31 de enero de 2014

Nubarrones en el paraíso


La gente dice que las parejas se pelean, que eso es normal. 
Incluso que es bueno para reavivar la llama, romper la rutina (y no sé qué otras cosas).

Yo, la verdad, pues no estoy de acuerdo. 
El Niño Bonito y yo no nos peleamos.
En casi siete años de relación creo que hemos discutido una vez. A veces nos enfadamos un poco (yo más que él), pero se nos pasa enseguida.

Menos antes de ayer.
Aunque tampoco es que discutiéramos, que no. 
Andaba yo liada con nuestra fauna recién estrenada (y macabramente difícil de mantener viva), le hice un comentario y entró en cólera. No sé qué le dio. Me pegó una mala contestación de esas de salida de tono lo mires por donde lo mires, (un bufido, un moco, un gruñido, un mordisco... llamadle como queráis) que me dejó planchada por lo inhabitual en él. Pasados cinco minutos se metió en la cama y hasta ayer. 

Ayer, a la que entré en casa solté un simple pero siempre contundente "tenemos que hablar". 
Nos sentamos en el sofá, dialogamos. 
Reconoció la salida de tono, me pidió perdón y me explicó de dónde había salido aquel Niño Feito que lo había poseído. 
Le dije lo que pienso y se quedó a cuadros con lo que le conté, pues nunca me ha visto realmente enfadada y ayer la Pelirroja estuvo todo el día calentándome la oreja hasta el punto de estar muy muy cerquita de liberarse de sus ataduras y ponerse en plan Super Guerrer (espero que no seáis lo bastante mayores/jóvenes para no saber qué es Bola de Drac/Dragón). Cosa que podría haber sucedido si se hubiera puesto en plan negación. 

Así las cosas, aclarado, perdones dichos y dados, seguimos con la rutina habitual.

Pero no es tan fácil. 

No es tan simple como ayer haber pegado un polvo de reconciliación, no. Ambos procedemos de relaciones donde discutir se convirtió en el Pan Nuestro de Cada Día, también supongo que por eso los dos intentamos siempre no hacerlo, porque lo aborrecimos en su momento y nos quedamos muy raros cuando sucede. No sé si son las maletas-de-vidas-pasadas o la falta de costumbre, pero nos lleva cierto tiempo volver a fluir.

En fin, que ya pasará. Que ayer fue un día triste y hoy seguimos un poco nublados, pero seguramente mañana brillará el sol.

29 de enero de 2014

A friend is one who knows you and loves you just the same.


Reencontrarme con JJ siempre es genial. Solemos vernos de... año en año, más o menos, aunque esta vez "solo" han pasado seis meses, desde la noche de los fuegos artificiales.

Muchos mensajes de "tengo cosas que contarte, pero en persona" acumulados a lo largo de los meses, paso un buen rato recapitulando tratando de recordar todo lo que tengo que contarle. 
Viene a mi trabajo, salgo (un pelín tarde, cómo no) y ahí está, igual, igual que siempre. Solo le varía el largo del pelo. Quizá está más delgado, no sé. 
Sonríe, me abraza. Como siempre, siempre.

"¿Japo?", digo.
" Sin duda", dice.

De camino al restaurante me pone al día. Despido, cursos, aspiraciones, novia (novia!!), novia, novia, novia. Está taaaaaan ilusionado que me dan ganas de dar saltitos. 
"Cuéntamelo todo", digo. Y me lo cuenta. 
Entre el primero y el segundo cambiamos de tercio lo pongo al día yo. Trabajo, familia, planes de futuro, eventos pasados. 
Volvemos a la novia (jijijiji). Mis viajes. Los suyos. Experiencias. 

Con el café llega la conversación filosófica de rigor (no tener una charla filosófica con él sería como no hablar de cine con D: altamente preocupante). Esta vez versa sobre el paso del tiempo y el valor de las cosas/personas/vida que tenemos. Acabamos riendo.

Vuelta a la oficina. Abrazo abrazísimo. 
"Que no vuelva a pasar medio año...".
"Bueno, aún así estamos mejorando!".

28 de enero de 2014

Clap along if you feel like that's what you wanna do...


Pues al final ha tenido razón el viejito... Ha sido un ascenso.

Si lo debo resumir es un cambio de organigrama que oficializa algo que ya estaba sucediendo desde hace meses.
Asumo un cargo intermedio. Me da una subordinada más. Tendré que redistribuir tareas. Me quita un marronazo (sí, Dios, casi me da algo del placer de que me quite eso!), me da otro que asumo con agrado a cambio de soltar el anterior. Tengo que asumir alguna cosa, dejar alguna otra, quizá me toque viajar un poco, aprender a d e l e g a r (bufffff)... y, sobre todo, ser su mano derecha y cubrirle donde él no llegue... pero la mayor parte de responsabilidades ya las llevaba así que no me supone, a priori, una gran desbarajuste.

Sobre sueldo hablará con Dirección General (ya me tenía pactada una mejora para este año con la que yo, sinceramente, ya me conformo, pero oye, si me lo sube... yo no me voy a negar!).

¿Qué decía hace unos días? ¿Que si esto quizá me iba grande? ¿Que si debería de confiar en su ojo crítico? ¿Que si qué? Será mi sentido arácnido que rechinaba viéndolo venir...

En fin. Que es para celebrarlo y más con la que está cayendo.
Estoy muy contenta. Siempre sienta bien que a uno le reconozcan el esfuerzo que hace.

Y también agradezco, amiguitos y amiguitas, el interés. Mua.

27 de enero de 2014

Nervios, intriga, dolor de barriga!


"¿Podemos quedar mañana a las 8.15 para tomar un café? No te preocupes, no hay nada de lo que te tengas que preocupar".
Dice el whatsapp que recibo de mi jefe hoy a las nueve de la mañana (día libre). 
"Vale", respondo.

