Me gusta esa palabra y me gustan las personas de ojos chispeantes, chisporreantes, destellantes. Es algo raro y difícil de encontrar, esa mirada.
El me gusta por sus ojos chispeantes. Quizá es que tiene tanta, pero tantisima energía que se le sale hasta por los ojos. Es algo intimidante la verdad, por que parecen que van a electrocutar, o te absorberan o te calcinaran.
A él, vamos a llamarle "Seiya", por que el protagonista de la serie japonesa Saint Seiya, es el claro ejemplo de "ojos centellantes". Personajes de esa epoca ochentera de las revistas shonen (pa jovenes adolescentes), tiene una clara tendencia, no son los más fuertes, ni los listos ni carismaticos, pero tienen una voluntad de acero reflejada en sus chisporreantes ojos necios, tercos, y deslumbrantes, Así es "él", el *Seiya*.
Lo conocí, así es: por sus ojos. Solo tenía su ojo de foto perfil y yo, en esa época, súper-ultra- estresado por la tesis trataba de sanar mi ansiedad jugueteando coquetamente. Ya sabe.
Pero solo jugando, por que no tenía pretensión de llegar a nada. Ni sentir nada. Nada de nada.
Ya ven que siempre ando de bocón y nunca se me cumplen mis deseos. Pues total terminé clavándome. Cosa rara, terminé cautivado, energizado.
Así como hay personas que parecen que te chupan la energia y la vida con malas vibras, este Seiya era del tipo de personas que te inyectan su entusiasmo por la vida, que conmueven sus sueños, anhelos y te hacen querer ser así, tan optimista y lleno de fuerza como aquella mirada llena de luz.
Esos ultimos meses, habíamos salido. Avancé mucho a mi tesis después de estar con el platicando, echando el desmadre. Se clavo en mi, casi en todo sentido, que manera de moverse debajo de las cobijas!!. Su entrega para conmigo era total, por que son de los tipos que se entregan toditos, sin reservas, sin miedos. Sin arrepentimientos.
Tiene una personalidad tan autosuficiente, tan segura en si mismo que uno siente y quiere confiar en el. Ese tipo de hombres en que te sientes resguardado, protegido...
Y yo, lo dejé ir.
En un muy mal día, corte relación y lo mandé a volar. Aun me sigo preguntando por qué, y por qué no vuelvo a hablarle.
Quizá por que siento que no merezco a alguien así. Quizá por miedo a quien sea yo quien apague el chisporreó en esa mirada.
Quien sabe...
