 , computándose con su empleo


un error medio del 7,1%.
La caída de presión puede ser determinada como:
0, 927 0 ,515
p S   ST 
Eu   18,93 Re 0,316 Pr1 3  T     NT (6.1.r.7.o.1)
  Vm
2
 dr   SD 

Rabas y Taborek (1987)

La expresión desarrollada por Rabas y Taborek es válida para bancos compuestos por tubos
aleteados con aletas circulares y con presencia de arreglos escalonados, esta expresión posee un
error medio del 20% y viene dada por:
1,116 0, 257 0, 66 0, 47 0, 77
 S  S  S   dF   dF 
j  0,292 Re m
Pr  13
          H N (6.1.r.7.p)
 dF   lF   tF   dr   tF 
Donde
d 
m  0,415  0,0346  Ln  F 
 S 

En la ecuación (6.1.r.7.p) los términos H y  N son dos factores de corrección que tienen en
cuenta la variación de las propiedades del fluido con la temperatura y la variación de las filas de
tubos en el banco respectivamente. Estos factores de corrección vienen dados por:

 Pr Tb  
0, 25 0, 26
 T  273 
 H   b     (6.1.r.7.q)
 TW  273   Pr TW  

para N T  8   N  0,66N T 0, 21


(6.1.r.7.r)
para N T  8  N  1
Acá el factor de fricción de Fanning viene dado por:
0 , 25 0 , 76 0 , 73 0 , 71 0 , 38
 S   lF   dr   dF   SL 
f  3,805 Re  0 , 23
          (6.1.r.7.s)
 dF  S  dF   ST   ST 
Las ecuaciones (6.1.r.7.p) y (6.1.r.7.s) son válidas para:

252
lF  6,35mm , 10 3  Re  2,5  10 4 , 15,87  d r  31,75 mm , 246  N F  1181 aletas m

23,81  ST  42,86 mm , 20,62  S L  50,8 mm , S L  ST , d F S  40 y 1  N T  20

Engineering Sciences Data Unit (ESDU) (1997)

El procedimiento de cálculo dado por ESDU es aplicable para 10 3  Re  10 5 y N T  10 y


arreglos escalonados y alineados de los tubos aleteados, siempre que las aletas de los mismos
sea de sección transversal constante.
0 , 36 0 , 06 0 ,11
S   ST   dF 
j  0,183  Re 0,3  H   N Pr 0,027       (6.1.r.7.t)
 lF   dF   lF 
El factor de fricción de Fanning puede ser determinado como:
 0 ,51
 l   S  dF 
0 ,54
  0, 36

f  4,71 F   T    Re 0, 29  ST  1  (6.1.r.7.u)
 d  
  S   SL  d F     F  

Gray y Webb (1986)

El trabajo de Gray-Webb es válido para 5  10 2  Re  2,47  10 5 . El factor j para N T  4 se


determina a partir de la siguiente expresión:
0 , 03
S 
Re  0,33 ST S L 
 0,5
j4  0,14  (6.1.r.7.v)
 dr 
La ecuación (6.1.r.7.v) es válida para cualquier perfil de aletas, así como para arreglos
escalonados y alineados de los tubos, correlacionando con un error medio de  10 % en el 89,2%
de los datos experimentales empleados por sus autores en la deducción de dicho modelo. Para
N T  3 la expresión de cálculo es la siguiente:
0 , 607   4  N T 
  0 , 092  N T 
 0 , 031

jN  j4  0,991   2,24 Re    (6.1.r.7.w)
  4  
Las ecuaciones (6.1.r.7.v) y (6.1.r.7.w) son válidas en el siguiente intervalo de valores:
1  N T , 1,27  ST d r  2,55 , 1,4  S L d r  2,58 ; 0,08  S d r  0,64

VDI-Wärme Atlas (2017)

Este procedimiento de cálculo es aplicable para 10 3  Re  10 6 y N T  1 , para arreglos


escalonados y alineados de los tubos aleteados. Siendo aplicable a cualquier tipo de
configuración de aletas con un error máximo del 25%.

253
0 ,15
d 
Nu  C  Re 0,6 Pr 1 3  f  (6.1.r.7.x)
 dr 
Los valores de la constante C empleada en la ecuación (6.1.r.7.x) serán:

Filas de tubos
Tipo de arreglo NT  4 NT  3 NT  2 NT  1

Escalonado 0,38 0,36 0,32 0,3


Constante C
Alineado 0,22 0,2

Stasiulevičius-Skrinska (1988)

La caída de presión en un banco de tubos aleteados puede ser determinada con un 25% de error
mediante la siguiente expresión:
1,8
 d 
C 1  r  Re m N T
p  d 
Eu    f 
(6.1.r.7.y)
  Vm  ST   S L  0,5  l f 1, 4
2 0 ,55

    1  
 dr   dr   dr 
En la ecuación (6.1.r.7.y) se cumple que:

Tipo de arreglo 103  Re  105 105  Re  106


Escalonado C=6,55 ; m=-0,25 C=0,37 ; m=0
Alineado C=7,33 ; m=-0,28 C=0,41 ; m=0

Las ecuación (6.1.r.7.y) es válida para:


4  lF  13,5mm , 103  Re  106 , 19  d r  32 mm , 2,5  S  6,5 61,4  ST  95 mm ,

33,6  SL  49,2 mm , 1  N T  20

6.14 Expresiones básicas para el cálculo de la transferencia de calor por convección en


superficies giratorias.

En el diseño de sistemas de refrigeración de maquinas giratorias, ya sean turbinas, motores de


combustión interna, rodamientos de alta velocidad, etc., se precisa de correlaciones que
permitan determinar la transferencia de calor convectiva. Un resumen breve de algunas de las
más empleadas se da a continuación:

254
1- Discos giratorios

En un disco que gira en un fluido infinito, el flujo pasa de laminar a turbulento para un valor del
número adimensional de Reynolds igual a:
2
V A rCrit
Re   2,4  105 (6.1.r.8)

En la igualdad (6.1.r.8) se cumple que:
V A es la velocidad angular

rCrit es el radio en el que ocurre la transición


En la región laminar el número de Nu se determina mediante la siguiente expresión:

 0,6 0,95 
Nu  0,585 Re    (6.1.r.9)
 Pr 3 Pr 
La expresión (6.1.r.9) es válida para Re  2,4  105 y Pr  0,7
En la región turbulenta el número de Nu se determina mediante la siguiente expresión:
Nu  0,021 Re0,8 Pr 0,33 (6.1.s)

La expresión (6.1.s) es válida para Re  2,4  105 y Pr  0,7

2- Cilindro horizontal giratorio

Para un cilindro horizontal que gira en un fluido en reposo el de Nusselt local es complejo y
engorroso de determinar. El número de Nusselt medio viene dado por:
Nu  0,133 Re2 3 Pr 0,33
V d (6.1.s.1)
Re  A

La expresión (6.1.s.1) es válida para Re  4,3  10 5 y 0,7  Pr  670
El límite inferior para Re d debido a efectos de convección natural, es decir, para cuando los
efectos para la convección natural y forzada combinadas comiencen a ser significativos es:
0,137
 Gr 3 
Re  4,7  r  (6.1.s.2)
 Pr 
3- Cilindro horizontal giratorio
Para una esfera que gira en un fluido en reposo el número de Nusselt local es complejo y
engorroso de determinar. El número de Nusselt medio viene dado por:
Nu  0,66 Re2 3 Pr 0,4
Vd (6.1.s.3)
Re  A

255
La expresión (6.1.s.3) es válida para 5  105  Re  7  106 y 0,7  Pr

Nu  0,43 Re Pr 0, 4
V d (6.1.s.4)
Re  A

La expresión (6.1.s.4) es válida para 102  Re  5  105 y 0,7  Pr
Detalles sobre expresiones para configuraciones o condiciones/entornos más complejos pueden
ser encontrados en la literatura especializada del tema, véase por ejemplo los textos
especializados Fluid flow and heat transfer in rotating media, de Peter Vadaz, y Modelling of
convective heat and mass transfer in rotating media flow, de Igor V. Shevchuk.

256
Capítulo 7  Transferencia de calor con cambio de fase. (Condensación)  

7.1 Introducción a la transferencia de calor por condensación.

Se sabe, por lo estudiado en termodinámica, que cuando se eleva la temperatura de un líquido a


una presión específica, hasta la temperatura de saturación Tsat a esa presión, se presenta la
ebullición. Del mismo modo, cuando se disminuye la temperatura de un vapor hasta Tsat ocurre
la condensación.
Acá se estudian las razones de la transferencia de calor durante esas transformaciones de fase:
líquido en vapor y vapor en líquido. Aún cuando la ebullición y la condensación exhiben
algunas características únicas, se consideran como formas de transferencia de calor por
convección, ya que están relacionadas con movimiento del fluido (como la elevación de las
burbujas hasta la parte superior y el flujo del condensado hacia el fondo). La ebullición y la
condensación difieren de las otras formas de convección en que dependen del calor latente de
vaporización rLV  del fluido y de la tensión superficial  en la interfase líquido-vapor, además
de las propiedades de ese fluido en cada fase. Dado que en las condiciones de equilibrio la
temperatura permanece constante durante un proceso de cambio de fase a una presión fija, se
pueden transferir grandes cantidades de calor (debido al gran calor latente de vaporización rLV 
liberado o absorbido) durante la ebullición y la condensación, en esencia a temperatura
constante. Sin embargo, en la práctica es necesario mantener alguna diferencia entre la
temperatura superficial TP y Tsat , para tener una transferencia efectiva de calor. Típicamente,

los coeficientes de transferencia de calor  asociados con la ebullición y la condensación son


mucho más altos que los que se encuentran en otras formas de procesos de convección que se
relacionan con una sola fase.
En numerosos procesos de transferencia de calor en los que interviene un vapor saturado se
experimenta un cambio de fase al estado líquido mediante el mecanismo de condensación. Este
fenómeno ocurre cuando el vapor entra en contacto con una superficie a menor temperatura. Por
otra parte, en otros procesos se experimenta un cambio de fase inverso, es decir, del estado
líquido al vapor mediante el mecanismo de ebullición.
La condensación de vapores, la evaporación y la ebullición de líquidos son fenómenos comunes
en la ingeniería, en una central generadora de energía de combustible fósil o nuclear, se produce
la ebullición de agua en un generador de vapor y posteriormente este vapor se condensa en un
condensador. En una refinería, el petróleo se evapora en el interior de una columna de
destilación para producir distintos productos en forma de vapor, que más tarde se condensan

257
para formar combustibles líquidos como la gasolina y el keroseno. En una planta desalinizadora
por evaporación instantánea de múltiples etapas se produce vapor de agua calentando una
salmuera, posteriormente el vapor se condensa en agua pura. El proceso de condensación exige
por supuesto un agente refrigerante que elimine la entalpía, mientras que en los procesos de
evaporación y ebullición se requiere de una fuente de energía que suministre esta entalpía.
Como la entalpía de cambio de fase resulta poseer un valor elevado (por ejemplo la del agua es
2,58  103 kJ kg a 43,7 oC y 0,009 MPa), entonces las velocidades y cantidades de transferencia
de calor también resultaran ser grandes. En la mayor parte de las aplicaciones industriales, tanto
la fase líquida, como de vapor, el agente fluye por el intercambiador de calor. Así la
transferencia de calor a la interfaz entre el líquido y el vapor es una esencia de un proceso de
convección, pero a menudo se ve complicado por un interfaz regular, como la que producen las
burbujas o las gotas.
La condensación se produce cuando un vapor saturado que se pone en contacto con una
superficie a menor temperatura, se enfría hasta que la temperatura se hace inferior a su
temperatura de saturación. Si el vapor es puro, la temperatura de saturación corresponde a la
presión total; si se trata de una mezcla de vapor y gas no condensable, la temperatura de
saturación corresponderá a la presión parcial del vapor.
La ebullición es un proceso de cambio de fase de líquido a vapor precisamente como la
evaporación, pero existen diferencias significativas entre las dos. La evaporación ocurre en la
interfase vapor-líquido, cuando la presión de vapor es menor que la de saturación del líquido a
una temperatura dada. Por ejemplo, el agua en una represa a 20oC se evapora hacia el aire a
20oC y humedad relativa de 60%, ya que la presión de saturación del agua a esa temperatura es
2,3 kPa y la presión de vapor del aire en las condiciones mencionadas es 1,4 kPa. Se encuentran
otros ejemplos de evaporación en el secado de ropa, frutas y vegetales; la evaporación del sudor
para enfriar el cuerpo humano y el rechazo de calor de desecho en las torres húmedas de
enfriamiento. Nótese que la evaporación no comprende la formación de burbujas o el
movimiento de éstas.
Por otra parte, se tiene ebullición en la interfase sólido-líquido cuando un líquido se pone en
contacto con una superficie mantenida a una temperatura TS suficientemente por arriba de la de

saturación TSat de ese líquido. Por ejemplo, a 1 atm, el agua líquida en contacto con una
superficie sólida a 110°C hervirá, puesto que la temperatura de saturación del agua a 1 atm es
100°C. El proceso de ebullición se caracteriza por la rápida formación de burbujas de vapor en
la interfase sólido-líquido que se separan de la superficie cuando alcanzan cierto tamaño y

258
presentan la tendencia a elevarse hacia la superficie libre del líquido. Al cocinar no se dice que
el agua hierve hasta que las burbujas suben hasta la parte superior. La ebullición es un fenómeno
complicado debido al gran número de variables que intervienen en el proceso y los patrones
complejos del movimiento del fluido causados por la formación y el crecimiento de las burbujas.

7.1.1 Fundamentos de la transmisión de calor en la condensación de vapor puro

Una aclaración importante que será válida para todas las ecuaciones dadas en este capítulo y
siguientes, las propiedades siempre tendrán un subíndice que indique a que estado físico son
evaluadas , o sea, si es líquido o vapor, (por ejemplo  L densidad del líquido y V densidad del
vapor).
La condensación es el proceso de transición del estado vapor (gas) al estado líquido o sólido
(cambio de fase de primera especie). La condensación se encuentra a menudo en la práctica. En
los condensadores de las turbinas de vapor, este se condensa en los tubos fríos; la condensación
del vapor se emplea en las plantas de potencia, desalinización, en muchos intercambiadores de
calor y otros procesos. La condensación se acompaña de la liberación de calor, debido al cambio
de fase, por lo tanto, el proceso está íntimamente asociado con la transmisión de calor.
La condensación solo es posible cuando el gas (vapor) se halla en estado sub crítico, que puede
producirse por enfriamiento por compresión hasta la temperatura y la presión a la cual la fase
condensada es termodinámicamente más estable que la gaseosa. Si la temperatura y la presión
del gas comprimido son superiores a las correspondientes al punto triple de la sustancia, se
forma un condensado en fase líquida; pero, si la presión y la temperatura del gas comprimido
son menores que las del punto triple, aparece el estado sólido.
La condensación puede tener lugar tanto en el volumen del vapor como en una superficie de
transmisión de calor enfriada. El proceso tiene sus propias peculiaridades y está descrito por
leyes distintas, según las condiciones de condensación. Los procesos que se encuentran con más
frecuencia en la ingeniería de generación de potencia, y en muchas otras ramas de la industria
son los de condensación del vapor al estado líquido sobre superficies de transferencias de calor
enfriadas.
El vapor saturado o recalentado condensa sobre una superficie de transmisión de calor si la
temperatura de esta es inferior a la de saturación a la presión dada. Después del primer contacto
entre la superficie fría y el vapor, aquella se cubre con una capa mono-molecular de vapor
adsorbido, que luego se convierte en una delgada película de líquido. El espesor de esta película
en crecimiento cambia de forma irregular (fluctúa), hasta que alcanza un cierto valor crítico; a
partir de entonces, su espesor aumenta de una forma más o menos monótona. Generalmente, la

259
película de condensado fluye hacia abajo de la pared o gotea bajo la acción de la gravedad
formándose una nueva película de líquido, ya que el proceso es continuo.
Las observaciones visuales y los cálculos teóricos han demostrado que el proceso de
condensación se complica debido a la inestabilidad de la película en un cierto intervalo de su
espesor. Una película muy delgada, del orden de una micra, puede dividirse espontáneamente en
un gran número de gotas al alcanzar el espesor crítico. Después de su formación, las gotas
continúan creciendo, y cuando alcanzan un cierto tamaño deslizan hacia abajo, a causa de la
gravedad, hasta que caen debido a su tamaño. Simultáneamente tiene lugar un proceso de
crecimiento de la película entre las gotas y la formación de nuevas gotas.
La primera forma de condensación en la que la fase líquida forma una película continua y
estable sobre la superficie de transmisión de calor se llama condensación en película, y la
segunda, caracterizada por la formación de gotas, se llama condensación en gotas. La
condensación en película tiene lugar cuando el condensador moja la superficie de transmisión de
calor. Si el condensado no moja la superficie, la condensación es en gotas.
El efecto de mojado está relacionado con la acción de la tensión superficial. Debido a la
interacción molecular, el estado de la sustancia en la capa superficial de separación de las fases,
de un espesor igual a la distancia de acción de las fuerzas moleculares, es distinto del estado en
el interior del cuerpo. El estado en la superficie (o capa capilar de transición) depende de la
acción de las moléculas en una fase y de la acción de las moléculas próximas de la otra fase. El
estado de la sustancia en puntos suficientemente alejados de la superficie interfacial está
determinado por la interacción molecular de la fase considerada.
En una capa capilar existen fuerzas que tienden a reducir su superficie. La fuerza reducida a la
unidad de longitud de cualquier contorno de la superficie interfacial, tangente a esta y
perpendicular al contorno se llama coeficiente de tensión superficial y se simboliza por la letra
 , su unidad de medida es N m 2 .
Cuando la pared de un intercambiador de calor expuesta a un vapor se enfría hasta que su
temperatura sea inferior a la temperatura de saturación del vapor, este se condensa sobre la
superficie. Si el vapor el puro, la temperatura de saturación corresponde a la presión total, sin
embargo, si se trata de una mezcla de vapor y gas no condensable, la temperatura de saturación
corresponderá a la presión parcial del vapor. Existen dos modos de condensación distintos como
fue visto con anterioridad. Si el condensado se forma sobre una pared vertical y la humedece,
una película líquida completa cubrirá la pared y el espesor de la película aumentará a medida de
que esta fluya hacia abajo por la acción de la gravedad, tal modo se conoce como condensación
en película. Puesto que la entalpía de la condensación cedida en la superficie de la película debe

260
atravesarla hasta llegar a la pared, la película presenta cierta resistencia térmica a la
transferencia de calor. Estas películas de condensado son muy delgadas y los coeficientes de
transferencia de calor correspondientes son relativamente elevados. Por ejemplo, cuando se
condensa vapor a la temperatura de saturación de 305K en un tubo de 2 cm de diámetro interior
con paredes a 300K el espesor medio de la película es de   50 m y el coeficiente medio de

 
transferencia de calor es aproximadamente igual a 11700 W m 2  K , si la velocidad de flujo de
condensado es pequeña, ya sea porque la diferencia de temperatura es pequeña o porque la pared
es corta, la película tendrá una superficie lisa y el flujo será laminar. Cuando la velocidad del
flujo es mayor se forman ondas sobre la superficie, dando lugar a lo que se conoce como flujo
laminar ondulatorio, a velocidades aún mayores el flujo pasa a ser turbulento.
Si el condesado no humedece la pared, ya sea porque estas encuentre sucia o bien porque haya
sido tratada con un agente que impide el humedecimiento, se formarán gotitas de condensado
por nucleación sobre las asperezas y otras imperfecciones de la superficie. Estas gotas crecerán
rápidamente por condensación de vapor directa por la conglutinación. Cuando las gotas alcanzan
un cierto tamaño fluyen sobre la superficie por acción de la gravedad dejando expuesto el metal
desnudo, sobre el cual se comienza un nuevo proceso de nucleación. Este modo se conoce como
condensación en gotas.
Es conocido de los cursos de termodinámica que la presión de equilibrio del vapor saturado
sobre una superficie de interfase vapor-líquido convexa es mayor que sobre una plana. La
condensación del vapor en gotas esféricas de radio R es posible sólo si R  RCrit , siendo RCrit ,

el radio de curvatura crítico (mínimo posible) de la interfase vapor-condensado (superficie de


condensación) y su valor puede ser obtenido para el caso de una gota esférica mediante la
ecuación de Thompson (7.1.h). La transferencia de calor en este caso se da esencialmente a
través de gotas de diámetro inferior al radio crítico RCrit , esto unido al hecho de que la
resistencia térmica de estas gotas es pequeña, genera que los coeficientes de transferencia de
calor para la condensación en gotas pueden ser muy elevados.
En laboratorios se han llegado a medir valores del coeficiente de película hasta
3  105 W m 2  K . Estos elevados coeficientes de transferencia de calor resultan atractivos para
el ingeniero, razón por la cual se han invertido recursos y tiempo en trabajos para desarrollar
superficies no humedecibles para intercambiadores de calor, pero hasta la fecha ninguno de los
métodos conocidos y encontrados es totalmente satisfactorio. Si se humedece la superficie con
agentes anti-humectantes como el ácido esteárico, el cual favorece la condensación en gotas el
efecto durará solo unos cuantos días, al cabo de los cuales la capa de la sustancia se desgastará u

261
oxidará, la aplicación continua del agente resulta onerosa y contamina el condensado. La
deposición de un polímero como el teflón sobre la superficie es caro, y además, hace aumentar
la resistencia térmica. La chapa de oro, es también cara y a menudo no tienen efecto duradero.
Cuando un condensador industrial o de laboratorio entra en servicio por primera vez, el modelo
inicial de condensación es en gotas a menos que se haya limpiado deliberadamente el sistema.
Sin embargo, al cabo de unas cuantas horas o días se desarrollará un modo mixto de
condensación hasta que finalmente la condensación ocurrirá exclusivamente en película, por lo
que se acostumbra siempre suponer en los cálculos que la condensación es de tipo pelicular para
de esta forma obtener resultados conservadores del área de transferencia de calor.

7.2 Fundamentos de la condensación en forma de película

Considérese ahora la condensación en película sobre una placa vertical. La película de líquido se
empieza a formar en la parte superior de la placa y fluye hacia abajo por la influencia de la
gravedad.
El espesor  de la película se incrementa en la dirección x del flujo debido a la condensación
continuada en la interfase líquido-vapor. Durante la condensación se libera calor en la cantidad
rLV  (calor latente de vaporización) y es transferido a través de la película hasta la superficie de
la placa que se encuentra a la temperatura TP . Nótese que TP debe estar por debajo de la

temperatura de saturación TSat del vapor para que ocurra la condensación.


En la figura 7.1.a se aprecia el perfil típico de las velocidades y las temperaturas. Nótese que la
velocidad del condensado en la pared es cero, por la condición de no deslizamiento y alcanza un
máximo en la interfase líquido-vapor. La temperatura del condensado es TSat en la interfase y

disminuye gradualmente hasta TP en la pared.


Si el condensado se forma sobre una pared vertical (la pared puede ser plana o puede ser la
superficie exterior de un tubo vertical) y la humedece, en condiciones normales se forma sobre
la superficie un flujo continuo de fluido fluyendo el condensado hacia abajo por la acción de la
gravedad, aumentando el espesor de la película de modo continuo de arriba hacia abajo. Salvo
que la velocidad del vapor sea muy alta o que la película de líquido sea muy gruesa, el
movimiento del condensado es laminar, y se transfiere la entalpía de condensación desde la
interfase vapor-líquido hacia la superficie simplemente por conducción.
La velocidad del flujo de calor depende principalmente del espesor de la película del
condensado, la cual a su vez depende de la velocidad a la que condensa el vapor y de la
velocidad con que se elimina el condensado. Cuando la placa es inclinada respecto a la posición

262
vertical, disminuye la velocidad del condensado y la película de líquido se hace más gruesa, lo
que origina una disminución de la velocidad de transferencia de calor.
Como fue el caso en la convección forzada que comprende una sola fase, la transferencia de
calor en la condensación también depende de si el flujo del condensado es laminar o turbulento.
Una vez más, el número de Reynolds proporciona el criterio para el régimen de flujo el cual se
define como:
Dh  LVL 4 AC  LVL 4 LVL 4m
Re     (7.1.1)
L pL L pL
En la ecuación (7.1.1) se cumple que:
Dh  4 AC p  4 es el diámetro hidráulico del flujo de condensado, en m
p es el perímetro mojado del condensado, en m
AC  p es el perímetro mojado multiplicado por el espesor de la película, en m2 (área de la
sección transversal del flujo de condensado en su parte más baja)
3
 L es la densidad del líquido , en kg m

 L es la viscosidad dinámica del líquido , en Pa s


V L es la velocidad promedio del condensado en la parte más baja del flujo, en m s

m   LVL AC es el gasto de masa del condensado en la parte más baja, en kg s

En la figura 7.1.1 se ilustra la evaluación del diámetro hidráulico Dh para algunas


configuraciones geométricas comunes. Nótese que una vez más el diámetro hidráulico se define
en tal forma que se reduce al diámetro común para el flujo en un tubo circular, como se hizo en
el capítulo 8 para el flujo interno, y es equivalente a cuatro veces el espesor de la película de
condensado en el lugar en donde se evalúa ese diámetro hidráulico; es decir, Dh  4 .

El calor latente de vaporización rLV  es el liberado cuando se condensa una unidad de masa de
vapor y normalmente representa la transferencia de calor por unidad de masa de condensado.
Sin embargo, en un proceso real el condensado se enfría todavía más hasta alguna temperatura
promedio entre TSat y TP . Esto complejiza el análisis, y será visto en todo detalle más adelante

cuando se trate el subenfriamiento del líquido.


El número de Reynolds para la condensación sobre las superficies exteriores de los tubos o las
placas verticales se incrementa en la dirección del flujo debido al aumento del espesor de la
película de líquido. El flujo de esta película exhibe regímenes diferentes, dependiendo del valor
del número de Reynolds. Se observa que la superficie exterior de la película de líquido
permanece lisa y sin ondas para alrededor de Re  30 y, por consiguiente, resulta evidente que
263
el flujo es
e laminar. Conforme el
e número de
d Reynoldss aumenta, aparecen riizos u ondas sobre la
superficie libre del flujo de conndensado y éste se vueelve compleetamente tuurbulento a alrededor
de Re  1800 4  Re  11800, se dicce que el fluujo es laminnar onduladoo y que es
1 . En el rango de 450
turbulentto para Ree  1800. Sinn embargo,, existe cieerto desacueerdo en la literatura disponible
d
acerca deel valor de Re
R en el cuaal el flujo see vuelve lam
minar ondulado o turbuulento.
Los coefficientes de transmisiónn de calor por
p conveccción para la condensaciión de vapo
ores puros
en formaa de películla, sobre tuubos y placas, fueron obtenidos
o p primeraa vez por Nusselt
por N en
1916.
El primerr paso en ell análisis dee este processo de condeensación en película lam
minar es ex
xaminar la
dinámicaa del flujo de
d una partíccula líquida delgada.

1- Proceeso dinámicco del flujo

Como laa velocidad de una pellícula delgaada es relativamente baja,


b las fueerzas necesaarias para
acelerarlaa son, en general
g peqqueñas y el movimientto de la peelícula está determinad
do por un
simple baalance de fuuerzas de em
mpuje y de fuerzas
f visccosas.
Para una superficie vertical,
v a una
u distanciaa x de la paarte superior de la placaa de anchurra
unitaria, el espesor de la pelícuula es d ; si el
e flujo de líquido es laaminar y esttá producido
o sólo
por la accción de la gravedad,
g see puede estim
mar la veloccidad del líqquido mediaante un balaance de
mento de voolumen dx (véase
fuerzas sobre el elem ( la fig
gura 7.1.a)

Figura 7.1.1
7 Perímeetro mojadoo p , área dee la sección transversall del condennsado AC y diámetro
hidrááulico Dh paara algunas configuraciones geom
métricas com
munes.

Como coonsecuenciaa de este gradiente


g dee presiones,, se puede interpretar que el elem
mento de
condensaado   y  se encuenntra en unaa atmósferaa de vapor saturado, ppor lo que aparecerá

264
sobre el mismo una fuerza sustentadora FV (prácticamente despreciable), igual al peso del
volumen de vapor desalojado de la forma:
FV    y  dxV g (7.1.a)
Las fuerzas viscosas frenan el movimiento hacia abajo (rozamiento); por lo que respecta al
vapor, a menos que fluya a una velocidad muy elevada, las tensiones de cortadura en la
superficie libre son muy pequeñas, por lo que el rozamiento debido al vapor se puede
despreciar; la fuerza de rozamiento generada FR será debida únicamente a la viscosidad del
líquido, y se opone al deslizamiento del condensado de la forma:
dV
FR   L dx (7.1.a.1)
dy
Es conocido del curso de mecánica de fluidos que las fuerzas hacia arriba y hacia abajo son
iguales, por lo que igualando las expresiones (7.1.a) y (7.1.a.1) se llega a:

  y    L  V    L dV dx (7.1.a.2)
dy
En la ecuación (7.1.a.2) se cumple que:
 es el espesor de la capa de condensado, en m
3
 L es la densidad del líquido, , en kg m

V es la densidad del vapor, en kg m 3


V  V  y  es la velocidad a la distancia x , en m s

Integrando la ecuación diferencial (7.1.a.2) se obtiene la distribución de velocidades V en la


película de condensado. Esta distribución de velocidades viene dada por:
 y 2    V g
V  y    y   L (7.1.a.3)
 2  L
Si en la ecuación (7.1.a.3) se hace y   se obtiene un máximo para la velocidad sobre la
superficie de la película, lo cual viene descrito mediante la siguiente expresión:

VMax 
  L  V g 2
(7.1.a.4)
2 L
La ecuación (7.1.a.4) se pudiese haber obtenido también mediante un método integral el cual
viene detallado en la literatura especializada, aunque acá será proporcionado para el caso de
superficies horizontales.
Finalmente el flujo másico de condensado por unidad de ancho de la película viene dado por:

265

G    LVdy (7.1.a.5)
0

La velocidad V a la distancia x fue demostrado anteriormente que viene descrita mediante la


expresión (7.1.a.3), por lo tanto sustituyéndola en la ecuación (7.1.a.5) se llega:

y 2    V g


G    L  y   L dy (7.1.a.6)
0  2   L

Integrando en (7.1.a.5) se arriba a:


  2  3   L  V g
G   L    (7.1.a.7)
 2 6  L
Reduciendo términos semejantes se arriba a:
 L  L  V g 3  L  V g 3
G  (7.1.a.8)
3L 3 L

Figura 7.1.a Condensación en forma de película sobre una superficie vertical.

2- Proceso térmico del flujo

En la ecuación (7.1.a.8) quedó esclarecida la síntesis de la dinámica del fluido de la película, por
lo que se está en condiciones de abordar el proceso térmico del flujo. Este problema posee dos
características especiales, la primera es que la velocidad de la película es relativamente baja y la
segunda es que los gradientes de temperatura en la dirección x son pequeños, ya que tanto la
pared, como la superficie de la película son isotérmicas.
Tal como fue visto en la ecuación (7.1.a.8), la velocidad del flujo másico del condensado sobre
la superficie vertical depende de la velocidad a la que condensa el vapor, si se supone que el

266
flujo de película es de tipo laminar y paralelo a la superficie, entonces el gradiente de
temperaturas es lineal de la forma:
dT TSat  TP
 (7.1.a.9)
dy  x 
Como el calor se transfiere a través de la capa de condensado, únicamente por conducción, se
tiene que:
dT
dq  Ldx (7.1.b)
dy
Sustituyendo la expresión (7.1.a.9) en la ecuación (7.1.b):
TSat  TP
dq  L dx  dG rLV  (7.1.b.1)
 x 
En la ecuación (7.1.b.1) se cumple que:
dG es la cantidad de vapor condensado en el elemento   y  dx
rLV  es el calor latente de vaporización para la temperatura de saturación, en una gran parte de
la literatura viene designada como h fg

Despejando la cantidad de vapor condensado dG en la ecuación (7.1.b.1) se llega a:


TSat  TP 1
dG  L dx (7.1.b.2)
  x  rLV 
Si se despeja el diferencial dx en (7.1.b.2) se arriba a una expresión básica que es tomada como
punto de partida en la determinación del espesor de la capa de condensado. Esta expresión
queda dada por:
dG TSat  TP L
 (7.1.b.3)
dx   x  rLV 
La ecuación (7.1.b.3) puede ser transformada sustituyendo en ella el gasto másico, el cual fue
determinado anteriormente en la relación (7.1.a.8), quedando entonces:
dG  L  L  V g d  3 
 (7.1.b.4)
dx 3L dx
Derivado en (7.1.b.4) el espesor de la capa de condensado se obtiene:
dG  L  L  V g 2 d
 (7.1.b.5)
dx L dx
Igualando las ecuaciones (7.1.b.5) y (7.1.b.3) se arriba a:

 L  L  V g 2 d TSat  TP L
 (7.1.b.6)
L dx  x  rLV 

267
Separando variables en la ecuación diferencial (7.1.b.6):
TSat  TP L
 3d   L dx (7.1.b.7)
 L  L  V g rLV 
Integrando en (7.1.b.7) se obtiene:

TSat  TP L X

  d   L  L  L  V g rLV  0
3
dx (7.1.b.8)
0

Resolviendo convenientemente en (7.1.b.8)

4 TSat  TP L
 L x (7.1.b.9)
4  L  L  V g rLV 
Despejando el espesor de la película de condensado en la ecuación (7.1.b.9)

4  L L TSat  TP  1
 4 x (7.1.c)
 L  L  V g rLV 
La expresión (7.1.c) permite determinar el espesor de la película de condensado e indica además
que esta aumenta en función de la raíz cuarta de la distancia recorrida x a lo largo de la
superficie vertical.

3- Coeficiente de transferencia de calor.