Y mi cabeza empieza a barajar posibilidades a más velocidad y con más arte que cualquier croupier de Las Vegas. 
Primero repaso arriba abajo todo lo que hago habitualmente. ¿Dónde la he cagado? ¿Qué he hecho mal? No se me ocurre nada que supusiera de una reunión prematutina.
Segundo paso: cosas pendientes. ¿Qué ha podido petar? No dejé nada urgente colgado. (Además me cuelo en mi correo a ver qué hay, por si... y nada fuera de lo habitual).
Tercer round: mi compañera. ¿Ha pasado algo de lo que quiera hablarme? Va con retraso en una entrega pero no me convocaría un café el día antes para decirme eso.
Cuarta mano: subordinadas. Que yo sepa hay una cosa ahí colgada con una, entre él y ella, pero no debería entrar yo en ese tema.
Quinto: filiales. Mmm... algo me dice que ahí anda la cosa. Me huele a chamusquina que se dice. Pero no he podido ser yo. 
Sexto: (vista hacia arriba) jefazos. Planeaba sobre nosotros una tediosa (e inútil) tarea que nos querían encomendar (y a que punto estuvo de partir por la mitad mi día de fiesta, reduciéndolo a una mañana libre) pero que estaba pendiente de decisión (y, además, él se empecinó en que si iba a coger fiesta la hiciera). 

"Bueno, sea lo que sea dice que no me preocupe", me digo.
Claro, que no me preocupe. 
"Por mucho que me ralle hasta mañana no saldré de dudas", me digo.
En los tiempos en los que vivimos, que no me preocupe!
Cuando ayer repentinamente nos enteramos de que también repentinamente el miércoles echaron a mi cuñado del trabajo. Claro.

Como mañana me cuente alguna chorrada lo estrangulo.
Apareceremos en la sección de sucesos. Y ya. 

26 de enero de 2014

Ni el pasado ha muerto ni está el mañana, ni el ayer escrito.

Among men and women, those in love do not always announce themselves with declarations and vows. 
But they are the ones who weep when you're gone. 
Who miss you every single night, especially when the sky is so deep and beautiful, 
and the ground so very cold.


Odio los días en los que te alejas de mí. No porque quieras (que esos son una verdadera tortura) si no porque, simplemente, uno no siempre puede estar en todas partes. 
Y, aunque lo comprendo, los odio. Porque te extraño. Porque no sé echarte de menos.
No sé cómo decirte que te necesito sin decírtelo, claro. Pues esas cosas no se dicen, no, hay palabras que nunca deben pronunciarse aunque me temo haberlas pronunciado ya en algún momento pasado. 
No sé estar sin ti. Ya no. 
Hasta este punto hemos llegado... 
Cómo lo he dejado suceder? Yo que no iba a volver a necesitar a nadie en mi vida, nunca, nunca más.
Ya ves.
Aquí me tienes añorándote, viendo pasar las horas, aguardando a que vuelvas. 
Sin saber cuándo lo harás. Matando el tiempo con cualquier cosa que me entretenga y no me deje pensar mucho en tu ausencia, en lo frío que se vuelve todo cuando tú no estás.
Te has convertido en algo así como mi sol, sé que en algún momento las nubes escamparán y volveré a sentir tu calidez en mi piel, pero hasta entonces...

25 de enero de 2014

Actuamos como si el lujo y la comodidad fueran lo más importante en la vida, cuando lo único que necesitamos para ser realmente felices es algo por lo cual entusiasmarnos.


Mi entusiasmo es una de mis grandes virtudes, cuando algo me motiva lo doy todo por ello, pero a la vez es un arma de doble filo, para mí, es muy peligrosa, porque tras mis grandes dosis de entusiasmo se esconden grandes dosis de ilusión. Me es muy difícil no generar expectativas cuando algo me ilusiona y eso a veces es un peligro porque donde hay ilusión siempre puede haber decepción. Especialmente cuando esas cosas no dependen solo de mí. Y las decepciones pesan, vamos que si pesan...
Tengo por ahí un gatito sabio, que me dice que no genere expectativas pero no sé cómo explicarle que yo no sé hacer eso, sin expectativas no habría ilusión, sin ilusión no habría entusiasmo y perdería parte de mi encanto (jajajaja).
Otra cosa que ataca las ilusiones es cuando se las cuentas a alguien y te las critica.
Yo nunca, nunca, critico esas cosas. Puedo estar más o menos de acuerdo, puedo implicarme o no en su proyecto si es que necesita de mi ayuda, pero nunca le diré que eso son tonterías, que se equivoca o que pierde el tiempo. No sé, quizá me parezca una locura lo que pretende, pero nunca se lo diré. A no ser que le pueda causar algún daño y, aún así, vigilaría mucho las palabras con las que se lo digo.
No sé porqué algo que para mí es tan básico... a veces no lo es para el resto de la gente (aunque siendo marciana ya debería de estar acostumbrada, lo sé). Sé que suena demasiado ingenuo para la edad que tengo, pero... supongo que lo sigo siendo.
Si algo te motiva, si te mueve, me da igual lo que sea, saltar en tirolina, aprender a bailar ballet, tocar el oboe, comprarte un ferrari o irte de viaje a la conchinchina... adelante, si te pinta una sonrisa en los labios el solo hecho de pensarlo, por mucho esfuerzo que te suponga, adelante.
Al fin y al cabo estamos aquí para intentar ser felices mientras esto dure, así que... aprovecha cualquier cosa que te impulse. Y si te equivocas... te equivocaste, fin. 


24 de enero de 2014

Sabes? Anoche apareciste en mis sueños, llevabas menos ropa.


Lo malo de los sueños, los de verdad, los que suceden mientras duermes fruto de la actividad de tu subconsciente, que no aquellos que son utopías o fantasías, cosas que imaginamos para huir de la vida real (o por simple aburrimiento) pero que son conscientes, es que claro, escapan a tu control y a veces te sorprenden. 
No me refiero a las pesadillas, no tienen porque ser desagradables, evidentemente a nadie le gusta tener malos sueños... pero no, me refiero a esos días en que despiertas y te quedas pasmada en la cama, mirando al techo y casi te dan ganas de mirar alrededor por si acaso alguien ha podido oír o percibir de algún modo tus pensamientos. 
Por ejemplo, cuando tienes sueños eróticos, bastante definidos y detallados, con un compañero de trabajo, una noche de desenfreno y lujuria, de erotismo puro y duro...
Lo cual te lleva a la mañana siguiente a tratar de evitarle, de no encontrártelo en la fotocopiadora o cruzarte con él, porque sabes que tú, que te pones roja a la mínima que algo te turba un poco, puedes acabar hoy como un tomate con una simple mirada, haciendo que el chico piense que te has vuelto idiota. 

