31 de julio de 2013

Si te permites sentirte como te sientes en realidad quizá deje de darte miedo ese sentimiento.


- Tú has sufrido por amor... -me mira con intensidad.
- Mucho... -respondo y asiente despacio.
- Y, ¿volverías a pasar por ello? -mirada mía perpleja.
- No por el sufrimiento pero sí por la lección.
- ¿Y qué dirías que aprendiste? ¿Cómo reaccionaste a esa lección?
- Encerrándome -río- levantando barreras -dibuja una media sonrisa y asiente.
- (...) No me alegro de que sufrieras, pues el amor... no es agradable dar amor y recibir... dolor.
- Pero para aprender hay que sufrir -añado y me mira a los ojos, con esa mirada suya tan inteligente, asintiendo.
- Si sabes eso ya vas por delante.

Esa parte de mi charla con el oso sabio vuelve a mí, una y otra vez, esa y la otra parte que no puede contarse, esa en la que casi me empujó a la boca del lobo. Y me hace pensar... sí, claro que me hace pensar, se ve que a eso se dedican los osos sabios, encuentran atascos y los sueltan, pero claro... cuando los sueltan... 
Te da por pensar, como si tú no le dieras bastantes vueltas a todo por ti misma... solo que con otro punto de vista, quizá, y me doy cuenta de que si últimamente tengo líos es por mi causa.

La culpa es mía, sí, sí.
Toda, todita, toda.
Solo estaba errando en el fallo en sí.

Este es un embrollo que estoy creando yo. 
Estoy problematizando algo que no debería ser -tan- problemático. Creo una guerra en mi interior, saco a la mejor puritana que hay en mí y despliego el abanico de moralidad como filtro y censor de mis actos. Cuando en realidad, ¿qué es lo malo que estoy haciendo? Nada.
Debería estar disfrutando de algo bello, algo bonito que sucede en mi vida. De la dicha de, no sé, encontrar un tesoro secreto en este basto mar. Y en vez de eso lo convierto en falta e insatisfacción, como si no tuviera un precioso rubí entre mis manos, cuando sí, lo tengo y es hermoso. 
Y... ¿quién diría que es malo tener un diamante y también encontrar un rubí?

30 de julio de 2013

So take what you want, leave what you don't need


 Feel It All -KT Tunstall-

I'm looking to the sky
And I'll be listening to the stars
And maybe thinking of you
Wondering where you are
Do you know what you've done for me
You made my branches grow
Now they can play with the wind
And they can carry the snow

29 de julio de 2013

Someone as dangerous, tainted and flawed as you


Es agradable la sensación de cometer una locura (ligera, chiquitita) y que te salga bien.

Salamanca es una ciudad deliciosamente bonita, todo es de esa piedra color arena que la convierte en un terrón de azúcar moreno. Con su catedral que son dos en una y un astronauta en la puerta, la calavera y la rana (que encontré y ahora debería reportarme una gran cantidad de aprobados en la carrera), la cantidad infinita de facultades y escuelas, el puente romano, la casa de las conchas, esa bonita plaza mayor donde me quemé al sol comiéndome un helado, su casa de las conchas... 

Ana... Ana es un encanto. Nada más bajar del tren me esperaba con los brazos abiertos y creo que le costó un horror no salir corriendo por el andén para darme ese abrazo rompehuesos que me reservaba mientras me decía que no se podía creer que estuviera allí.
Me traigo conmigo, junto con ese abrazo, una cantidad de momentos inolvidables, los paseos, el intento de abordaje de unos veinteañeros nada más aterrizar en la ciudad y Ana diciendo "pero si casi podría ser tu madre", acabar empapadas sorprendidas por una tormenta, ver un arcoiris doble por primera vez, ser despertadas por el afilador, las risas con su novio cuando te dice que tú "pareces normal", casi perder el tren de vuelta y las charlas... a quien me conozca y le diga que me he pasado el fin de semana sin cerrar el pico no se lo creería, pero es que con ella es imposible callarse. Compartimos gustos y manías (tampoco le gusta que la toquen, por ejemplo), ciertas aficiones extrañas y, sobre todo, compartimos monstruo. 
Ver en ella esas mismas miradas que tú tienes, deciros en distintos momentos las mismas exactas palabras aplicándolas a la otra, compartir inquietudes, posibles soluciones y desvaríos.
Tirarte hasta las tres de la mañana, acostadas en la cama a oscuras, hablando del monstruo sí que resulta liberador. Sacar a pasear tu peor sombra con alguien que la comprende, que la entiende, que sabe lo jodidamente difícil que es andar sorteándolo, tratando de no caer en sus embaucadoras tretas, con alguien que, además, no se regodea en ello si no que, como tú, quiere combatirlo... Sacarlo a que le de la luz y que no te miren como si estuvieras loca ni te animen a saltar por el borde del precipicio. Eso es un regalo del cielo. 