El calor evacuado en la condensación por conducción, en el elemento de volumen de espesor dx


a la distancia x , es el mismo que el evaluado por convección en la forma siguiente:

dq   X dx TSat  TP   L dx  L TSat  TP 
dT dx
(7.1.c.1)
dy dy
De la ecuación (7.1.c.1) se deduce que el coeficiente de transferencia de calor local por unidad
de ancho de la película viene dado por:

 X  L
TSat  TP  1 
 L (7.1.c.2)
 TSat  TP  
El espesor de la película de condensado  fue obtenido en la expresión (7.1.b.9). Sustituyendo
su valor en la expresión (7.1.c.2), es posible obtener el coeficiente de transferencia de calor
local por unidad de ancho de la película, el cual es igual a:

X  4
rLV  L g  L  V 3L (7.1.c.3)
4 x L TSat  TP 

Como el número de Nusselt local adimensional en x fue visto anteriormente que puede ser
determinado mediante la ecuación (1.1.i.9), o sea:
d d X x
Nud  ; Nu X  (1.1.i.9)
 
268
Sustituyendo (7.1.c.3) en (1.1.i.9) se obtiene:

Nu X 
rLV  L g  L  V x 3 (7.1.c.4)
4  L  L TSat  TP 
4

El aumento del espesor de la película de condensado es semejante al crecimiento de la capa


límite sobre una placa plana en la convección; un aumento de la diferencia de temperaturas,
TSat  TP  , produce una disminución de la conductancia superficial; esto está originado por el
aumento del espesor de la película, como resultado del incremento de la velocidad de
condensación.
Finalmente el valor medio del coeficiente de convección  correspondiente a una superficie
vertical de espesor unitario y altura L viene dada por:
L
1 4
Vert 
L0 a X dx   X  L
3
(7.1.c.5)

Por lo tanto, sustituyendo en (7.1.c.5) el coeficiente de convección local por unidad de ancho de
la película, el cual fue determinando con anterioridad mediante la expresión (7.1.c.3), se llega a:

4 4 rLV  L  L  V g3L r    V g3L


Vert   X   0,94284 LV L L (7.1.c.6)
4 L L TSat  TP  L L TSat  TP 
4
3 3

La ecuación (7.1.c.6) es válida para 0  Re  30


La ecuación (7.1.c.6) fue obtenida por primera vez por Nusselt en 1916. Las suposiciones
hechas por Nusselt, en las cuales considera insignificantes o despreciables los efectos de la
aceleración del fluido y de la convección se conocen en ingeniería como suposiciones de
Nusselt y se han empleado en una gran cantidad de problemas distintos que involucran películas
descendentes. Estas se detallan de la siguiente manera:
1- Tanto la placa como el vapor se mantienen a las temperaturas constantes de TP   y TSat ,
respectivamente, y la temperatura de uno a otro lado de la película de líquido varía en forma
lineal.
2- La transferencia de calor de uno a otro lado de la película de líquido es por conducción pura
(no existen corrientes de convección en la película de líquido).
3- La velocidad del vapor es baja (o cero), de modo que no ejerce arrastre sobre el condensado
(no existe fuerza cortante viscosa sobre la interfase líquido-vapor).
4- El flujo del condensado es laminar y las propiedades del líquido son constantes.
5- La aceleración de la capa de condensado es despreciable.
Aunque el análisis anterior este efectuado específicamente para una placa vertical, el desarrollo
es válido para las superficies interiores y exteriores de tubos verticales, si estos poseen

269
diámetros grandes en comparación con el espesor de la película R    . Estos resultados
también pueden ser extendidos a placas inclinadas un ángulo  respecto al plano vertical,
sustituyendo en la ecuación (7.1.c.6) la variable gpresente en el denominador por g cos 
Un análisis detallado de la capa límite en la condensación pelicular en una placa vertical fue
efectuado por Sparrow y Gregg. Sus resultados fueron confirmados con posterioridad por otros
investigadores (Chen, Lienhard, Dhir). Según estas investigaciones la ecuación (7.1.c.6)
correlaciona con  3 % de error medio para Ja  0,1 y 1  Pr  100 .
En la tabla 7.1.a se muestra un resumen de valores aproximados del coeficiente de transferencia
de calor por convección en el caso de la condensación de algunos vapores puros.

Tabla 7.1.a Valores aproximados del coeficiente de transferencia de calor por convección en el
caso de la condensación de algunos vapores puros.
Fluido Materiales TSat  TP   W m 2 o C 
Agua Tubos horizontales con diámetro exterior (25-75 3-20 11000-23000
mm)
Agua Superficie vertical con 3 m de altura 3-20 5700-11000
Etanol Superficie vertical con 3 m de altura 10-55 1100-1900
Benceno Tubos horizontales con diámetro exterior 25 mm 15-45 1400-2000
Etanol Tubos horizontales con diámetro exterior 50 mm 5-20 1700-2600
Amoniaco Anillo horizontal de 50 a 75 mm 1-4 1400-2600

7.2.1 Efecto del subenfriamiento del líquido y sobrecalentamiento del vapor a condensar

El calor latente de vaporización rLV  es liberado cuando se condensa una masa de vapor y
normalmente representa la transferencia de calor por unidad de masa de condensado. Sin
embargo en un proceso real el condensado se enfría aún más hasta alguna temperatura promedio
entre la temperatura de saturación T Sat y la temperatura de la pared T P , lo que ocasiona que sea
liberado más calor. Por lo tanto la transferencia de calor será mayor. En el caso de líquidos con
entalpías de cambio de fase relativamente bajas, como es el caso de muchos refrigerantes, se
hace necesario efectuar una corrección para tomar en cuenta el efecto del subenfriamiento.
Nusselt a partir de las simplificaciones que permite el empleo de sus suposiciones (considera
insignificantes o despreciables los efectos de la aceleración del fluido y de la convección)
obtuvo que la corrección consistía en modificar el calor latente de vaporización, surgiendo un
nuevo término al cual denominó calor latente de vaporización modificado, el cual puede ser
obtenido mediante la siguiente expresión:

270
rLV *  rLV   0,375 CpL TSat  TP  (7.1.c.7)

Rohsenow demostró que se puede tomar en cuenta el enfriamiento del líquido al reemplazar el
calor latente de vaporización rLV  por el calor latente de vaporización modificado de primer

género rLV 1 . La formulación de Rohsenow no hace uso de las suposiciones de Nusselt, por lo
*

que se puede considerar que los resultados obtenidos con su uso son más exactos, viniendo
descrita mediante la siguiente expresión:

rLV 1*  rLV   0,683CpL TSat  TP  (7.1.c.8)

La expresión (7.1.c.8) es válida para el siguiente intervalo de valores:

0  Cp L
TSat  TP   1 ; Pr  0,5
rLV 1*
En la ecuación (7.1.c.8) se cumple además que:
CpL es el calor específico del líquido a la temperatura promedio de película 0,5  TSat  TP 

PrL es el número de Prandtl del líquido a la temperatura promedio de película


Lienhard y Sadasivan, modificaron la expresión (7.1.c.8) a partir de las condiciones de validez
de la misma e introdujeron un número adimensional, el cual fue denominado número
adimensional de Jakob, (en honor al profesor M. Jakob, eminente investigador de los problemas
relacionados con el intercambio térmico). El número de Jakob viene dado por:
TSat  TP 
Ja  Cp L (7.1.c.9)
rLV 1*
Y la expresión (7.1.c.8), ahora modificada queda dada por:
 
rLV 1*  rLV   TSat  TP CpL  0,683  0,228  (7.1.d)
 PrL 

Al introducir en la ecuación (7.1.c.8) el número adimensional de Jakob, no es necesario aplicar


la primera condición de validez, puesto que siempre se cumplirá que el número de Jakob será
menor que la unidad. Acá la única condición que si se mantiene y que debe ser cumplida es que
Pr  0,5 para que sea aplicable el método.
Se puede aplicar un argumento al dado en la ecuación (7.1.c.8) para el vapor que entra en el
condensador como vapor sobrecalentado a una temperatura TSCal . Como el vapor es
sobrecalentado primeramente debe enfriarse hasta la temperatura de saturación del vapor, o sea
hasta TSat antes de que pueda condensarse y el calor es transferido a la pared. La cantidad de

calor liberado cuando una unidad de masa de vapor sobrecalentado a una temperatura TSCal se

271
enfría hasta TSat se determina de forma muy sencilla mediante la multiplicación de la
diferencias de temperaturas del vapor sobrecalentado y saturado con el calor específico a la
temperatura media de estas dos temperaturas, o sea:
TSCal  TSat CpSCal
Acá CpSCal es el calor específico a la temperatura promedio de los dos vapores sobrecalentado y

saturado, o sea 0,5  TSCal  TSat 


Ya teniendo en cuenta el efecto del subenfriamiento del líquido y la posible presencia de vapor
sobrecalentado en el condensador el calor latente de vaporización quedará entonces dado por:
 
rLV 1*  rLV   TSat  TP CpL  0,683  0,228   CpSCal TSCal  TSat  (7.1.d.1)
 PrL 

En la ecuación (7.1.d.1) se deben hacer unas indicaciones para que su uso sea adecuado, estas
consisten en lo siguiente:
1- El calor latente de vaporización rLV  se evalúa a la temperatura de saturación del vapor, o

sea, TSat .

2- El calor específico del líquido CpL   y el número de Prandtl del líquido PrL , se evalúan a la
temperatura promedio de película 0,5  TSat  TP 

3- El calor específico del vapor sobrecalentado CpSCal se evalúa a la temperatura promedio de

los dos vapores sobrecalentado y saturado, o sea 0,5  TSCal  TSat 


Cuando en el cálculo se deseen tener en cuenta los efectos del subenfriamiento del líquido y la
presencia de la cantidad de calor adicional que surge como resultado del enfriamiento de un
vapor sobrecalentado (si lo hubiera) entonces en la ecuación (7.1.c.6) el término rLV  se

sustituye por rLV 1 , calculado mediante el empleo de la fórmula (7.1.d.1).


*

A fin de incluir los efectos de las propiedades variables se ha establecido un método conocido
como método de las temperaturas de referencia. En este método propuesto y demostrado por
Anthony F. Mills, se resuelve en forma numérica las ecuaciones exactas que incluyen
propiedades variables. Este método requiere utilizar una expresión para evaluar el calor latente

de vaporización modificado de segundo género rLV 2 de la forma siguiente:


*

rLV *2  rLV   0,35 TSat  TP CpL (7.1.d.2)

272
En la ecuación (7.1.d.2) el término rLV  se debe evaluar a la temperatura de saturación para
tener en cuenta el subenfriamiento del líquido, las propiedades restantes de la fase se líquida se
evalúan a la temperatura siguiente:
T  TP  b TSat  TP  (7.1.d.3)

Los valores de la constante b presente en la ecuación (7.1.d.3) siempre estarán entre 0 y 1 y son
únicos para cada tipo de sustancia (por ejemplo para el agua b  0,33 y para el alcohol etílico
b  0,12 ) . Se puede consultar la literatura especializada si se desea obtener los coeficientes b
1

para otros fluidos. Una simplificación que da valores precisos es considerando que

rLV *2  rLV 1* empleando la ecuación (7.1.d.1) para evaluar rLV 1 . En el uso de la ecuación
*

(7.1.d.1) el calor latente de vaporización rLV  se evalúa a la temperatura de saturación del

vapor TSat y el resto de las propiedades se evalúan a la temperatura media de la película.


Con las consideraciones vistas hasta acá, la razón de transferencia de calor se puede expresar a
partir de la ley de enfriamiento de Newton como:

QCond  F TSat  TP   mrLV 1


*
(7.1.d.4)
En la ecuación (7.1.d.4) se cumple que F es el área de transferencia de calor (sobre la cual
ocurre la condensación)
Despejando en (7.1.d.4) el caudal másico y sustituyéndolo en la ecuación (7.1.1), se obtiene otra
relación para determinar el número de Reynolds, la cual viene dada por:
4QCond 4 F TSat  TP 
Re   (7.1.d.5)
 L  L rLV 1
*
 L  L rLV 1*
La relación (7.1.d.5) resulta conveniente para determinar el número de Re cuando se conoce el
coeficiente de transferencia de calor o la razón de la transferencia de calor en la condensación.

7.2.2 Condensación en película laminar sobre placas y tubos verticales.

Es conocido ya que en la condensación pelicular existen tres regímenes de flujo, los cuales son;
1- Laminar
2- Ondulatorio (ondulado)
3- Turbulento.
Para números de Reynolds bajos el flujo es laminar y la superficie de la película presenta un
aspecto liso; a medida que aumenta el número de Reynolds se forman ondas en la superficie de
la película; al seguir aumentando aún más el número de Reynolds estas ondas toman una forma

1
Sthephan, K., Heat transfer in condensation and boiling , 3rd ed, Ed Springer, Berlin, 2012, pp. 124-126
273
compleja ondulatoria en tres dimensiones. Las ondas hacen que el líquido se mezcle
ligeramente, pero el flujo en la base sigue siendo laminar, hasta que a velocidades relativamente
altas, el flujo se vuelve turbulento por toda la película debido a la inestabilidad originada por los
esfuerzos cortantes.
El número de Reynolds de una película descendente fue definido en la ecuación (7.1.1) como
una función de la velocidad y del diámetro hidráulico de la película, o sea:
Dh  LVL 4 AC  LVL 4 LVL 4m
Re     (7.1.1)
L pL L pL
El número de Reynolds puede estar también en función del gasto másico cuando se conoce el
coeficiente de transferencia de calor o la razón de la transferencia de calor en la condensación,
lo que también ya fue analizado y plasmado en la ecuación (7.1.d.5), de forma que:

4 F L TSat  TP  4L TSat  TP  L L  L2 g 


3 13
4QCond
Re   
 L rLV 1*  L2 g  L
(7.1.d.5)
 L  L rLV 1*  L  L rLV 1* 13

De la expresión (7.1.d.5) se puede extraer un parámetro adimensional P el cual viene definido


por:
L TSat  TP 3 L
P (7.1.d.5.1)
 L rLV 1*  L2 g 
13

Por lo tanto la correlación (7.1.d.5) se puede simplificar a:

  2 g 
13

Re  4 PNuL  L L (7.1.d.5.2)
L
Las expresiones (7.1.d.5.1) y (7.1.d.5.2) serán empleadas más adelante cuando se exponga un
método de cálculo propuesto por Kern.
La ecuación (7.1.c.6), la cual se obtiene considerando las suposiciones simplificadoras de
Nusselt, da lugar a una buena percepción teórica sobre la dependencia funcional del coeficiente
de transferencia de calor en la condensación en superficies verticales. Sin embargo, en la
práctica se observa que predice de manera imperfecta ese coeficiente, al no tomar en
consideración los efectos del perfil no lineal de temperaturas en la película de líquido y el
enfriamiento de este último por debajo de la temperatura de saturación. Se pueden tomar en
cuenta estos dos efectos si se reemplaza rLV  por rLV 1 , siendo determinado este último
*

mediante la expresión (7.1.d.1). Con esta modificación se determina que el coeficiente de


transferencia de calor promedio para la condensación en película laminar sobre una placa plana
vertical de altura L viene dado por:

274
rLV 1*  L  L  V g3L
Vert  0,9428 4 (7.1.d.6)
L L TSat  TP 

La ecuación (7.1.d.6) es válida para 0  Re  30


A una temperatura dada la densidad del vapor es mucho menor que la densidad del líquido, o
sea,  L  V , por lo tanto , L  V  L . Este planteamiento es válido excepto cuando la
temperatura es cercana al punto crítico de la sustancia. Si se emplea esta aproximación y se
sustituyen las ecuaciones (7.1.c) y (7.1.a.8), en x  L , en la ecuación (7.1.c), al observar que
L 4
 X L  y  X   X  L (ecuaciones (7.1.c.2) y (7.1.d.6), se obtiene que:
 X L 3

4 g L  L   V  3 4 g L2
3 3
 L  4g  L 
Re Vert      2   (7.1.d.7)
3 L2 3 L2   X L  3 L  0,75   vert 
A partir de la ecuación (7.1.d.7) se puede vincular el coeficiente de transferencia de calor en
términos del número de Re, quedando de la siguiente forma:
13
  g 
 vert  1,4675 L1 3  2  (7.1.d.8)
Re   L 

La ecuación (7.1.d.8) es válida para  L  V y 0  Re  30


Los resultados obtenidos con base en las relaciones teóricas antes dadas concuerdan de manera
excelente con los conseguidos experimentalmente. Se puede demostrar con facilidad que si se
usan los valores de forma apropiada en las ecuaciones (7.1.d.8) y (7.1.d.6), en las unidades
especificadas, da el coeficiente de transferencia de calor en la condensación en W m2 o C ,  
ahorrando de este modo el paso por tediosas manipulaciones de unidades en cada ocasión. Todas
las propiedades del líquido se deben evaluar a la temperatura de película TSat  TP  2 , mientras

que el calor latente de vaporización rLV  y la densidad del vapor V se evalúan a la

temperatura de saturación TSat . El análisis físico de unidades de la ecuación (7.1.d) se da a


continuación:
3
J kg  kg  m  W 
    
rLV 1*  L  L  V g3L kg m 3  m 3  s 2  mo C 
Vert  0,94284 4
L L TSat  TP  kg o
 C m
ms
0 , 25
 W4 
0, 25
m 1 W J 
  6 3o 3o    8 o 4 
s m m C C m  C 
W
Vert  2 o
m C
275
7.2.3 Flujo laminar ondulado sobre placas verticales.

Con números de Reynolds mayores que 30 se observa que se forman ondas en la interfase
líquido-vapor, aún cuando el flujo en la película de líquido es todavía laminar. En este caso se
dice que es laminar ondulado. Las ondas en la interfase líquido-vapor tienden a incrementar la
transferencia de calor. Pero las ondas también complican el análisis y resulta muy difícil obtener
soluciones analíticas. Por lo tanto, se debe recurrir a estudios experimentales. En promedio, el
incremento en la transferencia de calor debido al efecto de las ondas es de alrededor del 20%,
pero se han encontrado valores que han sobrepasado el 50%. El monto exacto de la mejora
depende del número de Reynolds. Con base en sus estudios experimentales, Kutateladze
recomendó la siguiente relación para la determinación del coeficiente de transferencia de calor
promedio en el flujo laminar ondulado del condensado:
13
Re  L  g 
 Vert ,ondul    (7.1.d.9)
1,08 Re  5,2   L2
1, 22

La ecuación (7.1.d.9) es válida para  L  V y 30  Re  1800 . La expresión (7.1.d.9)

correlaciona bien con los datos experimentales disponibles con un error medio de  15% .
Kutateladze propuso una alternativa más sencilla que la relación (7.1.d.9), válida para la
obtención del coeficiente de transferencia de calor medio en el flujo laminar ondulado
empleando para ello la ecuación de Nusselt, o sea, la expresión (7.1.d.6). La propuesta dada
viene regida por la siguiente expresión:
Vert ,ondul  0,8 Re 0,11 Vert (7.1.e)

En la ecuación (7.1.e) el término Vert se calcula usando la expresión (7.1.d.6). Esta expresión

puede contener hasta  25 % de error medio, aunque es una solución simple y rápida que
relaciona el coeficiente de transferencia de calor medio en la región laminar y ondulada.
McAdams hizo una propuesta diferente, la cual consiste en incrementar un 20% los valores
obtenidos a partir del empleo de la ecuación (7.1.d.6), y el resultado obtenido será entonces el
valor del coeficiente de transferencia de calor medio en la región ondulada, la propuesta de
McAdams viene dada por:

rLV 1*  L  L  V g3L


Vert ,ondul  1,2Vert  1,13 4 (7.1.e.1)
L L TSat  TP 

Varios autores, entre ellos Holman y Annaratone, sugieren el empleo de la ecuación (7.1.e.1), a
sabiendas de que se trata de un procedimiento conservador que proporciona un margen de
seguridad en el diseño térmico. El autor concuerda con el criterio de varios autores (Cengel,

276
Incropera et al, Baehr, Perry et al) que plantean que la ecuación (7.1.d.9) arroja mejores
resultados que relación (7.1.e.1), por lo que es preferible su empleo, a pesar de esta última
proporciona un margen de seguridad más conservador en el diseño de sistemas verticales de
condensación pelicular con presencia de régimen de flujo laminar ondulado.
Si se sustituye la ecuación (7.1.d.9) en la (7.1.d.5) y se simplifica convenientemente se obtiene
una expresión que permite obtener el número de Reynolds en la región laminar ondulada. Esta
expresión viene dada por:
0 ,82
 3,7 L L TSat  TP   g  
13

ReVert ,ondul   4,81   2   (7.1.e.2)


  L rLV 1*   L  

En la deducción de la ecuación (7.1.e.2) se empleó la suposición ya conocida  L  V , por lo


tanto como la densidad del líquido es mucho mayor que la del vapor se cumple que
L  V  L . Mientras que la variable rLV 1* se determina mediante la ecuación (7.1.d.1)

7.2.4 Flujo turbulento sobre placas verticales.

Con números de Reynolds de alrededor de 1800 el flujo de condensado se vuelve turbulento. Es


muy difícil que se llegue a alcanzar el flujo turbulento en un tubo horizontal durante la
condensación, pero sí es posible se pueda conseguir en la parte más baja de un tubo vertical.
En la literatura e investigaciones sobre el tema en concreto se han elaborado varias propuestas
de relaciones empíricas, con grados variables de complejidad, para la obtención del coeficiente
de transferencia de calor para el flujo turbulento. Labuntsov, propuso una expresión, la cual se
auxilia de la simplificación que genera la comparación entre las densidades del líquido y el
vapor  L  V , expresión que viene descrita por:
13
Re  L  g 
 Vert ,Turb    2  (7.1.e.3)
8750 
58

Re 0 , 75  253   L 
Pr
La ecuación (7.1.e.3) es válida para  L  V y Re  1800 . La expresión (7.1.e.3) correlaciona

bien con los datos experimentales disponibles con un error medio de  20 % .


Adicionalmente se puede agregar a la expresión (7.1.e.3) que las propiedades físicas del
condensado se deben evaluar a la temperatura de película TF  TSat  TP  2 . En este caso la
relación para Re se obtiene al sustituir la relación (7.1.e.3), en la ecuación (7.1.d.5),
obteniéndose que:

277
4 3
 0,069 L Pr T  T   g 
13

Re Vert ,Turb  L Sat P
 2  151 Pr  253  (7.1.e.4)
  L rLV 1
*
 L  

En la ecuación (7.1.e.4) la variable rLV 1 se determina mediante la ecuación (7.1.d.1)


*

7.2.5 Otras formulaciones para flujo sobre placas verticales.

Acá se darán otras formulaciones para el cálculo del coeficiente de transferencia de calor medio
para condensación de flujos sobre placas verticales. Estas expresiones también pueden ser
empleadas a tubos siempre que se cumpla que el diámetro del tubo sea mucho más grande que el
espesor de la película de condensado. Estos resultados también pueden ser extendidos a placas
inclinadas un ángulo  respecto al plano vertical, afectando el coeficiente de transferencia de
calor medio por un factor de corrección tal como se muestra a continuación:

inclin  Vert 4 cos (7.1.e.5)

La ecuación (7.1.e.5) está diseñada para flujo laminar, por eso el coeficiente Vert , aunque puede

ser extendida a flujos laminares ondulatorios con cierto grado de aproximación (  35 % error).
Chun y Seban, proponen para el caso de condensación de vapor de agua las siguientes
correlaciones:
(Régimen laminar y laminar ondulado) Para 30  Re  5800 PrL1,06 ; Nu  0,822 Re 0, 22

(Régimen turbulento) Para Re  5800 PrL1,06 ; Nu  3,8 10 3 Re 0, 4 PrL0, 65

Donde ReTrans  5800 PrL1, 06 es el valor del número adimensional de Reynolds para el cual

aparece el régimen turbulento y PrL es el número de Prandtl para el líquido.


Seban proporciona, para el caso de que el condensado sea vapor de agua, una expresión para
determinar la posición de transición a régimen turbulento en una placa vertical, la cual viene
dada por:
13
 2 
xTrans   L 
PrL

5800 PrL1,06 1, 22
(7.1.e.6)
 g  4 JaL

Mientras que el coeficiente de transferencia de calor medio viene dado por:

   9,12 10 3 Ja L L  xTrans  


13 10 6
2
g PrL
Nu  L
  (7.1.e.7)
L 4 Ja L   
 L2 g PrL0,35
13

La ecuación (7.1.e.7) es aplicable solamente al régimen turbulento

278
En el caso de que la superficie vertical sea un tubo se puede aplicar la relación de McAdams
para determinar el número dimensional de Reynolds del condensado en la parte inferior del
tubo, la cual viene dada por:

g L  L  V 3L TSat  TP  L3
3

Re  4,52 4 (7.1.e.8)
 L5 rLV 3
Anteriormente fue visto de forma superficial el método propuesto por Kern, en el cual se obtiene
un parámetro adimensional P mediante el empleo de la expresión (7.1.d.5.1), mientras que en la
expresión (7.1.d.5.2) se proporciona la relación existente entre este parámetro adimensional y
los números de Re y NuL . Sustituyendo la ecuación (7.1.d.5.2) en las expresiones (7.1.d.8),

(7.1.d.9) y (7.1.e.3), estas se pueden resolver para NuL en términos del parámetro adimensional
P para conseguir:

  2 g 
13
0,943
Para P  15,8 NuL  L L  0,25 (7.1.e.9)
L P

  2 g 
13

Para 15,8  P  2530 Nu L  L L 


1
0,68P  0,89 0,82 (7.1.f)
L P

 L  L2 g 
 
13

 0,024 P  53 PrL  89


1 43
Para P  2530 ; Pr  1 Nu L  (7.1.f.1)
L P
La ecuación (7.1.e.9) es idéntica a la expresión (7.1.d.6), con la salvedad que en la primera se
emplea la aproximación  L  V . Las ecuaciones (7.1.e.9), (7.1.f) y (7.1.f.1) fueron
desarrolladas por D. Q. Kern en el año 1959, y son conocidas en la literatura como ecuaciones
de Kern. A pesar de su sencillez su empleo puede generar errores del orden  35% .

7.2.6 Condensación en película laminar sobre un tubo horizontal.

En las plantas generadoras de potencia y en las industrias procesadoras se emplean ampliamente


los condensadores de haz de tubos y coraza, en los que la condensación se lleva a cabo en un
haz de tubos horizontales. La fuerza de flotación ejercida por el líquido en la superficie del tubo
viene dada por  L  V gsen , esto es justificado pues, la superficie del tubo no es plana sino
curva y esta fuerza de flotación es siguiendo la aproximación dada por una línea tangente a la
superficie del tubo que surge como resultado de la trayectoria de la porción superior a la
inferior, tramo a tramo. Por lo tanto el ángulo  se mide desde la parte superior del tubo. La
ecuación diferencial para el perfil de velocidades V  y  a través de la película, considerando que
y  0 para cualquier valor particular de x , viene dada por la siguiente expresión:

279
 2V
L   L  V g  0 (7.1.f.1.1)
y 2
La ecuacion diferencial (7.1.f.1.1) es afectada ahora por el término sen por la presencia de la
inclinación ya mencionada en la pared del tubo (curvatura del tubo hablando con rigor), por lo
tanto la expresión (7.1.f.1.1) se transforma y queda de la forma siguiente:
 2V
L   L  V gsen  0 (7.1.f.2)
y 2
Igualmente como fue considerado que y  0 , entonces la distribución de temperaturas es
unidimensional, por lo tanto se tiene que:
 2T y 2  0 (7.1.f.3)
La ecuación diferencial (7.1.f.2) es una ecuación diferencial de perfil de velocidades, en este
caso la velocidad V  y  a través de la película para cualquier valor particular de x . Para
solucionarla se requieren dos condiciones de contorno. Sobre la pared se toma la condición de
no deslizamiento del fluido real, por lo tanto:
y0 ; V 0 (7.1.f.4)
En la superficie de la película se supone que el arrastre de vapor es mínimo. Si se toma   x 
como el espesor de la película, la condición de contorno requerida entonces vendrá dada por:
y  ; V y  0 (7.1.f.5)
El espesor de la película   x  es una función todavía pendiente por determinar. La condición de
arrastre del vapor despreciable o insignificante es válida en muchas ocasiones en que la
velocidad del vapor no es demasiado grande. Integrando la ecuación diferencial (7.1.f.2) se
obtiene:
V   V gsen  C
 L (7.1.f.6)
y L 1

Introduciendo en la ecuación (7.1.f.6) la condición de contorno expresada en la expresión


(7.1.f.5) se tiene que:

0  
 L  V gsen  C
(7.1.f.7)
L 1

Despejando en (7.1.f.7) la constante de integración C 1 y sustituyendo nuevamente se tiene que:


V  L  V gsen
   y  (7.1.f.8)
y L
Integrando nuevamente la ecuación diferencial (7.1.f.8) se obtiene:

280
V
 L  V gsen   y  y 2   C (7.1.f.9)
L  2 
2

Tomando las condiciones de contorno dadas en (7.1.f.4), al aplicarlas en (7.1.f.9) se obtiene que
C2  0 . Reordenando la ecuación (7.1.f.9) se llega a:

V 2
 L  V gsen  y  1  y  2 
   (7.1.g)
L  2    

La relación (7.1.g) indica que el perfil de velocidades V  y  es parabólico. La velocidad acá


alcanzará un máximo sobre la superficie de la película cuando y   . Sustituyendo esta
condicionante en (7.1.g) se puede determinar la velocidad máxima, la cual viene dada por:

VMax   2
L  V gsen  g 2sen L  V 
(7.1.g.1)
2L 2 L L
Compárese el resultado obtenido para la velocidad máxima sobre la superficie de la película en
un tubo horizontal, dado por la ecuación (7.1.g.1), con igual condición de velocidad máxima
para una superficie vertical, lo cual fue obtenido en (7.1.a.4). Esta comparación arroja que
ambas expresiones son idénticas con la salvedad que la primera viene afectada por sen ,
ocasionado por la curvatura de la superficie, lo cual puede ser admitido, de forma simplificada,
como una superficie inclinada. Como se cumple que la expresión (7.1.g.1) es igual a la (7.1.a.4),
entonces las deducciones efectuadas [ecuaciones (7.1.a.5) hasta la (7.1.a.8)] para determinar el
flujo másico de condensado por unidad de ancho de la película en las superficies verticales, son
idénticas acá, (se recuerda que deben ser afectadas por sen ), por lo tanto se cumple que:

 L  L  V gsen 3  L  V gsen 3
G  (7.1.g.2)
3L 3 L
Por lo tanto, el número de Re de la película viene dado por:
4  L  V gsen 3
Re  (7.1.g.2.1)
3  L L2
Para integrar la ecuación diferencial (7.1.f.3) se requieren dos condiciones de frontera. La
continuidad de la temperatura en la superficie de la película exige que T  TSat , ( TSat es la

temperatura de saturación correspondiente a la presión p del vapor), por lo tanto acá se tiene la
primera condición de frontera, la cual viene dada por:
y  ; T  TSat (7.1.g.3)
Como la segunda condición de contorno se supone que la pared es isotérmica a la temperatura
TP , por lo tanto:

281
y  0 ; T  TP (7.1.g.4)
Integrando la ecuación diferencial (7.1.f.3) dos veces se arriba a:
T  yC 1  C 2 (7.1.g.5)
Introduciendo en (7.1.g.5) las condiciones de contorno dadas (7.1.g.4) y (7.1.g.3) se obtiene:

T  TP 
y
TSat  TP  (7.1.g.6)

La relación (7.1.g.6) es un perfil de temperaturas lineal, puesto que el problema es idéntico al de
la conducción a través de una placa plana. Por lo tanto el flujo de calor por unidad de área hacia
la pared es simplemente el flujo por unidad de área a través de la película, o sea:

L
T

Q T  T 
 L Sat P (7.1.g.7)
y P
F 
El coeficiente local de transferencia de calor  se define como el cociente que existe entre el
flujo de calor por unidad de área y la diferencia de temperaturas a través de la película, por lo
tanto:
T
L
q y P 
   L (7.1.g.8)
TSat  TP  TSat  TP  
En la ecuación (7.1.g.8) q se ha supuesto positivo para la condensación, por lo tanto se puede
escribir el balance de energía como:
T L TSat  TP 
 rLV 
dG
q  L  (7.1.g.9)
y P
 dx

Acá para seguir avanzando en el análisis es menester especificar la condición de frontera sobre
la pared. Aquí se obtiene la solución para una pared isotérmica a TP . Despejando el espesor 
en la ecuación (7.1.g.2.1)

3  L L2 Re
 3 (7.1.h)
4  L  V g sen

Sustituyendo las ecuaciones (7.1.h), (7.1.g.2) y (7.1.g.2.1) en la relación (7.1.g.9), se obtiene


que:

2L TSat  TP d  4  L  V g 
13

  sen1 3 d  Re1 3 d Re (7.1.h.2)


 L rLV   3  
L L
2

Integrando en (7.1.h.2) con Re  0 en   0 y Re  Re en    se obtiene:

282
34
 4  2 T  T d  4  L  V g 
1 3

Re     L Sat   0   
13
P
sen d (7.1.h.3)
 3   L rLV  3  L L2  

Una observación curiosa e importante. Se dio preferencia a emplear Re en lugar del espesor 
como variable independiente, la explicación es simple. El número de Re vale cero en   0 pues
por simetría, la velocidad del gasto másico es nula en la parte superior del tubo, mientras que el
espesor de la película en   0 es finito y desconocido.
Un balance global de energía sobre la mitad del tubo proporciona el coeficiente medio de
transferencia de calor, de forma que:
 d   r  Re
 TSat  TP   G rLV   L LV (7.1.h.4)
 2  4
Sustituyendo el valor de Re en la ecuación (7.1.h.3) y reordenando se obtiene:

  L  V g rLV 3L 
34

14
 4  1
14

       sen1 3 d    (7.1.h.5)

  L TSat  TP d 
 3   2  
0 
La integral presente en la ecuación (7.1.h.5) puede ser resuelta por las técnicas de integración
conocidas, pero acá, se recurre a las tablas dadas en el manual de Abramowitz, de donde se
obtiene que:
n 
   0,5 

2 
0 sen x dx  2  n  para n  1
n
(7.1.h.6)
   1
2 

n  n 
Solución interesante la obtenida en (7.1.h.6), porque   0,5 y   1 , son funciones
2  2 
gamma, con sus particulares y propiedades especiales, las cuales se suponen conocidas al
enfrentar un curso de termotransferencia. En definitiva para n  1 3 , se tiene que:

n 
  0,5  1,35411793 (7.1.h.6.a)
2 
n 
  1  0,92771933 (7.1.h.6.b)
2 
Sustituyendo (7.1.h.6.a) y (7.1.h.6.b) en (7.1.h.6) se tiene que:
n 
   0,5 
 2  3,1415926 1,35411793
0 sen x dx  2  n    1,293554
n
(7.1.h.7)
2 0,92771933
   1
2 
Por tanto
283
  2

 sen  d  2  sen  d  21,293554  2,5871095


13 13
(7.1.h.8)
0 0

Sustituyendo (7.1.h.8) en (7.1.h.5) se obtiene:

   V g rLV 3L 
14

 Horiz  0,728  L  (7.1.h.9)


  L TSat  TP d 
En la ecuación (7.1.h.9), al igual que para el caso de una superficie vertical, para tener en cuenta
el efecto del subenfriamiento del líquido y la posible presencia de vapor sobre calentado, se hace
necesario corregir el calor latente de vaporización rLV  mediante el empleo de la ecuación
(7.1.d.1), por lo que (7.1.h.9) pasa a ser la siguiente correlación:

  L  V g rLV 1* 3L 


14

 Horiz  0,728   (7.1.h.9.a)


  T  T d 
 L Sat P 
Aplicando la misma metodología que fue seguida para obtener la ecuación (7.1.h.9), es posible
obtener que para el caso de una esfera el coeficiente de transferencia de calor medio viene dado
por:

   V g rLV 3L 
14

  0,815  L  (7.1.i)
  L TSat  TP d 
O su equivalente, teniendo en cuenta la corrección a rLV  mediante el empleo de (7.1.d.1),

     g rLV 1*3L 
14

  0,815  L L V  (7.1.i.a)
  L TSat  TP d 
Si se establece una comparación entre las ecuaciones (7.1.d.6) y (7.1.h.9), es fácil de apreciar
que el cociente que surge entre las relaciones del coeficiente de transferencia de calor medio
para un tubo vertical de altura L y el coeficiente de transferencia de calor medio para un tubo
horizontal de diámetro d , viene dado por la siguiente expresión:

Vert
14
d 
 1,29   (7.1.i.1)
 Horiz L
Si en la ecuación (7.1.i.1), se toma la variable L como Vert y la variable d como Horiz , esto es

equivalente a igualar Vert y Horiz . Después de aplicar las transformaciones ya mencionadas se


cumple que:
L  1, 29 4 d  2 ,769 d  2 , 77 d (7.1.i.2)
De la ecuación (7.1.i.2) se obtiene que para un tubo cuya longitud es 2,77 veces su diámetro, el
coeficiente de transferencia de calor medio para la condensación en película laminar es el

284
mismo, sin importar si el tubo está colocado horizontalmente o verticalmente. Ya cuando la
longitud es mayor de 2,77 veces el diámetro, el coeficiente de transferencia de calor medio va a
ser mayor en la posición horizontal. Al considerar que la longitud de un tubo en cualquier
aplicación práctica es varias veces su diámetro, es una práctica común colocar horizontalmente
los tubos en un condensador para maximizar el coeficiente de transferencia de calor en la
condensación sobre las superficies exteriores de esos tubos.

