3.7. Nietzsche
3.7. Nietzsche
3.7. Nietzsche
En el último tercio del siglo XIX surge una nueva corriente filosófica, la cual coincide
con las anteriores en la negación de la metafísica y descubre la realidad radical en la
vida: es el “Vitalismo” o “Filosofía de la vida” que defiende lo irracional como
la característica más importante del ser humano en oposición a la razón y a la
experiencia. Friedrich Nietzsche es uno de los máximos representantes del
Vitalismo y encarna la crítica más radical que se haya hecho en Occidente contra
la “cultura establecida”, en todos los terrenos: filosofía, religión, ciencia, moral,
arte... Nietzsche apunta como el acontecimiento más importante de la época
contemporánea, de la cual él se siente testigo, la “muerte de Dios”. “Dios ha
muerto, viva el superhombre”.
485
Filosofía – 2º Nietzsche
1. INTRODUCCIÓN:
El último tercio del siglo XVIII y el primer tercio del siglo XIX, se caracterizan por
la vigencia del Idealismo Alemán1 En las metafísicas anteriores al idealismo hegeliano
se consideraban las cosas como algo fijo y estático.
En el último tercio del siglo XIX surge una nueva corriente filosófica, la cual
coincide con las anteriores en la negación de la metafísica y descubre la realidad radical
en la vida: es el “Vitalismo” o “Filosofía de la vida”.
2. EL VITALISMO:
2.1. Concepto:
486
Filosofía – 2º Nietzsche
agrupa un conjunto de pensadores que comparten su interés por la vida como objeto
fundamental de la filosofía.
2.2. Características:
Entre las características principales del vitalismo se pueden señalar las siguientes:
1. Irracionalismo:
Los vitalistas arremeten contra los partidarios del cartesianismo y del kantismo
porque subordinan la vida a la razón.
487
Filosofía – 2º Nietzsche
Para Bergson, la vida aparece como una corriente y una fuerza que subyace y está
en la base de todas las realidades y de todos los impulsos. El fondo último de la realidad
es el ímpetu vital, el “élan vital”.
Nietzsche vive en la segunda mitad del siglo XIX, período que tiene las siguientes
características:
488
Filosofía – 2º Nietzsche
4. BIOGRAFÍA:
3?
El término evolución significa el proceso por el que todos los seres vivos de la Tierra han derivado y
divergido, por descendencia directa, a partir de un origen único que existió hace más de 3.000 millones
de años.. El hombre y otros primates descendían todos de antepasados comunes a través de un lento y
largo proceso de evolución.
Según la teoría de Darwin, la selección natural fomenta la adaptación de los organismos al medio
cuando ello es necesario para la supervivencia. Y en esta adaptación sobreviven los mejor dotados. Esta
teoría está contenida en el célebre tratado de Darwin “El origen de las especies”, publicado en 1859.
A partir de 1859 ya nadie duda en el mundo científico que todas las especies vivas, incluida la
nuestra, han evolucionado de otras. La biología molecular moderna refuerza la teoría de que todas las
especies tienen un antecesor común único y que todas las formas de vida conocidas comparten el mismo
código genético.
489
Filosofía – 2º Nietzsche
490
Filosofía – 2º Nietzsche
Nietzsche encarna la crítica más radical que se haya hecho en Occidente contra la
“cultura establecida”, en todos los terrenos: filosofía, religión, ciencia, moral, arte...
Por una parte, realiza una crítica implacable de la decadencia y de la moral puritana y
llena de prejuicios de la sociedad cristiano – burguesa de finales del siglo XIX y, por
otra parte, influido por el ambiente sociopolítico de cambio de finales del siglo XIX,
quiere crear un nuevo tipo de hombre que sustituya al hombre cristiano tradicional.
Resumen
- Es un hombre genial, contradictorio, revolucionario y supercrítico.
- Influye en movimientos contrapuestos: Para unos es el padre del anarquismo, para
otros del existencialismo o del nacionalsocialismo.
- Crítico radical de la “cultura establecida”: filosofía, religión, ciencia, moral, arte...
- Quiere crear un nuevo tipo de hombre que sustituya al hombre cristiano tradicional.
TEXTOS:
491
Filosofía – 2º Nietzsche
“Pues préstese atención a esto: los años de mi vitalidad más baja fueron los años en
que dejé de ser pesimista. El instinto de auto-restablecimiento me prohibió una
filosofía de la pobreza y del desaliento... ¿Y en qué se reconoce en el fondo la buena
constitución? En que un hombre bien constituido beneficia a nuestros sentidos, en que
está tallado de una madera que es, a la vez, dura, suave y olorosa. A él le gusta sólo lo
que le es saludable; su agrado, su placer cesan cuando se ha rebasado la medida de lo
saludable. Adivina remedios curativos contra todos los daños, saca ventaja de sus
contrariedades; lo que no le mata le hace más fuerte. Instintivamente forma una síntesis
con todo lo que ve, oye, vive: es un principio de selección, deja caer al suelo muchas
cosas. Se encuentra siempre en su compañía, se relacione con libros, con hombres o con
paisajes, él honra al elegir, al admitir, al confiar. Reacciona con lentitud a toda especie
de estímulos, con aquella lentitud que una larga cautela y un orgullo querido le han
inculcado, examina el estímulo que se acerca, está lejos de salir a su encuentro. No cree
ni en la desgracia ni en la culpa, liquida los asuntos pendientes consigo mismo, con los
demás, sabe olvidar (es bastante fuerte para que todo tenga que ocurrir de la mejor
manera para él). Y bien, yo soy todo lo contrario de un “décadent”, pues acabo de
describirme a mí mismo”.
(Nietzsche, F., Ecce homo, Alianza, Madrid, 1976, Pág. 24 – 25)
Nietzsche pasa por ser un crítico demoledor de los valores tradicionales. Sin
embargo, no se pude afirmar que su obra sea negativa (aunque sea el aspecto más
conocido y llamativo), pues su filosofía pretende ser una alternativa a la que antes
critica.
Nietzsche está dispuesto a revisarlo todo, sin ningún rubor: la vida y la muerte, el
mundo y su continuo retorno, el bien y el mal, el arte y el pensamiento, Dios y el
hombre. Y el lenguaje es su mejor arma. Por eso, usa otro estilo y otros términos para
no contradecirse. Busca un lenguaje directo: no pretende convencer al lector, sino
492
Filosofía – 2º Nietzsche
obligarle a tomar partido ante los problemas que plantea. Quiere educar al hombre para
que piense por sí mismo y sin moldes impuestos ni por los esquemas racionales en
vigor ni por las formas de expresión que utiliza. Por eso, Nietzsche permanece
intencionadamente oculto tras el lenguaje. El único objetivo es que aflore el mensaje,
por eso, vuelve una y otra vez sobre los temas de forma contradictoria, con la intención
de mostrarle al lector lo irracional de los planteamientos tradicionales.
Resumen
7. PERÍODOS Y OBRAS:
493
Filosofía – 2º Nietzsche
Nietzsche se pone resueltamente del lado de “Dionisos” por ser “un augurio de
vida” y se aparta de Schopenhauer, para quien la voluntad de vivir, siempre
atormentada, es un mal, y afirma esa voluntad de vivir entusiásticamente.
Dionisos (el dios de la noche) y el artista (el poeta trágico) serán para él en este
período los representantes de la actitud auténtica ante la vida.
Resumen
- Lucha por un nuevo ideal de cultura, cuyo modelo busca en la tragedia griega.
- Distingue lo apolíneo (la medida, la belleza...) y lo dionisiaco (el impulso vital...).
- Es notable la influencia de Wagner.
- Considera el arte, especialmente la música, como el medio más adecuado para
captar la realidad y el fondo oculto de la existencia.
Termina el período de Basilea y comienzan sus primeros viajes. Corta con Wagner
y abandona la filosofía de Schopenhauer. Busca la inspiración más bien en Voltaire y en
los ilustrados franceses. En este período predomina la crítica de la cultura de su
tiempo: condena la metafísica (sobre todo la platónica), la religión y el arte. Su
prototipo ahora es el hombre libre. Parte de la afirmación de la “muerte de Dios” y de
la negación de la inmortalidad del alma.