23 de enero de 2014

El post que no era un post.


Esta noche no hay post, porque esto no lo es. Esto solo son letras rellenando el espacio porque tengo que complacer al pálpito, a la obsesión de publicar cosas, de desnudarme, de vaciarme. Aquí.

Pero no es que hoy esté vacía, tranquila o desnuda, no. Es que tengo deberes acumulados.
Todo la semana me atenaza una tonta culpabilidad al entrar a publicar mis tonterías y ver cómo la lista de cosas por leer crece y crece y crece y mi tiempo libre mengua, mengua y mengua.
Conseguí ponerme al día con las respuestas a vuestras palabritas adorables, lo siguiente era corresponder (que si algo soy es recíproca).
Lo intento por la mañana, a la hora del café, pero tengo otros deberes que atender y llego tarde al trabajo.
Y vosotros hay que joderse estáis productivos, venga a escribir cosas, bonitas, tristes, creativas, sublimes, geniales, graciosas, magníficas... cosas que yo necesito/tengo que leer pero para las que no tengo tiempo. Así que hoy se lo saco de donde sea, me he dicho (que viene a ser de escribir algo decente) porque se me acumulan vuestros rincones y luego, a veces, me tengo que comer las palabras porque ya llego demasiado tarde.
Iba a decir tooooodo el trabajo pendiente pero eso supondría nombrar solo a unos pocos y dejar en el tintero a todos los que leo en secreto. 

Así que nada, me voy con vosotros, a visitaros colándome de puntillas en vuestras a casas a ver (imaginar) cómo estáis y deciros algo, o no. Si os parece ver una sombra que se mueve o algo así, no temáis, soy yo.

22 de enero de 2014

'Cause the sweetest kiss I ever had is the one never tasted



Hay mujeres que pasan su vida tratando de reformar a un chico malo, mi debilidad siempre fueron los tristes, esos que necesitan ser salvados. Un hombre de sonrisa bonita y ojos apenados.
Me creía ya muy de vuelta de todo aquello, de esas ideas estúpidas adolescentes, muy mayor (y pagada de mí misma)... hasta que le conocí.

Hay heridas que crean afinidad y nosotros compartíamos una de las peores. Ni siquiera podíamos hablar del tema y yo necesitaba desesperadamente borrar aquel tono de profunda tristeza de sus palabras.
Ser su tabla de salvación, aunque me arrastrara al fondo con él. Y no solo eso.
Poco a poco fuimos descubriendo intereses y gustos comunes, ideas, fantasías, planes individuales que se ajustaban tan jodidamente bien... vamos que destilaba peligro lo miraras por donde lo miraras. Parecía hecho para mí, de pies a cabeza.
Si hasta compartíamos el mismo peculiar color de ojos!
"No, no, no. No podía ser", me debatía.
"Has de tener cuidado, ya has conocido a gente así y no acabaste precisamente bien...", me decía a mí misma.

Pero él, en lugar de apoyarse en mí, de recostarse sobre mis hombros y dejarse reflotar, tiraba de mí. Se preocupaba y me cuidaba de una forma... exactamente como yo quería hacer con él.
"¿Podía ser cierto?", me decía y, por más vueltas que le quisiera dar, no le encontraba la trampa.
Así conforme pasaba el tiempo iba cayendo, cayendo, cayendo en su red. Consciente de haber sido cazada, pero sin saber para qué, asombrada por lo sencillo, lo natural, que era todo con él, a pesar de los enfados, de alguna discusión, solventábamos cualquier problema que nos acechara. Juntos.
Lo peor era que no le estaba idealizando, no. (Mi mayor enemiga es eso: la idealización). Veía sus defectos y los aceptaba, sin convertirlos en virtudes, simplemente sabiendo que también yo soy imperfecta y de vez en cuando lo sacaba de quicio, como él a mí. Agradeciendo ser capaz de verlos, pues eran lo que lo hacían real. De verdad. No un papel redactado y representado para mí.

Y deseé convertirme en tatuaje en su piel, en colgarme por siempre de sus labios y refugiarme de cualquier cosa en sus brazos.
De ser su clavo ardiendo cuando lo acecharan los días oscuros.
De aprenderme cada peca, lunar, arruga, marca o recoveco de su cuerpo, mejor incluso que los del mío.
De perderme una tarde de domingo en el verdor de sus ojos y no regresar nunca más al mundo real. Nos sobraba la imaginación para inventarnos uno nuevo, suyo y mío. Viviríamos de sexo, besos, cine y literatura (metafóricamente hablando). Guardaría sus noches ofreciéndole mis pechos como almohada, luchando contra ese insomnio que de vez en cuando lo acosaba. Le leería poesías robadas de madrugada, entre las sábanas arrugadas, y él escribiría las suyas propias en mi espalda...

Pero la vida no era tan sencilla y el amor no siempre llega cuando debe.
Ninguno de los dos era idealista, lo que nos había unido (también y por contradictorio que parezca) era nuestro realismo. Seres pesimistas que optimizan su vida, huyendo de todo aquello que pueda generar conflictos a gran escala.
Él tenía su vida, yo la mía. Vidas felices y estructuradas. Que no estábamos dispuestos a sacrificar.
Y ambos lo sabíamos, en realidad, desde el principio.

Nos amamos, como quizá nunca habíamos amado a alguien. Con facilidad, sorpresa, dureza, desconcierto y ternura.
Con la certeza de no tener certeza alguna.

21 de enero de 2014

Without butterflies, the world would soon have few flowers.


