19.4.13

cuánto cuesta


Venezolanos cantan deseos.

17.4.13

¿Cómo se le explica al mundo lo que está pasando en Venezuela?

Eso me pregunto desde hace tiempo, y más en estos días como consecuencia de los resultados electorales del 14A, que una vez más dan como ganador a los que impunemente venden mi país al más vil postor.
  • Cómo decirle a los que reportan neutralmente sobre un país en crisis,que a mi país me lo dividieron en dos a punta de odio y violencia.
  • Cómo contarles y que me entiendan, que el discurso populista de los rojos se basa en la repetición y adoctrinamiento ciego e ignorante.
  • Cómo explicarle a los medios que aunque se diga que el gobierno de Chavez hizo mucho por los pobres, no disminuyo en nada la pobreza. Cómo hacerles entender a los que viven en el primer mundo, que cuando un perrito hambriento encuentra a alguien que le da cariño y una migaja de comer, éste se queda con él...porque sabe que aunque poco es algo y es mejor que nada. Cómo expresarles nuestra conciencia de hoy, ante aquel error de cuarenta años y de nuestra ruina. Cómo decirles que es cierto, ciertísimo, que la ignorancia de este pueblo no fue fruto de los manejos chavistas sino de cuarenta años de olvido y de marginación, y que el fulano aquel logro usar ese olvido a su favor.
  • Cómo hacerle sentir a mis amigos alemanes, amantes de la América latina, que lo que escuchan en la radio no es 100 por ciento lo que es: que Capriles Radonski no es sólo el candidato de la burguesía y Maduro el de nos sin nada, que lo que está pasando en Venezuela es muy complejo,  que ya el pueblo todo se cansó de tanta mentira y manipulación barata, que se cansó de ser uno de los países más caros, tanto así que allí la leche es más cara que en cualquier lugar de Europa. Qué el venezolano se cansó de que el bolívar ya no valga nada y su carrito de la compra pese menos y por él se pague más.
  • Cómo se les explica esto a alemanes con conciencia de pueblo, ellos que aprendieron duramente que el respeto y la educación son las base de toda relación humana, como decirles que el Venezolano ya quiere dejar de llorar a tantos muertos a causa de la violencia y la delincuencia que ya no respeta a nada ni a nadie; que la gente sale de sus casas sin saber si regresará sana y salva o como mínimo la asaltarán para quitarle el celular y o la secuestrarán para que sus familiares paguen el rescate.
  • Cómo decirles a mis amigos que han sufrido por dictaduras de derecha, que desde hace casi 15 años los venezolanos vivimos en una dictadura milica de izquierda que nosotros mismos elegimos,  por pecado de abstención, por no ejercer nuestro derecho a opinar y votar.
  • Cómo explicarles a mis alumnos que eso que estamos estudiando sobre la guerra civil española se asemeja mucho a lo que hoy pasa en mi país.
  • Como le expreso a la gente con la que a diario convivo que tenemos una constitución violentada; que la palabra expropiación es el pan nuestro de cada día; que la diferenciación de los tres poderes públicos dejo de existir hace tiempo; que el difunto aquél como niñito rico se fue comprando el apoyo del resto de los países a punta de regalarles los dineros de la nación y que muchos de los dirigentes de esos países son de los más peligros del mundo.
  • Como decirles que en mi país no existe la democracia porque se está pisando la decisión del pueblo, se manipulan resultados electorales, se le hace trampa en la cara y se le trata como desde siempre, como gente sin derechos. Que vivimos un fraude en el que un individuo y a su grupo a legitimaron lo ilegitimable.
  • Cómo trasmitirles mi indignación ante esa falta de respeto a mi gente. Que el resultado de las últimas elecciones fue una gran trampa y que hoy se destruyen pruebas de ella.
  • Cómo contarles que no estoy triste, sino que tengo mucha rabia porque hace tiempo me robaron mi país, me hicieron pelearme con mis hermanos y me desvirtuaron la realidad con propaganda barata.
  • Como les hago entender que mi país hace tiempo dejo de ser soberano y que las decisiones se toman en la Habana, y que la Habana no está en Venezuela, pero sus representantes sí. Que han cantado el himno cubano en suelo venezolano, y que el usurpador habla con ese acento.
  • Cómo decirles que desde hace tiempo venimos luchando por una opción a enmendar los errores del pasado, que después de este paso de factura de 14 años algo ha cambiado en nosotros, que hay dirigentes con ganas de trabajar y de hacerlo bien, que llevan tiempo demostrando gran coraje y gallardía política.
  • Que el pueblo con Capriles no está armado que lo único que suenan son las cacerolas hasta el cansancio, pero que los militares y los comandos armados sí disparan contra sus hermanos cometiendo del más grande de los atropellos contra la misma sangre.
  • Que aunque nos siguen robando años y esperanzas, nos han hecho entender que en la unidad es donde se esconde la verdadera victoria. Que ya no quiero que se cuenten los votos porque conozco a los rojos y sé que harán trampa, yque lo que más deseo son nuevas elecciones con verdadero y sagrado voto manual y confianza.
  • Cómo les digo a todos los que no saben, que mi Venezuela está sintiendo los últimos estertores del fin de la adolescencia y el comienzo de la madurez, y que ese dolor lo único que anima es a ponerse en movimiento con la conciencia de que tal vez este sea el último tren.
  • Cómo decirles que esta rabia que tengo tiene también que ver con la gran sensación de soledad  que hay en mi al entender que el mundo no se interesa por nosotros.