494
Filosofía – 2º Nietzsche
Resumen
Escribe la que para muchos es su mejor obra: Así habló Zaratustra. “Un libro para
todos y para nadie” (1883-1884). En esta obra, que quiere ser como una nueva Biblia,
Nietzsche afirma «el eterno retorno» y se yergue en el afirmador radical de la voluntad
de poder del “superhombre”.
Se trata de un conjunto de discursos simbólicos unidos por una fábula (recurre con
frecuencia a la metáfora): Zaratustra (¿700 – 630? A. de C.), Zoroastro para los griegos
- profeta persa que predicó la moral del esclavo y se convierte. Se retira a la montaña al
cumplir los treinta años y allí vive en compañía de los animales: el águila, que
simboliza el orgullo, y la serpiente, que simboliza la inteligencia. Alcanza allí la
sabiduría y decide bajar a predicársela a los hombres. Su mensaje es monoteísta (“ahura
Mazda”, de ahí el mazdeísmo), pero dualista: habla de una lucha entre dos espíritus,
uno del bien (“Spenta Manyu”) y otro del mal (“Ahra Manyu o Ahrimán”). Nietzsche
sustituye a Dioniso por Zaratustra para eliminar de una vez para siempre todo consuelo
metafísico. Lo hace porque Dioniso se identificaba demasiado con la metafísica de
Schopenhauer y Nietzsche en su tercera época rechaza toda metafísica.
Sus grandes enemigos son Sócrates, Platón y todo lo que ellos representan. Pero
el peor enemigo, para Nietzsche, es la civilización cristiana. Dice Nietzsche en otras
palabras: “¿Se me ha comprendido? Dionisos contra el Crucificado”.
La obra Así habló Zaratustra se divide en un prólogo y cuatro partes, en las que
Zaratustra va predicando sus ideas: «el último hombre», el «superhombre», la «la
muerte de Dios», «la voluntad de poder», el «eterno retorno». Se trata de una obra
sumamente compleja, llena de alegorías y metáforas. Su estilo la convierte en una
495
Filosofía – 2º Nietzsche
Resumen
- Las principales ideas de la obra “Así habló Zaratustra” son: «el último hombre», el
«superhombre», la «la muerte de Dios», «la voluntad de poder», el «eterno retorno».
Tras el Zaratustra sus obras cambian de signo. Pasa a una fase de negación y de
crítica (de nihilismo). Arremete en su crítica contra los fundamentos de la cultura
occidental: la religión, la filosofía y la moral tradicional. Es un período mucho más
violento y apasionado. Considera que la civilización occidental está en su ocaso
¿atardecer?, minada por el nihilismo. La figura ahora será “el filósofo a martillazos”,
que maldice al "último hombre" (el que precede al superhombre).
Sus obras principales son: Más allá del bien y del mal, preludio de una filosofía del
futuro (1886), en la que se propone una crítica de la modernidad; La genealogía de la
moral, un escrito polémico (1887); Crepúsculo de los ídolos, o cómo se filosofa con el
martillo (1889); El Anticristo. Maldición contra el cristianismo (1888, pero publicada
en 1894); y Ecce Homo. Cómo se llega a ser lo que se es (1888, pero publicada en
1908). Esta última es su autobiografía filosófica.
Resumen
Nietzsche cuando cae enfermo tenía algunas obras listas para publicar: El
Anticristo: maldición al cristianismo; Ecce Homo - texto autobiográfico - y un conjunto
de apuntes manuscritos, todavía sin preparar ni revisar para ser publicados, cuyo título
genérico era La Voluntad de poder y publicados en 1901 bajo el título La voluntad de
poder.
496
Filosofía – 2º Nietzsche
Estos aspectos e ideas serán luego reivindicados por la barbarie nazi, tratando de
encontrar en Nietzsche un defensor de sus ideas. De hecho, en 1934 se celebró un
solemne acto de conmemoración del noventa aniversario del nacimiento de Nietzsche
en el que estuvo presente el mismo Hitler, lo que muestra hasta qué punto varias de las
tesis nietzscheanas - falsificadas por su hermana - estuvieron apoyadas por el nazismo.
Resumen
- Varias de sus obras fueron publicadas adulteradas y falsificadas, con el
consentimiento de su hermana Elizabeth.
- Varias de las tesis nietzscheanas - falsificadas por su hermana - estuvieron apoyadas
por el nazismo.
- A partir de 1964 empezó una nueva edición crítica de sus obras.
497
Filosofía – 2º Nietzsche
elige el mundo griego? La razón está en que la cultura griega es la base de la cultura
occidental.
LA TRAGEDIA CLÁSICA
498
Filosofía – 2º Nietzsche
DIONISOS APOLO
- La embriaguez - El ensueño.
EN LA TRAGEDIA
499
Filosofía – 2º Nietzsche
tiranía, la tiranía de la razón sobre la vida, de la moral sobre la estética. Aquí radica,
según Nietzsche, la decadencia de Grecia y de su cultura..
“La existencia del mundo no puede justificarse sino como fenómeno estético...
Nada es más completamente opuesto a la interpretación, a la justificación puramente
estética del mundo, aquí expuesta, que la doctrina cristiana... el cristianismo fue,
desde su origen, esencial y radicalmente, saciedad y disgusto de la vida, en “una vida
mejor”. El odio del mundo, el anatema de las pasiones, el miedo a la belleza y a la
voluptuosidad, un más allá futuro inventado para denigrar mejor el presente... En
nombre de la moral (en especial de la moral cristiana...) “debemos” siempre e
ineludiblemente condenar la vida, porque la vida es algo esencialmente inmoral... En
este libro mi espíritu se reconoce como defensor de la vida contra la moral y crea
una concepción puramente artística, anticristiana... dionisíaca”. (El origen de la
tragedia, o. c. Pág. 42)
Resumen
- Propone una interpretación novedosa y diferente de la tragedia griega.
- Distingue en la tragedia griega dos elementos: lo apolíneo y lo dionisiaco.
- Entre lo apolíneo y lo dionisiaco hay unión, pero también por la lucha y tensión.
- La tragedia alcanza su máxima expresión con Sófocles y Esquilo y decae con
Eurípides, al menospreciar el elemento dionisiaco.
- Nietzsche conservará siempre una gran predilección por lo dionisiaco.
- Con Sócrates comienza el sometimiento de lo dionisiaco a lo apolíneo, es decir, la
tiranía de la razón sobre la vida y de la moral sobre la estética.
- Platón comete el mismo error que Sócrates, con su teoría de los dos mundos.
- Nietzsche reivindica el papel de la sensibilidad, de los sentidos y considera que el
único modo de salvación está en el arte.
TEXTOS:
2. Apolo y Dionisos:
“Los griegos, que en sus dioses dicen y a la vez callan la doctrina secreta de su
visión del mundo, erigieron dos divinidades, Apolo y Dionisos, como doble fuente de
su arte. En la esfera del arte estos nombres representan antítesis estilísticas que caminan
una junto a otra, casi siempre luchando entre sí, y que sólo una vez aparecen fundidas,
en el instante del florecimiento de la «voluntad» helénica, formando la obra de arte de la
tragedia ática. En dos estados, en efecto, alcanza el ser humano la delicia de la
existencia, en el sueño y en la embriaguez. ...
500
Filosofía – 2º Nietzsche
¿En qué sentido fue posible hacer de Apolo el dios del arte? Sólo en cuanto es el
dios de las representaciones oníricas. Él es «el Resplandeciente» de modo total: en su
raíz más honda es el dios del sol y de la luz, que se revela en el resplandor. La «belleza»
es su elemento: eterna juventud le acompaña. Pero también la bella apariencia del
mundo onírico es su reino: la verdad superior, la perfección propia de esos estados, que
contrasta con la sólo fragmentariamente inteligible realidad diurna, elévalo a la
categoría de dios vaticinador, pero también ciertamente de dios artístico. El dios de la
bella apariencia tiene que ser al mismo tiempo el dios del conocimiento verdadero. ...