Hoy ha sido un día de perfectas, preciosas, coloridas, cálidas, cariñosas y dulces mariposas.
De esos de sonrisa en los labios porque sí. 
En los que no importa demasiado todo lo externo, porque el interior anda revoloteando lejos de allí.

Y poco más puedo decir sin irme a lo indebido. Así que... 

20 de enero de 2014

La responsabilidad es un dolor de cabeza que te ayuda a ser mejor.





Me levanto cansada y solo es lunes. Me arrastro hasta la ducha con la esperanza de que el agua arrastre con ella el sopor que, entre las sábanas, parece haberse adherido a mi piel.
Pero no, no solo no mengua si no que aumenta a la que me pongo a planificar el día, tengo tanto que hacer, pero bueno, siempre tengo tanto que hacer que ya no debería ser novedad.
Además tengo pequeños dilemas que afectan a mi día a día, cosas que tengo que decidir como si matriculo algo en la uni o si retomo mis adoradas clases de yoga.
Una vocecita me responde que no tengo tiempo, otra me dice que no puedo vivir supeditada a las necesidades de la empresa, que tendría que ser capaz de asegurarme de salir a mi hora al menos dos días a la semana. 

Por otro lado mi jefe lleva un mes absolutamente... motivador.
No deja de hablarme de futuro, de un futuro prometedor para mí, lleno de posibilidades. Posibilidades que, no lo niego, me seducen. Supongo que todo lo no vanidosa que soy para otras cosas sí lo soy para el trabajo. Lo mío me ha costado, podría decir.
Es extraño lo que siento cuando alguien confía en mí, yo con mis eternos conflictos de autoestima y autoconcepto (jijijiji) me resulta muy extraño, muy... no sé cómo decirlo, cuando alguien confía en mí me siento muy responsable. No, confía no es la palabra, demasiada gente tengo a mi cargo para algunas cosas, no, la palabra sería más bien... apuesta. Él apuesta por mí. Parece creer en que puedo responder a ciertas cosas... Y él me sigue hablando de futuro, de crecimiento y me abruma. Sé que ahí están mis problemas de autoconcepto y autoestima.
De un futuro que no sé si no me va grande, pero si él, que es un hombre brillante, apuesta por mí entonces... será que puedo hacerlo, no?
Por otro lado, claro, me hace sentir realmente orgullosa que alguien a quien admiro laboralmente hablando, un hombre al que considero brillante, apueste por mí, dé la cara por mí, proponga cosas para mí, me abra puertas sin ni siquiera preguntármelo... Me enorgullece, me hace sentir super bien (no sé si puede haber algo más motivante) y a la vez me da un miedo tremendo. No poder ser lo que espera de mí. Y sé que no es bueno este pensamiento, al fin y al cabo es un trabajo, lo sé, pero no lo puedo evitar.
Quizá sea por el año y medio que estuve parada y la oportunidad que me dio.
Quizá sea por lo que Dani y yo llamamos la "responsabilidad estúpida".
En fin, que no sé, la realidad es que yo no puedo ir más allá de donde llegue mi mano, por mucho que la estire y mueva los deditos, tratando de alcanzar, aunque no sé, quizá mi brazo sea más largo de lo que creo pues con este hombre estoy aprendiendo que mis límites (laboralmente hablando) son mucho más amplios de lo que yo creía y, solo por eso, ya estoy agradecida.

19 de enero de 2014

La familia crece


C y yo hemos decidido ampliar la familia, en no muchos días seremos unos diez o doce más en casa.
El número aún está por determinar y el tiempo no depende de nosotros.
Y no, no es que me vaya a poner a tener hijitos como una coneja, no. 
Hemos comprado un acuario.
La eterna pelea de la mascota quedó en eso: peces.
No es el tipo de animal que yo englobaría en la denominación de "animal de compañía", pero sí es algo que cuidar y atender. (Solo falta el feedback, pero bueno, a eso ya estoy acostumbrada jajaja).
Ayer fuimos a por el habitáculo de nuestros nuevos bichitos y, la verdad, salí estupefacta y desbordada.
Que yo me pensaba que esto era llenar el acuario, elegir los peces, meterlos dentro y ale.
Que sí, que si son de agua caliente requieren de ciertos mimos más, como un termostato y alguna otra cosita, pero no ah, inocente corderilla! Cuánto te equivocabas...

Llegas tú toda inocencia y preguntas a la dependienta que muy amablamente te empieza a hablar de tiempos de espera, nomenclatura del agua, temperaturas, bacterias, acondicionadores, ph, dureza, tests... y tu cerebro comienza a colapsar. 
"El agua tiene que estar un mínimo de una semana en circulación con el filtro y el termostato, entonces nos traes una muestra para que la analicemos y veremos cuánta agua destilada tienes que añadirle para compensar su dureza". 
" Añades todo: decoración, filtro, termostato (...) le pones la proporción adecuada de acondicionador y a las dos horas le añades la bacteria".
¿Bacteria?
"Sí, la bacteria es la que coloniza el acuario?"
Porque sí, en un acuario la bacteria es Dios. De ella depende la vida de tus pececillos.

Siguiente pregunta inocente: "¿Cuántos peces puedo poner?"
Pensando que la cosa irá en función de los litros... pues no!
"Depende de los peces que quieras, si eliges por ejemplo a y b (llamésmosles así pues repetir el nombre en latín es demasiado para mí) puedes tener bastantes pues están acostumbrados a vivir en colonias apretadas, pero si quieres un c (idem) entonces no puedes poner tantos porque son peces muy nerviosos y estresan al grupo".
Estresan al grupo.
¿Estresan al grupo?

Así que llenas la cesta de cosas y te vas a casa rezando por que no se te olvide todo el conocimientos recién acumulado, que no adquirido. Preguntándote cómo logra sobrevivir algún tipo de pez en un mar, oceáno, lago, río o estanque, con los niveles de contaminación y estrés a los que lo sometemos, si tú necesitas prácticamente un master en ingeniería bioquímica para poder tener unos 15 en 40 l de agua.


17 de enero de 2014

El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.




