31 de diciembre de 2013

Año Nuevo



Varias personas me han dicho últimamente que el 2014 va a ser "trascendental" en su vida o que va a ser "movidito e interesante".
Quizá también lo sea para mí, quizá todo cambie este año.
Quizá cuaje alguna cosa de las que están a medio cocer, suban como un bizcocho o se desborden del molde y la líen parda.
Sea como sea, no será indiferente. Ninguno lo es.

Lo que yo os deseo, de todo corazón, es que sea un buen año.
Que se arreglen los desarreglos que tengáis, si es que tenéis.
Que vuestros proyectos salgan adelante.
Que las nenas tristes encuentren motivos para sonreír mucho, mucho, muchísimo.
Que aquellos que necesiten catarsis las hallen, pase lo que pase.
Que la salud no os falte, que ya bastantes sustos hemos tenido últimamente.
Que no nos dejen los musos y las letras no se nos alcen en revuelta.
Que sigáis encontrando canciones, amaneceres, libros, películas, miradas (laaaargo etc) que os emocionen y hagan que esa patata que tenéis en el pecho dé un saltito al sentirse muy muy viva.
Que vuestros sueños no se conviertan en locuras.
Que todos cometáis alguna locura que merezca la pena.
Que alguien os quiera, que eso nunca puede estar mal y da sentido a muchas cosas.

En definitiva, que seáis felices, que eso es para mí, lo que hay que intentar en esta vida.

30 de diciembre de 2013

"...¿Y quién no tiene un amor?​ ¿Y quién no goza entre amapolas?..."


Hay días en que mi niño bonito está sembrado, se levanta con una sonrisa de oreja a oreja con esa carita que me hace detenerme a comérmelo a besos aunque llegue tarde al trabajo por ello.
Llega puntual evitando que le tenga que esperar, eso que tanto me molesta.
Bromea por todo y parece que cada cosa que sale de sus labios esté destinada a hacerme reír.
Me achucha a la mínima de cambio y se comporta como un pequeñajo cuando le curo la herida que andamos atendiendo desde hace días.
Cede a alguna cosa a la que no suele ceder.
Que no para de pedirme que le compre una tontería, sin saber que ya la tiene envuelta en papel de regalo, escondida en un armario.

Sí, hay de esos días.
En los que el corazón va dando saltitos, contento, ratificando su decisión de hace ya algunos años, con un mazo, como un juez. Clonc, clonc, cloc.
Días como hoy.

29 de diciembre de 2013

Days like this



Hay fines de semana así.
De pijama, mantita y sofá.
De telebasura porque tu mente no da para más.
De ojos hinchados, ojeras y nariz enrojecida.
De litros de zumo de naranja, paquetes de kleenex liquidados, caramelos asesinos y hierbitas intravenosas.
De maldecir al sol que entra por la ventana por maltratar a tus ojos doloridos y bendecirlo por calentarte la nuca.
De miradas de lástima del Niño Bonito y de su voz preocupada cuando te levantas a media noche.
De salir a la calle por cabezonería y preguntarte al momento "Qué hago yo aquí?".
Días de esos en que tu cuerpo dice que ya bastante tiene con pelearse con los virus como para encima hacer algo más.

Pero luego llega el día como hoy, en que parece que puedes volver a respirar, el ojo chungo parece que deja de llorar y la cabeza deja de palpitar y cruzas los dedos para que sea que los glóbulos blancos empiezan a ganar la batalla.


28 de diciembre de 2013

El Gato de las Navidades pasadas


Clin, clin, clin... aparece el gatito en escena.
Hoy en vez de cascabel lleva una campanita, dorada y pequeña y... pero qué veo? Un gorro de Papá Noel!
Le pongo los ojos en blanco. "¿En serio?"
Él se pasea altanero con el morrito bien alto, presumiendo de modelito y no me queda otra que reírme.