26 de julio de 2013

El necio y el sabio habitan en pisos diferentes de la mente humana.



Me voy, mañana despliego las alas (o tomo prestadas las de un avión) y me voy con Anita.
Es un poco excursión, avión... tren... pero tengo ganas, no me importa.
No tengo ni idea de lo que vamos a hacer y, sorprendentemente no me inquieta lo más mínimo. (Eh? Y la Ficti controladora?). 
Los únicos planes que tengo son: estrujarla, darle un regalito que tengo para ella, reírnos muchísimo. 

Además, creo que es ideal que me vaya.
Siento el volcán de mi interior inquieto y como no lo apacigüe... 
Necesito desconectar de todo -en la medida de lo posible- pues ando con unas ganas de liarla (parda)  realmente preocupantes. No sé de dónde exactamente me sale esta vena provocadora, estas ganas de tentar a mi suerte, me descubro con unas ideas subversivas que hacen que me escandalice, que mis yos me miren de reojo tapándose la boca con la mano como damas victorianas.
Es como estar sentada sobre mi Caja de Pandora particular y que esta de brincos y botes, como si en verdad estuviera sobre un toro mecánico.
Entre eso y las ganas de destriparme... 
También necesito olvidarme un poco de mi rutina diaria, romper con ella, porque en la oficina cualquier día arranco una cabeza y no, no estaría bien llenar los cristales de "la pecera" de restos humanos... 

Así que sí, además de hacerme una ilusión loca (avivada por la que le hace a ella) creo que es pertinente un poquito de desconexión.

25 de julio de 2013

Encuentros en la tercera fase


Anoche estuve viendo fuegos artificiales, sentada en una porción de hierba, entre mi niño bonito y mi querido JJ.

Fue extraño. No se conocían, aún no, pero se llevaron bien.
Lógico, son realmente parecidos.
Oyéndoles hablar me resultaba cómico lo mucho que se asemejan, incluso físicamente, ambos son delgados y deportistas, de piel clara, ojos marrones y pelo castaño. JJ es un poco más alto, un año mayor, el pelo más largo. C es más atlético, más musculoso, más racional. 
No pude evitar pensar, sentada entre ambos, que hace seis años me debatí entre esos dos hombres. Y ambos lo saben. 

Después de los fuegos nos llevó a un sitio de los que él llama "mágico especial" y realmente lo era. Un local anclado en un pequeño acantilado, en el que bajando por unas escaleras entre palmeras enanas y con música de los 40-50 de fondo, llegas a una terraza de sillones de mimbre, en una cala, a tres metros del mar. Allí nos contó que se había roto su última relación, a qué se dedicaba ahora en su tiempo libre, que había evolucionado (aunque eso quedó pendiente para otra ocasión puesto que al estar C no quiso ahondar) y sus locos planes de irse a escalar montañas él solo. Yo le puse al día de mis últimas andanzas y, al llegar al "susto" del mes pasado le dio un vuelco, pero mantuvo la compostura y me dio las gracias por no haberle llamado cuando todo pasó, como yo bien sabía que no debía hacer. Pude ver en sus ojos las ganas de achucharme cuando se lo conté, pero se contuvo. 

Adoré a mi niño por no dirigirle ni una miradita suspicaz cuando nos despedimos y me estrujó con fuerza (JJ nunca me besa, él me abraza pues está convencido de que hay que hacer algo con mi problema con el contacto físico), no sé porqué aún, después de todo este tiempo, sigo en guardia por si le da un brote celoso (estoy traumada, lo sé). 

24 de julio de 2013

Should I scream or enjoy the ride?




Yo solía decir -en la época negra- que mi vida era un circo en el que a veces me sentía ridícula como un payaso... caminaba a menudo por la cuerda floja... me jugaba la piel domando a un león... y hacía de chica a la que le tiran cuchillos mientras gira atada a una diana. 
Ahora no, ya no siento que forme parte de un circo... ahora mi vida se ha convertido en una montaña rusa.

23 de julio de 2013

Es como un asesinato omnipotente, agudo, no soltamos el puñal porque amamos la herida, ese puñal conmemora memorias que morimos.


