31 de enero de 2017

Mi soledad ha aprendido a ostentarte -Mario Benedetti-

Fuimos seres violentos.
Y no nos atacamos
porque ni uno ni el otro
rehusó ser atacado.

Qué hermosa soledad fundamos
sin saberlo,
tras la huida secreta
de las hojas, del río,
y algunas contraseñas del verano.

-Anna Emilia Lahitte-

28 de enero de 2017

Retos maternos: las clases preparto

Conozco mucha gente que me dice que no fue, a mí me parecen útiles. En especial para NB que si no, solo recibe lo que yo le cuento (es decir, información filtrada). En la clínica donde nacerá Bebé las estructuran en lunes teoría y jueves ejercicios (gimnasia, respiración y relajación).

Las de teoría me gustan. En general ya sé la mayoría de lo que nos explican (mi sobreinformación previa...) pero así me entero de cosas particulares de la clínica que de otra forma no me enteraría. También me ha ido bien para desechar alguna burrada que me habían explicado (y personas que se supone que tienen criterio... estoy analizando mucho mi entorno, últimamente y cambiando algunas etiquetas a las personas que me rodean...).

Las prácticas son otra cosa. No diré que no me gustan, pero la mujer que las da es un poco peculiar y eso no me ayuda. Solo he ido a una de respiración/relajación y sí, salí super relajada. Sé relajarme con la respiración gracias a mis tonteos irregulares con el yoga, lo que no acabo de ver es que en el momento D sea capaz de poner en práctica determinadas cosas. Y hay otras que directamente hemos descartado, porque a mí, lejos de relajarme, me pondrían de los nervios.

De todos modos pienso lo mismo que siempre: que la información es poder y que, hasta que no llegue el momento, todo es mero especular.

22 de enero de 2017

Retos maternos, status: flower power


Bebé ha comenzado a comportarse como un alien, sus movimientos ya no son difusas sensaciones ni repentinas patadas, ahora ondula suavemente empujando mi vientre hacia fuera, creando ondas extrañas y durante las próximas semanas va a ser una fiesta.

Yo he alcanzado el punto máximo de estado zen y me siento muy hippie. Todo lo relativo al embarazo me parece de lo más normal y cuando se sorprenden de lo bien que me encuentro (porque hay quien parece empeñado en que debo de estar ocultando algún síntoma más adverso que los que verbalizo), pienso que lo normal es estar bien, estoy embarazada, no enferma. En cuanto al parto también, he alcanzado la cumbre del hippismo y me parece un proceso natural, animal, que no es bonito porque no tiene que serlo (decidme vosotros un proceso fisiológico que lo sea...). Hace días vi un video de una chica pariendo desnuda, a cuatro patas, en el hospital, y me pareció de lo más hermoso.

El entorno también se va modificando y, aunque a Bebé aún le queden cuatro semanas de maduración y después otras cuatro (aprox) de poner gramitos para salir grande y lozano y no requetechiquito, ahora todo comienza a derivar hacia cuándo nacerá. No creo que tarden mucho en empezar a hacer apuestas sobre la fecha concreta y eso supongo que nos llevará a una conversación pendiente (desde mi punto de vista necesaria) que no sé si finalmente se dará. NB-madre está ciega de ilusión y a veces dice cosas que me dejan anonadada (y me asustan profundamente), sé, lo tengo totalmente asumido, que desde que el chiquinín salga de mi barriga me voy a ver inmersa en una guerra entre su bienintencionado y excesivo intrusismo, y mi celo irrenunciable por mi intimidad (y la de mi casa/familia), empezando por el parto en sí mismo (y he ahí la conversación), ella quiere estar, lo cual en su lenguaje significa participar, supongo que si la dejasen elegir, querría posicionarse entre mi pie izquierdo y la cabeza del médico/comadrona... nosotros no queremos que venga nadie hasta que Bebé haya nacido. En mi mundo, posiciones tan dispares han de comentarse para evitar dañar egos y levantar ampollas, pero no es mi madre así que yo dejo hacer. Mi padre opina que quiere que le avisemos cuando Bebé haya nacido "que así no se preocupa ni se pone nervioso" (por cosas así comienzo a entender porqué el resto del mundo me parece tan complicado...).