En la consulta de Javier siempre tengo un momento de duda.
Me hace poner de espaldas a él y me mira. Me sujeta con suavidad la cabeza y me coloca recta.
Después se aleja de mí dos o tres pasos y, sin tocarme, empieza a evaluar.
"Ahí te duele, verdad?... Sí, eso está inflamado... Por aquí está un poco desviado..."
Por supuesto tiene razón en lo que dice y, después, a la camilla!
Una hora de relax. Mi hora. Antes cada mes, ahora cada dos, señal de que empiezo a mejorar.
Sí, dice que estoy mejor, aunque ahora mismo la rodilla tonta amenaza tormenta... supongo que mañana se vengará de que la ponga en sus expertas manos, pero que se chinche. Mañana soy toda todita toda de mi peque y a la rodilla, sinceramente, que le den.
Lo demás... bueno, progresamos adecuadamente, que ya es mucho.
Siempre salgo de allí ligera y suelta como el viento, con una movilidad que suele brillar por su ausencia, toda relajación y amodorramiento muscular.
Pero esta tarde conforme mi cuerpo comenzaba a denotar las artes javieriles, mi ánimo ha ido apagándose. No sé si Javier ha desbloqueado algo más que mis agarrotados músculos o si quizá solo necesitaba parar, darle al pause y relajarme.
No estoy triste, no. De hecho la tarde ha pasado amena, atareada con el Niño Bonito, de cotilleo por tiendas con la última idea que se nos ha ocurrido. Si no de que me voy quedando sin pila y eso me suele dejar blandita.
Si tuviera una lucecita de aviso hace un buen rato que habría empezado a parpadear pidiendo insistentemente que me enchufen a un cargador.
Pero como los humanos (aún) no funcionamos así... me parece que dejaré a mi niño viendo Amor quemarropa y en breve acudiré a los brazos de Morfeo.

16 de enero de 2014

Mi pequeño, mi gigante.


Hoy mi gordito cumple siete años.
Siete años!
Ahora comprendo aquello que decía siempre mi hermano de que yo lo hacía mayor. 
Cuando ves crecer a otra persona, que era un bichito rosado diminuto, frágil y precioso, recién horneado, recién llegado al mundo (parece que) ayer... y hoy cumple siete años.
Parece mentira, es para pedir un momento de pausa. 
Decir "Eh! Tiempo muerto! Necesito un break, que mi niño va creciendo y como no me pare a pensar en un parpadeo cumple otros siete y de repente es un adolescente, con un bigote incipiente".

Hace siete años exactamente (minuto arriba minuto abajo) mi hermano me llamaba para que fuera al hospital, recuerdo aquella pequeña sala de espera, la expectación allí sola (hasta que llegó la familia de la mami), aquel hombre solo también que de repente entra, sale, me mira y me dice "Soy padre". Con una fascinación y un sentimiento que me dieron ganas de abrazarlo y dar saltitos con él.
La extrañeza de verlo aquel medio minuto que mi hermano lo sacó envuelto en una toalla, con aquel gorro enorme (porque en esos días todo es proporcionalmente enorme respecto al bebé) y saber que ya lo quería, daba igual qué, cómo, después. Le quería con ese amor profundo y bueno que solo se siente por los niños. 
Observarlo dormidito, mientras su madre también descansaba, y alucinar con la infinidad de posibilidades que se abrían en mi mente para él. Darte cuenta de que llegamos al mundo siendo una total incógnita. ¿De qué color serán sus ojos cuando se le vaya el gris-azulón-recién-nacido? ¿Cómo será esa nariz que ahora no es más que un botoncito de carne? ¿Será nervioso e impulsivo como su padre? ¿Será cabezota y metódico como su madre? ¿Será compleramente distinto a ambos? ¿Se parecerá a alguno de nosotros? ¿Será alegre, extrovertido, serio, responsable, cabeza loca, simpático, responsable, irascible (elegid el adjetivo que más os guste del diccionario y ponerle aquí)? 
Pero lo más importante de todo, lo único que en aquel momento me di cuenta que me preocupaba, pinchándome el corazón y queriendo construir una burbuja para él: será feliz? 

Y hoy tiene siete años. 
Sus ojos son marrones, su nariz sigue siendo redondita y preciosa. Tiene un oyuelo (heredado de su madre) en la mejilla y unas pestañas laaaargas que volverán locas a las chicas en no muchos años. Es, físicamente, una calca de su padre y una mezcla de carácter de los dos. Dicen que se parece también a mí. Es alegre, ríe por todo, inteligente, muy muy bueno, cabezón, perfeccionista, cariñoso, divertido...
Y ahora me pregunto... Cómo será dentro de otros siete? 

14 de enero de 2014

Que yo también comparto los mismos miedos, también busco una cinta para atar el tiempo. También arrastro conmigo una cadena de sueños.



Las canas empiezan a asomar entre mis rizos. Tres o cuatro hebras plateadas a cada lado de la cabeza. Hay quien me dice que me tiña o que me haga mechas para que no se vean, para ocultarlas, esconderlas del ojo ajeno y supongo que mi propia vanidad me hará ceder tarde o temprano (o cuando aumenten de número), pero ahora mismo no quiero y no lo comprenden, y es que...
Cómo les explico yo que me gustan, por ahora?
Que para mí son una señal de triunfo?
De haberle ganado tiempo al tiempo?
Este año debería de llegar a la treintena, si todo va bien y todos me dicen "Ya te pesarán ya los años cuando pases de década" y yo lo dudo.
Cada cumpleaños que llega es una lucha ganada a esta vida nada fácil.  Una muesca más.
Otra piedrecita a mi favor en la balanza de lo vivido.

13 de enero de 2014

I would take a bomb, but I can't stand the noise.



Las ideas se maceran en mi mente, a veces oigo algo o sucede alguna cosa. 
Eso se convierte en una idea (claro) que navega por mi cabeza hasta el lugar que le toca, su contexto, ámbito, lugar de pertenencia (trabajo, Pepito, Menganita,...) se mete en el saco que le toca y se queda ahí.
Yo (mente consciente) la ignoro. Sucedió, la atendí, fue catalogada, fin. Hasta que, de repente, reaparece.
Como si fuera una mina marina.
A veces las veo venir, tengo tiempo de pescarlas, recogerlas y evitar la catástrofe.
Otras no, choco de lleno contra ellas. Boom! Explosión. Hombre al agua! 
No suelen ser grandes cataclismos (a pesar de lo exagerado de mi relato), pero tienen su efecto.