Loca mente mía me inundas con tus dilemas y juicios
¿Puedes estar en paz?
Que la vida se me va en un soplo de aire frío.
Deja sentir la tibieza de mi alma en el olvido
Pues cada vez que recuerdo no soy Yo ni estoy vivo
-Gustavo Estrada Luque-

22 de julio de 2013

And I don't wanna hear you tell yourself that these feelings are in the past you know it doesn't mean they're off the shelf because pain's built to last


Traducción aquí.


Para el hada madrina. Porque puedes, claro que puedes.
Aunque seamos masoquistas, melodramáticas e ingenuas...
yo navego contigo.


Heal over -KT Tunstall-

Guardo en mi bolsillo el color de la piel de una naranja...



Te guardo una tarde de sol,
una tarde de sol por si la quieres,
que ese es un tesoro que nadie podrá arrebatarte.
Te guardo una mirada risueña que nada pretende...
Te guardo en un bolsillo el calor de mi piel por si vinieses.
 Una tarde de sol - Manolo García- 

21 de julio de 2013

There are two tipes of secrets: those we kept from others and the ones we hide from ourselves.


A veces estoy muy triste, sin más. Es como quien tiene migrañas y un día despierta con un pinchazo latente detrás del ojo o quien tiene alergias y estornuda tres veces seguidas. Lo tienes y sabes que ese día te ha tocado.
Pues yo a veces me levanto con un hueco detrás de la boca del estómago, un vacío. Y lo sé.
Algunos días no tiene motivo, simplemente está ahí, otros días sí lo tiene, pero en realidad no tiene importancia que haya una causa achacable o no, eso está ahí y tengo que lidiar con ello.
Una forma es entregarme a la hiperactividad, que me entretiene y distrae, otra es escribir sobre ello. El problema es que últimamente siento que no puedo escribir lo que realmente quisiera, y sí, ya sé que ando abriéndome en canal y mostrando más incluso de lo que me creo que muestro, pero no, yo lo que quiero es destriparme, sacarlo todo fuera. Y no puedo. Y eso es malo, pues de las cosas atrapadas, esas que no le puedo contar a nadie, se alimenta ese hueco, le dan fuerza. 

Me gustaría ser más valiente, como mi hada madrina, y atreverme a decirlo todo tal cual, pero no, no lo soy. Y es curioso cómo la semana pasada pude coger al toro por los cuernos, sentarme con mi jefe y decirle claramente lo que pienso (que se está equivocando en su forma de llevar al equipo, que se le está yendo la mano, que vierte toda su tensión en nosotras, que no puede esperar que seamos perfectas...) jugándome la cabeza en ello, pero no soy capaz de escribir aquí, de lo que me pasa, de cómo me siento en realidad, coger todo el mejunge que tengo de emociones, miedos y dolores y verterlo. Aquí donde nadie me conoce, donde diga lo que diga, no tendría ninguna implicación "real" en mi vida. Pero... supongo que es que sí me conocéis. Supongo también que el término "real" es muy subjetivo. Qué es real? Aquello que puedes tocar, ver, oír? O cualquier cosa que puedas "sentir"? Porque yo siento el cariño de algunos sin necesidad de tenerles a mi lado, porque yo siento un dolor muy verdadero. Es, entonces, ese cariño irreal? No, yo no lo creo. Intangible, si queremos, pero no irreal. Y como eso, otras tantas cosas que he sentido, siento y sentiré. 

20 de julio de 2013

Quemándome las alas cual se ajan las dulces vestiduras de mis sueños.


 La imagen del amor como una rosa
abre sus encendidas ilusiones
y sobre el tallo esbelto resplandece
su oscura primavera deseada;
el naciente reflejo de su sombra
nubla el claro contorno de la vida
y nos absorbe su letal aliento
cual la luz la cautiva mariposa.
Alas llevo rondando el escondido
deseo de mi amor, ansiosas alas
me sirven como un velo trasparente
ante el divino rostro que enamora,
y en la locura de ese vuelo incauto,
quemándome las alas cual se ajan
las dulces vestiduras de mis sueños,
¿me acerco al ser extraño que está abriendo
sus abismadas aguas de belleza,
o cada vez más cerca de su vida
me alejo del misterio deseado?
¡Inútil desazón, vuelo perdido
que nunca detendrá sus angustiosas
alas negras de amor ante esa llama
del fuego primitivo que despierta
como una rosa el pasmo de los hombres!
Cual un pájaro ciego yo te canto,
porque eres mi sombría rosa amada,
y cuando está anegado de tristeza
mi corazón renueva sus canciones.
La Rosa -Juan Gil-Albert-

19 de julio de 2013

Vivimos en el fondo de un mar de aire.