7.2.7 Condensación en película por el interior de un tubo horizontal.

Hasta ahora se ha discutido la condensación en película sobre las superficies exteriores de tubos
y otras configuraciones geométricas, la cual se caracteriza por una velocidad despreciable del
vapor y el flujo no restringido del condensado. Sin embargo, la mayor parte de los procesos de
condensación que se encuentran en las aplicaciones de refrigeración y acondicionamiento de
aire están relacionados con la condensación sobre las superficies interiores de tubos horizontales
o verticales. El análisis de la transferencia de calor de la condensación en el interior de tubos se
complica por el hecho de que la velocidad del vapor y la rapidez de la acumulación de líquido
sobre las paredes de los tubos influyen fuertemente sobre ella.
En el interior de los tubos el volumen de vapor está limitado por las paredes. Los tubos pueden
ser de una longitud considerable, y, por lo tanto, condensar en ellos gran cantidad de vapor. El
vapor fluye en el interior del tubo y condensa a medida que avanza a lo largo del mismo. El
flujo de vapor resulta orientado y su velocidad puede ser muy alta (más de 100 m/s). La fricción
en la interfase vapor-condensado puede ser, por lo tanto, considerable.
Si la dirección del flujo de vapor coincide con la del condensado que fluye por gravedad, la
fricción produce una aceleración de este último, adelgazando la película y aumentando el
coeficiente de transmisión superficial del calor. Si el vapor fluye en dirección contraria a la del
condensado, la película puede ser desacelerada, su espesor aumenta, y reduce la intensidad de
transmisión superficial del calor. Un incremento de la velocidad del vapor puede provocar el
arrastre de la película y su separación parcial de la pared, lo que produce un aumento en la
transmisión de calor.
De este modo, además de los factores considerados en el apartado anterior, la transmisión de
calor en vapor por condensación condensante en el interior de tubos puede depender del efecto
dinámico del vapor sobre la película de condensado.
Este efecto se manifiesta de formas distintas, según sea la dirección de la gravedad y de la
fricción, lo cual no sólo está determinada por la posición del tubo en el espacio, sino también
por la dirección del flujo de vapor, hacia arriba o hacia abajo, en tubos inclinados o verticales.

285
Aplicando la misma metodología que fue seguida para obtener la ecuación (7.1.h.9), es posible
obtener el coeficiente de transferencia de calor medio para la condensación de refrigerantes en el
interior de tubos horizontales, considerando a tal efecto que el vapor posee una velocidad
despreciable. Esta expresión fue obtenida por Chato, y viene dada por:
14
 3  
 L  L  L  V g  rLV  Cp L TSat  TP  
3
  0,555   8  (7.1.i.3)
  L TSat  TP  d 
 
 
La expresión (7.1.i.3) es válida para ReV  V VV d  V  35000
Un método que permite determinar de forma simple cual es el criterio de flujo predomínate en el
interior de un tubo horizontal con presencia de condensación en película fue el desarrollado por
Martinelli-Lockhart, el cual consiste en aplicar dos condicionantes, las cuales son:
0,1
1 x  V  L 
0, 9
xG
W     ; J (7.1.i.3.a)
 x  L  V  gV  L  V d I

Si J  1,5 ; W  1 condensación en niebla y anular


Si J  1,5 ; W  1 condensación estratificada-ondulada
Si J  1,5 ; W  1 condensación taponada
Si J  1,5 ; W  1 condensación en burbujas-taponado
Para la determinación del factor de fricción en medios de dos fases, en la aplastante mayoría de
la literatura conocida y consultada, es recomendado el empleo de la casi centenaria y compleja
ecuación de Lockhart-Martinelli, en la cual se determinan dos factores de fricción, uno para el
caso del vapor y otro para el líquido, siendo evaluadas ambas fases como elementos separados,
para posteriormente efectuar la suma de ambos factores de fricción, de forma que:
pT  pV  p L , pV  12 p1 , p L  22 p2
C 1
1  1  XC  X 2 ; 2  1   2 (7.1.i.3.b)
X X
0 ,1
1 x  V  V 
0, 9

X    
 x  L  L 
En (7.1.i.3.b) se cumple que:
x es la calidad del vapor que sale de turbina.
V es la densidad del vapor a la presión de saturación, en kg/m3
 L es la densidad del líquido a la presión de saturación, en kg/m3
L es la viscosidad dinámica del líquido a la presión de saturación, en Pa.s

286
V es la viscosidad dinámica del vapor a la presión de saturación, en Pa.s
Los valores de la constante C se obtienen a partir de la combinación de los regímenes de flujo
de los estados líquidos y vapor, determinado para ello los números adimensionales de Reynolds
para cada fase mediante las siguientes expresiones:
Gd  x  G1  x d
ReV  ; Re L  (7.1.i.3.c)
V L
En la ecuación (7.1.i.3.c)
G es el caudal másico del agente de trabajo en dos fases, en kg/s
d es el diámetro hidráulico equivalente de los tubos de los paneles, en m
Con los números de Reynolds de ambas fases calculados se acude a la tabla 7.1.a.1 y se
selecciona la constante C para la combinación es la que corresponde al caso que se analiza:
Finalmente se determinan los factores de fricción de Darcy y las caídas de presiones parciales
para cada estado, mediante las siguientes expresiones
fV  B ReV n ; f L  B Re Ln

p1 
2 fV G 2 x 2 L
; p2 

2 f LG 2 1  x 2 L  (7.1.i.3.d)
V d Ld
En la ecuación (7.1.i.3.d) los coeficientes B y n dependerán del régimen de flujo, el cual se
determina mediante el empleo de la expresión (7.1.i.3.c), siendo estos aplicables para ambas
fases, quedando:
Régimen de flujo Coeficiente B Coeficiente n
Re  10 4 0,316 0,25

2,3  103  Re  104 0,64 1

Tabla 7.1.a.1 Coeficiente C para combinaciones de regímenes de flujo de ambos estados


Líquido Vapor Coeficiente C Líquido Vapor Coeficiente C
Re L  10 4
Re L  10 4 20 Re L  10 4
Re L  10 4 10
Re L  10 4 Re L  10 4 12 Re L  10 4 Re L  10 4 5

El proceso de condensación de un vapor en el interior de un tubo es sumamente complejo, pues


se forman varias zonas desde la entrada del vapor hasta la formación del líquido subenfriado. Un
resumen de algunas formulas básicas de cálculo de amplia difusión por zonas de formación de
condensado es dada a continuación2:

2
Camaraza-Medina, Y., et al. (2018). Evaluation of condensation heat transfer in air cooled condenser by dominant
flow criteria, Mathematical Modelling of Engineering Problems, 5(2), 76-82.

287
Flujo estratificado:
Durante la condensación en tubos horizontales cuando la velocidad del vapor es demasiado baja,
(menor de 0,5 m/s) el flujo puede ser dominado por las fuerzas gravitacionales y puede ocurrir la
estratificación del condensado, o sea, el condensado forma una película delgada en las pared de
la porción superior del tubo y drena por la periferia de este por el efecto de la fuerzas
gravitatorias hacia el fondo del tubo donde se une al condensado que fluye axialmente debido al
esfuerzo cortante de la corriente fluida. Shah proporcionó una expresión que es altamente
referenciada en la literatura especializada, pues correlaciona muy bien con los datos
experimentales para condensación, reportes de sus autores confirman que en un total 674 datos
puntales analizados fue encontrada una desviación máxima del 15%. Esta ecuación viene dada a
continuación:

 3  0, 75
L  L  L  V g rLV 1*   1  x   2 3 
14


  0,728   1    V   (7.1.i.3.1)
  L TSat  TP d 
  
x  L  
  
En la ecuación (7.1.i.3.1) x es la fracción del vapor (calidad del vapor)

Flujo estratificado-ondulado
A altas velocidades del vapor el flujo se desvía de las situaciones idealizadas que fueron
consideradas en la deducción de las ecuaciones (suposiciones de Nusselt), primeramente porque
la transferencia de calor convectiva en el líquido estratificado que se encuentra almacenado en el
fondo del tubo puede que no sea despreciable, en segundo lugar el flujo axial de vapor puede
interferir en la velocidad y en la transferencia de calor de la película alrededor de la pared del
tubo. Un estudio detallado de esta situación fue efectuado por Dobson, el cual reportó que el
flujo estratificado ondulado existe en el interior de una tubería cuando se cumpla que se cumpla
G  500 kg m 2 s y Fr *  20 .

El término Fr * es el número modificado de Froude, el cual viene dado por:


1, 5
 Re BL  1  1,09W 0,039 
Fr  A
*
 
 Ga  W 
G 1  x d I     gd I3
Re L  ; Ga  L L 2 V (7.1.i.3.2)
L L
 0 ,1
1 x  V  V   A  0,025 ; B  1,59 para Re L  1250
0 ,9

W     ; 
 x  L  L   A  1,26 ; B  1,04 para Re L  1250
Mientras que el coeficiente de transferencia de calor medio se determina como:

288
  1  x   23
  
    1      1  
Nu  Nu P  1   Nu F ; 1    cos  2  1   V 

       x  L   
    
0 ,12
 Gd 
0,23 i 
 Ga PrL rLV 1* 
0 , 25

Nu P   V    (7.1.i.3.3)
1  1,11W 0,58  Cp T  T  
 L Sat P 

A
Nu F  0,0195 Re 0L,8 PrL0, 4 1,376 
WB
En la ecuación (7.1.i.3.3) se cumple que:
  G  L 2   G  L 2 
2

 A  4,172  5,48   1,564  


 G  L 2    gd I   gd I 
Para    0,7 ; 
 gd I    G  L 2 
 B  1,773  0,169  gd 
  I 

 G  L 2   A  7,242
Para    0,7 ; 
 gd I   B  1,655
Dobson comparó los resultados obtenidos mediante el uso de su compleja relación con 1383
datos disponibles de condensación de vapores de varias mixturas de refrigerantes R-32/R-125,
así como refrigerantes R-22, R-134a, vapores de C2H5OH y agua y encontró que la ecuación
(7.1.i.3.3) correlaciona muy bien con los datos experimentales con  15% para el 79,42 % de
los datos experimentales disponibles

Flujo en niebla-anular:
Este tipo de flujos se presenta de acuerdo al criterio dado en (7.1.i.3.a), para valores de J  1,5 ,
o sea para cuando la velocidad del vapor es elevada, por lo que los efectos gravitacionales
pueden ser ignorados, mientras que el condensado se deposita en una capa delgada anular
alrededor del la pared del tubo, sin presencia de estratificación. Una parte significativa de la
mayoría de los condensadores opera bajo las condiciones de este régimen de flujo. Los modelos
de flujo laminar predicen valores bajos del coeficiente de transferencia de calor medio, por lo
que deben ser empleados en este caso modelos turbulentos. Los modelos o correlaciones más
empleadas y difundidas en la literatura se muestran en detalles acá. Todos los modelos son
expresados en función del número local de Nusselt. Como todas las expresiones dadas acá
proporcionan el coeficiente de transferencia de calor local, deben ser integradas sobre toda la
longitud del tubo en función de encontrar el coeficiente medio de transferencia de calor, de
forma que:

289
L
 z dz
1
L 0
 (7.1.i.3.4)

Un inconveniente en la ecuación (7.1.i.3.4) es que se debe conocer la dependencia de la calidad


del vapor x en la posición axial z . Esto normalmente se soluciona subdividiendo la longitud
total en un número de subelementos de longitud z desde el comienzo del proceso de
condensado, o sea de entrada a salida del tubo, usando el coeficiente local de transferencia de
calor para cada subelemento (normalmente se toman cuatro elementos para alcanzar una
precisión media). Si se asume que la calidad del vapor varia linealmente, lo cual
desafortunadamente no ocurre en muchos casos) entonces el coeficiente de transferencia de
calor puede ser determinado aproximadamente tomando la calidad del vapor como x  0,5 en
las expresiones para la determinación del coeficiente de transferencia de calor local. Una
solución aproximada fue propuesta por Kruzhillin, el cual reporta a partir de un total de 813
mediciones efectuadas en laboratorio, que el comportamiento de la variación de la calidad del
vapor presenta un comportamiento parabólico siempre que se cumpla en la entrada del tubo que
x  0,95 . Esta curva presenta una desviación de aproximadamente un  15 % , siendo descrita
mediante la siguiente expresión:
x"  0,43l lT   1,341l lT   0,011  x
2 2
(7.1.i.33)
En la expresión (7.1.i.33) se cumple que:
x" es la calidad del vapor en cualquier porción del tubo
l es la longitud de la sección analizada del tubo, en m
lT es la longitud total del tubo, en m

x es la calidad del vapor a la entrada del tubo.


Una metodología aproximada es el empleo del criterio de superposición de funciones dado por
Baehr. Este autor considera la representación gráfica promedio de varios modelos reportados por
investigadores del tema, aplicándoles un ajuste asintótico mediante dos funciones lineales
continuas, deducido esto a partir de establecer que z está constituido por dos tramos en los
cuales la calidad del vapor varía de forma lineal. [Camaraza, 2018] desarrolló en su
investigación doctoral una metodología similar a la propuesta por Baehr, pero en este caso la
longitud del tubo es dividido en cinco tramos de igual longitud, esto permite disponer de una
aproximación lineal para cada intervalo en cuestión, simplificando el análisis de la variación de
la calidad del vapor a lo largo del tubo. El método propuesto queda dado por3:

3
Camaraza-Medina, Y., et al. (2019). Mathematical deduction of new model for calculation of heat transfer by
condensation inside pipes, International Journal of Heat and Mass Transfer, 141, 180-190.
290
 0 0.2 1.65 1
 0.2 0.4 1.35 0.94
 0.4 0.6 0.85 0.74
 0.6 0.8 0.65 0.62
 0.8 1 0.5 0.5
En la figura 7.1.b.1 se brinda una representación gráfica de diferentes modelos existentes en la
literatura (incluido el modelo del autor), que permiten la predicción de la variación de la calidad
del vapor a lo largo de un tubo.

Figura 7.1.b.1 Variación de la calidad del vapor a lo largo de un tubo.

Otra alternativa de solución es el empleo de los métodos numéricos4, aunque en un texto


introductorio como el presente la solución de problemas de variaciones de frontera con cambios
de fase queda fuera de su alcance. En el trabajo de Wilson-Maney, “Heat transfer in
condensation systems” se aborda este problema de forma exhaustiva.
Las expresiones más difundidas para el cálculo de la condensación anular en el interior de tubos
son las siguientes:

1- Ecuación de Akers et al
d I
Nu   C Re LN PrL1 3
F
para Re  5  10 4  C  0,0265 ; N  0,8 ,
    (7.1.i.3.5) 
para Re  5  10 4  C  5,03 ; N 1 3 ,
 L 
; G L  G 1  x   x
GL d I
Re  
L  V 

4
Camaraza-Medina, Y., et al. (2017). Analysis of pressure influence over heat transfer coefficient on air cooled
condenser, Journal Européen des Systèmes Automatisés, 50(3), 213-226.

291
2- Ecuación de Kruzhillin-Boykov
d I  L  Gd I
Nu   0,021 Re 0L,8 Pr L0 , 43 1  x   x  ; Re  (7.1.i.3.6)
F  V  L

3- Ecuación de Cavallini - Zecchin


d I GLd I  L 
Nu   0,05 Re 0L,8 Pr L0, 33 ; Re  ; G L  G 1  x   x  (7.1.i.3.7)
F L  V 

4- Ecuación de Shah
3,8 x 0, 76 1  x  
0 ,8
d I  0 , 04
Nu   0,023 Re L PrL 1  x  
0 ,8 0, 4 0 ,8

P PCrit 0,38 
(7.1.i.3.8)
F 
En la ecuación (7.1.i.3.8) PCrit es la presión crítica del agente de trabajo, en MPa; P es la
presión del agente de trabajo, en MPa

5- Ecuación de Traviss
d Re0,9 PrL 1 2,85 
Nu  I  L 0,15  0, 476 
F F2 W W 
0,1 (7.1.i.3.9)
1 x  V  V  G 1  x d I
0, 9

W     ; Re L 
 x  L  L  L

Para Re L  50 ; F2  0,707 PrL Re L


Para 50  Re L  1125 ; F2  5 PrL  5Ln 1  PrL 0,0964 Re 0L,585  1  
Para Re L  1125 ; F2  5 PrL  5Ln 1  5 PrL   2,5 Ln 0,0031 Re 0 ,812
L 
6- Ecuación de Fujii
0, 9 0,1 x 0,8
d  L   x   AH 
Nu  I  0,018 Re L    PrL1 3 1  
F  V   1  x   PrL 
rLV 1* G 1  x d I
H ; Re L  (7.1.i.3.10)
CpL TSat  TP  L
0, 55 0 , 20 ,1 X
   x 
A  0,071 Re Pr  V 
0,1 13
 
 L  1 x 
L L

7- Ecuacion de Dobson -Chato


0 ,1
1 x  V  V 
0 ,8 0,9
 2,22 
Nu  0,023 Re 0,8
Pr 0, 4
1 
 W 0,89  ; W     (7.1.i.3.11)
L L
 x  L  L 
Las ecuaciones (7.1.i.3.5) a la (7.1.i.3.11) pueden ser empleadas para tubos horizontales, sin
embargo para tubos verticales e inclinados solo es aplicable la ecuación (7.1.i.3.8).

292
Flujo en burbujas- taponado:
Este régimen de flujo de condensado aparece cuando en el interior del tubo ya la mayor parte del
contenido de este es líquido subenfriado, sin embargo quedan aún burbujas individuales, las
cuales colapsan y son controladas a la vez por la inercia del líquido y por la transferencia de
calor., dependiendo en lo fundamental del grado de subenfriamiento del líquido. Se le llama en
burbujas cuando estas son pequeñas y taponado cuando las burbujas tienden a unificarse en una
gran burbuja rodeada de pequeñas burbujas. Las expresiones de cálculo conocidas son validas
para ambos casos. Dos expresiones que se pueden emplear en el cálculo de la transferencia de
calor por condensación bajo régimen de flujo burbujeante y taponado son:
1- Ecuación de Jaster-Kosky
14
  
  L  L  V g  rLV  CpL TSat  TP  
3
d I  

0,728 8
Nu   (7.1.i.3.12)
F 1  x  V 
23
 L  L TSat  TP d 
1    
x   L   

La ecuación (7.1.i.3.12) es simplemente una modificación de la expresión (7.1.i.3). Esta


corrección permite ampliar el campo de aplicación de la misma hasta números de
ReV   V VV d V   5,6  10 6 , solo surge un inconveniente y es que al ampliar el rango de

aplicabilidad se amplía también el margen de error de correlación con respecto a los datos
experimentales disponibles, en este caso llega al orden de  40% . Sin embargo esta expresión
aporta muy buenos resultados en la evaluación de la condensación bajo régimen de flujo en
burbujas- taponado en agentes refrigerantes (R-22; R-134a,) y mixturas de refrigerantes (R-
32/R-125) pues los valores obtenidos el error medio no sobrepasa el  15% .
La precisión de los resultados obtenidos cuando es empleada la ecuación (7.1.i.3.12) puede ser
incrementada usando la ecuación de Rosson-Myers.

2- Ecuación de Rosson-Myers

Nu  BNu 1  1  B Nu 2 (7.1.i.3.13)


En la ecuación (7.1.i.3.13) se cumple que:
14
  
  L  L  V g  rLV  Cp L TSat  TP  
3
d I  
 0,31 Re G0,12 
8
Nu1 
F  L  L TSat  TP  
 
 
    8 Re L
; GL  G 1  x   x L  ;
GL d I
Re G  Nu 2 
L  V   Ln1  5 PrL  
51  
 PrL 
293
G 1  x d I
0 ,1
1 x  V  V 
0, 9
1 12
  1  2 ; Re L  ; W    
W W L  x  L  L 
 0,1 Re G0,6 Re L 
 Re G ; para  6  10 5 
 Ga   L  L  V gd I3
B  Ga 
5
1,74  10 Ga ; para Re G Re L  6  10 5 
0,6
 L2
 Re G Re Ga 
 L

La expresión (7.1.i.3.13) es muy compleja y engorrosa su aplicación, pero correlaciona con


 12% de error medio con un 89,12% de los datos experimentales disponibles. Esta expresión es
justa para el siguiente intervalo de valores:
 V d
ReV   V V   5,6  106 ; Pr  1
 V 

8- Método de Camaraza et al.


La labor conjunta del autor con sus colaboradores5 permitió el desarrollo de un método de
análisis del coeficiente de transferencia de calor por condensación en el interior de tubos, siendo
válido para las cuatro zonas. El mismo es una superposición de efectos verticales y horizontales,
partiendo de establecer zonas de aplicabilidad a partir la combinación de los criterios de
velocidad adimensional de Martinelli , ecuación (7.1.i.3.a) y el criterio de Shah el cual viene
dado por:
xG
J (7.1.i.3.a)
gV  L  V d I
.
.
(7.1.i.3.14)

Tubos verticales e inclinados Tubos horizontales


1 .
Zona 1   Zona 1 0.98 0.263
2.4 0.73

. . 1 .
Zona 2 0.93 ∙ Zona 2 0.98 0.263
2.4 0.73
. .
Zona 3 0.93 ∙
A partir de la zona de trabajo establecida el coeficiente medio de transferencia de calor se
obtiene a partir de la siguiente combinación:
Zona 1
Zona 2

5
Yanán Camaraza-Medina et al. (2019). New model for heat transfer calculation during film condensation inside
pipes. International Journal of Heat and Mass Transfer, 128, 344-353.
294
Zona 3
Si en la zona 2 si se cumpliera que 3,5 10 , entonces 0
Los términos y se determinan mediante las siguientes expresiones6

0.943 (7.1.i.3.15)

. .
.
1 (7.1.i.3.16)
4.9 1 .

En la expresión (7.1.i.3.16)  se determina mediante la ecuación (10.1.c.7), mientras que


 es la presión reducida.

7.2.8 Análisis del arrastre ocasionado por velocidades elevadas del vapor.

Anteriormente en las deducciones de las ecuaciones dadas se partió de la condición primaria que
el de arrastre del vapor es despreciable o insignificante. Esta suposición es válida en muchas
ocasiones en que la velocidad del vapor no es demasiado grande, pero ya para velocidades
apreciables del flujo de vapor no puede ser ya ignorado el efecto del arrastre sobre la película
líquida.
Para tener en cuenta el efecto del arrastre sobre la película líquida debido al vapor se reemplaza
la condición de contorno dada en la relación (7.1.f.5) por la siguiente:
V
y  ; L  S (7.1.f.5)
y

Acá el esfuerzo cortante  S en la superficie de la película líquida se puede obtener a partir de un


coeficiente de fricción adecuado, aplicando para ello la ecuación (4.1.q.2), en la cual son
transformadas las condiciones dadas del problema analizado, con presencia de cambio de fase,
quedando en definitiva la siguiente expresión:
CW VVE2
S  (7.1.f.5.1)
2
En la ecuación (7.1.f.5.1) se cumple que:
CW es el coeficiente de arrastre medio

V es la densidad del vapor a la temperatura dada, en kg m3


V E es la velocidad de la corriente libre, en m s

6
Yanán Camaraza-Medina et al. (2018). Mathematical modeling of two-phase media heat transfer coefficient in air
cooled condenser. International Journal of Heat and Technology, 36(1), 319-324.
295
Dos expresiones apropiadas aparentemente para la determinación de CW pudiesen ser la
expresión (6.1.c.2) para la capa límite laminar y la ecuación (6.1.o.4) para la capa límite
turbulenta, sin embargo existe un problema adicional, y es que estas dos expresiones solo son
válidas para una pared impermeable, mientras que la superficie del líquido tiene una
componente normal de la velocidad debida a la condensación. En muchos textos de mecánica de
fluidos se diría que en este caso hay presencia de succión en la superficie; en problemas típicos
de condensación la velocidad de la succión es relativamente grande y hace que el espesor de la
capa límite se vuelva casi constante muy cerca del borde inicial, y la velocidad del vapor V es,
en esencia, solo función de y. El modelo elaborado por Couette para flujo laminar, puede ser
empleado para determinar los esfuerzos cortantes que actúan sobre una capa límite sujeta a un
fuerte esfuerzo de succión (véase la figura 7.1.c). La velocidad de la corriente libre VE y la

velocidad superficial es VS , la cual se supone independiente de x . De hecho VS  V aumenta


con x en el problema real de condensación en película, sin embargo como por el momento solo
se han considerado situaciones en las que (VS  V )  VE , además el error provocado por esta
suposición es pequeño. En la figura 7.1.c se muestra un volumen de control elemental de
espesor  y y área F , situado dentro de la capa límite de vapor. La ley de conservación de la
masa implica que:
vV y F  vV y y
F
(7.1.i.4)
vV  cte  vS V  m"


En (7.1.i.4) se toma como positivo el valor de la velocidad de condensación m" kg m2 s . La 
segunda ley de Newton implica que la suma de las fuerzas que actúan sobre el volumen sea
igual a la velocidad de cambio de la cantidad de movimiento del fluido que pasa a través de
dicho volumen. En dirección x se cumple que:
dV dV
V F  V F  v V V y  y
F  v V V y F (7.1.i.5)
dy y  y
dy y

Si en la ecuación (7.1.i.5) se sustituye el término vV  m" de la relación (7.1.i.4), y se divide

entre F y , posteriormente se hace y  0 , de estas operaciones se obtiene:

d 2V dV
V 2
 m" (7.1.i.6)
dy dy
La relación (7.1.i.6) es la ecuación diferencial que rige el comportamiento de la velocidad V  y 
del vapor cuando su viscosidad es constante. Las condiciones de contorno apropiadas para este
caso son:
296
y  0 ; V  VS
(7.1.i.7)
y   ; V  VE
Reordenando la ecuación diferencial (7.1.i.6) e integrando se llega a7:
d 2V dy 2 m"  dV  m"
  Ln    y C 1
dV dy V  dy  V
 dV  m" dV
Ln     y C 1  C 1e m" V  y (7.1.i.8)
 dy  V dy
dV m"
C 1e m" V  y  V  C1 e m" V  y  C2
dy V
Evaluando las constantes de integración en (7.1.i.8) a partir de las condiciones de contorno se
obtiene la siguiente expresión para el perfil de velocidad:
V  VS
 1  e m" V  y (7.1.i.9)
VE  VS
Por lo tanto el esfuerzo cortante en la superficie de la película resulta ser:

 m" VE  VS 
dV
 S  V (7.1.j)
dy y 0

Así, en el límite de las succiones fuertes, el esfuerzo cortante que el vapor ejerce sobre la
película de líquido es simplemente la cantidad de movimiento cedido por la condensación de
vapor al desacelerar de la velocidad de corriente libre VE a la velocidad de la superficie de la

película VS . Este esfuerzo puede ser muchas veces mayor que el esfuerzo cortante cuando no
hay succión. Para determinar en qué circunstancias puede ser importante el arrastre debido al
vapor sería necesario comparar  S con el esfuerzo cortante en la pared cuando no existe este
arrastre. Entonces el balance de fuerzas sobre la película arroja simplemente que:
 P   L  V g (7.1.j.1)
Sustituyendo en la ecuación (7.1.j.1) el valor del espesor de la película, el cual fue obtenido en
(7.1.c), para posteriormente reordenar se llega a:

 S  Ja  L VE  VS 2 
  (7.1.j.2)
 P  4 PrL  L  V gx 
Como se predijo, el arrastre debido al vapor se hace más notable al aumentar VE y al aumentar
Ja Ja L TSat  TP 
el cociente (ya que  proporciona la escala de la velocidad de
PrL PrL  L rLV 1*

7
Camaraza-Medina, Y., et al. (2019). Suggested method for heat transfer calculation during film condensation inside pipes with
movable frontiers, Mathematical Modelling of Engineering Problems, 6(3), 449-454.

297
condensación). El arrastre se hace menos importante al aumentar x hacia abajo a lo largo de la
placa y no hay efectos directos de la densidad del vapor V ya que se cumple que V   L
Sustituyendo el resultado de la ecuación (7.1.j) en la relación (7.1.f.5), se obtiene así la
condición de contorno necesaria para incluir el arrastre debido al vapor en el análisis cuando
sucede que la velocidad de condensación es suficientemente elevada como para ser despreciada.
Como el perfil de velocidad es continuo, o sea VS  V y se cumple además que:

  m" VE  v 
dV
L (7.1.j.3)
dy y 

Figura 7.1.c Problema modelo y volúmenes elementales para el análisis del efecto de la
velocidad del vapor sobre la transferencia de calor en la condensación.

La expresión algebraica se torna más compleja ahora. Si se considera que V   L y

VE  v , el coeficiente local de transferencia de calor se convierte en la siguiente expresión:


0,5
 2V   16 Pr gx  0,5 
   L E 1   L
 
2 
(7.1.j.4)
 8 L x   Ja VE  

Una discusión detallada de esta problemática se puede encontrar en los trabajos de Shekriladze y
Gomelaury.

7.2.9 Condensación pelicular en bancos de tubos horizontales.

En el diseño de condensadores, los tubos horizontales apilados uno sobre del otro son de uso
común. El espesor promedio de la película de líquido en los tubos inferiores es mucho mayor,
como resultado del condensado que cae sobre la parte superior de ellos desde los tubos que se

298
encuentran directamente arriba. Por lo tanto, el coeficiente de transferencia de calor promedio en
los tubos inferiores de ese tipo de arreglos es más pequeño.
La condensación sobre el exterior de un tubo horizontal único difiere de la que tiene lugar en los
tubos igualmente dispuestos de un haz. Para un vapor puro la diferencia está caracterizada por
dos factores: una disminución de la velocidad del vapor debido a la condensación parcial a
medida que avanza a través del haz, y un aumento del espesor de la película a medida que el
condensado fluye sucesivamente de un tubo a otro inmediatamente inferior sin salpicar. La
disminución de velocidad, durante el avance del flujo de gas a través del haz, produce una
disminución en la intensidad de transmisión superficial del calor de una fila a otra en la
dirección del flujo. El mismo efecto se tiene debido al flujo de condensado desde los tubos de
arriba sobre los de abajo. Sin embargo, la forma en que el condensado fluye corriente abajo en
un haz horizontal es distinta de la del condensado que fluye a lo largo de una pared vertical
continua.
El condensado no fluye desde un tubo al otro inmediato inferior en forma de una película
continua, sino en forma de gotas individuales o corrientes. Las gotas alcanzan la cumbre del
tubo inmediatamente inferior aumentando, temporalmente, el espesor de la película, y por la otra
parte perturban el flujo de la película al gotear sobre su superficie; esto puede contribuir a la
aparición de ondulaciones o incluso de flujo turbulento. Los puntos en los que las gotas se
separan y caen cambian continuamente a lo largo del tubo. El cambio se intensifica si el tubo
está ligeramente inclinado. En este caso una corriente ondulatoria de condensado se mueve a lo
largo de la sección del tubo más baja. Esta clase de flujo de condensado de tubo a tubo produce
un cierto aumento de resistencia térmica, debido al incremento de espesor de la película; este
incremento está compensado en gran extensión por las perturbaciones que aparecen en el curso
del flujo.
Cuando se trata de flujo de vapor descendente a través de un haz de tubos de sección transversal
constante en toda su altura, la transmisión de calor puede calcularse usando las fórmulas
simplificadas de Berman, pero estas se complejizan para un banco de número considerable de
tubos, por el hecho de que el coeficiente de transmisión superficial del calor en cada fila
horizontal depende de la diferencia local de temperatura a través de esa fila, de la velocidad del
vapor y de la presión, y por el desconocimiento de las leyes que rigen la variación de estos
parámetros. Entonces, la transmisión de calor debe calcularse para cada fila sucesivamente
empezando por la fila de entrada.
El método indicado es muy laborioso; pero puede facilitarse considerablemente introduciendo
hipótesis que permitan obtener una fórmula aproximada para calcular el coeficiente medio de

299
transmisión superficial del calor en el lado del vapor. Suponiendo que la diferencia de
temperatura y la presión del vapor sean constantes a lo largo de la altura del haz8. Berman
obtuvo una fórmula aproximada para el cálculo del coeficiente medio de transferencia
superficial del calor  de todo el haz, la cual viene dada por:
0,84
N  A BC N CV 

n 1  1    
0 ,84 0 , 07

 gd m3  cond rLV 1*


0 ,125

0 , 08
 V 
A  30,2 Horiz    
2   LT  T   

 V d gV   E S cond cond  (7.1.j.5)

G E  GS
; B
%aire  0 , 01
; C N  n 5 6  n  1
56

GE 1,033
GC d m GE GS 1  x 
CV  1  0,0095 Re11,8 Nu
; Re G  ; GC  
L V L
G

En la ecuación (7.1.j.5) se cumple que:


 N es el coeficiente medio de transferencia de calor para el tubo n de la fila
Horiz es el coeficiente medio de transferencia de calor para un tubo horizontal y se determina
mediante la ecuación (7.1.h.9)
GE es la fracción másica del vapor a la entrada
GS es la fracción másica del vapor a la salida
n es el número de tubos
L es la longitud del tubo, en m
d es el diámetro del primer tubo que entra en contacto con el vapor a condensar, en m
V es la velocidad a la entrada del condensador del vapor, en m s

dm es el diámetro medio (promedio) de la cantidad de tubos bañados por el flujo de vapor y el

condensado en una misma fila, para el caso de las disposiciones escalonadas el valor de dm
calculado se multiplica por 0,866.
TE  TS  es la temperatura media del agente de trabajo a la entrada y salida del condensador, en
o
C
B es un coeficiente que tiene en cuenta la presencia de gases no condensables en el vapor (aire)
CV es un coeficiente de corrección para tener en cuenta el esfuerzo cortante del vapor, (el
número de Nu en el exponente se determina mediante la expresión (7.1.h.9)

8
Camaraza-Medina, Y., et al. (2018). Identification of optimal operating strategy of direct air cooling condenser for
Rankine cycle based power plant, Applied Energy, 209, 153-166.