Cuando una explota las que están cerca (y relacionadas, porque se agrupan formando una red ordenada) amenazan con explotar. Vibran en la punta de su cadena de metal, esperando su momento.

12 de enero de 2014

Cuanto más sabes, más te das cuenta de que no sabes nada

Todas las piezas deben unirse sin ser forzadas. Debe recordar que los componentes que está reensamblando fueron desmontados por usted, por lo que si no puede unirlos debe existir una razón. Pero sobre todo, no use un martillo”
— Manual de mantenimiento de IBM, año 1925


Hay cosas que te hacen sentir bien contigo mismo, como lograr expulsar un virus de tu ordenador (sí, sí, así en plan exorcismo pues ya solo me quedaba leerle pasajes de la biblia a ver si así se marchaba).

No me tengo por un experta en informática, para nada, sé lo que sé, lo que cualquier usuario normal y corriente. Todos nos hemos enfrentado alguna que otra vez a la revelión del pc, pues sí, todos sabemos que de vez en cuando se cabrean y hay que hacerles mimitos.
Total que estaba yo, cual inocente corderilla navegando en internet el viernes por la noche, cuando de repente, zas! Pantalla en blanco, letra menuda, foto del rey. ¿Eing?
El "virus de la policía".
"Usted ha sido pillado infraganti (nada más y nada menos) tratando de acceder a contenido pornografia infantil y zoofilia, lo cual le acarrea una multa de 100€ que (claaaaro) ha de pagar por esta web".
Bueno, ya has lidiado con esto antes, así que nada te pones manos a la obra, pero oh, sorpresa!
Debe de ser una versión evolucionada ya que no solo no muere si no que sabotea tus intentos de erradicarlo (el ordenador no solo no se inicia en modo seguro, si no que entra en un bucle me-inicio-me-reinicio).
Así que frustrada decides tirar del último recurso: formatearlo.
Se lo dices al Niño Bonito que te pone cara de corderito "No, eso no, que pierdo el juego".
El Juego, su entretenimiento number one, cuya base de datos se dedica a elaborar, retocar y mejorar durante horas... te apiadas de él y así entras en modo ensayo-error.
Dando gracias a tener otros aparatejos en casa que se conectan a internet (también porque trajiste contigo un montón de trabajo de la oficina que tiene que estar hecho para ayer), te sumerges en el mundo de los foros.
A ver si con esto... me-inicio-me-reinicio
A ver si esto otro... pantallazo con la foto del rey.
Mmm... esta otra opción... me-inicio-me-reinicio
Vale, y esto?... Parece que sí... A ver... pongo en marcha el antivirus... la aparición de Juan Carlos.
Llegados a ese punto a la que entra el Niño Bonito por la puerta le pides el disco de arranque.
Te pone ojitos de Gato de Shrek y te ablanda.
"Le doy una oportunidad más", dices alzando un dedo amenazante y empiezas a buscar esa cosa que viste hacer aquella vez... sí, esa que no sabes cómo se llama y, por tanto, preguntarle al Sr. Google, pero llegado el momento te iluminas, se abren los cielos y un rayo de luz sacude tu cerebro. Eso!
Lo buscas y sí! Eso lo arregla fijo!
Encuentras un maravilloso tutorial (gracias-queridos-seres-benevolentes-que-colgáis-tutoriales-para-gente-tonta-como-yo) que lo explica paso a paso y... sí! (Fanfarrias, fuegos articiales!) Ordenador arreglado!

11 de enero de 2014

She never felt like she belonged anywhere,except for when she was lying on her bed, pretending to be somewhere else.

Nothing makes time pass or shortens the way like a thought that absorbs 
in itself all the faculties of the one who is thinking. External existence is 
then like a sleep of which this thought is the dream. Under its influence, 
time has no more measure, space has no more distance.


A veces no puedes estar donde debes.
Es decir, tu cuerpo está en un lugar y parte de tu mente consciente con él, claro.
Pero el resto de tu cerebrito juguetón se pierde.
Se enreda en ideas y pensamientos. Te hace soñar despierta.
Con infinitas posibilidades, otros lugares, otras personas, quizá incluso otra tú.
Un universo distinto, porqué no? O uno muy parecido a este, una realidad bastante similar a la que habitas, pero distinta en algunos detalles. 
En esos detalles.
Conozco alguien a quien le gusta soñar con futuros, presentes y pasados alternativos. 
¿No sería todo tan distinto si determinado suceso x no hubiera ocurrido en tu vida?
¿Y mi vida no sería tan distinta si mañana cometiera una locura y, pongamos, lo dejara todo para irme a vivir a la otra punta del mundo?
¿Y si, simplemente, cambiara algún detalle de mi rutina? 

Pensamientos inútiles, lo sé. 
Cuánta vida de mis neuronas, energía bioquímica, empleada en nada, lo sé.

Pero... soñar con imposibles siempre fue lo mío.

10 de enero de 2014

An obsession is where something will not leave your mind.

Your ability to use the principle of autosuggestion will depend, 
very largely, upon your capacity to concentrate upon a given 
desire until that desire becomes a burning obsession.


Me vigilas de cerca, empeñado en ayudarme en esto que me he propuesto. Me haces tus preguntas mientras yo me río, me dices que no haga ciertas cosas, pero cómo te explico que no depende de mí?
Que hay... cosas que es mejor hacer, por absurdas que parezcan, que soportar la neura de no haberlas hecho?
Me gustaría poderte explicar cómo funciona la (mi) obsesión, pero no sé. 
Hay una parte perturbada en mi mente, extraña. Y hay cosas que (por mucho que me empeñen en enseñarme lo contrario) no se curan.
La vivo, la llevo conmigo. 
A temporadas la ignoro, la reprimo, como si ya no me afectara, la llamo Monstruito y procuro no hacerle caso, aunque esté ahí presente en todos y cada uno de esos momentos tan suyos. Me la imagino como un bichejo de forma indefinida, con ojillos negros, melosa y seductora. 
Otras veces la desato, la dejo ir, me alío con ella y me beneficio de lo que me da. 