Él era un hombre bueno y dulce al que la vida había golpeado demasiado, o con demasiada fuerza. Vivía esquivando las olas y lidiando con los revolcones que le daban arrastrándolo hacia el fondo de su mar. Tanto tiempo pasaba sumido en su pena que había aprendido a aguantar mucho mucho la respiración y, a veces, su piel se tornaba azul y brillante como la de un pez.

Ella, que cayó en aquellas aguas casi por casualidad, quedó prendada de aquella fuerza y aquella ternura que el hombre irradiaba y quiso nadar con él para, ya que no podía devolverlo a tierra firme, acompañarlo en su pena, no dejar que ésta lo arrastrara hasta los fondos abismales habitados por extraños peces y monstruos marinos, como unos zapatos de hormigón.
Pasó el tiempo, se hicieron amigos, charlaron entre burbujas, jugaron con los caballitos y las estrellas de mar, la enseñó a respirar bajo el agua para que no tuviera que irse, rieron, se divirtieron nadando entre los corales, jugando... hasta que un buen día él recordó que tenía que volver. "Tenemos cosas que hacer en tierra firme, de donde venimos, a donde pertenecemos", le dijo y se dirigieron a la orilla.
Él se puso en pie, el sol devolvió a su cuerpo el tono rosado normal, secando el agua de su piel y echó a andar por la arena. Pero cuando ella le quiso seguir, ponerse en pie para caminar hasta su propia porción de tierra, se dio cuenta de que no podía. Miró hacia sus piernas pero ya no existían. Sus extremidades se habían unido y los pies se habían convertido en aletas. Donde antes había habido muslos y rodillas ahora brillaba una preciosa cola de pez, larga y brillante, repleta de escamas de mil tonalidades de azules y violetas. Él se volvió al no verla caminar por la playa en dirección a su hogar y al encontrarla varada en la arena observando fascinada y horrorizada su nueva cola, corrió hasta ella. Pasó una mano por aquella piel resbaladiza y suave con gesto grave.
"Lo arreglaré", susurró y ella negó con una sonrisa triste, "Devuélveme al agua".
La tomó en sus brazos y se internaron en el mar.
"No te preocupes", le dijo ella acariciando su mejilla, "no pasa nada... ahora yo pertenezco a tu mar y tú a la tierra. Ve, camina sobre tus piernas con firmeza y con cuidado en la tierra traicionera, ve, no te deseo mal ni pena, de ninguna de las maneras. Sé feliz, en tu lugar, que yo quedaré aquí, mecida por las olas, refugiada en las cálidas aguas, yo quise ser sirena, nadie más tiene culpa, ahora soy del mar". 

18 de julio de 2013

Ma non troppo...




El último paciente del doctor Wilson, Reyes Calderón.
O lo que pienso de la mente humana.

17 de julio de 2013

I never had any doubt I knew that I would end up wrong and this is where I got.


Estoy descontrolada, esa es la verdad verdadera.
Voy poniendo parches, remiendos a mi pátina de entereza, de autocontrol, nadie desde fuera se daría cuenta de nada. Lo achacarían a la presión del trabajo o a "todo lo que ha pasado" (porqué no entienden que eso ya está, que hasta Octubre nada más, porque siguen esperando que "pete"? Tan increible es que lo haya llevado bien, que no haya una crisis ni un brote paranoide esperando bajo la superficie?).
Yo misma me lo digo, que están pasando muchas cosas y sí, es cierto, pero no son esas cosas las que me descontrolan. Es otra
Y tengo miedo, claro que sí. Y a veces lo cojo y lo retuerzo, hago papiroflexia con él, hago una bonita rana de papel y parece que se va... pero luego vuelve. Otras me lo miro y se convierte en una criatura viva, pequeña, incluso bonita, como un cachorrito de algo extraño, que me mira a su vez con sus ojillos negros. Me estudia igual que yo lo estudio a él. No sabe si comerme y no sé si matarlo.