3. Lo apolíneo y lo dionisiaco:
“Es mucho lo que habremos ganado para la ciencia estética cuando lleguemos... a
la seguridad inmediata de que el desarrollo del arte está vinculado a la duplicidad de lo
apolíneo y lo dionisiaco: de modo semejante a como la generación depende de la
dualidad de sexos, entre los cuales la lucha es constante y la reconciliación se realiza
sólo periódicamente. Estos nombres los tomamos prestados de los griegos, los cuales
hacen perceptibles a los hombres inteligentes sus profundas teorías de la visión del arte,
no, ciertamente, con conceptos, sino con las figuras del mundo de sus dioses. Con sus
dos divinidades artísticas, Apolo y Dionisos, está íntimamente unida la idea de que en
el mundo griego subsiste una enorme antítesis... entre el arte del escultor, arte apolíneo,
y el arte no-escultórico de la música, que es el arte de Dionisos: esos dos instintos tan
diferentes marchan juntos, casi siempre en abierta discordia”.
(Nietzsche, F., El nacimiento de la tragedia, o. c. Pág. 40 - 4 1).
501
Filosofía – 2º Nietzsche
Se puede decir, por tanto, que las raíces de Nietzsche se encuentran en:
- Renacimiento: el antropocentrismo.
- Racionalismo: autonomía de la razón.
- Ilustración: el poder de la razón, del pueblo.
- Positivismo: el poder de la ciencia.
- Marxismo: la religión como alienación del hombre.
- Romanticismo: afirmación de la vida por encima de la moral.
Nietzsche observa que cada vez hay menos lugar para Dios en la cultura
moderna. Por eso, Nietzsche decreta la muerte definitiva de Dios: “Dios ha muerto”.
502
Filosofía – 2º Nietzsche
“¿No habéis oído hablar de ese loco, que, en pleno día, encendía una linterna...
gritando sin cesar,... ¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir. Nosotros lo
hemos matado, vosotros y yo. Todos somos sus asesinos. ¿No oís todavía el grito
de los sepultureros que entierran a Dios? Dios ha muerto. Y somos nosotros quienes
le hemos dado muerte... se cuenta que el loco penetró un día en las iglesias y entonó
un “réquiem aeternam Deo”. Expulsado e interrogado no cesó de responder: ¿De
qué sirven estas iglesias si son las tumbas y los monumentos de Dios?”. ( Parábola
del loco de la linterna, en La gaya ciencia, Alianza, Madrid, 1968, Pág. 125).
Es tiempo de que el hombre fije su propia meta. Es tiempo de que el hombre plante
la semilla de su más alta esperanza.
Todavía es bastante fértil su terreno para ello. Mas algún día ese terreno será pobre y
manso, y de él no podrá ya brotar ningún árbol elevado.
¡Ay! ¡Llega el tiempo en que el hombre dejará de lanzar las flechas de su anhelo
más allá del hombre, y en que la cuerda de su arco no sabrá ya vibrar”.
(Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid, 1987).
Pero el nihilismo debe ser asumido y superado. ¿Cómo? Creando nuevos valores
que potencien la vida en vez de anularla. Surge así la segunda consecuencia de la
muerte de Dios: el superhombre.
Zaratustra es el gran pregonero de la muerte de Dios, que ha sido suplantado por él,
superhombre. Sus dos mensajes son: “Dios ha muerto, viva el superhombre”. Por eso,
cuando Zaratustra se encuentra un anciano orando, se pregunta: “Pero, ¿es posible?
Este santo varón, aquí, en el bosque, no se ha enterado todavía de que Dios ha
muerto?”. (Así habló Zaratustra, o. c. Pág. 33).
Resumen
- La muerte de Dios es el acontecimiento más importante de época contemporánea.
- La existencia de Dios impide el desarrollo de las posibilidades humanas.
- Para que el hombre viva, Dios debe morir (“Dios ha muerto, viva el superhombre”).
- “Dios ha muerto” significa que ha desaparecido de la cultura occidental actual.
- La importancia de Dios se ha reducido desde el Renacimiento: cada vez hay menos
lugar para Dios en la historia.
- La primera consecuencia de la muerte de Dios es el nihilismo.
503
Filosofía – 2º Nietzsche
10.2. El superhombre:
504
Filosofía – 2º Nietzsche
- Ansia de vivir: desea vivir sin traba alguna. Valora la vida y todo lo que se refiere a
la vida. Las virtudes que ama son la fortaleza física, el poder, la rebeldía...
- Es creador de nuevos valores: Es autónomo, independiente, libre y está por encima
del bien y del mal. Su ley es su voluntad (voluntad de poder). Crea sus propios
valores y desprecia los tradicionales.
- Es superior y legislador de la plebe a la que impone por la fuerza sus valores y su
voluntad. La igualdad sólo lleva a la moral de rebaño, de esclavos.
- Es un ser inexorable, duro y sin piedad con los débiles : “Esta es la nueva tabla
que promulgo para vosotros: volveos duros”. La compasión es un sentimiento vil.
- Es un sustituto de la divinidad: “Dios ha muerto, viva el superhombre”.
- Es fiel a la tierra y a lo terreno : el superhombre debe escuchar la llamada de la
tierra, de la vida.
Resumen
TEXTOS:
6. La muerte de Dios:
“¿No habéis oído hablar de ese loco que, en pleno día, encendía una linterna y
echaba a correr por la plaza pública, gritando sin cesar, “Busco a Dios, busco a Dios?”
505
Filosofía – 2º Nietzsche
Como allí había muchos que no creían en Dios, su grito provocaba hilaridad. “¿Qué, se
ha perdido Dios?”, decía uno. “¿Se ha perdido como un niño pequeño?”, preguntaba el
otro. “¿O es que está escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha embarcado? ¿Ha
emigrado?” Así gritaban y reían con gran confusión. El loco se plantó en medio de
ellos y los miró fijamente. “¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir”, gritó.
Nosotros lo hemos matado, vosotros y yo. Todos somos sus asesinos. Pero, ¿cómo
hemos podido hacer eso? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Y quién nos ha dado la
esponja para secar el horizonte? ¿Qué hemos hecho al separar esta tierra de la cadena de
su sol? ¿Adónde se dirigen ahora sus movimientos? ¿Lejos de todos los soles? ¿No
caemos incesantemente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, de lado de todas partes? ¿Hay aún
un arriba y un abajo? ¿No vamos como errantes a través de una nada infinita? ¿No nos
persigue el vacío con su aliento? ¿No hace más frío? ¿No nos viene encima la noche,
siempre más noche? ¿No es preciso encender linternas en pleno mediodía? ¿No oímos
todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿Todavía no olemos nada de
la corrupción divina? ¡También los dioses se pudren! ¡Dios ha muerto! ¡Dios permanece
muerto! ¡Y nosotros somos quienes lo hemos matado! ... Lo que el mundo poseía de
más sagrado y poderoso se ha desangrado bajo nuestro cuchillo. ¿Quién borrará de
nosotros esa sangre? ¿Qué agua podrá purificarnos? ¿Qué expiaciones, qué juegos nos
veremos obligados a inventar? ¿No es excesiva para nosotros la grandeza de este
acto? ... No hubo en el mundo acto más grandioso y las futuras generaciones serán, por
este acto, parte de una historia más alta de lo que hasta el presente fue la historia. Aquí
calló el loco... arrojó la linterna al suelo y se rompió en mil pedazos: “He llegado
demasiado pronto. No es aún mi hora. Este acontecimiento está en camino, todavía no
ha llegado a oídos de los hombres.”
Nietzsche, F., La gaya ciencia, Alianza, Madrid, 1968, Pág. 125).
7. El superhombre:
En otro tiempo fuisteis monos, y aun ahora es el hombre más mono que
cualquier mono. Y el más sabio de vosotros es tan sólo un ser escindido, híbrido de
planta y fantasma. Pero ¿os mando yo que os convirtáis en fantasmas o en plantas?
506
Filosofía – 2º Nietzsche
En otro tiempo el delito contra Dios era el máximo delito, pero Dios ha muerto y
con Él han muerto también esos delincuentes. ¡Ahora lo más horrible es delinquir
contra la tierra y apreciar las entrañas de lo inescrutable más que el sentido de
aquélla! ...
