31 de marzo de 2015

"Soy inmenso, contengo multitudes."

¿Me contradigo?
Pues bien, me contradigo.
(soy inmenso, contengo multitudes).
- W. Whitman-
 


"No tengo ningún otro paciente como tú", me quedo en suspense en espera de aclaración, "Te veo cada dos o tres meses... tampoco es tanto tiempo y de verdad que siempre que reviso la agenda y veo que vienes pienso en qué me contarás hoy, qué te habrá pasado en estas semanas".
Sí, no es el primero que me dice que a mí me pasan muchas cosas.
Puede que sí, que sea cierto o puede que me pasen tantas como a cualquier otra persona.
Había otro que me decía que conmigo es imposible aburrirse (aunque yo sé que al final todos se aburren y ya no admito réplica al respecto).
A veces yo quisiera un poco más de aburrimiento, de pausa, de calma...
Aunque también pienso que entonces, quizá probablemente, me quejaría de la falta de movimiento, del tedio, de la rutina.
La vida es arbitrariedad, no nos gusta pensarlo pero es así, a veces vienen dulces y sabrosas y a veces tocan tortas como panes.
A veces pienso (de algunas sé que sí) si, mis muchas-cosas no vendrán provocadas por mí misma que, no sé, de algún modo yo las atraiga. Pero siempre acabo concluyendo que en verdad me da igual.
Habrá quien me diga que soy complicada y yo le diría, lo que una vez me dijeron, que soy muchas mujeres en una.

30 de marzo de 2015

Me sube la bilirrubina, ay, me sube la bilirrubina


El Oso sabio hace mella y ahora, cada vez que me enfado, soy plenamente consciente de ello.
El viernes me enfadé en el trabajo con un señorito-toca-pelotas por algo que, en realidad, era una absoluta tontería.
Hoy me he enfadado en cambio, por que:
a) Niño Bonito haya pagado conmigo su falta de horas de sueño y
b) por que agota ser la que siempre está ahí para ellos pero ellos nunca están cuando la que los necesita.
Y, cada vez que me sube la bilirrubina (en serio, se dispara cuando nos enfadamos), el Oso acude a mi cabeza.
Y sé que tiene razón, que me deberían de dar igual todos aquellos que por acción u omisión me tocan la narices. Lo sé. Lo sé.
Pero saberlo no me ayuda a encontrar el modo de lograr que dejen de molestarme.
En algún lugar debe de andar, seguro, pero nada... que no lo encuentro.

29 de marzo de 2015

The devil has put a penalty on all things we enjoy in life. Either we suffer in health or we suffer in soul or we get fat

Cuando te pones a dieta todo tu entorno se convirte en un coro griego acusador, aleccionador y boicoteador.
Porque no lo olvides nunca: todos saben más que tú.
Saben que no deberías hacerlo cuando te preguntan "¿Y porqué te has puesto a dieta?".
Y son expertos en nutrición cuando analizan con ojo crítico el contenido de tu tupper cada medio día, o miran con suspicacia la fruta que comes, arquean las cejas cuando dices que no meriendas, que no, no quieres probar el pastel que ha hecho Pepita, que no te apetece una coca cola o que no quieres gominolas y que no, no pasas hambre (¿!).
Además, claro, están los boicoteadores, los de "Por un poquito no pasa nada", "Ya te portarás bien el lunes", "Está bueno eso?", "Buf, es que, comiendo así no vas a bajar"... O los de directamente "No lo vas a conseguir".

Lo que no saben es que, tras mi sonrisa de papel maché y mis respuestas tranquilas, está mi pelirroja tomando nota de todo en su pizarra mientras va rezonganzo, Y a ti qué te importa, y a ti qué te importa, y a qué te importa, y a ti qué te importa, y a ti qué te importa, Y A TI QUÉ TE IMPORTA.
Pero la tranquilizamos porque siempre, tarde o temprano, llegan nuestros triunfos. Como cuando la persona que más crítica está siendo te dice con rintintin "¿Fuiste a la dietista?" y tú asientes sintiendo como una sonrisa se extiende por todos tus rostros, menos el que se ve "¿Y qué, has bajado algo?" Mantienes un poco la expectativa "Sí, cuatro kg", le dices y ves como su mirada autosuficiente da un traspiés "¿En cuánto tiempo?", pregunta con un pequeño titubeo. "En tres semanas". Y ella hace "Oh" y ahora sí, tu sonrisa se expande, rebosa tus labios y lo llena todo.