Llevaba años sin sentirme tan vulnerable. Sin serlo
Pero ahora esto está aquí, lo soy y no sé qué hacer con ello. Tan descolocada me tiene que ni siquiera mis "yos" saben qué hacer, aunque fueran contradicciones preferiría una pelea de las de órdago antes que esta incómoda quietud en la que están.
Hablan del tema como hablan los abuelos de la crisis, en un bar mientras toman sus carajillos u observan pasar a los demás sentados en un banco del parque. Le dan vueltas y vueltas, cada uno dice la suya, incluso a veces se enfrascan en un animado debate hasta que llega la hora de irse a casa a preparar la cena y vuelven con la sensación de haber arreglado el mundo para poner la tv y ver que todo sigue igual.
Pues eso me pasa. Charlan, debaten, divagan, surgen hipótesis, una defiende fervientemente una nueva linea de actuación, otra dice todo lo contrario, pero cuando pregunto y pido una respuesta directa un sí o no, un qué hacemos, se miran entre ellas y agachan la cabeza coloradas. 
Eso me preocupa pues siempre, pasara lo que pasara, tuve claras mis emociones. Podía alimentarlas, estar de acuerdo con ellas y defenderlas, avivarlas, o estar completamente en contra y encauzarlas, disiparlas, contenerlas... pero ahora no están nada claras y no sé qué hacer.

12 de julio de 2013

Paciencia: forma menor de desesperación disfrazada de virtud


Mañana me voy a una boda, lejos, todo el fin de semana con mis suegros y cuñados. Yuju! (Nótese el tono irónico, por favor).
Odio estas cosas, llevo una semana de pena en el trabajo, echando más horas que un reloj, cansadísima y agobiada. Vamos, que nada me apetecería más que pasar el finde nadeando en casa, durmiendo hasta tarde, tirada en mi sofá, malgastando mi tiempo en nada. 
Pero no, tengo que madrugar una burrada pues el avión sale como a las siete menos algo de la mañana, cuando lleguemos al destino (un lugar más caluroso que Bcn, lo cual también me seduce mogollón) pasar el día yendo a los sitios donde quieran llevarme, después "dormir la siesta" y por la noche de boda. Al día siguiente todo el día de turismo (sí, sí, postboda!) pues el avión de vuelta es a las diez o las once de la noche...

En fin, no tengo ganas de otra larga pataleta a-mí-el-rollo-familiar-me-satura.
Intentaré disfrutar del viaje, de una ciudad nueva, del hotel, de la fiesta en sí misma que es la boda y de los momentos buenos de la compañía. Y para cuando me agobie... nada, para eso llevaré puesta mi mejor máscara.

Además, anoche C me dio un desplante de esos que me dejan tocada unos días, porque además, se lo digo y "ah, pues no sé", como si nada. Lo cual, si yo fuera de otra manera, no sería muy buena idea teniendo en cuenta del fin de semana que se aproxima. Pero no, como me dijo L ayer "es que como a ti se te ve así, tan tranquila, tan calmada... tan dócil". 

11 de julio de 2013

¿Qué es eso a lo que llaman vida, sino dos días de naufragio? Uno de bienvenida y otro de cansancio


Últimamente estoy de un filosófico-metafísico que a veces alucino.
Supongo que es normal, forma parte del proceso. La vida te golpea, te asusta, luchas, sigues adelante, pierdes, ganas... y luego (si es que esto es luego) llega la reflexión. 
Y la pregunta del millón de estos días es "en qué se me va la vida?".
De repente miro el calendario y me digo "joder, ya es 10 de julio!" Cuando no sé, tengo la sensación de estar, quizá en Abril. Y pienso y pienso y me doy cuenta de que lo único a lo que me dedico es a trabajar y a cumplir con mis obligaciones. Fin. 
Lo único que hago por mí (guuuuau) es el blog. Todo lo demás no y me abruma.
"En qué se me va la vida?"
Paso una media de doce horas en la oficina (para que, total, luego te metan bronca indiscriminadamente día sí, día no) una de ida y otra de vuelta. Duermo unas seis. Dedico unas dos diarias al cuidado personal (higiene, alimentación...). Quedan dos horas. Quedan dos horas! En las que suelo andar cocinando, cenando y manteniendo un poco la relación con mi chico más allá de compartir piso.
Dos horas... la verdad que abruma.
"Vale, pues hay que hacer algo por mí y para mí" 
Me cantan al unísono desde el fondo cerebral "Uni" (claro he tirado un semestre a la basura, pero no va a haber dos) y "Gimnasio" (sí... conforme se van unas obsesiones vuelven otras, es lo que tiene mi mente perturbada). Vale... pues ambas, me digo, y empiezo a hacer cábalas enclaustrando horarios, analizando horas y minutos, poniendo y quitando, encajando mi tiempo como un puzzle y todo cuadra. Tarán! La maga Ficticia ha conseguido lo imposible, puede hacerse. Bien, bien.
Me convenzo y empiezo a maquinar perfeccionando y puliendo el planning. 
Entonces llega un día como ayer. Aterrizo en casa cerca de las nueve, charlo cuatro palabras con C, me siento en el sofá mientras termina de hacer la cena y caigo inconsciente. 
Cómo voy a embutir más cosas en mi día a día si actualmente ya no doy más de mí? (Risas). 
En fin... habrá que intentarlo, porque si no hago algo "por mí" acabaré deprimida, que rachas de estas ya he tenido antes y no, no molan nada.
Además yo soy una chica multifunción totalmente así que... 

