31 de agosto de 2018

Let the rain fall down, I'm coming clean

 
Estaba esta noche insomne, tendida en la cama, entrando en barrena mental, dejando que mi cabeza resaltara en neón palabras gordas, lapidarias, peligrosas, macerándome lentamente en mi propio caldito de cabreo y frustración, enfadada, dolida y puede que un poco (o un mucho) iracunda. Atando corto a la pelirroja pero dejándola poblar mi mente con sus malas ideas, sembrándolas con mimo perverso, dejándolas crecer, hilarse unas con otras, como una bonita pero venenosa enredadera... cuando de repente ha llegado una tormenta librándome de todo. Una tormenta de esas de jarros de agua, truenos (no sé si relámpagos) que ha hecho hasta que se vaya la luz.
Sí, a veces la vida nos da una tregua.
No he despertado de mejor humor, pero al menos he dormido algo.

30 de agosto de 2018

Hey! Teachers! Leave those kids alone

Que el componente social me iba a agobiar in extremis lo sabía ya estando embarazada, pero la verdad es que no me hacía una idea precisa de hasta qué punto la gente se mete donde no la llaman (incluso los desconocidos que es lo que más me flipa). Opinan sobre cualquier cosa relativa al niño: alimentación, sueño, ropa, si va o no a la guardería, su carácter... lo que sea.
Pero, además, me he dado cuenta de que la gente tiene una expectativa de cuándo los niños tienen que hacer ciertas cosas relacionadas con el desarrollo motor (sostener la cabeza, sentarse, gatear, caminar...) y después el habla, porque sus -o los de alguien de su entorno- hijos/nietos/sobrinos lo hicieron así. Primero oyes vaticinios de cuándo hará x cosa (os juro que estando embarazada me hablaban ya de cuándo iba a caminar) y, cuando llega ese momento y no lo hace, llegan las preguntas que insinúan que el niño lleva un retraso en el desarrollo. Del mismo modo, si el pequeño hace algo que se supone aún no ha de hacer, o bien es superdotado y está super avanzado o lo has hiperestimulado y te estás pasando.  Ejemplos:
- El imaginario popular dictamina que Bebé ya debería empezar a hablar, muy poco, alguna "protopalabra" con sentido y mamá y papá. Pues bien, Bebé dice "ashas" (gracias), "hola" y "uala" cuando algo lo sorprende, pero no dice mamá y papá. Las entiende pero no las dice (si le digo llévale esto al papa se lo lleva a su padre, si le preguntan dónde está la mama me busca). Y no importan las otras palabras porque no dice mamá y papá. ¿Ha quedado claro que no dice papá y mamá? Pues todo el mundo está muy inquieto por ello, así que me preguntan si yo ya se las digo (que sí, si no no las entendería) y si le insisto (que no, ni pienso hacerlo).
- Llevo una semana oyendo que "es muy pequeño para hacer eso" (con absoluto asombro como si hiciera el pino puente) por dos acciones concretas: pinchar la comida con un tenedor y llevársela a la boca, y poner un tapón a una botella y enroscarlo. Están todos flipados y lo repiten insistentemente, como si quisieran decirme que lo lleve a la tv o algo. Por suerte lejos de presuponer que mi hijito es el nuevo Einstein sé que, como soy una madre muy hippie (a ojos de mi entorno) he dejado siempre que juegue con cualquier cosa con la que no se pueda hacer daño, me da igual si se mancha o si la lía un poco. Eso incluye no quitarle los cubiertos cuando intentaba sin éxito pinchar la comida (tirando la mitad fuera del plato, claro), ni entrar en pánico porque se iba a ahogar cada vez que cogía un tapón de botella. Los niños aprenden jugando, si les dejas jugar con cosas, aprenden a usarlas. No le quito mérito a mi niño, hace cosas complicadas con lo chiquitín que es, pero tampoco lo voy a ensalzar como sucesor de Hawking.