¿Cuál es la máxima vivencia que vosotros podéis tener? ... La hora en que digáis:
«¡Qué importa mi felicidad!» ... ... La hora en que digáis: «¡Qué importa mi
razón!» ... ... La hora en que digáis: «¡Qué importa mi virtud!» ... La hora en que
digáis: «¡Qué importa mi compasión!» ¿No es la compasión acaso la cruz en la que es
clavado quien ama a los hombres? Pero mi compasión no es crucifixión. ¿Habéis
hablado ya así? ¿Habéis gritado ya así? ¡Ah, ojalá os hubiese yo oído gritar así! ¡No
vuestro pecado - vuestra moderación - es lo que clama al cielo, vuestra mezquindad
hasta en vuestro pecado es lo que clama al cielo! ¿Dónde está el rayo que os lama con
su lengua? ¿Dónde la demencia que habría que inocularos? Mirad, yo os enseño el
superhombre: ¡él es ese rayo, él es esa demencia!”.
(Nietzsche, F., Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid, 1981, Pág. 34 - 36.).
Hay muchas cosas pesadas para el espíritu, para el espíritu fuerte, paciente, en el
que habita la veneración: su fortaleza demanda cosas pesadas, e incluso las más pesadas
de todas.
¿Qué es lo más pesado, héroes? así pregunta el espíritu paciente, para que yo cargue
con ello y mi fortaleza se regocije. ...
Con todas estas cosas, las más pesadas de todas, carga el espíritu paciente:
semejante al camello que corre al desierto con su carga, así corre él a su desierto.
Pero en lo más solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: en león
se transforma aquí el espíritu, quiere conquistar su libertad como se conquista una presa,
y ser señor en su propio desierto.
¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere seguir llamando señor ni dios?
«Tú debes» se llama el gran dragón. Pero el espíritu del león dice «yo quiero». ...
Hermanos míos, ¿para qué se precisa que haya el león en el espíritu? ¿Por qué
no basta la bestia de carga, que renuncia a todo y es respetuosa?
507
Filosofía – 2º Nietzsche
Crear valores nuevos - tampoco el león es aún capaz de hacerlo: mas crearse
libertad para un nuevo crear - eso si es capaz de hacerlo el poder del león.
Crearse libertad y un no santo incluso frente al deber: para ello, hermanos míos, es
preciso el león. ...
Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el
león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?
Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu
quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo.
Para Nietzsche, la llegada del nihilismo será el rasgo más destacado de los dos
próximos siglos (XX y XXI). Define el término «nihilismo» (de “nihil”: nada en latín)
en relación con la voluntad de poder (que es también la voluntad de vivir, la vida
misma) y tiene un doble sentido en sus obras:
a) El nihilismo pasivo (como decadencia del poder del espíritu, cuando la voluntad
de poder disminuye o se agota), según Nietzsche, está a punto de llegar, debido a la
decadencia, al pesimismo y al cansancio generalizados de la cultura occidental.
Todos los valores creados por la cultura occidental son falsos valores, son la
negación misma de la vida, y en el fondo proceden de una «voluntad de la nada».
Cuando esos valores se derrumben - y lo harán, porque son ilusorios - llegará el
nihilismo. El nihilismo pasivo significa, pues, que los valores supremos por los
cuales el hombre se ha movido tradicionalmente pierden validez. La civilización
occidental quedará sin los valores tenidos hasta ahora. ¿Por qué no valen? Porque
son la negación de la vida misma, porque proceden de la “voluntad de la nada”.
Pasaremos de decir «Dios es la verdad» a decir «todo es falso».
508
Filosofía – 2º Nietzsche
b) Nihilismo activo (como signo del creciente poder del espíritu, cuando la voluntad
de poder crece y se afirma): es la reacción contra el nihilismo pasivo, que
procede de un poder creciente del espíritu, ante el cual los valores vigentes no valen
nada, y busca otros valores nuevos. Es negar para afirmar, destruir para crear,
aniquilar para producir. Es "activo" porque los valores no se derrumban por sí
solos, sino que son destruidos directamente por la "voluntad de poder" que dice no
a esos valores para poder crear valores nuevos, que manifiesten el sí a la vida del
superhombre.
Resumen
Nietzsche intentó compensar su débil salud con una voluntad férrea por vivir e
imponerse a su naturaleza enfermiza. Para Nietzsche, el mundo, el hombre y la vida
son voluntad de poder. En ningún sitio explica qué significa exactamente esta
expresión, pero se refiere a ella con mucha frecuencia.
509
Filosofía – 2º Nietzsche
«... En todos los lugares donde encontré seres vivos, encontré voluntad de
poder, e incluso en la voluntad del que sirve encontré voluntad de ser señor. ...
Y este misterio me ha confiado la vida misma. Mira, dijo, yo soy lo que tiene que
superarse siempre a sí mismo.
En verdad, yo os digo: ¡Un bien y un mal que fuesen imperecederos no existen! Por
sí mismo deben una y otra vez superarse a sí mismos. ...
Y quien tiene que ser un creador en el bien y en el mal: en verdad ése tiene que ser
antes un aniquilador y quebrantar valores.
Por eso el mal sumo forma parte de la bondad suma: mas ésta es la bondad
creadora. ...
¡Hay muchas cosas que construir todavía!
Así habló Zaratustra»
Nietzsche se va interesando cada vez más por los valores morales, de ahí que la
voluntad de poder sea, en gran medida, voluntad creadora de valores nuevos y
aniquiladora de los tradicionales. La voluntad de poder constituye el principio
fundamental de todas las valoraciones: Lo bueno es todo lo que eleva el sentimiento
de poder, la voluntad de poder”... lo malo “es todo lo que viene de la debilidad”.
«¿Queréis saber qué es para mí "el mundo"? ... Es un monstruo de fuerza, sin
principio ni fin, una magnitud férrea y fija de fuerzas que ni crece ni disminuye, y
que únicamente se transforma,... un juego de fuerzas y ondas de fuerza... un mar de
fuerzas tempestuosas que se agitan y transforman desde toda la eternidad y vuelven
eternamente sobre sí mismas en un enorme retorno de los años... Éste es mi mundo
dionisiaco, que se-crea-eternamente-a-sí-mismo y que se destruye-eternamente-a-sí-
mismo, este mundo-enigmático de la doble voluptuosidad, mi "más allá del bien y
del mal", sin meta, a no ser que exista una meta en la felicidad del círculo, sin
voluntad; a menos que un anillo tenga buena voluntad respecto a sí mismo. ¿Queréis
un nombre para este mundo? ¿Y una solución para todos sus enigmas? ¿Queréis una
solución para todos vosotros, los desconocidos, los fuertes, los impávidos, los
hombres de medianoche? ? Este mundo es la voluntad de poder, y nada más que
eso. ¡Sed vosotros también esa voluntad de poder, y nada más que eso!».
(Nietzsche, F., La voluntad de poder, en “Obras completa”, Prestigio, Buenos
Aires, Vol. IV, Pág. 801 – 802).
510
Filosofía – 2º Nietzsche
Resumen
- El mundo, el hombre y la vida son voluntad de poder.
- La voluntad de poder no es voluntad que busca el placer y evita el dolor.
- La voluntad de poder es voluntad de ser más, de vivir más, de superarse y de mostrar
una fuerza siempre creciente.
- Para muchos la voluntad de poder recuerda a la teoría evolucionista de Darwin de
lucha por la vida, en la que sobreviven los mejor dotados.
- La voluntad de poder es voluntad creadora de valores nuevos y aniquiladora de los
tradicionales.
- Bueno es todo lo que eleva el sentimiento de poder y malo es “todo lo que viene de la
debilidad”.
- La voluntad de poder alcanza una dimensión cósmica: el mundo, la vida y el
superhombre es voluntad de poder, y se manifiesta a través del “eterno retorno”.
TEXTOS:
9. El nihilismo:
“Lo que yo cuento aquí es la historia de las próximas dos centurias. Describo lo que
vendrá, lo que no podrá menos que venir: el advenimiento del nihilismo. Esta historia
puede ser contada ya ahora; pues opera en ella la necesidad misma. Este futuro habla ya
a través de cien signos; este destino se anuncia por doquier; ya todos los oídos están
aguzados, prontos a captar esta música del porvenir. Desde hace mucho toda nuestra
cultura europea, presa de una tensión angustiosa que aumenta de década en década, se
encamina a una catástrofe - inquieta, violenta y precipitada; cual río que ansía
desembocar en el mar, ya no reflexiona, tiene miedo de reflexionar. ...
¿Qué significa el nihilismo? Significa que se desvalorizan los más altos valores.
