¿Sabéis esa escena típica de cine en que el protagonista se tortura viendo un vídeo casero de un familiar muerto?
A mí, personalmente, lo del ser-querido-muerto me convierte en un espécimen definitorio del cinismo, por aquello de que me molesta de una forma indefinible con qué gratuidad se tratan ciertas cosas, pero bueno, es cine, buscan vender historias, conmover, qué le vamos a hacer.
La cuestión (que me voy de tema) es que cuando veo esas escenas pienso "afortunado él/ella" porque tienen un vídeo con el que fustigarse. Yo no lo tengo, nunca lo tuve y mi memoria selectiva e imperfecta cada vez olvida más de ella. Sé que si no fuera por las fotos, probablemente no recordaría ni su rostro, ya no hablemos de ella en movimiento ni de lo que más me duele: su voz.
Pues bien hay un vídeo, uno solo, donde podría ser que ella salga. Donde es probable que salga, incluso puede ser, existe una factible posibilidad de que se la pueda oír hablar. Llevo años (algo así como una decena) tratando de que la única persona que lo tiene me lo deje para copiarlo, para verlo, porque nunca lo he visto y esa persona haciendo un gran alarde de generosidad (nótese la ironía en mis palabras) siempre se negaba con alguna excusa barata y estúpida.
La cosa es que hoy, esta mañana, ese alguien (cuando la última vez que se lo dije, me respondió que ella no lo tenía, cuando yo SÉ que la única copia que existe la tiene ella, porque además he sondeado a toda la familia en busca de la dichosa cinta) me ha dicho que ha hecho una copia para mí y que pronto -esta semana, probablemente- me la dará.
Y ahora siento a mi agujero negro picarme en los bordes, ¿saldrá realmente en la grabación? ¿Podré verla? ¿Podré oírla? ¿Podré hacer como esos actores de cine y regodearme en la imagen animada?
¿Cómo la veo? ¿Me la guardo hasta estar sola? ¿Encierro al Niño Bonito en el estudio y le prohibo salir hasta que le llame "oiga lo que oiga"?
Un aluvión de preguntas me ha tomado y, conforme pasa el rato van a más.
Confieso que me muero de ganas pero también estoy francamente asustada.