miércoles, abril 14, 2021

Ya me quiero morir

 

Una frase fuerte, dolorosa y angustiosa. Ultimamente me lo repito mucho. Fantasias oscuras llenan mi mente y luego llega la culpa. Mucha culpa.

De nuevo hay que ir por ayuda. Lo sé. La apatía eterna me inmoviliza por que ya soy una Ventusa Morla, hundido hasta el fondo. Y pa qué. Me pregunto. Pa´qué.

"Tu hija, pendejo"

Ah si.

Más culpa, cada vez más aplastante. Es bien dificil ya salir de la cama, llevo varios días sin bañarme y agr, me canso de tenerme puesto. Agrr. Que rabia.

 Escucho música para ver si me salva en esta ocasión. 

Silencio.

La música suena, la siempre confiable Chavela. Mis conciertos de crossroads, mi amado jazz. No, nada. La terapia de música solo me servía cuando Angelito estaba en sintonía y parecía que estuvieramos en la misma partitura, que estabamos en¨tonados como enamorados.

Hace poco me dijo que me amaba, via face. Pero como estaba bebido él, pues nada. Yo le digo que también lo amo, que bueno que nos distanciamos, no solo la distancia fisica. Eso lo salvo de mí y que llegara a odiarme. No lo soportaría.

 Por años "sus melodías", las que compartimos siguió dando ecos y resonancias en los peores momentos. Daba consuelo e inspiraba. Tantas historias que escribí basándome en esas rolitas. Canciones que me hacían soñar.

Ya no estás, pero estuviste. Es lo que importa.

Silencio.

Busco por mi cuenta. Digo, ah si, esta chula la rola. Pero nada, no baila el corazón como antaño.

Que ensordeciera ha sido tan traumatico como cuando olvidé el rostro de Caneko, cuando su voz y sus ojos y los recuerdos se desvanecieron lenta, dolorosamente. Que dolor. El que estuviera en mi mente, en mis memorias era lo único bueno que yo tenía. Que dolor.


Los acosos de Howl y Mimo han disminuido. Al final si volvi a acostarme con el Mimo y el me agradeció por haberlo liberado de mi, y después de ello desapareció. Bien por él, cerró el ciclo. Howl no creo. La guerra contra el me ha dejado tan extenuado que ya, ven y ya matame. No me voy a defender ya, ganaste. Eres el bueno, el héroe. Pero ya, vete.

Se que es algo quimico en mi cerebro. No sé que lo ha disparado. Quizá tanta cuarentena o el relajarme tras meses de acoso. Ahora mi mente es un caos, hay paranoia una ansiedad que me dobla, que me tira al suelo y siento que me dará un infarto.

Mi hija tan metida en la adolescencia y en el noviazgo anda en su propia burbuja, no se da cuenta o no quiere darse cuenta. Pasa horas en su cuarto o en sus cosas...pero es mejor así.

Me quiero morir y arreglo todo para el después, casi de manera obsesiva. No hablo con nadie por que me quedé sin amigos. O por que no quiero estresarlos. Ya los imagino mirando al cielo, ojos en blanco: de nuevo. AY de nuevo tú, siempre recaes. Aburres.

Asi que mejor, sin mucho tacto ni cuidado escribo aquí. En el tigretón. Perdón por la incomoda entrada.

Pero estoy solo. Soy solo.

Y me quiero morir


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