300
C N es un término correctivo para tener en cuenta el efecto de la inundación, (bañado de tubos
posteriores por el condensado de tubos superiores ubicados en la misma fila)
Todas las propiedades físicas del denominador se determinan a la temperatura media del
condensado a la salida, por eso el subíndice cond ,  cond ,  cond 

La fórmula (7.1.j.5) correlaciona con los datos experimentales que se disponen en  20 % de


error medio, siendo justa para Pr  1 y 0,008  % aire  0,017 .
Se puede modificar la ecuación para tubos horizontales (7.1.h.9.a), suponiendo en ella que el
condensado proveniente de los tubos de arriba hacia los de abajo drena con suavidad, por lo
tanto eso genera que el coeficiente de transferencia de calor promedio en la condensación en
película para todos los tubos en una hilera vertical pueda ser expresado mediante el múltiplo del
diámetro por el número de tubos de la hilera vertical. Esta simplificación transforma la ecuación
(7.1.h.9.a) a una nueva expresión, la cual viene dada por:

  L  V g rLV 1* 3L


14
 1
 Horiz , N tubo  0,728      Horiz (7.1.j.6)
  T  T Nd  4
 L Sat P  N

La aproximación (7.1.j.6) se haya ampliamente difundida en la literatura, sin embargo autores de


prestigio (Nag, Wilson, Karwa) reportan que su uso puede introducir errores adicionales del
orden de  8 % cuando es empleada para paquetes o hileras de tubos que superan las 10 filas.
Nótese que se puede obtener la ecuación (7.1.j.6) a partir de la relación para el coeficiente de
transferencia de calor para un tubo horizontal al reemplazar d por Nd . Esta relación no toma
en cuenta el incremento en la transferencia de calor debido a la formación de rizos y turbulencia
causada durante el drenaje y, como consecuencia, en general proporciona resultados
conservadores, (Kurshatov, O’Donovan y Grimes, han encontrado errores del orden de  45 %
en pruebas experimentales correlacionadas con este método)
Para el caso de la condensación en intercambiadores de calor de placas, la expresión
recomendada es la de Wang- Zhao, la cual viene dada por:

 rLV 1* Re L 
0 , 983 0, 248
 L 
Nu  0,00115   Pr 0, 33
 
 Cp L TSat  TP    V
L
 (7.1.j.7)
G 1  x d
Re L 
L
El diámetro d en el intercambiador de placas es el diámetro equivalente basado en el área de
flujo entre dos placas
La relación (7.1.j.7) es válida para 0,12  pV  0,62 MPa y 10 4  Re  4,5 105

301
Tumanov correlacionó los datos aportados por Berman y obtuvo una expresión para la
determinación del coeficiente de transferencia de calor medio de cualquier tubo ubicado en una
misma fila. Esta expresión viene dada por:

 N  0,416
L
dm
1  1  9,47Fd 
0,5

ReL n 5 6  1  n 
56
 (7.1.j.8)

En la ecuación (7.1.j.8) Fd es el área de condensación del tubo en la fila que se está evaluando el
coeficiente medio de transferencia de calor.
McNaught demostró que el coeficiente de transferencia de calor medio de cualquier tubo
ubicado en una misma fila puede ser determinado a partir de la siguiente expresión:
2
  
0 , 78

 
   
 
N   n 56
 1  n 
56

2
 1,26 Horiz , N tubo 
1
0 ,1 
 (7.1.j.9)

   1  x   V   
Horiz
V
0, 9
      
 

   x  L  L   
 
 

Horiz se determina mediante la ecuación (7.1.h.9.a)


 Horiz, N tubo se determina mediante la ecuación (7.1.j.7)

7.2.10 Condensación en película por el interior de un tubo helicoidal.

Un caso especial de condensación en tubos lo constituyen los tubos helicoidales. El cálculo del
coeficiente medio de transferencia de calor se efectúa según el procedimiento obtenido por
Karimí, a partir de la aplicación de métodos numéricos. Este procedimiento viene dado por la
simple modificación de la ecuación (7.1.h.9.a), reemplazando el diámetro d por d / cos a 
(véase la figura 7.1.d para las notaciones) y aplicando un factor que es función de una constante
B y de las relaciones entre el diámetro externo del sistema condensador helicoidal (serpentines)
y el diámetro interno del tubo, o sea, una función f B, d o D  , el método de cálculo viene dado
por:

 d 0 cos a    L  L  V g rLV 1* d 0 cos a 3 


0 , 25

Nu Helic   f B, d o D  
L   L TSat  TP dL 
(7.1.g.9.a)
   V   Cp L TSat  TP   tan 2 a 
B   L   
   *  Pr 
 L  rLV 1  L 

f B, d o D  se determina mediante una expresión de la forma siguiente:

302
2
d  d 
f B, d o D   C1  o   C2  o   0,728 (7.1.g.9.b)
D D
En la expresión (7.1.g.9.b) sus constantes C1 y C2 varían en función de intervalos de la variable

B determinada anteriormente por la relación (7.1.g.9.a). Los valores de las constantes C1 y C2


son proporcionados en la tabla 7.1.b.

Tablas 7.1.b Coeficientes C1 y C2 de la ecuación (7.1.g.9.b)

B C1 C2
0  B  0,04 -0,011 -0,01
0,04  B  0,06 -0,004 -0,008
0,06  B  0,1 -0,014 0,005
0,1  B  0,2 0,01 0
0,2  B  0,4 -0,019 0,037
0,4  B  0,6 -0,036 0,057
0,6  B  0,8 -0,04 0,071
0,8  B  1 -0,048 0,087

    V   Cp L TSat  TP   tan 2 a 
B   L   
L  rLV 1*  Pr 
   L 
Figura 7.1.d Tubo helicoidal

7.3 Transferencia de calor por condensación por gotas

La condensación caracterizada por gotitas de diámetros variables sobre la superficie de


condensación en lugar de una película continua de líquido, es uno de los mecanismos más
eficaces de la transferencia de calor y con él se pueden lograr coeficientes de transferencia
extremadamente grandes.
En la condensación por gotas éstas se forman en los sitios de nucleación sobre la superficie y
crecen como resultado de la condensación continuada, se juntan formando otras más grandes y
resbalan hacia abajo cuando alcanzan cierto tamaño, despejando la superficie y exponiéndola al
vapor. En este caso no existe película de líquido que oponga resistencia a la transferencia de
calor. Como resultado, con la condensación por gotas se pueden logran coeficientes de
transferencia que son más de diez veces más grandes que los asociados con la condensación en
película. Los coeficientes de transferencia grandes permiten a los diseñadores lograr una
velocidad específica de transferencia de calor con un área superficial más pequeña y, por
consiguiente, un condensador más pequeño (y menos caro). Por lo tanto, la condensación por
gotas es el modo preferido en las aplicaciones de transferencia de calor.
303
El reto en este tipo de condensación no es lograrla sino sostenerla durante largos periodos. La
condensación por gotas se logra al agregar una sustancia química promotora en el vapor,
tratando con esta la superficie o recubriéndola con un polímero, como el teflón, o con un metal
noble, como oro, plata, rodio, paladio o platino. Los promotores usados incluyen diversas ceras
y ácidos grasos, como los ácidos oleico, esteárico y linoico, No obstante, pierden su efectividad
después de un tiempo, debido a la incrustación, la oxidación y la remoción del promotor de la
superficie. Es posible sostener la condensación por gotas durante un año mediante los efectos
combinados de recubrimiento de la superficie e inyección periódica del promotor en el vapor.
Sin embargo, cualquier ganancia en la transferencia de calor debe tasarse contra el costo
asociado con el sostenimiento de este tipo de condensación.
Los coeficientes de transferencia de calor que se pueden lograr con la condensación por gotas
tienen poco significado si el material de la superficie de condensación no es un buen conductor,
como el cobre, o si la resistencia térmica del otro lado de la superficie es demasiado grande. En
operación estacionaria la transferencia de calor de uno de los medios hacia el otro depende de la
suma de las resistencias térmicas en la trayectoria del flujo del calor, y una resistencia térmica
grande puede eclipsar todo lo demás y dominar el proceso de transferencia. En esos casos la
mejora de la exactitud de una resistencia pequeña (como una debida a la condensación o a la
ebullición) difícilmente produce alguna diferencia en los cálculos del coeficiente de
transferencia de calor total.
La condensación en gotas tiene lugar cuando el condensado no moja la superficie de la pared. Se
ha demostrado, mediante la fotografía de alta velocidad, que las gotas se forman repentinamente
y después crecen muy lentamente. La gota se forma por rotura espontánea de una capa muy
delgada de condensado que es atraído hacia la gota. De nuevo aumenta el espesor de la película
hasta que tiene lugar otra rotura que produce una nueva gota o coalescencia con las formadas
previamente. Debido a la coalescencia múltiple y a la condensación continua, la gota crece y cae
por gravedad.
El espesor de la película de condensado que permanece entre las gotas puede ser de una micra
(vapor a la presión atmosférica). Con condensación en película, el espesor es mayor. El proceso
de contracción de la película en gotas produce un aumento en la velocidad de condensación en
la sección de superficie que queda entre ellas. La resistencia térmica al flujo de calor es baja, lo
que explica los grandes coeficientes de transmisión superficial del calor que se obtienen en la
condensación en gotas. De lo dicho se deduce que, en rigor, la condensación en gotas es un
proceso transitorio, aunque puede considerarse casi estacionario si las condiciones medias
permanecen constantes con el tiempo.

304
Es conocido por la termodinámica que la presión de equilibrio del vapor saturado sobre una
superficie de interfase vapor-líquido convexa es mayor que sobre una plana. La condensación
del vapor en gotas esféricas de radio R es posible sólo si R  RCrit , siendo RCrit el radio de
curvatura crítico (mínimo posible) de la interfase vapor-condensado (superficie de
condensación).
El valor de RCrit de una gota esférica puede ser determinado con el auxilio de la ecuación de
Thomson, la cual viene dada por:
2TSat
RCrit  (7.1.k)
rLV  L TSat  TC 
En la ecuación (7.1.k) se cumple que:
TSat es la temperatura absoluta del vapor saturado a la presión del vapor correspondiente, en oC

TC es la temperatura del condensado en la gota inicial (en su superficie), en oC


 es el coeficiente de tensión superficial
rLV  es el calor latente de cambio de fase
L es la densidad de la fase líquido
De la ecuación (7.1.k) se deduce que, cuanto menor sea el radio de la gota, tanto mayor será el
subenfriado del vapor (sobresaturación) con respecto a la temperatura de saturación a la presión
dada. Cuando R   (superficie plana) TC  TSat en el límite (se supone que no hay salto de
temperatura en la interfase). Si el condensado no moja la pared, la sobresaturación es también
necesaria para el crecimiento de la película delgada del mismo. En este caso, el papel que hace
el espesor de la película es semejante al del radio de curvatura de la teoría de Thomson.
Se sabe que sobre la interfase curvilínea de la gota actúa una presión adicional debida a la
tensión superficial. Para una superficie esférica, de la teoría de la elasticidad se determina la
ecuación de Laplace, que rige la presión en un líquido, la cual tiene la forma siguiente:
2
pL  pV  (7.1.k.1)
R
Si en la ecuación (7.1.k.1) se intercambian los términos pL y pV , entonces la nueva expresión
permitirá determinar la presión de vapor dentro de la burbuja de vapor en el seno del líquido, o
sea:
2
pV  p L  (7.1.k.2)
R
Así, pues, se deduce que la fase condensado posee un movimiento peculiar como resultado de la
tensión superficial variable. Si la tensión superficial cambia de un punto a otro, sobre la
305
superficie del líquido actuará, además de la presión dirigida normalmente, una fuerza
suplementaria dirigida tangencialmente. Los cambios de tensión superficial se producen. Por
ejemplo, por variaciones en la temperatura y en la curvatura de la interfase, por la presencia de
un gradiente de concentración de sustancias activas en la superficie o por cargas eléctricas
variables sobre la superficie del líquido.
Un aumento de la temperatura del líquido produce una reducción del coeficiente de tensión
superficial  . Con una temperatura superficial variable, el movimiento en la dirección de las
temperaturas decrecientes puede, por consiguiente, originarse en la capa capilar. Esta clase de
movimiento se llama termocapilar.
La fuerza inductora del movimiento termocapilar pT se determina mediante la forma siguiente:

pT  grad  grad TC (7.1.k.3)
TC
El coeficiente de temperatura en la tensión superficial está determinado por la siguiente
expresión:
1 
 (7.1.k.4)
 T
A partir de lo planteado en la relación (7.1.k.4), se puede transformar la ecuación (7.1.k.3), la
cual quedará ahora de la forma siguiente:
pT   grad TC (7.1.k.5)

La fuerza termocapilar pT se mide en unidades de presión y está dirigida tangencialmente a la


superficie del líquido.
Se ha demostrado mediante medidas que la temperatura de la superficie de la pared, en la
condensación en gotas, varía con el tiempo y de un punto a otro. La fluctuación de la
temperatura se explica por la resistencia térmica variable de la fase condensada, distribuida
irregularmente sobre la superficie. Puede pensarse que la variación del espesor de la película y
de la curvatura de la interfase están determinadas por la variación de la temperatura de la
superficie del líquido, y en consecuencia, de la aparición de la fuerza inductora termocapilar.
Estos conceptos fueron empleados por Solodov et al, en la descripción matemática del problema
de la transmisión del calor en la condensación en gotas de vapor estancado. Los parámetros
adimensionales obtenidos en la descripción matemática se usaron para generalizar los datos
experimentales de la condensación en gotas del vapor. Isachienko y Solodov obtuvieron que el
coeficiente medio de transmisión superficial del calor en la condensación en gotas puede ser
determinado mediante las siguientes ecuaciones:

306
Para 8  104  Re*  3,3  103 ; Nu  3,28  10 4 Re*0,84 1,16 Pr 1/ 3
(7.1.k.6)
Para 3,3  103  Re*  1,8  102 ; Nu  5,0  10 6 Re*1,57 1,16 Pr1/ 3
En la ecuación (7.1.k.6) se cumple que:
RCrit  2TSat
Nu  
L L rLV 1*  L TSat  TP 

V *RCrit L TSat  TP  fRCrit TSat  TP  2 f 2TSat


Re*   ;    2
L  L rLV 1*  L  L L2  L rLV 1*  L2
En la ecuación (7.1.k.6) el factor de fricción f va a ser una dependencia de Re* , de forma que:
0,664
Para 8  10 4  Re*  3,3  10 3 ; f 
Re*
0,026
Para 3,3  10 3  Re*  1,8  10 2 ; f 
7 Re
*

Las propiedades físicas del condensado en la relación (7.1.k.6) se toman a la temperatura de


saturación TSat , mientras que el radio crítico de la gota RCrit se determina mediante la ecuación
(7.1.k)
El parámetro adimensional  , tiene en cuenta el efecto del movimiento termocapilar sobre la
velocidad de condensación y la transmisión de calor desde el condensado. Puede considerarse
como la relación entre las fuerzas de termocapilaridad y las de viscosidad.
Lapshin y Konfederatov realizaron un total de 193 comprobaciones con diferentes datos
experimentales disponibles y reportaron que la ecuación (7.1.k.6) correlaciona con los datos
experimentales disponibles para un  25 % de error medio.
Kucherov y Rikenglazh recomiendan las siguientes aproximaciones para el cálculo de los
coeficientes medios de transferencia de calor por condensación en gotas.
Para Re*  3,3  10 3 ;   TSat  TP  ; q  TSat  TP 
0 ,16 1,16

;   TSat  TP  ; q  TSat  TP 
0 , 57
Para Re*  3,3  10 3
0 , 43
(7.1.k.7)
V * RCrit L TSat  TP 
Re*  
L  L rLV 1*  L
La ecuación (7.1.k.7) correlaciona con los datos experimentales disponibles para un  40 % de

error medio. Para Re*  3,3  103 la velocidad de condensación está limitada, sobre todo, por la
necesidad de sobresaturar el vapor condensante. Cuanto mayor es la diferencia de temperatura
TSat  TP  , y mayor la sobresaturación del vapor, más intenso es el proceso de condensación,
mientras que el aumento de resistencia térmica es todavía relativamente pequeño.

307
Por efecto de los aumentos de velocidad de condensación con TSat  TP  , y los de la cantidad de
condensado sobre la superficie de transmisión, resulta un incremento de la resistencia térmica
del condensado, que tiene gran importancia para la transmisión de calor.
Para Re*  3,3  103 la velocidad de condensación depende principalmente de la resistencia
térmica del condensado que ya se ha formado y aparece entonces una crisis en la condensación
en gotas.

7.4 Presencia de gases no condensables en los condensadores.

La mayor parte de los condensadores en las plantas de potencia que trabajan con vapor operan a
presiones muy por debajo de la atmosférica (por lo común, por debajo de 0,1 atm) con el fin de
maximizar la eficiencia térmica del ciclo y, como consecuencia, se eleva la posibilidad de
infiltración de aire (un gas no condensable) en ellos. Los estudios experimentales demuestran
que la presencia de gases no condensables en el vapor tiene un efecto perjudicial sobre la
transferencia de calor en la condensación. Incluso pequeñas cantidades de un gas no
condensable
En el vapor causan caídas significativas en el coeficiente de transferencia de calor durante la
condensación. Por ejemplo, la presencia de menos de 1% (en masa) de aire en el vapor de agua
puede reducir el coeficiente de transferencia de calor en la condensación a más de la mitad. Por
lo tanto, es práctica común desfogar periódicamente los gases no condensables que se acumulan
en los condensadores para garantizar una operación apropiada.
La drástica reducción en el coeficiente de transferencia de calor en la condensación en presencia
de un gas no condensable se puede explicar de la manera siguiente, cuando se condensa el vapor
mezclado con un gas no condensable, sólo este último permanece en la vecindad de la
superficie. Esta capa de gas actúa como una barrera entre el vapor y la superficie y dificulta que
aquél llegue a ésta. El vapor ahora debe difundirse primero a través del gas no condensable antes
de llegar a la superficie y esto reduce la efectividad del proceso de condensación.
Los estudios experimentales demuestran que la transferencia de calor en presencia de un gas no
condensable depende fuertemente de la naturaleza de flujo de vapor y de su velocidad. Como el
lector podría esperar, es más probable que una velocidad alta de flujo remueva el gas no
condensable estancado de la vecindad de la superficie y, de este modo, mejore la transferencia
de calor.
Rosell elaboró un método aproximado para la solución de la convección forzada por
condensación, el cual es válido para superficies horizontales y verticales, en presencia de gases

308
no condensables, empleando para ello una analogía entre la transferencia de calor y de masa.
Esta analogía viene dada para el caso de la transferencia de calor por la siguiente expresión:

 Pr  Re
Nu X    X Pr
1  0,941 X1,14 Pr 0,93
    V g 2
 X   L  Re ; V Max  L (7.1.k.8)
 V max  2 L
 V x; d  
 ;  Pr  
Pr
Re   Max
   27,8  79,5 Pr 0,306  657 Pr 1 6
En la ecuación (7.1.k.8) las propiedades no listadas con subíndice se evaluarán para la mixtura
(mezcla de vapor y gases no condensables).
El espesor de la película se determinará para el caso de superficies verticales mediante la
relación (7.1.c) y para superficies horizontales por la fórmula (7.1.h).
En la relación para determinar el número de Re se relacionan dos variables dimensionales x; d 
. Esto viene dado por la sencilla razón que si la superficie que se evalúa es una placa se emplea
la variable x (longitud), y si fuese un tubo se emplea la variable d (diámetro).

309
Capítulo 8 Transferencia de calor con cambio de fase. (Ebullición)

8.1 Introducción a la transferencia de calor por ebullición.

Los procesos de ebullición son de gran importancia en ingeniería térmica centrales nucleares,
tecnología química, y en otros campos de la ingeniería moderna. Se han dedicado muchas
investigaciones a este tema y a las características del transporte de calor asociado.
La ebullición es posible en todo el intervalo de temperatura limitado entre el punto triple y el
crítico de la sustancia. El calor de evaporación se absorbe durante el cambio de fase, o sea, a
medida que el líquido se transforma en vapor. Por lo tanto, la ebullición está siempre ligada al
suministro de calor al sistema. Se conocen dos clases de ebullición, ebullición de un líquido
sobre una superficie sólida de transmisión de calor, a la que se entrega calor desde el exterior
(ebullición local o en estanque) y ebullición en todo el volumen del líquido (ebullición en masa
o en flujo), aunque esto será visto en detalles más adelante.
En la ebullición sobre una superficie sólida, las burbujas de vapor se forman en puntos
localizados de la superficie. En la ebullición en masa, la fase vapor aparece directamente en el
interior del líquido, en forma de burbujas de vapor individuales. La ebullición en masa sólo es
posible si la fase líquida está sobrecalentada en relación a la temperatura de saturación para la
presión dada. Puede producirse un sobrecalentamiento considerable, por ejemplo, provocando
una rápida disminución de la presión del sistema. La ebullición en masa puede tener lugar en
presencia de fuentes internas de calor en el líquido. Los procesos de ebullición sobre superficies
de calefacción (tubos, paredes de conductos, etc.) se encuentran corrientemente en la ingeniería
de generación de potencia, y en otras ramas de la ingeniería y tecnología. El mecanismo de
transmisión del calor en la ebullición nucleada difiere del de convección en un líquido de una
sola fase, en que existe un transporte de masa y de calor por las burbujas de vapor desde la capa
límite dentro del líquido en ebullición.
Anteriormente fue considerada la transferencia de calor en la convección forzada y libre
comprendiendo una sola fase de un fluido. El análisis de los procesos de convección de ese tipo
comprende las propiedades termofísicas  ,  ,  , Cp del fluido. El análisis de la transferencia de
calor en la ebullición comprende estas propiedades del líquido (indicadas por el subíndice L ) o
del vapor (indicadas por el subíndice V ), así como las propiedades rLV  (el calor latente de

vaporización) y  (la tensión superficial). El rLV  representa la energía absorbida conforme una

unidad de masa del líquido se vaporiza a una temperatura o presión especificadas y es la


cantidad primaria de energía transferida durante la transferencia de calor en la ebullición.

310
8.2 Principios físicos de la formación de la burbuja de vapor en ebullición nucleada.

La ebullición es el proceso de formación de vapor dentro de un líquido. Las condiciones en que


transcurre este proceso son singulares y complicadas. La condición fundamental del surgimiento
de la ebullición es que el líquido se encuentre sobrecalentado. El carácter de la formación del
vapor juega un papel importante la diferencia de temperatura entre los dos medios
 T  TP  TSat y la densidad del flujo de calor q .

Con el aumento de la diferencia de temperatura entre los dos medios, la densidad del flujo de
calor no crece ilimitadamente. Para cierto valor de T este alcanza su valor máximo, pero
cuando T continua aumentando, empieza a disminuir. El régimen de ebullición que existe
hasta el momento de alcanzar el flujo calórico máximo, se denomina ebullición nucleada. La
densidad de flujo de calor máximo durante la ebullición nucleada se llama primera densidad
crítica del flujo calórico. Cuando los valores de T son mayores llega el segundo régimen de
ebullición, es decir el transitorio. Este se caracteriza por el hecho de que, tanto la superficie de
calentamiento como en su proximidad, las burbujas se unen constantemente entre sí, formando
grandes cantidades de vapor, por lo que el acceso del líquido a la pared se dificulta cada vez
más. Esta es la razón por lo cual disminuyen la densidad del flujo de calor y el coeficiente de
transferencia de calor.
A determinada diferencia de temperatura toda la pared se cubre con vapor, así comienza la
ebullición pelicular, la densidad del flujo de calor es mínima y se le llama segunda densidad
crítica del flujo de calor. La ebullición en el régimen pelicular, desde la superficie de
calentamiento hacia el líquido se realiza mediante la transferencia de calor por convección y
radiación a través de la película de vapor.
Para que se origine la ebullición, deben cumplirse dos condiciones:
1- Debe existir un sobrecalentamiento del líquido con respecto a la temperatura de saturación.
2- Deben existir puntos de partida.
El sobrecalentamiento del líquido es máximo en la superficie calendada. Los puntos de partida
están localizados sobre esta superficie (la cual contiene irregularidades superficiales, burbujas
de aire, partículas de polvo, etc.) este es el motivo por el cual las burbujas de vapor se forman
principalmente sobre la superficie de transmisión del calor.
En la ebullición nucleada la fracción principal de calor se transmite desde la superficie de
calefacción a la fase líquida, puesto que su conductividad es mucho mayor que la de la fase
vapor (para p  0,1 MPa la conductividad térmica del agua es   0,68 W mo C  y la del

vapor   0,02 W mo C  . Por lo tanto, al igual que en la convección en un líquido de una sola

311
fase, la principal resistencia térmica en la ebullición es la del líquido en la capa límite. Sin
embargo, el crecimiento y separación periódicos de las burbujas de vapor, desde la superficie de
calefacción y su ascenso, provocan una turbulencia en el líquido que causa una destrucción
parcial de la capa límite, y produce un considerable aumento de intensidad en la transmisión
superficial de calor, en comparación con la de la convección en un líquido de una sola fase.
El apreciable aumento de intensidad de la transmisión superficial de calor en la ebullición, a
causa de la evaporación en la capa límite, se debe a que esta capa es destruida directamente
sobre la superficie de calefacción en la que se generan las burbujas de vapor. Por lo tanto, existe
una capa viscosa de líquido estancado que sólo permanece intacta en las zonas de la superficie
que están libres de burbujas. La turbulización de la capa límite en un líquido de una sola fase
puede también ocurrir en la convección libre; entonces, ésta se debe a la fluctuación turbulenta
que aumenta con la velocidad del flujo del líquido. Sin embargo, estas perturbaciones son de
dirección opuesta a la del líquido hacia la pared, y no están completamente dispersadas a través
de todo el espesor de la capa límite. Un aumento de velocidad, con las correspondientes
perturbaciones turbulentas, nunca produce una destrucción completa de la capa límite, sólo
reduce su espesor efectivo. Como se dijo al principio, permanece sobre la superficie una
subcapa laminar (viscosa) delgada, de alta resistencia térmica, para cualquier velocidad de flujo.
Para que se forme (y continúe existiendo) una burbuja de vapor en un líquido sobrecalentado, la
fuerza debida a la presión del vapor dentro de ella p , no debe ser menor que la suma de todas
las fuerzas que actúan sobre la misma. Estas fuerzas son, principalmente, dos:
1- La presión ejercida por el líquido que la envuelve p L
2- La tensión superficial  de la propia burbuja.
La ecuación de Laplace (8.1.c.1) describe la condición de equilibrio de estas dos fuerzas, para el
caso de una burbuja esférica se transforma la ecuación (8.1.c.1), quedando de la siguiente
manera:
p  p L  p  2 RCrit (8.1.a)

En la ecuación RCrit es el radio crítico (mínimo) de la burbuja de vapor en el momento de su

formación. Cuando sucede que  p  2 RCrit la burbuja es libre de existir y de crecer, por el

contrario, cuando suceda que  p  2 RCrit entonces la burbuja condensa. Por lo tanto, a partir

de lo planteado anteriormente se puede emplear la ecuación (8.1.a) para determinar el radio


crítico de una burbuja esférica, el cual puede ser obtenido mediante la siguiente expresión:
RCrit  2 p (8.1.a.1)

312
La formación de una burbuja de vapor de radio crítico RCrit sólo es posible si el líquido que la

envuelve está sobrecalentado, o sea, si la temperatura del líquido TL es mayor que la de


saturación TSat (a la presión p ) en un valor de  T  TL  TSat . La temperatura del vapor en una

burbuja de radio crítico TCrit , debe ser igual a la de las capas adyacentes de líquido TL . De este

modo la temperatura TL  TCrit , (esto si se desprecia la pequeña corrección debido al efecto de la

curvatura de la interfase sobre la presión de saturación), esto ocurre a la presión de vapor en el


interior de la burbuja, o sea , p1  p  p . Se deduce de esto que la relación entre la caída de
presión p y el sobrecalentamiento requerido T está determinado entonces mediante la
siguiente relación:
dp
p  T (8.1.a.2)
dT
Si adicionalmente se tiene en cuenta la dependencia entre la presión del vapor y la curvatura de
la interfase vapor-agua, entonces se arriba a:
dp   V
p  T (8.1.a.3)
dT 
La derivada de la presión con respecto a la temperatura en la línea de saturación se determina
mediante la ley de Clapeyron - Clausis, la cual viene dada por:
 dp  rLV  V
   T (8.1.a.4)
 dT  S TSat    V 

Tomando el valor dp dT obtenido en la relación (8.1.a.4) y el de p alcanzado mediante el uso


de la ecuación (8.1.a.2), y sustituyéndolos posteriormente ambos en la expresión (8.1.a.1), la
ecuación para la determinación del radio crítico queda de la forma siguiente:
2 TSat
RCrit  (8.1.a.5)
rLV V TL  TSat 
La relación (8.1.a.5) se emplea en la determinación del radio crítico de una burbuja esférica en
un líquido sobrecalentado, siendo semejante a la expresión (8.1.c), con la cual se obtiene el radio
crítico de una gota esférica.
Debido a la presencia de fluctuaciones se forman continuamente pequeñas acumulaciones de
fase vapor (burbujas) de distintas dimensiones. Las burbujas de radio menor que el crítico
desaparecen (condensan), pero las mayores permanecen, y continúan creciendo rápidamente.
Así empieza la ebullición en masa de un líquido sobrecalentado. Una característica importante
asociada a la posibilidad de ebullición en masa es el trabajo mínimo necesario para la formación
de una burbuja de vapor de radio crítico, el cual viene dado por:

313
WMin  p   F (8.1.a.6)

En la ecuación (8.1.a.6) se cumple que  es el volumen de la burbuja y F es la superficie de la


burbuja. El término  F representa el trabajo requerido para crear la interfase vapor-líquido con
superficie F . Cuanto menor es la magnitud del trabajo obtenido mediante el empleo de
(8.1.a.6), más probable es la ebullición en masa, puesto que esta probabilidad es proporcional a
una función exponencial dada por eWMin kTSat 
, en la que k  1,38  10 23 J o C es la constante de
Boltzman.
El volumen y la superficie de una burbuja son   4RCrit
3
3 y F  4RCrit
3
respectivamente.
Teniendo en cuenta las ecuaciones (8.1.a.5), (8.1.a.1) y (8.1.a), entonces se puede expresar la
expresión (8.1.a.6) como:
2
4 RCrit
3
16 3  Tsat 
WMin     (8.1.a.7)
3 3 rLV V  TL  TSat 
Está claro, pues, que cuanto mayor sea el sobrecalentamiento del líquido  T  TL  TSat (y

mayor T o menor RCrit ), menor será el trabajo W Min . Por lo tanto, la probabilidad de la
ebullición en masa de un líquido aumenta con el sobrecalentamiento.
Cuando el calor se suministra a través de una superficie sólida, las burbujas de vapor se forman
sobre ella y no en el interior del líquido. Sin embargo, las condiciones físicas bajo las que se
generan las burbujas sobre la superficie de calefacción son semejantes, en muchos aspectos, a
las consideradas antes para la ebullición en masa. La principal diferencia es que el enlace
molecular está generalmente más o menos debilitado en la interfase sólido-líquido. Por ello, el
término que representa el trabajo de formación de las nuevas interfases líquido-vapor en la
expresión (8.1.a.7), es cuantitativamente menor en el caso de la burbuja que se forma en la
superficie de calefacción. De este modo el trabajo mínimo necesario para la formación de la
burbuja es menor; en consecuencia, la generación de una nueva burbuja es más probable. Esto
también explica porqué en la ebullición las burbujas se forman, generalmente, sobre la
superficie de calefacción y no en el interior del líquido.
En la ebullición el fenómeno de adhesión molecular en la superficie sólida es el equivalente y
está íntimamente ligado al de mojado de la superficie para el caso de la condensación.
En la figura 8.1.a se muestra esquemáticamente una burbuja de vapor de dimensiones críticas,
formada sobre una superficie formada sobre una superficie plana de calefacción con la
condición de que el líquido moje la superficie y que el ángulo de contacto  Ebull   2 . La
burbuja de la figura contigua se forma sobre una superficie no mojada, con un ángulo de