Y luego está esa que te conoce, la que formula las preguntas adecuadas. "¿Lo estás haciendo bien?", "¿Lo sabe el NB?", "¿Te controla alguien?", "¿Comes bien?", "¿Tomas algo?", "¿Qué objetivo te has marcado?", "¿Y cuando llegues qué harás?". Y mi satisfacción de poder dar, sinceramente, las respuestas adecuadas.

28 de marzo de 2015

I still don't understand how my PMS makes you say stupid shit.


Oh, Dios mío.
¿Cómo pueden doler tanto unos ovarios? En serio, ¿cómo?
¿Qué maligno ser se ha instalado en mi vientre y me retuerce desde dentro?
¿Cuál? ¿Qué? ¿Porqué?
Es, literalmente, como si dos manos invisibles amasaran pan con mis tripas.
Me desangro como un cerdo en día de matanza.
Y no entraré en más detalles que toda mujer que lea esto conoce como el efecto de la gravedad cuando te pones de pie o reír/estornudar/toser. 
Me deshidrato y estoy tan floja que solo quiero hacerme un ovillo (única postura que relaja al ser malévolo) y dejar pasar el tiempo. Dormirme hasta... ¿mañana?
Siempre he tenido reglas malas pero esta se lleva la palma.
Duele un día, dos... pero ya van tres y sigue para bingo.
En serio, Biología, Evolución, Naturaleza, ¿¿¿porqué???
Por si no fuera difícil traer un hijo al mundo, encima esto cada mes. ¿¿¿Porqué???

26 de marzo de 2015

Madrid, Madrid, Madrid


Madrid es mi escapada solitaria, eso es bien sabido. Vuelo por la mañana, ipod y ipad en ristre, voy a la consulta y paseo por la ciudad (no siempre en ese orden), paro en mi Starbucks de Génova, vuelo a casa. Un día para mí, en el que todo cuanto se espera de mi persona es que llegue puntual a una cita.
Esta vez el planteamiento era distinto y me daba un poco de cosita echar de menos mi huidita ocasional. Pero no, para nada.
Pronto me descubrí contenta de llevarle sentadito a mi lado en el avión, de presentarle al Oso sabio, de corretear por los pasillos del metro de Madrid con él. El hotel que escogió (pues no os conté que todo esto -excepto la visita a Oso- era en verdad un regalo suyo) era genial, el frío paseo hasta el Palacio de los deportes no hubiera sido lo mismo sin poder colgarme de su brazo, ni volver de noche empujada por el viento.

