25 de noviembre de 2017

Excepto los poetas, ¿hay alguien más en el mundo capaz de nadar en una piscina sin agua?


"Me gustaría que la vida se pareciera más a las teleseries americanas, 
de ese modo, cuando las cosas se pusieran dramáticas, 
podrías hacer un fundido en negro y dejar todo para otro momento." 
-Submarine-

18 de noviembre de 2017

13 de noviembre de 2017

All parts of the human body get tired eventually - except the tongue. -Konrad Adenauer-

Tras casi ocho meses de vida de mi retoño, creo que va siendo hora de empezar a considerar a esa barriga que veo en plano picado, como algo mío.
¿Que en lugar de abrazarla como propia debería hacer algo más productivo (y destructivo para ella)? Lo sé, mi monstruito lo dice cada vez que se ven, pero seamos realistas, no está la agenda para clases de body combat y body pump. Tampoco se trata de amarla, comprarle una cestita y esperar que se quede para siempre, pero mejor será, mientras esté, llevarnos bien.
Las secuelas de mi pelea con un tigre, léase estrías, ya están asumidas, incluso confieso que siento un grotesco gustirrinin al pasar los dedos por ellas y sentir la piel rota, debajo. Como cuando algo te duele pero no aún así no dejas de tocarlo. Autoparafilias de los seres humanos.
Otras secuelas no tan visibles pero sí más molestas del casi parto y la cesárea son dos áreas frías e insensibles de mi cuerpo: una en la parte alta de un cachete, la otra más grande y extensa circundando la cicatriz. Dicen que (con mucho tiempo) volverán a la vida. Por ahora son zonas oscuras en mi cuerpo, lo cual traduce cualquier contacto con ellas en una sensación desagradable, un hormigueo amortiguado, unos pinchazos raros cuando corro o salto y un "porque sé que me estoy tocando, que si no diría que ese trozo de carne no es mío".
Son algo así como mi propio Frankesntein incorporado, vivo pero no.

12 de noviembre de 2017

Pero tengo mis dos piernas, el ánimo tranquilo y una buena reserva de todo lo tonto -Dalmacia Ruiz Rosas-

Es curioso lo que me pasa últimamente.
Paso el día pensando en cosas que quiero venir a explicar, exteriorizar, o simplemente divagar (o delirar) aquí. A veces incluso voy tejiendo una especie de borrador mental de lo que voy a escribir.
Luego, la mayoría de los días el momento no llega, la vida no me da más de sí (si no lo hacía antes no quiero ni contar ahora) pero hay algunos que sí, milagrosamente, se alinean los planetas, la cuadrícula del horario se dilata o simplemente paso de alguna otra cosa que debería estar haciendo (lista que cada día se alarga un poquito más, por cierto) y me veo en la tesitura de poder encender el ordenador.
Y entonces veo la pantalla en blanco y mis dedos se niegan a teclear, mi cerebro pasa de hilar palabras.
A veces, porque como he dicho siempre, yo no sé escribir de lo bueno, de lo bello y en estos tiempos, a pesar del cansancio y el corre-corre soy terriblemente feliz. Pero es que, vamos, cuando hago ese borrador mental de cualquier cosa relativa a Bebé, me suena a mí misma tan de coma diabético por empacho de azúcar, que no me atrevo a ponerlo por escrito.
A veces, porque cuanto más tiempo paso lejos de aquí más me pregunto a quién le van a interesar mis chorradas.
A veces -malamadre al habla- porque ahora vivo en tal de falta de mí, tan entregada a otras cosas, personas (léase ser pequeñito con necesidad absoluta de mami) y obligaciones, que cuando llega ese momento, simplemente no me encuentro en el entresijo de mis neuronas. Si antes había varias versiones de mí habitando mi cabeza ahora ha aparecido una nueva, La Madre, que si bien mantiene un cómodo orden acallando a las demás con bastante éxito -excepciones hay-, no deja lugar para mucho más.
Pero otras, la mayoría, me da pereza. Una pereza terrible.
Con el niño durmiendo, mi cena en el estómago y la de NB esperando junto al microondas, lo único que me apetece antes de irme a la cama es sentarme en el sofá, poner la tele de fondo y jugar un rato a un videojuego tipo tetris que tengo en el Ipad. (Oh, Dios, suena mucho más terrible escrito que pensado). Si decido hacer algo mejor con mi pequeño tiempo libre, como mucho llego a leer algún post y responder algún mail pendiente. No doy más de mí.

11 de noviembre de 2017

No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió. -Joaquín Sabina-

De entre todas las vidas que una vida
puede encerrar, tú y yo nunca escogimos
precisamente aquella que podría
habernos hecho odiar todas las otras,
esa que hubiera sido sólo nuestra.
Pero quizás la vida no se escoge
y es ella quien elige. O es el azar
quien le da una medida a nuestros sueños
y los cumple o los niega sin destino,
con una sorda y terca voluntad
que sólo de sí sabe, a pesar nuestro.
O quizá es una forma de destino
lo que ahí se nos muestra oscuramente,
y en el pasado esté nuestro futuro
definitivo ya, antes de escrito,
aunque no acierte el alma a descifrarlo,
pues el tiempo lo cifra y ella es tiempo.
O más sencillamente, acaso sea
todo esto cuestión de cobardía
y nuestro amor, posible o imposible,
una educada forma de engañarnos.

-Abelardo Linares-