Entonces salta sobre mí y se encarama hasta mi oreja.
"Ya sé lo que tienes que hacer esta Navidad -me dice- escribir un cuento!"
Y me va desgranando cositas, para tentarme. Afirma saber el comienzo y el final, incluso la banda sonora! Lo único que me pide es que tenga un final feliz.
Yo resoplo "¿Un final feliz?"
"Sí porfi", dicen sus ojitos felinos.

Se hace el tonto, pero me mira travieso sabiendo que ha dejado caer una semillita que probablemente germine en mi mente. Claro, yo ahora también quiero saber porqué, qué pasa para llegar a ese final.
Gamberro.

27 de diciembre de 2013

When you forgive, you in no way change the past but you sure do change the future.

We must develop and maintain the capacity to forgive. 
He who is devoid of the power to forgive is devoid of the power to love. 
There is some good in the worst of us and some evil in the best of us. 
When we discover this, we are less prone to hate our enemies.


Hace pocos días cumplió otro de mis aniversarios. Pero no de los bonitos. 
Tal día como ese me rompieron el corazón por primera vez. En mil pedacitos de colores.
Después vendrían las reconciliaciones, los abandonos, las discusiones, los perdones...
Lo peor de él y, también, lo peor de mí. Muchas cosas que durante años me pesarían horrores, me harían guardarle un reverencial terror y un nada agradable rencor.

Pero con el tiempo conseguí perdonarle. Fue difícil, largo y no hace mucho que puedo presumir de esa paz interior, pero es muy liberador cuando sucede, cuando un buen día miras a esa maleta llena de piedras que traías contigo y ves que ya no son solo pedruscos.
Que dentro hay un anillo, un rayo de sol en su piel morena, un pequeño frasco de lágrimas suyas y mías, una cantidad ingente de besos, de tus rosas favoritas, poesías y canciones, un trozo de nube, aquella corbata... Un indeterminado número de objetos reales o intangibles, que albergan una cantidad incuantificable de recuerdos. 
Los hay malos, sí, peleas, dolor, engaños... y otros tantos más.
Pero también buenos. Sus grandes manos, mi mejilla en su pecho. Sus abrazos. Tantas, tantas palabras. Los paseos. Despertar medio aplastada. La forma en que nuestros cuerpos se acomodaban en plena noche, cuando uno se movía. 

No volvería por nada del mundo con él, lo malo sigue pesando más que lo bueno. Pero eso no significa  que no hubiera cosas buenas entre nosotros y poder valorarlas y recordarlas con una sonrisa es quizá, uno de los mayores logros que haya conseguido alguna vez.

25 de diciembre de 2013

There must be quite a few things that a hot bath won't cure, but I don't know many of them.

The truth is, you know, we need our anodynes.
You know that word, anodynes?
We need that in life some times.
A good warm bath can be one for you, or a whatever.



Me gusta de vez en cuando darme un baño, llenar la bañera de agua super caliente aunque luego me queme.
Sumergir la cabeza lo justo para que me cubra las orejas, encogiéndome para caber bajo el agua, que no es que yo sea muy alta, pero es que la bañera tampoco es que sea muy grande.
Disfrutar del aislamiento de estar bajo el agua, de ese momento en el que solo oyes del glup glup que provocan tus movimientos submarinos.
Supongo que por eso me gustaba tanto ir a nadar, porque debajo del agua no había nada, no había mundo, solo sonidos subacuáticos.
Me gusta ese punto de "flotación" que provoca el agua y te obliga a estar todo el tiempo pendiente de tu equilibrio.
Sentir el frío en las piernas, los pechos y la cara, mientras el resto del cuerpo se achicharra.
Me gusta sumergir un momento la cabeza del todo, como si buceara... y relajarme.
Olvidarme del mundo, de las obligaciones, de los que haceres, de las responsabilidades.
Bajo el agua es un lugar donde puede pasar cualquier cosa porque el mundo real no existe.
Cerrar los ojos y pensar que quizá, podría emerger en otra realidad, que mi vida podría ser otra.
Pero al mismo tiempo saber que realmente emergeré aquí y no en otro sitio.
Me gusta dejar la mente todo lo vacía que puedo (que no es mucho) y observar como las gotas de condensación se precipitan por la pared, en un descenso suicida.
Sentir las yemas de los dedos arrugadas como pasas.
Cerrar los ojos y captar esos pocos sonidos de las casas vecinas o de la escalera que logran colarse en el líquido que me rodea, creando efectos extraños.
Ver cómo el agua se mece, al ritmo de mi respiración creando pequeñas olas que amenazan con echarme espuma en la cara.

