Sobre mi arteVisitando mi propio blog, jugando a ser extraña y observadora curiosa me he dado cuenta que no he hablado nunca de algo que me mueve mucho adentro...-quizá sea por eso-: Mi arte.
Me gusta trabajar la porcelana por lo sutil de su presencia, la delicadeza de la forma, también porque es revelde y voluntariosa. Mi concepto de trabajo es la memoria y mis piezas son metáforas de ese lugar en donde todos guardamos los recuerdos
Califico mi obra como cerámica escultural. Al trabajar la porcelana trato de enfatizar sus características, la fragilidad de las estructuras, la elasticidad del material, la blancura de esa arcilla y al juntar todo eso plasmo memorias, recuerdos, huellas de vida y de caminos transitados. Vivo en Europa desde hace 10 años, y aquí he hecho mi carrera artística, sin embargo los recuerdos son la única maleta que no pesa, por eso los plasmo en mis piezas.

Memorias, recuerdos, secretos, historia son palabras que contienen mucha sensibilidad. Y así como los recuerdos, mi trabajo es frágil y fuerte a la vez.
Como ya dije el punto focal de la aproximación técnica de mi trabajo con la cerámica es la porcelana y su transparencia y fragilidad, su fuerza y su flexibilidad. Ella es como la memoria.
Pero como no puedo trabajar con un solo material me encanta hacerlo con papel, madera, metal. Combino variadas técnicas, utilizo celulosa, papel, llevo el material a sus limites para expresar mis ideas de equilibrio, tensión y ritmo. También tomo fotografías de la materia en su estado natural, trato de encontrar ese origen transmutado que al fin y al cabo es también memoria.
Al mismo tiempo y por mi nexo con la palabra también busco sus percepciones y sus símbolos.
Sí, palabras como concepto, intuición, inspiración, se utilizan a menudo para describir los elementos críticos del proceso creativo. Para mi además de eso, la interelación del proceso mental y el trabajo resultante revela una base teórica aprendida en Europa, y eso se mezcla con lo que llevo en mi maleta, los recuerdos, la memoria de vida, las condiciones geográficas y las diferentes influencias de educación y cultura. Esa es la llave que me permite contactar diferentes realidades.

Me es importante, a través de esa, mi búsqueda personal , el encontrar en la cerámica escultural y en la fotografía el camino metáforico y conceptual, un vehículo verdadero para la expresión. El arte debe se accesible al observador en un nivel sensorial.
Para mi el mejor trabajo es el que tiene varios niveles para el artista y para el observador: el de la búsqueda, la referencia, el de las evocaciones visuales y el de las experiencias emocionales. El arte no debe ser complejo, pero si debe tocar la puerta del inconsciente colectivo, ser tan real como nosotros somos, pues está intrínsicamente ligado al nuestra alma primigenia.

El recuerdo, mis recuerdos. Intento en mis piezas evocar por asociación y abrir esas las puertas del mundo colectivo, traer hacia el observador memorias personales y provocar una respuesta. Mis piezas son una representacion del alma humana y su paisaje personal.
Mis primeros trabajos eran más que todo formas abstractas y esculturales. Minimalistas y contempóraneas, en donde se percibía el equilibrio de la luz y de la sombra como las inolvidables marcas que guardamos dentro.
El concepto en sí no ha cambiado, lo que ha variado es, en todo caso, la aproximación al mismo. Antes el recuerdo como idea a expresar, era algo más abstracto, mis nuevas piezas lanzan el cable a la tierra de mis recuerdos de infancia y la herencia de familia. Debe ser porque estoy lejos.
Y de lejos dicen que se ve más claro.

En todas mis piezas se combina la calma del proceso de trabajo con la tensión del fuego a más de 1280°C, la intimidad de la concepción y lo efímero del concepto.
La pureza del blanco incorpora un sensación de fragilidad donde el poco color que uso, se convierte en luminosidad. Y esa luz le da la oportunidad al observador de completar la forma y los volúmenes. Características éstas que suspenden las piezas en un silencioso equilibrio. De hecho la primera impresion después de ver mi trabajo muchas veces un silencio profundo y conmovedor, eso lo sé porque soy curiosa y me gusta observar a los observadores de mis piezas. Entonces, después de ese silencio que contempla y medita, mueve o conmueve no queda más remedio que aceptar mi invitación a un viaje personal e indivual por la memorias de cada uno mientras se va de travesía por mi espacio. Y eso me gusta, pues ese equilibrio del control intelectual y puro y el impulso intuitivo y emocional en mi trabajo es como yo, dos fuerzas que convergen en constante interación.