Falta la meta; falta la respuesta al «¿por qué?».
511
Filosofía – 2º Nietzsche
El nihilismo es un estado normal. Puede ser síntoma de fuerza; el poder del espíritu
puede haber acrecido a tal punto que le son inadecuadas las metas tradicionales
(convicciones, artículos de fe, pues una fe expresa en general la dictadura de
condiciones de existencia, la sumisión a la autoridad de las circunstancias bajo las
cuales un ser prospera, crece y adquiere poder...); por otra parte, puede ser síntoma de
fuerza insuficiente para fijarse en forma productiva una nueva meta, un nuevo por qué,
una nueva fe.
Éste es el tema clave de Zaratustra (3ª parte). El tema está tomado de la mitología
y de los presocráticos, especialmente Heráclito, aunque en Nietzsche apenas tiene
sentido cosmológico.
512
Filosofía – 2º Nietzsche
“Todo va, todo vuelve, la rueda de la fortuna gira eternamente. Todo muere,
todo florece de nuevo, el ciclo de la existencia prosigue eternamente, eternamente
corre el año del ser”. (Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid, 1981, Pág. 300).
Que todo retorna significa que el tiempo es un círculo, que volveremos a vivir el
presente y el pasado, y que el futuro ya lo hemos vivido. “Nosotros ya hemos existido
una infinidad de veces y todas las cosas con nosotros”, dice en Así habló Zaratustra.
El eterno retorno simboliza, en su eterno girar, que este mundo tiene “varias
caras” que se van sucediendo, por eso, Nietzsche cree que todo es bueno y justificable
desde algún punto de vista, porque en teoría todo volverá a repetirse.
La expresión «eterno retorno» parece expresar también el deseo de que todo sea
eterno, el amor al destino: no querer que nada sea distinto, ni en el pasado, ni en el
futuro ni por toda la eternidad.
“Yo volveré con este mismo sol, con esta tierra... pero no a una vida nueva o a
una vida mejor... yo volveré eternamente a esta misma vida, a esta vida
bienaventurada, tanto en lo grande como en lo pequeño, para enseñar el eterno
retorno de todas las cosas”. (Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid, 1981, Pág. 301).
Resumen
513
Filosofía – 2º Nietzsche
- El eterno retorno significa que todo, incluida nuestra vida, se repetirá exactamente
igual y en sucesivos ciclos cósmicos..
- El eterno retorno es un "sí" a la vida a la tierra.
- El «eterno retorno» parece expresar también el deseo de que todo sea eterno.
- ¿El eterno retorno es retorno de lo mismo o de lo selectivo?
TEXTOS:
“Oh Zaratustra, dijeron a esto los animales, todas las cosas mismas bailan para
quienes piensan como nosotros: vienen y se tienden la mano, y ríen, y huyen, y vuelven.
Todo va, todo vuelve; eternamente rueda la rueda del ser. Todo muere, todo
vuelve a florecer, eternamente corre el año del ser.
En cada instante comienza el ser; en torno a todo "aquí" gira la esfera "allá". El
centro está en todas partes. Curvo es el sendero de la eternidad. ...
514
Filosofía – 2º Nietzsche
Mira, nosotros sabemos lo que tú enseñas: que todas las cosas retornan
eternamente, y nosotros mismos con ellas, y que nosotros hemos existido ya infinitas
veces, y todas las cosas con nosotros.
Tú enseñas que hay un gran año del devenir, un monstruo de gran año: una y otra
vez tiene éste que darse la vuelta, lo mismo que un reloj de arena, para volver a
transcurrir y vaciarse...
Pero el nudo de las causas, en el cual yo estoy entrelazado, retorna, -¡él me creará
de nuevo! Yo mismo formo parte de las causas del eterno retorno.
Vendré otra vez, con este sol, con esta tierra, con este águila, con esta serpiente - no
a una vida nueva o a una vida mejor o a una vida semejante - vendré eternamente de
nuevo a esta misma e idéntica vida, en lo más grande y también en lo más pequeño,
para enseñar de nuevo el eterno retorno de todas las cosas”.
(Nietzsche, F., Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid 1981, Pág. 300 – 303).
“Oh Zaratustra, dijeron a esto los animales, todas las cosas mismas bailan para
quienes piensan como nosotros: vienen y se tienden la mano, y ríen, y huyen, y vuelven.
Todo va, todo vuelve; eternamente rueda la rueda del ser. Todo muere, todo vuelve
a florecer, eternamente corre el año del ser.
En cada instante comienza el ser; en torno a todo "aquí" gira la esfera "allá". El
centro está en todas partes. Curvo es el sendero de la eternidad. ...
Mira, nosotros sabemos lo que tú enseñas: que todas las cosas retornan
eternamente, y nosotros mismos con ellas, y que nosotros hemos existido ya infinitas
veces, y todas las cosas con nosotros Tú enseñas que hay un gran año del devenir, un
monstruo de gran año: una y otra vez tiene éste que darse la vuelta, lo mismo que un
reloj de arena, para volver a transcurrir y vaciarse...
Pero el nudo de las causas, en el cual yo estoy entrelazado, retorna, -¡él me creará
de nuevo! Yo mismo formo parte de las causas del eterno retorno.
Vendré otra vez, con este sol, con esta tierra, con este águila, con esta serpiente - no
a una vida nueva o a una vida mejor o a una vida semejante - vendré eternamente de
nuevo a esta misma e idéntica vida, en lo más grande y también en lo más pequeño, para
enseñar de nuevo el eterno retorno de todas las cosas”.
(Nietzsche, F., Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid 1981, Pág.. 300 – 303).
515
Filosofía – 2º Nietzsche
-Un mismo método: el análisis psicológico para analizar los valores de la cultura
occidental a los que considera decadentes.
-Un mismo diagnóstico: los valores de la cultura occidental proceden del desprecio,
del temor y del odio a la vida.
-Un mismo enemigo: toda la cultura occidental: ciencia, arte, religión, filosofía,
moral... Pero todo se resume en: el Cristianismo es el gran enemigo.
-Es una cultura enferma por culpa de un exceso de razón y por un defecto de instinto.
-Es una cultura enferma por culpa de un exceso de espiritualidad y por un defecto
corporalidad.
-Es una cultura enferma por el odio y el resentimiento contra la vida y todo lo que ella
representa: placer – dolor, belleza – fealdad, felicidad – sufrimiento...
-Una de ellas, inconsciente, sin darse cuenta, sería el nihilismo pasivo. (“Último
hombre”).
-Otra es el nihilismo activo, consciente, que trata de destruir “a martillazos” los viejos
valores para dar lugar otros nuevos. (Superhombre).
Esquema
Decadencia de la cultura occidental muerte de Dios
Muerte de Dios decadencia de los supremos valores
Decadencia de los supremos valores nihilismo pasivo y activo
Nihilismo pasivo “Último hombre”
Nihilismo activo Superhombre
5
Recordar lo dicho sobre el nihilismo, hojas 506 y 507.
516
Filosofía – 2º Nietzsche
“El fanatismo con que la reflexión griega entera se lanza a la racionalidad delata
una situación apurada: se estaba en peligro, se tenía una sola elección: o bien perecer
o bien ser absurdamente racionales... El moralismo de los filósofos griegos, a partir
de Platón tiene unos condicionamientos patológicos, y lo mismo su aprecio de la
dialéctica. Razón = virtud = felicidad significa, simplemente: hay que imitar a
Sócrates e implantar de manera permanente, contra los apetitos oscuros, una luz
diurna ¿la luz diurna de la razón?. Hay que ser inteligentes, claros, lúcidos a
cualquier precio; toda concesión a los instintos, a lo inconsciente, conduce hacia
abajo... Lo que ellos escogen como remedio, como salvación, no es, a su vez, más
que una expresión de la décadence. ... La luz diurna más deslumbrante, la
racionalidad a cualquier precio, la vida lúcida, fría, previsora, consciente, sin
instinto, en oposición a los instintos, todo esto era sólo una enfermedad distinta y en
modo alguno un camino de regreso a la "virtud", a la "salud", a la felicidad... Tener
que combatir los instintos. Ésa es la fórmula de la décadence: mientras la vida
asciende, la felicidad es igual a instinto”. (Crepúsculo de los ídolos, «El problema
de Sócrates», Alianza E. Madrid, 1973, Pág. 42 –43).