24 de diciembre de 2013

So this is Christmas...


A mí no me gusta la Navidad y eso cualquiera que me conozca un poco lo sabe.
No le encuentro el sentido, pero oye, si esto sirve para que todo el mundo esté feliz y risueño... mantendré atado a mi Grinch interior y disimularé.
Además este año me he librado de la mitad de compromisos sociales así que... na, na, que no me quejo!

Al margen de eso, que no me guste no significa que no haya aquí gente a la que quiero, que cada vez sois unos poquitos más miedito me da y no quiera unirme al deseo generalizado de paz, amor y todo lo demás.

Así que...

Mis queridos amiguitos y amiguitas de Blogger, espero que todos tengáis una muy feliz navidad.
Que a nadie le falten turrones, gambas, frutos secos, mantecados o lo que sea que comáis.
Pero sobre todo que tengáis cariño y amor, pues sois de verdad, personitas adorables que lo merecen.

Por si acaso a alguno le faltara alguna dosis del amor que estos días se supone que se derrocha, os dejo yo unos cuantos besos para cada uno, que oye ban baratos por aquí.

* Nurieta esta foto era para ti, pero no me he podido resistir... de todos modos es tuya, vale?

23 de diciembre de 2013

Strange things blow in through my window on the wings of the night wind and I don't worry about my destiny.


Así soy yo, como una bolsa de plástico que oscila en una corriente de aire.
Un aire que a veces la eleva por encima de todo, que a veces la deja caer en picado hasta casi chocar contra el suelo, que otras la mantiene ingrávida, ajena a todo.
Perdida en su vaivén. 
Flotando en la nada que es todo.
Bailando una melodía que solo ellos oyen.
Yendo y viniendo de un lado para otro, meciéndose en el espacio vacío. 
Podría la bolsa maldecir al viento cambiante que la mantiene siempre en movimiento de acá para allá.
Mareándola con sus cambios repentinos de dirección, pero no... no lo hace pues sabe que el día en que el inquieto viento deje de sostenerla se precipitará y estrellará contra el asfalto.


22 de diciembre de 2013

Allí donde el silencio se rompió las musas danzaron.

 Give a little time to me, we'll burn this out,
We'll play hide and seek, to turn this around,
All I want is the taste that your lips allow.


Si yo pudiera darte un beso. Nada más.
Tan solo uno, completamente indebido y fuera de lugar.
Pero beso al fin y al cabo.
Acariciar tus labios perfectos con los míos. 
Sentir su suavidad y calidez.
Saber por fin a qué sabes. 
Dejar danzar a nuestras lenguas.
Que tu nariz rozara la mía.
Enredar mis dedos en tu nuca.
Embeberme de tu olor. 
Tus manos estrechándome contra ti.
Solo un momento de nada, así chiquitito.

Si yo pudiera, mi querido muso, nunca más me faltaría la inspiración.
Alimentarías mis sueños durante las décadas que queden por venir.
Todo tendría sentido y ya nunca faltaría a mis dedos sobre qué escribir.
Give me love -Ed Sheeran-

Letra y traducción aquí

21 de diciembre de 2013

And we'll all grow, even hunger, to live unlike before

 
Yo quiero...