314
contacto  Ebull   2 . Acá se considera por su importancia el caso de que  Ebull   2 . La

superficie F de la burbuja está formada por una sección F1 en la que el vapor está en contacto
con el líquido y una base F0 . Seguidamente se procede a determinar el trabajo necesario para

formar una nueva interfase vapor-líquido durante la formación de la burbuja. La superficie F1


no existe antes de aparecer la burbuja, y la sección F0 está expuesta al líquido, de modo que su

energía superficial es   L P  F0 . La formación de la burbuja presupone la aparición de la

superficie F1 y la realización del trabajo   L  P  F1 para crearla. Además, sobre la superficie F0 ,

el líquido es remplazado por el vapor, tal sustitución precisa una energía expresada por
 V P     LP  F0 . El trabajo consumido en la separación de la burbuja de la superficie de

calefacción se llama trabajo de adhesión. El trabajo total necesario para formar las nuevas
superficies, cuando aparece una burbuja de vapor sobre una sección plana de un sólido viene
dado por:
  L V F1   V  P     L  P  F0 (8.1.a.8)

De la fórmula (8.1.a.8) se deduce que:


 V  P     L  P    V     P     L     P    V  L  (8.1.a.9)

Como la burbuja es esférica entonces la tensión superficial en (8.1.a.9) se afecta por cos
(véase la figura 8.1.a) quedando:
 V  P     L  P    V  L  cos (8.1.b)

Sustituyendo (8.1.b) en la ecuación (8.1.a.8) y organizando convenientemente se obtiene:



F 1 
F0
1  cos  (8.1.b.1)
 F 
Este valor define el trabajo realizado en la formación de las nuevas interfases líquido-vapor,
cuando la burbuja se forma sobre la superficie de calefacción. En el caso de la figura 8.1.a, la
relación entre el F0 de la superficie de la base y la de la superficie total de la burbuja de vapor

puede expresarse mediante funciones trigonométricas del ángulo de contacto  , en la literatura


especializada se dan más detalles al respecto.
La expresión obtenida (8.1.b.1) se aplica sólo en el caso más general, en el que la burbuja se
forma no en una sección plana (como en la fig. 8.1.a), sino en una irregularidad superficial como
un hueco o protuberancia de dimensión arbitraria. Entonces, la relación F0 F caracteriza la
fracción de la superficie de la burbuja en la que el vapor está en contacto con la superficie de
calefacción. Esta relación depende de la forma de la irregularidad superficial o rugosidad. Se

315
podría ver, entonces, que el trabajo de formación de la interfase es tanto menor cuanto mayor es
la relación F0 / F y mayor el ángulo de contacto  . De este modo se deduce que los lugares de

formación de burbujas más probables son los huecos de la superficie (en ellos F0 / F es mayor
que para las superficies planas o irregularidades proyectadas), y en aquellos huecos en los que
las condiciones de mojado se hayan deteriorado por la misma razón. La deterioración local de
las condiciones de mojado (y el aumento del ángulo de contacto  ) pueden ser causadas por la
heterogeneidad del material de la superficie de calefacción, inclusiones extrañas,
contaminaciones y, en particular, por la absorción de películas de aceite y grasa, tensiones
mecánicas, etc. Las dimensiones de las irregularidades son del mismo orden que el radio crítico
de la burbuja RCrit

Figura 8.1.a Esquema para la determinación del radio mínimo W Min de una burbuja de vapor y

del ángulo de contacto  Ebull

Las capas de líquido en contacto con la superficie de calefacción están a la temperatura TL , la


cual es aproximadamente igual a la de la temperatura de la pared TP , si se supone que TL  TP
entonces la ecuación (8.1.a.5) se transforma a:
2TSat
RCrit  (8.1.b.2)
rLV V TP  TSat 
En esta forma, el radio crítico RCrit define el radio de curvatura de la superficie externa de las
burbujas de vapor que se forman sobre la superficie de calefacción. Al mismo tiempo el
parámetro RCrit determina la dimensión de las irregularidades que sirven como puntos de partida
para la ebullición en las condiciones dadas (de presión, sobrecalentamiento, etc.), o bien, más
exactamente, las irregularidades ligeramente más pequeñas que el radio crítico, que sirven como
puntos de partida. A una presión dada, el radio crítico disminuye al aumentar el sobre-
calentamiento del líquido TP  TSat  . El radio crítico mínimo disminuye también al aumentar la
316
presión para un grado de sobrecalentamiento dado, puesto que un aumento de presión está
acompañado por un incremento en la derivada dp dT , y la tensión superficial disminuye. Un
aumento de sobrecalentamiento y presión produce una reducción del radio crítico RCrit y, por
consiguiente, un aumento del número total de puntos de partida activos, un mezclado más
intenso del líquido de la capa límite y un aumento de la intensidad superficial de la transmisión
de calor.
La burbuja de vapor que se genera en la superficie crece hasta un cierto tamaño, caracterizado
por su diámetro d 0 , para el cual se separa de la pared. Bajo condiciones estáticas, el diámetro de
separación se determina a partir de las condiciones de equilibrio mecánico entre el empuje que
tiende a separar a la burbuja de la superficie de calefacción, y la tensión superficial que tiende a
retenerla sobre la misma.
El crecimiento de la burbuja de vapor se puede ilustrar de forma simplificada. En realidad se ha
de tener en cuenta que, aún si se desprecia el efecto dinámico, a medida que crece la burbuja su
forma se aparta más y más de la esférica inicial. Esto se explica por el efecto cada vez más
importante de la gravedad, que tiende, por así decirlo, a alargar la burbuja hacia afuera de la
superficie de calefacción. Es obvio que la burbuja estará considerablemente deformada en el
momento en que la energía potencial del campo gravitatorio g   V  l (acá l es la dimensión

de referencia de la burbuja) sea comparable con la tensión superficial F . Puesto que el


volumen y la superficie de la burbuja son proporcionales al cubo y al cuadrado de la dimensión
de referencia l , respectivamente, o sea:

g    V  l 4   l 2 ; l   g    V  (8.1.b.2.1)

De la ecuación (8.1.b.2.1) se deduce que la fuerza de la gravedad deforma considerablemente la

burbuja, cuando su tamaño es aproximadamente  g   V  . Esta cantidad, medida en

unidades de longitud, se llama constante capilar.


Es usual que la burbuja de vapor se deforme considerablemente en el momento de separarse de
la superficie de calefacción. Los cálculos teóricos para los volúmenes de las burbujas de vapor,
antes de separarse de la superficie, en condiciones estáticas y para los distintos ángulos de
contacto, pueden interpolarse por una fórmula sencilla. Si se supone que el diámetro de

separación de la burbuja d 0 es igual al diámetro equivalente 3 6v0  , siendo v0 el volumen de

la burbuja deformada en el momento de la separación, la fórmula tiene la siguiente expresión:

d 0  0,0208 3  g   V  (8.1.b.3)

En la ecuación (8.1.b.3) el ángulo de contacto  se expresa en grados.

317
Las condiciones en las que la burbuja se separa de la superficie de calefacción están también
muy influenciadas por los efectos dinámicos, que no se han tenido en cuenta en la fórmula
(8.1.b.3). La ebullición produce una intensa mezcla del líquido en todo su volumen. Además, la
velocidad de crecimiento de la burbuja puede ser muy alta. En una ebullición intensiva y
desarrollada, todo esto conduce a un amplio espectro de diámetros de separación, y no a un
valor estrictamente fijado como el que se deduciría de la ecuación (8.1.b.3).
El diámetro de separación depende del ángulo de contacto  . El mojado de una superficie por
un líquido hirviente se deteriora al aumentar el ángulo de contacto, y las burbujas de vapor
resultan mayores en el momento de la separación.
Cuando    2 (o sea, el líquido no moja la superficie), la fracción de la superficie de
calefacción que está tapada por la base de la burbuja en crecimiento aumenta rápidamente. El
líquido es desplazado desde la superficie, por así decirlo, y, por lo tanto, la intensidad de la
transmisión superficial del calor disminuye. (Obsérvese que los fluidos térmicos usados
generalmente en la ingeniería de generación de potencia son capaces de mojar superficies
metálicas.)
Cuando existe circulación forzada del líquido hirviente, la separación de las burbujas de vapor
está, además, afectada por la energía dinámica del flujo de líquido. El diámetro de separación se
reduce debido al efecto hidrodinámica ejercido por la circulación, y está determinado por el
espesor de la capa de líquido contigua a la pared. El espesor de la capa límite varía en función
del número de Reynolds y de la intensidad de la vaporización. El diámetro de separación de la
burbuja d 0 depende también de estos dos factores, de modo que, tanto el espesor de la capa

límite de líquido, como el diámetro de separación d 0 disminuyen al aumentar Re. El crecimiento


de las burbujas está determinado por la intensidad de la vaporización de las capas de líquido
sobre su superficie. La vaporización se debe al suministro de calor desde fuera hacia estas capas.
La ecuación de balance de calor escrita para una interfase líquido-burbuja viene dada por:

QF  rLV V
dv
(8.1.b.4)
d
En la expresión (8.1.b.4)
dv d es la velocidad de variación del volumen de las burbujas
QF el flujo de calor a través de la interfase.
Hasta el momento de la separación de la superficie de calefacción, la principal cantidad de calor
se suministra a través de las secciones de la misma, próximas a la base de la burbuja, puesto que
allí la temperatura es máxima. La variación del radio de la burbuja con el tiempo está
determinada por la relación siguiente:
318
2  TP  TSat 
R ;   5,987 (8.1.b.5)
rLV V
En la relación (8.1.b.5)  es el tiempo que la burbuja permanece en la superficie de calefacción.
La relación (8.1.b.5) concuerda bien con los resultados experimentales en un amplio intervalo de
variaciones de presión. Se deduce de la fórmula presentada que la velocidad de crecimiento de
la burbuja aumenta con la diferencia de temperatura, pero disminuye al aumentar la presión.
La burbuja desprendida se mueve a través de las capas de líquido, que está algo sobrecalentado
respecto a la temperatura de saturación. Por lo tanto, la burbuja en movimiento toma algo de
calor del líquido que la envuelve. Se ha demostrado experimentalmente que el proceso de
intercambio de calor entre el líquido sobrecalentado y la superficie de la burbuja tiene lugar con
mucha intensidad. Los coeficientes locales de transmisión superficial del calor entre agua y
 
vapor son del orden de 2  105 W m 2 o C . Debido a ello, la burbuja aumenta considerablemente
de tamaño, a medida que asciende hacia la superficie del líquido.

8.3 Clasificación de los modos de ebullición. Aspectos básicos

Anteriormente fue demostrado que las burbujas existen debido a la tensión superficial  en la
interfase líquido-vapor producida por la fuerza de atracción sobre las moléculas que se
encuentran en dicha interfase hacia la fase líquida. La tensión superficial disminuye al aumentar
la temperatura y se hace cero a la temperatura crítica. Esto explica por qué no se forman
burbujas durante la ebullición a presiones y temperaturas supercríticas. La tensión superficial
tiene la unidad de N/m.
En la práctica los procesos de ebullición no ocurren en condiciones de equilibrio, y normalmente
las burbujas no se encuentran en equilibrio termodinámico con el líquido que las circunda. Es
decir, la temperatura y la presión del vapor en una burbuja suelen ser diferentes a las del líquido.
La diferencia de presión entre el líquido y el vapor es equilibrada por la tensión superficial en la
interfase. La diferencia de temperatura entre el vapor en una burbuja y el líquido circundante es
la fuerza impulsora para la transferencia de calor entre las dos fases. Cuando el líquido está a
una temperatura más baja que la de la burbuja, se transferirá calor de ésta hacia aquél, lo que
provoca que algo del vapor del interior de la burbuja se condense y ésta llegue finalmente a
aplastarse.
Cuando el líquido está a una temperatura más alta que la de la burbuja, el calor se transferirá de
aquél hacia ésta, haciendo que la burbuja crezca y suba hasta la parte superior bajo la influencia
de la flotación. Como ya fue mencionado anteriormente la ebullición se clasifica como

319
ebullición en estanque o ebullición en flujo, dependiendo de la presencia de movimiento masivo
del fluido.
Se dice que la ebullición es en estanque cuando no se tiene flujo masivo del fluido, y que es en
flujo (o ebullición en convección forzada) en presencia de ese flujo. En la ebullición en estanque
el fluido se encuentra en reposo y cualquier movimiento en él se debe a corrientes de
convección natural y al movimiento de las burbujas bajo la influencia de la flotación. La
ebullición del agua en un recipiente colocada sobre una hornilla eléctrica es un ejemplo de
ebullición en estanque. También se puede lograr este tipo de ebullición de un fluido al colocar
un serpentín de calentamiento en su seno. En la ebullición en flujo el fluido se fuerza a moverse
en un tubo caliente o sobre una superficie por medios externos, como una bomba. Por lo tanto,
la ebullición en flujo siempre viene acompañada por otros efectos de convección.
Las ebulliciones en estanque y en flujo se clasifican todavía más como ebullición subenfriada o
ebullición saturada, dependiendo de la temperatura de la masa de líquido. Se dice que la es
ebullición subenfriada (o local) cuando la temperatura de la masa principal del líquido está por
debajo de la de saturación T Sat (es decir, la masa del líquido está subenfriada) y la ebullición

saturada (o en masa) cuando la temperatura del líquido es igual a TSat (es decir, la masa del
líquido está saturada). En las primeras etapas de la ebullición las burbujas se encuentran
confinadas en una angosta región cercana a la superficie caliente. Esto se debe a que el líquido
adyacente a la superficie caliente se vaporiza como resultado de ser calentado arriba de su
temperatura de saturación. Pero estas burbujas desaparecen pronto al alejarse de la superficie
caliente, como resultado de la transferencia de calor de ellas hacia el líquido más frío que las
rodea. Esto sucede cuando la masa del líquido está a una temperatura más baja que la de
saturación. Las burbujas sirven como movedores de energía, de la superficie caliente hacia la
masa de líquido, absorbiendo calor de aquélla y liberándolo en ésta a medida que se condensan y
aplastan. En este caso la ebullición queda confinada en una región en la localidad de la
superficie caliente y, de manera apropiada, se le llama ebullición local o subenfriada, Cuando
toda la masa de líquido alcanza la temperatura de saturación, las burbujas empiezan a subir hasta
la parte superior. Se puede ver burbujas en toda la masa del líquido y, en este caso, a la
ebullición se le da el nombre de ebullición masiva o saturada.

8.4 Ebullición local o en estanque.

La ebullición en estanque (local) es el modo de transferencia de calor por ebullición para fluidos
estacionarios. En la ebullición en estanque no se fuerza el fluido a que se mueva por medio de

320
un impulsor, como una bomba, y cualquier movimiento en él se debe a corrientes de convección
natural y al movimiento de burbujas por influencia de la flotación.
Como un ejemplo conocido de la ebullición en estanque considere la ebullición de agua común
en un recipiente en una hornilla eléctrica. Inicialmente el agua está a alrededor de 25°C, bastante
abajo de la temperatura de saturación de 100oC a la presión atmosférica estándar. En las
primeras etapas de la ebullición nada significativo se advertirá, excepto algunas burbujas que se
pegan a la superficie de la cacerola. Éstas son causadas por la liberación de moléculas de aire
disueltas en el agua líquida y no deben confundirse con las burbujas de vapor. Conforme se
eleva la temperatura del agua se advertirán porciones de agua líquida rodando hacia arriba y
hacia abajo como resultado de las corrientes de convección natural, seguidas por las primeras
burbujas de vapor formándose en la superficie del fondo de la cacerola. Estas burbujas se hacen
más pequeñas al separarse de la superficie y empezar a subir, y llega el momento en que se
aplastan en el agua más fría que está arriba. Esto es ebullición subenfriada, dado que la masa del
agua líquida todavía no ha alcanzado la temperatura de saturación. La intensidad de la
formación de burbujas aumenta a medida que se eleva la temperatura del agua mientras que se
verán olas de burbujas de vapor salir del fondo y elevarse hasta la parte superior cuando esa
temperatura alcanza la de saturación (100°C en condiciones atmosféricas estándar). Esta
ebullición a plena escala es la ebullición saturada.

8.4.1 Regímenes de ebullición y la curva de ebullición.

Probablemente la ebullición es la forma más conocida de transferencia de calor, sin embargo es


la forma menos comprendida. Cualquier persona que haya dedicado años al estudio de la
transferencia de calor puede haber escrito o leído cientos de informes y trabajos sobre el tema y
es muy probable que todavía no se comprenda por completo el proceso de formación de
burbujas y aún se debe apoyar en relaciones empíricas o semi-empíricas para predecir la
velocidad de la transferencia de calor en la ebullición.
El trabajo que abrió el camino en relación con la ebullición fue realizado en 1934 por S.
Nukiyama, quien utilizó en sus experimentos alambres de nicromo y de platino calentados
eléctricamente sumergidos en líquidos. Nukiyama advirtió que la ebullición toma formas
diferentes, dependiendo del valor de la temperatura en exceso TExceso . Se observaron cuatro
regímenes diferentes de ebullición: ebullición en convección natural, ebullición nucleada,
ebullición de transición y ebullición en película. En la figura 8.1.b se ilustran estos regímenes
sobre la curva de ebullición, la cual es una gráfica del flujo de calor en la ebullición contra la
temperatura en exceso. Aún cuando la curva de ebullición dada en esta figura es para el agua su

321
forma general es la misma para diferentes fluidos. La forma específica de la curva depende de la
combinación de materiales en la superficie de calentamiento del fluido y de la presión de este
último, pero es prácticamente independiente de la configuración geométrica de dicha superficie.
Acá se describirá con detalle cada régimen de ebullición.

1- Ebullición en convección natural (Régimen de ebullición de primer orden)


Este tipo de ebullición abarca el intervalo desde el comienzo del proceso hasta el punto A sobre
la curva de ebullición, (Véase la figura 8.1.b). En la termodinámica se aprende que una sustancia
pura a una presión específica empieza a hervir cuando alcanza la temperatura de saturación a esa
presión. Pero en la práctica no se ven burbujas formándose sobre la superficie de calentamiento
hasta que el líquido se calienta unos cuantos grados arriba de la temperatura de saturación
(alrededor de 2 a 6°C para el agua). Por lo tanto, en este caso, el líquido está ligeramente
sobrecalentado (una condición metaestable) y se evapora cuando sube hasta la superficie libre.
En este modo de ebullición la convección natural rige el movimiento del fluido y la
transferencia de calor de la superficie de calentamiento al fluido se realiza por ese mecanismo.

2- Ebullición nucleada. (Régimen de ebullición de segundo y tercer orden)


Este tipo de ebullición abarca el intervalo desde el punto A hasta el punto C sobre la curva de
ebullición, (Véase la figura 8.1.b). Las primeras burbujas se empiezan a formar en el punto A de
la curva de ebullición, en varios sitios preferenciales sobre la superficie de calentamiento. Las
burbujas se forman con rapidez cada vez mayor, en un número creciente de sitios de nucleación,
conforme nos movemos a lo largo de la curva de ebullición hacia el punto C.
El régimen de ebullición nucleada se puede separar en dos regiones distintas. En la región A-B
se forman burbujas aisladas en varios sitios preferenciales de nucleación sobre la superficie
calentada. Pero éstas se disipan en el líquido poco después de separarse de la superficie. El
espacio que dejan vacío las burbujas que suben lo llena el líquido que se encuentra en la
vecindad de la superficie del calentador y el proceso se repite. La circulación continua del
líquido y la agitación causada por su arrastre hacia la superficie del calentador son las
principales responsables del coeficiente de transferencia de calor y del flujo de calor más altos
en esta región de la ebullición nucleada.
En la región B-C la temperatura del calentador se incrementa todavía más y las burbujas se
forman a velocidades tan grandes en un número tan grande de sitios de nucleación que forman
numerosas columnas continuas de vapor en el líquido. Las burbujas se mueven a todo lo largo
del camino hasta la superficie libre, en donde se revientan y liberan su contenido de vapor. Los

322
grandes flujos de calor
c que se
s pueden obtener en
n esta regióón son cauusados por el efecto
combinaddo del arrasstre de líquiddo y de la evaporación
e n.
A valores grandes de TExceso laa rapidez dee la evaporaación en la superficie
s deel calentado
or alcanza
valores taan altos quee una gran fracción
f de esa superfiicie se cubrre con burbuujas, lo cuall dificulta
que el lííquido lleguue hasta ellla y la huumedezca. Como
C conssecuencia, el flujo dee calor se
incremennta con mennor rapidez al aumentarr TExceso y alcanza unn máximo enn el punto C.
C En este

punto el flujo de callor recibe ell nombre dee flujo crítico (o máxim
mo) qMax dee calor, Parra el agua,

el flujo crítico
c de caalor sobrepaasa 1 MW m 2 . En la prráctica la ebbullición nuucleada es el régimen
más deseeable porquue en él se pueden
p logrrar altas razzones de traansferencia de calor co
on valores
más o meenos pequeñños de  T Exceso
E o, por lo
l general de
d menos dee 30°C para el agua.

Figura 8.1.b Curva típpica de ebulllición para el agua a laa presión dee 101,3 kPa..

3- Ebulllición de traansición. (R
Régimen de ebullición de cuarto orden)
o
Este tipoo de ebulliciión abarca el intervaloo desde el punto
p C hassta el punto D sobre laa curva de
ebulliciónn, (Véase laa figura 8.1.b). A mediida que se incrementa
i la temperattura del caleentador y,
por consiiguiente, la TExceso máás allá del punto
p C, el flujo de callor disminuuye, como see muestra

en la figuura 8.1.b. Essto se debe a que una fracción


f graande de la suuperficie deel calentadorr se cubre
con una película dee vapor, la cual actúa como un aiislamiento debido
d a suu baja cond
ductividad
térmica en
e relación con
c la del lííquido.
En el réggimen de ebbullición dee transiciónn se tienen en
e forma parcial tantoo ebullición nucleada
como enn película. La ebulliciión nucleadda que se tiene en ell punto C es reemplaazada por
completoo por la ebuullición en película
p en el
e punto D. En la prácctica en el ddiseño de eq
quipos de
transferenncia de caloor se evita operar
o en el
e régimen de
d ebullición de transicción, el cuaal también
323
se conoce como régimen inestable de ebullición en película. Para el agua, el régimen de
ebullición de transición se presenta sobre el rango de temperatura en exceso de alrededor de
30°C hasta más o menos 120°C.

4- Ebullición en película. (Régimen de ebullición de quinto orden)


Este tipo de ebullición abarca el intervalo desde el punto D hasta el final de la curva de
ebullición, (Véase la figura 8.1.b).
En esta región la superficie de calentamiento queda cubierta por completo por una película
continua estable de vapor. El punto D, en donde el flujo de calor alcanza un mínimo, se llama
punto de Leidenfrost, en honor de J. C. Leidenfrost, quien en 1756 observó que las gotitas de
líquido sobre una superficie muy caliente saltan de un lado a otro y se evaporan con lentitud. La
presencia de una película de vapor entre la superficie del calentador y el líquido es la
responsable de las bajas razones de la transferencia de calor en la región de ebullición en
película. La razón de la transferencia de calor aumenta al incrementarse la temperatura en
exceso como resultado de la transferencia de calor de la superficie calentada hacia el líquido, a
través de la película de vapor, por radiación, la cual se vuelve significativa a altas temperaturas.
Un proceso típico de ebullición no seguirá la curva más allá del punto C, como Nukiyama ha
observado durante sus experimentos. Nukiyama advirtió, con sorpresa, que cuando la potencia
aplicada al alambre de nicromo sumergido en agua sobrepasaba qMax , incluso ligeramente, la
temperatura de ese alambre se incrementaba de manera repentina hasta su punto de fusión y se
extinguía sin que pudiera controlarlo. Cuando repitió los experimentos con alambre de platino,
el cual tiene un punto de fusión mucho más alto, pudo evitar que se consumiera y mantener
flujos de calor más altos que qMax . Cuando redujo en forma gradual la potencia, obtuvo una
curva de ebullición muy similar a la mostrada en la figura 8.1.b, con una súbita caída en la
temperatura en exceso cuando se alcanzaba qMax . Nótese que el proceso de ebullición no puede
seguir la parte de ebullición de transición de la curva correspondiente más allá del punto C, a
menos que la potencia aplicada se reduzca en forma repentina.
El fenómeno de extinción en la ebullición se puede explicar de la manera siguiente. Para
moverse más allá del punto C, en donde se presenta qMax , se debe incrementar la temperatura TP
de la superficie del calentador, lo cual para lograrlo se debe aumentar el flujo de calor, sin
embargo el fluido no puede recibir esta energía incrementada precisamente más allá del punto C.
Por tanto, la superficie del calentador finaliza absorbiéndola causando la elevación de la
temperatura superficial TP del mismo. Pero a esta temperatura en exceso más alta el fluido

324
puede recibir incluso menos energía, lo que hace que la temperatura superficial TP del
calentador se eleve todavía más. Esto continúa hasta que la temperatura superficial alcanza un
punto en el que ya no se eleva y el calor alimentado se puede transferir al fluido en forma
estacionaria. Éste es el punto E en la curva de ebullición, el cual corresponde a temperaturas
superficiales muy elevadas. Por lo tanto, cualquier intento de incrementar el flujo de calor más
allá de q MAx hará que el punto de operación sobre la curva de ebullición salte en forma súbita del
punto C al E. Sin embargo, la temperatura superficial que corresponde al punto E se encuentra
más allá del punto de fusión de la mayor parte de los materiales de los cuales están hechos los
calentadores y se presenta la fusión. Por lo tanto, el punto C sobre la curva de ebullición también
se conoce como punto de fusión, o crisis de ebullición, y el flujo de calor en este punto es el
flujo de calor de fusión.
En la práctica la mayor parte del equipo de transferencia de calor para ebullición opera
ligeramente por debajo de qMax para evitar cualquier fusión desastrosa. Sin embargo, en
aplicaciones criogénicas en las que intervienen fluidos con puntos de ebullición muy bajos,
como el oxígeno y el nitrógeno, el punto E suele caer por debajo del punto de fusión de los
materiales calentadores y, en esos casos, se puede usar la ebullición estacionaria en película sin
peligro de fusión.
Westwater y Santangelo hicieron tres fotografías que han alcanzado amplio reconocimiento. En
estas se muestran tres regímenes distintos de ebullición. El agente de trabajo es el metanol el
cual fluye por el interior de un tubo de cobre con 1 cm de diámetro interior, calentado
exteriormente con vapor de agua. Las fotografías describen los regímenes de ebullición
nucleada, de transición y en película.

8.4.2 Correlaciones para la evaluación de la ebullición en estanque.

Los regímenes de ebullición que acaban de ser mostrados difieren de manera considerable en su
carácter y, por tanto, es necesario usar relaciones diferentes de transferencia de calor para
regímenes diferentes de ebullición.
Para ello se divide el proceso de ebullición, (siguiendo lo explicado anteriormente sobre los
regímenes de ebullición, representado en la figura 8.1.b) en las siguientes subdivisiones:
1- Ebullición en convección natural (Régimen de ebullición de primer orden)
2- Ebullición nucleada. (Régimen de ebullición de segundo y tercer orden)
3- Ebullición de transición. (Régimen de ebullición de cuarto orden)
4- Ebullición en película. (Régimen de ebullición de quinto orden)

325
Figura 8.1.c Fotografías de alta velocidad de varios regímenes de ebullición para el flujo de
metanol en el interior de un tubo horizontal

326
Un resumen de las principales características y correlaciones para la determinación del
coeficiente de transferencia de calor medio para la ebullición local o en estanque para los cuatro
regímenes básicos enumerados anteriormente se da a continuación:

1- Ebullición en convección natural (Régimen de ebullición de primer orden)


El régimen de ebullición en convección natural está determinado en la figura 8.1.b en la región
comprendida desde el inicio del calentamiento del fluido en reposo hasta el punto A . Como su
nombre bien lo dice es una ebullición regida por una fuerte influencia de la convección libre, lo
que hace que este proceso sea gobernado por las fuerzas gravitacionales y las diferencias de
densidades, razón por la cual en este régimen de primer orden las velocidades de la transferencia
de calor se pueden calcular con exactitud usando las relaciones proporcionadas para las diversas
situaciones de convección natural presentadas en el capítulo 6.

2- Ebullición nucleada. (Régimen de ebullición de segundo y tercer orden)


La ebullición nucleada es denominada como régimen de ebullición de segundo y tercer orden
producto que en la figura 8.1.b a este tipo de ebullición le corresponden dos intervalos. El
primero de ellos (régimen de segundo orden) comprendido entre los puntos A y B, y el segundo
de ellos (régimen de tercer orden) comprendido entre los puntos B y C. principal diferencia
entre el régimen de segundo y tercer orden viene dada en lo fundamental en el comportamiento
de las burbujas de vapor, ya que en el primero las burbujas se aplastan en el seno del líquido y
en el segundo las burbujas se eleva hasta la superficie libre. Por supuesto que el régimen de
segundo orden se transformará en un régimen de tercer orden de seguirse incrementando la
temperatura de la pared TP y como consecuencia existe también un incremento de T Exceso .

A medida que la temperatura TP de la pared bañada por el fluido va aumentando, aparecen


pequeñas burbujas de vapor que ascienden, de forma que unas condensan en el propio líquido y
otras llegan a la superficie libre, en donde revientan y sueltan el vapor; la tensión superficial del
líquido ofrece una gran resistencia a la formación de burbujas dentro del propio líquido, por lo
que inicialmente éstas se forman a partir de puntos de nucleación sobre la superficie de la pared,
en la que existen pequeñas imperfecciones en su acabado, o en bolsas de gas, en las que los
efectos de tensión superficial se hallan minimizados.
A medida que el metal de la pared se calienta aún más, las burbujas se forman libremente y la
evaporación es intensa, con gran turbulencia y altos valores del coeficiente  de transferencia
de calor.

327
Durante los últimos 70 años se han llevado a cabo muchos estudios del proceso de ebullición
nucleada con componentes puros. Esto ha permitido ampliar el conocimiento de los procesos
físicos que se producen en la generación de burbujas en ebullición, aunque todavía no se han
podido establecer modelos teóricos que predigan los coeficientes con suficiente exactitud,
debido principalmente a la cantidad de parámetros de influencia en este tipo de ebullición. Por
ello la mayoría de trabajos presentan correlaciones que se basan en resultados experimentales.
Estas correlaciones muestran que el coeficiente de transferencia de calor en ebullición depende
del flujo de calor, la presión, las propiedades del fluido y de algunas características de la
superficie de calentamiento (rugosidad, orientación, forma, propiedades termofísicas, etc.). La
mayoría de estas correlaciones predicen muy bien los resultados experimentales
correlacionados, aunque también es cierto que se encuentran diferencias importantes entre los
resultados experimentales de diversas fuentes.
En el régimen de ebullición nucleada la razón de la transferencia de calor depende fuertemente
de la naturaleza de la nucleación (el número de sitios activos de nucleación sobre la superficie,
la rapidez de la formación de burbujas en cada sitio, etc.), lo cual es difícil de predecir. El tipo y
la condición de la superficie calentada también afectan la transferencia de calor.
Estas complicaciones dificultan desarrollar relaciones teóricas para la transferencia de calor en
el régimen de ebullición nucleada y se necesita apoyar en relaciones basadas en datos
experimentales. La correlación de mayor difusión en la literatura y fuentes conocidas y
consultadas para la determinación del flujo de calor en el régimen de ebullición nucleada fue
propuesta por Rohsenow y se expresa como:
g  L  V   Cp L TP  TSat  
q Nucle   L rLV   r  Pr N C  (8.1.b.5)
  LV L P F 

En la ecuación (8.1.b.5) se cumple que:


qNucle es el flujo de calor en la ebullición nucleada, en W m 2

 L es la viscosidad del líquido, en Pa  s


rLV  es la entalpía de vaporización , en J / kg
g es la aceleración gravitacional, en m s 2
 L es la densidad del líquido, en kg m 3
 V es la densidad del vapor , en kg m 3

 es la tensión superficial de la interfase líquido- vapor , en N m

Cp L es el calor específico del líquido, en J kg o C  

328
T Sat es la temperatura de saturación del fluido, en C
o

TP es la temperatura superficial de la pared, en oC


CP F es una constante experimental dependiente de la combinación superficie- fluido
PrL es el número de Prandtl del líquido.
N es una constante experimental dependiente del fluido (para el agua es igual a N  1 y para
otros fluidos es igual a N  1,7 )
Las propiedades del fluido que se encuentran en la ecuación (8.1.b.5) se deben evaluar a la
temperatura de saturación T Sat .

En la tabla 8.1.a se dan los valores de CP F y N determinados de forma experimental para
varias combinaciones fluido-superficie.
Se puede demostrar con facilidad que usando valores apropiados en las unidades especificadas
en la ecuación de Rohsenow se produce la unidad deseada, W m 2 , para el flujo de calor en la
ebullición, ahorrando de este modo tener que pasar por tediosas manipulaciones de unidades.
Empleando la ecuación (8.1.b.5) se obtiene:

g  L  V   CpL TP  TSat  


qNucle   L rLV   r  Pr N C 
  LV L PF 
12 3
 m kg   J 0  (8.1.b.6)
   0 C 12
 kg   J   s 2 m3   kg C   W  1  13  W m 2
q     
 m  s   kg   N   J  m  m2 
  kg 
 m   
Los valores de de CP F y N dados en la tabla 8.1.a se pueden usar para cualquier configuración
geométrica, ya que se encuentra que durante la ebullición nucleada la velocidad de la
transferencia de calor es independiente de la configuración geométrica y de la orientación de la
superficie calentada.
La condición de la superficie de calentamiento afecta mucho la transferencia de calor, sin
embargo la ecuación (8.1.b.5) es aplicable a superficies limpias más o menos lisas. Los
resultados obtenidos usando esta ecuación pueden tener un error de  80% para la velocidad de
la transferencia de calor para cierta temperatura en exceso, y de  30% para la temperatura en
exceso de una velocidad dada de transferencia de calor. Por lo tanto, debe tenerse cuidado en la
interpretación de los resultados. En investigaciones efectuadas al efecto, Mostinskii et al, casi
simultáneamente con Gorenflo y Leinier, encontraron que el coeficiente N varía en superficies
ásperas y sucias en el margen de valores desde 0,8 hasta 2,0.

