27 de abril de 2016

I know I know I know I know that you are gonna be ok anyway

El otro día me dijeron que poseo una gran resiliencia.

La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal. Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.
A veces no sé si no llamarlo masoquismo, aunque bueno, dado mi historial tampoco sería una sorpresa que yo sea un tanto masoquista.

24 de abril de 2016

El secreto de aburrir a la gente consiste en decirlo todo -Voltaire-



¿Porqué escribo tan poco últimamente?
¿A qué se debe esta "desaparición"?
Sí, puede que una parte importante se deba a una falta de tiempo, sí.
Lo del gimnasio va bien (sigo yendo, lo cual es casi milagroso y además me sienta muy bien) pero reduce mi tiempo aún más.
Me levanto extremadamente pronto así que me voy antes a dormir.

Aunque la principal causa es una falta de tema.
Mi cerebro está prácticamente dedicado al cien por cien al trabajo.
No es un gran tema del que hablar (o a mí no me lo parece).
Si estás monotema con algo interesante pero con esto...
Además, no hay credibilidad en lo que pueda contar, cada día cambia tanto el escenario que ya para qué contarlo. 

18 de abril de 2016

You are not supposed to look back, you're supposed to keep going.


Revisión, ¿hace ya un año? Increíble pero cierto.
Todo lo visible está bien.
Ahora a esperar -tres semanas aprox- a lo invisible (donde radica todo, donde la otra vez estaba lo malo).
No siento aquella fea presión en el estómago pero no diremos nada muy alto que seguro que esa bruja no anda muy lejos, no vayamos a despertarla.

17 de abril de 2016

Wanna play?


Ser invisible la mayor parte del tiempo te otorga una gran perspectiva de algo muy simple pero también muy útil: sabes quién te ve y quién no.
Que te vean o no, no depende tanto de ti y tu maravillosa invisibilidad, como de su interés en verte.
Prueba de ello la tienes en esos casos en que por mucho que te empeñes en mimetizarte con el entorno, te ven y persisten en ello.
Podríamos, pues, establecer tres categorías:
- los que quieren verte (esos que insisten)
- los que te ven lo necesario (nunca se es del todo invisible)
- los que no te ven nada (lo cual, que se protejan las autoestimas, significa que te ignoran deliberadamente)
Si tienes asumida tu invisibilidad y disfrutas de ella, lo más probable es que la única categoría que te moleste sea la primera.

Pero la cosa cambia, ah amigo, cuando por circunstancias de la vida, dejas de ser invisible.
Especialmente cuando esa luz que te ilumina lleva asociado cierto tipo de... poder.

He podido observar estos últimos días que las dos primeras categorías no sufren grandes alteraciones en su comportamiento (los primeros siguen pendientes de ti y los segundos, pasado el momento inicial de cotilleo y radiopatio, vuelven a su estado anterior) pero con la tercera ha habido un cambio sustancial y nada disimulado.
Aquellos que antes te ignoraban y no pasaban de alguna conversación cordial -en el mejor de los casos- o de prácticamente no decirte ni hola -en otros- de repente sienten un genuino interés en ti.
Y te muestran fotos de sus hijos (importante resaltar que lleváis tres años trabajando juntos, el mayor de los niños tiene dos años y es la primera vez que lo ves), exaltan no sé bien el qué con comentarios como "lo cierto es que te he visto sonreír más estos dos días que nunca" (a destacar: la última vez que nos vimos, literalmente, no sabía ni mi nombre) o sufren una terrible pena porque el viernes decides no quedarte a la comidita afterworks.

Juego mi carta de tímida y medio tonta, sonrío, agradezco, hago caídas de párpados de puro rubor victoriano, alabo los retoños y finjo estar siendo iluminada por la infinita sabiduría de aquellos que me dan grandes lecciones magistrales. Creyendo, todo ellos, que me caí ayer del guindo y que no llevo mucho tiempo recopilando información, de unos y de otros, (porque ser reconocidamente discreta suele provocar que muchos te cuenten casi cualquier cosa).
¿Quieren jugar? Juguemos.

13 de abril de 2016

Se hace ligera la carga que se sabe llevar bien. Ovidio


Me hace gracia la gente que, a pesar de estar cerca tuyo, no sabe casi nada de ti (claro que no saber casi nada de mí es bastante sencillo) y te da lecciones o charlas magistrales o hace críticas feroces de algo. Metiendo la pata de la forma más tonta, a veces, o soltándote un rollo innecesario, muchas otras.
Generalmente, en paralelo a escucharles, pienso en la cara que pondrían si supieran que.
Y me lo paso bomba.



12 de abril de 2016

Let me think about it


Dado que parezco haberme convertido en su mano derecha y confesora, hoy le he hecho una pregunta trampa al jefe jefazo, una a la que lo más fácil (y lo que yo esperaba) era que me soltase la respuesta políticamente correcta y no la verdad (que yo había averiguado por otro lado), pero para mi grata (y gran) sorpresa me ha dicho la verdad, con un "esto no se lo comentes a nadie". 
No suenan fanfarrias en mi cabeza, no olvido que hasta hace medio año yo era más o menos un ser invisible que ocupaba una silla y poco más para él. 
Sé que lo de ahora puede ser nada más que una solución temporal, un voy a mimarla mucho porque como se me vaya en este momento me hace un destrozo y luego ya veremos, algo que podría sonar a que se aprovecha de mí. Pero también yo me aprovecho entonces de él, porque me beneficio de su actual necesidad. 
¿Si ambas partes se utilizan pero también ambas se benefician de algún modo existe aprovechamiento? 