Por si la experiencia no hubiera sido genial, además el Oso sabio tenía palabras mágicas para mí. Aunque al principio no sonaban muy bonitas.
- Hay una cosa que quería decirte -dijo y todos mis miedos comenzaron a frotarse las zarpas- Estás curada -dijo y yo parpadeé un par de veces asimilando la noticia. (Seis meses atrás me había dicho cosas feas y no esperaba algo mejor)- Y ahora, dime, ¿qué le ofreces al mundo, a la vida, a cambio de haberte curado?
Y, mientras yo seguía asimilando las dos palabras mágicas y mis monstruos malos huían despavoridos a los lugares más oscuros, lejanos y recónditos de mi universo interior, es más, se los tragaba un agujero negro y los hacía desaparecer. Él explicaba porqué cree que quien supera algo malo tiene que dar algo a cambio y que una tía suya dejó de comer piña cuando se curó de no me dijo el qué. Al final respondí que no tengo ni idea y él sonrió con esa sonrisa que me hace sentir muy niña.
- ¿Te ofrezco mi catálogo? -y yo asentí- Si yo fuera tú, ofrecería al mundo dos cosas. La primera sería no enfadarme -sonreí- y no me refiero a que las cosas te resbalen o que todo te parezca bien, si no que cuando te suceda algo que te contraríe sepas afrontarlo de otro modo y te sirva para crecer, para salir de ello con la autoestima reforzada, para ganar seguridad en ti misma.
- Pero yo no me enfado...
- Sí te enfadas -me dijo- pero no lo exteriorizas.
Debatimos sobre ello y acabé dándole la razón, por supuesto.
- ¿Te digo la otra cosa? No dejes que nada de lo que te suceda te lleve a la desesperación, por malo que sea, sabes que eres lo bastante fuerte para afrontarlo.
No le rebatí, me limité a asentir recordando cierta conversación telefónica con él, desesperada, sí.
Le conté muchas más cosas, un secreto y él me apoyó, "¿Porqué no?", me dijo y se comprometió a ayudarme. Luego se lo presenté al Niño Bonito y se gustaron.
Y luego, al salir a la calle, me abracé a mi marido y lloré. Lloré porque, joder, ¡estoy curada!

25 de marzo de 2015

Let me entertain you


Quería entretenernos, sí y nos dejamos.
Aunque lo dificil hubiera sido no dejarse.
Robbie Williams es un showman, lleva qué? Más de veinte años dedicándose a esto? Sabe lo que se hace.
Comenzó con puntualidad británica que, según he leído, dejó fuera a algún que otro asistente.
Una entrada elaborada y fulminante para abrir el concierto con la canción que da nombre al tour.
No se dejó por cantar ninguna de las(/mis) indispensables (de hecho justo antes del concierto el Niño Bonito me preguntaba y le enumeré seis canciones. Todas sonaron) e hizo homenajes de todo tipo. Al rock en general, al swing, a sus dos hijos... siendo especialmente reseñable el de Queen y la aparición de su padre en escena. Además, tocó fibra cuando dedicó su Angels a las víctimas del accidente aéreo.
Estando ya en los cuarenta desborda energía e, innegablemente, sigue siendo un niño malo.
Y nos encanta.

24 de marzo de 2015

It is nice finding that place where you can just go and relax.


Mañana me voy a Madrid.
A ver al Oso sabio, que me cuente cómo estoy.
Pero esta vez me llevo al Niño Bonito conmigo.
Por la noche iremos a un concierto y pasaremos la noche en la capital.
El jueves vuelta para casa.
Escapadita entre semana. 
Qué bien suena.

23 de marzo de 2015

Esos bichos llamados hormonas


La tiranía hormonal me subyuga, me posee.
No hay nada que pueda hacer en contra de ella, así que decido cerrar a cal y canto mi boca.
Para que, al menos, nadie reciba sin razón. 
Dichosas hormonas y su dictadura.
Que vuelve locas a mis miniyos, desatando a las indebidas.

22 de marzo de 2015

Yeah, we sunk down to the bottom of the sea

The more that I wanted, the harder I squeezed
The harder I squeezed, the less you could breathe






Divers And Submarines by Passenger on Grooveshark
Divers and submarines - Passenger

21 de marzo de 2015

El error de los sentidos


El primer día de primavera, eso dicen. Aunque no sé, la noche entera se la pasó lloviendo y el resto del día, una niebla densa lo ha cubierto todo.
Pero insisten en que es primavera.
Igual que mi estado de ánimo, que se empeña en decir que estoy triste, por mucho que yo le diga que no. Que la niebla me encanta. Que me gusta ir a hacer la compra y comprar salmón. Y recoger la mesa de la cena que se alargó hasta tarde la noche anterior. Como me gusta cocinar para él. Y ponernos a hacer de paletas y electricistas un sábado por la tarde. Y luego acurrucarme en el sofá a ver una buena peli. Y que, aunque ahora él se vaya a dormir prontito, yo no, no pienso estar triste hoy.