329
De los cursos de termodinámica se recuerda que la entalpía de vaporización rLV  de una
sustancia pura decrece al aumentar la presión (o la temperatura) y llega a cero en el punto
crítico. Dado que rLV  aparece en el denominador de la ecuación (8.1.b.5), se debe ver una
elevación significativa en la velocidad de la transferencia de calor a altas presiones durante la
ebullición nucleada.
Foster y Zuber desarrollaron de conjunto una expresión aproximada para la determinación del
coeficiente de transferencia de calor medio por ebullición nucleada en estanque, la cual viene
dada por la siguiente expresión:
0,00122 TP  TSat  pSat Cp L0, 45  L0, 49 0L,79
0 , 24
0 , 75
 (8.1.b.7)
 rLV 0, 24  L0, 29  Sat
0 , 24

En la ecuación (8.1.b.7) se cumple que:


 p Sat es la presión de saturación a la temperatura resultante de la diferencia entre las

temperaturas de la pared y de saturación TP  TSat 


En la bibliografía se pueden encontrar multitud de correlaciones, que han sido propuestas para el
cálculo de los coeficientes de ebullición nucleada en fluidos puros. Debido a la gran cantidad de
modelos propuestos, la solución ha sido la de considerar los modelos más referenciados hasta
ahora para el cálculo de coeficientes de transferencia de calor en ebullición nucleada, estos son
la correlación de Cooper (1984), la correlación de Stephan y Abdelsalam (1980) y la correlación
de Mostinski (1963).
De todos estos modelos, destacan las ecuaciones de Cooper y de Mostinski por su sencillez de
aplicación, y porque para su cálculo se necesitan pocas variables termodinámicas. Sin embargo
la correlación de Stephan-Abdelsalam, si bien ofrece una buena precisión en los valores de los
coeficientes de ebullición según la literatura especializada, es dependiente de un grupo
considerable de propiedades termofísicas, que pueden ser difíciles de obtener para algunos
fluidos.
Gorenflo (1997) propuso una correlación dependiente de la presión reducida que utiliza un valor
experimental del coeficiente de ebullición nucleada específico de cada fluido medido en una
condiciones de referencia: una presión reducida de PV  PSat PFluid  0,1 , una rugosidad de

eO  0,4 m y un flujo de calor igual a qO  20 000 W m , o sea se requiere de una expresión


2

de cálculo para cada fluido, lo que hace desechar esta expresión ya que se necesita establecer
valores de referencia experimentales para cada fluido en particular, sin embargo se proporcionan
las expresiones para el agua y el amoníaco, pues estas correlacionan bien con los datos

330
experimentales con  25 % . La formulación general de Gorenflo viene dada por la siguiente
ecuación:
N Pr 0,133
 q  e
  O   f PV   (8.1.b.7.a)
 qO   eO 

Tabla 8.1.a Valores de CP F y N para varias combinaciones fluido-superficie


Combinación fluido-superficie de calentamiento CP  F N
Alcohol n-butílico – cobre 0,003 1,7
Alcohol isopropílico – cobre 0,0025 1,7
Alcohol etílico - cromo 0,0027 1,7
Agua – acero inoxidable 0,0133 1,0
Agua – acero inoxidable (pulido mecánicamente) 0,0132 1,0
Agua – acero inoxidable (esmerilado y pulido) 0,008 1,0
Agua –acero inoxidable (picado y recubierto con teflón) 0,0058 1,0
Agua – acero inoxidable esmerilado y pulido 0,008 1,0
Agua – cobre 0,013 1,0
Agua - cobre pulido con esmeril y tratado con parafina 0,0147 1,0
Agua – cobre pulido esmeril 0,0128 1,0
Agua – latón 0,0068 1,0
Agua – platino 0,013 1,0
Benceno – cromo 0,01 1,7
n- Pentano –níquel pulido con esmeril 0,0127 1,7
n-Pentano – cobre amolado 0,0049 1,7
n-Pentano – cobre esmerilado 0,0074 1,7
n-Pentano – cobre pulido esmeril 0,0154 1,7
Tetracloruro de carbono – cobre pulido esmeril 0,007 1,7
Tetracloruro de carbono – cobre 0,013 1,7
35% K2CO3 – Cobre 0,0054 1,7
50% K2CO3 – Cobre 0,0027 1,7

Anteriormente fue dicho que en la ecuación (8.1.b.7.a) se cumple que qO  20 000 W m 2 y

eO  0,4 m

Las constantes  O ; f PV  ; N Pr para el caso del agua toman los siguientes valores:

 0,68 
O  5600W m 2 ; f PV   1,73PV  PV 2 ; N Pr  0,9  0,3 Pr 0,3
0, 27
  6,1 
 1  PV 

Las constantes  O ; f PV  ; N Pr para el caso del amoniaco toman los siguientes valores:

 1 
O  7 000W m 2 ; f PV   1,2PV  PV 2 ; N Pr  0,9  0,3 Pr 0,3
0, 27
  2,5 
 1  PV 
Los modelos seleccionados se describen a continuación.
331
1- Correlación de Mostinski

Mostinski (1963) aplicó el principio de los estados correspondientes para correlacionar datos
experimentales de ebullición nucleada y llegó a una correlación simple sin dependencia de las
características de la superficie ni de las propiedades del fluido. La correlación de presión
reducida adimensional se describe por la siguiente relación:
  3,596  105 PC0,69q0,7 PP (8.1.b.7.1)
En la expresión (8.1.b.7.1) La presión crítica se calcula en kPa, mientras que los efectos de la
presión en la ebullición nucleada son correlacionados empelando el factor PP , el cual se
determina mediante la siguiente ecuación:
PP  1,8PV   4PV   10PV 
0,17 1, 2 10
(8.1.b.7.2)

El término PV es conocido como presión reducida del fluido y va a ser igual al cociente entre la
presión de saturación a la temperatura media del fluido y la presión real del fluido, o sea:
PV  p Sat p fluido (8.1.b.7.3)

2- Correlación de Cooper.

Cooper (1984) presentó una correlación de presión reducida, que incorpora además la
información de rugosidad de la superficie e y el peso molecular del fluido M . Cuando se
desconoce la rugosidad de la superficie e , en su publicación Cooper recomienda utilizar un
valor de 1 μm. Esta expresión viene dada por:

55PV 
0 ,12  0 , 043 Ln ( e )
q 0, 67
 (8.1.b.7.4)
 Log PV 0,55 M
En la expresión (8.1.b.7.4) el peso molecular de la sustancia M se expresa en kmol kg

3- Correlación de Stephan - Abdelsalam.


La correlación de Stephan y Abdelsalam (1980) es una de las correlaciones más referenciada en
los trabajos de ebullición nucleada en la literatura disponible y conocida. Utilizando un método
de regresión múltiple estos autores correlacionaron gran cantidad de datos experimentales
(2724 valores en total), con características geométricas de la superficie de calentamiento
similares, agrupando las propiedades termofísicas de los fluidos en números adimensionales.
Como resultado de la regresión obtuvieron correlaciones individuales para cuatro tipos de
fluidos (agua, orgánicos, refrigerantes y criogénicos) que reproducían los datos experimentales
con un error medio de  15 % .También presentaron una expresión general válida para todos los

332
fluidos. En este caso el error medio era inferior al  25% . Acá se darán las expresiones
individuales.
Para el agua y fluidos orgánicos:

 rLV d 02 
0 , 67 1, 26 5, 22 1, 58
d  qd   Cp LTSat d 0    L  V 
Nu  0  246  10 5  0        (8.1.b.7.5)
L  L   a 2
L   L   a 2
L 
Para refrigerantes y criogénicos:
0, 745 0,581 0,533
d  qdO   V   L 
Nu  O  207      (8.1.b.7.6)
L 
 L Sat 
T  L   aL 
En las expresiones (8.1.b.7.5) y (8.1.b.7.6) se cumple que:
aL es la difusividad térmica del líquido, en m 2 s
d O es el diámetro de partida de las burbujas, en m

El diámetro de partida de las burbujas d O se determina mediante la ecuación de Fritz (1935) la


cual viene dada por:

2
d O  0,0146 (8.1.b.7.7)
g  L  V 

El parámetro  se proporciona en radianes y es el ángulo de contacto de la burbuja. Para el agua


y fluidos orgánicos    4 , mientras que para refrigerantes y criogénicos   7 36 .

8.4.3 Cálculo de la ebullición de mezclas en recintos cerrados.

Cuando se obtiene la curva de ebullición nucleada de una mezcla binaria se observa que esta se
ve considerablemente alterada con respecto a la de los respectivos compuestos puros. En primer
lugar se observa que es necesario un mayor exceso de temperatura para que se inicie la
ebullición. En segundo lugar los coeficientes de transferencia de calor en la zona de ebullición
nucleada se ven fuertemente reducidos con respecto a los de los componentes puros. Esta
reducción presenta un máximo en los puntos donde la diferencia de concentraciones molares
entre la fase vapor y la fase líquida ~
y1  ~
x1 también pasa por un máximo. Este máximo en la

diferencia de concentraciones normalmente también coincide con un máximo en la diferencia


entre la temperatura de rocío y la temperatura de burbuja. Por ello, la mayoría de correlaciones
publicadas para el cálculo del coeficiente de ebullición nucleada de la mezcla incluyen un
término de corrección que tiene en cuenta la diferencia de concentraciones o la diferencia de
temperaturas.

333
Esta reducción del coeficiente de ebullición nucleada de la mezcla se atribuye en gran medida a
un aumento en la concentración del componente pesado en la interfase de la burbuja. Este
incremento en la concentración del componente pesado produce un aumento de la temperatura
de burbuja y una reducción en la diferencia de temperatura disponible, llevando a una reducción
de la velocidad de crecimiento de la burbuja y por lo tanto del coeficiente. El aumento de la
concentración del componente pesado en la interfase de la burbuja está controlado por los
procesos de difusión de materia, por ello, algunas correlaciones actuales, incluyen el coeficiente
de transferencia de materia o la difusividad en el cálculo del coeficiente de ebullición nucleada
de la mezcla.
Estos dos términos de corrección se introducen en las correlaciones para el cálculo del
coeficiente de ebullición nucleada de las mezclas de manera semi-empírica como corrección de
un coeficiente de ebullición nucleada de la mezcla ideal en ausencia de efectos de difusión de
masa. En la literatura se siguen dos aproximaciones para el cálculo de este coeficiente ideal. En
la primera, un coeficiente de transferencia de calor ideal es definido en base a un promedio
molar del exceso de temperatura
 Tid  ~
x1 T1  ~
x2 T (8.1.b.7.8)
Lo cual lleva al cálculo del coeficiente ideal como promedio reciproco molar de los
componentes puros a la misma presión o temperatura calculados con correlaciones de ebullición
nucleada de fluidos puros, o sea:

1 ~
x1 ~
x2
  (8.1.b.7.9)
id 1 P o T 2 PoT

Existe también la posibilidad de calcular el coeficiente de ebullición ideal calculado con las
propiedades de la mezcla aunque esta aproximación es menos utilizada por la dificultad para
determinar las propiedades termofísicas. Si bien para el caso de ebullición local, existen grandes
diferencias en los modelos propuestos, las correlaciones seleccionadas en la ebullición de
mezclas, se pueden reducir todas a la forma de la ecuación siguiente:
 1
 (8.1.b.7.10)
 id 1  K
En la ecuación (8.1.b.7.10) los valores de la constante K se pueden obtener mediante tres
modelos, los cuales se proporcionan más adelante.
 es el coeficiente de transferencia de calor medio por ebullición de la mixtura
 id es el coeficiente de transferencia de calor ideal por ebullición de la mixtura
Tomando como partida los trabajos previos de Arima et al. (2009), Inoue et al. (2012) y Inoue et
al. (2013), el autor ha realizado una comparación de los datos de ebullición nucleada de la
334
mezcla con las correlaciones probablemente más referenciadas actualmente, según la literatura
disponible y consultada. Las correlaciones que se han estudiado han sido las correlaciones de
Schlünder (1980), la modificación a la correlación de Schlünder (1982) llevada a cabo por parte
de Thome y Shakir (1987), y la correlación de Fujita y Tsutsui en su última versión de 2007. Las
razones de la selección de estas se fundamentan a continuación:
 La correlación de Schlünder (1982) es la primera expresión que ha obtenido buena
reputación en la comunidad científica, por sus buenos resultados en la mayoría de mezclas y
ha sido la base para la creación de muchas expresiones posteriores.
 La modificación posterior propuesta por Thome y Shakir (1987) según lo reportado por sus
creadores se ajusta mejor que la correlación de Schlünder a los datos experimentales de
mezclas acuosas
 La correlación de Fujita y Tsutsui, se ha escogido por ser una correlación que no necesita el
parámetro  L . Esta expresión de cálculo es una modificación de la ecuación de Schlünder.
 Todas las expresiones seleccionadas proporcionan una buena correlación con los datos
experimentales disponibles, con una desviación media de  30% siendo la correlación de
Fujita y Tsutsui la más precisa con  20% de error medio.
 Todas las expresiones seleccionadas poseen la gran ventaja de que para su cálculo sólo se
necesitan variables termodinámicas que son relativamente fáciles de conseguir para mezclas.

1- Ecuación de Schlünder

 id
K Tsat1  TSat 2    ~y1  ~x   1  e A 
q
(8.1.b.7.11)
 B0 q 
A    ;  L  2  10 4 m s ;  0  1
  
 L LV L 
r

En la ecuación (8.1.b.7.11) se cumple que:


Tsat 1  TSat 2  es la diferencia de temperaturas de saturación de los fluidos 1 y 2 integrantes de la
mezcla.
 ~y1  ~x  es diferencia de concentraciones molares entre la fase vapor y la fase líquida
K es una constante que se emplea en la ecuación (8.1.b.7.10)

2- Ecuación de Thome - Shakir

 id
K Tsat1  TSat 2    ~y1  ~x   1  e A 
q
(8.1.b.7.12)
 q 
A    ;  L  3  10  4 m s
  L rLV  L 

335
En la ecuación (8.1.b.7.12) se cumple que:
Tsat 1  TSat 2  es la diferencia de temperaturas de saturación de los fluidos 1 y 2 integrantes de la
mezcla.
 ~y1  ~x  es diferencia de concentraciones molares entre la fase vapor y la fase líquida
K es una constante que se emplea en la ecuación (8.1.b.7.10)

3- Ecuación de Fujita – Tsutsui.

 id
K Tsat1  TSat 2    ~y1  ~x   1  e A 
q
(8.1.b.7.13)
  60 q V 
A   4 
 r
 L LV   g  L   
V 

En la ecuación (8.1.b.7.13) se cumple que:


Tsat 1  TSat 2  es la diferencia de temperaturas de saturación de los fluidos 1 y 2 integrantes de la
mezcla.
 ~y1  ~x  es diferencia de concentraciones molares entre la fase vapor y la fase líquida.
Las propiedades  V y  L se toman de la sustancia integrante de la mezcla de menor temperatura

de ebullición, igualmente sucede con la tensión superficial  .


K es una constante que se emplea en la ecuación (8.1.b.7.10)

8.4.4 Pico de calor en la ebullición en estanque.

Al final de la etapa de evaporación nucleada, en el fondo del recipiente se ha alcanzado el


momento de la máxima transferencia de calor por cuanto hasta aquí el líquido mojaba la
superficie del recipiente, y lo refrigeraba, pero a partir de este instante, la refrigeración comienza
a hacerse a través de la película de vapor y esta nueva situación implica un cambio brusco en el
coeficiente de convección, por cuanto el del vapor es mucho menor que el del líquido y, por lo
tanto, esta variación se traduce en un aumento brusco de la temperatura de la pared calentada,
por cuanto se sigue aplicando calor; este aumento de temperatura de la pared se conoce como
pico de calor, cuya importancia y riesgo radican en que existe la posibilidad de que el flujo de
calor aplicado sobrepase un cierto valor, (al pasar del régimen nucleado al de evaporación en
película inestable, comienza a formarse la película de vapor, (inestable), que separa el líquido de
la pared, aparece el pico de calor, y como la superficie calefactora está mal refrigerada por el
vapor, puede llegar a quemarse).
En el diseño del equipamiento de transferencia de calor para la ebullición es en extremo
importante que el diseñador tenga conocimiento del flujo máximo de calor para evitar el peligro

336
de la extinción. Kutateladze, y posteriormente 10 años más tarde, Zuber, determinaron
teóricamente, aplicando enfoques diferentes, el flujo máximo (o crítico) de calor en la ebullición
nucleada en estanque, el cual se determina mediante la siguiente expresión:

q Max  CCR rLV  4  g V2  L  V  (8.1.b.8)

En la ecuación (8.1.b.8) C CR es una constante cuyo valor va a depender de la configuración


geométrica del calentador. Lienhard y sus colaboradores investigaron exhaustivamente este
coeficiente y obtuvieron que su valor medio en la mayoría de los casos oscila alrededor de 0,15.
En la tabla 8.1.b se proporciona una lista de valores de C CR para diferentes configuraciones
geométricas del calentador. Nótese que los calentadores se clasifican en grandes o pequeños,

empleando el parámetro adimensional L*  L g  L  V  como base para definir dicha

clasificación.
Tabla 8.1.b Valores del coeficiente C CR de la ecuación (8.1.b.8).
Configuración geométrica C CR Dimensión característica Intervalo de L*
del calentador del calentador , L
Calentador plano horizontal grande 0,149 Ancho o diámetro L*  27
Calentador plano horizontal pequeño 18,9 K1 Ancho o diámetro 9  L*  20
Cilindro horizontal grande 0,12 Radio L*  1,2
Cilindro horizontal pequeño 0,12L*  Radio 0,15  L*  1,2
0, 25

Esfera grande 0,11 Radio L*  4,26


Esfera pequeña 0,227L*  Radio 0,15  L*  4,26
0,5


K1  , F es el área del calentador
g  L  V FCal  Cal
Un detalle importante y que se resalta acá. Con el incremento de la presión la densidad del vapor
V aumenta, sin embargo rLV  y  disminuyen, por consiguiente, el cambio en q Max con la
presión depende de cuál efecto domine. Los estudios experimentales de Cichelli y Bonilla
indican que q Max se incrementa con la presión hasta alrededor de un tercio de la presión crítica.

Asimismo, nótese que q Max es proporcional a rLV  , por tal razón los flujos de calor máximos se
pueden obtener empleando fluidos con una gran entalpía de vaporización, como el agua.
Una expresión aproximada de amplia difusión en la literatura especializada para la
determinación de C CR es proporcionada por Mills, el cual sugiere que:

  L  V
CCR  (8.1.b.9)
24 L

337
Suryanarayana y Jasper proponen un grupo de relaciones muy simples para la determinación del
valor de la tensión superficial  para diversos fluidos. Estas relaciones arrojan un error medio
con su uso de  1 % y vienen dadas por:

  0,1799 T  76,334
0  T  150 C ;  
o
N m
1000

150  T  300 o C ;    0,2248T  82,286  N m 

Agua  1000
  0,2147 T  78,808
300  T  374 C ;  
o
N m 
 1000
T  374 o C ;   0 N m 

Amoniaco  75  T  40 o C ;   0,0264 T  0,000223  N m 

Benceno 10  T  80 o C ;   0,0315T  0,000129 N m 

Butano  70  T  20 o C ;   0,0149 T  0,000121 N m 

Dióxido de Carbono  30  T  20 o C ;   0,0043T  0,00016  N m 

Etanol 10  T  70 o C ;   0,0241T  0,000083 N m 

Metanol 10  T  60 o C ;   0,024 T  0,000077  N m 
Mercurio 5  T  200 C ;   0,496 T  0,000205 N m 
o

Pentano 10  T  30 C ;   0,0183T  0,00011  N m 


o

Propano  90  T  10 C ;   0,0092 T  0,000087 N m 


o

Si es deseada más precisión en los cálculos que la obtenida mediante el empleo de (8.1.c) para el
caso del agua se puede recurrir a la interpolación tomado como referencia los valores tabulados
en la tabla 8.1.c.

Tabla 8.1.c Valores de la tensión superficial  de la interfase líquido – vapor para el agua
Temperatura T 0C   , N m  Temperatura T 0C   , N m 
0 0,0757 200 0,0377
20 0,0727 220 0,0331
40 0,0696 240 0,0284
60 0,0662 260 0,0237
80 0,0627 280 0,019
100 0,0589 300 0,0144
120 0,055 320 0,0099
140 0,0509 340 0,0056
160 0,0466 360 0,0019
180 0,0422 374 0

338
1- Ebullición de transición (Régimen de ebullición de cuarto orden)
El régimen de ebullición de transición se ubica en la curva dada en la figura 8.1.b en la región
comprendida desde el punto C hasta el punto D, o sea desde el punto crítico hasta el punto
mínimo de calor (punto de Leidenfrost). Cuando se alcanza el pico de flujo de calor, termina la
región de evaporación nucleada, y empieza la región de evaporación en película inestable. No
existe ningún análisis que permita calcular el flujo de calor en función de la diferencia de
temperaturas, TP  TSat , en la región inestable, ya que la pared está refrigerada alternativamente
por vapor y por líquido, sin ningún orden, hasta que se alcanza el punto mínimo de la curva de
evaporación, en donde comienza la región de evaporación en película estable, y la refrigeración
de la pared, se sabe, se realiza únicamente por el vapor.
En este régimen de ebullición, la evaporación en película resulta inestable y estable a intervalos
alternados. La superficie de calefacción está separada del líquido por una capa de vapor a través
de la cual se tiene que transmitir el calor, necesitándose para ello grandes gradientes de
temperatura, puesto que la conductividad térmica del vapor es baja; por lo tanto, al no estar la
pared suficientemente refrigerada por el vapor, y continuar el aporte de energía calorífica a la
misma, hace que el gradiente de temperatura para el vapor aumente mucho, por lo que, cuando
intervienen temperaturas elevadas, se procura evitar la transferencia de calor en esta región, ya
que por encima de un determinado gradiente de temperaturas entre el líquido y la superficie
calefactora, éste es incapaz de humedecerla, y es entonces cuando se presenta una considerable
reducción en el valor del coeficiente  de transmisión de calor, por cuanto sólo existe vapor en
contacto con la pared.
Si en ese momento no se interrumpe el aporte de energía a la superficie metálica, la temperatura
de la pared aumentará para así acomodarse a la menor capacidad de la superficie para transferir
calor, hasta que la radiación emitida por la misma, más la transferencia de calor por evaporación
pelicular, sea igual a la energía incidente.
A partir de aquí, y por obtenerse temperaturas muy elevadas en la pared calefactora, se puede
producir la inutilización de la misma. Por eso en la ingeniería práctica se evita por todos los
medios que los equipos de transferencia de calor operen bajo este régimen.

8.4.5 Flujo mínimo de calor.

El flujo mínimo de calor, presente en el punto de Leidenfrost, tiene interés práctico porque
representa el límite inferior para el flujo de calor en el régimen de ebullición en película.
Mediante la teoría de la estabilidad, Zuber dedujo la expresión siguiente para el flujo mínimo de
calor:

339
   L  V g 
0, 25

qmin  0,09V rLV   (8.1.c.1)


  L  V  
El empleo de la expresión (8.1.c.1) puede arrojar valores de errores medios hasta  50% .

Síntesis del método de Ramilison –Lienhard

A pesar de las dificultades conocidas por las características propias del régimen de ebullición de
transición, Lienhard y Ramilison propusieron una solución aproximada (  40% error medio)
para la determinación del coeficiente medio de transferencia de calor en esta zona, la cual se
fundamenta en el criterio la transición comienza precisamente en el punto de flujo máximo de
calor y termina en el punto mínimo de calor. La curva de transición desde el punto de máxima a
mínima es desconocida desde el punto de vista funcional, o sea, que no se conoce una expresión
matemática que describa su trayectoria, pero como se conoce el punto de inicio y fin. Por lo
tanto mediante las técnicas de interpolación se puede determinar el valor del flujo de calor
buscado. Para este fin se emplea la ecuación (8.1.b.8) para el cálculo de q max y la ecuación

(8.1.c.1) en la determinación de q min . El procedimiento de interpolación entre q max y q min arroja


la siguiente expresión:

3,74  106 Ja *  P TP  TSat  pL K 2


2

qtran  q pelic  0 ,125


(8.1.c.2)
  a P4 
 3 
 g  L  V  
En la ecuación (8.1.c.2) se cumple que:
L
Ja * 
 PCpP TFB  TP  ; K
aL
; TFB  TSat  TH  TSat  0,97e  A
V rLV  L

P
aL aP

  TSat  
9

A  0,0006  
1,8
; TH  TC 0,932  0,077  
  TC  

En la ecuación (8.1.c.2) todas las propiedades físicas con subíndice P, serán evaluadas a la
temperatura media de la pared. Acá a es la difusividad térmica y q pelic es el flujo de calor para

el régimen de ebullición de quinto orden (ebullición pelicular). El parámetro TC es la

temperatura crítica del fluido que se evalúa. El término TSat  p L  es la temperatura de saturación

a la presión del líquido. El valor del ángulo de contacto  adelantado se determina mediante el
parámetro de Martinelli WM  , de forma que:

340
0,9 0 ,1
1 1 1 x  V  V 
  1  2 ; W     (8.1.c.3)
W M WM  x  L  L 
En la ecuación (8.1.c.3) x es la porción unitaria de vapor en el total del líquido sometido al
proceso de ebullición, (calidad del vapor). En algunas publicaciones el factor de variación de la
mezcla se proporciona por otra variable adimensional conocido como número adimensional de
convección Co , la cual viene dada por:
0 ,8
1 x  V
CO    (8.1.c.3.a)
 x  L

2- Ebullición en película. (Régimen de ebullición de quinto orden)

Este régimen de ebullición permite la deducción de ecuaciones siguiendo una metodología


semejante a la aplicada por Nusselt para la condensación en película. Bromley aprovechó estas
facilidades y desarrollo una teoría para la predicción del flujo de calor para la ebullición estable
en película sobre el exterior de un cilindro horizontal. El flujo de calor para la ebullición en
película para un cilindro horizontal y una esfera de diámetro D vienen dado por la siguiente
expresión:

 g   V   rLV D 3 
0, 25
D
Nu  C V L (8.1.c.4)
V  V V TP  TSat  
En la ecuación (8.1.c.4) para cilindros horizontales C  0,62 y para esferas C  0,67

Además en esta ecuación se emplea el calor latente de vaporización modificado rLV 1 para tener
*

en cuenta la transferencia de calor asociada al sobre calentamiento del vapor.


Para la ebullición en película en placas verticales se puede aplicar la ecuación de Hsu-
Westwater la cual es análoga a la ecuación de condensación pelicular bajo régimen de flujo
laminar. Esta ecuación viene dada por la siguiente expresión:

V3 V  L  V g rLV 1*


  0,943 4 (8.1.c.5)
LV TP   Sat 

Berenson desarrolló una ecuación para la ebullición pelicular en placas horizontales, que
permite calcular el valor del coeficiente de transferencia de calor medio. Esta viene dada por:

V3 V  L  V g rLV   0,4CpSat TP   Sat  


  0,425 1   (8.1.c.6)
  rLV  
V TP   Sat 
4

g  L  V 

En la literatura especializada se menciona una correlación desarrollada por Sakurai -Shiotsu, que
permite determinar el coeficiente medio de transferencia de calor por ebullición en película en
341
cualquier tipo de configuración, y la cual posee un error medio inferior al 20%, pero debido a su
complejo sistema de aplicación no se da acá en el presente trabajo.
A temperaturas superficiales elevadas (normalmente superiores a 300°C), la transferencia de
calor por radiación de uno a otro lado de la película de vapor se vuelve significativa y necesita
ser considerada. Al tratar la película de vapor como un medio transparente colocado entre dos
placas paralelas grandes y al considerarse el líquido como si fuera un cuerpo negro, la
transferencia de calor puede ser determinada mediante la siguiente relación:
qrad   TP4  TSat
4
 (8.1.c.7)
En la ecuación (8.1.c.7) se cumple que:
 es la emisividad de la superficie de calentamiento
  5,67  10 8 W m 2  K 4 es la constante de Stefan- Boltzman
Dos detalles importantes en la ecuación (8.1.c.7) para evitar posibles errores:
1- Las temperaturas se expresan en grados absolutos (K) y no en grados centígrados (oC)
2- La constante de Stefan-Boltzman y la tensión superficial comparten el mismo símbolo.
Un error frecuente en principiantes en los temas relacionados con la termotransferencia, es
determinar de forma independiente las transferencias de calor por radiación y convección,
sumándolas posteriormente y considerar dicha suma es igual a la transferencia de calor total
durante la ebullición en película. Esto es un error porque estos dos mecanismos de transferencia
de calor (radiación y convección) se afectan de manera adversa entre sí, haciendo que la
transferencia total de calor sea menor que su suma. En la literatura especializada se maneja el
criterio de que el coeficiente de transferencia de calor medio por ebullición pelicular será igual a
la suma del coeficiente pelicular de transferencia de calor por convección más el coeficiente de
transferencia de calor medio por radiación, siendo afectado este último por un coeficiente de
reducción. Matemáticamente esto viene dado por la siguiente expresión:
Total  C  J R (8.1.c.8)

En (8.1.c.8) el término  R es el coeficiente de transferencia de calor medio por radiación, el


cual se puede deducir combinando la expresión (8.1.c.7) con la ecuación (8.1.a.4.7),
obteniéndose que:
    TP4  TSat
4

R      (8.1.c.9)
  S   L   S  L   1  TP  TSat 
En la ecuación (8.1.c.9) se cumple que:
 S es la emisividad de la superficie sólida

 L es la emisividad de la superficie líquida

342
En la mayor parte de los trabajos y materiales disponibles y consultados se considera que la
emisividad de la superficie líquida es a menudo muy próxima a la unidad por lo que
normalmente es no es tomada en consideración, y se incluye la absortividad del vapor aV ,
teniendo en cuenta que este es más cercano a un cuerpo gris y no a un cuerpo negro como se
supuso en la deducción de (8.1.c.7). Por lo que la expresión (8.1.c.9) se simplifica obteniéndose
que:
 TP4  TSat
4

R  (8.1.d)
 1 
 1TP  TSat 
1
 
  V aV 
El coeficiente J de la ecuación (8.1.c.8) a menudo le es asignado en la literatura un valor igual a
0,75. Este valor fue obtenido por Bromley, el cual pudo comprobar que cuando se cumple que
qC  q R (la cantidad de calor por convección es mayor que la cantidad de calor por radiación) el

valor numérico del coeficiente J  0,75 , al ser sustituido en la expresión (8.1.c.8) concordaba
muy bien con los datos experimentales, quedando entonces:
 Total   C  0,75 R (8.1.d.1)

Una correlación más precisa para determinar el valor numérico del coeficiente J , fue elaborada
por Sakurai -Shiotsu, los cuales demostraron que el valor del coeficiente J puede variar sobre
un rango considerable de valores y no es un valor fijo como supuso Bromley. La expresión de
Sakurai-Shiotsu viene dada por:

J  A
1  A
1,4   C
1
R


A  e D 1  0,25  e 0,13Sp  ; D  0,64 
R 0,6  Sc1,1
PrL0, 45 Sp 0,73
(8.1.d.2)

V  V CpV  TP  TSat  Cp L  TF  TSat 


R ; Sp  ; Sc 
 L  L rLV   PrV rLV 

Si en la ecuación (8.1.d.2) sucediera que al calcular el valor del coeficiente A , este fuese
superior a 0,19, se toma entonces para los cálculos A  0,19
Nótese que la aceleración gravitacional g, cuyo valor es aproximadamente 9,81 m s 2 a nivel del
mar, aparece en todas las relaciones antes dadas para la transferencia de calor en la ebullición.
Los efectos de la baja y alta gravedad (como se encuentra en las aplicaciones aeroespaciales) se
estudian en forma experimental. Los estudios confirman que el flujo crítico de calor y el flujo de
,
calor en la ebullición en película son proporcionales a . Sin embargo, indican que en la

343
ebullición nucleada es prácticamente independiente de la gravedad g, en lugar de ser
,
proporcional a  , tal como lo expresa la ecuación (8.1.b.5)

8.4.6 Mejoramiento de la transferencia de calor en la ebullición local.

Las relaciones de la transferencia de calor en la ebullición en estanque antes dadas se aplican a


superficies lisas. Al principio, fue señalado que la velocidad de la transferencia de calor en el
régimen de ebullición nucleada depende fuertemente del número de sitios activos de nucleación
sobre la superficie y de la velocidad de la formación de burbujas en cada sitio. Por lo tanto,
cualquier modificación que mejore la nucleación sobre la superficie de calentamiento también
mejora la transferencia de calor en la ebullición nucleada. Se observa que las irregularidades
sobre la superficie de calentamiento, incluyendo la aspereza y la suciedad, sirven como sitios
adicionales de nucleación durante la ebullición.
En la literatura especializada se muestra que es posible incrementar el flujo de calor en el
régimen de ebullición nucleada en un factor de 10 haciendo áspera la superficie de
calentamiento. Sin embargo, estas elevadas velocidades de la transferencia de calor no se
pueden sostener por mucho tiempo, ya que se observa que el efecto de aspereza superficial
decae con el tiempo y llega el momento en que el flujo de calor cae hasta valores similares a los
encontrados sobre las superficies lisas. El efecto de la aspereza superficial es despreciable sobre
el flujo crítico de calor y el flujo de calor en la ebullición en película.
Se fabrica, y se encuentran en el mercado, superficies que proporcionan una transferencia
mejorada de calor en la ebullición nucleada de manera permanente. En esas superficies
especiales se logra el mejoramiento en la nucleación y, como consecuencia, en la transferencia
de calor al recubrir la superficie con una capa delgada (mucho menos de 1 mm) de material muy
poroso, o bien, formando en forma mecánica cavidades sobre la superficie para facilitar la
formación continuada de vapor. Se informa que ese tipo de superficies mejoran la transferencia
de calor en el régimen de ebullición nucleada en un factor de hasta 10, y el flujo crítico de calor
en un factor de 3.
Es conocido que el empleo de superficies extendidas mejora la transferencia de calor en la
ebullición nucleada y el flujo crítico de calor. También se puede mejorar la transferencia de
calor en la ebullición mediante otras técnicas como la agitación mecánica y la vibración
superficial. Sin embargo, estas técnicas no son prácticas debido a las complicaciones adicionales
que se presentan.