9 de enero de 2014

It must be love


Llego a casa agotada. Demasiadas horas todas la semana (cómo no!), me pongo el pijama, me desmaquillo y trepo de nuevo hasta el comedor.
Me dejo caer en un rincón del sofá, enroscada como la gata que soy entorno a un cojín.
Él está viendo un partido de basket. Cuando termina me pone el Pasapalabra y se dirige a la cocina.
Le digo que no quiero una de las cosas que quiere ponerle a la comida de mañana, se para a medio camino de la cocina y me mira con esa cara. Esa que solo le he visto ponerme a mí (aunque sospecho que nuestros hijos también la verán) y rompo a reír. Esa expresión seria, serísisisisima mientras sus ojos ríen conmigo. Que adoro y hace que (también para variar) me entren ganas de comérmelo a besos. 
Así, sin más, sin salsa ni aderezo. 

8 de enero de 2014

Y ante los tortazos de la vida, éste es mi elixir, existir es sentir,aquí sentir es escribir.


Es curioso como un pequeño detalle puede calar tan hondo, suponer tanto. 
A veces son eso, las cosas pequeñas, las que te acarician el alma. 
Un regalo, algo que una persona hace. Puede que no le lleve más de unos minutos, no le suponga ningún coste, pero te regale algo de un precio incalculable por el simple hecho de haberlo hecho para ti, de haberse tomado la molestia de perder parte de su tiempo pensando en ti.
Entonces, además de la calidez que otorga el cariño, me surge una duda... 
Cómo dar las gracias cuando las palabras no alcanzan?

7 de enero de 2014

After party


Al fin acabaron las fiestas, se acabó el ir de procesión de casa en casa, comiendo como si se fuera a acabar el mundo, repitiendo las mismas conversaciones, trasnochando en sobremesas que no se acaban nunca, jugando a juegos de mesa, criticando la gala de la tv.

Me dejan un lío intestinal que no sé si es fruto de algo que me sentó mal ayer o si de la acumulación de comidas poco habituales (y los excesos, sí, lo reconozco). Total que empiezo el año como lo acabé: enferma. Pero bueno, ya se pasará. 

Los reyes se han portado bien (es lo que tiene seguir "escribiéndoles la carta") y he tenido un regalito extra. Algo muy especial. Es realmente genial cuando alguien hace algo para ti... me sigo sorprendiendo y, a veces me pregunto cómo he podido tener tanta suerte. 

Por lo demás, vuelta a la rutina, que ya la echaba de menos. 
Soy un bicho de costumbres, qué le voy a hacer.

5 de enero de 2014

In the End, we will remember not the words of our enemies, but the silence of our friends.


Ando rebuscando en los cajones, me he acordado de algo que hace años que no toco. Una carpeta con dibujos... con esos pocos dibujos de los que alguna vez me he sentido orgullosa... Tiene que estar aquí, no puede estar en otro sitio... "No lo tirarías en la mudanza?", me pregunta una de mis voces, "No se quedaría en casa de papá?", dice otra. "No, no, yo lo he visto aquí", murmuro a la habitación vacía.

Encuentro de todo, un sobre lleno de fotos mías de cuando era pequeña... material de oficina como para montar una papelería... las típicas cosas de los cajones de un escritorio...

En el último, al fondo del todo, me encuentro con una bolsa amarilla de plástico llena de papeles. Por un momento no sé lo que es, la abro.
Las hojas están amarillentas y huelen raro. 
Me basta un vistazo para reconocerlo... Courier New... yo nunca uso esa letra, la odio.
Ella siempre la usaba, decía que era la letra ideal para una novela negra. 
Y no sé si lo era, pero la novela era buena, muy buena (aunque no esté bien que yo lo diga).
Voy pasando hojas, sentada en el suelo del estudio. Algunas están pegadas. Faltan páginas.
Esas son las que usábamos para corregir.
Están llenas de tachones, de correcciones, suyas y mías. Volver a ver su letra me araña.
Y recuerdo las largas tardes en su casa o en la mía, sentadas al ordenador, escribiendo a cuatro manos. Bebiendo Lolas (Cocacola light) y comiendo Gublins. Cómo el teclado cambiaba de manos sin pensarlo, un rato ella, un rato yo. Discutiendo hasta el más mínimo detalle. Demasiado jóvenes para algunas de las cosas que queríamos plasmar. Lo terrible que nos sonaba la palabra "bragas", pero cómo éramos capaces de describir un asesinato cruel y brutal, sin pestañear. Las letras avanzando por la pantalla.
Ella poniéndole raciocinio y yo emoción. Redondeando a los personajes.
Representando incluso las cosas que una quería explicar a la otra, si no nos entendíamos. Aunque rara vez no lo hacíamos. 
Ella...
Mi mejor amiga, mi hermana... la única persona en la que alguna vez he confiado ciegamente.
Nada, ahora mismo.
Un recuerdo. Una cicatriz. Un fantasma del pasado.

4 de enero de 2014

Siempre puedes encontrar algo bueno...



Hay una cosa que sí que me gusta de la Navidad, va, lo reconozco.
Hacer regalos.
No es que sea algo exclusivo de estas fechas, que no, están los cumpleaños, los aniversarios, las bodas, los nacimientos, los "porque-me-apetece"... sí, pero nunca juntas tantos paquetitos como para Reyes.

Me gusta pensar en qué comprar, ir a las tiendas a buscarlos, escoger algo para alguien a quien quiero.

Me lo paso bomba envolviéndolos, imaginando la reacción de mi Niño Bonito cuando vea lo que le he regalado (algo que sé que lo quiere y que no tiene ni idea de que le he comprado), la carita que pondrá mi sobrino cuando vea sus juguetes venidos de Oriente y cómo se entretendrá mi padre a montarlos con él e imaginando lo que dirán el resto de los adultos cuando reciban los suyos.