Moraleja: los niños hacen las cosas cuando las hacen. A no ser que haya algo super obvio (en cuyo caso habría que consultar a un especialista y no inventar historias), déjenlos en paz.

Mamás del mundo que sufrís porque vuestro retoño no hace algo:  No os preocupéis, ya lo hará.
Mamás del mundo que fardáis porque vuestro retoño sí hace algo (frente a una cuyo retoño no lo hace): sois unas cansinas.

28 de agosto de 2018

La paternidad, según James Rhodes

Nunca tendrá que preocuparse por tener una «profesión con futuro». Solo tendrá que preocuparse de buscar algo que le haga reír, saltar de emoción, de lo que quiera hablarle al mundo entero. Y si eso no le da el dinero suficiente para vivir con comodidad, estaré más que dispuesto a asumir yo esa tarea y mantenerlo todo el tiempo que haga falta. Lo único que quiero para él, muy por encima del éxito académico o económico, es que no deje de buscar la risa y la alegría.
Quiero que conozca el secreto de la felicidad, algo tan sencillo que da la impresión de que por eso mucha gente no lo pilla. El truco consiste en dedicarte a hacer lo que quieras, lo que te haga feliz, siempre que no perjudiques a los que te rodean. No es hacer lo que crees que deberías. Ni lo que te parece que otros creen que deberías hacer, sino actuar de un modo que te procure una inmensa felicidad. Poder contestar con un «no» amable y educado a las cosas que no te gustan, alejarte de situaciones que no te ayudan a sentirte realizado,
acercarte a aquello que te deleita. Y no hay nada que no esté
dispuesto a hacer para contribuir a que Jack lo logre.

Instrumental -James Rhodes-


Tengo sentimientos muy ambivalentes hacia este libro, pero ni puedo ni quiero dejar de leerlo.
Me encanta toda la diatriba musical, cómo analiza a los compositores, las piezas musicales, cómo expresa lo que le sugieren las melodías (supongo que haber lidiado con un piano de pequeña contribuye). 
Me suscita mucho interés (defecto vocacional) cómo habla del trauma, del estrés postraumático, de las consecuencias a largo plazo de sufrirlo para él y su entorno, de las instituciones psiquiátricas y los terapeutas...
Me destroza profundamente lo que sufrió siendo un niño y me aterra lo común que suena el abuso en sus palabras, lo... usual.
Y luego le veo en twitter siendo un amor y me desarma.

Os van a caer más citas de este libro, lo digo ya y solo llevo leída la mitad.

27 de agosto de 2018

It's a most distressing affliction to have a sentimental heart and a skeptical mind.

Cuando digo que, desde que llegó Bebé, mis voces mentales están calladas soy bastante imprecisa, están vivas, vivitas como siempre, el cambio es que hay menos conflictos (tenemos otras cosas de las que preocuparnos), pero ahí van, divagando, delirando a veces y, sobre todo, discutiendo. Y hay ocasiones en que es tan instantánea la contradicción de mi discurso mental, que parece que realmente dos (o más) personas me habitaran. Transcribo:


A: Me queda bien el pelo corto.
B: Pero largo es tan bonito...
A: Ya pero así es más cómodo.
B: Que sí, pero largo es tan bonito...
A: Pero largo se estiran los rizos y se chafan.
B: Bueno, vale.

A: Si estuviera soltera huiría despavorida de ese tío.
B: No, correrías hacia él como una mosca a hacia la luz y te colarías por él y acabarías jodida.
(no reply)

A: Mira cómo me mira (el perro de una amiga).
B: No lo toques, te dará alergia.
A: Qué va! Por un poquito no pasa nada y estamos en la calle.
B: Te va a dar alergia, esa raza te da mucha alergia!
A: No pasa na... (estornudo).
B: ¿Por qué nunca me escuchas?