6
Recordar lo expuesto sobre lo apolíneo y lo dionisiaco, hojas, 495 –497.
517
Filosofía – 2º Nietzsche
"yo" (Descartes), "cosa en sí" (Kant), "sustancia", "causa", etc. Para Nietzsche, todos
estos conceptos surgen de un desprecio al valor de los sentidos y por una
sobreestimación de la razón. Nietzsche propone, por el contrario, aceptar el testimonio
de los sentidos: lo real es el devenir (Heráclito), el fenómeno, la apariencia.
“El espíritu humano no puede hacer otra cosa que verse a sí mismo en sus
propias perspectivas. No es imposible salirnos de nuestro ángulo visual. ... El mundo
se ha vuelto por segunda vez infinito para nosotros, ya que no podemos refutar la
posibilidad de que sea susceptible de interpretaciones infinitas”. (La gaya ciencia,
o. c. Pág. 374).
518
Filosofía – 2º Nietzsche
Más tarde surge otra contraposición: «bueno» (gut) frente a «malvado» (böse), que
ya sí tiene carácter moral y desplaza a la anterior. El origen histórico de este
desplazamiento lo explica Nietzsche de este modo: los que eran considerados "malos"
(en el sentido de bajos, plebeyos) se rebelan, se llaman a sí mismos "buenos" y llaman a
los nobles "malvados" (böse). Esta trasmutación fue realizada por los judíos y
continuada por los cristianos. Ahora, los nobles pasan a ser "malvados" y los buenos
son ahora quienes antes eran considerados "malos" por los nobles.
“Han sido los judíos los que, con una consecuencia lógica aterradora, se han
atrevido a invertir la identificación aristocrática de valores (bueno = noble =
poderoso = bello = feliz = amado de Dios) y han mantenido con los dientes del odio
más abismal (el odio de la impotencia) esa inversión, a saber: "¡los miserables son
los buenos, los pobres, los impotentes, los bajos son los únicos buenos; los que
sufren, los indigentes, los enfermos, los deformes son también los únicos piadosos,
los únicos benditos de Dios, únicamente para ellos existe bienaventuranza? En
cambio, vosotros, vosotros los nobles y violentos, vosotros sois, por toda la
eternidad, los malvados, los crueles, los lascivos, los insaciables, los ateos, y
vosotros seréis también eternamente los desventurados, los malditos y
condenados!”. (Genealogía, I, 7).
TEXTOS:
519
Filosofía – 2º Nietzsche
Los verdaderos filósofos, entre los griegos, son los que precedieron a Sócrates (con
Sócrates hay algo que se transforma). Son personajes distinguidos que se colocan aparte
del pueblo y de las costumbres, que han viajado mucho, serios hasta la austeridad, con
la mirada lenta, instruidos en los asuntos de Estado y en la diplomacia. Ellos anticipan
por encima de los sabios todas las grandes concepciones de las cosas: representan ellos
mismos esas grandes concepciones, ellos mismos se hacen sistema. Nada da una más
alta idea del espíritu griego que esta fecundidad repentina en tipos, esta integralidad
involuntaria en la serie de las grandes posibilidades del ideal filosófico. Yo no veo más
que una gran figura entre los que siguen después; figura tardía y necesariamente la
última: el nihilista Pirrón; su instinto va dirigido contra todo lo que, en el intervalo,
alcanza supremacía, los socráticos, Platón... “.
(Nietzsche, F., La voluntad de poder, texto tomado de Textos de los grandes filósofos:
edad contemporánea, Herder, Barcelona 1990, Pág. 82 – 88).
520
Filosofía – 2º Nietzsche
- Lo “apolíneo” y lo “dionisiaco”.
- Sócrates, el hombre teórico.
- El nihilismo y la voluntad de poder.
- La muerte de Dios y el superhombre
- Crítica de la cultura occidental.
Nietzsche, como autor vitalista, se pone decididamente del lado de Dionisos, por
ser un “augurio de vida”.Con Eurípides empieza a desvirtuarse lo dionisiaco, al perder
importancia el coro.
521
Filosofía – 2º Nietzsche
Platón comete el mismo error que Sócrates, con su teoría de los dos mundos, en la
que da la primacía al mundo de las idas sobre el mundo de los sentidos. De esta
manera, el ideal de la racionalidad termina ejerciendo una tiranía, la tiranía de la razón
sobre la vida, de la moral sobre la estética. Aquí radica, según Nietzsche, la decadencia
de Grecia y de su cultura.
Con Sócrates y con Platón se olvidan los instintos (la vida) y se conserva sólo lo
racional, lo abstracto. Se instauran unos valores que no tiene en cuenta la vida.
VALORES
522
Filosofía – 2º Nietzsche
La inversión de los valores (Umwertung der Werte) es una expresión acuñada por
Nietzsche para referirse a la necesidad de, según él, cambiar los falsos valores
(transvalorar) que han dominado toda la cultura occidental desde el momento en que la
filosofía socrática y el platonismo, pusieron la vida, lo terrenal, lo inmanente y el
devenir en función de la muerte, lo suprasensible, lo trascendente y el ser eterno. Desde
este momento se rompió el equilibrio entre los aspectos apolíneos y dionisíacos que
habían forjado las primitivas bases de la cultura griega, y se invirtieron los valores.
15. CONCLUSIÓN:
La civilización occidental se quedó sin los valores que ha tenido hasta ahora: esos
valores eran falsos, porque son la negación de la vida misma, porque proceden de la
523
Filosofía – 2º Nietzsche
“voluntad de la nada”. Los valores en uso matan la vida, son obra de los débiles, de los
vencidos... hay que romper las antiguas tablas de la ley y crear unas nuevas
Con la muerte de Dios, la vida humana queda sin sentido, sin sentido ni dirección.
Será la voluntad de poder, el superhombre el que creará nuevos valores que den sentido
a la vida. En el superhombre encontramos las nuevas tablas de valores, el código de la
moral de la vida. “Por algún lado, escribe Nietzsche, tiene que aparecer el hombre
salvador, el que devuelva a la tierra su destino, ese anticristo y antinihilista, ese
vencedor de Dios y de la nada”.
1. El eterno retorno:
“Oh Zaratustra, dijeron a esto los animales, todas las cosas mismas bailan para
quienes piensan como nosotros: vienen y se tienden la mano, y ríen, y huyen, y vuelven.
Todo va, todo vuelve; eternamente rueda la rueda del ser. Todo muere, todo vuelve a
florecer, eternamente corre el año del ser.
Todo se rompe, todo se recompone; eternamente la misma casa del ser se
reconstruye a sí misma. Todo se despide, todo vuelve a saludarse; eternamente
permanece fiel a sí el anillo del ser.
En cada instante comienza el ser; en torno a todo "aquí" gira la esfera "allá". El
centro está en todas partes. Curvo es el sendero de la eternidad.
El que tengas que ser el primero en enseñar esta doctrina, -¡cómo no iba a ser ese
gran destino también tu máximo peligro y tu máxima enfermedad!
Mira, nosotros sabemos lo que tú enseñas: que todas las cosas retornan
eternamente, y nosotros mismos con ellas, y que nosotros hemos existido ya infinitas
veces, y todas las cosas con nosotros.
Tú enseñas que hay un gran año del devenir, un monstruo de gran año: una y otra
vez tiene éste que darse la vuelta, lo mismo que un reloj de arena, para volver a
transcurrir y vaciarse: de modo que todos estos años son idénticos a sí mismos, en lo
más grande y también en lo más pequeño.
[...]
Pero el nudo de las causas, en el cual yo estoy entrelazado, retorna, -¡él me creará
de nuevo! Yo mismo formo parte de las causas del eterno retorno.
524
Filosofía – 2º Nietzsche
Vendré otra vez, con este sol, con esta tierra, con este águila, con esta serpiente -no
a una vida nueva o a una vida mejor o a una vida semejante: -vendré eternamente de
nuevo a esta misma e idéntica vida, en lo más grande y también en lo más pequeño, para
enseñar de nuevo el eterno retorno de todas las cosas”.
(Nietzsche, Friedrich, Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid 1981, Pág.300-303).
3. El eterno retorno:
2. El pensamiento más grave: sus efectos probables, a menos que no sean previstos,
o sea, a menos que no se transmuten todos los valores.