344
8.5 Ebullición en flujo (en masa)

La ebullición en estanque considerada hasta ahora comprende un medio o depósito que contiene
un líquido aparentemente inmóvil, con burbujas de vapor elevándose hasta la parte superior
como resultado de los efectos de flotación. En la ebullición en flujo se fuerza al fluido a
moverse por medio de una fuente externa, como una bomba, a medida que pasa por un proceso
de cambio de fase. En este caso, la ebullición exhibe los efectos combinados de la convección y
de la ebullición en estanque. La ebullición en flujo también se clasifica en ebullición en flujo
externo o en flujo interno, dependiendo de si el fluido se fuerza a moverse sobre una superficie
calentada o en el interior de un tubo calentado.
La ebullición en flujo externo sobre una placa o cilindro es semejante a la ebullición en
estanque, pero el movimiento agregado incrementa de manera considerable tanto el flujo de
calor en la ebullición nucleada como el flujo crítico de calor, como se muestra en la figura 8.1.d.
Nótese que entre más alta es la velocidad, más alto es el flujo de calor en la ebullición nucleada
y el flujo crítico de calor. En los experimentos con agua se han obtenido valores tan altos del
flujo crítico de calor como de 35 MW m 2 (compare esto con el valor de la ebullición en
estanque de 1,2 MW m 2 a la presión de 1 atm) al incrementar la velocidad del fluido.
La naturaleza de la ebullición en flujo interno es mucho más complicada, debido a que no existe
superficie libre donde el vapor se escape y, por ende, tanto el líquido como el vapor son
forzados a fluir juntos. El flujo en dos fases en un tubo exhibe regímenes diferentes de
ebullición, dependiendo de las cantidades relativas de las fases de líquido y de vapor. Esto
complica el análisis aún más.

8.5.1 Ebullición de líquidos en flujo forzado en el interior de tubos horizontales.

La ebullición por el interior de tubos horizontales se realiza en dos fases., donde la


transformación del líquido subenfriado a vapor es un proceso complejo. En la literatura
especializada y materiales disponibles se divide esta transformación en 6 etapas o modelos
(véase la figura 8.1.e para más detalles) de flujo, los cuales son:
1- Flujo en burbujas
2- Flujo taponado
3- Flujo estratificado
4- Flujo ondulatorio
5- Flujo en bala o resalte
6- Flujo anular

345
Figura 8.1.d Efectoo de la conveección forzaada sobre laa ebullición en flujo exxterno para diferentes
d
velocidades de flujo.
f

El flujo en
e burbujas consiste enn que la fasee de vapor está
e en form
ma de burbujjas aisladass inmersas
en la fasee líquida, puudiendo ser pequeñas y esféricas, o grandes en
e forma de casquete essférico.
En el fluujo taponaddo las burbuujas tienen un diámetrro apreciablle y tiendenn a fluir po
or la parte
superior de la tuberíía.
El flujo estratificado
e o se presentta cuando laa velocidad
d del líquidoo es pequeñña, de formaa que éste
circula poor la parte inferior
i del tubo siendoo su superficcie relativam
mente unifoorme.
Si la veloocidad del vapor
v aumennta se forman ondas dee superficie líquida, quue pueden llegar a ser
lo suficieentemente grandes
g com
mo para form
mar grandess masas de líquido quee humedeceen la parte
superior de la tuberíía, dando luggar al flujo en bala o en
n resalte.
Si la veloocidad del vapor
v es aúnn mayor, se provoca un
n flujo anulaar o un flujoo en el que el líquido
se disperrsa en formaa de gotitas arrastradas por el flujo
o de vapor.

8.5.2 Ebu
ullición de líquidos en
n flujo forzaado en el intterior de tu
ubos verticalles.

Cuando la
l evaporacción acontecce en el intterior de un
n tubo verticcal caliente, a través del
d cual el
fluido fluuye, el procceso se realiiza por convvección forzzada. El meecanismo, y la hidrodin
námica de
la evaporración, en este
e caso, son mucho más
m compleejos que loss de evaporración en reecipientes
con líquiidos en repooso, como loos vistos annteriormentee, por cuantto la velociddad del fluido dentro
del tubo afecta al creecimiento de
d las burbuj
ujas y a su seeparación de
d la superficie.
Todavía no existe una
u teoría fuundamentadda que perm
mita calcularr el coeficieente de tran
nsferencia
de calor para este caso; mediiante técniccas fotográfficas se haan podido sseguir las complejas
c
trayectorrias del flujjo en los diferentes
d reegímenes de la evaporración y, m
mediante elllas, se ha
demostraado que el comportam
miento del flujo en laa evaporaciión por connvección fo
orzada es

346
apreciablemente diferente del comportamiento de la evaporación en recipientes, a medida que
aumenta la velocidad del fluido y el título del vapor.

Figura 8.1.e Modelos de flujo horizontal en dos fases.

En la figura 8.1.f se muestran las diferentes características del flujo y en la figura 8.1.g su
efecto sobre el coeficiente de transferencia de calor, cuando el tubo se calienta uniformemente; a
medida que el líquido avanza se va calentando, luego ebulle y, finalmente, el vapor producido se
recalienta.

Figura 8.1.f Modelos de flujo vertical en dos fases.

En la región de entrada se transfiere al líquido subenfriado calor por convección forzada, y este
régimen permanece así hasta que empieza la evaporación, que viene acompañada por un
aumento repentino del coeficiente de transferencia de calor; en la región de evaporación
aparecen burbujas sobre la superficie caliente, que crecen y son arrastradas hacia la corriente
principal, prevaleciendo entonces en un cierto tramo del tubo un régimen de flujo con burbujas
en el que la fase de vapor está en forma de burbujas aisladas inmersas en la fase líquida,
pudiendo ser pequeñas y esféricas, o grandes en forma de casquete esférico.
A medida que las burbujas individuales van ascendiendo se agrupan para formar otras más
grandes, y aparecen en el flujo unas bolsas de vapor o tapones de diámetro algo menor que el del
347
tubo, que frenan el ascenso del líquido, dando lugar al llamado flujo taponado; esta situación
prevalece hasta valores del título de vapor igual a x  0,5 .

Figura 8.1.g Características del flujo durante la ebullición por el interior de un tubo vertical
cuando este se calienta uniformemente.

A medida que la fracción del volumen de vapor aumenta por encima del valor anterior, la
naturaleza del fluido cambia notoriamente; el vapor empieza a fluir a través del centro del tubo
como una corriente continua, en tanto que el líquido se adhiere a la pared y se desplaza
formando una película anular; este tipo de flujo recibe el nombre de régimen de película anular,
en el que la película de fluido es cada vez más delgada a lo largo del tubo, pasando el título del
vapor desde un valor x  0,5 hasta x  0,9 , pudiéndose descomponer en otros dos:
1- Flujo semianular, en el que el flujo es altamente irregular, a veces inestable, y consiste en
un núcleo de burbujas de gran tamaño que se unen y separan continuamente; el flujo de
líquido tiende a estar cerca de la pared.
2- Flujo anular con niebla, en el que una película de líquido relativamente gruesa, que puede
contener pequeñas burbujas, fluye a lo largo de la pared; el núcleo de vapor contiene

348
pequeñas gotitas de líquido que forman nubes irregulares; al final, cuando x  0,8 , las fases
están casi completamente separadas en un núcleo de vapor y una película líquida sobre la
pared, existiendo en el núcleo de vapor algunas gotas que provienen de las crestas de las
ondas que se forman en la superficie de la película. El coeficiente de transferencia de calor
sigue siendo alto siempre que la película de fluido líquido humedezca la pared calefactora
del tubo; después, dependiendo de las condiciones de la superficie del tubo, de la presión, y
de la velocidad másica, aparecen en la pared del mismo unas zonas secas, en las que se
produce una brusca disminución del coeficiente de transmisión de calor; esta es la región de
transición del flujo anular en neblina, al flujo en neblina.
Las zonas secas continúan creciendo hasta que el líquido restante quede en forma de finísimas
gotas de agua; el flujo en neblina persistirá hasta que el título del vapor alcance la unidad,
siendo el flujo a partir de este momento totalmente de vapor, comenzando el recalentamiento.
Es a partir de la transición flujo anular en neblina- flujo en neblina, cuando se modifica el tipo
de refrigeración de la pared, (ya que mientras estaba mojada por el líquido el coeficiente de
convección aumentaba hasta un máximo), pasando a otra refrigeración por vapor con un
coeficiente de convección mucho menor, que es el que provoca una mala transferencia térmica
fluido-pared del tubo, lo que implica un aumento de la temperatura de la pared, que
anteriormente fue definido como pico de calor.

8.5.3 Gradiente de presión en el interior de tubos verticales.

La caída de presión en un flujo en dos fases en el interior de tubos es un proceso en extremo


complejo, teniendo en cuenta la gran variedad de flujos existentes.
El gradiente de presión en un flujo de dos fases se puede determinar mediante la siguiente
metodología recomendada por Borishansky:

1- Determinación del número adimensional de Reynolds

4G 1 x 1 x
Re  ;   (8.1.d.3)
d  *  *
V L
En la ecuación (8.1.d.3) se cumple que:
G es el gasto másico , en kg s
d es el diámetro interior del tubo, en m

 
* 1
es la inversa de la viscosidad dinámica de referencia que compensa las fluctuaciones del
factor de fricción f en el tubo, el cual resulta ser demasiado bajo si se cumple que x  0,7 y
demasiado alto si x  0,7

349
2- Determinación de la densidad

  x  V  1  x  L (8.1.d.4)

3- Determinación del factor de fricción f

El factor de fricción se determina empleando la ecuación de Filonenko-Petukhov (6.1.c.4) la


cual viene dada por:

f  1,821LogRe  1,64
2
(6.1.c.4)

4- Determinación del gradiente de presión debido a la fricción en la pared del tubo  


dp
 dz  P
 dp  8 fG2
   2 5 (8.1.d.5)
 dz  P  d

5- Determinación del gradiente de presión debido a la gravedad  


dp
 dz  Grav

 dp 
    gsen  (8.1.d.6)
 dz  Grav
 es el ángulo de inclinación de la línea de eje del tubo con respecto a la horizontal.

6- Determinación del gradiente de presión debido a la variación de la cantidad de movimiento


 dp 
 
 dz  Mov

 dp  q L
   (8.1.d.7)
 dz  Mov rLV  2d 3
 dp 
7- Determinación del gradiente de presión total  
 dz 
dp  dp   dp   dp 
        (8.1.d.8)
dz  dz  P  dz  Grav  dz  Mov
El método de Borishansky correlaciona medianamente bien con los datos experimentales
disponibles. Pavlov reportó que en un total de 112 pruebas efectuadas se encontró una
dispersión máxima del 32% para esta formulación, aunque en la publicación original del
método, sus autores reportan un error medio del orden de  25% .
Otra formulación para flujo con burbujas, o sea para x  0,5 , es el método de Wallis, el cual
correlaciona muy bien con los datos experimentales de la caída de presión en dos fases, que se
disponen en la zona de aplicabilidad del método, obteniéndose que el error medio es del orden
de  20% . Esta correlación queda de la siguiente forma:

350
  G 
pTubo  p Liq 1  3 L V 3 106 G  (8.1.d.9)
 V G L 
En la ecuación (8.1.d.9) se cumple que:
 pTubo es la caída de presión en el tubo cuando coexisten las dos fases

p Liq es la caída de presión en que existiera en el tubo si por el mismo fluyese un líquido en una

sola fase.
GV es el gasto másico de vapor , en kg/s

G L es el gasto másico de líquido, en kg/s


G es el gasto total en el sistema, en kg/s

8.5.4 Formulación para la ebullición en el interior de tubos verticales.

Los coeficientes de transmisión de calor para líquidos que se calientan, hasta que comienza la
ebullición , y para el vapor recalentado se pueden determinar mediante las correlaciones que
definen la convección forzada dentro de tubos.
Sin embargo, no existe en la actualidad una formulación general con la exactitud necesaria, que
permita determinar el coeficiente de transmisión de calor de todos los regímenes de ebullición
que pueden darse en el interior del tubo, aunque si son reconocidos y recomendados en la
literatura especializada tres métodos de análisis los cuales son dados en el presente trabajo.

1- Método de Davidson - Rowe

Este método propuesto es basado en una solución numérica obtenida mediante la simulación
computacional de la ebullición, en el cual se puede obtener un coeficiente de transmisión de
calor promedio  para un flujo de dos fases en el interior de un tubo. Este método es válido
siempre que el líquido humedezca la superficie interior del mismo, es decir, desde el régimen en
burbujas hasta el régimen de película anular x  0,9 . Esta ecuación viene dada por:
0, 28 0,87
d    dG* 
Nu   0,06 L    PrL0,4 (8.1.d.9)
L  V   V
x  1  x  L 

La ecuación (8.1.d.9) como ya fue mencionado fue obtenida mediante soluciones aproximadas
de modelaciones computacionales de procesos de ebullición y es válida para x  0,9 . Es lógico
que el empleo de este modelo genere valores altos de errores. Sus autores en la publicación
original del método reconocieron que los resultados obtenidos con su empleo pudieran alcanzar
valores de errores medios del orden del  40% . Pruebas posteriores efectuadas por Kandlikar,
Gungor y Winterton, permitieron concluir que el empleo de este método puede arrojar valores

351
numéricos con errores cercanos al  60% . Este elemento indica que el empleo de este
procedimiento noe s aconsejable , a menos que su uso sea con intenciones de formar una idea
tentativa de la magnitud del coeficiente de transferencia de calor medio.

2- Método de Klimenko (primera versión -año 1988)

Este método, es quizás de los métodos conocidos, uno de los más recomendados y el más
empleado en la literatura disponible y conocida. Su autor propone una formulación válida sólo
cuando las paredes del tubo estén mojadas, por lo que lo primero que hay que realizar es
comprobar esta situación, es decir, si domina la evaporación nucleada (pared húmeda) o la
evaporación en película, (pared seca); para ello se comienza por evaluar un parámetro  , el cual
define el tipo de ebullición. Este parámetro viene dado por la siguiente expresión:

4G rLV  
13
     Q
 2 
1  x L  1   L  ; q (8.1.e)
qd   V    V  ld

Mediante el valor del parámetro  (parámetro de transición de régimen de ebullición)


determinado en (8.1.e) se clasifica el tipo de ebullición de la forma siguiente:
Si   1,6  10 4 la ebullición es nucleada
Si   1,6  10 4 la ebullición es pelicular.

a- Ebullición nucleada

Si se cumple que   1,6  10 4 , entonces la ebullición es nucleada y el coeficiente de


transferencia de calor medio en dos fases  2 F se determina mediante la ayuda de la siguiente
ecuación:
0 ,15
 L  
Nu  2 F C  7,4  10 3 q*0,6 p*0,5 3 PrL  P 
L  L  (8.1.e.1)
 qLC p pLC
LC  ; q*  ; p*  
g  L  V  rLV V a L  g  L  V  
En (8.1.e.1) todas las propiedades se evalúan a la temperatura de saturación T Sat y se cumple
que:
 es la tensión superficial de la interfase líquido-vapor
a L es la difusividad térmica del líquido
b- Ebullición pelicular

Si se cumple que   1,6  10 4 , entonces la ebullición es en película y el coeficiente de


transferencia de calor medio en dos fases  2 F se determina mediante la ayuda de la siguiente
ecuación:
352
0, 2 0 , 09
 L    P 
Nu  2 F C  0,087 Re 0, 6 PrL1 6  V   
L  L   L 
(8.1.e.2)
 V Lc *
G   L 
LC  ; Re  ; V*  1  x   1 
g  L  V  L L   V 
En (8.1.e.2) todas las propiedades se evalúan a la temperatura de saturación T Sat

c- Determinación del coeficiente de transferencia de calor medio

Se determina el coeficiente de transferencia de calor medio 1F en medios de una sola fase
basado en un número de Reynolds para el líquido (sin mezcla de vapor + líquido), para ello se
4G
emplea la ecuación de Petukhov (6.1.c.3), en la cual el número de Re viene dado por Re 
d L
Ya con el coeficiente de transferencia de calor en una sola fase 1F , se determina un coeficiente
de transferencia de calor medio definitivo mediante la siguiente fórmula:

  3 13F   23F (8.1.e.3)


En la ecuación (8.1.e.3)  23F se determina a partir de las ecuaciones (8.1.e.2) o (8.1.e.1) en
función del régimen de ebullición determinado mediante el parámetro  .
Su autor reportó que en el empleo de esta metodología fue encontrada una desviación absoluta
media del 12,9%, para nueve fluidos distintos, agua, refrigerantes y criógenos.
Este procedimiento es válido en el siguiente intervalo de valores:
0,63bar  p  30,4bar ; 0,017  x  1 ; 1,63 mm  d  41,3 mm

y para un flujo másico por unidad de superficie, 50  2700  kg / m 2 s

3- Método de Klimenko (segunda versión -año 1990)


Klimenko en la segunda versión del método amplió su aplicación a líquidos orgánicos, siendo
incluidos al estudio 21 tipos de fluidos (Agua, Metanol, Etanol, Ciclohexano, Benceno,
Isoctano, Heptano, Pentano, Butano, Propano, Amoníaco, R-22, R-113, R-114, R-134a, Argón,
Nitrógeno, Neón, Hidrógeno y Helio), así como un total de 3215 valores experimentales,
contrario a los 9 fluidos evaluados en la primera versión y además fue ampliada la zona de
validez y aplicación del método. Al ser incluidos más elementos en el método es lógico que la
desviación absoluta media se incremente ahora a un 14,4%, pero aún así sigue siendo un método
preciso y que aporta muy buenos resultados. En esta segunda versión solamente cambia la
formulación para el caso de la ebullición nucleada. Igual que en la primera variante la
formulación es válida sólo cuando las paredes del tubo estén mojadas, por lo que lo primero que
hay que realizar es comprobar esta situación, es decir, si domina la evaporación nucleada (pared
353
húmeda) o la evaporación en película, (pared seca); para ello se comienza por evaluar un
parámetro  , el cual define el tipo de ebullición. Este parámetro viene dado por la expresión
(8.1.e).
Mediante el valor del parámetro  (parámetro de transición de régimen de ebullición),
determinado en (8.1.e) se clasifica el tipo de ebullición de la forma siguiente:
Si   1,6  10 4 la ebullición es nucleada
Si   1,6  10 4 la ebullición es pelicular.

a- Ebullición nucleada

Si se cumple que   1,6  10 4 , entonces la ebullición es nucleada y el coeficiente de


transferencia de calor medio se determina mediante la ayuda de la siguiente ecuación:
0 ,12
 L  
Nu  2 F C  C *  q*    p*   PrL0,33   P 
0, 6 16

L  L 
(8.1.e.4)
 q  LC P  LC P
LC  ; q*  ; p*  
g  L  V  rLV   V  a L    g  L  V 
En (8.1.e.4) todas las propiedades se evalúan a la temperatura de saturación T Sat y se cumple
que:
 es la tensión superficial de la interfase líquido-vapor
C * es una constante que va a depender del tipo de fluido que se analiza
Para refrigerantes (fluocarbonados) ---- C *  7,6  10 3
Para fluidos orgánicos------------------- C *  6,8  10 3
Para fluidos criogénicos ---------------- C *  6,1  10 3
Para el agua -------------------------------- C *  4,9  10 3

b- Ebullición pelicular

Si se cumple que   1,6  10 4 , entonces la ebullición es en película y el coeficiente de


transferencia de calor medio se determina mediante la ayuda de la siguiente ecuación:
0, 2 0 , 09
 L 16     
Nu  2 F C  0,087  Re 0,6  PrL    V
L
   P  W m2  K 
 L   L 
0, 2 0 , 09
16      L
q
 0,087  Re 0,6  PrL    V    P   TP  TSat   
W m2  K  (8.1.e.5)
F  L   L  LC
 V *  LC m   
LC  ; Re  ; V*   1  x   L  1
g   L  V  L L   V 

354
En (8.1.e.5) todas las propiedades se evalúan a la temperatura de saturación T Sat

c- Determinación del coeficiente de transferencia de calor medio

Se determina el coeficiente de transferencia de calor medio 1F en medios de una sola fase
basado en un número de Reynolds para el líquido (sin mezcla de vapor + líquido), para ello se
emplea la ecuación de Petukhov (6.1.c.3), en la cual el número de Re viene dado por
4G
Re  .
d L
Ya con el coeficiente de transferencia de calor en una sola fase 1F , se determina un coeficiente
de transferencia de calor medio definitivo mediante la siguiente fórmula:

  3 13F   23F (8.1.e.3)


En la ecuación (8.1.e.3)  3
2F se determina a partir de las ecuaciones (8.1.e.5) o (8.1.e.4) en
función del régimen de ebullición determinado mediante el parámetro de transición de régimen
de ebullición  .
Esta metodología es aplicable con una desviación absoluta media igual 14,4% para 21 fluidos
distintos, agua, refrigerantes y criógenos. Este procedimiento igualmente es válido en el
siguiente intervalo de valores:
0,63  p  196,0 bar ; 0,017  x  1 ; 0,47  d  74,7 mm ;

 8  106 W m 2 
q
10 
A
y para un flujo másico por unidad de superficie, 5,6  6240  kg / m 2 s
Algo importante que debe ser señalado, para el caso del agua, el primer método de Klimenko
aporta mejores resultados al mostrar una desviación absoluta media de aproximadamente 12,8 %
contra un 14,3 % proporcionado por el segundo.

4- Breve resumen de otros métodos de análisis


Un método que es probablemente uno de los primeros conocidos para la determinación del
coeficiente de transferencia de calor medio por ebullición en el interior de tubos, fue elaborado a
principios de la década de los 60 del pasado siglo por un grupo de científicos de la escuela de
calor soviética, liderados por Labuntsov. Este método correlaciona una desviación absoluta
media de aproximadamente  40% con respecto a los datos experimentales disponibles, es
aplicable solamente en un reducido espacio de números de 0,86  Pr  7,6 , (ya que fue
desarrollado precisamente para el agua), solamente para ebullición nucleada  x  0,7 y para un

355
reducido intervalo de velocidades V  7 m s , pero a pesar de estas limitaciones, vale la pena
mencionarlo acá.
Una correlación de actualidad es la proporcionada por Gungor et al (2015), la cual la cual es una
modificación a una expresión anterior obtenida en el año 1987 para evaluar el coeficiente de
transferencia de calor medio en medios en dos fases (ebullición) en intercambiadores de calor
compactos. Esta expresión arroja buenos resultados, (  20% error medio), pero aún así, no
supera la precisión de los obtenidos por el método de Klimenko, el cual sigue siendo el método
preferido de cálculo. Otros métodos más o menos precisos, pueden ser encontrados en la
literatura especializada.

8.5.5 Métodos especiales de análisis en la transferencia de calor por ebullición.

El proceso de transmisión de calor en ebullición forzada es un fenómeno complejo, en el que


intervienen una serie de patrones de flujo, que caracterizan la transferencia de calor. Dado que
los patrones de flujo se ven influenciados por la geometría de la superficie donde se produce la
ebullición, se ha creado una simplificación que permite obtener resultados aceptables, y con
continuas evoluciones se ha estado utilizando a lo largo de los últimos 40 años.
Esta simplificación consiste en considerar dos términos de ebullición, la ebullición nucleada y
ebullición convectiva. A lo largo de los años se han propuesto diferentes formas de establecer la
transición de uno a otro fenómeno, y éstos se pueden agrupar correlaciones de superposición
(Chen (1963)), correlaciones de efectos separados (Shah (1982)) y correlaciones de tipo
asintótico (Steiner y Taborek (1992)). Fuera de esta clasificación, se encontraría el modelo de
Kandlikar (1990), que separa zonas de dominancia de los fenómenos, y en cada una de estas
zonas considera la influencia de los efectos convectivos y de nucleación. Aparte del modelo de
Kandlikar, el resto de los modelos conocidos pueden ser generalizados por medio de la
expresión:

  3 F 1F N   2 F N (8.1.e.6)
En la ecuación (8.1.e.6) se cumple que:
N es un exponente que se modifica en función del modelo. De esta forma, para N  1 , se
tendría un modelo de superposición, para N   se tendría un modelo de efectos separados, y
para otros valores de N se tendría un modelo de tipo asintótico, aunque generalmente se suele
utilizar N  3
F es el factor de aumento de la ebullición convectiva,
 1F es el coeficiente de transferencia de calor en una fase (líquido)

356
 2 F es el coeficiente de transferencia de calor en dos fases,
A continuación se proporcionan algunas de las relaciones más difundidas para el cálculo de la
ebullición forzada de fluidos puros en la literatura consultada y disponible.

1- Correlación de Chen

La correlación de Chen (1963) puede ser considerada la correlación más referenciada en los
estudios de ebullición. Esta correlación fue desarrollada a partir de 665 puntos experimentales,
usando agua y algunos hidrocarburos, obteniendo errores en las predicciones de un 12% según
los mismos autores. Posteriores estudios mostraron como para el caso de refrigerantes los
errores en la predicción de los coeficientes aumenta.
En este modelo se postula que los fenómenos de transferencia de calor en ebullición, pueden ser
entendidos como una superposición de dos fenómenos: transmisión de calor de tipo convectivo,
y el fenómeno de transferencia de calor en ebullición nucleada. La expresión del modelo de
superposición propuesto responde a la siguiente expresión:
q  q Conv  q nucle  S  2 F TP  TL   F Pr*  1 F TP  TL  (8.1.e.7)
En la ecuación (8.1.e.7) se cumple que:
TP es la temperatura de la pared, en oC
TL es la temperatura del líquido, en oC
S se denomina factor de supresión de la ebullición nucleada tomando valores entre 0 y 1, y
depende del flujo másico y del título de vapor. El coeficiente de ebullición nucleada se obtiene a
partir de correlaciones de ebullición en recintos cerrados (ebullición en estanque). En la
ecuación (8.1.e.7) el valor de q es obtenido mediante el empleo de la ecuación de Zuber -
Forster (1955) la cual viene dada por:
0L, 79CpL0, 45  L0, 49 4 g
q  0,00122 TP  TL 0, 24 pS 0,75 (8.1.e.8)
  L V rLV 
0 , 29 0 , 24 0 , 24

En la ecuación (8.1.e.8) el término  p S es la diferencia de presiones de saturación del fluido,


considerando la temperatura de pared y la temperatura del líquido, respectivamente, o sea:
pS  Psat T T  Psat T T (8.1.e.9)
P Sat

En la ecuación (8.1.e.7) el factor de supresión de la ebullición nucleada S se determina


mediante una expresión en la cual las propiedades físicas de la sustancia se evalúan a la
temperatura de la pared, con el empleo de la siguiente expresión:
1
S (8.1.f)
1  2,53  10 6 Re1Tp,17

357
En (8.1.e.7) esas propiedades físicas empleadas en la determinación del número adimensional de
Reynolds se evalúan a la temperatura de la pared TP .
En el segundo término de la derecha de la ecuación (8.1.e.7) tiene en cuenta los términos
“macroscópicos” de la transferencia de calor. El parámetro es un término de aumento del
coeficiente de transferencia de calor debido a la turbulencia, generada por la diferente densidad
del vapor y el líquido. Inicialmente Chen propuso de manera gráfica este factor de aumento. La
ecuación del cálculo del coeficiente de convección viene dada por la siguiente expresión:
 Conv  f F  Pr* 1F
0, 444
 Pr  1  (8.1.f.1)
Pr*   L 
 2 
Para el cálculo del coeficiente de transferencia de calor por convección, Chen recomienda el uso
de la ecuación de Dittus - Boelter. El argumento esgrimido por Chen para respaldar este criterio
descansa sobre la facilidad de uso. En esta ecuación el número de Reynolds se obtiene
considerando que solo la fracción de líquido circula por el tubo. La ecuación de Dittus - Boelter
Nu  0,023 Re 0L,8 Pr N
G 1  x hH (8.1.f.1.1)
Re L 
L
El coeficiente de simple fase F dado en la ecuación (8.1.f.1) tiene en cuenta el factor de
aumento de la ebullición convectiva y queda dado por:
  1  x  0,9  0 ,1 1
 
  L  
F ,35   0,213    V
    (8.1.f.2)
  x  L  V   
 

2- Correlación de Shah

La correlación de Shah consta de dos versiones, (1976) y (1982), en la primera se propuso en


forma gráfica y posteriormente la segunda proporcionó las fórmulas que permitían la obtención
numérica de los coeficientes. Shah establece tres regiones de ebullición: la primera donde
predomina la ebullición nucleada, la segunda, donde la generación de burbujas se ve suprimida
y los efectos de ebullición convectiva comienzan a estar presentes, y la tercera donde predomina
la ebullición convectiva.
Shah obtuvo la correlación a partir de 800 puntos experimentales generados a partir de un total
de 18 estudios independientes, obteniendo una desviación estándar de 14 %. Esta correlación
puede ser aplicada tanto en orientación vertical y horizontal, y tanto en flujo circular como
anular. Para obtener los datos experimentales, utilizó agua y los refrigerantes más comunes en la
época, dentro de los cuales se encontraba el amoníaco. La principal ventaja de esta correlación

358
es su sencillez de aplicación, que hace que aún hoy en día se utilice y sea referenciada en
manuales especializados.
La expresión general de Shah viene dada por la siguiente ecuación:
 2F
   f Co, Bo, FrL  (8.1.f.3)
 1F
Para la modelización del aumento de los coeficientes de ebullición convectiva el grupo
adimensional empleado es el número adimensional de convección Co , el cual queda definido
mediante el empleo de la ecuación (8.1.c.3.a), o sea:
Co  1 x  x  V  L
0 ,8
(8.1.c.3.a)

A partir del número adimensional de convección se define el parámetro N el cual va a depender


de la orientación del conducto, o sea:
Para conductos horizontales . . . . . . N  0,38 Co FrL0,3
(8.1.f.4.1)
Para conductos verticales . . . . . . . . N  Co
El factor de incremento de la ebullición convectiva  EC se obtiene a partir de la siguiente
expresión:
 EC  1,8 Co 0,8 (8.1.f.5)

El parámetro N obtenido en la ecuación (8.1.f.4.1) define las tres zonas de cálculo para la
obtención del factor de incremento de la ebullición nucleada  EN , de forma que:

Bo  0,3 10 4  EN  1 46 Bo
Caso 1 N 1
Bo  0,3 104  EN  230 Bo

Caso 2 0,1  N  1  
 EN  F Bo e A ; A  2,74 N 0,1

Caso 3 N  0,1  EN  F Bo  e A
; A  2,47 N 0,15

El valor de la constante F en los casos 2 y 3 se determina mediante la ecuación (8.1.f.2),


mientras que el número adimensional Bo se obtiene a partir del uso de la relación (8.1.h)
Los valores calculados de la ebullición nucleada  EN y la ebullición convectiva  EC son
comparados y el máximo de los dos será igual al factor de aumento de la ebullición  .

3- Correlación de Gungor – Winterton.


La correlación de Gungor y Winterton (1986) es una modificación de la correlación de Chen.
Para esta correlación utilizaron 3700 puntos experimentales de fluidos como agua, refrigerantes
y etilenglicol. Con los datos experimentales de que disponían, se compararon los resultados de
esta correlación con respecto a las correlaciones de Shah, Chen y la correlación de Bjorge et al.

359
(1982). El ajuste de la correlación en comparación con las ecuaciones de Chen y la de Bjorge
era bastante malo  50 %  , y no tanto así la correlación de Shah. La representación de la
correlación final viene dada por la siguiente expresión:
 2 F  S Nuc  E Conv
0,86 0, 9 0,1
1 1 x  V  L 
E  1  24000 Bo 1,16
 1,23   ; W     (8.1.f.6)
W   x  L  V 
1 G 1  x d H
S ; Re L 
1  1,15  10 6
E 2  Re1L,17 L
En la ecuación (8.1.f.6) se cumple que:
 Conv es el coeficiente de transferencia de calor medio por convección (líquido), en W m 2 o C  
 Nuc es el coeficiente de transferencia de calor medio por ebullición nucleada , en W m  C 
2 o

En el caso de que la disposición de los conductos sea horizontal y se cumpla además que el
número de Froude del líquido FrL  sea inferior a 0,05, la ecuación (8.1.f.6) se modifica a la
siguiente expresión:
 2 F  S Nuc  E Conv
 1 
0 ,86

E  1  24000Bo  1,23     FrL0,12 FrL 


1,16

  W  
0 ,1
1  x 
0,9
V  L  (8.1.f.6.1)
W    
 x  L  V 
FrL G 1  x  d H
S ; Re L 
1  1,15  10 6
E  2
 Re1,17
L
L
La correlación recomendada por los autores para el cálculo del coeficiente de transferencia de
calor convectiva media de líquido  Conv fue la expresión de Dittus - Boelter (8.1.f.1.1) calculado

para la fracción líquida, mientras que para el cálculo del coeficiente de ebullición  Nuc en
recintos cerrados, la expresión sugerida es la ecuación de Cooper (8.1.b.7.4).

4- Correlación de Liu – Winterton.


La correlación de Liu y Winterton (1991) permite obtener coeficientes de transferencia de calor
en ebullición tanto para flujos en el interior de tubos como en espacios anulares. Liu y Winterton
utilizaron más de 4200 puntos para ebullición saturada y 990 puntos para ebullición subenfriada,
reportados en 30 fuentes diferentes. Los fluidos utilizados fueron agua, refrigerantes y algunos
hidrocarburos, y las ecuaciones presentadas (según los autores del método) predicen el
coeficiente de transferencia de calor por ebullición con una desviación estándar del 25%.

360
En la correlación de estos autores, se utiliza por primera vez una expresión diferente de las
mencionadas anteriormente, proponiendo un método asintótico. Los métodos asintóticos,
permiten que uno de los dos fenómenos de la convección predomine frente a los otros. Liu y
Winterton proponen un exponente de segundo orden, de forma que la expresión general se
muestra de la manera siguiente:

 FConv 2  S Nuc 2


0, 35
   1 (8.1.f.7)
F  1  x PrL  L  1 ; S
  V  1  0,055F 0,1 Re0L,16

La correlación recomendada por los autores para el cálculo del coeficiente de transferencia de
calor convectiva para la fracción de líquido  Conv es la expresión de Dittus - Boelter (8.1.f.1.1),

mientras que para el cálculo del coeficiente de ebullición  Nuc en recintos cerrados, la expresión
sugerida es la ecuación de Cooper (8.1.b.7.4).