Hay algo que a todos nos gusta en abrir un regalo y a mí me encanta ver cómo abren los míos.

3 de enero de 2014

Flattery is like cologne water, to be smelt, not swallowed.

Appreciation is a wonderful thing: It makes what is excellent in others belong to us as well.

Read more at http://www.brainyquote.com/quotes/quotes/v/voltaire109642.html#ljmsOK98lk2SSjcq.99
Appreciation is a wonderful thing: It makes what is excellent in others belong to us as well.

Read more at http://www.brainyquote.com/quotes/quotes/v/voltaire109642.html#ljmsOK98lk2SSjcq.99
Appreciation is a wonderful thing: It makes what is excellent in others belong to us as well.

Read more at http://www.brainyquote.com/quotes/quotes/v/voltaire109642.html#ljmsOK98lk2SSjcq.99
 
Appreciation is a wonderful thing: It makes what is excellent in others belong to us as well.

Read more at http://www.brainyquote.com/quotes/quotes/v/voltaire109642.html#ljmsOK98lk2SSjcq.99
Appreciation is a wonderful thing: It makes what is excellent in others belong to us as well.

Read more at http://www.brainyquote.com/quotes/quotes/v/voltaire109642.html#ljmsOK98lk2SSjcq.99
Hoy me han dado una palmadita en la espalda que podríamos ascender a la categoría de achuchón.
Se me repiten las palabras, una y otra vez, una y otra vez, me olvido y de repente reaparecen en mi cerebro y yo las escucho, las miro (porque ya hasta han adquirido forma) y sigo alucinando.
En serio, tengo un problema con los halagos, siempre los he tenido, no sé recibirlos.
Al margen de que mi primera reacción sea enrojecer y dar las gracias (o rechazarlos, si puedo), después se quedan ahí. 
Mi ego es chiquitito y no tengo un armario archivador con la etiqueta de "piropos y halagos", así que puluan por ahí, dando coletazos, sin que sepa dónde meterlos. 
Porque mi mente responde a ellos con "es a mí?", "en serio?", "eso piensas?", "pero tanto?". 
Pero... No puedo negarlos, no sé, van a ir acompañados de hechos tangibles, así que entonces sí, deben de ser de verdad.
Pero molan, dejan un calorcito agradable, un "qué guay".
Sienta bien que el esfuerzo sirva de algo, las jornadas maratonianas, los findes cargando la carpeta roja que el Niño Bonito ya teme... que, no sé, alguien valora lo que haces.
No me lo voy a creer mucho, no es mi estilo, pero bueno, por un día de autosatisfacción inducida no creo que pase nada.

2 de enero de 2014

Dile que los suspiros del mar humedecen las únicas palabras por las que vale vivir.



 
Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.
 
Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.
 
Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos

A la espera de la oscuridad - Alejandra Pizarnik

1 de enero de 2014

I’m a hot air balloon that could go to space with the air, like I don’t care baby, by the way

Because I’m happy, clap along if you feel like a room without a roof
Because I’m happy, clap along if you feel like happiness is the truth
Because I’m happy, clap along if you know what happiness is to you
Because I’m happy, clap along if you feel like that’s what you wanna do


Estamos de estreno.

Espero cumplir algún sueño. Seguir amando y siendo amada. Conocer a más personas increíbles y mantener conmigo a las que ya conozco. Aprender a "dejar ir" lo que no se puede conservar. Cometer alguna locura, aunque no me salga bien. Seguir maravillándome con las cosas pequeñitas. Despertar muy muy triste pero que una canción me atuse las alas para que me olvide de todo. Ir más a mi playa. Mantener el trabajo que aunque me exprima, estruje y cada vez pida más me aporta algo (y un sueldo a final de mes, claro, que lo mío no es amor al arte). Deshacerme de más equipaje pesado e inútil, que siempre queda algo en la buhardilla. Bailar como una loca. Poder viajar aunque sea un poquitito. Retomar alguna pasión abandonada. Sorprender muchas veces más a mi padre y hermano abrazándolos en un arrebato. Hacer un buen trabajo con esa boda que no es mía pero casi lo parece. Darle este año al monstruito lo que quiere a ver si así se va y me deja en paz. Encontrar tiempo para dibujar. Disfrutar mucho más de mi pequeñajo. Leer más, mucho, mucho más. Cumplir con la cuota anual de conciertos. Seguir normalizando a mi disfuncional familia. No volverme loca. Estudiar otra vez. Bailar y jugar mucho, mucho más con mi muso. Hacer crecer a esta actitud menos negativa, que me hace bien, pero sigue en desarrollo. Conseguir adaptarme a las exigencias de la vida social (no me lo creo ni yo). Cuidar de mis amigos (desgastado, lo sé, pero es que soy lo peor con esto). Disminuir al máximo posible esa parte egoísta (y mala) que también hay en mí. Seguir volando sin miedo (o con él) a la caída. Sacar más a pasear a esa payasa que llevo dentro. No caer en otro hoyo de terror y malas ideas cuando toquen las revisiones. Seguir coqueteando con el abismo, sabiendo que si me caigo, bbbbbrrrruuuupppp volveré a lo alto y vuelta a empezar. Aprender algo completamente desconocido para mí. Sacar voluntad de donde no la tengo. Amanecer las menos veces posibles con ojitos de mapache. Querer cada día un poquito más a este hombre increíble que comparte mi vida. Crecer y ser mejor. Potenciar las cosas buenas. Aumentar mi colección de recuerdos, clasificaditos y archivaditos. Mimar y querer más a mis animalitos ficticios y al resto de personitas adorables. Mantener los pies pegaditos al suelo, a pesar de mi cabeza voladora. Cuidar a mis loquitas y quererlas a todas pues, aunque amenacen mi salud mental, forman parte de mí.
  
Y para empezar bien el año...  Let's dance babes.

 
Happy -Pharrell Williams-
Letra aquí.
Y si no tenéis suficiente, aquí hay 24 horas of happy.