10 de julio de 2013

Mira, hoy no me apeteces, hoy no estoy pa' tus gilipolleces...


Se está cociendo una bronca con mi hermano y no quiero pelearme con él y lo estoy canalizando lo mejor posible, pero ya estamos sobre el fuego, en la olla de los caníbales y, como no cambie un poquito de actitud, a lo mejor me lo como yo.
Que sí, que yo entiendo que su forma de reaccionar a la preocupación es esa, siempre lo ha hecho, y que es como una gaseosa. Pero ya empieza a cansar.
No puede meterme bronca. Y punto. Nada de esto es culpa mía. Así que no.
Me deja caer que si C lo pasó tan mal las primeras semanas fue porque claro, como yo no le dejaba llamar a nadie... porque "el pobre lo podría haber llamado a él". A ver, iluminado, ¿crees sinceramente que mi novio va a llamar precisamente mi hermano mayor (neurótico y aprensivo en grado sumo, que si-le-duele-un-pie-ya-se-está-muriendo) para hablarle de lo mal que lo está pasando porque yo estoy mala? Por favor...
Me regaña porque no le he dicho nada antes, porque me lo he "comido sola". Primero, que no es así. Yo ya he buscado apoyo donde debía y tengo a C. Además, so' lerdo, si una vez que te has enterado estás de un apático que, cuando hablamos, tengo que arrancarte las palabras a bocados y acabo dándote ánimos yo a ti! Qué apoyo es ese? 
La mejor es el "pues ahora tienes que cuidarte" con tono enajenado. Perdona, aquí el que no se cuida eres tú. Yo llevo una vida sana y a excepción de algún kilo sobrante no hay nada que objetarme en cuanto a malos hábitos.
"No se lo tenías que haber dicho al papa" es otra de las grandes, acompañada del "pues haberle dicho que tenías otra cosa". Pero cómo voy a engañar a mi padre con esto! 
Si tiene cabreado hasta a C y eso que él se cuida muy mucho de decirme ni mu de mi padre y hermano...
En fin... a ver si se relaja un poco porque me está hinchando las narices y, la verdad, una no tiene el ... pa' farolillos precisamente.

9 de julio de 2013

Creo que, aunque nos hagamos daño, nunca amamos en vano.


Cuando aún no estaba formada como persona y, sin embargo, 
el mundo no me permitía apoyarme en los demás, 
Nana me hizo vivir un sueño dulce y excelso. 
Fue como un primer amor.
Nana -Ai Yazawa-

8 de julio de 2013

Cuánto pesa la arena...



Sí. Yo tuve un mar sobre mi arena.
Un mar grande sin límites, compacto.
La tierra de oro que abrasa soledades
estuvo henchida augusta del mar que ya no soy.

Picaban gaviotas mi cuerpo remeciente,
movíanse las naves arriba de mis olas.
Pues yo era el mar que hervía sobre la arena rubia,
la arena saturada que hoy clama por su agua.

¡Oh el mar aquí fantasma, el mar que finge el viento,
desmelenando dunas, al aventar mi arena!
¡Ay mar del agua espesa, la que corpórea y dura
ansían caminantes de mi desierto blando!

¿Qué arcángeles de fuego evaporar pudieron
tanto mar que hube, llevándolo a un abismo?
Es mi arena abrasada la más sedienta boca
que clama por un agua que le bebieron dioses.

Los hombres me caminan, soñándome poblado
de aquel mar que fue mío, el mar sobre el desierto.
Yo les mullo mi carne, les recibe mi arena
y se quejan de sed junto a mi sede sin huelgo.

