Mi madre, asi mismo como toda la familia Vargas, son itsmeños, zapotecos puros, confeccionadores por excelencia y trabajadores incansables. Los recuerdos de mi niñez se rigen por sensaciones, por olores, sabores, color y dolor.
Ahora la tecnología y "la costeña" nos simplifican la vida enormemente, pero nos quita la magia.
Mi padre natural era campesino y la version romántica que me gusta escuchar (y pobresitos si me cambian la versión de la historia) es que el, olfateo a mi madre en el mercado. Yo me pregunto, ¿cómo es posible?, ir a mercado es...pues una violación nasal, cuando olores no se meten a la fuerza?. Tan joven mi padre...violado y ultrajado de esa forma tan ruin por mi madre.
La cosa es que le gusto su aroma "enmolado", así lo dicen y pobresitos de ustedes, si andan pensando mal. La especialidad istmeña, sin embargo son los tamales de pescado....asi que mi padre decía que mi madre olia a mole y no a pescadito...tons, mejor, ¿no?
:p
Dicen que los Vargas no tenemos sangre en las venas (ni, como yo esperaba, sangre azul), sino mole.
Y eso es un buen urgumento que mi mama usaba para meternos a toda la banda de inutiles a cocinar y cocinar, mole.
Y moles!
Con el tiempo eso se convirtió en especialidad del negocio, que si bien eran tacos, nos pedian guisos para llevar...luego pusieron ese mcdonals y valió madre todo *snif* jodido capitalismo XDD.
Poblanitos, los pipianes, el michoacano, pipian verde con pepitas, el de ixco, de guajolote,el huaxmole y claro la especialidad: el mole prieto (como no de Santa Ana Chiautempan ¡ajua!) y el negro (y hay amarillo y hay pipian rojo, y pienso innovar en la comida para dar tonalidad azulosa al mole....pero creo que en comida no es un buen presagio)
Mi favorito es el poblano, osea de Puebla, osea del centro del país. Dice la leyenda urbana que el mole fue creado por las monjitas con mucho tiempo libre en Santa Clara, y bueno ahi quesque habían de hacer voto de silencio y castidas (como no va a hacer moles, POR DIOS!.....ejem) ...cuenta la historia que el aroma de los ingredientes que la monja molía en la cocina eran tan agradables, que todas las monjas dejaron sus actividades para ir a ver de donde provenía ese aroma tan delicioso, viendo lo que pasaba, la madre superiora rompiendo el silencio que debía guardar, dijo: "Hermana, qué bien mole!", con lo cual provocó las risas de las demás hermanas que le corrigieron diciendo: "Se dice: ¡qué bien muele!, hermana" y es por ello que se llamó Mole a este platillo.
Para que no digan que no aporta nada este blog, la pura cultura.
Total, ya me perdí...¿que contaba?.
Bueno, luego recuerdo, la cosa es que ayer me fui a dormir con una canción que mi compadre me paso, y por ello me desperto un antojo atroz por un molito...ay Molito, pero osea un antojo ¡de madrugada! (lo cual no tiene perdón de Dios, gracias). Ya como a las 4, mi almohada estaba húmeda por mis pensamiento libinidosos y a la baba que se me escurría culposamente por el orificio principal..de mi cara (pst que paso..)
Hacer mole no es dificil, como les digo, parte de mi es Vargas-moles...la cosa es muy laborioso y pus uta. Bueno la cosa es que me postré frente a un caldero y me hice un jodido mole.
Chocolate de tablilla (ey de los no dulces), chiles ancho, chiles mulato, chiles pasilla, chipotle, jitomates, almendras, nueces, pasas, ajonjolí, clavos, canela, perejil, pimienta, cebolla, ajo y VOILÁ! (los ingredientes patrocinados por mi vecina que debe ser bruja por que todo lo tiene, de chiles a gansos vivos y condones nuevos-apesar de que tiene como 70...osea no la subyugo pero..wow!)
Proximamente: mi creación!