hace poco murió el perrito de los memes, F.
Hace tanto tiempo que no escribo que ya se me olvido cómo hacerlo.
En estos días calurosos, con sus noches eternas de bochorno incomodo, no queda mas que mirar al techo y pensar. Debrayar. Meditar. Añorar. Extrañar. Sentir culpas. Hacer las paces con uno mismo. Todo mientras se suda como taco de canasta.
Con las redes sociales tan de pronto limitadas y yo volviéndome más ermitaño que nunca, la gente solo sabe de mi, de mi vida, a través del tigretón, ya todo polvoriento, con telarañas y toda la cosa. No es de extrañar que mucho me contacten por este medio para saber de mi vida. Y yo, tan cortes, he necesitado hacer un análisis sobre lo que sucede conmigo. Como me siento.
A grandes rasgos: estoy bien.
En general.
No todos los días, pero en general bien.
Sucede con todas las personas, me imagino. Nadie puede conservar un estado de felicidad constante por todo el santo día. Hay días que despierto muy triste, sin ganas de nada. Luego se me pasa y estoy bien, estoy contento, cantando. Aburriéndome en el trabajo, maldiciendo a los compañeros, contando los minutos para salir y al salir salgo con una energía suprema para conquistar el universo, y eso me lo gasto en largos paseos, ya cuando bajó el sol.
Que existencia tan aburrida, pienso. Que de hueva. Quizá por eso no he salido a ligar, pues no puedo ofrecer aventuras locas, con salidas románticas ni cenas cachondonas a la luz de la luna.
Que si la he tenido. De hecho, si he de contar alguna novedad, es que he tenido muchos encuentros sexuales con la banda de los osos. Todo pelaje, lonjitas, músculos, pezones rosas y huevitos sudados. He experimentado con sustancias que, si bien no me abre el tercer ojo, si me lubrica mas la conciencia y las nalgas. No lo cuento mucho por mis antecedentes en adiciones y mis más cercanos se preocupan por mi por caer de nuevo en mis vicios eternos.
Tampoco es que lo haga muy seguido. Hay meses que soy todo cachonderia y jugueteo. Otros muchos meses no hago mas que…nada.
Hace diez años, me preguntaban en una odiosa entrevista de trabajo, que como me veía en el futuro. Siempre me imaginé bien tieso ya. Muerto. Pero si se me permitía soñar, entonces quería imaginarme una rutina aburrida y tranquila, donde casi nada me preocupa.
Entonces estoy cumpliendo con ese pequeño sueño.
Mi vida siempre ha sido muy extrema. Siempre pasando algo, siempre enamorándome y siempre cagandola.. Hace años, no tenia ni donde caerme muerto, sin dinero, sin casa, viviendo de arrimado cual parasito , sin estudios, sin nada. Ahora al menos tengo un techo que es mío, nadie me lo heredo, ni me lo regalo, es mío. Tengo ahorros. Vivo solo. Con un perrito que adopté. CoN mis gallinas. Con una rutina bien establecida bien compulsiva. Tengo salud, al menos no tan grave como años pasados.
Así que en general estoy bien. Vivo.
No se si feliz. Pero tranquilo. En paz
Y creo que ya…jeeje, les digo ya casi no escribo.