¡Ay mar de mi génesis, el mar que me escurrieron
a una zanja de llamas: cuánto pesa la arena!
 Desierto Sájara - Carmen Conde

7 de julio de 2013

Quien no tiene alas no debe tenderse sobre abismos


Hoy me corroen el temor y la incertidumbre.
Alguien a quien quiero, a quien realmente quiero, ha desaparecido de mi vida de un plumazo.
No tengo forma de saber si ha sido voluntariamente o si le ha pasado algo. No tengo forma, por más que quiera, por más vueltas que le de a mi cabeza. No hay manera.
No puedo ni siquiera plantearme seriamente la posibilidad de que le haya ocurrido algo malo... pero me he descubierto varias veces en esta noche tan larga, prácticamente rezándole entre lágrimas a ese dios en el que no creo, que por favor, p o r f a v o r, esté bien. Que no sé, se haya cansado de mí, se haya aburrido, hartado, lo que sea, sé que puedo ser una carga... pero que esté bien.
Me desespera esta impotencia. Este no poder. Mi única opción es esperar y rogar por que si ha decidido irse al menos me de un adiós y... si no... que no le haya pasado nada grave.

I might as well stand in front of a bullet


6 de julio de 2013

Fin de la emisión


Queridos bloggespectadores,

la Dirección General de Teleficticia ha decidido suspender temporalmente la emisión del programa "Instrucciones para la autocirugía cardiovascular", dadas algunas denuncias recibidas por el supuesto maltrato, humillación y vejación a los que se sometía a la marciana protagonista del reality.

Disculpen las molestias y sigan disfrutando con nosotros de las "Crónicas de sucesos" y otros asuntos de desinterés.

Atentamente,

DG.

5 de julio de 2013

Please, teach me gently how to breath


Me hundo... Me hundo... Me hundo...
Las lágrimas me ahogan, aunque no estoy llorando y es por eso que me ahogan. 
Lágrimas que llevo semanas reprimiendo en el trabajo cuando me suena según qué canción, cuando leo según qué o me asalta cierto recuerdo.
Las que he tragado estando en casa por no estar sola y no poder dejarlas ir, justo como ahora.
Las que me he negado yo misma pues ya había liberado muchas otras.
Las siento, se me agolpan en la boca del estómago y me hacen un nudo en la garganta dándome ganas de vomitar (en sentido literal) porque se me están corrompiendo dentro, por no querer dejarlas ir.
Y me hundo, cada vez soy más pesada y, aunque lo intento, no me mantengo a flote. No puedo. 
Aunque a ratos no sé si quiero, pues este dolor es lo único que me queda de mi sueño y si lo dejo ir temo que se desvanezca, que se pierda en mi traicionera memoria, que sea como si nunca existió. Y no, no quiero olvidar que aquellas bonitas mariposas que ahora vienen a morderme de vez en cuando, un día habitaron en mí. Una cosa no quita la otra. Pero no puedo seguir así.

Y no puedo evitar sentir que esta entrada es una simple y llana humillación. Eso dicen algunas de mis voces interiores. Las mismas que me dicen que soy tonta y que no tengo derecho a sentir estas cosas y mucho menos a escribirlas o a llorar por esto. Que el blog empieza a dar asco.
Y me siento idiota, estúpida. mala, mentirosa e incluso zorra. Y no tengo argumentos suficientes para rechazar del todo ninguno de los insultos que me profieren y puede que eso, eso sea lo peor de todo. 

Soy experta en despreciarme, pero a este nivel es algo nuevo.

4 de julio de 2013

'Cause now I'm breaking all the bridges and at the end of all your lines.


No sé cuántos intentos habré hecho hoy por escribir algo.
Algo digno.
Pero estoy rara, muy, muy rara y no es que no tenga nada que decir, es que todo lo que empiezo acaba borrado, deja insatisfecha a alguna de mis yos que mucho me temo, van a empezar otra guerra. Lo noto. Discrepan de casi todo lo que alguna plantea o quizá solo sea un día tonto, en teoría había una tregua, al menos hasta que esto terminara.
Llevaba todo el día tranquilamente rara, pero ahora... ya no sé. Ese simple comentario ya genera conflicto pues la verdad es que en parte creo que no debería hablar de todo lo que hablo. Y creo eso por muchos motivos, pero hoy no es el día para exponerlos. Quizá nunca lo sea. 
Pero es que hoy no quiero ponerme a hablar de esas cosas, porque seguro que acabo con este estado extrañamente apacible en el que me encuentro y no, no quiero, no puedo abrir esa puerta que, con el golpe de viento del otro día se cerró.
No me engaño y sé que lo más probable es que tarde o temprano la oiga rechinar como en una peli de terror y algo acabe por salir de ella, pero ahora mismo no.