A: Si tuviera más tiempo libre iría al gimans...
B: No, te quedarías en casa leyendo, viendo series, escribiendo, jugando a Los Sims... pero no irías al gimnasio, no mientas.
A: P**a.
B: Las verdades ofenden.

A: Deberías estar haciendo algo más útil.
B: Sí, pero se está tan bien aquí tirada chafardeando twitter...

A: En la cocina nueva podría poner...
B: ¿Qué cocina nueva? Ya no vais a comprar el piso.
A: Ya, bueno, yo que sé, solo me entretengo, no pasa nada.
B: Deja de perder el tiempo!!!!

A: Podría matricular una asignatura de la uni y así ir haciendo algo... me sentaría bien.
B: Perderías 400€, no tienes tiempo para nada, ¿vas a volver a estudiar?

A: Antes de colgar dile que lo quieres.
B: No se lo digo nunca, va a sonar raro.
A: Díselo.
B: (llamada colgada) Bah, otro día.

A: Buah, qué tattoo!! Yo quiero uno así.
B: Eso se ve, mejor en zonas que puedas ocultar, que solo se vea si tú quieres.
A: Pero es que es taaan bonito.
B: No tienes ese cuerpo, no te quedaría así.
A: (ojos en blanco)
B: Al papa le da un pasmo si te ve un tatuaje.
A: Tengo 34 años.
B: Al papa le da un pasmo si te ve un tatuaje!!!
A: Vale, en un sitio que no se vea.


A: Me apetece escuchar la canción de La la land.
B: No! Otra vez noooooo! Por favor qué entras en debacle y pones playlists ñoñas.
A:  City of staaaaaaaars!!

Y así, más o menos, todo el tiempo.

23 de agosto de 2018

Maybe I'm too busy being yours to fall for somebody new

 

Crawling back to you, (do I wanna know?)
If this feeling flows both ways
(Sad to see you go)
Was sorta hoping that you'd stay
(Darling we both know)
That the nights were mainly made for saying
things that you can't say tomorrow day 

No soy muy de versiones pero no puedo dejar de escuchar esta de Do I wanna know de Hozier de la canción de Artic Monkeys.


22 de agosto de 2018

Los ojos de los demás son nuestras cárceles, sus pensamientos nuestras jaulas. -Virginia Woolf-

Hace unas semanas, personas entendidas me dijeron que cierta secuela de la cesárea, solo se puede arreglar con cirugía. Cirugía plástica.
Y mi cabeza, alentada por el monstruito, le estuvo dando vueltas al asunto, y es que... hay tanto que valorar...
Está, claro, el tema económico, que es un buen pellizco. Al fin y al cabo es un capricho, no es algo necesario desde un punto médico, así que me parece bien que sea caro, no pasa nada, pero pica (y te echa para atrás) cuando te dan los números.
Está la pregunta obvia: ¿pasar por quirófano por estética y no por salud? Mi maravillosa mente racional dice que ni loca, pero ah, claro, con el monstruo hemos topado... él tiene muy clara la respuesta y una batería de argumentos -a menudo hirientes- para defenderla, con uñas y dientes.
Está la logística. Ingresas el día de la operación, pasas una noche y para casa. Muy bien, pero luego hay tres semanas de reposo, en las que no puedes, principalmente, coger peso. Tengo un peque de 11kg que requiere de brazos muchas veces al día (aquí todas la voces callan es inapelable).
Pero luego, además, me he dado cuenta de que también hay un componente de... llamémoslo, vergüenza y esto es lo que me parece curioso. Me descubrí preguntándome qué diría en el trabajo y a mi entorno. Porqué desaparezco tres semanas y luego aparezco con un cambio no muy vistoso pero sí imposible en ese espacio de tiempo. Me preocupaba qué pensarían. Me dije a mí misma -mente racional- que me tenía que dar igual, se dice la verdad, se explica, y a quien le pique que se rasque y es lo lógico, es así, lo sé, pero hay alguien al fondo que calla pero está incómoda, lo noto en el lado derecho del estómago. Importa la opinión de la gente, me importa, y me molesta muchísimo que sea así.
Y no, no me voy a operar. Al menos, por ahora...