La relatividad del tiempo vuelve a hacerse envidente, casi palpable, quedan unos dos meses de espera y, a la vez, parece que toda esta fase llega a su fin.

17 de enero de 2017

El principio del fin que será comienzo?


Estos días todo parece resaltar la misma idea, la de que el fin del embarazo está cada vez más cerca.
32 semanas, matemáticamente 8 meses, pero para que nos entendamos unos 7 y medio.
El que era mi estudio se ha convertido en una (preciosa, aunque esté mal que lo diga) habitación infantil, un cochecito de bebé se ha estacionado en mi comedor, ayer comencé las clases preparto...
Y me hace feliz, por supuesto, no puedo explicar lo que siento cuando imagino a Bebé al fin en mis brazos, con su diminuta nariz y sus mini deditos de los pies, por decir algo, pero también admito que me abruma un poco.

9 de enero de 2017

El cálculo de la intensidad exacta de veneno que puedes ingerir sin perder el billete de vuelta de las sombras es una ciencia exquisita y delicada. -María .Rth-

He estado cometiendo un error de concepto.
Siempre me han molestado las opiniones gratuitas (aquellas que no se piden), eso es bien sabido, igual que pienso que la gente necesita hablar, rellenar el silencio y entonces te suelta lo primero que piensa, aunque a ti no te interese lo más mínimo su opinión (aunque tú veneres el silencio). Pero es que últimamente, todo me molesta más. Mucho más.
Vale que estoy muy hippie, muy "vive y deja vivir" en mi mundo de felicidad gestacional y las intromisiones son un fastidio.
Incluso creo que una parte puede ser hormonal, aunque en general esos desajustes los estoy llevando bastante bien, con algún caso concreto y excepcional (y un poco psicótico) como que me chirrien los dientes cada vez que mi suegra se refiere a Bebé como "mi niño". (Sé que es algo completamente irracional e injustificado. Por tanto culpo a las hormonas).
Pero a lo que voy, que me lío. Que me ha dado por reflexionar, por coger pico y pala y buscarle solución porque no son normales los niveles de irritación a los que llego, y me he dado cuenta de que el problema no son los comentarios de los demás, no hay nadie a quien pueda achacarle mala intención (y entonces sí, enfadarme con todas las de la ley y desatar los siete infiernos), simplemente son pesados, excesivamente bienintencionados o se creen en un derecho que yo no les he dado, pero eso no es nuevo ni debería alterarme lo más mínimo.

La culpa es mía, que les doy importancia, que permito que me cabreen. En vez de decir "sí, sí" y por-una-oreja-me-entra-por-otra-me-sale, me cabreo, argumento en mi defensa o me callo y me enveneno yo sola con todo lo que me gustaría decir y no digo. Me siento atacada y, dado que no me siento insegura de mis decisiones (que, por mucho que cueste creerlo siguen siendo racionales), lo único que queda es el error de concepto y, por tanto, de estrategia.

Así que he decidido dejar de hacerlo, a partir de ahora "sí, sí", como había hecho siempre, no sé en qué momento he perdido el rumbo y me he puesto combativa. Nada de argumentaciones que den lugar a que se piensen que los temas son algo a debatir. Nada de explicaciones de porqué he decidido esto o lo otro, pues no hay nadie a quien yo deba explicaciones (más allá de NB, claro).

Y cuanto antes empiece mejor, porque si estoy así ahora, no me quiero ni imaginar cuando nazca Bebé y los comentarios giren entorno a mi modus operandi como madre... hay que calmar a esa fiera antes de que sea si quiera capaz de morder.

4 de enero de 2017

Retos maternos (uno superado)



Al principio pensaba que, cuando la barriga creciera, me iba a molestar mucho que me la tocaran.
Pero, sorprendentemente no.
Tampoco diría que me gusta (con contadas excepciones) pero no, no me molesta.
Incluso cuando siento que Bebé se mueve advierto a los demás para que puedan sentirle.
Quizá es que, como sentirle es de las cosas más bonitas del mundo mundial, me apetece compartirlo.
O será que me estoy ablandando?