10 de abril de 2016

I'm standin' on top of the world, right where I wanna be



Cuando me sumerjo en la actividad los días pasan, uno tras otro, corre que te corre.
Eso, a veces, me produce cierta sensación de vértigo, esa de que la vida se me escurre entre los dedos.
Pero, al fin y al cabo, está para vivirla, la velocidad a la que se haga depende de cada uno.
Yo me siento cómoda en la vorágine del constante movimiento.
Además sé que si aflojo el ritmo, la cosa se puede torcer.
Así que me entrego a la hiperactividad, mi bien conocida mayor aliada.
Ella me protege de las brujas (y de mí misma).

9 de abril de 2016

Habitar un mundo imaginario



La niña tiene la historia, y cuando una persona es lo bastante afortunada para vivir dentro de una historia, para habitar un mundo imaginario, las penas de este mundo desaparecen. Mientras la historia sigue su curso, la realidad deja de existir.
Brooklyn follies - Paul Auster-

8 de abril de 2016

Thanks god it's friday


Hacía tiempo que no necesitaba tanto que llegase el fin de semana.
Sentarme y levantarme es una auténtica tortura y subir o bajar escaleras y levantar los brazos por encima de los hombros... pero 5/5 es todo un logro (gym affair).
El barco parece que sigue a flote.



7 de abril de 2016

En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, ydetrás de cada noche, viene una aurora sonriente -Khalil Gibran-


Tengo un tesoro.
Uno que solo yo sé.
Que me hace feliz y da calorcito a mi corazón.
Y no se lo contaré a nadie porque entonces se podría estropear.

6 de abril de 2016

Haber estado en un naufragio o en una batalla es algo bello y glorioso;lo peor es que hubo que estar allí para estar allí -Fernando Pessoa-



Cuando un barco se hunde se suele decir que:
  a) las ratas son las primeras en abandonarlo, si te vas.
  b) eres como el violinista del Titanic, si te quedas.

De entrada parece muy claro que lo mejor es ser rata y salir por patitas, pero -y ahí la tremenda duda- ¿y si finalmente el barco no se hunde? ¿Y si hubieras saltado y de repente te encontrases en alta mar viendo como se aleja indemne el barco? ¿Y si, por haber aguantado estoicamente, dejases de ser mero violinista y pasases a ser director de orquesta?
Lo bueno es que esto es como ser constructor de embarcaciones y saber hasta qué punto la nave puede seguir tragando agua y cuando pasará el punto de no retorno. Así que vamos a observar...

5 de abril de 2016

Sufro, luego existo


Una gran clase no reglada de anatomía humana la dan las agujetas.
De repente descubres la cantidad de músculos implicados en el más leve movimiento, incluso algunos que no sabías que existían... 

4 de abril de 2016

Say whaaat?


Que yo no soy muy sociable es una gran verdad.
Que entablar relación con personas a las que no conozco (especialmente si no es necesario) no se me da bien, también.
Soy feliz pasando desapercibida, siendo un simple figurante para la mayoría de la gente.
Por tanto, cuando alguien desconocido intenta entablar relación conmigo, suele resultarme extraño.
Pero es que, que se me acerque a dar conversación el primer día de gimnasio (sí, me he apuntado al gimnasio -una reasignación de recursos lo ha permitido- no le daré ningún bombo ni platillo que es también bien conocida mi inconstancia) una chica, cuando estoy media desnuda en el vestuario, cabilando sobre lo mucho que me va a doler mañana el cuerpo, para mí escapa a cualquier parámetro normal de sociabilidad. 

3 de abril de 2016

No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives -Franz Kafka-


Mantener la mente ocupada con proyectos de su interés es un buen anestésico de temas peliagudos.
En ello estoy.
Enfrascada buscando información, instrucciones, tutoriales, eligiendo colores y texturas.
Y así, plis plas, adiós fin de semana.

1 de abril de 2016

The woods are lovely, dark and deep. But I have promises to keep, andmiles to go before I sleep.


Está lloviendo, lo cual es maravilloso.
Aunque hoy me ha tomado un impulso extraño.
Pienso en la lluvia y en esos bosques que rodean la carretera que en poco rato recorreré y me apetece parar en el primer recoveco posible, aparcar el coche y sumergirme en él. 
Entre los árboles y las hiebras mojados, que me llueva bajo las hojas, que me inunden el olor a tierra mojada y el sonido de incontables gotitas al caer en las ramas, arbustos y piedras. 
Cerrar los ojos y dejarme caer en algún claro, para que la lluvia me limpie, me empape los rizos y se me corra el rimel.
Es un deseo casi doloroso (lo cual lo convierte en muy inquietante... necesidad de fuga?).
Mi cerebro izquierdo no me lo permitirá (ya lo oigo: horarios, resfriado, animales...) pero el anhelo está ahí, fuerte, agarrado a la boca del estómago.