5- Correlación de Kandlikar.
En la propuesta de este modelo, el autor partió de 5000 datos experimentales de coeficientes de
ebullición forzada de distintos autores, fundamentalmente refrigerantes. Entre un grupo de
fluidos entre los que se encuentran el agua, R-11, R-12, R-13B, R-22, R-113, R-114, R152A y
nitrógeno. La correlación de Kandlikar ha demostrado que obtiene muy buenos resultados en las
predicciones de los coeficientes. La desviación estándar obtenida según el mismo autor es del
15,9 % y de un 18,8% para el caso de los refrigerantes.
Kandlikar divide en dos las regiones de ebullición. Una primera en la que el fenómeno que se
presenta es la ebullición nucleada y una segunda región dominada por la ebullición convectiva.
El coeficiente de ebullición vendrá dado por el máximo obtenido a partir de la aplicación de las
expresiones para el cálculo de los coeficientes de ebullición de las regiones de ebullición
nucleada dominante (nucleate boiling dominant, región NBD), y ebullición convectiva
dominante (convective boiling dominant, region CBD), o sea:

 2F       
 max  2 F  ;  2 F   (8.1.f.8)
1 F   1F  NBD  1F CBD 
Donde:
  2F  0,6683
   1  x 0,8  1058,0 Bo0,7 1  x 0,8 F fl (8.1.f.8.1)
  1F
0, 2
 NBD Co

  2F  1,136
   1  x 0,8  667,2 Bo0,7 1  x 0,8 F fl (8.1.f.8.2)
  1F
0,9
CBD Co

361
En las ecuaciones (8.1.f.8.1) y (8.1.f.8.2), aparece un término nuevo F fl , el cual es conocido

como parámetro de asociación superficie -fluido. Inicialmente Kandlikar estableció el valor de


este parámetro para los fluidos estudiados por el mismo. Para más detalles véase la tabla 8.1.d.

Tabla 8.1.d. Parámetros de asociación superficie- fluido Ffl de las ecuaciones (8.1.f.8.1) y
(8.1.f.8.2), para diferentes tipos de fluidos
Fluido F fl Fluido F fl Fluido F fl Fluido F fl
Agua 1 R-113 1,3 R-13b1 1,31 R-134a 1,63
R-11 1,3 R-114 1,24 R-22 2,20 R-152a 1,13
R-12 1,5 R-124 1,9 R-142b 1,36 R-141b 1,33

Si fuesen empleados tubos de acero inoxidable entonces el factor de asociación fluido superficie
toma el valor de F fl  1 .
Para el caso de tubos horizontales, y para corregir los coeficientes de ebullición en el caso en el
que se tenga flujo estratificado, Kandlikar recomienda utilizar un nuevo término dependiente del
número de Froude, el cual modifica mediante un producto el primer sumando de las ecuaciones
(8.1.f.8.1) y (8.1.f.8.2), de forma que:
  2F  0,6683
   1  x 0,8 25Fr 0,3  1058,0 Bo0,7 1  x 0,8 F fl (8.1.f.8.3)
  1F
0, 2
 NBD Co

  2F  1,136
   0,9 1  x  25Fr   667,2 Bo 0,7 1  x  F fl
0 ,8 0,3 0 ,8
(8.1.f.8.4)
  1F CBD Co

6- Correlación de Steiner – Taborek.


Steiner y Taborek (1993), propusieron la utilización de un modelo de tipo asintótico para el
cálculo de los coeficientes de ebullición. Para la obtención del esta correlación utilizaron 13000
puntos experimentales con diferentes fluidos. En la correlación de los datos experimentales estos
reportaron que al emplear una banda de error del 30%, fue encontrado que el 88 % de los datos
se sitúan dentro de esta.
En la primera aproximación al modelo se afirma que la ebullición nucleada sólo aparece cuando
el flujo de calor es suficientemente grande. La magnitud del flujo de calor requerido para la
existencia de la ebullición nucleada se obtiene a partir de la siguiente expresión:
2TSat  1 F
q NB  (8.1.f.9)
0,5d O  V rLV 

En la expresión (8.1.f.9), el diámetro de partida de las burbujas d O se determina mediante la


ecuación (8.1.b.7.7)

362
2
d O  0,0146 (8.1.b.7.7)
g  L  V 

La segunda aproximación al modelo parte del concepto que la transición desde ebullición
nucleada a ebullición convectiva, se correlaciona por relaciones de tipo asintótico, con un
exponente N  3 . La implicación de este tipo de correlación es que uno de los dos fenómenos
predomina frente al otro en cualesquiera que sea las condiciones de entrada.
Por lo tanto, la expresión para la determinación del coeficiente de transferencia de calor tiene el
aspecto siguiente:

 2 F  3  Nuc 3   Conv 3  3 FNB Ebull 3  FTP liquid 3 (8.1.g)

En la aplicación de la expresión (8.1.g) pueden presentarse dos casos:


1- Si se cumple que el flujo de calor es menor que la cantidad de calor requerida para que
ocurra la ebullición nucleada, o sea q  q Nucleada , entonces se cumple que:

FNB  0 ;  2 F  1F FTp (8.1.g.1)

2- Si se cumple que el flujo de calor es mayor que la cantidad de calor requerida para que
ocurra la ebullición nucleada, o sea q  q Nucleada , entonces el cálculo se efectúa mediante la
expresión (8.1.g)
Para el modelado de los coeficientes de ebullición de fluidos puros se emplea la correlación de
Gorenflo (8.1.b.7.a). Sin embargo, se le añade un nuevo término a este coeficiente, pues según
Steiner, los coeficientes de ebullición nucleada se ven aumentados por el diámetro
Nf 0, 4 0,133
  q  d   e
 FNB  FPf       F M  (8.1.g.2)
O  qO   dO   eO 
En la ecuación (8.1.g.2) se cumple que:
F M  es una función dependiente del peso molecular M  del fluido, la cual se determina
mediante el empleo de la expresión de Stephan – Preusser (1979), que viene dada por:
F M   0,441  0,0000262 M 2  0,0262  Ln M 
2
(8.1.g.3)
La ecuación (8.1.g.3) es válida para 10  M  187
En la determinación del coeficiente base  O presente en la ecuación (8.1.g.2) se cumple que:

 1,7 
FPf  2,816PV    3,4    PV 3,7
0, 45
7 
(8.1.g.4)
 1  PV  

Nf  0,8  0,1e 1, 75 pV  (8.1.g.5)

363
El término PV presente en (8.1.g.4) es conocido como presión reducida del fluido. Con
anterioridad fue mostrado que el valor de PV puede ser obtenido mediante el empleo de la
ecuación (8.1.b.7.3)
psat
PV  (8.1.b.7.3)
p fluido

La expresión (8.1.g.4) y (8.1.g.5) son válidas para PV  0,95 .

Para el cálculo del coeficiente de convección FTP presente en la ecuación (8.1.g) se emplean dos
ecuaciones las cuales vienen definidas por el título del vapor, de forma que:
1- Si x  0,5
1,1
 0 , 35

0, 6   L 
FTP  1  x   1,9 x   
1, 5
(8.1.g.6)
  V  

L
La expresión (8.1.g.6) es válida para 3,75   5000
V
2- Si 0  x  0,98
0,5
 0, 35 2 , 2
   0, 67

2

 1,5 0, 6 0, 01   L 
FTP  1  x   1,9 x 1  x      1 x 0,01 1  8 1  x 

0, 7
   L

 


 (8.1.g.7)
  V      V   
 
En la ecuación (8.1.g.7) el coeficiente medio de transferencia de calor para el líquido 1 se
determina mediante el empleo de la ecuación de Gnielinsky (6.1.c.5)
  f  
   Re  1000  Pr N

 1d H  8  P  
Nu        (6.1.c.5)
L  1  12 ,7 f  Pr 3  1   C
2
 

 8  



L
Las expresiones (8.1.g.6) y (8.1.g.7) son válidas para 3,75   1017
V
7- Correlación de Jung.
El modelo propuesto por Jung et al. (1989) para el cálculo de coeficientes de ebullición en
mezclas binarias (será visto en detalles más adelante en este capítulo), fue tomado como base
para establecer la presente correlación para la ebullición de fluidos puros. El modelo de Jung,
propuesto inicialmente para mezclas puede considerarse como una versión mejorada del modelo
desarrollado para mezclas por Bennett-Chen. Según reporta Jung, la correlación de Forster y
Zuber (1955), utilizada por el modelo de Bennett-Chen (1980) ofrece distintas precisiones en las
predicciones del coeficiente de ebullición dependiendo del fluido ensayado, y de esta manera
364
justifican el cambio a las correlaciones propuestas. Los autores utilizaron un modelo de
superposición para el cálculo del coeficiente de transferencia de calor. Para el cálculo de los
coeficientes de transferencia de calor en ebullición nucleada utilizaron la correlación de
Stephan-Abdelsalam (1980). Para el caso de la ebullición convectiva, utilizaron sus propios
datos para la obtención del parámetro de aumento de la ebullición convectiva, como
modificación al modelo propuesto inicialmente por Chen. La expresión para la determinación
del coeficiente de transferencia de calor tiene el aspecto siguiente:
 2 F  N  Nuc   FP 1 F  (8.1.g.8)

En la ecuacion (8.1.g.8) el factor de supresión N de la ebullición nucleada se determina


mediante el empleo de la siguiente expresión:
0,9 0 ,1
1 x  V  L 
N  4048 W   
1, 22 1,13
Bo ; W   (8.1.g.9)
 x  L  V 
En la ecuación (8.1.g.8) el parámetro adimensional Bo es el número de ebullición (Boiling), el
cual se determina mediante la siguiente ecuación:
q
Bo  (8.1.h)
G rLV 

En la ecuación (8.1.h) se cumple que G es el caudal másico, en kg s


Para el cálculo de los coeficientes de transferencia de calor en simple fase solo se considera la
parte de líquido que fluye en el tubo. En el cálculo del coeficiente de simple fase, los autores
recomiendan la ecuación de Dittus - Boelter (8.1.f.1.1), y la razón argüida es su sencillez de
aplicación. El factor de aumento del coeficiente de transferencia de calor en ebullición nucleada
FP es el siguiente:
0 ,85 0,9 0 ,1
 1 1 x  V  V 
FP  2,37 0,29   ; W     (8.1.h.1)
 W  x  L  L 
8- Correlación de Wadekar.
La correlación de Wadekar (1995) contrariamente a la mayoría de modelos proporcionados
anteriormente, se basa en la supresión de la transferencia de calor convectiva debido a la
presencia de la ebullición nucleada. El flujo de calor en ebullición se calcula por medio de la
siguiente expresión:
q  1  Anucl   qconv  qnucl (8.1.h.2)

En la ecuación (8.1.h.2) el término Anucl se determina mediante la siguiente expresión:

365
177C Tsat  TL 
2,5
Anucl  1  e B ; B
Re L FP1, 25
0,9 0 ,1 (8.1.h.2)
1 x  V  L 
FP  1  W 0,87 ; W    
 x  L  V 
En la ecuacion (8.1.h.2) la constante C toma un valor de 55 para el caso del agua y compuestos
orgánicos. Para el caso de amoniaco, refrigerantes y criogénicos se cumple que C  54 ,95 . El
flujo de calor por ebullición nucleada qnucl se determina mediante la siguiente ecuación:

 C TV  TSat  pV 0,12 


3

qnucl   (8.1.h.3)
  Log  pV 
0 , 55
M

En la ecuacion (8.1.h.3) la constante C posee idénticos valores a los empleados en (8.1.h.2)


El flujo de calor por ebullición nucleada qnucl se determina mediante la siguiente ecuación:

qConv  F1F TP  TL 


3
(8.1.h.4)
En la ecuación (8.1.h.4) se cumple que:
TP es la temperatura de la pared, en oC
1F es el coeficiente medio de transferencia de calor en medios de una sola fase (convección),
el cual se determina mediante la ecuación de Dittus - Boelter (8.1.f.1.1).

8.5.6 Correlaciones de cálculo para la ebullición forzada de mezclas binarias.

En cuanto al estudio de ebullición nucleada de mezclas, los datos experimentales son escasos, y
en la mayoría de ellos se trata de mezclas de refrigerantes con diferencias en la temperatura de
ebullición pequeñas. Los resultados que predicen las correlaciones presentan considerables
diferencias y estas diferencias se incrementan cuando se aplica la correlación a otro tipo de
mezclas diferentes a la ensayada.
Donde coinciden los resultados experimentales de ebullición de mezclas es en constatar una
reducción del coeficiente de ebullición nucleada con respecto al coeficiente de ebullición ideal,
considerando la mezcla como un fluido puro. Algunas justificaciones de esta reducción se han
argumentado por Fujita (1997): …”existe un incremento local de la temperatura del líquido
próximo a la pared por una evaporación preferencial de componente volátil, una resistencia a la
transferencia de materia del componente volátil hacia la interfase de la burbuja, una mayor
energía necesaria para la formación de la burbuja, una reducción de los puntos de nucleación,
una variación de las propiedades de la mezcla no lineal, etc. No hay ningún modelo teórico o
empírico que incluya todos estos efectos de la mezcla y por ello el error de las predicciones
puede ser elevado”.
366
Es mucha la literatura concerniente a los modelos de ebullición forzada, y relativamente poca la
cantidad de modelos propuestos para mezclas binarias. Los modelos de ebullición de mezclas
que se han encontrado en la literatura, que se han aplicado para mezclas binarias son los
modelos de Bennett y Chen (1980), el modelo de Jung et al. (1989), y el modelo de Mishra et al.
(1981).

1- Correlación de Bennet – Chen.

El modelo de Bennett y Chen (1980), se propuso como extensión del modelo de Chen (1963),
definido para fluidos puros. Para ello, a la ecuación original se le añadió un término de
reducción del coeficiente de transferencia de calor, tanto en la parte convectiva como en la parte
nucleada, para mostrar la fuerte reducción del coeficiente de ebullición, debido a los efectos de
la mezcla. El modelo propuesto tiene la forma siguiente:
q  qConv  qNucl  S Mix Nucl ,id TP  TL   F Conv,Mix TP  TL  (8.1.h.5)

En esta ecuación el término de supresión de la ebullición nucleada, que en el caso de


compuestos puros es una función del gasto másico y de la calidad de vapor, para el caso de la
mezcla, como ya se ha dicho, depende de la resistencia interfacial de la mezcla. Para la
modelización de la mezcla, Bennet y Chen utilizaron la ecuación propuesta por Calus y
Leonidopoulos (1974), la cual viene dada por:
S
S Mix  (8.1.h.6)
 amix 
Cp ( y  x ) dTSat
1 L  
rLV Mix dx  D 
 12 

En la ecuación (8.1.h.6) se cumple que:


Cp L ( y  x ) es la diferencia de los calores específicos en estado líquido de las dos sustancias
componentes de la mezcla
D12 es el coeficiente de difusión binaria o difusividad de la masa de la mezcla, en m 2 s
rLV Mix es el calor latente de vaporización de la mixtura.
a Mix es la difusividad térmica de la mixtura, en m 2 s

S es el factor de supresión de la ebullición nucleada y se determina mediante la expresión


(8.1.f)
1
S (8.1.f)
1  2,53  10 6 Re1Tp,17

El término de ebullición convectiva, según Bennett y Chen, se ve afectado por la transferencia


de masa, de forma que para un fluido de dos componentes tendría la expresión siguiente:

367
qConv  FConv,Mix TP  TL  (8.1.h.7)

De esta manera el coeficiente de ebullición binario se corresponde con la ecuación siguiente:


 T 
 Conv ,Mix  F1F Pr*  
 TSat  Nucl
(8.1.h.8)
0 , 444
 Pr  1 
Pr*   L 
 2 
 T 
En la ecuación (8.1.h.8) el término adimensional   es el ratio de disminución de la
 TSat  Nucl
fuerza de accionamiento térmico de la mezcla frente al fluido puro.
1F es el coeficiente medio de transferencia de calor en medios de una sola fase (convección),
el cual se determina mediante la ecuación de Dittus - Boelter (8.1.f.1.1).
F es el factor de supresión de la ebullición convectiva, el cual se determina mediante la
expresión de Butterworth (1979), (todas las propiedades físicas son de la mezcla), la cual viene
dada por una dependencia del parámetro adimensional de Martinelli y es representada mediante
la siguiente expresión:
 1
 si W  0,1  F 1
 M
F  0 , 736
 si 1  0,1   1 
F  2,35  0,213  (8.1.h.9)
 WM  WM 

0,9 0 ,1
1 x  V  V 
W    
 x  L  L 
El ratio de disminución de la fuerza de accionamiento térmico de la mezcla frente al fluido puro
 T 
  , se determina mediante el empleo de la siguiente ecuación:
 TSat  Nucl

 T 
   1
1  y q dTSat
(8.1.i)
 TSat  Nucl  L rLV Mix  masa TP  TL  dx
En la ecuación (8.1.i) se cumple que:
1  y  es la porción de concentración molar de la mixtura que se encuentra en estado de vapor.
 masa es el coeficiente medio de transferencia de masa, el cual se determina mediante la
ecuación (8.1.i.1)
D12 0,8 0, 4
 masa  0,023 Retp Sc (8.1.i.1)
D
En la ecuacion (8.1.i.1) se cumple que:

368
Sc es el número adimensional de Schmidt1
El número adimensional de Reynolds Re tp se determina a partir de la siguiente ecuación:

Retp  ReL F Pr* 


1, 25
(8.1.i.2)

Re L se determinan evaluando las propiedades físicas la mixtura en estado líquido, mientras que

F y Pr* son obtenidas mediante el uso de las ecuaciones (8.1.h.9) y (8.1.h.8) respectivamente.

2- Correlación de Jung et al.


A partir de la correlación de Bennet y Chen, la correlación de mezclas probablemente más
referenciada es la correlación de Jung et al. (1989). Los autores utilizaron un modelo de
superposición para el cálculo del coeficiente de transferencia de calor. Para el cálculo de los
coeficientes de transferencia de calor en ebullición nucleada utilizaron la correlación de Stephan
y Abdelsalam (1980), y modelaron los efectos de reducción del coeficiente de transferencia de
calor de la mezcla con la correlación de Unal (1986). Para el caso de la ebullición convectiva,
utilizaron sus propios datos para la obtención del parámetro de aumento de la ebullición
convectiva F propuesto inicialmente por Chen.
Según apunta Jung, la correlación de Forster y Zuber (1955), utilizada por el modelo de Bennett
y Chen (1980) ofrece distintas precisiones en las predicciones del coeficiente de ebullición
dependiendo del fluido ensayado, y de esta manera justifican el cambio a las correlaciones
propuestas. Para la modelización de la reducción del coeficiente de transferencia de calor en
ebullición nucleada recomiendan la correlación de Stephan y Abdelsalam (1980), para fluidos
puros, y para correlacionar el empeoramiento de los coeficientes de transferencia de calor en
ebullición nucleada debidos a la resistencia a la transferencia de masa, recomiendan la
correlación de Unal, aunque recientemente Jung et al. (2018) afirman que la correlación de
Schlünder (1982) ofrece buenos resultados.
q   Nucl   Conv  N  UNAL  FMix  1 F (8.1.i.3)

En (8.1.i.3) se cumple que UNAL es el coeficiente medio de transferencia de calor por ebullición
nucleada, obtenido mediante la expresión de Unal, la cual viene dada en (8.1.i.4)
El factor de aumento de la ebullición convectiva FMix se calcula por medio de la ecuación
(8.1.i.5), mientras que el coeficiente de transferencia de calor en ebullición nucleada de mezclas
propuesto por Unal se resume de la siguiente manera:

1
El número adimensional de Schmidt es igual al cociente de la difusividad de la cantidad de movimiento y la difusividad de
masa, por lo tanto este número adimensional es en la transferencia de masa el equivalente al número de Prandtl en transferencia
de calor. (se recomienda para más detalles que sea consultado el texto de avanzada de Kays - Crawford, “Convective heat and
mass transfer” o el texto especializado de R. E. Treybal “Mass transfer operations”.
369
 nucl ,id
UNAL  (8.1.i.4)
CUNAL
donde nucl ,id se determina mediante la ecuación (8.1.b.7.6):
0, 745 0,581
  qd0   V 
 nucl ,id  207 L     Pr 0,533 (8.1.b.7.6)
d 0  LTSat   L 
En la ecuación (8.1.b.7.6) el diámetro de partida de las burbujas d 0 se determina mediante el
empleo de la expresión (8.1.b.7.7)

2
d O  0,0146 (8.1.b.7.7)
g  L  V 

El coeficiente CUNAL , tiene en cuenta el ratio entre la diferencia de temperaturas entre la pared y
el líquido  TMix , frente a esta misma diferencia de temperaturas considerando el fluido como

puro (ideal)  Tid , de forma que:

TMix
CUNAL  (8.1.i.4.2)
Tid
En la correlación (8.1.i.4.2), el parámetro CUNAL , a pesar de que depende de muchos parámetros,
sólo se necesitan datos de equilibrio de la mezcla, de modo que esta puede expresada como:
CUNAL  1  b2  b3 1  b4  1  b4 
 1,01  x  x
b2  1  x Ln   xLn    y  x 3
 1,01  y   y
 si x  0,01  b3  0,01

 si x  0,01  b3   y  x   1
0 ,1

 p 
3, 9
(8.1.i.4.3)
b4  152 
 pCrit 
0, 6
 p 
b5  0,92 y  x  
0, 001

 Crit 
p
x
si x  y  0  1
y
En la ecuación (8.1.i.4.3) se cumple que:
 p 
  es el cociente de la presión real de la mezcla y la presión crítica de la propia mezcla.
 Crit 
p

y , x , son las concentraciones molares entre la fase vapor y la fase líquida respectivamente.
El factor de aumento de la ebullición convectiva FMix se calcula por medio de la ecuación
siguiente:

370
FMix  FC Mix
0 ,85
 1 
F  2,37  0,29  ; C Mix  1  0,35 ~ x1 
y1  ~
1, 56
(8.1.i.5)
 WM 
0,9  0 ,1
1 x  V  V 
WM     
 x  L  L 
En la ecuación (8.1.i.5) el término  ~ x1  es la diferencia de concentraciones molares entre la
y1  ~
fase vapor y la fase líquida. El factor de aumento de la ebullición convectiva N se determina
mediante una dependencia del parámetro de Martinelli WM de la forma siguiente:

 4048
si WM  1  N  W 1, 22 Bo
1,13

 M
si W  1  N  2  0,1W 0, 28 Bo 0,33 (8.1.i.6)
 M M

q
Bo 
G rLV 

3- Correlación de Steiner.

El modelo de Steiner (1993) es una modificación al modelo anteriormente propuesto por Steiner
y Taborek (1992), para adecuarse a la ebullición de la mezcla. Las modificaciones propuestas se
concentran en el uso de la ecuación de Schlünder (8.1.b.7.11) para correlacionar la reducción de
los coeficientes de transferencia de calor, en la zona de ebullición nucleada. El resto de
parámetros continúan siendo los mismos que el modelo de ebullición de fluidos puros.

4- Correlación de Kandlikar.
El modelo de Kandlikar (1998), fue propuesto como modificación a su modelo de fluidos puros
Kandlikar (1991), para tener en cuenta el fenómeno de resistencia a la transferencia de masa por
el efecto de la mezcla. Los coeficientes de ebullición de las regiones de ebullición nucleada
dominante NBD (nucleate boiling dominant region), y ebullición convectiva dominante CBD
(convective boiling dominant region), se calculan por medio de las expresiones (8.1.f.8.1) y
(8.1.f.8.2), o sea:
  2F  0,6683
   1  x 0,8  1058,0 Bo 0,7 1  x 0,8 F fl (8.1.f.8.1)
  1F
0, 2
 NBD Co

  2F  1,136
   1  x 0,8  667,2 Bo 0,7 1  x 0,8 F fl (8.1.f.8.2)
  1F
0,9
CBD Co
Kandlikar refiere que la volatilidad V1 es quien define si los efectos de la mezcla deben ser
considerados o no. La volatilidad se determina según la siguiente ecuación:

371
V1 
CpL a dT
y  x  (8.1.i.7)
rLV  D12 dx1 1 1
En la ecuación (8.1.i.7) se cumple que:
D12 es el coeficiente de difusión binaria o difusividad de la masa de la mezcla, en m 2 s
En la publicación de su método los autores definen a x1 como la fracción másica del
componente más volátil de la mezcla, lo que resulta en valores de la derivada dT dx1 negativos.
Esta dificultad relacionada con la derivada fue corregida en el año 2003 por Kandlikar y Bulut,
trasformando la ecuación (8.1.i.7) a la siguiente:

V1 
CpL a dT
x  y  (8.1.i.8)
rLV  D12 dx1 1 1
A partir de la volatilidad V1 obtenida en (8.1.i.8), se calcula el parámetro de la supresión de la
ebullición FD de recintos cerrados, de forma que:

  1 
 para V1  0,005  FD  0,678 
  1  V1  (8.1.i.9)
 para 0  V  0,005  F  1  64V 
 1 D 1

A partir de la volatilidad V1 obtenida mediante (8.1.i.8) se establecen cuatro regiones con


formulaciones distintas para la determinación del coeficiente medio de transferencia de calor.
1- Región 1 (cerca de la región azeotrópica , con V1  0,03 )
En cuyo caso el coeficiente de transferencia de calor se calcula por medio de la siguiente
expresión ya conocida (8.1.f.8).

 2F       
 max  2 F  ;  2 F   (8.1.f.8)
1 F   1F  NBD  1F CBD 
Las expresiones para la determinación del coeficiente medio de transferencia de calor en este
caso coinciden con las de un fluido puro, o sea, se emplean las ecuaciones (8.1.f.8.1) y
(8.1.f.8.2)

2- Región 2 (supresión moderada de la ebullición nucleada, con 0,03  V1  0,2 y Bo  0,0001 )

  2F  1,136
   1  x 0,8  667,2 Bo 0,7 1  x 0,8 F fl (8.1.f.8.2)
  1F
0,9
CBD Co
3- Región 3 (región de fuerte supresión de la ebullición nucleada, con 0,03  V1  0,2 y
Bo  0,0001 )

372
 2F  1,136
 0,9 1  x   667,2 Bo 0,7 1  x  F fl FD
0 ,8 0 ,8
  (8.1.j)
 1 F CBD Co
4- Región 4 (región de fuerte supresión de la ebullición nucleada, con V1  0,2 )
Esta región el coeficiente de transferencia de calor se determina mediante el empleo de la
ecuación (8.1.j). Los valores de Ffl que se requieren en las ecuaciones dadas en el método que

se analiza se determinan en la tabla 8.1.d. Para el caso de mezclas se forma la porción másica
que corresponde a cada fluido integrante de la mezcla por el valor dado en la tabla, o sea:
F fl total   1  x F fl , fluido1  1  y F fl , fluido2  (8.1.j.1)

373
Índice
Pagina legal iii
Prólogo a la primera edición vii
Introducción. 1
Capítulo 1 Introducción a la transferencia de calor por convección. 3
1.1 Nociones y definiciones generales. 3
1.2 Ecuaciones diferenciales del proceso de transferencia de calor por convección. 8
1.3 Fundamentos de la teoría de la semejanza. 20
1.4 Semejanza en los procesos de intercambio térmico por convección. 33
1.5 Fundamentos de la teoría de la semejanza según el método de Rayleigh. 43
Capítulo 2 Transferencia de calor por convección. Capa límite térmica e hidrodinámica. 48
2.1 Introducción. 48
2.2 Soluciones de las ecuaciones de convección para una placa plana. 50
2.3 Ecuación de energía para una placa plana isotérmica con régimen de flujo laminar. 55
2.4 Capa límite laminar en flujo sobre placa plana. 58
2.5 Espesores y caudales de la capa límite. 62
2.5.1 Análisis de la ecuación integral del impulso de la capa límite. 65
2.5.2 Determinación de la fuerza de arrastre y el perfil de distribución de velocidades de la
capa límite laminar mediante el empleo de polinomios de segundo y tercer grado. 67
2.5.3 Ecuaciones de Prandlt de la capa límite. 72
2.5.4 Deducción de la ecuación clásica de Von Karman para la capa límite. 73
2.5.5 Ecuación integral de la energía de la capa límite. 75
2.5.6 Relación entre el coeficiente de arrastre local y el coeficiente pelicular de transferencia
de calor en un flujo laminar sobre una placa plana. 81
2.5.7 Capa límite turbulenta para una placa plana. 82
Capítulo 3 Principios de pérdidas hidráulicas en conductos y accesorios. 87
3.1 Regímenes de corriente de líquidos y gases en conductos. 87
3.1.1 Ecuaciones fundamentales para flujo incomprensible. 88
3.1.2 Análisis dimensional del problema de fricción para flujo incompresible. 90
3.1.3 Determinación del factor de fricción para el cálculo de pérdidas de presión por el
interior de tubos rectos. 91
3.2 Pérdidas producidas por accesorios. 101
3.3 Coeficiente de pérdidas locales para situaciones diversas. 104
Capítulo 4 Convección forzada en flujos internos. 115
4.1 Introducción. 115
4.2 Temperatura media del fluido en una sección transversal. 117
4.2.1 Temperatura media del fluido y caída de temperatura en un conducto. 119
4.2.2 Análisis de la región de entrada. 123
4.2.3 Región de flujo desarrollado hidrodinámicamente. 127
4.2.4 Flujo en conductos no circulares. 137
4.3 Análisis térmico general. 139
4.4 Perfil de temperatura y el número de Nusselt. 144
4.4.1 Fluidos que circulan por el interior de tuberías en convección forzada en régimen
laminar, con temperatura de pared constante. 145
4.4.2 Fluidos que circulan por el interior de tuberías en convección forzada en régimen
laminar, con temperatura de pared constante. 148
4.5 Analogía entre la transmisión de calor y la cantidad de movimiento en flujo turbulento. 150
4.5.1 Expresiones generales de la relación básica de la analogía entre el calor y la cantidad de
movimiento. 152
4.5.2 Analogía de Reynolds. 155
4.5.3 Analogía de Prandtl. 159
4.5.4 Analogía de Von Karman. 161
Capítulo 5 Convección forzada en flujos externos y convección libre. 164
5.1 Introducción a la convección libre o natural. Mecanismo físico de la convección natural. 164
5.1.1 Convección libre sobre superficies. 169
5.2 Resistencia al movimiento debida a la fricción y la presión en flujos externos. 170
5.2.1 Flujo a través de cilindros y esferas. 174
5.3 Coeficientes de transferencia de calor. 178
5.4 Flujo a través de un banco de tubos. 179
Capítulo 6 Correlaciones para la convección forzada y libre en flujos internos y externos. 183
6.1 Convección en el interior de tubos con fluido laminar y régimen viscoso. 183
6.2 Convección en el interior de tubos con fluido laminar y régimen viscoso gravitacional. 185
6.3 Convección en el interior de tubos para fluido turbulento. 188
6.4 Correlaciones para la convección forzada en placas. 195
6.5 Correlaciones para la convección libre (natural). 201
6.5.1 Solución integral en pared isoterma. 204
6.6 Placas isotérmicas. 206
6.6.1 Placas con flujo de calor constante. 207
6.7 Correlaciones para convección libre en superficies cilíndricas y en placas. 207
6.7.1 Convección natural en cilindros horizontales. 208
6.7.2 Convección natural en cilindros vertical. 210
6.7.3 Convección natural en cilindros inclinados. 213
6.7.4 Convección libre sobre placa vertical con flujo de calor uniforme. 218
6.7.5 Convección libre sobre placa inclinada. 219
6.7.6 Convección libre sobre una placa horizontal. 221
6.7.7 Convección libre entre placas horizontales, (recintos horizontales). 223
6.7.8 Convección libre entre placas verticales (recintos verticales). 225
6.7.9 Convección natural entre placas inclinadas (recintos inclinados). 226
6.8 Correlaciones para la convección natural en tubos horizontales . 228
6.8.1 Convección natural entre cilindros concéntricos. 229
6.9 Convección libre en esferas. 230
6.10 Convección en flujo turbulento de metales líquidos por el interior de una tubería. 231
6.11 Convección en el exterior de tubos solitarios bañados transversalmente. 233
6.12 Convección en el exterior de un paquete de tubos bañados transversalmente. 237
6.13 Transferencia de calor durante el bañado transversal de un paquete de tubos aleteados. 247
6.13.1 Coeficientes j y f para diversas configuraciones de tubos y bancos de tubos. 250
6.14 Expresiones básicas para el cálculo de la transferencia de calor por convección en superficies
giratorias. 254
Capítulo 7 Transferencia de calor con cambio de fase. (Condensación). 257
7.1 Introducción a la transferencia de calor por condensación. 257
7.1.1 Fundamentos de la transmisión de calor en la condensación de vapor puro. 259
7.2 Fundamentos de la condensación en forma de película. 262
7.2.1 Efecto del subenfriamiento del líquido y sobrecalentamiento del vapor a condensar. 270
7.2.2 Condensación en película laminar sobre placas y tubos verticales. 273
7.2.3 Flujo laminar ondulado sobre placas verticales. 276
7.2.4 Flujo turbulento sobre placas verticales. 277
7.2.5 Otras formulaciones para flujo sobre placas verticales. 278
7.2.6 Condensación en película laminar sobre un tubo horizontal. 279
7.2.7 Condensación en película por el interior de un tubo horizontal. 285
7.2.8 Análisis del arrastre ocasionado por velocidades elevadas del vapor. 295
7.2.9 Condensación pelicular en bancos de tubos horizontales. 298
7.2.10 Condensación en película por el interior de un tubo helicoidal. 302
7.3 Transferencia de calor por condensación por gotas. 303
7.4 Presencia de gases no condensables en los condensadores. 308
Capítulo 8 Transferencia de calor con cambio de fase. (Ebullición). 310
8.1 Introducción a la transferencia de calor con cambio de fase por ebullición. 310
8.2 Principios físicos de la formación de la burbuja de vapor en ebullición nucleada. 311
8.3 Clasificación de los modos de ebullición. Aspectos básicos. 319
8.4 Ebullición local o en estanque. 320
8.4.1 Regímenes de ebullición y la curva de ebullición. 321
8.4.2 Correlaciones para la evaluación de la ebullición en estanque. 325
8.4.3 Cálculo de la ebullición de mezclas en recintos cerrados. 333
8.4.4 Pico de calor en la ebullición en estanque. 336
8.4.5 Flujo mínimo de calor. 339
8.4.6 Mejoramiento de la transferencia de calor en la ebullición en estanque. 344
8.5 Ebullición en flujo (en masa). 345
8.5.1 Ebullición de líquidos en flujo forzado en el interior de tubos horizontales. 345
8.5.2 Ebullición de líquidos en flujo forzado en el interior de tubos verticales. 346
8.5.3 Gradiente de presión en el interior de tubos verticales. 349
8.5.4 Formulación para la ebullición en el interior de tubos verticales. 351
8.5.5 Métodos especiales de análisis en la transferencia de calor por ebullición. 356
8.5.6 Correlaciones de cálculo para la ebullición forzada de mezclas binarias. 366

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