525
Filosofía – 2º Nietzsche
5. La genealogía de la moral:
“Se deja oír una nueva exigencia. Enunciémosla: necesitamos una crítica de los
valores morales, hay que poner alguna vez en entredicho el valor mismo de estos
valores -y para esto se necesita tener conocimiento de las condiciones y circunstancias
de que aquellos surgieron, en las que se desarrollaron y modificaron (la moral como
consecuencia, como síntoma, como máscara, como tartufería, como enfermedad, como
malentendido; pero también la moral como causa, como medicina, como estímulo,
como freno, como veneno), un conocimiento que hasta ahora ni ha existido ni tampoco
se lo ha siquiera deseado. Se tomaba el valor de esos "valores" como algo dado, real y
efectivo, situado más allá de toda duda; hasta ahora no se ha dudado ni vacilado lo más
mínimo en considerar que el "bueno" era superior en valor a "el malvado", superior en
valor en el sentido de ser favorable, útil, provechoso para el hombre como tal (incluido
el futuro del hombre). ¿Qué ocurriría si la verdad fuera lo contrario? ¿Qué ocurriría si
en el "bueno" hubiese también un síntoma de retroceso, y asimismo un peligro, una
seducción, un veneno, un narcótico, y que por causa de esto el presente viviese tal vez a
costa del futuro? ¿Viviese quizá de manera más cómoda, menos peligrosa, pero también
con un estilo inferior, de modo más bajo?... ¿De tal manera que justamente la moral
fuese culpable de que jamás se alcanzasen una potencialidad y una magnificencia
sumas, en sí posibles, del tipo hombre? ¿De tal manera que justamente la moral fuese el
peligro de los peligros?”
(Nietzsche Friedrich, La genealogía de la moral, Alianza, Madrid 1980, Pág.24).
6. La moral de esclavos:
526
Filosofía – 2º Nietzsche
sí misma con mayor agradecimiento, con mayor júbilo -su concepto negativo, lo «bajo»,
«vulgar», «malo», es tan sólo un pálido contraste, nacido más tarde, de su concepto
básico positivo, totalmente impregnado de vida y de pasión, el concepto «¡nosotros los
nobles, nosotros los buenos, nosotros los bellos, nosotros los felices!» Cuando la
manera noble de valorar se equivoca y peca contra la realidad, esto ocurre con relación a
la esfera que no le es suficientemente conocida, más aún, a cuyo real conocimiento se
opone con aspereza: no comprende a veces la esfera despreciada por ella, la esfera del
hombre vulgar del pueblo bajo; por otro lado, téngase en cuenta que, en todo caso, el
efecto del desprecio, del mirar de arriba abajo, del mirar con superioridad, aun
presuponiendo que falsee la imagen de lo despreciado, no llegará ni de lejos a la
falsificación con que el odio reprimido, la venganza del impotente atentarán contra su
adversario -in effigie [en efigie], naturalmente-. De hecho en el desprecio se mezclan
demasiada negligencia, demasiada ligereza, demasiado apartamiento de la vista y
demasiada impaciencia, e incluso demasiado júbilo en sí mismo, como para estar en
condiciones de transformar su objeto en una auténtica caricatura y en un espantajo. No
se pasen por alto las nuances [matices] casi benévolas que, por ejemplo, la aristocracia
griega pone en todas las palabras con que diferencia de sí al pueblo bajo; obsérvese
cómo constantemente se mezcla en ellas, azucarándolas, una especie de lástima, de
consideración, de indulgencia, hasta el punto de que casi todas las palabras que
convienen al hombre vulgar han terminado por quedar como expresiones para significar
«infeliz», «digno de lástima», (véase miedoso, cobarde, vil, mísero, las dos últimas
caracterizan propiamente al hombre vulgar como esclavo del trabajo y animal de carga),
y cómo, por otro lado, «malo», «infeliz», no dejaron jamás de sonar al oído griego con
un tono único, con un timbre en el que prepondera «infeliz»: y esto como herencia de la
antigua manera de valorar más noble, aristocrática, la cual no reniega de sí misma ni
siquiera en el desprecio, (a los filólogos recordémosles en qué sentido se usan
miserable, desgraciado, resignado, fracasar, tener mala suerte, desdicha). Los «bien
nacidos» se sentían a sí mismos cabalmente como los «felices»; ellos no tenían que
construir su felicidad artificialmente y, a veces, persuadirse de ella, mentírsela,
mediante una mirada dirigida a sus enemigos (como suelen hacer todos los hombres del
resentimiento); y asimismo, por ser hombres íntegros, repletos de fuerza y, en
consecuencia, necesariamente activos, no sabían separar la actividad de la felicidad -en
ellos aquélla formaba parte, por necesidad, de ésta (de aquí procede el obrar bien, ser
feliz) -todo esto muy en contraposición con la felicidad al nivel de los impotentes, de
los oprimidos, de los llagados por sentimientos venenosos y hostiles, en los cuales la
felicidad aparece esencialmente como narcosis, aturdimiento, quietud, paz, «sábado»,
distensión del ánimo y relajamiento de los miembros, esto es, dicho en una palabra
como algo pasivo. Mientras que el hombre noble vive con confianza y franqueza frente
a sí mismo («aristócrata de nacimiento», subraya la nuance [matiz] «franco» y también
sin duda «ingenuo»), el hombre del resentimiento no es ni franco, ni ingenuo, ni honesto
y derecho consigo mismo. Su alma mira de reojo; su espíritu ama los escondrijos, los
caminos tortuosos y las puertas falsas, todo lo encubierto le atrae como su mundo, su
seguridad, su alivio; entiende de callar, de no olvidar, de aguardar, de empequeñecerse y
humillarse transitoriamente. Una raza de tales hombres del resentimiento acabará
necesariamente por ser más inteligente que cualquier raza noble, venerará también la
inteligencia en una medida del todo distinta: a saber, como la más importante condición
de existencia, mientras que, entre hombres nobles, la inteligencia fácilmente tiene un
delicado dejo de lujo y refinamiento: -en éstos precisamente no es la inteligencia ni
mucho menos tan esencial como lo son la perfecta seguridad funcional de los instintos
inconscientes reguladores o incluso una cierta falta de inteligencia, así por ejemplo el
527
Filosofía – 2º Nietzsche
valeroso lanzarse a ciegas, bien sea al peligro, bien sea al enemigo, o aquella entusiasta
subitaneidad en la cólera, el amor, el respeto, el agradecimiento y la venganza, en la
cual se han reconocido en todos los tiempos las almas nobles. El mismo resentimiento
del hombre noble, cuando en él aparece, se consuma y agota, en efecto, en una reacción
inmediata y, por ello, no envenena: por otro lado, ni siquiera aparece en innumerables
casos en los que resulta inevitable su aparición en todos los débiles e impotentes. No
poder tomar mucho tiempo en serio los propios contratiempos, las propias fechorías- tal
es el signo propio de naturalezas fuertes y plenas, en las cuales haya una
sobreabundancia de fuerza plástica, remodeladora, regeneradora, fuerza que también
hace olvidar (un buen ejemplo de esto en el mundo moderno es Mirabeau, que no tenía
memoria para los insultos ni para las villanías que se cometían con él, y que no podía
perdonar por la única razón de que -olvidaba). Un hombre así se sacude de un solo
golpe muchos gusanos que en otros, en cambio, anidan subterráneamente; sólo aquí es
también posible otra cosa, suponiendo que ella sea en absoluto posible en la tierra el
auténtico «amor a sus enemigos». ¡Cuánto respeto por sus enemigos tiene un hombre
noble! -y ese respeto es ya un puente hacia el amor... ¡El hombre noble reclama para sí
su enemigo como una distinción suya; no soporta, en efecto, ningún otro enemigo que
aquel en el que no hay nada que despreciar y sí muchísimo que honrar! En cambio,
imaginémonos «el enemigo» tal como lo concibe el hombre del resentimiento -y justo
en ello reside su acción, su creación: ha concebido el «enemigo malvado», «el
malvado», y ello como concepto básico, a partir del cual se imagina también, como
imagen posterior y como antítesis, un «bueno» -¡él mismo!...”
(Nietzsche Friedrich, La genealogía de la moral, Alianza, Madrid 1980, Pág. 42-46).