20 de agosto de 2018

Cosas por las que no me gusta ser la mamá de Bebé

La absoluta falta de tiempo hasta para lo más básico (quizá lo que más echo de menos es ducharme cuando me apetece, ya no hablemos de otros pequeños lujos o el derroche absoluto de sentarme plácidamente a leer).
La atención mediática indeseada,  familiar y/o desconocida (sí, sí, desconocida también, que la gente por la calle opina), a detalles tan insignificantes que me dan ganas de gritar un fuerte "¿¿¿quién te ha preguntado???".
El constante miedo (terror, pavor, no se me ocurre una palabra que indique más miedo) a que le pase algo, p.ej. a que se caiga de algún sitio alto y se descalabre, que se ponga malo (de algo malo), a que la septuagésimocuarta bronquiolitis se complique, que no se desarrolle bien, que alguien le haga algo (en eso no puedo ni pensar, mi mente se cubre de una bruma roja que bloquea el raciocinio)... a que no sea feliz, a que, cuando crezca, no me quiera.
Cuando no sé qué quiere, él se frustra, yo me frustro, nosotros nos frustramos... y la cosa se complica.
El desorden casi perenne en el que vivimos.
Cuando pierdo la paciencia y luego me siento un bicho (feo y viscoso) porque él aún es muy pequeño y la tonta en esta historia soy yo.

18 de agosto de 2018

Cosas por las que me gusta ser la mamá de Bebé

Su risa que sabe a brisa de mar y a cascabeles.
El indescriptible brillo de sus ojos cuando me mira.
Cuando viene corriendo para que lo abrace.
Sus bracitos y sus manitas rechonchos.
El aspecto travieso que le dan los rizos (esos son míos).
La mirada de absoluto y genuino fastidio que me dedica cuando le digo por enésima vez que "eso no".
La cara de concentración cuando trata de hacer algo complicado.
La sonrisa de rayo de sol cuando consigue lo que pretendía o descubre algo nuevo.
Sus andares aún inestables que van ganando firmeza día a día.
Cómo levanta los brazos para que lo coja cuando entro por la mañana a buscarlo.
Su cara de recién levantado.
Cómo me ha hecho darme cuenta de que no sé nada.
Cuando hace alguna de esas cosas que provocan que los otros digan "es que la mama es la mama" (y yo me hincho como un palomo).
Verlo dormir, con esa placidez que solo los niños tienen.

17 de agosto de 2018

Tú y yo solo somos personas sustitutas.


No era tu cuerpo vacío lo que quería de ti.
Tu cuerpo,
sin amor,
no es ni más hermoso ni más sabio
que cualquier otro cuerpo. 
-Miriam Reyes-

14 de agosto de 2018

Ejercicio literario v3

El buen humor que le produce la lluvia. Los días grises tienen algo especial. Los paraguas han brotado por doquier, como hongos en otoño, llenándolo todo con sus colores mientras el agua resbala por ellos. Y ella está pensativa, esperando a que se abra el semáforo. A su lado un hombre viste un traje que le queda impecable. Antes le ha echado un vistazo de soslayo, cuando miraba hacia el otro lado, a una mujer que pasaba. Le ha llegado un aroma agradable procedente de su lado. Los olores siempre despiertan los recuerdos y la imaginación, y su imaginación siempre ha estado un poco loca. Le gusta camuflarse entre la gente, pasar desapercibida; se moriría si alguien pudiera saber lo que a veces piensa su cabecita inquieta, especialmente en los días y las noches de tormenta...
Alguien se acaba de aproximar demasiado a su cuerpo por detrás. La incomoda. Está a punto de darse la vuelta cuando siente unas manos que le tapan los ojos...

