Y es que a veces me siento tan sola, aunque sean muchos los que me rodean...
27 de noviembre de 2011
12 de noviembre de 2011
Me encanta amarte platónicamente.
A veces me siento culpable cuando pienso en él, vigilo nuestros encuentros para que no pueda ver cambios en mis ojos o mis labios delatores. Que, si se me escapa algún suspiro, no le pille cerca.
Tengo paranoias con que sea telépata y yo no lo sepa, pero me convenzo de que si poseyera dicha habilidad me habría abandonado tiempo atrás. Conocería mis secretos -pocos, pero oscuros- y mis mentiras -algunas más, pero inocuas.
A veces incluso me distancio de ti durante un tiempo pero después tengo que volver... y lo bonito que es nuestro reencuentro!
El ingrato sentimiento de culpa se rebate fácilmente: tú no lo sabes, él no lo sabe, a decir verdad no lo sabe nadie excepto yo que disfruto en silencio de mi fantasía.
Aunque el secreto creo que gira entorno a que tú no lo sepas.
Si lo supieras podrías, por alguna treta macabra de la vida, quererme. ¿Qué haría yo entonces?
Quiero pensar que impera en mí la racionalidad, pero fui tan sumamente irracional en el pasado... y no es mi cerebro a quien alteras. Ha costado mucho tiempo mantener a ralla a esa parte de mí y, estoy convencida, tú desarmarías al instante todas mis defensas con una o dos palabras. Tanto esfuerzo para nada! No se puede consentir.
¿Y si intentases enamorarme con tu exagerado y hermoso romanticismo? Si lo consiguieses podría resultar ser todo una pose y entonces perderías tu atractivo. Desilusiones no, gracias.
¿Y si, una vez conquistada, perdieses tú el interés? Por otro corazón roto sí que no paso...
Además, el amor platónico no entiende de peleas, del paso del tiempo o de rutinas. No hay pelos en la ducha, michelines, ni disputas conyugales.
Te idealizo, evidentemente, eres una idea, nada más, pero no hay posibilidad de daño: nunca tendré que contrastar teoría y realidad.
Sin duda alguna, cariño, tú y yo tenemos la mejor relación posible.
También conocido como:
Hay caprichos de amor que una dama no debe tener,
Hombres...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)