... mecerme en un columpio.
... desconocerme.
... sonreírme a un espejo.
... bañarme en el mar.
... correr bajo la lluvia.
... mirarme en tus ojos.
... meterme en una piscina de bolas.
... saltar a la comba.
... aprender que no siempre callar es lo mejor.
... montar en bici.
... volar lejos, muy lejos.
... tirarme en la nieve y quedarme ahí hasta estar entumecida.
... saborear tus labios.
... no sentirme como a veces me siento.
... susurrarte al oído las cosas que nunca te diré.
... ser adoptada por un gato.
... amordazar a la razón y cometer locuras.
... ser más lista.
... pasear por el bosque, un día frío.
... contarte todo lo que me oprime por dentro.
... darme permiso.
... no dármelo.
... ver una luciérnaga.
... acabar alguna de esas cosas que empecé.
... saber más, de cualquier cosa.
... ser mejor.
... perseguir algún sueño.
... y todo lo demás.


The curse -Agnes Obel-

Letra aquí.

20 de diciembre de 2013

Practico la alegría, no es un capricho cualquiera, un día descubrí que cuanto más la gastas más te queda



En los días de lluvia me gusta apagar lar radio cuando voy en el coche y escucharla.
Cómo las gotitas impactan una a una contra el parabrisas y el techo del coche, me encanta ese sonido metálico, como pequeñas explosiones cli-cli-cli.
Me gusta ver cómo caen al parabrisas y cómo se deslizan por el cristal, con la fuerza del viento.
Una de las cosas que más me relaja en el mundo es esa: oír llover.

19 de diciembre de 2013

Lately I've been, I've been losing sleep dreaming about the things that we could be


Somos como los protagonistas de aquella película, cariño.
Procedemos de dos planetas distintos, que conviven, paralelos y opuestos, en la misma órbita. Uno encima del otro.
Yo habito en tu cielo y tú en el mío, pero la gravedad de nuestros suelos tira de nosotros, imperceptible pero inexorablemente.
A veces nos escapamos, queremos creer que podemos vencer incluso a la física elemental, pero bien sabemos, que no hay un lugar en el que nuestras realidades puedan converger.
Podremos vernos, hablarnos, incluso por un instante acariciar nuestros dedos y labios, pero finalmente cada uno deberá de volver a su lugar, a la tierra a la que pertenece.

18 de diciembre de 2013

Tengo miedo de mi voz y busco mi sombra en vano.



Tengo miedo de mi voz
y busco mi sombra en vano.

¿Será mía aquella sombra
sin cuerpo que va pasando?
¿Y mía la voz perdida
que va la calle incendiando?

¿Qué voz, qué sombra, qué sueño,
despierto que no he soñado,
serán la voz y la sombra
y el sueño que me han robado?

Para oír brotar la sangre
de mi corazón cerrado,
¿pondré la oreja en mi pecho
como en el pulso la mano?

Mi pecho estará vacío
y yo descorazonado,
y serán mis manos duros
pulsos de mármol helado.

Nocturno grito - Xavier Villaurrutia

17 de diciembre de 2013

Una llamada telefónica


Una llamada telefónica puede trastocarlo todo.
Puede hacer que un camino que normalmente te lleva a fiesta y vacaciones se convierta en una procesión de pena y tristeza.
Que el hombre al que amas, ese chico sereno y calmado, se derrumbe en tus brazos y te mire con ojos de niño.
Puede obligarte a erigir tu armadura más blandita y mimar a todo el mundo, tratando de absorber algo de su dolor.
Que sean las dos de la mañana y estéis tomando café, quemando las horas.
Porque eso hacen los vivos cuando llegan los muertos. Pasar las horas, quizá abrazada a "tu prima" pequeña, mirando a un cielo ligeramente encapotado sin nada que hacer, más que ver pasar las nubes y a los visitantes, muertas de sueño pero sin poder dormir.
Que repartas besos y abrazos a diestro y siniestro, tú, la asocial.
Que en una mesa de seis cenen catorce que hace tres días apenas se hablaban.