Sonríe y se deja abrazar por él.
- Hola, bella.
- No deberías asaltar de esta manera a la gente por a calle -susurra girando entre sus brazos.
- Hombre, asaltar, asaltar... -responde él y sus labios se rozan un instante.
- ¿Y el peque? ¿Ha llorado?
- No, se ha quedado jugando, ni me ha dicho adiós -ríen- ¿tienes la reserva?
- La tengo -responde ella.
Se cogen de la mano cuando el semáforo se pone verde y la gente malhumorada por la lluvia empieza a desfilar. Caminan rápido, esquivando charcos y paraguas. Sonríen como dos enamorados, como si llevaran juntos once semanas y no once años. Se han regalado un día y una noche para ellos dos, de novios, y piensan aprovecharlos.

13 de agosto de 2018

Ejercicio literario v2


El buen humor que le produce la lluvia. Los días grises tienen algo especial. Los paraguas han brotado por doquier, como hongos en otoño, llenándolo todo con sus colores mientras el agua resbala por ellos. Y ella está pensativa, esperando a que se abra el semáforo. A su lado un hombre viste un traje que le queda impecable. Antes le ha echado un vistazo de soslayo, cuando miraba hacia el otro lado, a una mujer que pasaba. Le ha llegado un aroma agradable procedente de su lado. Los olores siempre despiertan los recuerdos y la imaginación, y su imaginación siempre ha estado un poco loca. Le gusta camuflarse entre la gente, pasar desapercibida; se moriría si alguien pudiera saber lo que a veces piensa su cabecita inquieta, especialmente en los días y las noches de tormenta...
Alguien se acaba de aproximar demasiado a su cuerpo por detrás. La incomoda. Está a punto de darse la vuelta cuando siente unas manos que le tapan los ojos...

Se acurruca contra el cuerpo cálido que se acopla a su espalda, acaricia las manos, grandes un poco ásperas, sonríe, siente cómo él se acerca y huele su pelo. Sus manos la hacen girar y, antes de poder decirle que la ha sorprendido, sus labios se encuentran. Se besan con ganas. Sus lenguas se encuentran. Se estrechan el uno contra el otro, conscientes apenas de la gente que empieza a circular alrededor esquivando su escena de amor.
Cuando se separan y sus ojos se encuentran, las sonrisas se congelan, se observan, se miran tan cerca, aún uno en brazos del otro, incapaces de moverse. No reconoce esos ojos oscuros y ve en ellos la misma pregunta silenciosa que está chillando su cabeza. "¿Pero quién es?"

10 de agosto de 2018

Ejercicio literario v1

(Esto llegó por curious cat, como reto "Ejercicio literario. ¿Te atreves a completar la historia?")

El buen humor que le produce la lluvia. Los días grises tienen algo especial. Los paraguas han brotado por doquier, como hongos en otoño, llenándolo todo con sus colores mientras el agua resbala por ellos. Y ella está pensativa, esperando a que se abra el semáforo. A su lado un hombre viste un traje que le queda impecable. Antes le ha echado un vistazo de soslayo, cuando miraba hacia el otro lado, a una mujer que pasaba. Le ha llegado un aroma agradable procedente de su lado. Los olores siempre despiertan los recuerdos y la imaginación, y su imaginación siempre ha estado un poco loca. Le gusta camuflarse entre la gente, pasar desapercibida; se moriría si alguien pudiera saber lo que a veces piensa su cabecita inquieta, especialmente en los días y las noches de tormenta...
Alguien se acaba de aproximar demasiado a su cuerpo por detrás. La incomoda. Está a punto de darse la vuelta cuando siente unas manos que le tapan los ojos...

Sin pensarlo, afianza el agarre del brazo desconocido, vuelca el peso de su cuerpo con toda su fuerza, lanzando por encima de su espalda a una figura que apenas distingue, hasta que aterriza despatarrado en el suelo, con cara de pasmo y un grito bastante cómico y nada masculino. Todo el mundo los mira.