20 de marzo de 2015

La arquitectura de los sueños (I)


Me hace gracia cómo mi inconsciente recicla escenarios.
Sí, esos lugares con los que sueñas de forma recurrente. El argumento del sueño es completamente opuesto, pero sucede en el mismo lugar.
Yo podría describir perfectamente un camino por el bosque con una gran curva al final que rodea un lago o un enorme piso con una distribución imposible.
Habrá quien me diga que le busque el significado pero, lo siento, ante esa petición única y exclusivamente optaría por la vena psicoanalista pues no creo en ninguna otra opción al respecto (me resultan curiosas determinadas asociaciones, pero nada más). 
Me gustaría saber en qué se basan o porqué mi mente se prendó de ellos para reutilizarlos una y otra vez, porque la teoría de la gandulería cerebral ya la he contemplado (si ya tengo un escenario para qué inventar otro?) pero entonces ¿porqué esos dos que no tienen nada de fascinante?
Hay otros increíbles. A mí, que me fascina la arquitectura, más de una vez me ha dado rabia no tener ni idea de ella, para poder plasmar en papel alguna de las cosas con las que he soñado. 

19 de marzo de 2015

Si segundas partes nunca fueron buenas... ¿qué pasa con terceras y cuartas?


Chica nueva en la oficina. Es la cuarta que tenemos ya en ese puesto, aunque parezca mentira a la tercera no fue la vencida...
Bromeamos a última hora "Tengo buena formadora", dice. "Muy buena", le contestan. Y yo me sonrojo y me salgo por la tangente.
Llevo todo el día tratando de:
  • explicarle bien sus obligaciones
  • rememorar tareas que hace más de dos años que dejé atrás
  • transmitirle procedimientos que mutarán mil veces de aquí a final de año
  • enseñarla a usar un programa nuevo
  • no volcar en ella las malas experiencias de sus tres predecesoras
  • que entienda bien lo que espero de ella
  • etc, etc, etc.
En determinado momento la miro desde un poco lejos "Es a y b, se parece a mí... Joder, qué triste".
Jefecito y Compañeritas preguntan qué tal y yo me niego a responder. No me gustan las primeras impresiones. No, no.
Hoy la gente está cariñosa y agradable, no sé qué les pasa.
Yo me fascino -y monto una pequeña fiesta privada y particular interior- cada vez que pienso que mañana es viernes.
Ha sido una semana larga, ajetreada, emotiva y cansada. Solo quiero dormir doce horas (porqué últimamente parece tan difícil dormir más de siete?) y, quizá, y solo quizá, pintarme las uñas.

18 de marzo de 2015

D'oh (II)


Estar feliz, gozando como un cerdito en un montón de barro, bajo el chorro de la ducha hirviendo.
Y que, de repente, la cortina se te pegue en un abrazo húmedo y pegajoso.
Y, además, cuanto más luches con ella... más se enganche a ti!!

17 de marzo de 2015

Once upon a time, a few mistakes ago


Un amigo me decía que yo tenía que escribir un libro.
Siempre le ponía excusas como que no tenía tiempo para ello, o una carencia total de talento y la poca constancia de mis ideas.

Lo que nunca le dije es que me da miedo.
Un libro (o novelilla) escribí hace años. Otros dos quedaron a medias, compartidos con distintas personas. Y me da miedo porque los personajes se me agarran, conforme les insuflo carácter e idiosincrasia cobran vida propia y luego me parasitan. Reclaman su vida, su historia, su devenir. No entienden de faltas de tiempo, de ritmos, de turnos. Ellos toman forma y no paran hasta verme plasmar en palabras lo que ya han hecho en mi mente.
Y son exigentes y tozudos. Esclavistas que se adueñan de mi mente.

16 de marzo de 2015

¿Pero quién me manda abrir la boca?