14.4.13

Por nuestros hijos

Mi hija me da buenos días, seguido de un: hoy hay elecciones en Venezuela, mamá.

Sus ojos grandes y curiosos me miran como percibiendo la vorágine de sentimientos que hoy me mantienen al filo del precipicio. La distancia, las horas que lentas pasan y esa sensación qué lleva su nombre: Esperanza

Hace tres días cumplió 11 años, los mismos que hace del 11 de Abril del 2002. Aquél día en que el pueblo comenzó a despertar y luego sufrió la primera gran derrota.

Mi Esperanza está marcada desde su nacimiento por un nexo profundo con mi país. Y aunque crece en otro idioma y en otra cultura, me emociona ver en ella tanta conciencia de ser „mitad y mitad“, tanta sapiencia de que por la leche materna se le infiltró el virus del amor por Venezuela.
Y con él, el  amor por las letras que suenan a café colado mañanero y merideño, por el color del cielo que siempre conoce azules, por la sonrisa de la gente que de entrada y sin preámbulos es su amiga sin protocolos ni distancias. Por la música que le recuerda al abuelo y a la alegría. Cada domingo es sagrada su cita de conversación y asidero con la familia lejana. Un espacio sólo de ella y su venezolanidad a distancia.

Me maravilla que el lazo haya anclado tan profundamente y que colinde con el orgullo casi ciego de lo que se idolatra, a pesar de las rejas que cierran puertas y ventanas en las casas, o la carencia de libertad para caminar la ciudad sitiada por la delincuencia y la basura. Mi hija no ve eso, ve más allá de eso, ve lo bonito con ojos inocentes, sin prejuicios.

A pesar de eso, nuestras visitas a Venezuela se han ido espaciando con el tiempo a consecuencia de mi miedo por la violencia y la delincuencia que se viven en el país. El temor a los secuestros me paraliza; mi susto cuando en las noches suena el teléfono como si presagiara nubes negras es pura pesadilla. Aunque mi vida aquí sea todo lo contrario de la de allá, el vacío y la carencia persiste y duele... aunque pasen los años y uno pretenda acostumbrarse. Por eso, por nuestros hijos quiero que hoy se acabe la pesadilla de color rojo que ha destrozado a mi país, quiero que hoy tengamos todos juntos la posibilidad de, con conciencia, reconstruir un país, a sabiendas de que no va a ser fácil y que es tarea de todos y cada uno de nosotros. El voto es el comienzo, luego viene el trabajo conjunto y consciente y la exigencia que comienza en carne propia y se espeja en el vecino.

Quiero poder volver a mi país sin miedo, quiero estar orgullosa de sus logros, quiero que haya verdadera educación para todos y con ella un puesto justo para los valores humanos. Quiero una Venezuela todavía mejor a la que la que conocí en mi infancia. Quiero un país posible y eso sólo se puede si hoy termina lo malo. Por mi esperanza, por mi país, por nuestros hijos.

a la espera la esperanza


Es domingo, un día normal para dormir hasta tarde, pero es 14 de Abril. Despierto con una sensación rara, mezcla de temor y esperanza. Qué cosa,  me digo, ambos sentimientos tan contrarios el uno del otro. Sin embargo, ambos tienen cabida en mi cerebro y en mi estómago.
Esa intranquilidad, lo sé, se apoderará de mi durante todo el día, apenas me dejará cumplir con mis otras obligaciones, mi ojos van a estar a punto de lágrima viva y todo en mi se mantendrá a la espera... lo sé, mi cuerpo está aquí, pero mi mente y mi corazón estarán hoy más que nunca en mi Venezuela.

Hoy al contrario que cualquier domingo es un día de trabajo. El trabajo de la conciencia, el derecho y deber impostergable de votar por el país.

Hoy se efectúan elecciones. En pocas horas se estará levantando el sol en tierra de gracia y con él, la esperanza de un cambio. Deseo que un cielo azul sin nubes como el que tanto conozco y extraño, anuncie un nuevo comienzo basado en el aprendizaje de estos 14 años y en la decisión profunda por poner fin a la pesadilla.  Hoy cada venezolano deberá decir: nunca más.
  • nunca más dejaré que otros decidan por mi.
  • nunca más cerraré los ojos ante las mentiras de otros.
  • nunca más dejaré que me quiten lo que me pertenece.
  • nunca más dejaré de votar por pensar que mi opinión no cuenta.
  • nunca más dejaré que me siembren de odio contra mi hermano
  • nunca más dejaré de tomar posición por cómodo
Mientras tanto,  espero que pasen las horas de este día infinitamente largo y esperanzado