3 de julio de 2013

And I just realized that nothing is what it seems...


No sé si hay una conjunción de astros o si estoy más receptiva o qué.
Quizá es que he vuelto a aterrizar en el suelo después de una época voladora y por eso lo veo todo con más claridad, o que a pesar de mis tornados y huracanes en el blog, en todo lo demás vuelvo a ser la racional que fui y es eso lo que me hace ver.
La cuestión es que a veces pasan cosas que me dejan estupefacta, que hacen que se me abra la boca, cosas de esas que me abofetean y me ponen en mi sitio. (Cual "hostia mariana" porque esto pasa de revelación)
No es nada malo, siempre preferí la verdad, en todo y sin necesidad de paños calientes.
Lo duro es darte cuenta de que sigues estando tan ciega como antes.
Y más de una persona (en verdad todos excepto uno) te dice que "ahora no te encierres" y tú dices que no, que no, mientras vas echando cerrojos y las alertas suenan desquiciadas como si se hundiera el barco.
Déjenme mi derecho a pataleta -que siempre he creído que es el último que se pierde- son demasiados moretones, demasiadas rozaduras, no llegan ni a herida abierta, pero aún así me canso de tanta torpeza por mi parte.
Resulta incluso cómico que este bofetón me haya dejado así de estupefacta, pues en realidad no es algo importante... y me ha hecho sentirme bien en, no sé, quizá todo el último mes.
Lo malo es que tendría que coger a cierta persona y decirle "Pues tenías razón" pero no quiero (uy, de dónde ha salido este orgullo?), como a ese desconocido que días atrás me hacía una advertencia que ahora veo completamente cierta. (Madre... Tan cándida soy y tanto se me nota?).
Lo peor es el miedo que da darte cuenta de lo ingenua que puedes llegar a ser cuando quieres creerte algo.
Tal y como siempre habías sido.
Lo bueno es que con las tormentas de este último mes, no hay mucho que romper en la casa, los critales ya estallaron con la bomba nuclear y posteriores catástrofes naturales. Y esto no ha sacudido suficiente los cimientos como para hacer caer los libros de las estanterías o mover los muebles de sitio.
Solo queda una ligera sensación de... ¿en serio? Que me resulta hasta divertida.
Estar patidifusa, anonadada o perpleja es algo que, ciertamente, no experimento muy a menudo, me quedaré con eso, con las risas de la pelirroja resonando en mi cabeza, riéndose, claro, de mí.

Our finger prints don't fade from the lives we've touched



Hay personas que no necesitan rodearte con sus brazos para que sientas cómo te abrazan. 
Hay cuidados que curan, sin necesidad si quiera de que la herida sea "real".
Hay sonrisas que te reconfortan y se te contagian sin que haga falta que las veas.
Hay besos que no necesitan de labios para llegar a ti, a tus mejillas, a tu frente... o tu boca.
Hay hombres que no necesitan tocar tu cuerpo para dejar por siempre sus huellas grabadas en tu piel.

1 de julio de 2013

Sigue creando momentos


Lagartijeando ayer entre sol y sombra tuve una idea maravillosa para "escapar" un poco, así que tras meditarlo un poquito (nada, pasar revista mentalmente a la velocidad de la luz a pros y contras) escribí un mail a mi querida Anita haciéndole una proposición sino indecente sí un tanto atrevida y la muy loca aceptó.
Así que me voy, me voy en Julio unos días a casa de la que sin duda es mi hermanita mayor, a pesar del poco tiempo que lleva conmigo y del abandono al que la vengo sometiendo este año.
Y, a pesar de entre las dos situarnos en la media treintañera, estamos como dos crías preparando una fiesta de pijamas -Dios cómo necesito estrujarla!- y eso es lo mejor de todo: sentir ilusión.
Y es que eso es lo que necesito, pequeñas ilusiones inocuas (controladas, revisadas, sometidas a auditoría sentimental) que me mantengan entretenida, que distraigan mi mente. Preparar el viaje, investigar combinaciones. Viajar sola -me apetece- a un lugar en el que, aunque nunca he estado, sé que será como volver a casa.

Y no importa si esa a la que no puedo matar tiene algo que decir respecto a la zona geográfica en la que me encontraré, si se dedica a establecer y calcular cercanías y distancias, a elaborar imposibles posibilidades. No bonita, no.

Jugar con las nubes como si fueran cometas, en vez de dejar que me lleven con ellas.