Hace tiempo que no os hablo de mis "niños" y la verdad que no sé porqué, ya que están muy presentes en mis días.
La verdad es que dan mucho trabajo y son un gasto económico considerable, pero lo cierto es que ya no sabría vivir sin ellos.

Mi Momo está hecho un campeón. La semana que estuve con la gripe se portó de lujo. Normalmente a las horas a las que están acostumbrados a salir a la calle, Momo empieza con su lloriqueo lastimero para convencer de que necesita salir aunque haga 5 minutos que ha vuelto del parque. Y esa semana, la de mi convalecencia, ni una sola vez me pidió salir y aguantó estoicamente a que llegara Mario.
Es más, con la fiebre, muchas veces me dieron escalofríos y él se acurrucaba a mi lado para darme calor. Pa comérselo!.

Mi Kiyo sigue siendo un celoso de tomo y lomo.
"Culo veo, culo deseo". Y la verdad es que no tiene motivos para estarlo porque no hay nada que tenga uno que no lo tenga el otro. Llámese chuche, juguete o carantoña.
Últimamente se está portando regular, ya que no hay una mañana que nos levantemos y que Kiyo no nos haya dejado alguna señal de pis... Y por más que le regañamos, no hay manera. Y tonto no es, ¿eh?. Que cuando sabe que la ha hecho, el muy tío se pierde de tu vista. Eso sí, si le pillas desprevenido y zapateas en el suelo gritándole
"¡oye!¡¿qué has hecho aquí?!", sale escopetao en sentido contrario con el rabo entre las piernas y mirando para atrás. Que no sé porqué mira hacia atrás. No sé si es porque espera algún objeto no identificado volando hasta su culo, o porque quiere ver dónde me paro pa no seguir corriendo. ¡Véte tú a saber porque listos son un rato!.
(Como la Sarita Montiel, con media y tó. Y como Julito Iglesias, su mejor perfil jajajaja)
El caso es que ya he hablado muchas veces de este tema con los veterinarios y lo hemos pobrado todo. Desde no dejarle agua en el bebedero por la noche para que no beba y le entre ganas de hacer pis, a limpiar a conciencia y echar después un spray especial para evitar que vuelvan a hacer en el mismo sitio, hasta comprarle un difusor de un tipo de hormonas para tranquilizarle. Y ni unas cosas ni la otra funcionan. Eso sí, cuando pongo el difusor, Mario en vez de darme los buenos días con un beso, me planta un lenguatazo en la cara que estoy por empezar a mosquearme... jajajajaja
Y desde el último corte de pelo (que ya sabéis que le da por deprimirse durante 15 días), no para de morderse las uñas.
SÍ, HABÉIS OÍDO BIEN. ¿HABÉIS VISTO A ALGÚN PERRO ALGUNA VEZ MORDERSE LAS UÑAS?. PUES VENID A MI CASA!.Cuando le cortamos el pelo y le da la depresión se esconde en mi habitación, entre la mesilla y la pared, y allí se tira todo el tiempo que estamos en casa. No come y no bebe a no ser que lo lleves a su comedero y empieces por darle una croqueta de tu mano. El resto lo debora solo porque tiene más hambre que Carpanta. Normalmente, a este comportamiento va asociado el exceso de acicalamiento, y no ha sido la primera vez que lo descubro mordisqueándose las paticas en las almohadillas. Así se puede pasar horas lamiéndose y mordisqueándose hasta que las patas se le ponen rojicas y muy sensibles.
(hace un año que no cabe en la cuna de cuando era cachorrico, pero él se empeña...)El vete me preguntó la última vez si había sufrido algún cambio brusco, un cambio de residencia o si se quedaba más horas solo de lo normal. Nada. En mi casa no ha habido ninguna variación de la rutina.
Pues un día cuando ya se le había pasado la depresión post-pelado, resulta que se me había despistao y de pronto oigo "clik" "clik" "clik".... me fui a ver qué hacía, y allí estaba el bandarra mordiéndose las uñas de una de sus patas delanteras. ¿Cómo lo hace?. Pues muy sencillo. Se acuesta todo lo largo que es (poca cosa), apoya una de las patas delanteras en la otra para que no se le escape, retorciendo la almohadilla hacia arriba y empieza a morder "clik" "clik" "clik" "clik"...
¡Cuando lo descubrí, no daba crédito!.
Hace unos días he podido comprobar porqué cuando salimos al parque, Kiyo se lanza a correr y a ladrar detrás de los pájaros. Yo lo sospechaba y el otro día lo confirmé.
Resulta que he pillado a más de un pajarico metiéndose en nuestra galería y robándoles el pienso a mis pequeñines. Hay que ver lo que hace el hambre... Así que claro, lo único que hacen mis cachorros es defender su comida y para ello salen escopetados ladrando todo lo larga que es la terraza, detrás de los ladrones.
A veces no sé cómo lo hacen pero los oyen desde cualquier punto de la casa y salen corriendo, ladrando y gruñendo a una velocidad que hasta derrapan en las curvas. Creo que pasan de cero a cien, en cero coma!!!. jajajaajajajaja. Bueno, mi Momo si está la reja echada de la salida a la terraza, se queda encasquetao entre los barrotes porque al ser más grande que el Kiyo no pasa tan holgado jajajajajaajajaja
El caso es que los pájaros ya parecen cuervos, y ya sabéis el refrán de
críalos, que tendrás muchos. Lo que pasa es que teniendo en cuenta que están comiendo pienso de perro, es normal que en vez de
pío, pío hagan ya
PÍOOOOO, PÍOOOOO.
El otro día, Mario sacó al parque a mis chiquitines. Yo estaba sola en casa, en el dormitorio, y oí a los pájaros remover el pienso. Así que salí toda cautelosa, y los ví allí subidos en los comederos y eligiendo la mejor croqueta. Salí a ahuyentarles cuando me dí cuenta, que un pájaro salía de mi propia cocina!!! HORROOOOOOOOOOR!!! Ya no respetan nada!. Como dice una amiga, un día se llevarán mis lentejas (menos mal que ese día yo había hecho albóndigas como pelotas de ping-pong jajajajaajajajaja). Eso sí, en vez de cuervos, se me harán avestruces por lo menos. Intenté hacerles una foto para ponérosla aquí en el blog, porque sé que una vez que no ven moros en la costa, los pájaros vuelven a sus andadas. Pero lástima!. La batería de la cámara se quedó vacía.
Lo único que me molesta de esta situación es que he observado cagadicas de las aves en la terraza y no me gusta nada. Soy tan pava, que en vez de pensar en poner un espantapájaros, le dije a Mario de poner un comedero de aves en el extremo más alejado de la casa. Es que también son animalicos de dios, ¿no?.
En fin, que estas son mis últimas aventuras con mis chiquitines.

Un besico y dos guaus desde el país que no existe.
Elly
(peleándose por las colchonetas)