14 de diciembre de 2013

Ashes to ashes, dust to dust, life is short so party we must



Ya lo habían anunciado y las intenciones del personal eran bastante claras: emborracharse y vaya si lo hicieron!

Cena. Copas. Discoteca. Desayuno. 
He llegado a casa a las 8 de la mañana.

Fue bastante como el año pasado, pero peor. Ya venía yo diciéndolo durante las últimas semanas, que me daban miedo, porque el año pasado se habían pasado un poco sin tener confianza y ahora sí que la tienen. 
La proporción hombre-mujer en mi empresa está bastante decompensada (tocamos a 4h por 1m) y eso se nota, porque llega una noche así que nos ven un poco arregladas y alucinan, nos miraban como si de repente, no sé, descubrieran que sí eres una mujer. De hecho el saludo de uno de ellos fue "Ostras F, estás irreconocible!". Pero nada pasaría de no ser por el alcohol.

Ya salieron de la cena bastante perjudicados, luego fuimos de copas hasta las 3, donde ya la cosa se empezó a ir de madre pero aún era contenible. De allí fuimos, unos 16, a una discoteca y acabamos cerrándola 7. 

Evidentemente los mejores momentos fueron en la discoteca, al final de la noche.
Mi jefe directo, ese hombre que siempre digo que admiro, que es un coco, llevaba tal cogorza que... no sé, casi se pega con unos tíos, se subía al podium, bailaba con una columna... 
Pero hubo todo tipo de momentos memorables: descubrir a uno de los jefazos liándose con una mujer al lado de la barra, que el compi mejicano me diera un buen meneo a ritmo de bachata, confesiones etílicas de todo tipo, unos y otros dándolo todo en distintos momentos, que uno viniera a lloriquearme porque le habían dado calabazas, meter a una de las nenas completamente hecha polvo en un taxi rumbo a casa, que me intentara ligar un guiri yogurín y vinieran a rescatarme, un rondo que me hicieron ya que éramos cuatro y la otra chica estaba en un rincón de charla con otro compi... la complicidad con M, el único medio sereno a parte de mí, perdernos él y yo, del resto del grupo (tras estar un buen rato intentando encontrar un taxi para mi jefe) y acabar tomándonos un café en el primer bar que encontramos...

Podría haber sido una noche deplorable, pues en realidad era yo la más joven del grupo guiando a un rebaño de compañeros etílicos. Pero en realidad me lo pasé genial. 

Lo complejo será, el lunes, volver a mirar igual a según quien.

12 de diciembre de 2013

El buen humor es síntoma de salud mental.

¡Dejadme escapar de la mentirosa y criminal ilusión de la felicidad! 
Dadme trabajo, cansancio, dolor y entusiasmo. -Sand-



Hoy no hay post. No, esto no es un post.
Es un absurdo divagar, porque esto del blog ha tendido a lo obsesivo (cosa que suelo ser cuando me intereso con algo, pero que no me suele durar tanto tiempo) y no estoy cumpliendo con mi cuota de post diario.

Y hoy no lo hay porque, básicamente, mis neuronas no dan pa' más.
Trece horas de trabajo han acabado con ellas y no hay nada que reprocharles a las pobres, hoy han sido muy productivas, han pensado mucho, mucho, mucho. Así que nada, ahora las dejamos descansar y mis dedos teclean esta soberana estupidez en piloto automático.

¿Cómo puedo pensar (sentir!) que hoy ha sido un buen día con tal exceso de horas en la oficina?
Solo falta que me echen un poco de aceite y seré la perfecta ruedecita del engranaje. En fin.

Además tengo a la ciática dando por saco pegando tirones de vez en cuando que me encienden un hierro al rojo vivo por dentro de la nalga. 

Y mañana, señoras y señores (retumbar de tambores): cena de empresa!!!!
Que ya sabes que no va a ir bien cuando uno de los jefes, el día antes dice "Podéis traeros amigas, que sois muy pocas y así no os sentís cohibidas" (A lo que A y yo nos miramos con cara de WTF??)
Eso merece un gran EN FIN. La cosa promete.