Es ese momento horrible en que dices algo, sin mala intención, y acabas metida en una situación de la que no sabes cómo salir.
Por ejemplo:
Estar en el comedor de la oficina, comiendo tranquilamente.
Que se te siente al lado un compañero de esos con los que hablas de vez en cuando (de series... de pelis... pero sobre todo de viajes).
Verle suspirar dos o tres veces con cara mustia.
Pensar: "Le pregunto?, No es asunto mío, Pero es que..., No, Venga sí".
Decir "¿Qué te pasa?" esperando recibir la explicación de que determinado proyecto no termina de funcionar, que el jefe lo agobia, que es lunes o que necesita unas vacaciones.
Recibir "Que me estoy separando".
A lo que, a ti se te cae la mandíbula hasta la mesa y tus a compañeras se les salen los ojos de las órbitas.
Al menos ha resultado que el chico necesitaba desahogarse y le ha ido bien hablar... porque si no...

15 de marzo de 2015

Done it


He sobrevivido indemne al fin de semana.
Ahora un capitulillo de algo y a dormir.

14 de marzo de 2015

"Teta que mano no cubre, no es teta, es ubre"


Me pregunto qué mano dibujante quiso recoger todo este espectro de pechos naturales posibles que el mundo femenino ofrece.
Y es que, la verdad, qué bonitas son las tetas.
Ninguna se me escandalice por el título pues os puedo asegurar que las mías están en el dibujo.

13 de marzo de 2015

I'm tired of ignoring that I march to a different beat.


Al fin es viernes... yuju... (nótese el tono desangelado de mi expresión).
Tengo todo el fin de semana planeado en cosas que no me apetece hacer.
Comida un día con unas personas que me son completamente indiferentes, unos amigos de mi familia política, agradables, sí, pero... les veo una o dos veces al año y, si solo fuera ir a comer, ni tan mal, pero estoy segura de que pasaremos allí la gran parte del día. 
Comida el otro día que no sé cuánto se alargará con una pareja que no me gusta especialmente (tampoco es que me disguste, simplemente no me dice nada) y otra a la que adoro pero que suelen querer normalizarme en cosas donde no se puede. Es decir, son de esas personas que se sienten ofendidas si no les cuentas que estás pensando en comprarte un coche nuevo (porque sabes que entonces analizarán todo el mercado automovilístico y acabarán concluyendo que: a- el coche que tú quieres no es adecuado para ti y b- ellos SABEN cuál lo es) o que, al verte tras unas semanas te hacen ese tipo de preguntas que sacan a la irónica que hay en ti, tipo "Oye, tu porqué llevas mechas?" a lo cual no puedes responder con sarcasmo porque si no te dicen que eres una borde. 
Y esta semana no tengo el chichi pa' farolillos, que se dice.
No sé qué me pasa si es que ando especialmente quisquillosa o es que las mentes humanas que me rodean se han alineado para opinar sobre mi vida, cosa que no soporto y estoy llenando un vaso que no debería de llenar... y sé que, si me sienta mal todo, entonces debo de ser yo y no el mundo, la que anda perturbada pero no puedo con eso, mira. Será mi talón de Aquiles.

Por suerte, al menos, hoy he ido a visitar a mi queridísimo Javier y tras una hora a merced de sus manos mágicas como que me importa todo un poco menos.

12 de marzo de 2015

I'm like a rubberband until you pull too hard


Tengo unas ganas terribles de llorar, intensas, enormes, inmesas, insondables.
Pero no me da la gana. 
No voy a permitírmelo.
Porque la razón de mis ganas no es un motivo válido.
No, podría serlo, pero no lo es.
Y yo hace años que ya no lloro sin causa justificada.
Ni por algo que no valga la pena.
Las lágrimas hay que reservarlas para cosas importantes.
Para cosas de verdad.
Dolor, pena, desaliento, rabia verdaderos.
Pero no gastarlas en esta estúpida sensación que se ha adueñado de mí.

11 de marzo de 2015

D'oh (I)



Cuando haces equilibrismo para ponerte un calcetín y esa porción de carne desnuda de la nalga, la que se asoma por el borde de las braguitas, toca la baldosa congelada de la pared.

