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Sigo con muchas consas en la cabeza y sigo sin saber como sacarlas ordenadamente de mi mente...primero, y como a muchos amé la actuación de Ledger, cuyo Joker subvierte y desmorona las certezas de los otros personajes, es aquel el motivo principal, la pieza del tablero que conflictua y moviliza a todas las demás.
De hecho, me parece que la genialidad de esta película recae en las implicaciones éticas que tiene de trasfondo. Especificamente la manera que tenemos de tratar nuestros ideales. Todo Ideal es un imposible, eso cualquiera lo sabe, pero ¿qué tan válida es la cobardia moral de ceder frente a ellos? ¿Qué tan válido es abandonar la persecusión de un Ideal por el simple hecho de ser inalcanzable?
Aquí es donde entra The Joker. Su palabra te seduce para caer rendido a su causa ("todo se vale"), sus empeños por desmoronar el Bien demostrándole al Murciélago que su ideal de Batman lo supera y es inalcanzable. Durante toda la película vemos al villano asestando sus mejores golpes, no contra las personas de carne y hueso, sino contra lo que se erige como monumento —el dinero, el héroe, los valores—, símbolos que de cierta forma sostienen al ideal de Batman. Y precisamente allí es donde lo hace tambalear. Es el momento de ruptura en donde Batman, de plano, duda y abandona el juego.
Pero la escena cumbre es una en particular. Me refiero al último diálogo entre Batman y The Joker, escena que esclarece un poco la dualidad antagónica de los personajes y en donde el dilema se concilia al menos batman y es exactamente en ese momento cuando viene la reestructuración del Ideal de Batman. Es el instante del espejeo, en donde ambos personajes se re-conocen uno en el otro y se asumen como dos caras de una misma moneda —la metáfora no pudo ser más apropiada. Bien y Mal son absolutos que nada tienen que ver con quienes los encarnan, porque ambos ideales viven dentro de uno. No hay luz sin sombra. La escena no pudo ser más simbólica: un Batman derecho frente a un Joker de cabeza; uno con los pies firmes y otro pendiendo de un hilo.
Por último, yo diría que la película refleja lo difícil que es hacer el Bien en un Mundo desquiciado, pues para ello uno siempre necesita de razones, mientras que para el Mal tan sólo basta abandonarse. Creo que ésta es la lectura que se le puede dar al hecho de ver a un Joker inventándose múltiples pasados: el Mal está más allá de la causa y del pasado, simplemente no se necesitan razones para hacer el Mal.
Y lo que finalmente, en mi opinión, corona a The Joker dentro de esta historia, es el papel de la risa. La risa de ser el último que rie. Durante el transcurso de la película, los símbolos parecían preludiar el triunfo irónico de The Joker (como la escena del camión de bomberos incendiado, literalmente un "firebus"). Creo que no hubo ninguna jugada en la que no se anticipara a Batman. Siempre estuvo un paso delante de él, y creo que por eso uno queda al final con un sabor de derrota.
En los comics, Bruce suele hablar mucho de las noches interminables, de la batalla que cada vez se antoja más difícil de ganar. Bruce entiende que la presencia de Batman dificulta las cosas para Gotham (tal como le dijo el Joker, la existencia del Hombre Murciélago sólo provoca el nacimiento de "freaks" como él, sólo que a la inversa) y que prácticamente está derrotado al fracaso; no obstante está renuente a renunciar o a dejar de creer en lo que hace.