11 de diciembre de 2013

Sink in the river the lessons I learned.

I feel something so right but doing the wrong thing.
I feel something so wrong but doing the right thing.
 

Aprendemos cosas en la vida. Muchas, dicen que cada día te acostarás sabiendo algo nuevo.
Lo creo, cada día es una lección, puede que no te des cuenta, que no extraigas la enseñanza de algo hasta mucho tiempo después.
Puede que estés cometiendo verdaderos errores que repercutirán en ti durante años y que no lo sepas. Puede que estés haciendo algo aparentemente incorrecto pero que a la larga es muy bueno.

Las lecciones se acumulan, cada una donde debe. Se archivan y catalogan en tu mente. Conocimientos, anécdotas, experiencias, valores... Cada una adecuadamente etiquetada. Mi cerebro funciona así, como una enorme sala de archivo.

Pero a veces aprendemos cosas erróneas, porque las entendemos mal, porque quien nos las enseña se equivoca, porque simplemente están mal o porque escogimos un mal maestro. Vagamos por la vida convencidos de tener la razón, con la seguridad de que una idea es válida.
Bien, pues yo digo que no.
Que cada idea debe ser revisada, especialmente aquellas que otros te inculcan (moralidad, prejuicios, normas, valores...) o las que aprendemos con dolor. El dolor es un mal consejero para añadir lineas al libro del conocimiento, bien lo sé, convierte en piedras cosas que no lo son y pesan, vamos que si pesan...

Así que mejor será deshacerse de certezas, cuestionarlo todo. Y cuánto más fe ciega tenga quien te lo cuente, con más ahínco deberás cuestionártelo. Especialmente si tú lo crees a pies juntillas porque no hay peor enemigo para una misma, que el querer creer en algo.

Las cosas son o no son. Y si empiezas a creer que Son, dales una vuelta y míratelas desde otro ángulo, por si acaso.

Cuando te digan que algo está mal o bien pregunta porqué.
Plantéate si hay algún interés (o estúpido convencionalismo social) tras ese prejuicio.
Cierra los ojos, respira hondo y escúchate a ti misma. Intenta descartar la educación que te dieron, las normas sociales, lo establecido, los años de colegio de monjas, etc, etc, etc.
Escucha a ese corazón tonto que tienes y pregúntale si lo que haces o quieres hacer es bueno para ti.
Si tienes alguna duda, por pequeña que sea, que digan lo que quieran... di no.
Si tu corazón brinca de alegría y aplaude entusiasmado... al cuerno con el mundo!

Si puedes búscate un buen maestro. Que te atienda y que te guíe, pero ten ojo, no es fácil encontrar a uno bueno y, si tienes la suerte de encontrarlo, no lo dejes ir.

 

Counting stars -One Republic-
Letra y traducción aquí.

10 de diciembre de 2013

Silbaré el cansancio de sabernos tanto en el tan poco

“There could have been no two hearts so open, no tastes so similar, no feelings so in unison”
― Jane Austen, Persuasion


Hoy hace un año que mi vida cambiaría.
No lo sabía, ni siquiera lo intuía o lo podía adivinar... pero muchas cosas serían distintas a partir de entonces.

Un día normal y corriente. No sé qué desayuné, qué ropa me puse, ni si ocurrió algo digno de mención en el autobús. No sé si me reí en el trabajo de alguna tontería o si tenía un mal día. Si llovió o hizo sol.

Solo sé que ese día se abrió una puerta, que yo la abrí, y que todo sería distinto a partir de entonces.

9 de diciembre de 2013

Pues de nuevo sucede que la noche deja de ser oscura en nuestras horas.