9 de marzo de 2015

Propósito de enmienda


Irme muchos días, muy lejos y, además, disponer de mucho tiempo para pensar me ha permitido tomar perspectiva, ver mi rutina con cierta distancia, poder echarle ojo crítico a mi día a día, a mi vida.
He podido constatar que soy mayoritariamente feliz, lo cual no es moco de pavo. 
Ver cuáles son las cosas que necesito y las que no (el indicador de la añoranza suele ser buena unidad de medida).
Y hacer una lista con aquellas que no, no me gustan.
Algunas adquiridas y otras autoimpuestas.
Pasados unos días de regreso y dejado madurar esas ideas (porque de vacaciones todo se ve de otro color y la realidad no siempre es rosa), depuro mi lista y me propongo cambiarlas.
La cuestión será cómo para algunas y cuánto tiempo me llevará, para otras.

8 de marzo de 2015

Los treinta


"Ya verás cuando cumplas los treinta", me decían y yo me reía y pensaba que eran unas exageradas.
Pero ay, una vez cumplidos.
Tú te sientes igual, ¿qué diferencia puede haber entre veintinueve y treinta? Bah.
Pero el mundo no.
Para el mundo eres una hembra en fase reproductiva y ya te toca.
Especialmente si el año pasado te casaste.
Y no solo las abuelas / suegra / mi hermano mayor (que siempre ha sido un tanto maruja).
No.
También el director general.
Y tus amigas.
Y compañeras de trabajo.
Y tu cuñada (a pesar de ser tan solo trece días menor que tú y no haber procreado).
Hagas lo que hagas empiezas a oír los comentarios.
"Claro, porque en este piso tenéis más espacio, para cuando os haga falta".
"Oh, pues yo pensaba que hoy nos íbais a dar una noticia".
"¿Y qué, este va a ser vuestro último viaje solteros?".
"Bueno, a ver si cuando volváis me hacéis tieta".
Y así continuamente. 
A veces me dan ganas de decir que no vamos a tener hijos.
Por acallar las preguntitas.
Pero entonces suscitaría interrogatorios mucho más insistentes.
Así que me río y, si me acusan de secretismo, me río aún más.

7 de marzo de 2015

And I have loved you like a fool


Ella era una persona invisible.
Uno de esos eternos personajes secundarios en las vidas de otros.
La hermana del gamberro adorable, la amiga de la rubia despampanante, la novia del chico popular...
Esas de las que, cuando se la menciona, se dice "Sí, aquella chica... ¿cómo se llamaba?", "Sí, hombre, la novia del capitán del equipo de basket"... pero nadie la recuerda, podrían verla en el metro cada mañana y no reconocerla, haber coincidido con ella veinte veces y aún así no poder decir su nombre.
Ella era una persona invisible sí y era feliz en su condición.
Empedernidamente tímida disfrutaba de su relativo anonimato, de no atraer las miradas en las fiestas.
Hasta que un día él la vio.
Deambulaba tranquilamente de un lado a otro, observando a quienes la rodeaban sin que apreciaran su presencia, mirando las fotografías de la exposición con interés cuando sintió ese cosquilleo casi desconocido para ella en la nuca y, al volverse, allí estaban sus ojos verdes clavados en ella.
Y se sintió el centro del universo.
Y se sintió desnuda.
Y se sintió enrojecer.
Y se sintió estúpida pensando que sería una coincidencia, que no la estaría mirando a ella, no así.
Y se sintió desfallecer al volver a alzar la vista hacia él y verle acercándose, con la misma penetrante mirada.
Y no supo decir que no cuando la invitó a salir de allí.
Ni cuando la llevó a su casa.
Y no quiso decir que no cuando la besó.
Ni cuando la hizo suya.
Ni a los momentos tensos, las discusiones, las risas ni a la magia.
Ni a las poesías y los dibujos.
Ni a las horas, los días, semanas y años que pasaron juntos.
Y, cuando él se fue, no supo volver a vivir en la sombra.
Lejos de los ojos de todos.
Alguien había sido capaz de verla y no podía volver a ser invisible nunca más.
Pero no sabía cómo hacer que los otros la vieran.
Ni siquiera sabía si quería que alguien la viera.
Alguien que no fuera él.