7. El superhombre:
Todos los seres han creado hasta ahora algo por encima de ellos mismos: ¿y queréis
ser vosotros el reflujo de esa gran marea, y retroceder al animal más bien que superar al
hombre?
¿Qué es el mono para el hombre? Una irrisión o una vergüenza dolorosa. Y justo
eso es lo que el hombre debe ser para el superhombre: una irrisión o una vergüenza
dolorosa.
Habéis recorrido el camino que lleva desde el gusano hasta el hombre, y muchas
cosas en vosotros continúan siendo gusano. En otro tiempo fuisteis monos, y aun ahora
es el hombre más mono que cualquier mono.
528
Filosofía – 2º Nietzsche
En otro tiempo el delito contra Dios era el máximo delito, pero Dios ha muerto y
con Él han muerto también esos delincuentes. ¡Ahora lo más horrible es delinquir contra
la tierra y apreciar las entrañas de lo inescrutable más que el sentido de aquélla!
En otro tiempo el alma miraba al cuerpo con desprecio: y ese desprecio era
entonces lo más alto: -el alma quería el cuerpo flaco, feo, famélico. Así pensaba
escabullirse del cuerpo y de la tierra.
¡Oh!, también esa alma era flaca, fea y famélica: ¡y la crueldad era la voluptuosidad de
esa alma!
Mas vosotros también, hermanos míos, decidme: ¿qué anuncia vuestro cuerpo de
vuestra alma? ¿No es vuestra alma acaso pobreza y suciedad y un lamentable bienestar?
En verdad, una sucia corriente es el hombre. Es necesario ser un mar para poder
recibir una sucia corriente sin volverse impuro.
¿Cuál es la máxima vivencia que vosotros podéis tener? La hora del gran desprecio.
La hora en que incluso vuestra felicidad se os convierta en náusea, y eso mismo ocurra
con vuestra razón y con vuestra virtud.
La hora en que digáis: « ¡Qué importa mi razón! ¿Ansía ella el saber lo mismo que
el león su alimento? ¡Es pobreza y suciedad y un lamentable bienestar! »
La hora en que digáis: « ¡Qué importa mi justicia! No veo que yo sea un carbón
ardiente. ¡Mas el justo es un carbón ardiente! »
529
Filosofía – 2º Nietzsche
¿Habéis hablado ya así? ¿Habéis gritado ya así? ¡Ah, ojalá os hubiese yo oído gritar así!
¿Dónde está el rayo que os lama con su lengua? ¿Dónde la demencia que habría
que inocularos?
9. Apolíneo y dionisiaco:
“Los griegos, que en sus dioses dicen y a la vez callan la doctrina secreta de su
visión del mundo, erigieron dos divinidades, Apolo y Dionisos, como doble fuente de su
arte. En la esfera del arte estos nombres representan antítesis estilísticas que caminan
una junto a otra, casi siempre luchando entre sí, y que sólo una vez aparecen fundidas,
en el instante del florecimiento de la «voluntad» helénica, formando la obra de arte de la
tragedia ática. En dos estados, en efecto, alcanza el ser humano la delicia de la
existencia, en el sueño y en la embriaguez. La bella apariencia del mundo onírico, en el
530
Filosofía – 2º Nietzsche
que cada hombre es artista completo, es la madre de todo arte figurativo y también,
como veremos, de una mitad importante de la poesía. Gozamos en la comprensión
inmediata de la figura, todas las formas nos hablan; no existe nada indiferente e
innecesario. En la vida suprema de esta realidad onírica tenemos, sin embargo, el
sentimiento traslúcido de su apariencia; sólo cuando ese sentimiento cesa es cuando
comienzan los efectos patológicos, en los que ya el sueño no restaura, y cesa la natural
fuerza curativa de sus estados. Mas, en el interior de esa frontera, no son sólo acaso las
imágenes agradables y amistosas las que dentro de nosotros buscamos con aquella
inteligibilidad total: también las cosas serias, tristes, oscuras, tenebrosas son
contempladas con el mismo placer sólo que también aquí el velo de la apariencia tiene
qué estar en un movimiento ondeante, y no le es lícito encubrir del todo las formas
básicas de lo real. Así, pues, mientras que el sueño es el juego del ser humano
individual con lo real, el arte del escultor (en sentido amplio) es el juego con el sueño.
La estatua, en cuanto bloque de mármol, es algo muy real, pero lo real de la estatua en
cuanto figura onírica es la persona viviente del dios. Mientras la estatua flota aún como
imagen de la fantasía ante los ojos del artista, éste continúa jugando con lo real; cuando
el artista traspasa esa imagen al mármol, juega con el sueño.
¿En qué sentido fue posible hacer de Apolo el dios del arte? Sólo en cuanto es el
dios de las representaciones oníricas. Él es «el Resplandeciente» de modo total: en su
raíz más honda es el dios del sol y de la luz, que se revela en el resplandor. La «belleza»
es su elemento: eterna juventud le acompaña. Pero también la bella apariencia del
mundo onírico es su reino: la verdad superior, la perfección propia de esos estados, que
contrasta con la sólo fragmentariamente inteligible realidad diurna, elévalo a la
categoría de dios vaticinador, pero también ciertamente de dios artístico. El dios de la
bella apariencia tiene que ser al mismo tiempo el dios del conocimiento verdadero. Pero
aquella delicada frontera que a la imagen onírica no le es lícito sobrepasar para no
producir un efecto patológico, pues entonces la apariencia no sólo engaña, sino que
embauca, no es lícito que falte tampoco en la esencia de Apolo: aquella mesurada
limitación, aquel estar libre de las emociones más salvajes, aquella sabiduría y sosiego
del dios-escultor. Su ojo tiene que poseer un sosiego «solar»: aun cuando esté
encolerizado y mire con malhumor, se halla bañado en la solemnidad de la bella
apariencia.
531
Filosofía – 2º Nietzsche
en otra cosa. Al igual que los animales hablan y la tierra da leche y miel, también en él
resuena algo sobrenatural. Se siente dios: todo lo que vivía sólo en su imaginación,
ahora eso él lo percibe en sí. ¿Qué son ahora para él las imágenes y las estatuas? El ser
humano no es ya un artista, se ha convertido en una obra de arte, camina tan extático y
erguido como en sueños veía caminar a los dioses. La potencia artística de la naturaleza,
no ya la de un ser humano individual, es la que aquí se revela: un barro más noble, un
mármol más precioso son aquí amasados y tallados: el ser humano. Este ser humano
configurado por el artista Dionisos mantiene con la naturaleza la misma relación que la
estatua mantiene con el artista apolíneo.
Así como la embriaguez es el juego de la naturaleza con el ser humano, así el acto
creador del artista dionisiaco es el juego con la embriaguez. Cuando no se lo ha
experimentado en sí mismo, ese estado sólo se lo puede comprender de manera
simbólica: es algo similar a lo que ocurre cuando se sueña y a la vez se barrunta que el
sueño es sueño. De igual modo, el servidor de Dionisos tiene que estar embriagado y, a
la vez, estar al acecho detrás de sí mismo como observador. No en el cambio de
sobriedad y embriaguez, sino en la combinación de ambos se muestra el artista
dionisiaco.
Pero el mundo griego nunca había corrido mayor peligro que cuando se produjo la
tempestuosa irrupción del nuevo dios. A su vez, nunca la sabiduría del Apolo délfico se
mostró a una luz más bella. Al principio resistiéndose a hacerlo, envolvió al potente
adversario en el más delicado de los tejidos, de modo que éste apenas pudo advertir que
iba caminando semiprisionero. Debido a que los sacerdotes délficos adivinaron el
profundo efecto del nuevo culto sobre los procesos sociales de regeneración y lo
favorecieron de acuerdo con sus propósitos político-religiosos, debido a que el artista
apolíneo sacó enseñanzas, con discreta moderación, del arte revolucionario de los cultos
báquicos, debido, finalmente, a que en el culto délfico el dominio del año quedó
repartido entre Apolo y Dionisos, ambos salieron, por así decirlo, vencedores en el
certamen que los enfrentaba: una reconciliación celebrada en el campo de batalla”.
(Nietzsche Friedrich, El nacimiento de la tragedia, Alianza, Madrid 1973, Pág. 230-
234).
532