27.6.10

Puente


las pequeñas cosas de la vida, la sostienen y alimentan. Me doy cuenta de esto de tiempo en tiempo y siempre me maravillo. Luego aparece el día a día, se va comiendo sus propias horas y en la carrera me hace olvidar los pequeños milagros. Quizá la existencia de los opuestos tenga como única misión... hacernos recordar que existe otra cosa más allá de la carcel del tiempo y quehacer diario, del deber hacer y la carrera contra el no sé qué.
Ya casi estamos de vacaciones y hasta me puedo dar permiso de escribir unas cuantas líneas en mi olvidado blog, ir a nadar al lago que se alegra del tardió verano o sentarme a leer un libro que me trajó la presencia amistosa de un alma de letras que de alguna forma camina hermosamente unida a la mía. Gracias Lena