6 de marzo de 2015

It's no wonder that truth is stranger than fiction. Fiction has to make sense.


Seguís llegando hasta aquí, con vuestra cálida presencia, regalándome algo de vuestro preciado tiempo.
Y no puedo dejar de imaginar que este espacio no es más que un faro encendido en una población habitada por fantasmas, una luz que atrae a los barcos en un último intento por conseguir provisiones para solo dar con casas vacías y campos yermos (o llenos de cosas inútiles, vamos).
Así como los diferentes perfiles que le he ido creando a esta Ficticia parte de mí en las distintas redes sociales. Perfiles vacíos, de voyeur y egoístas, que solo me sirven a mí para asomarme a casas ajenas y que no aportan nada de nada (excepto para aquellos que coleccionan seguidores, para los que soy una muesca más en su colección). 

5 de marzo de 2015

I notice everything I just act like I don't.



Ayer me sermoneaban diciéndome que "hay un proverbio chino según el cual, no debes preocuparte porque si algo tiene solución se solucionará y, si no la tiene, no puede solucionarse".

Yo renegué por lo bajini y no hice mucho caso pero la idea se quedó dando vueltas en la centrifugadora de mi cerebro, como siempre.
Más que el "si puede ser será, si no no" yo suelo pensar que, a veces, hay cosas que podrían ser de otro modo (a menudo mejores) pero que muchas de esas veces, no está en tu mano hacerlas cambiar y ya hace mucho que dejé de intentar luchar contra mareas.
Las montañas no se mueven por mucho que las empujes ni el mar se detendrá aunque te plantes en la orilla con esa intención.
Lo mismo pasa con la voluntad humana.
Puedes decirle a alguien lo mejor que sería todo si actuara de otro modo o lo mucho que te daña cómo lo hace, pero si no quiere, no quiere. Si está convencido de que actúa como debe...
Por mucho que quieras, el viento no deja de soplar.

4 de marzo de 2015

Wherever you write is supposed to be a little bit of a refuge, a placewhere you can get away from the world. The more closed in you are, themore you're forced back on your own imagination. Stephen King.



Siento algo casi obsceno cada vez que comienzo un libro de Stephen King.
Como besar con lascivia provocadora a tu mejor amante.
Sé que tengo que esperar y ser paciente, lo sé y no me importa, que la acción vendrá luego.
Y está bien, son sus preliminares.
Y los disfruto, sí, en cada palabra y frase, en ese humor tan suyo.
Como esos besos que nadie más te sabe dar.

3 de marzo de 2015

Whatsapp


F- Estoy en nuestro Starbucks. Jope, como te echo de menos.
D- Bienvenida. A la tarde te llamo. Yo también te echo de menos.

2 de marzo de 2015

De vuelta a la realidad





Una noche muy larga con demasiadas pocas horas de sueño.
Un madrugón.
Una ducha milagrosa.
Un autobús, un tren y un metro.
El coche sigue en el taller, tiene otra cosa rota. Deberá pasar allí otro día.
Dos abrazos, de los cuales uno en grupo.
Diez besos.
Dos sonrisas.
Veinte fotos.
Unos cuantos "qué buena cara", " qué guapa estás".
Dos cientos sesenta y tres mails (estamos locos o qué?).
Varias noticias a cual peor, la empresa en su dinámica.
Veinte grados centígrados en marzo (¿¿??).
Dos entrevistas de trabajo y las dudas existenciales de siempre:
  ¿Quien soy yo para decidir si alguien es válido o no para un puesto de trabajo?
  ¿Cómo decidirlo en treinta o cuarenta minutos si yo no tengo "ojo" para la gente?
  Al menos mi jefe y yo coincidimos en la elección.
  Algo querrá decir.
Hora de comer abducida por las candidatas.
Dos cafés.
Cero comida.
Muchas ideas tontas.
Aún más sonrisas.
Y encima pronto para casa.