Es hora ya de hablar. En esta puerta
el día terminó. Ven y reposa
junto a la luz de nuestras noches blancas,
la luz de estar a solas.
Ya todo es del amor, y velaremos
en las palabras tenues,
pues de nuevo sucede que la noche
deja de ser oscura en nuestras horas.
Agua fresca en tu voz, yo que la bebo,
tú cercana, tan cierta,
dormir y despertarnos poco a poco
en palabras de amor madrugadoras.
La luz de cuanto hablamos, fue dejando
un horizonte azul en la pared…
¡El día una vez más, y ven conmigo
a dar un nombre nuevo a cada cosa!

Es hora ya de hablar. En esta puerta - Enrique Badosa

8 de diciembre de 2013

Eres el adiós que nunca sabré decir


Hacía mucho frío, aún no era de noche pero ya había anochecido.
En invierno pasa eso, de repente está oscuro, pero solo son las seis de la tarde.

Teníamos que despedirnos, todo llega a su fin y nuestra tarde juntos ya no daba más de sí.
Él tenía un largo trayecto en coche, yo tenía que coger un avión.

- ¿Me darás un abrazo antes de irte? -pregunté tragándome las lágrimas.
- Solo un abrazo -respondió y, aunque ambos sabíamos que era mentira (o quizá por ello) asentí.
Me envolvió con sus brazos atrayéndome hacia él, uno cruzándome la espalda, el otro hacia arriba con la mano en mi nuca, sus labios en mi pelo. Yo rodeé su cintura con los míos y apoyé la mejilla en su pecho, envuelta en su olor.
Nos quedamos allí, suspendidos en el tiempo, como si no existiera nada más, como si no deshacer aquel abrazo pudiera mantenernos juntos el resto de nuestras vidas.
Sus labios acariciaron mi sien y sonreí sabiéndonos perdidos. 
Poco a poco nuestros labios recorrieron el camino que los separaba hasta unirse en un tierno y deseado beso. Se acariciaron despacio, reconociéndose, recordándose, queriéndose tatuar por siempre los unos en los otros, mientras sus manos descendían a mi cintura y las mías escalaban a sus hombros. Nuestras lenguas, envidiosas, los imitaron enredándose la una en la otra. 
Me perdí en su boca mientras saboreaba la mía.

- Te quiero -susurró en mis labios.
- Yo también te quiero -respondí entre besos. 

Nos estrechamos de nuevo y nos separamos, incapaces de decir adiós. 
Cuando le miré caminaba cabizbajo con las manos en los bolsillos, sequé mis lágrimas con el dorso de la mano y entré en la terminal.

7 de diciembre de 2013

Everything that drowns me makes me wanna fly.





No sé porqué es tan difícil dejar de lado las certezas, en realidad solo has de asumir que sí, que claro, incluso cuando crees que no es posible, que todo está claro, que conoces algo como la palma de tu mano, te equivocas.

Siempre hay alguna arruguita que desconocías o te sale una peca o te haces un pequeño corte de esos que ni te enteras y aparece una marca que antes no había... así que, si mis propias manos pueden sorprenderme, entonces cómo no va a hacerlo otra persona?

No es nada malo, simplemente debes recolocar algunas cosas. Pero eso no supone renunciar a la ilusión o al entusiasmo. Lo importante, lo realmente importante, sigue intacto y no se basa en una certeza infundada, de esas que se instalan en el fondo de mi mente sin que me de cuenta, que aparecen en forma de distintos frasquitos de vidrio, hermosos, elaborados, preciosos, que no siento (tengo que ver cuál de mis loquitas las produce y tener unas palabras con ella) hasta que algo las desmonta, entonces caen de su estantería haciéndose añicos. Pero está bien que se rompan, que desaparezcan.
Habías colocado mal una pieza del puzzle, lo mejor es saberlo. 

Corregirlo y luego salirte al jardín, a jugar tú con las mariposas, repararás en que algunas han cambiado algo, sus alas han sufrido leves cambios, la que antes lucía unos ribetes rojo intenso en la punta ahora luce un bonito naranja, donde antes había un tenue lila ahora hay un vivo violeta... pequeños detalles, sutiles matices que solo yo, que las conozco una a una, puedo apreciar.
Ellas, mientras, revolotean felices y ajenas ha todo lo que ha pasado y los murciélagos siguen a la sombra en su cueva, así que todo está bien.

6 de diciembre de 2013

Amarte por la ira en que mi razón enciendes.





Amarte con un fuego duro y frío.
Amarte sin palabras, sin pausas ni silencios.

Amarte sólo cada vez que quieras,
y sólo con la muda presencia de mis actos.

Amarte a flor de boca y mientras la mentira
no se distinga en ti de la ternura.

Amarte cuando finges toda la indiferencia
que tu abandono niega, que funde tu calor.

Amarte cada vez que tu piel y tu boca
busquen mi piel dormida y mi boca despierta.

Amarte por la soledad, si en ella me dejas.
Amarte por la ira en que mi razón enciendes.

Y, más que por el goce y el delirio,
amarte por la angustia y por la duda.

Deseo - Xavier Villaurrutia 

3 de diciembre de 2013

The brain is a wonderful organ; it starts working the moment you get up in the morning and does not stop until you get into the office.




Hoy he rememorado viejos tiempos en el trabajo. Viejos de viejos... de cuando empecé en esto.
De aquellos comienzos de mandá total. De horas y horas haciendo lo mismo.
Tiempos que nunca me desagradaron.

Tengo tal exceso de trabajo que al final ayer me quedé sin viaje a la capital a ver al Oso, pero consciente de que eso suena a queja debo aclarar que no pretendo quejarme.
Lo cierto es que la cantidad ingente de cosas por hacer, me ha ido salvando estos últimos días en que mi ánimo no ha sido muy alegre (qué raro no?).
Tener de vez en cuando un día de tareas mecánicas me resulta beneficioso, paso-uno-paso-dos-paso-tres sin aplicarle mucho thinking al asunto. Resulta en cierto modo relajante para mi cerebro, a veces, especialmente cuando una está blandita blandita.
Mi mente se pone en automático, pero necesita suficiente atención (por no liarla) como para que me pueda dedicar a pensar demasiado en nada. Es un estado de consciencia - inconsciente que me gusta cuando estoy tristoncilla o revueltísima. Una versión de ese botón de pause que tanto deseo a veces.

Sí, ya, refugiarse en el trabajo quizá no sea la mejor opción, pero eh, hay cosas peores.

1 de diciembre de 2013

What hurts? Waiting and waiting, waiting so much and so badly, waiting and consistently not having.

Son mis voces cantando
para que no canten ellos,
los amordazados grismente en el alba,
los vestidos de pájaro desolado en la lluvia
.

 


Hoy nos salimos todas al jardín.
Ayer combatimos el humor inestable afanándonos en la limpieza del hogar (que, de no ser por el malestar, no me iría mal un día de esos al mes porque está todo como los chorros del oro), pero hoy ya no hay tareas que hacer. Leer no sirve de nada. La música no consuela.
Así las cosas, solo queda sentarse en el jardín y esperar.

Una zona parece helada, pero no me he querido acercar por no constatarlo.
Hay niebla, les digo que no se alejen pero la pelirroja llevaba un hacha en ristre y ha dicho que iba a trozear algún árbol caído.
La morena se ha ido al pozo, a tirarle piedrecitas y ver el reflejo del agua.
La pequeña ha salido corriendo a por las mariposas que andan por ahí un poco desconcertadas, no saben qué pasa, pero tienen miedo del frío.

Yo me he quedado en el porche observándolas, cada una a lo suyo, aferrada a una taza calentita de café, luchando contra mi propio enfriamiento.

La única que no ha salido al trote (como toros de toriles) es la razón, no me ha extrañado, anda cabreadísima conmigo. Pero, al cabo de un rato, ha aparecido sentándose a mi lado.
"Hoy no", le he dicho y se ha limitado a quedarse ahí, sin pronunciar palabra pero diciéndolo todo con su presencia.